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Bruno Cadore Marcolongo (1915-1993).

Archivo Sonia Cadore


BRUNO CADORE MARCOLONGO
FORMADOR DE ARQUITECTOS Y
HACEDOR DE ARQUITECTURA

LUIS ALBERTO MENDOZA PÉREZ

Bruno Cadore Marcolongo (1915-1993), the prestigious architect from Italy, was invited by
the Mexican government, through Architect Ignacio Díaz Morales, to incorporate into the
School of architecture of the University of Guadalajara. He was an architect from the Istituto
universitario di architettura di Venezia and obtained a Doctorate (PhD) from the Università
degli Studi di Firenze, Italia. He worked for architect Giovanni Michelucci on the Florence Train
Station Project. He was an outstanding professor and prepared various generations of
architects. He was also a professor of Theory and History of Architecture, Architectural
Composition, and Architectural Restoration. He wrote some observations or notes for the
subjects of Theory and History of Architecture and Restoration, respectively. He performed
various architectural projects in the states of Nuevo León, Jalisco and Colima, Mexico. In this
work, one may see his labor as a trainer of architects and part of his architectural work.

En memoria de Bruno Cadore

Introducción
La fundación de la escuela de arquitectura de la Universidad de Guadalajara se
circunscribía a una época de intensa reflexión arquitectónica y urbana. Ciertamente, la
ciudad de Guadalajara ameritaba una institución que formara profesionales de la
arquitectura ante la creciente demanda de atender las necesidades arquitectónicas y
urbanas derivadas del crecimiento de la ciudad. La limitada oferta educativa de
estudios de arquitectura en México en la década de los años 40, se circunscribía como
carrera profesional de arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), éste último ofrecía la carrera de
ingeniero-arquitecto, basada en las ideas de personalidades como Juan O’Gorman,
Enrique Yáñez, José Luis Cuevas y también del arquitecto alemán Hannes Meyer quién
había sido director de la Bauhaus en Alemania. Ambas entidades educativas se

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encuentran en la ciudad de México, en el centro del país. Ante esta situación, el


arquitecto Ignacio Díaz Morales destacado por su influencia en la arquitectura
jalisciense contemporánea, promovió la creación de la escuela de arquitectura en la
Universidad de Guadalajara, su finalidad sería: “ formaran profesionistas a quienes en
el futuro, les correspondiera la tarea de orientar a la comunidad y a sus autoridades,
así como la de corregir, mejorar y diseñar el hábitat urbano del hombre” (Moya-Pérez,
1998), y con ese motivo se invitó a varios profesores europeos, entre ellos tres italianos,
entre ellos el arquitecto Bruno Cadore y Marcolongo, procedente de la Facultad de
Arquitectura de Florencia y antiguo colaborador del arquitecto Giovanni Michelucci.
Sin embargo, poco se ha explorado sobre el papel formador que tuvo Bruno Cadore
Marcolongo. Realizó sus estudios y egreso del Instituto Universitario de Arquitectura
de Venecia (Zohn, 1998), posteriormente obtuvo el grado de Doctor en arquitectura la
Universidad de Florencia el 24 de abril de 1945.
Desde su nacimiento hasta su llegada a México, el mundo europeo y por lo tanto
Italia, pasaron por acontecimientos bélicos desde principios del siglo XX, la primera
guerra mundial, mientras nacía Bruno Cadore Marcolongo (9 de abril de 1915) y su
formación académica de arquitecto la realizó a finales de la década de los años 30. La
experiencia de las consecuencias bélicas en las ciudades propició que las reflexiones de
la arquitectura y el urbanismo fueran sacudidas desde sus cimientos por los arquitectos
e ingenieros europeos.
A su vez, la dinámica de crecimiento de las ciudades y de las industrias impactaron
en la enseñanza de la arquitectura, muestra de ello fue la fundación de la escuela de la
Bauhaus en 1919, el primer rascacielos d cristal de Mies Van Der Rohe en 1920, Le
Corbusier y Ozenfant con la revista L’Espirit Nouveau de Paris de 1921, la importante
Carta de Atenas redactada por Le Corbusier en 1933, la Modern Architecture
Internactional Exhibition en el Museo de arte Moderno de Nueva York en 1932,
organizada por Phillip Johnson y Henry-Russel Hitchcock Jr. Ante este escenario, se
perciben las nuevas ideas que promovían una nueva visión de la arquitectura apoyada
en la tecnología y en atención ante los grandes problemas de vivienda que ya se
manifestaban en muchas partes del mundo. En ese sentido, las escuelas de arquitectura
eran un sitio ideal para el exposición y experimentación de las nuevas tendencias
arquitectónicas.
La escuela de arquitectura en la Universidad de Guadalajara se inauguró el 1 de
noviembre de 1948, de manera oficial, con la apertura de la escuela de arquitectura
promovida por el Arquitecto Ignacio Díaz Morales (1905-1992). El arquitecto Díaz
Morales, fomentaba las ideas funcionalistas de la arquitectura, al igual que José
Villagrán García (1901-1982), con quien había establecido una amistad cercana y a
quien muchos arquitectos consideran como principal promotor de la arquitectura
moderna mexicana. Estas ideas que tenían como fundamento el bullicio de un mundo
nuevo, y enriquecidos por los pensamientos y las obras del movimiento moderno,
sirvieron de base para la formación de nuevas generaciones de arquitectos en la
Universidad de Guadalajara. Es en esa nueva escuela de arquitectura, cuando llega
Bruno Cadore Marcolongo en septiembre de 1950 a invitación del gobierno de México
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realizada a través del arquitecto Ignacio Díaz Morales. Su llegada es celebrada como
uno de los acontecimientos iniciales, ya que su presencia, junto con Silvio Alberti
Levati, Horst Hartung Franz (1919-), Erich Coufal Kieswetter (1926-), Mathías Goeritz
(1915-1990), Carlangelo Kovacevich, consolidó el pensamiento arquitectónico moderno
que se manifestó en sus arquitectos egresados.
Cadore llega a México en 1950 a la edad de 35 años, la escuela de arquitectura
fundada por Ignacio Díaz Morales tenía 2 años de haber iniciado sus actividades
académicas, sin embargo, impartió clases desde la primera generación de estudiantes
de arquitectura, entre los que se encontraban André Bellón, Guido Ramella, Humberto
Sánchez Altamirano, Enrique Nafarrate entre otros. El principio de formación del
arquitecto “(la escuela) estuvo inmersa en una mística escolar muy densa y elevada,
que tenía como meta la superación personal, mediante la entrega del alumno al estudio
y el sometimiento voluntario a las disciplinas escolares propias de la Arquitectura,
mística que produjo generaciones de egresados de muy consistente preparación
profesional” (Moya-Pérez, 1998).
El arquitecto Bruno Cadore Marcolongo, se caracterizó por ser un docente
congruente con su forma de pensar, generoso, respetuoso de la individualidad, sereno
y con un fino sentido del humor, en algunas ocasiones seco pero directo en su hablar,
sus clases de historia y teoría de la arquitectura tenían algo más que la misión de
enseñar, sus clases invitaban a la reflexión del quehacer arquitectónico, buscar y
encontrar las cualidades, características de las edificaciones y las intenciones que tenía
el autor en cada una de las obras.

