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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TRUJILLO

BENEDICTO XVI

FACULTAD DE TEOLOGÍA

CURSO:

TEOLOGIA SACRAMENTAL

DOCENTE:

PBR. RICARDO ANGULO BAZAURI.


ESTUDIANTE:

OTTO HISOMIRO CORDOVA PASAPERA

TRUJILLO-2019
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1. DESARROLLO HISTÓRICO. ........................................................................................ 3


1.1 La iniciación en el Nuevo Testamento ............................................................................. 3
2.1 La iniciación en la Iglesia antigua .................................................................................... 3
1.1.1. La iniciación antes del Concilio de Nicea (Antes del año 325) ........................... 3
1.1.2. La iniciación en los siglos IV-VII ......................................................................... 4
3.1 Bautismo y confirmación en la Edad Media (Siglo V y el XV) ..................................... 5
1.1.3. Entre la Patrística y la Escolástica......................................................................... 5
1.1.4. El bautismo y la confirmación según la Escolástica ............................................. 5
4.1 Bautismo y confirmación en la época moderna. ( del siglo XV en adelante) .................. 6
1.1.5. En la Reforma y en Trento .................................................................................... 6
1.1.6. De Trento a la era romántica ................................................................................. 7
1.1.7. La iniciación en la historia reciente....................................................................... 8
2. DIMENSIÓN DOGMÁTICA .......................................................................................... 8
5.1 Concilio de Nicea (año 325)............................................................................................. 8
6.1 Concilio de Trento. ........................................................................................................... 9
1.1.8. Eficacia: ................................................................................................................. 9
1.1.9. Ministro y sujeto: .................................................................................................. 9
1.1.10. Rito: ........................................................................................................................ 9
3. MAGISTERIO ............................................................................................................... 10
7.1 El Decreto para los Armenios ........................................................................................ 10
8.1 Otros ............................................................................................................................... 10
9.1 Concilio Vaticano II ....................................................................................................... 10
10.1Catecismo de la Iglesia Católica ................................................................................... 11
4. TEOLOGOS ................................................................................................................... 11
11.1San Agustín. .................................................................................................................. 11
12.1San Buenaventura. ......................................................................................................... 12
13.1Santo Tomas. ................................................................................................................. 12
14.1Lutero. ........................................................................................................................... 13
15.1Karl Barth ...................................................................................................................... 14
16.1Bultman ......................................................................................................................... 14
5. REFLEXIÓN PERSONAL. ........................................................................................... 14
6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS. .......................................................................... 17
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1. DESARROLLO HISTÓRICO.

1.1 La iniciación en el Nuevo Testamento

 La Iglesia antigua fue de gran creatividad litúrgica.


 No existe uniformidad en la forma de agregar nuevos miembros a la Iglesia.
 Pluralidad de tradiciones
 Existencia de variedad de expresiones, denominaciones y circunlocuciones para designar
la iniciación cristiana en su conjunto.
 Estas interpretaciones no tienen por qué ser mutuamente excluyentes; se trata generalmente
de acentuaciones y polarizaciones en unos aspectos más que en otros: se emplean
paradigmas distintos.

2.1 La iniciación en la Iglesia antigua

1.1.1. La iniciación antes del Concilio de Nicea (Antes del año 325)

 A partir del s. II disponemos de una información cada vez más detallada sobre el
desarrollo de la iniciación cristiana y sobre su significado
 Catecumenado organizado
 Vinculación catecumenado, fe y Sagrada Escritura.
 Base de la instrucción: La Sagrada Escritura y el símbolo de la fe, en la instrucción moral
se utilizaba el esquema de las dos vías.
 Rito del bautismo comporta más que el rito de la inmersión.
 aparecieron algunos ritos importantes: bendecían el agua y los óleos, el rito de la renuncia
a Satanás, la unción pre-bautismal
 La costumbre de mencionar las tres Personas de la Trinidad en el momento del bautismo
parece universal en este tiempo.
 La estructura fundamental del proceso, en la Iglesia prenicena pudieron existir tres
modelos de iniciación cristiana.
1) el modelo de la Didaché inmersión -comunión,
2) el modelo de los Hechos de Tomás unción (don del Espíritu) -inmersión-comunión,
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3) el modelo de la Traditio Apostólica inmersión- unción-imposición de manos-signacion


