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Psicología Institucional

Resumen

Bourdieu: Clase inaugural

Todas las proposiciones que hace la sociología pueden y deben aplicarse a los sujetos que
hacen la ciencia. Aplicar la sociología a la sociología es un instrumento indispensable del
método sociológico: uno hace la ciencia tanto en contra de su preparación como con su
preparación.
La sociología debe tomar por objeto la lucha por el monopolio de la representación legítima
del mundo social. Esa lucha de las clasificaciones que es una de las dimensiones de cualquier
tipo de lucha de clases. La observación del sociólogo es también producto de toda la historia
de las luchas simbólicas que han tenido como objeto la existencia y la definición de las clases
y han contribuido a hacer las clases.
El conocimiento ejerce un efecto cada vez que una parte de la eficacia de los mecanismos
cuyas leyes de funcionamiento estable dependen del desconocimiento es enfrentada, es decir
cada vez que se enfrenta a los fundamentos de la violencia simbólica. Pues esta sólo puede
ejercerse en el desconocimiento de las bases reales de la dominación.
Si hay una verdad, esta es que la verdad es un objeto de lucha, pero ésta sólo puede conducir a
la verdad cuando obedece a una lógica tal que la única forma de vencer al adversario sea
empleando contra el las armas de la ciencia y cooperando así al progreso de la verdad
científica.
El principio de la acción histórica no es un objeto, no reside en la conciencia ni en las cosas,
sino en la relación entre dos estados de lo social. Entre la historia objetivada de las cosas, en
forma de instituciones y la historia encarnada en los cuerpos, en forma de disposiciones que
denomino habitus.
Podría ser una ruptura decisiva sustituir la relación ingenua entre individuo y sociedad por la
relación construida entre esos dos modos de la existencia social: Campo y Habitus.
Por un lado están las condiciones sociales de la producción de los protagonistas, o para ser más
precisos de sus disposiciones duraderas y por otro la lógica específica de cada uno de los
campos de encuentro en que comprometen estas disposiciones, el campo artístico, el político,
el intelectual, etc.
Estas representan una configuración entre otras estructuras de relaciones. Esto supone que uno
debe estar atento a las relaciones pertinentes que suelen ser invisibles o pasar inadvertidas a
primera vista, entre las realidades directamente visibles, como las personas individuales, o las
personas colectivas. Esta especie de inducción teórica hace posible la generalización sobre la
base de la hipótesis de la invariación formal dentro de la variación material.
El pensar en términos de campo, supone una ruptura con la representación realista que lleva a
reducir el efecto del medio al efecto de la acción directa que se efectúa en una interacción. La
estructura de las relaciones constitutivas del espacio del campo es la que determina la forma
que pueden revestir las relaciones visibles de interacción y el contenido mismo de la
experiencia.
En las acciones siempre hay ciertos agentes, que a no ser que se excluyan del juego, no tienen
más remedio que luchar por mantener o mejorar su posición en el campo, con lo cual
contribuyen a imponer sobre todos los demás presiones a menudo percibidas como algo
insoportable que nace de la coexistencia antagonista.
Los dominantes son, con mucha frecuencia aquellos que expresan las fuerzas inmanentes del
campo, más que los que la conducen o las dirigen. Los campos sociales no son campos de
fuerza sino campo de luchas destinadas a transformar o conservar estos campos de fuerzas. Y
la relación que mantienen los agentes con el juego, forma parte del juego y puede ser el
principio de su transformación.
Un campo, sólo puede funcionar si encuentra individuos socialmente dispuestos a comportarse
como agentes responsables, a arriesgar su dinero, su tiempo, su honor y su vida, para perseguir
las apuestas y obtener los beneficios que propone, los que de otro modo pueden parecer
ilusorios y siempre lo son ya que descansan en la relación de complicidad ontológica entre el
hábitus y el campo que es el principio del ingreso al juego, la adhesión, la ilusio.
En la relación entre el juego y el sentido del juego es donde se engendran las apuestas y se
constituyen ciertos valores que aunque no residen fuera de esta relación se imponen en su
interior con una necesidad y evidencias absolutas. Esta forma originaria de fetichismo es el
principio de toda acción. El motor no está en el fin material o simbólico, ni en las presiones
del campo, está en la relación entre el habitus y el campo que hace que el habitus contribuya a
determinar aquello que lo determina.
La illusio, en el sentido de la inversión en el juego, sólo se convierte en ilusión en el sentido
originario de la acción de engañarse, cuando se aprehende al juego desde afuera.
Es la sociedad la que da sentido a la existencia, que produce los agentes que se juzgan
importantes para si mismos y para los demás. Sin ir tan lejos como Durkheim que dice “la
sociedad es dios” yo diría “Dios no es nunca más que la sociedad” Lo que se espera de Dios no
se puede percibir sino de la sociedad . Es la lucha por el reconocimiento social que libera de la
insignificancia, una lucha a muerte por la vida y la muerte simbólica. El juicio de los otros es
el juicio final y la exclusión social es la forma concreta del infierno.

Bourdieu: La lógica de los Campos

Pensar en términos de campo significa pensar en términos relacionales. Lo que existe en el


mundo social son relaciones; no interacciones o vínculos ínter subjetivos entre agentes
sino relaciones objetivas.
En términos analíticos el campo puede definirse como una red o configuración de relaciones
objetivas entre posiciones. Estas posiciones definen objetivamente su existencia y en las
determinaciones que imponen a sus ocupante, ya sean agentes o instituciones, por su
situación actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies
de poder (capital) cuya posesión implica el acceso a las ganancias específicas que están
en juego dentro del campo.
En las sociedades altamente diferenciadas el cosmos social está constituido por el conjunto de
estos microcosmos sociales relativamente autónomos, espacios de relaciones objetivas que
forman la base de una lógica y una necesidad específicas, que son irreductibles a las que rigen
los demás campos.
Se puede comparar el campo a un juego. Así, tenemos las apuestas, que son en lo esencial,
resultado de la competición entre los jugadores; una inversión en el juego ( illusio): los
jugadores están atrapados en el juego. Y si no surgen entre ellos antagonismos a veces feroces,
es porque otorgan al juego y a las apuestas una creencia, un reconocimiento que no se pone en
tela de juicio. (la creencia de que el juego vale la pena ser jugado) y esta colusión forma la
base de su competición y sus conflictos. Disponen de triunfos, esto es de cartas maestras cuya
fuerza varía según el juego (es la jerarquía de los capitales económicos, culturales, sociales y
simbólicos) que se modifican según los distintos campos.
Un capital es el factor eficiente en un campo dado; como arma y como apuesta; permite a su
poseedor ejercer un poder, una influencia, por lo tanto existir dentro del campo. (capital:
fichas para apostar).
Los límites del campo se encuentran en el punto en el cual terminan sus efectos. Por
consiguiente debemos intentar medir el punto en que estos efectos estadísticamente
detectables disminuyen o se anulan.
La dinámica del campo radica en la configuración particular de su estructura, en la distancia o
en los intervalos que separan a las diferentes fuerzas específicas que se enfrentan dentro del
mismo. Las fuerzas que son activas en el campo son aquellas que definen el capital específico.
En tanto que campo de fuerzas actuales y potenciales, el campo es igualmente campo de
luchas por la conservación o la transformación de la configuración de dichas fuerzas. Además
como estructura de relaciones entre posiciones de fuerza el campo subyace y orienta a las
estrategias mediante las cuales los ocupantes de dichas posiciones intentan individual o
colectivamente mejorar o mantener su posición. Las estrategias de los agentes dependen de su
posición es decir, de su distribución de capital específico. También de esto depende su punto
de vista.
En el campo los agentes luchan, son históricos. Cuando el dominante logra aplastar o anular las
resistencias y las reacciones del dominado, la luchas dialécticas del campo tienden a
desaparecer y este se aproxima a la idea de aparato. Estos representan un caso extremo y
patológico de los campos, pero se trata de un extremo que nunca se ha alcanzado.
El campo es escenario de relaciones de fuerza y de luchas encaminadas a transformarlas y por
consiguiente en campo permanente. La coherencia que puede observarse en un estado dado
del campo, su aparente orientación hacia una función única, es resultado de una lucha y de una
competencia, esto marcaría una primer diferencia con la noción de sistema, más ligada a lo
organicista y al funcionalismo. Una segunda diferencia importante estriba en que un campo no
está integrado por componentes. Cada subcampo posee su propia lógica, reglas y
regularidades, cada etapa de la división de un campo, conlleva un verdadero salto cualitativo.
Por último las fronteras de los campos son dinámicas.

El análisis en términos de campo implica tres momentos necesarios e interrelacionados:

1. Analizar la posición del campo en relación al campo del poder.


2. Establecer la estructura de las relaciones entre las posiciones ocupadas por los agentes
o instituciones que compiten dentro del campo.
3. Se deben analizar los hábitus de los agentes, los diferentes sistemas de disposiciones
que estos adquirieron mediante la interiorización de un tipo determinado de
condiciones sociales y económicas y que encuentran, en una trayectoria definida
dentro del campo considerado, una oportunidad más o menos favorable para
actualizarse.

Las determinaciones que pesan sobre los agentes de un campo nunca se ejercen directamente
sobre ellos sino sólo a través de la mediación específica constituida por las formas y las fuerzas
del campo. Es decir, después de haber sufrido una reestructuración, la cual es tanto más
importante cuanto más autónomo sea el campo, esto es, cuanto más capaz sea de imponer su
lógica específica.
Lo que legitima el derecho a ingresar a un campo es la posesión de una configuración particular
de características. Una de las metas de la investigación es estudiar esa configuración, es decir,
las formas de capital específico.
Los agentes sociales no son partículas mecánicamente arrastradas y empujadas por fuerzas
externas. Son portadores de capital y según su trayectoria y la posición que ocupan en el
campo en virtud de su dotación de capital propenden a orientarse activamente, ya sea hacia la
conservación de la distribución del capital o a su subversión.
Las relaciones entre los campos nunca se definen de una vez y para siempre.

El estado sería un conjunto de campos, donde se llevan a cabo luchas cuyo objetivo sería
acceder al monopolio de la violencia simbólica legítima, es decir, el poder de construir e
imponer como universal y universalmente aplicable un conjunto de normas coercitivas.
Bourdieu: Habitus, illusio y racionalidad

Para entender la noción de interés, es menester advertir que esta no se opone a la del
desinterés o la gratitud, sino también a la indiferencia. Ser indiferente significa no sentirse
motivado por el juego. La indiferencia es un estado de no preferencia y al mismo tiempo, un
estado de conocimiento en el cual soy incapaz de distinguir entre las apuestas propuestas.
La Illusio es lo contrario: refiere al hecho de estar involucrado, de estar atrapado en el juego y
por el juego, es aceptar que tiene un sentido, que sus apuestas son importantes y dignas de ser
emprendidas.
Cada campo define y activa una forma específica de interés, una illusio específica como
reconocimiento tácito del valor de las apuestas propuestas en el juego y como dominio práctico
de las reglas que lo rigen. Además este interés específico implícito en la participación en el
juego se diferencia del acuerdo con la posición ocupada en él.

