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La Vía Sin Cabeza

¡Bienvenidos!

La Vía Sin Cabeza te ofrece una forma práctica y fácil de usar para ver Quién eres
realmente. Este método fue desarrollado por el filósofo Douglas Harding. Lo esencial
de este enfoque son los Experimentos – ejercicios de conciencia que guían la atención
directamente a tu identidad más profunda.

¿Quién Eres?

La Respuesta de la Religión

Los mayores místicos del mundo tienen un mensaje común:

“Hay una Realidad que es Indivisible, Una, Sola, la Fuente y Ser de todo; no es una
cosa, ni siquiera una mente, sino puro Espíritu o clara Conciencia; y nosotros somos
Eso y nada más que Eso, porque Eso es nuestra verdadera Naturaleza; y la única forma
de encontrarlo es mirar hacia adentro constantemente, donde se encuentra la paz
suprema, la alegría constante y la misma vida eterna.” (Tomado de Religiones del
Mundo de Douglas Harding)

La Respuesta de la Ciencia

Lo que eres depende de la distancia del


observador. A una distancia de varios
metros, más o menos, eres humano,
pero a distancias más cortas eres
células, moléculas, átomos, partículas…
Visto desde más lejos tu cuerpo se va
absorbiendo en el resto de la sociedad,
la vida, el planeta, las estrellas, la
galaxia… la vista objetiva de ti de la
Ciencia – acercándose y alejándose muy
rápidamente de ti – revela un sistema
de capas jerárquicamente organizado
que está vivo y es inteligente y hermoso. Por lo tanto tienes muchas capas, como una
cebolla. Necesitas cada una de estas capas para existir. Tu identidad humana, por más
vital e importante que sea, es sólo una de estas capas. También eres infrahumano y
sobrehumano. (Ver el libro La Jerarquía del Cielo y la Tierra.)

¿Quién eres en el Centro de tus múltiples capas? El científico no lo puede decir porque
sólo te puede observar a distancia. Por más que se acerque a ti, sigue fuera de ti. Qué
o Quien eres realmente, el nucleo de tu Ser, sigue siendo un misterio.

La Respuesta de Los Demás

Los demás son como el científico porque tampoco pueden ver lo que eres en el Centro,
sólo lo que eres en la periferia. Al reflejar hacia ti su opinión de ti, sus observaciones
son sobre ti como persona.

Tu Respuesta

Tu no estás distante de ti mismo, ni fuera de ti mismo. Por lo tanto, tú – y sólo tú –


estás perfectamente ubicado para ver lo que eres en el Centro. Lo único que tienes
que hacer es mirar.

¿Como miras hacia adentro de tu Centro?

Los Experimentos dirigen tu atención hacia adentro, a tu centro.


Revelan el Uno que eres realmente, el Uno en el centro de tu
vida. Toma algún tiempo ahora para explorarlos.

Cita

Durante los últimos (sesenta) años se ha venido desarrollando una forma


verdaderamente contemporánea y occidental de “mirar dentro de la Naturaleza de
uno mismo” o “Iluminación”. Aunque en esencia , lo mismo que el Zen, el Sufismo, y
otras disciplinas espirituales, este método actúa de una manera inusualmente
pragmática. Afirma que es más probable que el hombre moderno vea Quien es
realmente en un minuto de experimentación activa que en años de lectura, asistencia
a seminarios, pensamiento, prácticas rituales y meditación pasiva del tipo tradicional.
En vez de todo eso, utiliza una serie de pruebas sencillas, no-verbales, de investigación,
todas preguntando: ¿como me veo a mí mismo? Dirigen mi atención a mi punto ciego
– al espacio que ocupo, a lo que hay aquí en el Centro de mi universo, a cómo se siente
ser la primera persona del singular, en tiempo presente. (Tomado de La Vía Sin Cabeza,
un folleto de Douglas Harding.)

EXPERIMENTO: Apuntando Aquí

Cuando apuntas hacia cualquier lugar en el mundo, señalas


objetos de percepción. Te encuentras a distancia de lo que miras,
y ves algo. Prueba lo siguiente.
Apunta con el dedo al lugar donde los demás ven tu cara. ¿Qué ves? Has revertido la
dirección de tu atención hacia ti y ahora te miras a distancia cero. ¿Ves algo?