(don del Espíritu) - comunión
 La necesidad del bautismo para la salvación no les creo especiales problemas.
 la cuestión del bautismo de los niños: Tertuliano lo desaconsejaba sin embargo, los
doctores y la praxis parece que eran generalmente favorables (Orígenes, Cipriano)

1.1.2. La iniciación en los siglos IV-VII

 No se distinguen por una gran actividad creativa en el terreno de los ritos de la iniciación,
debemos dejar constancia de la aparición de ciertos ritos nuevos con los que se pretende
resaltar simbólicamente aspectos del misterio del bautismo: rito del «Ephpheta», la
«traditio-redditio symboli» y la «traditio redditio orationis dominicae».

 los sacramentos de la iniciación dejaban de ser comienzo de una nueva vida para
convertirse en meta de una larga espera.
 la práctica de bautizar en edad temprana se fue generalizando de tal suerte que, al final de
este período, los bautismos de niños predominaban sobre los de los adultos.
 Decisión de reservar al obispo la consagración del crisma y la misma unción crismal: Papa
Inocencio I apoya la reserva de la consignación al obispo en tres clases de argumentos: de
tradición, de Escritura y de conveniencia.
 Se daba un primer paso hacia la disgregación del rito de la iniciación cristiana: la
celebración de bautismos sin la presencia del obispo, se celebrara todo el rito de la
iniciación menos la confirmación, que quedaba diferida para cuando se pudiera acudir al
obispo.
 Agustín introdujo la distinción entre el bautismo como consagración objetiva
(independiente de la dignidad o indignidad del ministro y del sujeto) y el bautismo como
gracia salutífera (que depende de las disposiciones del que recibe el sacramento). Pusieron
así las bases para la futura doctrina del carácter indeleble.
 Agustín endureció su postura respecto de la necesidad absoluta del bautismo para la
salvación: pecado original
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 Pastoral del miedo: el tema del pecado original y la preocupación de asegurar cuanto antes
la salvación escatológica individual empiezan a ocupar un espacio cada vez mayor en la
teología y la pastoral del bautismo.
 La teología bautismal se desarrollará en adelante en la dirección marcada por san Agustín;
estará totalmente polarizada por el pecado original. La impostación histórico-salvífica y la
atención a la dimensión eclesial se irán diluyendo poco a poco.

3.1 Bautismo y confirmación en la Edad Media (Siglo V y el XV)

Siglos de escasa o nula creatividad litúrgica en el ámbito de la iniciación cristiana.


Surge una concepción individualista del Bautismo, considerado medio de salvación personal
«quam prium»

1.1.3. Entre la Patrística y la Escolástica

 En occidente existe una disociación entre el bautismo y la confirmación. Oriente sigue


siendo fiel a lo heredado de la época patrística.
 Bautismo considerado fundamentalmente como medio de salvación personal
 La liturgia bautismal: caracterizada por ser una celebración individualista, privada, sin
participación de la comunidad.
 Ritos de catecumenado y bautismales son concentrados en una única sesión.
 Más visto como administración de un servicio que celebración de un misterio.
 La crismación por el obispo se extiende, con ello la práctica de la disgregación
debilitándose la conciencia de la unidad de los sacramentos de iniciación cristiana.
 Disminuye el pensamiento teológico patrístico:
-Sensibilidad simbolica, uso de tipología bíblica, concepción histórico-salvífica, dimensión
eclesial, atención a la acción del Espíritu Santo
1.1.4. El bautismo y la confirmación según la Escolástica

 S.XV. bautismo por inmersión en descenso para quedar suplantado definitivamente por el

bautismo por infusión.

 Aplicación al método dialectico a la teologia del sacramento del Bautismo.


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 Preocupación por sistematizar todo el saber teológico, nuevo sesgo de la especulación

teológica.

 S. XII. Se habla del septenario sacramental:

- el bautismo ocupa el primer lugar


- Defiende la sacramentalidad del Bautismo: cómo y cuándo.
- Trinidad como causa principal.
- Papel de la Iglesia en la justificación bautismal.
- Desde cuando comenzó a obligar el bautismo
 Se defiende la necesidad del bautismo para la salvación frente a los cataros y albigenses.
 Estructura tripartita de los sacramentos:
-Función de sacramentum tantum
-Función de res et sacramentum
-Función de res tantum
 Hilomorfismo: variedad de cuestiones sobre la materia y la forma.
 Relación entre fe y sacramentos.
 Cuestiones en relación al sujeto y al ministro.
 Investigaciones sobre los diferentes efectos del bautismo.
 La cuestión del carácter.

