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Reacciones Posturales Definitivas (Millani-Comparetti, 1.

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Difieren fundamentalmente de los reflejos neonatales, que son respuestas congénitas
instintivas presentes en el nacimiento y que desaparecen, en ser respuestas que aparecen
en el curso de la evolución más o menos tardíamente y persisten ya indefinidamente
aunque resulten modificadas con el tiempo. Están constituidas por una secuencia
ordenada de movimientos orientados hacia un fin. El logro de los jalones del desarrollo
normal del niño tales como el sentarse, gatear, arrodillarse, levantarse, andar, correr y
pararse depende de la adquisición de estas reacciones posturales.
Pueden dividirse en tres grupos principales: las reacciones de enderezamiento, las
reacciones de protección o paracaídas y las reacciones de equilibrio.
1. Reacciones de Enderezamiento. Son aquellas que permiten que el niño logre la
correcta alineación de la cabeza en el espacio, es decir, con respecto al plano horizontal,
de la cabeza con relación al tronco y del tronco con respecto a las extremidades, actos
todos que se realizan por la información aferente procedente de los ojos, de los
laberintos, de los propioceptores de la nuca y músculos espinales, y a partir de los
receptores del tacto y presión de la piel del cuerpo. Se han tratado someramente en
Aptitudes corporales. Se dividen en:

 Enderezamiento de la cabeza, que consiste en la capacidad de enderezar la cabeza


hasta el plano horizontal cuando el niño es mantenido en decúbito ventral, en
decúbito dorsal e inclinado en diversos ángulos. También se observa en la capacidad
de mantener alineada la cabeza con el cuerpo cuando el niño es levantado tirando de
los brazos desde el decúbito dorsal. La reacción de enderezamiento de la cabeza debe
de estar completamente establecida hacia el tercer mes.
 Enderezamiento sagital, que consiste en mantener el cuerpo y las extremidades en el
mismo plano horizontal cuando el niño es sostenido en el aire. Se haya presente en la
posición de decúbito ventral al finalizar el segundo mes y en la posición de decúbito
dorsal unas pocas semanas más tarde.
 Enderezamiento por anulación de la rotación, que consiste en intentar un giro
aplicado a la columna vertebral, por ejemplo estirando un brazo o una pierna hacia el
lado opuesto cuando el niño se haya en posición de decúbito dorsal, no es tolerado
por éste que se opone a la rotación girando el resto del cuerpo hacia la dirección
original. Se obtiene hacia el cuarto mes.

2. Reacciones de Paracaídas. Surgen como respuesta de defensa del organismo a una


caída brusca y se pueden explorar proyectando al niño hacia abajo, lateralmente,
frontalmente y hacia atrás.

 Hacia abajo, se realiza cuando el niño es descendido verticalmente hacia una


superficie de tal modo que los pies se pongan en contacto y sitúe el cuerpo sobre ella;
se verifica una extensión, abducción y ligera rotación externa de las extremidades
inferiores. Se observa hacia el 5º mes.
 Lateralmente, colocado el niño en posición sentada con las piernas colgantes se le
empuja hacia un lado y se observa como el brazo de este lado se extiende
bruscamente para alcanzar la superficie y evitar la caída. Se realiza a partir del sexto
mes.
 Frontalmente, con el niño en el regazo del examinador bruscamente se le empuja
hacia delante en dirección hacia la mesa y el niño extenderá sus brazos al frente para
protegerse. Está presente al 7º-8º mes.
 Reacción hacia atrás, si el niño es sometido a un empujón hacia atrás hace un
movimiento de extensión hacia atrás de los hombros con brazos y muñecas
extendidas. Aparece hacia el décimo mes no recogiéndose tan regularmente como las
otras reacciones de paracaídas.

3. Reacciones de Equilibrio. Son las reacciones posturales más complejas por las que
alcanza su máxima perfección la capacidad de mantener el cuerpo siempre dentro de
nuestro centro de gravedad o equilibrio. Cuando esto se ha logrado totalmente, y solo
entonces, es posible la deambulación directa. Al igual que las otras reacciones el
equilibrio se aprende en diferentes fases iniciándose el proceso hacia los cinco meses.
Se puede explorar en varias posiciones.

 Equilibrio en decúbito ventral: colocando al niño en esta posición sobre una


superficie plana que puede ser basculada lateralmente se observa un arqueamiento
compensador del organismo por el cual este se aleja de la dirección de la basculación,
es decir, aparece cóncavo hacia el lado estimulado y se puede acompañar de una
abducción del brazo y la pierna y una rotación hacia abajo de las caderas. Se inicia
hacia los seis meses de edad.
 Equilibrio en decúbito dorsal, puede hallarse la misma respuesta que en la posición
ventral y al mismo estimulo un mes más tarde aproximadamente.
 Equilibrio en posición sentado, el niño sentado sobre una plataforma responderá a un
suave desplazamiento lateral de ésta mediante una flexión lateral del tronco y la
cabeza en la dirección opuesta para mantenerlos en el plano vertical.
 Equilibrio arrodillado, se desarrolla más lentamente, primero en la posición de andar
a gatas y mas tarde en la posición arrodillada con el tronco vertical; con
desplazamiento del tronco hacia el lado opuesto al estimulado; se logra entre los ocho
y los doce meses.
 Equilibrio en la posición erecta, se logra poco antes de comenzar a andar, se
desarrolla lentamente después del duodécimo mes perfeccionándose gradualmente en
el grado de basculación que puede ser compensada sin que se produzca la caída. El
balanceo del cuerpo no es la única compensación posible puede dar un paso
lateralmente, mantener el equilibrio con los brazos o una pierna.

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