Hay tres clases fundamentales de capital: el económico, el cultural y el social. A estas tres
formas hay que añadir el capital simbólico, que es la modalidad adoptada por una u otra de
dichas especies cuando es captada a través de las categorías de percepción que reconocen su
lógica específica o, lo que es lo mismo, desconocen su carácter arbitrario de su posición y
acumulación. Al capital cultural habría que denominarlo en realidad capital imformacional y
que existe bajo tres formas, en los estados incorporado, objetivado e institucionalizado. El
capital social es la suma de los recursos, actuales o potenciales, correspondientes a un
individuo o grupo, en virtud de que estos poseen una red duradera de relaciones,
conocimientos y reconocimientos mutuos más o menos institucionalizados, es decir, la suma de
los capitales y poderes que semejante red permite movilizar.

El habitus es un sistema socialmente constituido de disposiciones estructuradas y


estructurantes, adquirido mediante la práctica y siempre orientado hacia funciones prácticas.
No se trata de una costumbre repetitiva y mecánica sino de una relación activa y creadora con
el mundo (arte/maestría).
Las acciones humanas no son reacciones instantáneas a estímulos y la más insignificante
reacción de una persona ante otra persona, está preñada de toda la historia de ambas, así
como de su relación. El conocimiento de los estímulos no permite entender gran cosa de las
resonancias y los ecos que ellos suscitan, si no se tiene idea alguna del habitus que los
selecciona, constituye y preña en cierta forma de toda la historia de la cual uno mismo está
preñado.
Hablar de habitus es plantear que lo individual, incluso lo personal, lo subjetivo, es social, a
saber, colectivo. El habitus es una subjetividad socializada.
La relación entre el habitus y el campo es ante todo una relación de condicionamiento; el
campo estructura el habitus, que es producto de la incorporación de la necesidad inmanente
de este campo a un conjunto de campo más o menos concordantes, pero también el habitus
contribuye a construir el campo como mundo significante, dotado de sentido y de valía.
La realidad social existe dos veces, en las cosas y en las mentes, en los campos y los habitus,
dentro y fuera de los agentes.
Sólo la noción de habitus puede explicar el hecho de que sin ser propiamente racionales, los
agentes sociales sean razonables, no sean insensatos, no cometan locuras. Ellos son mucho
menos extravagantes o ingenuos precisamente porque han interiorizado al término de un
prolongado y complejo proceso de condicionamiento, las oportunidades objetivas que les son
ofrecidas y saben identificar el porvenir que les corresponde mediante la anticipación de
practicas que les permiten reconocer de inmediato aquello que se impone sin mayor
deliberación como “lo que se debe hacer”.
El habitus no es el destino, siendo producto de la historia es un sistema abierto de suposiciones
enfrentado a experiencias nuevas y en consecuencia afectado por ellas. Es perdurable, pero no
inmutable. Aunque la mayoría de las personas están estadísticamente destinadas a encontrar
circunstancias similares a las cuales originalmente moldearon su habitus, por tanto, a vivir
experiencias que reforzarán esas disposiciones.
Pero esto no es todo: el habitus se revela solamente en relación con una disposición
determinada, según el estímulo puede generar prácticas diferentes e incluso opuestas.
El concepto de habitus deja en claro que los agentes son producto de la historia de todo el
campo social y de la experiencia acumulada en el curso de una trayectoria determinada en el
subcampo considerado.
Los agentes sociales determina activamente, mediante categorías de percepción y apreciación
social e históricamente constituidas, la situación que los determina.
La relación entre campo y habitus, concebidos como dos modos de existencia de la historia,
permite fundamentar una teoría de la temporalidad que rompo simultáneamente con la visión
metafísica que considera el tiempo como una realidad en si y con una filosofía de la
conciencia.

Enriquez: Castoriadis: Un hombre en una obra

La sociedad hace a los individuos pero no solo ella no es más que los individuos que la habitan
sino que no puede hacerlos totalmente como ella desea que sean (seres heteronomos) pues
encuentra en la psique por más sujeta que esté a la formulación social, una resistencia que le
permite preservar su núcleo monádico. La encarnación de los individuos en la sociedad es
siempre fragmentaria, los procesos psicogenéticos no son reductibles a los procesos puramente
sociales. Es necesario plantear la existencia de lo social y de lo psíquico.
Si la sociedad es la obra del imaginario radical instituyente, si de hecho siempre es auto
creación, auto alteración, siempre en transformación en la historia. Ello no impide que esta
sociedad vaya más o menos a cristalizarse en formas instituidas a partir de las cuales va a
tratar de fabricar al individuo y en esas condiciones permitirle sublimar, es decir investir
objetos socialmente valorizados pero al mismo tiempo contener, constreñir la imaginación de
la psique, obligar al individuo a pensar en términos “conjuntistas identitarios” e impedir al
individuo que acceda a la subjetividad, instancia a la vez reflexiva y deliberante. Hay pues, por
una parte, una lucha encarnizada entre la capacidad de autoconstrucción de la sociedad y su
recaída necesaria en las formas instituidas, entre lo instituyente y lo instituido.
Los individuos quieren devenir sujetos autónomos, es decir sujetos no separados de la sociedad
sino muy por el contrario, que participan en su auto- construcción permanente y que la liberan
de su tendencia a la heteronomia.

Castoriadis: Lo imaginario: la creación en el dominio histórico-social

El hombre sólo existe en la sociedad y por la sociedad y esta es siempre histórica. La sociedad
es una forma y cada sociedad tiene su forma particular y singular, es decir sus propia
organización y su propio orden.
Los individuos y las cosas son creaciones sociales, tanto en general como en la forma particular
que ellos asumen en cada sociedad dada.
Lo que mantiene unida a la sociedad es su institución, el complejo total de sus instituciones
particulares (institución de la sociedad como un todo). Sociedad aquí implica normas, valores,
lenguaje, herramientas y procedimientos.
Las instituciones se imponen, superficialmente, mediante la cohesión y las sensaciones, menos
superficialmente, y de forma más amplia, mediante la adhesión, el apoyo, el consenso, la
legitimidad, la creencia. Pero en última instancia lo hacen mediante la formación de los
individuos sociales, en el cual se incorporan tanto las instituciones mismas como los
mecanismos de perpetuación de las instituciones.
Todos somos, en primer término, fragmentos ambulantes de la institución de nuestra sociedad,
fragmentos complementarios. De conformidad con sus normas, la institución produce
individuos, quienes, por construcción, no son solamente capaces de reproducir la institución,
sino que están obligados a hacerlo.
La institución de la sociedad, está hecha de múltiples instituciones particulares. Estas forman
un todo coherente que funciona junto. Aún en situaciones críticas, una sociedad sigue siendo
esa misma sociedad, si no lo fuera no habría luchas alrededor de los mismos objetos. Hay una
unidad en la institución total de la sociedad que está dada por la cohesión interna de la
urdimbre inmensamente compleja de significaciones que empapan, orientan y dirigen toda la
vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la constituyen.
Esta urdimbre es el magma de significaciones imaginarias sociales que cobran cuerpo en la
institución de la sociedad. Son imaginarias porque no son “racionales” o “reales”, sino que
están dadas por creación y son sociales porque sólo existen estando instituidas y siendo objeto
de participación de un ente colectivo impersonal y anónimo. El campo histórico- social es
irreducible a lo instituido y existen gracias a el imaginario social o sociedad instituyente.
En suma, es la institución de la sociedad la que determina que es real y aquello que no lo es, lo
que tiene un sentido y lo que no lo tiene. Toda sociedad es en si misma un sistema de
interpretación del mundo, o mejor dicho, es en sí misma un mundo. Su propia identidad no es
otra cosa que ese sistema de interpretación, ese mundo que ella crea.
El tipo de relación que la sociedad crea e instituye con el mundo “presocial“(primer estrato
natural) es una relación de apoyo. Las operaciones “lógicas y físicas”, por las cuales toda
sociedad se remite al primer estado natural, lo organiza y lo utiliza, están siempre sujetas a
las significaciones imaginarias sociales que son arbitrarias y radicalmente diferentes en las
diferentes sociedades. Las coacciones impuestas por el mundo físico nos ofrece una parte
esencial, pero lo que el mundo físico impone es por entero trivial por si mismo y no nos enseña
nada.
La institución de la sociedad y las significaciones imaginarias sociales incorporadas en ella se
despliegan siempre en dos dimensiones indisociables: la dimensión conjuntista- identitaria
(lógica) y la dimensión estrictamente imaginaria. En la primera, la sociedad opera y piensa en
términos de “elementos”, clases, propiedades y reacciones. El esquema supremo aquí es la
determinación: la existencia es desde esta visión determinación.
En la dimensión propiamente imaginaria, la existencia es significación. Se relacionan
indefinidamente las unas con las otras según el modo fundamental de remitirse.
Así las significaciones imaginarias sociales propias de una sociedad dada nos presentan un tipo
de organización desconocido en otros dominios (magma). Un magma contiene conjuntos pero
no es reductible a ellos.
Lo histórico- social no crea solamente de una vez por todas un tipo antológico nuevo de orden,
sino que ese tipo es cada vez materializado por medio de otras formas, cada una de las cuales
representa una creación. Pero la creación, como obra de lo imaginario social, es el modo de ser
de lo histórico social, en virtud del cual ese campo existe. La sociedad es auto creación que se
despliega como historia.
Las formas histórico- sociales nuevas, emergen por creación. Podemos dilucidar tales procesos
pero no podemos explicarlos.

Baczko: Imaginario Social. Imaginarios Sociales.