Cuando apuntas hacia ti mismo, al lugar donde otros ven tu cara, no apuntas a ninguna
cosa, ¿cierto? ¡Aquí no hay ojos, boca, mejillas, cara, ni cabeza!
Pierdes la cabeza y te ganas el mundo.

Comentario de Richard Lang

¿Quién eres realmente? No quien eres en los ojos de los demás, o en el espejo, o
según tus creencias o supuestos sin examinar, sino en tu propia experiencia directa.

Los grandes maestros espirituales dicen que no eres tu apariencia – en el fondo,


secretamente, más cerca de ti que tu propia respiración, eres capacidad para el
mundo. Ellos dicen que para descubrir esta verdad maravillosa acerca de ti mismo
debes mirar simplemente e inocentemente, como un niño. ¿A dónde miras?
Exactamente donde estás, al observador. ¿Cuándo? Ahora.

Para ver quien eres realmente, realiza el siguiente experimento.


Cuando apuntas a cualquier sitio no importa donde sea, estás apuntando a
apariencias. Estás distante de lo que estás observando y ves cosas, ves objetos.
Observa ésto – dirige tu atención a las cosas señalándolas. Las siguientes imágenes son
sólo una indicación – es fundamental que HAGAS el experimento.)

Por ejemplo, puedo ver las formas y colores de esta habitación…

de mi pie…

de mi rodilla…

En todos estos casos, mi atención está dirigida hacia fuera, a objetos.

Ahora apunta a donde los demás ven tu cara.

¿Qué ves? Ahora estás mirando hacia adentro – dando la vuelta a la dirección de tu
atención 180 grados de los objetos exteriores hacia el Sujeto, al lugar desde donde
estás mirando. ¿Puedes ver tu cara? ¿Puedes ver cualquier cosa ahí – cualquier color o
forma, cualquier movimiento?

Aquí está mi experiencia: mirando hacia adentro, donde lo demás ven mi cara, no
encuentro ningún color o forma aquí. Encuentro capacidad o conciencia ilimitada a
este lado que está apuntando mi dedo. Esta capacidad está vacía, es clara y
transparente. Es evidentemente despierta y consciente.

Al mismo tiempo dicha capacidad está llena de todo lo que está sucediendo dentro de
ella: mi dedo, mi visión de la escena más allá de mi dedo, sentimientos…

Ahora estoy viendo Quien soy realmente – viendo el Uno ilimitado en el centro de mí
mismo, el Uno en el cual el mundo está ocurriendo.

¿Qué encuentras? ¿También estás mirando desde esta conciencia totalmente abierta y
cristalina?

El Verdadero Ver

La descripción de Douglas Harding de su primera Visión.


El mejor día de mi vida —el día de mi renacimiento, por decirlo así— fue cuando
encontré que no tenía cabeza. Esto no es un juego literario ni un dicho ingenioso para
suscitar el interés a toda costa. Lo digo en serio. Yo no tengo cabeza.

Tenía treinta y tres años cuando hice el descubrimiento. Aunque ciertamente vino de
repente, lo hizo en respuesta a una indagación apremiante; durante varios meses
había estado absorbido en la pregunta: ¿quién soy yo? El hecho de que me encontrara
de marcha en el Himalaya en aquel momento probablemente tuvo poco que ver con
ello, aunque se dice que en ese lugar vienen más fácilmente estados de mente
inusuales. Sea como fuere, un día muy claro y sereno, y una vista desde el risco donde
me hallaba, sobre umbríos valles azules hasta la montaña más alta del mundo,
constituían una escena digna de la visión más sublime.