Buscando a Cadore
El trabajo de investigación se desarrolló desde el enfoque cualitativo, precisamente
con el fin de construir el perfil y la obra de Bruno Cadore Marcolongo, uniendo cabos,
a partir de la experiencia de alumno de Teoría de la Arquitectura y Diseño
arquitectónico (1978-1979), compañero del curso Diseño Urbano impartido por Philip
Opher de la Universidad de Oxford impartido en la Universidad de Guadalajara
(1982), entrevistas semiestructuradas con Sonia Cadore, Aldo y Elena Ceruti, Olga
Becerra y Enrique Martínez de la Universidad de Guadalajara, el encuentro con dos
libros que escribió para los estudiantes de licenciatura y posgrado en la Universidad de
Guadalajara, la consulta en el Archivo Municipal de Guadalajara, en el Archivo
Histórico de Colima y en el Archivo Histórico de Manzanillo. Se visitó e identificó la
mayoría de su obra y en algunos casos recorrió y reconstruyó gráficamente la forma
original de unas obras actualmente demolidas o transformadas. Todo ello da evidencia
de su calidad de arquitecto, siguiendo el pensamiento de Vitruvio, la arquitectura es
teoría y práctica (Vitruvius, 1960). Cadore tenía su teoría y desarrolló su práctica
arquitectónica en obras que son un ejemplo de elegancia, buena solución espacial,
formas sencillas y equilibradas, que indudablemente demuestran que la buena
arquitectura ayuda a vivir mejor.
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La actividad proyectual del arquitecto Cadore es diversa, según los registros que se
obtuvieron, desarrolló proyectos de casas residenciales, edificios y locales de oficinas,
hoteles, fábricas y casas campestres en las ciudades de Guadalajara, y Tamazula en el
Estado de Jalisco. En las ciudades de Manzanillo y Colima en el Estado del mismo
nombre. Así como en el Estado de Nuevo León. Algunos proyectos aún existen como
es el caso de los edificios de oficinas y de comercio en la Avenida Chapultepec, unas
residencias en Guadalajara, Tamazula Jalisco y Manzanillo, un hotel en Colima.