Los imaginarios sociales son representaciones colectivas, ideas- imágenes de la sociedad global
y de todo lo que tiene que ver con ella. Son las que dan identidad a la sociedad, dividen,
legitiman el poder. Es por eso que la dominación del campo de las representaciones es crucial.
Los dispositivos de protección y de represión que los poderes establecidos levantan para
preservar el lugar privilegiado que se han otorgado a si mismos en el campo simbólico
demuestran el carácter imaginario, pero poco ilusorio que tienen estos bienes protegidos.
Todo poder busca monopolizar ciertos emblemas y controlar, cuando no dirigir, la conducta de
los otros. De este modo el dominio del poder político, pasa por el imaginario colectivo. Ejercer
el poder simbólico no significa agregar lo ilusorio a un poder real, sino reforzar una dominación
efectiva por la apropiación de símbolos, por la conjugación de sus relaciones de sentido y de
poderío.
La ideología tiene así una doble función. Por un lado expresa la situación y los intereses de una
clase, pero por el otro sólo puede hacerlo mediante la deformación y el ocultamiento de las
reales relaciones entre las clases. la ideología, factor real de los conflictos sociales, sólo opera
gracias a lo ilusorio que hace intervenir. Las estructuras y las funciones de las ideologías,
cambian en función del contexto histórico en el que se inscriben.
Uno de los caracteres fundamentales del hecho social es precisamente su aspecto simbólico. En
la mayor parte de las representaciones colectivas no se trata de una representación única,
sino de una representación elegida más o menos arbitrariamente para significar otras y para
impulsar prácticas.
Las representaciones colectivas expresan siempre un estado del grupo social, reflejan su
estructura actual y la manera en que reacciona frente a uno u otro acontecimiento.
La vida social es productora de valores y de normas y por lo tanto, de sistemas de
representación. Los tres tipos de dominación política descriptos por Weber (tradicionales,
burocráticos y carismáticos), se ejercen por medio de sistemas diferentes de representaciones
colectivas sobre las cuales se funda la legitimidad de esos poderes específicos.
De esta forma, el imaginario social es uno de los reguladores de la vida colectiva. No indican
solamente una referencia a la misma sociedad, sino que también definen los medios de sus
relaciones. Toda sociedad debe inventar y legitimar el poder, o lo que es lo mismo, todo poder
debe necesariamente enfrentar su despotismo y controlarlo reclamando una legitimidad. Esa
legitimidad es objeto de luchas. El poder establecido protege su legitimidad contra los que la
atacan , aunque más no sea al ponerla en tela de juicio. Imaginar una contra- legitimidad, un
poder fundado sobre otra legitimidad, es un momento esencial de la puesta en cuestión.
El impacto de los imaginarios sociales sobre las mentalidades depende ampliamente de la
difusión, de los circuitos y medios de los que dispone. Para conseguir la dominación simbólica,
es fundamental controlar esos medios que son otros tantos instrumentos de persuasión, de
presión, de inculcación de valores y creencias. Así, todo poder apunta a tener un lugar
privilegiado en la emisión de los discursos que conducen a los imaginarios sociales, del mismo
modo en que busca conservar cierto control sobre los circuitos de difusión. Las modalidades de
emisión y control eficaces cambian, entre otras cosas, en función de la evolución del armazón
tecnológico y cultural que asegura la circulación de la s informaciones y las imágenes.
La intervención de la imprenta y los medios masivos de comunicación marcan una ruptura
significativa, ya que la información está centrada en la actualidad y atomizada, lo que se
presta particularmente a las manipulaciones, impone necesariamente una selección y una
jerarquía, efectuada por los emisores. Esto no implica solamente la censura sino que también,
ante los grandes flujos de información, los individuos, cada vez son menos capaces de dominar
la masa fragmentada de información experimentan la necesidad de representaciones globales y
unificadoras .Al unificar en una pantalla los imaginarios individuales, proyectan un imaginario
social, crean necesidades, con el objeto de bloquear toda actividad espontánea y no
controlada.

Marí: Los dispositivos de poder

Los tres elementos básicos para que un poder funcione (violencia o fuerza, discurso del orden e
imaginario social) concurren como instancias distintas pero no independientes en el interior del
dispositivo.
La fuerza es el elemento constitutivo del poder, el que lo produce, pero se frustraría si una vez
transformada la fuerza en poder, el discurso del orden y el imaginario social no aseguraran la
presencia del poder y sus efectos aún estando ausente.
El discurso del orden es un espacio de racionalidad, pertenece al ámbito del conocimiento, de
la teoría y las representaciones racionales .Es primordialmente el espacio de la ley, la medidas
de sanción y coacción por las que el derecho produce la obediencia y el control social.
Pero el dispositivo exige además que el discurso del orden esté inserto en prácticas
extradiscursivas y soportes mitológicos que hablan de las pasiones y hacen que el poder
marche, que los miembros de una sociedad dada enlacen y adecuen sus deseos al poder. Se
trata del dominio de los valores y credibilidades de una realidad a la que estas prácticas y
símbolos refieren y constituyen a la vez.
La función del imaginario social, es en síntesis, fundir y cincelar las llaves de los cuerpos para
el acceso de la ley y la continuidad y reproducción del poder.

Manero Brito: Socioanálisis

El dispositivo de intervención: Aunque el socioanálisis tiene orígenes en la práctica de


grupos, sobrepasa esta dimensión al incluir un análisis político, de lo impensado y de lo
impensable.
Introduce la dimensión de la institución en el análisis. Participan todos los que tienen algo que
ver con la encomienda. Es un grupo abierto y en permanente cambio, tiende a constituirse
entonces una asamblea general en la que la participación se generaliza.
Existen tres polos participativos: el staff analítico, el staff cliente y el grupo cliente. Éste
último está constituido por todas las personas que participan en la intervención.
La base del dispositivo está en trastornar, descomponer, el recorte espacio- temporal de los
intercambios, desestructurar el organigrama y desinstitucionalizar al grupo cliente.
Las técnicas que van en este sentido son:

1. Socialización de la contratación y la encomienda.


2. Desaparición de las cajas negras (reuniones entre los staff)
3. Restitución dentro del grupo de la asamblea de la información obtenida por fuera.
4. Construir, si no está claro, al staff cliente.
5. Construir, si no está claro, al grupo cliente

El campo de análisis no es el individuo ni el grupo. Se entiende al grupo cliente como la


resultante de infinitas determinaciones sociales que atraviesan transversalmente al grupo
cliente y cuya elucidación constituye el objeto del socioanálisis.
A nivel conceptual, esto se traduce en la transposición de un campo de análisis macro social y
uno de intervención micro social, delimitado en tiempo y espacio. Se construye este como una
encrucijada de nociones y conceptos, cuya unidad está dada en los orígenes anti-
institucionales de la práctica del análisis institucional.

Encomienda y demanda: Esta dicotomía marca la oposición entre aquellos que dirigen y
aquellos que son dirigidos. La encomienda es la demanda del staff cliente, constituida como
privilegiada dentro de una serie de demandas múltiples y contradictorias que surgen en el
interior de un establecimiento. Es una demanda que recubre otras tantas que fueron negadas,
curvadas, desplazadas o resignificadas.
El analista intentará recorrer el camino inverso y decontruir el encargo hacia las múltiples
demandas que le dieron origen. La encomienda es posible, por que existe una suposición de
saber en el analista, supone la idea de que el socioanálisis actúe en cierto sentido, que
mantenga una significación dominante de los vínculos sociales y se sostenga como especialista
que pronto se transforma en juez. La esencia del socioanálisis está en rechazar ese mandato
social.
La emergencia de las demandas está dada por los lugares e implicaciones específicas de los
actores del establecimiento.
El análisis de la implicación es lo que nos permite realizar históricamente nuestras verdades,
abriendo en el terreno mismo la posibilidad de reflexión sobre nuestro entendimiento. La
contratransferencia institucional no involucra sólo la relación analista- cliente sino también
toda la existencia del terapeuta que se pone en juego en la respuesta. Implica el hecho de
verse a uno mismo como portador de instituciones. La implicación pone fin a la neutralidad.
Estamos siempre inmersos en el campo de análisis. Así como los analizadores dan cuenta de la
política fragmentada la implicación permite que entre en juego lo imaginario. El analista no
debe tratar de sustraerse de los efectos analizadores.
La implicación puede ser:

 Primaria:
 del investigador con su objeto de estudio
 del investigador con las instituciones
 del investigador con el mandato social

 Secundarias:
 Socio históricas, de los modelos epistemológicos, etc.
 De la escritura o de cualquier medio usado para expresarse.

Una clasificación anterior de las implicaciones las cataloga en:


 Implicación institucional: relaciones que existen conciente o inconscientemente entre
el actor y el sistema institucional
 Implicación práctica: Relaciones reales que el actor mantiene con la base material de
las instituciones,
 Implicación Sintagmática: Inmediata, propia de la práctica de los grupos, el
agenciamiento de los datos disponibles para la acción.
 Implicación paradigmática: Implicación mediatizada por le saber y el no saber sobre lo
que es posible hacer, pensar, etc.
 Implicación simbólica: El lugar en el cual todos los materiales gracias a los cuales se
articula la sociabilidad hablan de su función y de la sociabilidad misma, del hecho de
vivir juntos.

Autogestión: En un primer momento sirvió para analizar lo que estaba instituido por la
dinámica de grupos, los roles, etc. El proyecto autogestivo atacó esta institución proponiendo
la ausencia de coordinador. Será el grupo cliente el que gestione el proceso de intervención
socioanalítica, rompiendo con la idea de encuadre. Es la propia asamblea general la que
determina sus tiempos, espacios y condiciones de trabajo.
En cierto momento la autogestión comenzó a cuestionar también el pago al staff analítico, que
se constituye como un analizador privilegiado, este fue un paso fundamental.

Transversalidad: La verticalidad refiere a las relaciones sociales institucionalizadas,


jerarquizadas. La horizontalidad a las relaciones inmediatas no mediatizadas por la institución
o intentando huir de ella mediante la transparencia de la intervención- individual. La
autonomización de la verticalidad nos conduce a un nivel ideológico, a una visión del grupo
alienado, reificado, de las relaciones sociales vivas (contradictorias). La autonomización de la
horizontalidad nos lleva a una relación libidinal donde no existe nada más allá de lo inmediato,
que implica una abstracción de otras dimensiones. Cualquiera de los dos casos conducirá a un
grupo- objeto.
La elucidación de la relación entre verticalidad y horizontalidad en un grupo es su coeficiente
de transversalidad.
Decontruir las relaciones verticales y horizontales y construir las relaciones de transversalidad
inconscientes, ignoradas o desconocidas que revelan el análisis de la encomienda y la
demanda, es objeto fundamental del socioanálisis.
Este tiene enfrente un colectivo que representa, por su constitución, los atravesamientos del
sistema social completo, que constituyen de inicio su propio objeto de elucidación. Al analizar
el coeficiente de transversalidad nos damos cuenta de que no es analizable desde la idea de
establecimiento = institución, ya que ésta aparece como una práctica social, como un proceso
dinámico que está constituido por diversas momentos y es una de las formas de praxis humana.
Al analizar la transversalidad no buscamos un equilibrio entre lo vertical u horizontal, ya que
este implicaría la ausencia de historia, sino la confrontación, un conflicto por resolver o
resuelto a nuestro pesar.
La transversalidad tiende a instaurarse cuando se efectúa una comunicación máxima entre los
diferentes niveles jerárquicos y sobre todo en los diferentes sentido.