4.1 Bautismo y confirmación en la época moderna. ( del siglo XV en adelante)

En la confrontación entre reformadores e Iglesia católica en el s. xvi, los dos primeros


sacramentos de la iniciación cristiana no constituyeron un tema central.
1.1.5. En la Reforma y en Trento

 Todos los reformadores del s. xvi valoraban positivamente el bautismo y lo consideraban


un sacramento, aunque su doctrina bautismal se resiente de la concepción que cada grupo
tiene de lo que es un sacramento. Todos coincidían también en negar la sacramentalidad a
la confirmación.
 Los reformadores compusieron sus propios rituales de bautismo en conformidad con sus
doctrinas y con clara tendencia a la simplificación
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 Los pronunciamientos conciliares estuvieron condicionados, de un lado, por las


negaciones de los reformadores, y, del otro, por la doctrina de los escolásticos (y por las
declaraciones del Decretum pro Armenis).
 Los reformadores llegaron a posturas que estaban en abierta contradicción con la doctrina
católica, el concilio de Trento se vio obligado a pronunciarse contra sus errores.

1.1.6. De Trento a la era romántica

 El período que va del concilio de Trento a mediados del s XIX se caracteriza por cierto
inmovilismo en lo que se refiere tanto a la praxis litúrgica y pastoral como a la doctrina
sobre los sacramentos de la iniciación.
 En teoría y en la práctica, el bautismo de niños seguía siendo la norma en la Iglesia
universal
 En la Iglesia católica occidental el bautismo, la confirmación y la Eucaristía se celebraban
por separado
 El uso de la lengua vulgar se fue abriendo camino tímidamente también en los rituales
católicos del bautismo. La introducción de la lengua vernácula fue una de las principales
innovaciones de los rituales bautismales neogalicanos.
 Algunos de los movimientos de renovación que pulularon en la época de la Ilustración y
del Racionalismo tenían entre sus objetivos también la reforma de la liturgia bautismal,
adaptándola al espíritu y al lenguaje de la época.
 Movimientos de renovación: un culto antropológico, vaciado de Misterio, en el que lo
sacramental se diluye en aras de una mayor instrucción religiosa
 Como reacción al racionalismo de la Ilustración, la era romántica (fines del s. XVIII y
primera mitad del s. XIX) cultivó una religiosidad más cargada de sentimiento, pero
igualmente individualista y subjetiva.
 La reflexión de los teólogos de oficio durante estos siglos se mantuvo divorciada de las
fuentes bíblicas y patrísticas. Sin embargo, estaba ya en marcha desde el s. XVI un fuerte
movimiento de retorno a las fuentes patrísticas y litúrgicas.
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1.1.7. La iniciación en la historia reciente

 El último siglo y medio ha sido un periodo de restauración y renovación en el campo de


la iniciación cristiana, lo mismo en el aspecto doctrinal que en el de la praxis
 Tanto en los países de misión como en los de cristiandad, se recuperó el catecumenado
antiguo por etapas en el caso de los adultos que pedían entrar en la Iglesia
 El concilio Vaticano II hizo suyos estos deseos y ordeno la restauración del
catecumenado de adultos y la revisión de la liturgia de los sacramentos de la iniciación
cristiana, estableciendo algunos principios (SC 64-71)
 El redescubrimiento y el consenso general en torno a la unidad de los tres sacramentos de
la iniciación cristiana y a sus mutuas relaciones ha sido ciertamente un hito importante en
este camino de renovación que estamos reseñando
 El sesgo antropológico que ha tomado la teología en el s. XX se ha manifestado
especialmente en el terreno de los sacramentos, y más en concreto de los sacramentos de
la iniciación cristiana.
 A partir de los años setenta, se ha dejado sentir la influencia de ciertas corrientes teológicas
que tienen como eje la preocupación social y la conciencia de la responsabilidad de los
cristianos en la transformación del mundo, tales como la teología de la liberación, la
teología política y la teología de la esperanza.
 Los problemas de la iniciación cristiana han estado siempre presentes en el diálogo
ecuménico.