Los caminos de Cadore


Explorar la trayectoria de Bruno Cadore Marcolongo, significó, adentrarse en una
etapa de la historia del siglo XX, por demás llena de acontecimientos de todo tipo.
indudablemente, las nuevas manifestaciones de arquitectura moderna, que buscaba
apoyarse en la nueva tecnología, así como en los nuevos retos que implicaba una nueva
visión de la arquitectura son el trasfondo del siglo XX. Las nuevas escuelas de
arquitectura que empezaron a proliferar en la primera parte del siglo XX permitieron
que las ideas racionalistas, funcionalistas, se propagaran por todas partes; en el caso de
México, no fue la excepción. Cuando el Arquitecto Ignacio Díaz Morales concibió la
creación de la escuela de arquitectura, también identificó la necesidad de contratar
profesores que tuvieran una visión moderna de la arquitectura, es decir, pretendió,
ante todo, un pensamiento fresco y actual del quehacer arquitectónico. Ante ese
planteamiento intención, buscó profesores egresados de las escuelas vanguardistas del
continente europeo, y en esta búsqueda, invitó a colaborar en el proyecto académico,
como se comenta con anterioridad, a tres arquitectos italianos, Silvio Alberto Levati
que procedía de Milán, al arquitecto Carlangelo Kovacevih de Florencia, y a Bruno
Cadore Marcolongo, el arquitecto Horst Hartung Franz procedía de Alemania y Erich
Coufal de Austria, cada uno de ellos con un oficio del quehacer arquitectónico
diferente.
En el caso particular de Bruno Cadore Marcolongo, quien ya contaba con el grado
de doctor por la Universidad de Florencia, llegó a la Universidad de Guadalajara para
impartir clases de historia de la arquitectura desde una perspectiva actual en su
momento1, lo que resultaba novedoso.
Bruno Cadore Marcolongo nació el 9 de abril de 1915 en la población de Cento,
perteneciente a la región de Emilia-Romagna, cerca de Ferrara y cuya capital es
Bolonia. Hijo de Ercole Cadore y Amelia Marcolongo. Fue el mayor de tres hermanos
(Bruno, Óscar y Ana María) y pronto tuvo que apoyar a su madre para la manutención
de la familia a la muerte de su padre.

1Luis Ortiz Monasterio en su libro La Historia del arquitecto mexicano siglos XVI-XX, señala que la historia
del arte (se llevaba) en los tres primeros años, hasta 1949, cuando aparece por primera vez como historia
de la arquitectura, en cuatro años.
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Fig.1. Bruno Cadore Marcolongo a la izquierda, Silvio Alberti Levati a la derecha. Archivo Sonia Cadore.
Circa 1970

Un año antes de su nacimiento (1914), Antonio Saint’Elia, quien se había alistado en


el ejército y murió en 1916 en el campo de batalla, había proyectado la Città Nuova, Las
ideas futuristas de grandes metrópolis habían caracterizado su pensamiento
arquitectónico y urbano. Saint’Elia publica un manifiesto para la arquitectura donde se
expone, según Benévolo, “el primer intento consciente – aunque imperfecto y limitado
a los enunciados verbales- de trasladar al campo de la arquitectura el espíritu
revolucionario que sopla en los medios de la vanguardia” (Benévolo, 2007).
“El problema de la arquitectura moderna no es un problema de retoque lineal. No se
trata de encontrar nuevas molduras, nuevos marcos de ventanas y puertas, para
sustituir las columnas, los pilares, las ménsulas con cariátides, con moscones o con
ranas, no se trata de dejar la fachada de ladrillo visto o de revocarla o de aplacarla con
piedra, no se trata, en una palabra, de determinar diferencias formales entre el edificio
nuevo y el viejo, sino crear de pies a cabeza la nueva casa, acaudalando todos los
recursos de la ciencia y de la técnica, eliminando señorialmente todas les exigencias de
nuestras costumbres y de nuestro espíritu… determinando formas nuevas, líneas
nuevas, una nueva razón de ser solo en las condiciones especiales de la vida
moderna…” (Benévolo, 2007, pág. 418).
Cuando Bruno Cadore Marcolongo realizó sus estudios de arquitectura a finales de
la década de los años 30, las ideas y las tendencias racionalistas confrontaban a la
arquitectura tradicional, el movimiento moderno se había enriquecido, se había creado
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la Bauhaus (1919) dirigido por Walter Gropius y la Bauhaus, y el quehacer