Lo que ocurrió de hecho fue algo absurdamente simple y poco espectacular: por un
momento dejé de pensar. La razón y la imaginación y todo el parloteo mental se
extinguieron. Por una vez, me faltaron realmente las palabras. Olvidé mi nombre, mi
humanidad, mi realidad objetiva, todo lo que podía ser llamado mí mismo o mío. El
pasado y el futuro se esfumaron. Fue como si hubiera nacido en aquel instante,
absolutamente nuevo, sin mente, inocente de todos los recuerdos. Existía solo el
Ahora, aquel momento presente y lo que se daba claramente en él. Ver era suficiente.
Y lo que encontré eran unas perneras caquis que terminaban hacia abajo en un par de
zapatos marrones, unas mangas caquis que terminaban a ambos lados en un par de
manos rosadas, y una pechera caqui que terminaba hacia arriba en — ¡absolutamente
nada! Ciertamente no en una cabeza.

No me llevó ningún tiempo notar que esta nada, que este hueco donde debía haber
habido una cabeza, no era un vacío ordinario, no era una mera nada. Al contrario,
estaba muy ocupada. Era una vasta vacuidad ampliamente llena, una nada que
encontraba sitio para todo, para la hierba, los árboles, las distantes colinas umbrías, y
allá a lo lejos, por encima de ellas, las cumbres nevadas como una hilera de nubes
anguladas cabalgando en el cielo azul. Había perdido una cabeza y ganado un mundo.

Todo aquello, literalmente, cortaba la respiración. Me pareció dejar de respirar


enteramente, absorbido en lo Dado. Hela aquí, esta soberbia escena, brillando
rutilantemente en el aire claro, sola y sin soporte, misteriosamente suspendida en el
vacío, y (y esto era el milagro real, la maravilla y la delicia) completamente libre de
«mí», intocada por ningún observador. Su presencia total era mi ausencia total, cuerpo
y alma. Más ligero que el aire, más claro que el cristal, enteramente libre de mí mismo,
yo no estaba allí en ninguna parte.

Sin embargo, a pesar de la mágica e imprevista cualidad de esta visión, no era ningún
sueño, ninguna revelación esotérica. Todo lo contrario: se sentía como un súbito
despertar del sueño de la vida ordinaria, y un final al soñar. Era realidad autoluminosa,
por una vez limpia de toda mente oscurecedora. Era la revelación, por fin, de lo
perfectamente evidente. Era un momento lúcido en una historia vital confusa. Era el
fin de ignorar algo que (desde la más temprana infancia) yo había estado demasiado
ocupado o había sido demasiado listo o había estado demasiado asustado para verlo.
Era una atención desnuda, no crítica a lo que desde siempre había sido enteramente
evidente —mi completa falta de cara. Brevemente, todo era perfectamente simple y
llano y directo, más allá de argumento, pensamiento, y palabras. No surgía ninguna
pregunta, ninguna referencia más allá de la experiencia misma, sino solo paz y un
sereno gozo, y la sensación de haber soltado un fardo intolerable.

APUNTANDO EN DOS DIRECCIONES

Comentario de Richard Lang

Apunta con el
dedo índice
hacia afuera,
hacia el mundo.
Mientras tanto,
con el otro
dedo, empieza a
apuntar hacia
adentro, hacia
tu ausencia de
rostro.

El dedo que
apunta hacia
afuera está
señalando una
escena colmada de forma y color. Se trata de un retablo complicado y cambiante. Al
seguir observando, te percatarás de más cosas y más cosas, y que mucha de ellas
permanecen ocultas, dado que se encuentran obstruidas por otros objetos y demás.
Lo que ves hacia adentro es diferente. Aquí ves que el espacio no se encuentra oculto
tras nada. Aquí se ve todo simultáneamente. En la foto de arriba, sólo veo una parte
de la habitación que hay en el fondo… mientras que aquí veo todo el espacio sin
limitaciones. Aquí no queda nada sin ver, no hay nada escondido. Adicionalmente, el
Ser que soy aquí…(Y que tú también eres, aunque esto lo tienes que comprobar por ti
mismo) no se encuentra separado o alejado de nada. Está justo aquí, es lo que soy. Es
la parte de mí que jamás puedo perder. ¿Hay algo más sencillo que darse cuenta de
esto? Es sumamente fácil, transparente, directo, analizable y está alcance de todos.
¡No hay medias tintas!
¿Estás ante tu Ser verdadero? Ahora, que te has “vaciado” del todo, ¿puedes ver que
eres capacidad para todo lo que acontece ante ti, que eres el contenedor de todas las
maravillas del mundo? Para averiguarlo, sólo tienes que hacer una cosa: Mirar. Ver el
espacio que hay aquí es lo más sencillo del mundo.