2. DIMENSIÓN DOGMÁTICA

5.1 Concilio de Nicea (año 325)

El Concilio I de Nicea es el primer Concilio Ecuménico, es decir, universal, en cuanto participaron


obispos de todas las regiones donde había cristianos.
Defiende la primacía del factor ministerial y sacramental, que no queda afectado por la santidad
moral del ministro ni aun por la pertenecía a una falsa iglesia.
El canon octavo del concilio de Nicea reconoce el bautismo de los novacianos; el canon
decimonoveno rechaza el de los seguidores de Pablo de Samosata.
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6.1 Concilio de Trento.

El concilio promulga la enseñanza de la Iglesia Católica: El carácter sacramental de los siete


sacramentos, y por lo tanto del bautismo (Canon 1); el carácter específico de tres sacramentos, el
bautismo, la confirmación y el orden (Canon 9), y después catorce cánones sobre el bautismo. Las
definiciones y afirmaciones conciliares pueden reducirse a catorce tesis que conciernen a la
eficacia, al ministro y al sujeto, y al rito del bautismo:
1.1.8. Eficacia:

1.- El bautismo es un sacramento de la Nueva Alianza (Dz 844).


2.- Perdona el pecado original de los niños y los adultos (Dz 790-792).
3.- Perdona todos los pecados actuales (Dz 792).
4.- Perdona todas las penas debidas al pecado (Dz 792).
5.- El bautismo da al alma la justificación interior (Dz 792-799).
6.- El bautismo imprime un carácter indeleble (Dz 852).
7.- El bautismo introduce al hombre en la Iglesia (Dz 895).
6.- El; bautismo confiere el derecho condicional a la recompensa del cielo (Dz 792).
9.- El bautismo de Cristo supera al de Juan Bautista (Dz 857).
1.1.9. Ministro y sujeto:

1.- El hereje bautiza válidamente, si pronuncia la verdadera fórmula y con la intención de hacer lo
que hace la Iglesia (Dz 860).
2.- El bautismo no es libre, sino necesario para la salvación (Dz 861).
3.- Todos aquellos que aún no han recibido el bautismo, incluso los niños, pueden recibirlo válida
lícitamente (Dz 869-870).
4.- En necesario bautizar a los niños.
1.1.10. Rito:

1.- Es agua verdadera y natural es indispensable para la validez del sacramento (Dz 869).
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3. MAGISTERIO

7.1 El Decreto para los Armenios

En la Bula «Exultate Deo» del Papa Eugenio IV, es referido con frecuencia como un decreto
del Concilio de Florencia.
(§ 10) declaró que incluso los paganos y herejes pueden bautizar «si guardan la forma de la
Iglesia y tienen la intención de hacer lo que la Iglesia hace»
8.1 Otros

El sínodo de Laodicea (c. 360) también hace distinciones (cánones VII y VIII). Las
Constituciones Apostólicas rechazan reconocer el bautismo de los herejes, pero prohíben una
repetición del rito (VI. 15). El segundo concilio de Trullo (692) distingue de nuevo entre los
herejes.
9.1 Concilio Vaticano II

Son Constitución Lumen Gentium y la Sacrosantum Concilium. En el Concilio se nos habla


de una doble incorporación: al Misterio Pascual de Jesús y a la comunidad eclesial
 Por el bautismo los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren
Con él, son sepultados con él y resucitan con él (SC 6)
Por el bautismo nos configuramos con Cristo... ya que en este sagrado rito se representa y
realiza el consorcio con la muerte y resurrección de Cristo...(LG7)
 Por el bautismo cada cristiano entra a formar parte de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios (PO
5; LG 11; AG 6 y 7)
 Los bautizados son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como
casa espiritual y sacerdocio santo para que, por medio de toda obra del hombre cristiano,
ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder de aquel que los llamó... Los
bautizados son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo. (LG 10)
 Los bautizados quedan destinados por el carácter al culto de la religión cristiana... (LG 11)
 La incorporación a Cristo y a la Iglesia realizada por el bautismo de una vez para siempre
es inicial y se ordena a la plena comunión en la eucaristía (UR 22)
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10.1 Catecismo de la Iglesia Católica