arquitectónico de Le Corbusier, las reuniones del Congreso Internacional de
Arquitectura Moderna (CIAM) en 1928 y cuyo enunciado “El destino de la arquitectura
es expresar el espíritu de una época” (Benévolo, 2007) que trataban de la arquitectura y
los problemas urbanísticos, así como la redacción de La Carta de Atenas (1933). A su
vez, la creación del Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV) en 1926
y dirigido por Giovanni Bordiga, la Primea Exposición de Arquitectura Racionalista en
el Palacio de las Exposiciones de Roma, así como otros movimientos arquitectónicos
que se presentaron como fueron el Art Nouveau y el Art Deco formaron un ciclorama
de la arquitectura en los años de estudio de arquitectura y que son una muestra de los
diferentes matices del horizonte teórico y práctico de la arquitectura en Europa.
Mientras que, en América, la obra de Frank Lloyd Wright, Richard Neutra acaparaba la
atención, la exposición internacional de arquitectura moderna promovida por el Museo
de Arte Moderno de Nueva York (1932), promovida por Philip Johnson y Henry-
Russel Hitchcock donde se presenta la producción de varios arquitectos como una
muestra de una nueva arquitectura. Y México, la presencia de Adam Boari con el
proyecto del Palacio de Bellas Artes, la conclusión de la obra le correspondió al
arquitecto Federico Mariscal, La obra de Carlos Obregón Santacilia, y en Guadalajara la
presencia de Juan José Barragán, y la arquitectura de Luis Barragán en la década de los
años 20, entre otros, es el escenario y muestra la intensa actividad de ideas que se
pregonaban sobre la arquitectura en esa época.
Un hecho particular en la historia de la arquitectura italiana de la década de los años
20 es la presencia del grupo de los 72, quienes manifestaban que “la nueva arquitectura
debe ser el resultado de una estrecha adecuación a la lógica y a la racionalidad”
(Colquhoun, 2005), y que posteriormente se desintegró, sin embargo, su actividad
profesional individual que para algunos de los integrantes que empezaron a recibir
destacan los proyectos de la Facultad de Física , obra de Giuseppe Pagano y la estación
ferroviaria de Santa María de Novella en Florencia, proyecto que desarrolla el
arquitecto Giovanni Michelucci junto con los entusiastas estudiantes del grupo Toscana
los alumnos; Baroni, Gamberini, Guarnieri, Lusanna (Dezzi-Bardeschi, 1988) y Cadore
(Cadore S. , 2018) en el año de 1936, marca un parteaguas en la arquitectura italiana ya
que “se trataba de una construcción en un ambiente muy comprometido, precisamente
tras el ábside de Santa María Novella (Benévolo, 2007)”.
El arquitecto Bruno Cadore Marcolongo llega a la escuela de arquitectura de la
Universidad de Guadalajara, imparte clases de historia de la arquitectura y el taller de
composición arquitectónica, particularmente haciendo énfasis en la arquitectura
contemporánea ya que, como buen italiano, le gustaba conversar. Su actividad en la
docencia se desarrolló durante 40 años. En el ámbito cultural de Guadalajara,
desarrolla una cercana amistad con los pintores José María Servín Zepeda ((1917-1983)
y Tomás Cuffin, con quienes compartía el gusto por la pintura y el arte en general.

2 Grupo lidereado por los arquitectos Edoardo Persico y Giuseppe Pagano y que posteriormente se
desintegra.
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De su actividad arquitectónica en México, se puede destacar varios proyectos como


son unas casas habitación para la familia Medina, edificios de oficinas en la Avenida
Chapultepec y Lerdo de Tejada, Estudio de fotografía de Llano en la misma avenida
esquina con la calle López Cotilla, su propia casa y la casa de la familia Ochoa en la
colonia Jardines del Bosque; dos residencias en la colonia Providencia y Country Club,
residencias en el club de Golf Santa Anita, oficinas y casas habitación en Tamazula,
Jalisco. En el Estado de Colima, proyecta un hotel y una gasolinera. En la ciudad y
puerto de Manzanillo realizó una residencia y unos bungalós, un condominio conocido
como Pájaro de Fuego. Existen otros proyectos en el Estado de Nuevo León, así como
unas restauraciones, entre otras obras identificadas. A su vez participó en varios
concursos de proyectos arquitectónicos.

Encontrando a Bruno Cadore, docente y formador de arquitectos


La escuela de arquitectura que se abrió en el año de 1948 tuvo una inscripción inicial
de 17 estudiantes. Cuando Cadore se incorporó a sus actividades docentes, le antecedía
su experiencia en la Universidad de Florencia, su formación académica y su
experiencia profesional, impartió la clase de historia de la arquitectura, mientras que la
materia de teoría de la arquitectura la impartía el arquitecto Díaz Morales (Kasis-
Ariceaga, 2004). Admirador de Vitruvio quien definió las características de la
arquitectura y del oficio del arquitecto de su momento. Así como de Andrea Palladio
arquitecto vanguardista de su época, Bruno Cadore se inclinaba por un particular
gusto por la arquitectura moderna y contemporánea. Con el fin de abrir las puertas del
conocimiento, ya que los libros especializados eran caros y escasos en esos años,
escribió para sus alumnos y para la escuela de arquitectura un libro Lecciones de historia
de la arquitectura moderna y teorías, en la nota inicial del libro menciona:
“Estos apuntes fueron preparados para remediar de alguna manera la falta de texto
para el curso de Historia de la Arquitectura Contemporánea y Teorías. Desde hace
muchos años he venido aconsejando a los alumnos primeramente el Pevsner y el
Giedion, después, cuando fue traducido al español, el Zevi y por último el Benévolo.
Había sin embargo la dificultad de que el Benévolo es casi imposible encontrarlo en el
mercado y además su costo es muy elevado (Cadore B. , 1971)”.
Además de impartir clases en la carrera, la Universidad de Guadalajara, ofreció el
primer curso sobre restauración de monumentos (1969), donde Bruno Cadore
compartió la cátedra con el arquitecto Víctor Manuel Villegas Monroy (1913-2013)
quien impulso la creación de la carrera de arquitecto en la Universidad de Guanajuato
en 1954 y que era director de la misma; el arquitecto Salvador Díaz-Berrio Fernández
(1940-2013); también catedrático de la misma universidad, el arquitecto Horst Hartung
Franz (1919-1990), siendo director de la escuela de arquitectura de la Universidad de
Guadalajara, el arquitecto Humberto Ponce Adame. Posteriormente, y producto de un
curso de especialización en urbanismo, escribió un nuevo libro de apuntes de
Restauración donde expuso desde las teorías hasta la elaboración del proyecto de
restauración (Cadore B. , 1970).
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Fig.2. Bruno Cadore en la primera sede de escuela de arquitectura. Archivo Sonia Cadore. Circa 1965.