Analizador: Es toda aquella persona, situación o acción que deconstruye lo instituido de la


institución. El análisis es entendido como el efecto analizador. Puesto que el analizador no
puede existir sino en relación con las diferentes posiciones y jerarquías presentes en el grupo
cliente, el análisis es necesariamente colectivo.
El analizador implica una denuncia o una develación de situaciones que implican el no saber de
los miembros respecto a la institución a la que pertenecen. Es una máquina de descomponer,
natural o construida, con los fines de investigar o de intervenir.

Analizador construido: Son dispositivos de intervención que tienden a poner de manifiesto


durante su operación dimensiones y elementos normalmente autosabidos (Ej.: autogestión del
pago).

Analizador Natural: Cuando algo irrumpe en el interior del dispositivo de intervención. Algo
inesperado que pone de manifiesto elementos ocultos que sostenían una forma de
funcionamiento. Son los más violentos y suelen revelar alianzas y relaciones que mantienen
una forma específica de implicación del grupo cliente y el staff analítico con la institución.

Analizador Histórico: Son situaciones de explosión social, revoluciones y movimientos sociales


que tienden a un análisis institucional generalizado al conjunto de la sociedad.

Los grupos pueden ser de base (horizontales), de trabajo (verticales) o de acción (trasversales)
estos últimos elaboran sus propias distancias con respecto a la institución y pueden enunciar
sus demandas.

Desviación: Es aquello que se corre de la normativa legal. La desviación implica una


descolocación frente a lo instituido, de allí su carácter analizador. La desviación niega la
universalidad de lo instituido.

Desviación ideológica: Se constituye en el mismo plano universal en el que está la ideología que
sustenta a la institución (por ejemplo cuestionar los objetivos de la institución).

Desviación libidinal: Tiene que ver con las relaciones humanas dentro de la institución.
Muestra la represión y la reificación institucional desde un modo poético. Opera por la vía de la
trasgresión de las normas instituidas y al mismo tiempo como subversión del sentido, haciendo
aparecer en la institución la dimensión del propio deseo.

Desviación institucional: Interpela cuestiones concretas, los canales de comunicación


instituidos, los sistemas de poder falsamente democráticos, etc. Se dan sobre todo en formas
de organización y funcionamiento alternativo. Cuando se da de forma visible, se constituye
como una “contra institución”.

Momentos de la institución

Momento universal: Positivo, instituido o ideológico. Es lo que ya está allí de la institución, el


sistema de normas y objetivos universales que sostienen y la sostienen.

Momento particular: Negativo, instituyente o libidinal de la institución. Nos aparece en las


particularidades, en la multiplicidad de las demandas de la base social de la institución, que
muestra cómo no está unida por el consenso, sino por múltiples factores que rebasan la
ideología.

Momento Singular: Negativo de institucionalización u organizacional de la institución, que nos


habla de las formas de absorber en las prácticas dominantes la acción de lo negativo, de los
desviantes, mantiene el predominio de un proyecto sobre todos los otros posibles.

En los establecimientos se entrecruzan segmentariamente una infinidad de instituciones.


Los modos de acción pueden ser institucionales (con respeto a la legalidad) no- institucionales
(ilegales o transgresores) o contra institucionales (alternativas al orden instituido
constituyendo nuevas formas sociales).

Efectos

Efecto Lukacs: Al desarrollase las ciencias ahogan el conocimiento respecto a sus orígenes
sociales y el desconocimiento social es un producto de la ciencia.

Efecto Weber: La sociedad, al complejizarse, tiende a volverse opaca a los individuos que la
componen.

Efecto Mulmann: La institucionalización de un movimiento social está en función del fracaso de


la profecía que daba contenido y fuerza al movimiento. La institución aparece como una
negación de la ideología, o si se quiere, la institución es el cadáver del movimiento.

Efecto Heisenber: Todo procedimiento de conocimiento está determinado por la posición del
observador y cómo éste produce los fenómenos que luego analizará.

Efecto caliente- frio: Los momentos sociales calientes son el horizonte y la negación del
análisis institucional como actividad especializada.

Conviene destacar que los tres tipos de desviantes corresponden a los tres
momentos del concepto de institución:

Momento de la universalidad  Desviación ideológica.


Momento de la particularidad  Desviación Libidinal
Momento de la singularidad  Desviación organizacional
Loureau: El análisis institucional Cap. 7

No se puede separar el análisis de la intervención. El sistema de referencia del análisis


institucional está determinado por la presencia física de los analistas en cuanto actores
sociales en una situación social y por la presencia material de todo el contexto institucional. La
situación analítica se construye a través de una hipótesis y los instrumentos de análisis.

Hipótesis: Mediante un análisis de la situación es posible descifrar las relaciones que los grupos
y los individuos mantienen con las instituciones, esta dilucidación pone de relieve que el
vínculo social es ante todo un acondicionamiento del no saber de los actores respecto de los
social.

Instrumentos de evaluación
1.Segmentariedad: La unidad positiva de todo agrupamiento social se apoya en un consenso o
en una regla exterior al agrupamiento o a ambos a la vez. El consenso puede ser el sentido
común, o la creencia en común, el reglamento puede ser más o menos explícito. En todos los
casos es la unidad positiva del agrupamiento la que le da su carácter de formación social.
La acentuación de las particularidades de los individuos produce la negación, a veces absoluta,
de la idea misma de comunidad.
Se advierte que la unidad de los agrupamientos es pluralista y heterogénea. Los individuos
yuxtapuestos no constituyen un agrupamiento: lo que da su unidad de formación y su forma al
agrupamiento es la acción recíproca y a menudo oculta de una multitud de grupos
fragmentarios en el interior del agrupamiento. Los individuos no deciden en abstracto vivir o
trabajar juntos, pero sus sistemas de pertenencias y sus referencias a numerosos
agrupamientos actúan de tal modo que pueden constituirse nuevos agrupamientos,
agregándose así los sistemas de pertenencia y de referencia ya ahí que al mismo tiempo niegan
en diversos grados, puesto que los sistemas de pertenencia y de referencia anteriores entrañan
en general oposiciones y criterios exclusivos, los cuales sin embargo, son obligados a fundirse
en la multitud de diferencias. Este carácter singular de los agrupamientos detectado por la
intervención socioanalítica, toma el nombre de segmentariedad.

2. Transversalidad: Se puede definir la transversalidad como el fundamento de la acción


instituyente de los agrupamientos, en la medida que toda acción colectiva exige un enfoque
dialéctico de la autonomía del agrupamiento y de los límites objetivos de esa autonomía. La
transversalidad reside en el saber y el no saber del agrupamiento con respecto a su
polisegmentariedad. Es la condición indispensable para pasar del grupo objeto al grupo sujeto.

3. Distancia institucional: Se define como el componente objetivo y subjetivo de la conciencia


que los actores tienen de su no integración, de la insuficiencia de sus sistemas de pertenencia
y sobre todo de la falta de transversalidad de la acción del agrupamiento determinado al que
pertenecen.

4. Distancia práctica: Es la distancia que existe entre las técnicas y la comprensión que
tenemos de ellas.

5. Implicación institucional: El conjunto de relaciones conscientes o no, que existen entre el


actor y el sistema institucional. La segmentariedad y la transversalidad tienden a separarlos
mientras que la ideología procura uniformarlos.

6. Implicación práctica
7.Implicación sintagmática,
8. Implicación paradigmática
9. Implicación simbólica.
10 Transferencia institucional

Lapassade: Socioanálisis y potencial humano. Cap 2.

Si el análisis institucional toma al pié de la letra los pedidos de intervención, se convierte en


un análisis organizacional, que no toma ni siquiera en cuenta las organizaciones como proceso,
sino como producto, sistema y disposición instrumental, como un conjunto práctico organizado
para determinados fines. Para que haya análisis institucional, es preciso que la mira del análisis
sea lo que da sentido a la organización.
Institución es lo que hace que se mantenga unida la máquina social y hasta se reproduzca y,
además, con la vertiente de lo instituido que remite a las formas universales de las relaciones
sociales.
La institución es ante todo un sistema de Reglas, normas y costumbres instituidas (las que se
encuentran en la sociedad). Pero en la institución existe también lo instituyente, que puede
cuestionar a las instituciones. El cuestionamiento parte de la misma institución. La alienación
social, significa la autonomización institucional, la naturalización de aquello que no es sino un
producto de la historia. Es a ese no saber al que cuestiona el socioanálisis.
Lo institucional no es un nivel de análisis, porque en sí atraviesa todos los niveles de las
formaciones sociales, debe definirse por lo tanto en su transversalidad.
La ilusión institucional y el desconocimiento, son necesarios para que se mantenga el sistema
social, para la estabilidad de las relaciones sociales dominantes, que las instituciones producen
y reproducen.
Una sociedad instituye un conjunto organizado de relaciones sociales mediante un hacer
instituyente que se apoya en el hecho de que ya existe una sociedad instituida cuando el
nuevo hacer instituyente las transforma.
No todas las instituciones son nuevas, pero sus articulaciones y relaciones sociales, su equilibrio
y su poder, cambian. Las instituciones presentan una faz oculta que es la que el socioanálisis
pretende sacar a la luz. En este sentido se puede hablar de represión social, lo que se censura
es la alienación y la voluntad de cambio, y lo reprimido retorna en las crisis sociales.
El cambio institucional se define por el deterioro o la destrucción de lo instituido . El deterioro
se relaciona con las formaciones de los conjuntos sociales, el principio es la mortalidad y la
historicidad de las instituciones. La destrucción proviene de los procesos revolucionarios que
dan lugar a otras instituciones que pueden en su comienzo presentarse como contra
instituciones.
En la dinámica social se produce un proceso permanente de simbolización tal que lo macro-
social se proyecta y reproduce en lo microsocial. Se denomina simbolización institucional al
hecho de que toda institución regional reproduce el conjunto del sistema institucional. Esto
remite a la definición de institución por la transversalidad de las instancias, esta es simbólica
en la medida en que resume el conjunto de la formación social.
El análisis institucional apunta al esclarecimiento dentro de los grupos y las formas sociales, del
inconsciente político a partir de los analizadores.

Loureau y Lapassade: Claves de la sociología. Cap 11.

El objetivo de la intervención organizadora puede ser producir una crisis en frío para facilitar
los cambios organizacionales. Existe una intervención socioanalítica cuando se cumplen las
siguientes operaciones.