Aplicaciones prácticas

Una vez demostrado que eres capacidad para el mundo, puedes replantearte cualquier
problema o situación confusa desde esta claridad absoluta. Se trata de una atención
bi-direccional: desde la situación complicada que hay ahí hasta la claridad que eres
aquí. No eres un objeto atrapado en la situación, eres capacidad para todo lo que
acontece. La claridad que hay aquí no se ve afectada por la confusión que hay afuera.
Puedes estar despierto y relajado siendo la claridad y simplicidad de tu esencia
interior. Contemplando el mundo desde esta perspectiva, todas las respuestas
aparecen con mayor fluidez y naturalidad. Con el tiempo, y a través de tu propia
experiencia, sentirás más y más confianza por esta faceta tan profunda de tu ser. Las
apariencias siempre se encuentran enfrentadas entre sí y poseen recursos muy
limitados, pero tu ser verdadero no es una mera apariencia. No eres un objeto
enfrentado a otros objetos sino el espacio que lo contiene todo, la profundidad desde
la que fluye el mundo.

Acostúmbrate a ser consciente del espacio desde el que ves, el espacio desde el que
vives tu vida. Cuando te encuentres con una situación difícil, date cuenta de que eres
capacidad pare la misma y permite que tu identidad verdadera te de la respuesta
adecuada.
La atención bidireccional es tremendamente práctica. Ante cualquier situación
complicada, la mejor solución siempre es estar conscientemente abierto a tu ser, ¡el
mismo ser que ha creado todas estas situaciones!

Douglas Harding

Una vez realizados estos ejercicios de atención básica, habrás podido comprobar el
significado de ver el mundo en primera persona singular, desde la Nada que es
consciente de su función como el Contenedor o el Fondo de todo este espectáculo. Ver
de esta manera es creer. Aunque carece de misticismo (en la acepción popular de la
palabra), es algo preciso, total, todo o nada. Se trata de una experiencia que -siempre
que no se vea interrumpida- no admite división ni graduación alguna. Ahora, tu
cometido es simplemente seguir viendo tu Ausencia/Presencia en toda situación, hasta
que ver se convierta en algo natural y continuo. Esto no conlleva perderse en tu Vacío
ni en aquello que lo llena, sino en contemplar simultáneamente la cosa que estás
viendo y la No-cosa desde la que estás mirando. Hallarás que no hay ocasión en la que
esta mirada bi-direccional esté de sobra o sea redundante. La cordura sólo tiene un
precio: la atención. La Ciencia de la Primera Persona, Douglas Harding.

Citas

La solución a tu problema es ver quién lo tiene. Ramana Maharsi

Casi todas nuestras tensiones y frustraciones surgen de la necesidad compulsiva de


adoptar el papel de “alguien” que no tiene nada que ver con lo que somos. Dr. Hans
Selye

Comentarios

Ver es muy sencillo: observamos la nada en la que estamos y, a la vez, observamos el


mundo. Cuando lo describo con palabras parece que estoy fragmentado y complicando
algo que, en realidad, es mucho más sencillo. De hecho, es tan sencillo que está al
alcance de cualquiera… porque ya estamos en este lugar. Sólo es cuestión de
percatarnos. R.L. GBR

Sólo tienes que fijarte en lo que ves, en lo que no ves y contemplar ese panorama.
Indaga sobre lo no ves y sobre si tiene algo que ver con esa parte a la que llamas “yo”.
No te espere grandes cambios emocionales (aunque, por poder, pueden darse pero
tampoco son necesarios) J.A. EEUU

Me preguntas si utilizo alguna técnica en particular cuando “expando la atención para


incluir la fuente”. Para mí esto significa volver a observar la Nada…. ¿y cómo se hace
eso?