Con el fin de ofrecer opciones de formación complementaria en diferentes


especializaciones, Cadore participó en la creación de la maestría en Investigación sobre
Arquitectura, donde se revisaba desde los tratadistas y la visión filosófica hasta la
arquitectura contemporánea correspondiente, y colaborando también en las maestrías
en Restauración y Urbanismo, cuando estas se abrieron a finales de los 80, entre sus
alumnos, figuró y coordinó dichos programas Javier Huízar Zuno (Martínez, 2018).
Durante los años 60 y 70, existió una proliferación de metodologías de diseño, como
era, entre otros, el caso de Lenguaje de Patrones, de Cristopher Alexander, estudioso
de estos procesos, solía mencionar que era importante la lectura y la filosofía de cada
proceso metodológico.

La obra arquitectónica de Cadore


La obra arquitectónica de Bruno Cadore Marcolongo en México, se inició
aproximadamente en el año de 1952, cuando realizó dos proyectos de casas habitación
por la calle de López Costilla, para la familia Medina, casas modernas, con un
tratamiento de macizo sobre vano y que constaban de dos niveles, en ellas se
manifiesta su inclinación por los colores claros con predominio del color blanco.
Posteriormente, en el fraccionamiento Jardines del Bosque realizado por el arquitecto
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Luis Barragán y con la colaboración de Mathias Göeritz con la escultura del pájaro
amarillo, realiza dos proyectos de casa habitación, una sería su casa y otra estaba
proyectada para la familia Ochoa.
En caso particular de la casa Luna 1505, número oficial que se le asignó la Dirección
de Planeación, Servicios Urbanos y Obras Públicas del Municipio de Guadalajara del
año de 1957 (Cadore B. , Permiso de construcción 512, 1957). El arquitecto realizó el
proyecto de su propia casa, donde se destacan varios elementos que son dignos de
considerar y que posteriormente los utilizaría en diferentes proyectos. Por un lado,
destaca la concepción de la estancia como núcleo central de la casa, alrededor de este
espacio giran los demás, la utilización de la luz indirecta que baña las circulaciones
verticales y la utilización de una fuente. El jardín interior ilumina la estancia y existe
una vinculación de la planta baja con el jardín posterior. Se destaca el manejo de
diferentes alturas en sus espacios interiores. En lo que respecta a la fachada principal,
utiliza líneas horizontales con un color amarillo rojizo para acentuar su presencia y
volumetría., en el muro de piedra que mira la calle utiliza un diseño de herrería para
ocultar el medidor de luz y buzón. Aquí, el detalle consiste en que utiliza el diagrama
de Piet Mondrian, con el manejo de colores que utilizará posteriormente en sus
diferentes proyectos. Otro detalle que nos muestra en esta obra es el tratamiento que le
da al muro que contiene el espacio del tinaco en la parte superior de la construcción
que se visualiza desde el exterior, lo pinta con figuras geométricas, integrando esa
forma rectangular en posición vertical que contrastaba con la horizontalidad de la
construcción. Este efecto visual lo repite en varios proyectos posteriores a manera de
firma. Sonia3 menciona de su casa: “aplicó un concepto muy moderno ya que no existía
una sala- comedor como tal, había un jardín y una cascada interior que daba mucha luz
a toda la planta baja y el sonido del agua era sumamente agradable y relajante, los
ventanales eran de piso a techo con una gran vista al jardín (Cadore S. , 2018).
En 1960 desarrolla en la misma calle el proyecto de la familia Ochoa (Cadore B. ,
Permiso de construcción 602, 1959), donde desplanta sobre la planta baja, la casa
habitación, mantiene la estancia como núcleo central y la zona privada mira libremente
el jardín interior. Actualmente ambas casas han sido modificadas en el transcurso de
los años por los nuevos propietarios. En ambos casos la iluminación natural al interior
de las casas es un atributo de disposición de elementos y solución espacial bien
solucionado. Circulaciones horizontales libres, ventiladas e iluminadas de manera
lateral o cenital dan un efecto de amplitud. De igual manera, en ambos casos, el
tratamiento de muro de piedra al exterior se ha manejado de manera aparente y los
acabados en los muros fueron terminados en color claro. El tratamiento de los muros
que en las dos casas ocultan el tinaco, se repite con dibujos geométricos a manera de
firma.