 El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el


espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos
liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo
y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. (C.I.C n. 1213)
 El bautizado, se convierte en «hijo de la luz», y en «luz» él mismo. Catecismo de la Iglesia
Católica, nn. 1214, 1215, 1216
 El bautismo de la Iglesia borra el pecado original y nos hace hijos de Dios. Catecismo de
la Iglesia Católica, nn. 1223, 1224, 1225
 Los bautizados se han «revestido de Cristo». Por el Espíritu Santo, el Bautismo es un baño
que purifica, santifica y justifica. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1226, 1227
 El nuevo bautizado es ahora hijo de Dios en el Hijo Único. Puede ya decir la oración de
los hijos de Dios: el Padre Nuestro. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1240, 1241, 1242,
1243

4. TEOLOGOS

11.1 San Agustín.

 Enfatiza que Cristo es autor y señor del sacramento del bautismo, él es su verdadero
ministro, por eso el sacramento no pierde su validez aun cuando este administrado por un
hereje, pues éste bautiza con el bautismo de la Iglesia, con el bautismo de Cristo.
 Recalco el valor objetivo del bautismo frente a los pelagianos. Sin estar ligado por el
sacramento a la acción saludable de Cristo «nadie puede llegar al Reino de Dios, ni a la
salvación y vida eterna»
 Sin la fe no se realiza el sacramento; éste es ya expresión del acto personal de fe, por lo
menos de la Iglesia.
 El bautismo válidamente administrado, en virtud del verdadero ministro que es Cristo,
siempre se confiere válidamente. Imprime en el bautizado una nota o señal indeleble.
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12.1 San Buenaventura.

Su enseñanza la encontramos en sus obras comentario de las sentencias y Breviloquium.


 El bautismo es el primero y la puerta a los demás sacramentos; es el sacramento de la fe,
no de una persona singular sino de la Iglesia, primariamente. Iglesia que incluye a los fieles
de la tierra como los santos del cielo.
 El bautismo obtiene primeramente su eficacia de la fe de la Iglesia, de la unión entre la
esposa y la paloma: el Espíritu y la Iglesia.
 En el A.T. los niños eran justificados por la fe de los padres; en los del Nuevo, por la fe de
la Iglesia. Los primeros obtienen su eficacia únicamente de la fe; los segundos, de la fe de
la Iglesia y de su promesa de Dios, que dispone el opus operatum a la Gracia.
 El poder del sacramento depende de la fe de la Iglesia; pero su dispensación, de la acción
del ministro, y por tanto de su intención.

13.1 Santo Tomas.

Santo Tomás de Aquino dedicó seis de las «cuestiones» de la Summa Theologica al


sacramento del bautismo (III, 66-71). En ellas estudia los siguientes aspectos:

(a) La naturaleza: El sacramento del bautismo es la ablución de agua, el sacramento et res,


el carácter bautismal indeleble, la res tantum y la justificación interior. El Espíritu Santo
es la causa principal en el bautismo de agua, pero El puede actuar incluso sin ese signo en
el caso del martirio y del «bautismo de penitencia». Estas dos formas, martirio y penitencia,
sin ser sacramentos tienen una misma causa principal que el bautismo de agua, y por lo
tanto pueden producir el mismo efecto. El bautismo de sangre, el martirio, debe su
superioridad a su conformación con la pasión de Cristo, a la acción del Espíritu Santo, y a
la caridad que expresa. El bautismo de penitencia vale en la medida que el corazón es
movido por el Espíritu Santo hacia la fe y el amor de Dios, y hacia la contricción de los
pecados.
(b) El ministro del bautismo: Todo hombre o mujer, incluso un laico, puede conferir un
bautismo válido «para que nadie quede privado de salvación a falta de haber llegado el
bautismo». La razón de esta validez es que el ministro es siempre Cristo. Mientras que la
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persona bautizante no aporta al sacramento más que un ministerio exterior, es Cristo en