Contemplo el lugar que hay por encima de mi pecho, donde lo demás ven mi cara: “El
lugar desde el que miro”. Y sigo mirando… hasta que me doy cuenta que no estoy
mirando desde ninguna “cosa”, aquí no hay ojos… no hay absolutamente nada.

Es de lo más sencillo. La gente tiende a ignorar este lugar, es “terra incognita”. Ver es
volver a despertar y redescubrir este “lugar”. Podemos utilizar muchas frases, como “El
ojo único”, “visión bi-direccional”, “ser nada”, “ser capacidad”, etc. Pero esto va
cambiando y, a menudo, ni siquiera utilizo ninguna palabra.

No hago ningún esfuerzo por dejar de pensar. La nada está totalmente vacía, vacía de
todo, incluyendo el pensamiento. Despertar conlleva despertar en una mente
totalmente silenciosa: en la no-mente. Aquí reina la paz. Entonces, por ende, mi mente
caótica se tranquiliza. No es porque la esté manipulando, sino por estar despierto en
este lugar totalmente pacífico, esto repercute sobre mi mente.

De hecho, ¡la nada y los pensamientos hacen muy buena pareja! Todos los
pensamientos surgen de la nada.

¿Qué “estoy haciendo” cuando veo? Esto es un problema semántico. No “ignoro” la


presencia de la nada… estoy observando este espacio directamente. Pero claro, ¿y
quién está observando la nada? ¡Pues a misma Nada! R.L. GBR

¿Cómo puede repercutir esto en tu vida?

Sosiego.Cuando ves tu Naturaleza Verdadera, verás que tu apariencia está ahí afuera,
en el espejo y en los demás. Le das validez al hecho de que aquí, en el centro, no
existe. Tu humanidad es periférica. ¡Qué tranquilidad! Aquí, en el centro, no hay nada
que mantener, nada por lo que preocuparse, ajustar, cambiar o curar, nada de lo que
librarse, enorgullecerse o criticar… Te puedes relajar y volver a entrar en este espacio
tan libre y saludable –la decisión es tuya. Aquí, en tu centro, todo va bien, ¡nunca has
estado mejor!

Tu identidad humana.

En el centro, eres un ser divino. Tu apariencia, según la distancia desde la que se te


observe, es la de un ser humano. Ver Quién eres de verdad no significa que pierdas
contacto con tu aspecto exterior ni tampoco supone que dejes de tener conciencia de
ti mismo. Eso sería imposible, además de indeseable. Seguirás respondiendo a tu
nombre, te reconocerás perfectamente en el espejo y continuarás siendo responsable
por todas tus acciones; todo esto es evidente. Pero también te darás cuenta de que tu
humanidad es como un “disfraz”, un encarnación adoptada por ti para estar aquí, en
este mundo. Por dentro eres Dios, por fuera eres una persona, una persona tan
especial como única. Pero en vez de pensar que eres solamente esa persona, esa
apariencia, eres consciente de que también eres el poder, la seguridad y la fuente de
inspiración que hay dentro de ti. Eres la conciencia que guía tus pasos dentro del
mundo humano. Esto te permite ser y vivir plenamente como ti mismo.

Amor Incondicional

Este poder en tu interior, esta seguridad que reside en tu corazón más profundo,
supone un amor incondicional. Este espacio sin cabeza, al ser nada, no tiene medios
para negarse o rechazar a nada o a nadie. Estás totalmente abierto, tanto para tu
propia vida, como la vida de los demás.
Descubrir Quién eres Realmente supone un reto muy significante. Implica un cambio
radical en la manera en la que nos vemos a nosotros mismos y a los demás. Al vivir
desde esta perspectiva observaremos cambios profundos en nuestras relaciones
personales y en el trato que tenemos con nosotros mismos. Préstale atención a la
Verdad incondicional y comprobarás por ti mismo las maneras en las que este amor
ilimitado te afecta personalmente.

Douglas Harding:

Uno de los instrumentos que mejor indican que Dios está más cerca de mí que
“Douglas” es el espejo, dado que éste se deshace de esa obstrucción llamada Douglas,
para dejarle paso a Dios. El espejo es un maestro maravilloso, maravillosísimo, y
mucho más valioso que cualquier escritura. Face to No-Face, Douglas Harding.