1. Análisis de la demanda que comprende el encargo de staff cliente, su demanda


implícita y la demanda del grupo- cliente, compuesta por los miembros y usuarios de la
organización.
2. Autogestión de la intervención: Por el colectivo cliente (staff- grupo) deciden
horarios, numero de sesiones, ligazón entre las sesiones, etc. Hasta las modalidades del
pago del staff- analítico.
3. Regla de “libre expresión” o “decirlo todo”: Se trata de reconstruir en las sesiones lo
no- dicho institucional. Los rumores, los secretos, las filiaciones sociales.
4. La elucidación de la transversalidad: Las particularidades de la filiación y de
adscripción atraviesan a la organización, pues el sistema social global, la estructura de
la sociedad, se refracta en la unidad microsocial de la organización.
5. Elaboración de la contratransferencia institucional.
6. Construcción y elucidación de los analizadores

Hess: Los problemas de la instervención. Cap.2

La situación del sociólogo determina sus implicaciones con el establecimiento que solicita
la intervención. El sociólogo no puede negar su arraigo interno cuando está en la
organización de análisis. De cierta manera estas implicaciones son incluso diferentes de las
de los miembros de la organización en análisis, las cuales permiten construir su estatuto de
analista marcando una cierta distancia con el cliente.
El sociólogo está profundamente implicado, incluso comprometido. Su trabajo en el
momento de la evaluación será dar cuenta de este compromiso. En trabajos a largo plazo,
la implicación crece con el paso del tiempo y la convivencia con la institución.
Al utilizar el método socioanalítico, se está suponiendo que se puede hacer emerger un
saber sobre lo social que no podría ser liberado de otro modo. El momento socioanalítico
sobreviene cuando se encuentran reunidos los miembros del grupo cliente y de staff, así
como todas las personas que tienen que ver con el establecimiento o el grupo social en
análisis. Para que haya momento socioanalítico, es preciso que todas estas persona se
reúnan en una asamblea general.

Bourdieu: Delegación y el Fetichismo Político.

El representante existe porque representa (acción simbólica), El grupo representado,


simbolizado, existe y hace existir a su vez al representante como representante de un
grupo. Se ve en esta relación circular la raíz de la ilusión que hace que, en el limite, el
portavoz pueda aparecer y aparecerse como causa sui, puesto que es la causa de lo que
produce su poder, ya que el grupo que le otorga sus poderes no existiría – en tanto que
grupo representado- si no estuviese allí para encarnarlo.
Los individuos se constituyen como grupo, pero perdiendo el control sobre el grupo en y por
el que se constituyen. Hay una suerte de antinomia inherente a los políticos que obedece al
hecho de que los individuos no pueden constituirse en grupo, es decir en fuerza capaz de
hacerse oír y de ser escuchada, sino desposeyéndose en provecho de un portavoz. Es
necesario siempre arriesgar la alienación política para escapar de la alienación política.
Se podría simplificar y decir que los dominantes existen siempre, mientras que los
dominados no existen más que si se movilizan o se dotan de instrumentos de
representación.
El trabajo de la delegación, al ser olvidado e ignorado, se vuelve el principio de la
alienación política.
El grupo existe cuando se ha dotado de un órgano permanente de representación, dotado
de la plena potencia que lo hace capaz de sustituir al grupo serial, hecho de individuos
separados y aislados, en renovación constante, no pudiendo actuar hablar sino por ellos
mismos.
El mandatario está de alguna manera, en una relación de metonimia con el grupo, es una
parte del grupo que puede funcionar en tanto que signo en el lugar de la totalidad del
grupo.
En la medida en que la mayor parte de los hechos de delegación, los mandantes hacen un
cheque en blanco a sus mandatarios, no sería sino porque ignoran a menudo las cuestiones
a las cuales el mandatario deberá responder. Cuanto más desposeídas son las personas,
culturalmente sobre todo, más obligadas están a confiar en los mandatarios para tener una
palabra política.
Los individuos aislados, silenciosos, sin palabra, que no tienen capacidad ni poder para
hacerse escuchar, son colocados ante la alternativa de callarse o ser hablados.

La auto consagración del mandatario

Para poder identificarse con el grupo, el mandatario debe de alguna manera anularse en el
grupo, entregar su persona al grupo. No existir sino por el grupo. La usurpación del
mandatario es necesariamente modesta.
El misterio del ministerio no actúa sino a condición de que el ministro disimule la
usurpación afirmándose como simple y humilde ministro. La desviación en provecho de la
persona de las propiedades de la posición, no es posible sino por la razón de que disimula:
es la definición misma del poder simbólico. Un poder simbólico es un poder que supone el
reconocimiento, es decir, el desconocimiento de la violencia que se ejerce a través de él.
Por lo tanto, la violencia simbólica del ministro no puede ejercerse sino con esa suerte de
complicidad que le otorgan por el efecto del desconocimiento que alienta la delegación.
El efecto oráculo es aquel que permite al portavoz hablar al grupo en nombre del que
habla, hablando así con toda autoridad de este ausente inasible: anulándose
completamente en provecho del pueblo. Cuando me vuelvo nada me vuelvo todo, no soy
nada más que el mandatario de dios o del pueblo.
El efecto oráculo es esa suerte de ventriloquia usurpadora que consiste en hacer hablar a
aquellos en nombre de quienes se habla, en hacer hablar a aquellos que dan el derecho a
hablar. La usurpación reside en el hecho de afirmarse como capaz de hablar en “nombre
de”, que autoriza el pasaje del indicativo al imperativo. Supone el pasaje de lo individual a
lo colectivo, principio de toda coacción reconocida o irreconocible. El efecto de oráculo es
lo que permite al portavoz autorizado autorizarse por el grupo que lo autoriza para ejercer
una coacción reconocida, una violencia simbólica sobre cada uno de los miembros aislados
del grupo. Si soy el colectivo hecho hombre, no hay más que obedecer.
La impostura legitima no se logra sino porque el usurpador no es un calculador cínico, que
engaña conscientemente al pueblo, sino alguien que se toma, con toda su buena fe, por
algo distinto de lo que es.
Uno de los mecanismos que hacen que el doble juego funcione es que los intereses de los
mandantes coinciden en gran medida muchas veces con los de los mandados, lo que crea la
falsa ilusión en el mandatario de que no tiene intereses más allá de los de los mandantes.
Las personas que sirven bien a los mandantes, son personas que se sirven sirviéndoles. Si es
necesario hablar de interés, es porque la noción tiene una función de ruptura con la lógica
del desinterés, que es la ideología de los clérigos de todas las especies.
El efecto de la metonimia permite la universalización de los intereses particulares de las
personas influyentes de los partidos, la atribución de los intereses del mandatario a los
mandantes ,que presuntamente representa.
Los aparatos burocráticos adhieren a los que más adhieren a él, porque son los que
controla mejor. En realidad tienen éxito no porque son más ordinarios, sino porque no
tienen nada de extraordinario, nada fuera del aparato, nada que lo autorice a tomarse
libertades con respecto al aparato.
Lo aparatos se consagran a personas seguras porque no tienen nada por lo cual oponerse al
aparato.
Ulloa: Análisis psicoanalítico de las instituciones

Toda institución está organizada sobre tres distribuciones:


 Distribución del tiempo
 Distribución del espacio
 Distribución de las responsabilidades (roles y funciones)

Esta distribución significa, literalmente, elementos distintos articulados entre sí, es decir,
significa un cuerpo orgánico, que como tal posee diferentes movimientos o sectores dinámicos.
 Integración o dispersión a lo largo de toda la historia de la institución
 Interjuego entre el contexto que reflejan y a la vez modifican.
 Movimiento interno o circulación intra- institucional.
 Pertenencia a la institución en tanto objeto real y simultáneamente como objeto
interno.

Interjuego integración dispersión

En toda institución se observa una tendencia a la integración orgánica, que se da en el inicio


entre los que podríamos llamar diferentes núcleos pre-institucionales. Estos surgen de una
comunidad y constituyen proyectos afines o semejantes que se unen en un proyecto común.
Estos núcleos están representados, en general, por personas o agrupaciones que tienden a
fusionarse. En esta unión participan elementos racionales de beneficio común y elementos de
naturaleza emocional, con diferentes contenidos y diferentes grados de concientización.
Se puede identificar esta tendencia integradora con la pulsión de vida.
Los núcleos pre-institucionales unidos en un proyecto único, serán también posteriormente, el
origen de la tendencia opuesta, la dispersión, dando origen al surgimiento de corrientes
especializadas que favorecen el crecimiento y la complejidad de la organización y también
poniendo en peligro de destrucción a la institución. (Tanatos)
La primacía de esta tendencia a la destrucción parece guardar estrecha relación con el grado
de no explicitación y ulterior negación de las diferencias que inicialmente presentaban los
núcleos pre-institucionales.
Algo característico que puede tomarse como indicador de la existencia reprimida y enquistada
de desacuerdos importantes, es la tendencia sistemática bandos rivales, sin verbalización de
las reales dificultades.
En la medida que estos núcleos continúan no explicitados, frente a cualquier crisis o
emergencia se produce una regresión a los mismos, originando una modalidad de conflictos que
repiten en mayor o menor grado aquellos conflictos primitivos.
Lo más notable es que las generaciones o camadas posteriores tienden a reproducir y expresar
como una herencia cultural problemas que no les fueron propios, siendo esto más probable
cuando no hay verdadero conocimiento de la crónica o historia de la organización.
Tal como ocurre con un neurótico de cuya historia el psicoanálisis puede extraer el sentido de
sus síntomas, en una institución el mismo método sirve para desentrañar en parte el sentido de
su tendencia tanática desorganizativa.
El índice más evidente de una buena regulación de ambas tendencias está dado por la aparición
de grupos formales que colectivamente detentan y regulan el poder, y asumen las
responsabilidades dentro de la institución. Un buen indicador es que los escalones
institucionales se transforman en grupos de trabajo con interacción real. Estos grupos revisten,
además, el carácter de entidades formales dentro de la organización. Esto es importante
porque frecuentemente un indicador de crisis es el predominio de grupos naturales de
contenido altamente emocional y de existencia no formal, es decir, grupos que se reúnen fuera
de la institución.
Hay una situación observada con bastante regularidad: en un momento se alcanza un alto grado
de eficacia, pero la tendencia integradora no se acompaña de una expansión hacia el afuera.
Lo cierto es que este organismo se ha convertido en un organismo denso, donde los integrantes
han ido adquiriendo gran experiencia y el crecimiento de los escalones subalternos lleva a que
por sus méritos puedan aspirar a ascender. No hay un crecimiento sino una ruptura sistemática
en organizaciones paralelas, a pesar de que antes de la crisis aparentaran una gran
productividad.
La explicación debe tener relación con situaciones de sobreprotección dentro de la
organización, lo cual hace que los integrantes tiendan a idealizarla, estableciendo una relación
dependiente con la misma que les impide abandonarla.

Circulación entre la institución y el contexto comunitario

El mejor indicador de esta interacción es el índice de efectividad, que puede definirse como el
grado de coincidencia y logro que existe entre los objetivos explícitos y posibles de la
organización y los resultados reales. Considera también el grado de racionalidad entre los fines
propuestos y los medios puestos en juego para alcanzarlos.
Las instituciones mejor adaptadas tienden a reflejar y dramatizar dentro de sus propios límites
al medio ambiente más amplio en el que se mueven. Este reflejo no es pasivo y automático
sino que se traduce en una acción creadora de nuevas condiciones dentro de la comunidad y
entonces puede decirse que la organización está actualizada.
La inexistencia de esta actualización puede degenerar o en una organización referida a
tradiciones arcaicas o una institución que pretende funcionar sobre supuestos irreales propios
de un futuro lejano. Son de algún modo estas últimas organizaciones maníacas.