3 Sonia Cadore, hija mayor del Arquitecto Bruno Cadore y que vivió en el domicilio citado.
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Fig.3. Calle Luna 1505, Fotografía Bruno Cadore, Archivo Sonia Cadore, 1958.
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Fig.4. Plantas arquitectónicas a partir del plano de permiso de construcción 1957. Dibujó Yalitza Quintero.

Fig.5. Plantas arquitectónicas a partir del permiso de construcción. Dibujo Yalitza Quintero.
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A principios de los años sesenta realiza dos obras en el Estado de Colima, por un
lado, el Hotel El Costeño y gasolinería, realizada para el empresario Pascual Moreno
Barreto y un condominio habitacional de playa con aproximadamente 11 casas y
departamentos en el puerto y ciudad de Manzanillo.
En el caso del Hotel El costeño, nombre modificado, ya que el nombre original era
Motel Costeño, Se trata de una obra particularmente desarrollada en el año de 1959,
emplazada en el entronque de la carretera a Manzanillo y carretera a Jiquilpan, antiguo
camino que podía conducir a Guadalajara y México, y con frente al sur, este sitio era
estratégicamente ideal para sus funciones debido a su excelente ubicación, ya que
también ofrece la posibilidad de tener comunicación directa y cercana con el centro de
la ciudad de Colima, debido a la apertura de la avenida Rey Coliman a mediados de
los años 50 por parte del gobernador en turno. Debido a su fachada principal que se
encuentra orientada hacia el sur, en dirección de la carretera a Manzanillo, el paisaje
que ofrecía a los viajeros que llegaban a Colima era la fachada horizontal del hotel y
como respaldo la vista de los volcanes (el Nevado de Colima y el Volcán de Colima
respectivamente), esta composición visual natural, es aprovechada por el arquitecto
Cadore como insignia del mismo hotel, de tal manera que sintetiza el paisaje en una
imagen de color azul y que se imprime en toda la vajilla del restaurante del hotel. Así,
el arquitecto Cadore la consideró ideal como imagen de la empresa.
La particularidad del hotel estriba en la concepción espacial misma, es una
edificación de dos niveles; en la planta baja se encuentra la recepción, la
administración, el paso vehicular de los automóviles al interior del predio, un
restaurante y bar. En este último espacio cuenta con un excelente mural sin firma del
autor que describe los temas de cultivo de la sal y del plátano en Colima. En la planta
alta los cuartos se encuentran colocados uno frente al otro gracias a un distribuidor
central, cada cuarto tiene una composición distinta a partir de los mismos elementos
espaciales, baño, guardarropa, en algunos casos balcón. Otra particularidad de la
planta alta es la solución que presenta para la iluminación y ventilación, al crear una
cubierta ligeramente más alta en el distribuidor, que de las habitaciones, crea un efecto
Venturi de iluminación y ventilación, este efecto se caracteriza porque en la parte alta
se permita un espacio que dé paso libre al aire y a la luz; en el caso del aire, que llega
con una temperatura diferente al interior del distribuidor, al pasar por el espacio el aire
nuevo jala y extrae al aire caliente del interior. Así el distribuidor de planta alta es más
fresco y mejor iluminado.
Nuevamente presenta sus colores preferidos, blanco, gris claro y rojo amarillento
para acentuar los efectos de horizontalidad. Actualmente el hotel ha sido modificado y
ampliado, conservando la planta alta y el restaurant bar de la versión original
El condominio Pájaro de Fuego, fue un conjunto de 11 departamentos y casas
habitación de playa que contaba con una alberca y escultura central, la escultura era
una alegoría al Pájaro de Fuego, que daba nombre al conjunto. Ubicado en la playa de
Salahua en Manzanillo, el ingreso principal por una calle que comunicaba directamente
con el Boulevard Miguel de la Madrid Hurtado. construido a finales de la década de
los 60, este conjunto ofrecía, 11 unidades habitacionales distintas.
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Fig.6. Fachada principal del hotel Costeño. Archivo Sonia Cadore. 1959