El espejo confirma la amplitud y la apertura del espacio que hay aquí, dónde estoy. El
mismo objeto que me impuso un rostro hace ya tantos años, también me ha librado de
él. ¡Ahora miro al cristal para ver el aspecto que no tengo! Douglas Harding.
He dedicado m vida a compartir lo siguiente con todo el que quiera oírlo: deja de
identificarte con el ser que aparece en el espejo, un ser, sin duda, importantísimo,
pero que se encuentra ahí. Vuelve de ahí para volver aquí, a tu Origen, el lugar donde
siempre has estado. Entrevista en vídeo con Douglas Harding.

Sigue con otro experimento

Citas

Su forma ha fallecido, se ha convertido en un espejo. Ahí no queda nada salvo la


imagen del rostro de otro. Rumi.

Todos nosotros reflejamos como en un espejo la gloria del Señor. San Pablo

Sólo, sin forma ni cara,


sin suelo ni muleta, uno sigue.
Para amar Aquello, más allá de toda criatura
a lo que se llega por feliz destino. San Juan de la Cruz.

Como belleza no soy una estrella,


pues las hay más hermosas.
Pero mi rostro, me da igual,
dado que me encuentro tras él.
Aquellos que se interponen por delante, acaban enjarrados. Atribuido a Woodrow
Wilson
Una abuela somnolienta
se encuentra a sí misma sobre un espejo anticuado.
Y, claro está, ve una cara
que no se asemeja en absoluto a la suya. Trozan Ryokai

Todos, aun sin conocer la verdadera naturaleza de sus rostros, quieren un espejo.
Pero, ¿cuánto permanece el reflejo ante la vista? Habitúate a contemplar el origen de
dicho reflejo. Esta mejilla y esta verruga nos remiten a la Fuente de la que brotan.
Rumi.

Y nosotros, siempre somos espectadores, en todos los lugares,


mirando a, jamás desde.
¿Quién nos ha dado la vuelta de esta manera? Rilke

Ando buscando el rostro que tenía


antes de que se creará el mundo. Yeats

Al perder y deshacerte de cuerpo y mente, verás claramente tu rostro original Zazen-gi

Ninguno de los 1700 koans del zen tiene otro propósito que no sea el ver nuestro
Rostro Original. Daito Kokushi.

Cuando nos deshacemos del pensamiento, reaparece el Rostro Verdadero, Daito


Kokushi.

Aquél que sostiene su propio Rostro, su luz más brillante que la luz de cualquier
criatura, aunque muera, su visón es eterna, pues suya es la visión del creador, Rumi

Un Brahmán le fue a pedir ayuda al Buda, presentándose con una ofrenda de flores en
cada mano. “Suéltalo”, le instruyó el Buda y el Brahmán soltó las flores que llevaba en
la mano derecha.
“Suéltalo” repitió el buda y el Brahmán soltó las flores que llevaba en la mano
izquierda.
“Suéltalo” repitió el Buda y el Brahmán se quedó sin saber qué hacer.
“Suelta todo lo que hay en ninguna mano… sino en el medio”.
Al escuchar esto el Brahmán se marchó satisfecho.
Cuando veas en el camino una cabeza decapitada… entonces comprenderás nuestro
misterio oculto. Rumi.

Estoy libre de cabeza. Rumi.


Jamás has sostenido la cabeza de un hombre; eres una cola. Rumi.

¡Decapítate! Rumi.

Has de elegir o una cosa o la otra: decapitación o exilio… Aquél que me ama, pero ama
más a su cabeza, no me ama de verdad. Attar.

Se deshizo en juego de su cabeza, riendo y celebrando. Rumi.

Un monje dijo que tenía la espada preciosa. Ten-t’ou alargó el cuello diciendo:
“Entonces, ¡córtame la cabeza!”. El monje le respondió: “¡Ya la tienes cortada!”, y Yen-
t’ou empezó a reír a carcajadas. Pero el monje no comprendió el significado de su risa.
Expediente azul del acantilado.