Circulación intra- institucional

Cuando la comunicación esta coartada en su libre juego, como ocurre cuando es unidireccional,
surgen en la institución diferentes formas de clandestinidad (rumores, chistes, graffitis) y en
general una producción una cultura de gran acción normativa sobre los integrantes de una
institución. No necesariamente debe darse esta ruptura a nivel vertical, sino que se da a
también a nivel horizontal.
Relación formal y fantaseada entre el individuo y la institución:

La normalidad o alteración en este movimiento está determinada por el grado y tipo de


pertenencia que aquel experimente en relación a ésta.
Existe una adecuada pertenencia cuando el individuo a la par que se siente incluido en la
institución, siente que ésta le pertenece en alguna medida.
Algunos individuos tienden a tomar la institución como soporte y andamiaje de su vida y otros
propenden a tomarla principalmente como instrumento o situación instrumental para
desarrollar su propio proyecto. Los primeros tienden a resistir cualquier modificación en la
institución ya que ello es vivido como una amenaza para la propia identidad. Los segundos en
cambio suelen ser con frecuencia promotores de cambios básicos, imprimiendo en la
organización su propia identidad.
La pertenencia del sujeto se organiza en función del interjuego entre la vinculación formal o
real desempeñada y la vinculación con la institución como objeto interno.

Papel de las articulaciones y las fracturas articulares en la dinámica institucional

Si aceptamos la existencia de movimientos, debemos también aceptar que los diferentes


elementos móviles deben tener puntos de contacto donde se articulan entre sí.
Las articulaciones son útiles para el trabajo institucional cuando presentan alguna
particularidad anormal. Una articulación patológica constituye una fractura institucional.
Si bien todas las articulaciones están en relación con las normas institucionales, es fácil
percibir que el espacio generará normas más rígidas y que el tiempo presentará mayor
plasticidad, siendo los roles los que se instrumentan con más elasticidad.
En general toda la organización de una institución está asentada en gran medida en una
adecuada y nítida distribución del tiempo, siendo precisamente las perturbaciones que sufre
esta distribución, lo que aparece como primeros síntomas de un conflicto.

Roles básicos
1. Motor emocional: Aglutinador e impulsor del grupo
2. Pensador o teórico
3. Programador o administrador: Administrador y distribuidor del tiempo y la prioridad de
las tareas.
4. Realizador práctico: Tiende a realizar eficazmente la tarea parcial indispensable en ese
momento. El grupo sobrevive en los momentos difíciles por él.
5. Gestor: Se ocupa principalmente de las relaciones con el exterior.

Estos cinco roles constituyen las característica que integran un líder único y si en un grupo
aparecen distribuidos entre sus miembros, es un índice de autonomía y eficiencia del mismo.
En cambio cuando varias de estas características están sustentadas por una sola persona, lo
común es que el grupo tenga una baja autonomía y sea un grupo de dependencia que en el
mejor de los casos es una buena caja de resonancia para el líder.
Por otra parte puede darse el caso de que alguna de estas funciones no esté cubiertas, lo cual
incide en el pronóstico del grupo, salvo que se logre que los roles no cubiertos lo sean por
varios integrantes o por todo el grupo.
Lo característico aquí es que no se trata de roles que signifiquen una división especializada de
trabajo, sino una modalidad de comportamiento dentro del grupo.
El poder identificar esta modalidad, permite no sólo hacer un pronostico sobre el porvenir del
equipo, sino categorizar algunas perturbaciones típicas en el funcionamiento del grupo.
Cada modalidad da lugar a un tipo específico de figura patológica.

Motor emocional  Con mucha facilidad puede transformar su poder integrador en todo lo
contrario, sobre todo cuando tiene actitudes impulsivas.
Administrador o programador  Tiende espontáneamente a disciplinar el esfuerzo y puede
convertirse en un perseguidor superyóico.
Realizador práctico Suele ser visto menospreciadamente por el resto del grupo y el mismo
expresa un resentimiento por sus tareas.
Gestor  Suele sabotear las tareas que el mismo logro, ya que cuando deja de ser el contacto
único con el afuera y toma su lugar dentro del grupo, suele aparecer el resentimiento y la
frustración.

Resulta fácil identificar las articulaciones fracturadas, ya que es entorno a ellas que se
centralizan y expresan todas las manifestaciones sintomáticas de la organización.
Una fractura se transforma en una pantalla utilizada por los integrantes de una institución para
defenderse de sus ansiedades de naturaleza psicótica, proyectando, predominantemente,
objetos parciales en el sentido que da Klein al término.
Este es el primer paso y constituye lo oculto o latente de la patología institucional, donde los
integrantes realizan una proyección individual de sus ansiedades prehistóricas.
En el segundo paso, la fractura que ha hecho de pantalla, se transforma en una fuente
generadora de ansiedad que se vuelve sobre los miembros de la organización, que a su vez,
tienden a adoptar conducta defensivas frente al peligro de la re- instroyección. Este segundo
paso constituye lo manifiesto, o sea, lo que habitualmente se denomina tensión institucional.
Las articulaciones adecuadas permiten que se proyecten objetos totales, sin que se perturbe su
identidad y que al introyectarse enriquecen al yo.
Freud: Psicología de las masas y análisis del yo

Introducción

En la vida anímica individual aparece integrado siempre afectivamente “el otro”, como
modelo, objeto, auxiliar o adversario y de este modo, la psicología individual es al mismo
tiempo psicología social en un sentido amplio, pero plenamente justificado.

IV Sugestión y libido

Un individuo integrado a una masa, experimenta, bajo la influencia de la misma, una


modificación a veces muy profunda de su actividad anímica., Su afectividad queda
extraordinariamente intensificada y su actividad intelectual se limita. Ambos procesos tienden
a igualar al individuo con los demás de la multitud.
Este fenómeno no se explica simplemente por la intervención de factores racionales, como
intimidación o instinto de conservación. Tampoco usaremos el término sugestión, ya que es un
término vago que no dice nada en concreto.
Se introduce la idea de libido y se postula que los lazos afectivos existen también en la esencia
del alma colectiva y que es ésta la que se oculta detrás de la sugestión. Cuando el individuo
englobado en la masa renuncia a lo que le es personal, tenemos la impresión de que lo hace
por sentir en él la necesidad de hallarse de acuerdo con ellos y no en oposición, esto es, por
“amor a los demás”.

V Dos masas artificiales: la iglesia y el ejercito

La iglesia y el ejercito son masas artificiales, esto es, masas sobre las cuales actúa una
coerción exterior encaminada a preservarlas de la disolución y a evitar modificaciones de su
estructura. En ambas reina una misma ilusión: la ilusión de la presencia visible o invisible de un
jefe que ama por igual a todos los miembros de la colectividad. De esta ilusión depende todo y
su desvanecimiento traería consigo la disgregación de la Iglesia o el Ejercito, en la medida en
que la coerción exterior lo permitiese.
Cristo es un bondadoso hermano mayor, una sustitución del padre. De este amor de Cristo
derivan todas las exigencias de que se hace objeto al individuo creyente y el aliento
democrático que anima a la Iglesia depende de la igualdad de todos los fieles ante Cristo y su
idéntica participación en el amor divino. En el lazo que une a cada individuo con Cristo hemos
de ver indiscutiblemente la causa que une a los individuos entre si. Análogamente sucede en el
Ejército. El jefe es el padre que ama a todos sus soldados razón por la cual estos son
camaradas el uno del otro.
En las dos masas artificiales se halla el individuo doblemente ligado por lazos libidinosos, en
primer lugar al jefe y además a los restantes miembros de la colectividad.
El fenómeno del pánico que se presenta cuando la multitud comienza a disgregarse y se
caracteriza por el hecho de que las ordenes de los jefes dejan de ser obedecidas, no
cuidándose ya cada individuo sino de si mismo. Rotos los lazos recíprocos, surge un miedo
inmenso e insensato. La esencia del pánico está precisamente en carecer de relación con el
peligro que amenaza y da cuenta del desgarramiento de los lazos afectivos que hasta entonces
disminuían a sus ojos el peligro.
El miedo del individuo puede ser provocado por la magnitud del peligro o por la ruptura de
lazos afectivos. Este último es el caso de la angustia neurótica.
Sin que el peligro aumente, basta con la pérdida del jefe para que surja el pánico ya que con el
lazo que los ligaba al jefe desaparecen generalmente los que los ligaban a los individuos entre
sí y la masa se pulveriza.
VII La identificación

Identificación primaria: Es al padre en ambos sexos. Es ambivalente pues se da en la fase oral


canibalística. Es previa a toda elección de objeto.
En el síntoma histérico pueden darse distintas identificaciones. (1)Una identificación con la
madre, que puede resultar de dos procesos distintos: puede ser la misma que en el complejo
de Edipo, puede representar el deseo de sustituirla, pero bajo la influencia directa de la
conciencia de culpabilidad, se identifica con el síntoma, sufriendo como la madre. (2) Pero
también puede suceder que el síntoma sea el mismo de la persona amada. Así Dora imita la tos
de su padre. La identificación ha ocupado el lugar de la elección de objeto, transformándose
por esta regresión en una identificación.
(3) Un tercer caso, particularmente significativo de la formación de síntomas es en el que la
identificación surge cuando un sujeto descubre en sí un rasgo común con otra persona que no
es objeto de sus intenciones sexuales, es independiente de toda carga libidinosa. Uno de los
yoes advierte la analogía y se produce una identificación al síntoma patógeno.

VIII Enamoramiento e hipnosis

El enamoramiento se da cuando se conjugan instintos libres e instintos coartados en su fin. En


este caso se da la “superestimación sexual”, dada por la idealización, en la que el objeto es
tratado como el propio yo del sujeto, el enamoramiento pasa al objeto una parte considerable
de la libido narcisista, en algunos casos el objeto amado llega a sustituir al ideal y amamos al
objeto a causa de las perfecciones a las que hemos aspirado para nuestro propio yo.
El objeto ha devorado al yo, y genera un empobrecimiento y una tendencia a la propia
aminoración. Esto se da más en el amor no correspondido, ya que no hay satisfacción sexual
que disminuya la superestimación del objeto. En estos casos el objeto ha ocupado el lugar del
ideal del yo.
La diferencia entre idealización e identificación es que en esta última el yo se enriquece de las
cualidades del otro, y en la primera se empobrece. En la identificación el objeto es
abandonado y reconstruido en el yo, en el otro caso, el objeto subsiste pero dotado de
cualidades por el yo y a costa del yo.
Del enamoramiento a la hipnosis no hay gran distancia, se comprueba el mismo renunciamiento
a toda iniciativa personal y es evidente que el hipnotizador se ha situado en el lugar del ideal
del yo.
En las masa primarias, que poseen un caudillo, pero no se han organizado demasiado, se trata
de una reunión de individuos que han reemplazado su ideal del yo por un mismo objeto y a
consecuencia de ello se ha establecido una general y recíproca identificación del yo

X La masa y la horda primitiva

La masa nos muestra la resurrección de la horda primitiva.