Fig.7. Distribuidor planta alta, estado actual. Fotografía del autor


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El conjunto arquitectónico actualmente se encuentra demolido, sin embargo, hay


que resaltar el testimonio que ofrecen las entrevistas y las fotografías correspondientes.
La ubicación de la escultura Pájaro de Fuego se situaba junto a la alberca,
conociendo la historia del ballet de dos actos de Igor Stravinsky, bien pudiera cobrar
sentido el nombre y la escultura, la obra de ballet narra cómo el Príncipe Iván rescata a
un extraño pájaro, mitad mujer, mitad oro, mitad fuego. Al dejarle ir, el Pájaro le da
una pluma al Príncipe Iván. En el segundo acto el Príncipe se enamora de una doncella
cuando de pronto el brujo irrumpe en una escena y encarcela a las doncellas en un
castillo, el príncipe Iván recuerda al pájaro de fuego y la pluma que le había dado, la
llama y regresa para vencer al brujo y liberar a todos, así el Príncipe Iván lleva a su
prometida al palacio real en medio de la alegría. A partir de esta historia, la escultura
se sitúa al centro del condominio y la alberca, simulando la pluma del Pájaro de fuego,
que libera a todos de sus preocupaciones. Rodeado de diferentes proyectos, el conjunto
arquitectónico resultó diverso, en compañía del paraíso tropical rodeado de palmeras
que quisieron mantener para el mismo proyecto.
Nuevamente utiliza el recurso de formas geométricas en su obra arquitectónica, así
como la inspiración literaria. En la figura 7 se puede apreciar el cubo en el parte
superior decorado de esta manera, como una característica firma de su obra. En la
figura 8, se aprecia la escultura del Pájaro de Fuego, acentuando su presencia por las
figuras geométricas en su cuerpo.
Por sus características paisajísticas, el Pájaro de Fuego que a su vez era utilizado
como fuente, era sitio para reuniones y eventos sociales colectivas.

Fig.8; Vivienda del Conjunto Pájaro de Fuego. Archivo Sonia Cadore. Circa 1970
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Fig.9; Escultura Pájaro de Fuego que daba nombre al Conjunto Pájaro de Fuego. Archivo Sonia Cadore.
Circa 1970

En las décadas de los años 50, 60 y 70, se utilizó la modalidad de los Trailers Park,
conjuntos de estacionamientos privados para camiones casa cuya modalidad era la
prefabricación (también conocidas como mobile home) de viviendas que se
desplazaban, al contrario que los inmuebles que se encuentran anclados al piso, el
concepto de estas casas prefabricadas era precisamente la movilidad. Estos conjuntos
urbanos contaban con espacios de estacionamiento y el suministro de luz eléctrica, de
agua potable, drenaje, gas y un espacio de convivencia y administración, así como con
servicios complementarios, como alberca, restaurante, área recreativa o de encuentro,
por lo general debían estar cerca de una avenida ya fuera a la entrada de las ciudades
en el caso de Guadalajara, existieron varios conjuntos urbanos de este tipo
arquitectónico que parecía ser una alternativa para los viajeros por prolongado tiempo.
Popular es por la alternativa de poder llegar a casi cualquier ciudad, los Trailers Park
resultaron, al paso del tiempo, una alternativa que no prospero. En esta obra en
particular, Cadore, realizó el proyecto de Trailer Park “Yuca”, que se encontraba en la
esquina de Niño Obrero y la Avenida Las Torres (actualmente Lázaro Cárdenas). su
emplazamiento urbano, a la entrada de la carretera a Nogales o Norte del país. El
Tráiler Park “La Yuca”, tenía un interesante tratamiento espacial que incluía desde la
alberca y área de servicios con un predominio de los colores que Cadore aplicaba a sus
obras y además contó con el primer baño de vapor en un tráiler park (Ceruti, 2018).
Actualmente demolido, se le recuerda por su arquitectura.
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Fig.10. Fotografía aérea del Trailer Park Yuca. Archivo Sonia Cadore. Circa 1970.

Fig.11. Fotografía del área central con alberca y servicios del Trailer Park Yuca. Archivo Sonia Cadore.
Circa 1970.
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En el género comercial, Cadore también proyectó tres edificios en la Avenida


Chapultepec, dos de ellos ubicado uno frente al otro. Particularmente destaca el
Edificio Monte Carlo, que se encuentra ubicado al oriente con la avenida y al sur con la
calle Lerdo de Tejada. Edificio de comercio y oficinas de cuatro niveles, y que se
considera un ícono de la misma avenida. Esta obra fue realizada en el año de 1968 para
un empresario tapatío. En esta obra su composición plástica, el volumen masivo pero
fragmentado para quitar rigidez geométrica y hacerla visualmente ligera. El ingreso las
oficinas se realiza por la avenida, enmarcadas por el manejo de cantera y celosía que
permiten la iluminación en las plantas superiores e incluyen el estacionamiento en el
sótano. La modulación de sus ventanas y columnas, el volumen de la fachada se
manifiesta una imagen geométricamente de forma básicamente cuadrada. Y ante la
rigidez de la misma y por la disposición de los perfiles metálicos de las ventanas y la
manera en que disimula la estructura que soporta el edificio, le dan ligereza a la
percepción de las fachadas. Se enmarcan, en planta baja con una marquesina recubierta
de cantera color café claro, el uso del color blanco en los vanos y láminas, característica
de la obra de Cadore. Remata el edificio con un voladizo en la parte superior que, de
manera rítmica, la fragmenta como si se endientara la cubierta, quitando el peso visual
a la horizontalidad para elevarla visualmente. En el interior, la limpieza de los
espacios, la clara iluminación y la elegancia de los acabados, convierte a este edificio en
una obra de excelencia arquitectónica de su tiempo. En su inauguración, como se
mencionó anteriormente, se instaló en la planta baja la tienda comercial El Nuevo París,
la Empresa Huerta y Compañía quien publica un desplegado de agradecimiento “por
el magnífico local cuya construcción estuvo a cargo del arquitecto Bruno Cadore
(Huerta y Cia, 1968)”.