persona quien bautiza interiormente.
(c) Los sujetos del bautismo: Todos los hombres están obligados a recibir el bautismo porque
solamente el bautismo los regenera, los incorpora a Cristo como miembros suyos, y les
reporta la salvación. Sin embargo, santo Tomás reconoce la validez del bautismo de deseo,
que ocurre por ejemplo cuando un catecúmeno es sorprendido por la muerte antes de ser
bautizado; en este caso el deseo de ser bautizado puede ser suficiente para salvarlo. Dice
santo Tomás: «Afirmamos que el sacramento del bautismo es necesario para la salvación,
porque el hombre no puede salvarse si no tiene, por lo menos, la voluntad para ello»
(d) Los efectos del bautismo: El sacramento perdona al catecúmeno todos sus pecados, tanto
el original por la culpa de Adán como los posteriores por culpas personales, lo hace en
virtud de la pasión de Cristo. Asimismo perdona todas las penas debidas por el pecado,
aunque sin liberarnos de las penas que son propias de la vida, tales como la muerte, el
hambre, la sed o la concupiscencia.
14.1 Lutero.

 El bautismo es el sacramento fundamental para la vida cristiana, que hace posible la


eficacia del otro sacramento (la Eucaristía).
 Atribuyó gran importancia a la articulación Palabra y sacramento (Palabra-agua)
 Acentuó la importancia de la Palabra; al agua la eficacia le viene de la Palabra. El bautismo
es ante todo una forma particular de la Palabra de Dios: «El bautismo es... palabra de Dios
en el agua»
 El sacramento es el sello de la autenticidad de la promesa de la Palabra; es el signo externo
que cerciora al creyente del don divino contenido en la Palabra. Por eso la fe en la Palabra
juega un papel insustituible: el verdadero bautismo es la fe (entendida en sentido
,.protestante).
 Para Lutero, el bautismo presenta ante todo un carácter escatológico: se da con vistas a la
nueva creación del hombre en la resurrección. Atribuye al bautismo la justificación, que
consiste ante todo en el perdón del pecado, entendido más como muerte (Abtótung) que
como lavado (Abwaschung). Para él hay identidad entre el signo y la acción salvífica
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15.1 Karl Barth

 El bautismo del Espíritu (el único con valor salvífico) es sólo acción de Dios; en cambio,
el bautismo de agua es pura acción del hombre en respuesta a la palabra/acción de Dios y no
tiene valor soteriológico alguno (no es misterio o sacramento; no es acontecimiento de
salvación; es un acto meramente humano sin causalidad alguna).
 Realismo sacramental más estricto, niega todo concurso humano, ya se trate de la Iglesia o
de la fe del sujeto.
16.1 Bultman

 Para Salvar la integridad de la Palabra de Dios y la trascendencia divina, se aleja del


cristianismo tradicional hasta el punto de excluir Iglesia y sacramentos.
 Los sacramentos, incluido el bautismo, desaparecen como inútiles o incluso falaces, ya que
son una creación de la comunidad primitiva, “para superar su decepción”, cuando de
escatología se convierte en institución de salvación.
 Los sacramentos derivan del pensamiento místico, dado que mitología es toda «concepción
en la que lo trascendente aparece como inmanente». Ya no se liga el bautismo a Jesús, sino
que excluye de la fe el mensaje objetivo de la Revelación, reduciéndola a un «puro
fenómeno de la conciencia existencial».

5. REFLEXIÓN PERSONAL.

Celebración del Bautismo. Paradigma de la «asamblea celebrante»


¿Por qué en un bautismo, muchas veces, el templo se llena? ¿Todos los que participan de esa
celebración son conscientes de lo que esta ocurriendo? Lo que vemos en muchas de nuestras
parroquias es que muchas personas, en gran mayoría, acuden porque allí se «administra los
sacramentos», en este caso bautismos, o por cumplir con el «precepto del domingo». Se
«administra sacramentos» tanto así que, se dan casos, que se pueden negar un sacramento.
Probablemente esto también sea caldo de cultivo de la enfermedad del clericalismo. La gente de a
pie mira a la parroquia como lugar donde se «administra sacramentos» en los cueles puedo
participar de forma individual sin tener un arraigo en la comunidad.
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Vemos, el tema es más complejo, que el carácter eclesial no se puede vislumbrar en aras de una
percepción de la parroquia como lugar donde se «administran sacramentos» que en muchos casos
se encarna en celebraciones individuales y casi particulares, o simplemente se priva a comunidades
de su celebración por que no existe un incentivo económico. Esto es un tema muy delicado de
plantear. Hipotéticamente; no pongo en duda el carácter sobrenatural de los sacramentos, ¿qué
sucedería si se dejara de administrar sacramentos en una parroquia? Una de las respuestas seria
que la parroquia quedaría con espacios de vació y un párroco sin saber qué hacer. Queda claro que
nuestras parroquias están estructuradas en relación a la «administración de los sacramentos», este
paradigma ha hecho que muchas de nuestras comunidades dejen de ser atractivas para muchos,
que no exista un verdadero espacio para el encuentro, la empatía, el «caminar juntos». Ha hecho
que se apague la creatividad en pos de una seguridad y rentabilidad que nos da el «administrar
sacramentos».