Los individuos componentes de una masa precisan todavía la ilusión del jefe que los ama a
todos por igual mientras que el jefe no necesita amar a nadie, puede erigirse como dueño y
señor y aunque absolutamente narcisista, se halla seguro de si mismo y goza de completa
independencia.
El padre primitivo impedía a sus hijos la satisfacción de sus tendencias sexuales, y por
consiguiente a titulo de derivación les imponía lazos afectivos que los ligaban a él y luego entre
ellos.
En las masas artificiales, también se revive la horda primitiva, el amor del padre no es sino la
transformación idealista de los hijos que se saben igualmente perseguidos por el padre, que
inspira a todos el mismo temor. El caudillo es aún el temido padre primitivo, la masa quiere
siempre ser dominada por un poder ilimitado. El padre primitivo es el ideal de la masa y este
ideal domina al individuo, sustituyéndose a su ideal del yo.
Kaes: Realidad psíquica y sufrimiento en las Instituciones

Dificultades para constituir a la institución como objeto de pensamiento por los aspectos
psíquicos que entran en juego en nuestra relación con la misma.
Conjuntos de dificultades:
1. Fundamentos narcisistas y objetales de nuestra posición de sujetos comprometidos en
la institución.
2. Condición de irrepresentable, más acá de la represión. Lo que está en juego es la
función de meta marco que desempeña la sociedad y la cultura, pero también ciertas
configuraciones de vínculos apropiados para un trabajo psíquico. Este nivel de
dificultad revela un descentramiento de la subjetividad. La institución nos precede,
nos sitúa y nos inscribe en sus vínculos y sus discursos. Nos estructura y trabamos con
ella relaciones que sostienen nuestra identidad. Esta externalización de un espacio
interno es la relación más violenta, anónima y poderosa que mantenemos con las
instituciones. En las instituciones, el trabajo psíquico incesante consiste en reintegrar
esta parte irrepresentable a la red de sentido del mito y en defenderse contra lo uno
institucional necesario e inconcebible. (institución como no sí mismo en el sujeto)
3. Institución como sistema de vinculación en el cual el sujeto es parte interviniente y
parte constituyente. Pensar la institución requiere el abandono de la ilusión
monocentrista. Sistema polinuclear y ensamblado en el cual, por ejemplo, el
continente del sujeto es el contenido de una meta continente. En las instituciones se
cumple un esfuerzo constante para construir una representación de las instituciones.
Este trabajo colectivo de pensar cumple una de las funciones capitales de las
instituciones, consistente en proporcionar representaciones comunes y matrices
identificatorias (modernidad: crisis por falta de cumplimiento de las instituciones de
continuidad y regulación)

Las instituciones no son inmortales, el orden que imponen no es inmutable, los valores que
proclaman son contradictorios y niegan lo que las funda. Lo mudo y lo inamovible en ellas se
imponen a nuestra conciencia como aquella parte de nosotros mismos que nos era ajena y que
se había depositado allí.
La institución nos pone frente a una cuarta herida, también narcisista. La vida psíquica no está
centrada exclusivamente en un ICC personal. Una parte de él mismo, que lo afecta en su
identidad y que compone su ICC, no le pertenece a su propiedad, sino a las instituciones en que
él se apuntala y que se sostienen por ese apuntalamiento. También existen beneficios
narcisistas.

La cuestión de la institución en el campo del psicoanálisis

La institución es un objeto heterogéneo y obedece a leyes propias de su orden. Es antes que


nada, una formación de la sociedad y de la cultura, cuya lógica propia sigue. Es el conjunto de
las formas y las estructuras sociales instituidas por la ley y la costumbre: regula relaciones, nos
preexiste y se impone a nosotros, se inscribe en la permanencia. Cada institución tiene una
finalidad que la identifica y distingue. (plurifuncionalidad) La representación mítica
compartida, la función del ideal, el proceso implícito de regulación social, sobre estas
dimensiones la institución asegura su subsistencia y constituye para sus sujetos el trasfondo de
continuidad sobre el que se inscriben los movimientos de su historia y de su vida psíquica.
Sobre los procesos que las instituciones designan, se articulan funciones psíquicas importantes.
La institución no es solamente una formación social y cultural compleja. Al cumplir las
funciones correspondientes, realiza funciones psíquicas múltiples para los sujetos singulares,
en su estructura, su dinámica y su economía personal. Moviliza cargas y representaciones que
contribuyen a la regulación endopsíquica y aseguran las bases de la identificación del sujeto al
conjunto social; constituye el trasfondo de la vida psíquica en el que pueden ser depositadas y
contenidas algunas partes de la psique que escapan a la realidad psíquica.
Un espacio de análisis se da con la hipótesis que la vida psíquica misma supone la institución y
que ésta es una parte de la psique. El individuo lleva una doble existencia, en cuanto es en sí
mismo su propio fin, y en cuanto es miembro de una cadena a la que está sometido (doble
condición del individuo) El doble apuntalamiento de la realidad psíquica en sus dos bordes,
corporal e institucional.
Por otra parte, la institución precede al individuo singular y lo introduce en el orden de la
subjetividad, predisponiendo las estructuras de la simbolización. Pero la institución es también
el espacio extroyectado de una parte de la psique: es a la vez afuera y adentro. Por estos dos
procedimientos es que el sujeto es sujeto de la institución y la institución consiste en una
doble función psíquica: de estructuración y de receptáculo de lo indiferenciado.
Otra punta de análisis está dada por el espacio psíquico propio de la vida institucional. Para
cumplir sus funciones específicas, no psíquicas, la institución tiene que movilizar formaciones y
procesos psíquicos, y que los que ella contribuye a formar, o que recibe en depósito, serán
solicitados de manera muy particular. La vida pulsional produce y mantiene formaciones
psíquicas originales para sus propios fines. Estas formaciones constituyen la posibilidad de
espacios psíquicos conocidos y compartidos. Suponen la construcción, utilización o regulación
de un aparato psíquico de enlace, aparato psíquico grupal, que permite pensar el
ordenamiento específico de la realidad psíquica del sujeto singular y el de la realidad psíquica
que emerge como efecto del agrupamiento.
El aparato psíquico grupal, alianzas ICC y la cadena asociativa grupal son construcciones
destinadas a dar cuenta de las formaciones y procesos psíquicos ICC movilizados en la
producción del vínculo y del sentido. Tales formaciones aseguran la articulación entre la
economía, la dinámica y la tópica del sujeto singular y la formada por el conjunto.
No se localiza el ICC en el espacio psíquico singular sino en los lugares donde se producen los
pasajes constitutivos de la realidad psíquica: en las formaciones del vínculo Inter. Y
transubjetivo.

La institución vincula, reúne y administra formaciones y procesos heterogéneos: sociales,


políticos, culturales, económicos, psíquicos. Lógicas diferentes funcionan en espacios que se
comunican e interfieren. La institución constituye además el lugar de una doble relación: el
sujeto singular con la institución y de un conjunto de sujetos ligados por y en la institución.
En las instituciones una gran parte de las cargas psíquicas está destinada a hacer coincidir en
una unidad imaginaria estos órdenes lógicos diversos y complementarios, para hacer
desaparecer la conflictividad que contienen. Las instituciones fomentan la sinergia de estas
cargas y de todas las formaciones que producen la ilusión de la coincidencia, hasta que la
irrupción violenta de lo reprimido o lo negativo hace volar los pactos ICC que sellan el
consenso, revelan las lógicas que estaban disimuladas en las formaciones comunes, tan
necesarias para los sujetos singulares como para el conjunto.
La capacidad de las instituciones para tolerar el funcionamiento de los niveles relativamente
heterogéneos, constituye la base de su función metafórica. Esta capacidad posibilita la
constitución de un espacio psíquico diferenciado. El trabajo psicoanalítico puede tener como
objetivo restablecer esa función.

Formaciones Intermedias y Espacios comunes de la realidad psíquica

Las formaciones y los espacios psíquicos comunes que la institución fomenta, produce y
administra, a partir de las cargas que ella exige a los sujetos. Recíprocamente los beneficios e
intereses que ellos encuentren allí, el sufrimiento y el goce deben ser evaluados.
Formaciones psíquicas intermediarias entre el espacio psíquico del sujeto singular y el espacio
psíquico constituido por su agrupamiento en la institución, no pertenecen como propiedad ni al
sujeto singular ni al grupo, sino a la relación entre ellos. Poseen un carácter bifronte; la
reciprocidad que inducen entre los elementos que ligan, la comunidad que consolidan mediante
pactos, contratos y consensos ICC, articulan de esa manera las relaciones del elemento y el
conjunto en figuras diversas.
Las formaciones psíquicas contribuyen al fundamento psíquico de los conjuntos sociales, a la
vez que constituyen el fundamento de nuestra psique. Tienen que ver con el reparto del placer
y los medios puestos en común mediante la realización del deseo, la renuncia pulsional exigida
por el advenimiento de la comunidad y la seguridad de sus sujetos. Cada una de estas
formaciones asegura, solidariamente con las otras, las condiciones psíquicas de la existencia y
la vida de la institución. Contribuyen a su permanencia y su capacidad para engendrar
continuidad. Toda crisis o falla de estas formaciones intermediarias, pone en cuestión la
institución y la relación de cada uno con ella; libera energías mantenidas en sus redes o
paraliza cualquier invención vital de nuevas relaciones.

El grupo como comunidad de cumplimiento del deseo y de la defensa

La institución plantea la identificación como formación intermediaria que mantiene reunidos a


los sujetos a la institución. El grupo a la manera de un sueño es una manera del cumplimiento
del deseo ICC. Las modalidades grupales de cumplimiento del deseo individual ponen a la vista
la estructura mixta paradójica de las formaciones intermediarias, las lógicas cruzadas, los
órdenes diferentes. El agrupamiento asegura la comunidad de cumplimiento del deseo y de la
defensa contra el deseo.
La transmisión ínter subjetiva es una modalidad de cumplimiento del deseo, no solamente en la
medida en que el sujeto se identifica con el deseo o con el síntoma del otro, sino porque existe
allí un deseo compartido: el deseo del deseo del otro o el deseo de una defensa común contra
el deseo.
El grupo, en cuanto formación intermediaria, es lo que en el seno de la institución vincula
entre sí, en una realización de tipo onírico y por la comunidad de síntomas, fantasmas e
identificaciones, a los sujetos a la institución, de manera que puedan cargar en ella sus deseos
reprimidos y encontrar los medios deformados, desviados, de realizarlos o de defenderse
contra ellos. De este modo se ligan a la institución, a su ideal, a su proyecto, a su espacio.
El fundar una institución, hacerla funcionar, transmitirla no puede estar sostenido más que por
organizaciones ICC en los cuales se encuentran aprehendidos deseos que la institución permite
realizar.