La espada preciosa de Vajra está aquí mismo, y su propósito no es sino la decapitación.


Tai-hui

Cuando Él decapita una cabeza de un cuerpo, instantáneamente hace crecer mil


cabezas para el recién decapitado. Rumi.

Comentarios

Un amigo le dijo a su hija de cuatro años que fuera al lavabo a lavarse la cara. Cuando
el amigo entró en el baño, vio que, efectivamente, se estaba lavando la cara... ¡la cara
del espejo! En otra ocasión, mi amigo y su hija estaban viendo fotos de la guardería y
su hija reconocía todos los rostros menos uno: “¡Nunca he visto a esa niña en el
colegio!”. RL. GBR.

La semana pasada me visitó un amigo. Estaba deprimido y le tenía miedo al futuro. Le


di un espejo y le dije que mirará al rostro que aparecía ahí. “¿Quién es ese?” Le
pregunté, y me dijo: “Bueno, soy yo, con una cara muy triste”. Entonces le pedí que se
concentrara en la mirada con la que veía esa cara. Le pregunte si se podía identificar
con esa mirada más que con el rostro del espejo. Me sorprendió gratamente cuando
me dijo que sí. Hasta ese día no había mostrado ningún interés por el camino sin
cabeza; supongo que así pudo ver las cosas más directamente. Entonces, dando por
hecho que la mirada era “él”, le pregunté qué cualidades tenía, y me respondió que no
tenía cualidad alguna, ningún rasgo, pero que era, evidentemente, su “núcleo”.

Al recordar esta anécdota, se me ha ocurrido un nuevo experimento y creo que es una


manera muy sencilla de darnos cuenta de nuestra ausencia de cabeza. Es lo siguiente:
Fíjate en la cara del espejo. Vamos a averiguar si realmente se trata de ti. Fíjate bien,
mira a ver si te reconoces ahí. Se trata de un rostro familiar pero, ¿realmente se trata
de ti? Ahora, cierra los ojos… ¿qué ha desparecido y qué permanece? Quién se está
dando cuenta de que la cara del espejo ha desaparecido? ¿Con qué “ves” que esa cara
ha desparecido? H. Holanda

EPÍLOGO

Has buscado y mirado por ti mismo y has encontrado un tesoro. ¡Mi más cordial
enhorabuena! Sigue disfrutando de esta visión en la vida ordinaria hasta que sea
constante (practicada sin perseverancia es mucho menos efectiva) - hasta que llegue a
ser completamente natural - y todo el resto será añadido.

Uno de los modos más agradables y eficaces de cultivar tu propia visión es compartirla
con los demás. Puedes hacerlo fácilmente llevando a cabo alguno de los experimentos
con otras personas. Es decir, poniendo en marcha un taller (otra palabra engañosa,
pero dime una mejor) con uno o más amigos. Y si piensas que no estás preparado para
comunicar lo que todavía no has dominado, tranquilízate con esta historia real de mi
amigo Pierre.

Pierre, que había estado practicando zazen (meditación sentada) durante años, se
presentó en un taller, pero no surtió ningún efecto en él. Esto es probable que pase
cuando, debido a un fuerte pasado de compromisos de cualquier clase, la mente del
participante, en vez de estar abierta, se obstruye con expectativas. Sin embargo, Pierre
estaba lo suficientemente intrigado, así que cuando acabó el taller le conté a su mujer
lo que había pasado. Tras lo cual ella vio inmediatamente lo que él había fracasado en
ver, ¡y a cambio ella se lo mostró! Por fin vio lo que había estado buscando durante
todo este tiempo de meditación sentada; su vida cambió dramáticamente. Desde
entonces Pierre ha estado compartiendo su visión con numerosos amigos.

La verdad es que es imposible comunicar parte del tesoro o hacer una versión de él. Es
una transacción de todo o nada. ¿Puedes imaginar otra cosa que hagas tan bien, si es
que haces alguna mínimamente? y ¿puedes pensar en el regalo más perfecto que
puedas dar a tus amigos - o para el mundo que lo necesita tan desesperadamente -
que este regalo de regalos que eres capaz de ofrecer ahora por completo?

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