Somos una comunidad eclesial, es verdad que nuestra vida es sacramental pero no del
paradigma de la «administración» sino de la celebración. Tener presente esta dimensión «asamblea
celebrante» nos puede ayudar a adentrarnos en un cambio de paradigma en nuestras parroquias
para manifiesta mejor el carácter eclesial de toda celebración litúrgica. Por mucho tiempo se les
asignó el título de celebrante a los presbíteros u obispos que presiden una celebración de un
sacramento. El Concilio Vaticano II nos dice al respecto “toda la Iglesia, reunida en asamblea, es
celebrante” (SC 28)
Las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es “sacramento
de unidad”, es decir, pueblo santo congregado y ordenado bajo la dirección de los Obispos. Por eso
pertenecen a todo el cuerpo de la Iglesia, influyen en él y lo manifiestan; pero cada uno de los miembros
de este cuerpo recibe un influjo diverso, según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual
(SC 26)
Así, en la celebración de los sacramentos, toda la asamblea es «liturgo», cada cual según su
función, pero en «la unidad del Espíritu que actúa en todos» (C.I.C 1144) es el sacerdocio común
el fundamento de esta participación (SC 14) es por el bautismo que Cristo nos hace participes de
dos de sus cualidades: el rendir culto a Dios y salvar a los hombres (LG 34) es por nuestro bautismo
que somos capacitados para dar culto a Dios y anunciar la salvación a todos los hombres. Las
acciones litúrgicas son actos de toda la Iglesia «por lo mismo, nadie, aunque sea sacerdote, añada,
quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la Liturgia» (SC 22) por lo tanto «admitan una
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celebración comunitaria, con asistencia y participación activa de los fieles, incúlquese que hay que
preferirla, en cuanto sea posible, a una celebración individual y casi privada» (SC 27) en la liturgia
todos somos celebrantes, pero cada uno participa según su función. Todos celebramos aunque en
formas diversas y modos.
En relación al sacramento del bautismo. Tener presente todo lo anteriormente expuesto nos
encuadra dentro de la dimensión eclesiológica del bautismo. Dimensión que no es muy enfatizado
en muchas de nuestras parroquias, posiblemente porque aún se sigua una eclesiología clerical en
la cual el solo administrar sacramentos nos brindan seguridades que en un posible futuro se
desvanecerán sino existe un cambio de paradigma. La Iglesia es, a la vez, sujeto agente y sujeto
pasivo del bautismo. El bautismo no es un acto privado sino celebración de la Iglesia. El bautismo
debe ser la celebración de la asamblea pero una asamblea que es ante todo comunidad. Comunidad
en camino, que es empática y acogedora cuyos rasgos son una traducción concreta del carácter
eclesial de toda celebración litúrgica. Comunidad en camino que es impulsada por la fuerza del
Espíritu recibido en el bautismo a salir de sus estructuras parroquiales cimentadas en la
«administración de sacramentos» para convertirse en un comunidad que celebra y vive su vida
sacramental pero como impulso misionero no como medios de sobrevivencia económica y forma
de poder. En la celebración del bautismo la asamblea celebrante es imagen de la Iglesia Madre
que alumbra en el agua sus nuevos hijos.
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6. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

-A. Hamman, El Bautismo y la confirmación, Herder: Barcelona, 1977


-E. Denzinger, El Magisterio de la Iglesia, Herder: Barcelona, 1963
-I. Oñatibia, Bautismo y confirmación, BAC: Madrid, 2000
-Sacramentum Mundi, Enciclopedia Teologica, Tomo I. Herder: Barcelona, 1976

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