Fig.12. Fotografías del edificio Monte Carlo, Chapultepec 268. Archivo Sonia Cadore. Circa 1968.
266 LUIS ALBERTO MENDOZA PÉREZ

Reflexiones finales
Conocer los antecedentes del arquitecto Cadore previo a su llegada a México, nos
permite visualizar la razón de su inclinación por la arquitectura moderna y
contemporánea. En el transcurso de la primera mitad del siglo XX, se manifestaron
muchos movimientos arquitectónicos, momentos teóricos y obras desarrolladas por
grandes arquitectos, la presencia y generación de libros, el auge de las revistas de
arquitectura moderna y exposiciones donde se hablaba del estilo internacional, el
racionalismo, el funcionalismo, los congresos internacionales de arquitectura (CIAM)
sembraron en él la semilla de una nueva arquitectura. Comprendía cabalmente que el
objetivo de la arquitectura, además de solucionar problemas del hábitat, es el
compromiso de ayudar a vivir mejor. Su experiencia en la participación en el equipo
dirigido por Giovanni Michelucci, la experiencia de trabajos de restauración de puentes
en Italia, le permitió conocer de primera mano, los inicios de la nueva arquitectura,
surgida de las discusiones de arquitectos italianos particularmente. En el ámbito
académico, su cercanía a la lectura de los arquitectos de la época, como Bruno Zevi,
Pevsner, posteriormente Benévolo, Banham, Tafuri, del mundo europeo. La presencia
de la teoría de José Villagrán García y las propias de Ignacio Díaz Morales a su llegada
a México y también la presencia de Göeritz en los primeros años de la década de los 50,
y sus propias ideas, convirtieron a Cadore en un referente de la enseñanza de la
arquitectura en la Universidad de Guadalajara, reconocido por arquitectos de la talla
de Fernando González Gortázar. Por su aporte a la formación de generaciones de
arquitectos y especialistas de la arquitectura en 40 años de docencia tuvo gratificación
en proyectos y obras desarrollados por los arquitectos egresados.
En lo que respecta su obra arquitectónica, cabe resaltar el manejo de los espacios y
de los materiales de construcción, la utilización de sus colores predilectos que
predominaron a lo largo de su producción arquitectónica, el análisis de las necesidades
y el buen emplazamiento que lograba, los recursos visuales y la firma en los muros en
la parte superior de las viviendas, permitían su identificación, logrando la integración
de todos los elementos que se presentan en las fachadas con elegancia y distinción. La
utilización de celosías adecuadas y sin el abuso, obras arquitectónicas sencillas, más no
simples, discretas más no mudas que permiten a la ciudad y a sus habitantes el disfrute
de las mismas, reconocida por los propios usuarios y clientes que tuvo como proyectos
elegantes, luminosos. La presencia de Bruno Cadore Marcolongo desde su llegada se
manifestó de múltiples maneras, su colaboración en eventos sociales, sus donativos, su
presencia en el mundo cultural de Guadalajara, la docencia, la arquitectura. Por su
trayectoria fue reconocido en varias ocasiones, como lo demuestran; Premio Jalisco de
Arquitectura (1985), Universidad de Guadalajara (1986), Colegio de Arquitectos del
Estado de Jalisco (1988), Fundación Utopía (1989), Academia Nacional de Arquitectura
(1990). Finalmente, persona congruente, generosa, respetuosa, de fino humor y sobre
todo de “boune gustaio”. Hay en Bruno Cadore Marcolongo, una presencia relevante en
la teoría y en la práctica, tal como señala Vitruvio de los atributos de la arquitectura y
de los arquitectos. Hay una herencia de Bruno Cadore Marcolongo que habrá de seguir
estudiando.
BRUNO CADORE MARCOLONGO 267

Bibliografía
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Entrevistas
Becerra, O. (16 de Noviembre de 2018). Cadore Docente. (L. A. Mendoza-Pérez,
Entrevistador)
Cadore, S. (10 de Octubre de 2018). Vida de Bruno Cadore Mardolongo. (L. A. Pérez,
Entrevistador)
Ceruti, A. y. (16 de Octubre de 2018). La obra de Cadore. (L. A. Mendoza-Pérez,
Entrevistador)
Martínez, E. (20 de Octubre de 2018). Cadore y posgrado. (L. A. Mendoza-Pérez,
Entrevistador)

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