El trueque de una parte de la felicidad posible a cambio de una parte de la seguridad:


Renuncia pulsional y advenimiento de la comunidad civilizada.

Según Freud, hay tres fuentes de sufrimiento humano: la potencia abrumadora de la


naturaleza, la caducidad del propio cuerpo y el de origen social. La vida en común solo resulta
posible cuando una pluralidad logra reunirse en un conjunto más poderoso que cada individuo
particular y se mantiene unida frente a cualquier individuo singular.
Aparece la necesidad de la renuncia, cada cultura está construida sobre la represión de las
pulsiones y sobre el renunciamiento: “ cada individuo ha cedido una parte de su propiedad, de
su poder soberano, de las tendencias agresivas y vindicativas de su personalidad”; “El hombre
civilizado ha trocado una parte de felicidad posible contra una parte de seguridad” (El Malestar
en la Cultura)
La comunidad en cuanto derecho protege al individuo contra la violencia, impone la necesidad
y hace posible el amor. Lo que Freud describe es una entidad bifronte: renuncia a las pulsiones
y advenimiento de la comunidad basada en el derecho tienen una función y una significación en
el espacio psíquico del agrupamiento institucional. Todas las instituciones están dotadas de un
sistema interpretativo de la ley fundamental, a través del cual se plantean y resuelven algunas
de las relaciones entre las exigencias pulsionales de los individuos y la salvaguarda del interés
común.
La permanencia, la afiliación y el sostén del sujeto singular en el estar junto: el contrato
narcisista.

La institución tiene que ser permanente: con ello asegura las funciones estables que son
necesarias para la vida social y la vida psíquica. Para el psiquismo, la institución está, como la
madre, en el trasfondo de los movimientos de discontinuidad que instaura el juego del ritmo
pulsional y de la satisfacción. No se trata solo de que la institución tiene que ser estable; el
intercambio social y los movimientos que lo acompañan exigen de su función que ella lo
estabilice. Esta es la función de lo instituido. Las dos formaciones psíquicas intermediarias
mixtas contribuyen a esta permanencia.
La institución se funda sobre el doble estatus del narcisismo y sobre estas formaciones
intermediarias trans- psíquicas en la medida en que sostienen la relación necesaria entre el
sujeto singular y el conjunto.
 El individuo es en sí mismo su propio fin, y es al mismo tiempo miembro de una cadena
a la que está sometido.
 Los padres hacen de su hijo el portador de sus sueños de deseo no realizados y que el
narcisismo primario del hijo se apoya en el de sus padres.
 El Ideal del yo es una formación común a la psique singular y a los conjuntos sociales.

El concepto de contrato narcisista generaliza estas propuestas y explica relaciones correlativas


del individuo y el conjunto social: cada recién llegado tiene que cargar al conjunto como
portador de la continuidad y recíprocamente, con esta condición, el conjunto sostiene un lugar
para el elemento nuevo. El contrato exige que cada sujeto singular ocupe un lugar ofrecido por
el grupo y significado por el conjunto de las voces que, antes de cada sujeto, desarrollaron un
discurso conforme al mito fundador del grupo. Cada sujeto tiene que retomar este discurso de
alguna manera, mediante el que se conecta con el antepasado fundador. Cuando la institución
no sostiene más el narcisismo de sus sujetos, esta es atacada a su vez. La crisis adquiere la
significación de amenaza contra el vínculo con el conjunto, en la medida en que el sujeto
podría no mantener de hecho su lugar, y poner en cuestión el orden común sobre el que se ha
fundado narcisisticamente su propia continuidad. La adherencia narcisista al objeto
institucional común concierne al origen común de los sujetos ligados en el fantasma familiar.
Esta adherencia supone que cada cual es capaz de poner en peligro el objeto compartido,
desde el momento en que se apropia de una parte.

Sufrimiento y psicopatología en las Instituciones

A través de la explicación de las formaciones psíquicas del vínculo (entidades bifrontes), fue
posible establecer lo que la institución exige de los sujetos y lo que propone a cambio, qué
aspectos de la realidad psíquica reciben cargas en la institución y cómo de esa manera pueden
inducirse espacios nuevos.

1. Sufrimiento de/ en las instituciones

El sufrimiento y psicopatología desarrollada en las instituciones son los que nos permiten
conocer esos procesos y esas formaciones. Pueden distinguirse tres fuentes de sufrimiento:
- una inherente al hecho institucional mismo
- otra relacionada a una institución en particular
- configuración psíquica del sujeto singular
Debe distinguirse también el sufrimiento ligado a la vida misma (distancia entre objeto y
deseo; división del sujeto mismo…), que lleva un trabajo psíquico, especialmente mediante el
desarrollo de mecanismos de defensa y la búsqueda de satisfacciones superiores. La falla de
estos mecanismos termina en la destrucción del sujeto, el objeto y del vínculo. Este
sufrimiento es patológico: en las instituciones como en otras partes, paraliza y deteriora el
espacio psíquico interno y los espacios comunes. Las instituciones disponen de mecanismos de
defensa que son un apoyo a las defensas de los sujetos singulares para evitarles el sufrimiento
(están asociados a las funciones del pacto de negación y a las disposiciones contractuales de
protección contra lo negativo)
El espacio institucional es escena también de sufrimientos propios de los sujetos en su
singularidad, que quizás la institución revela y controla. La misma efectúa la gestión de otros
sufrimientos distintos de los que son suscitados por el vínculo que ella organiza y por las cargas
que requiere (el sufrimiento actual no se resuelve siempre en la historia singular sino que
puede estar anclado en la red del vínculo)
La institución no es la que sufre, sino nosotros sufrimos de nuestra relación con ella, lo que en
nosotros es la institución. Sufrimos por el hecho institucional mismo, en razón de los contratos,
pactos, comunidad y acuerdos que nos ligan conscientemente en una relación asimétrica,
desigual. Sufrimos por el exceso de institución pero también por su falta, por su falla en cuanto
a garantizar los contratos, en hacer posible la realización de la tarea primaria.

2. Sufrimiento de lo inextricable y patología institucional

Lo inextricable aparece en todas las situaciones en que prevalece la confusión de los elementos
o la indiferenciación del elemento y del conjunto, espacios psíquicos indiferenciados, confusión
de las formaciones, gracias a una abolición de los límites del sí mismo. Nos vemos confrontados
con nuestros núcleos indiferenciados.
Otro aspecto de la patología es el desarrollo de estados pasionales: intenso sufrimiento
psíquico que se experimenta en ella y el desborde fuera de sí de la capacidad de contener y ser
contenido.
Lo que provoca tales estados puede ser casi siempre referido a un cambio y/o amenaza de
cambio. Todas las formaciones intermedias que formas el ICC de la institución resultan
amenazadas.

3. Sufrimiento asociado con una perturbación de la fundación y de la función


instituyente
La mayoría de estas perturbaciones pueden ser referidas a las fallas de las funciones
contractuales implicadas en la función instituyente. Las fallas se manifiestan por exceso,
defecto o inadecuación, que entre la estructura de la institución y la de la tarea primaria,
culminan en sufrimiento ligado a la institución en su singularidad.
Otra fuente de sufrimiento está ligada a la falta de ilusión institucional, que priva a los sujetos
de una satisfacción importante y debilita el espacio psíquico común que han de sostener el
proyecto de la institución.
Todas las fallas contractuales pueden considerarse un sufrimiento de la fundación y de la
función instituyente.

4. El sufrimiento asociado a las trabas a la realización de la tarea primaria.

Esta tarea funda la razón de ser de la institución, su finalidad, la razón del vínculo que
establece con sus sujetos. Casi siempre hay otras tareas que pueden competir o contradecir a
la primaria, siempre que la institución lo tolere. Las trabas a la realización de la tarea primaria
son ataques contra la comunidad en el cumplimiento del deseo que sostiene la representación-
meta ICC común a los sujetos de la institución.

5. El sufrimiento asociado con la instauración y mantenimiento del espacio psíquico


El espacio psíquico en la institución se reduce con la prevalencia de lo instituido sobre lo
instituyente, con el desarrollo burocrático contra el proceso, etcétera. El apartamiento entre
cultura de institución y el funcionamiento psíquico inducido por la tarea está en la base de la
dificultad para instaurar o mantener un espacio de contención, transformación y de conexión.
La institución no es solamente el lugar del cumplimiento imaginario del deseo reprimido. Es
también la ocasión para organizar las defensas contra ellos. Produce defensas específicas
contra lo que vendría a poner en peligro su existencia o la relación de los sujetos con la tarea
primaria que los reúne. La institución asegura el sistema meta-defensivo para los sujetos
individuales y los grupos que la constituyen. Integran la cultura de la institución su tarea
primaria, su sistema de relación y de expresión, sus mecanismos de defensa. La manera como
cada cual se sirve del espacio psíquico y la manera como la institución posibilita esta
utilización caracteriza la cultura y manera de funcionar de la institución. Si la misma no
proporciona ese apoyo meta-defensivo, son atacadas por sus miembros cuya angustia se
incrementa sin que haya recursos a los que apelar y los pone frente a un sufrimiento intenso,
inextricable, catastrófico.

Malfé: Psicología institucional psicoanalítica

La practica de la psicología institucional psicoanalítica consiste en una intervención


esencialmente discursiva en ámbitos psico-sociales de la vida cotidiana. Procura instaurar en
dichos ámbitos una situación en la que se haga posible la escucha analítica y, a partir de ella,
un trabajo interpretativo y reconstructivo que ayude a hacer conciente y elaborar aquello
inconsciente cuyo retorno estuviere determinando las fallas y rupturas en la racionalidad
(coherencia discursiva) allí instituida; en esa situación también se hace necesario señalar
aquello inconsciente (constitutivo) que preside formalmente toda institución.

Lo que hacen los que procuran atenerse a la regla de analítica fundamental más que asociar
libremente es DISCURRIR más o menos libres de las ataduras convencionales. Discurren
libremente quienes, a la deriva de una conversación excepcionalmente distendida, pueden
hilar recuerdos y conjeturas, relatar lo sucedido o lo imaginado o argumentar sin objetivo
práctico preciso.
El análisis de situaciones colectivas es posible en tanto existe un deseo compartido que puede
verificarse de distintas maneras:
1. En tanto deseo insatisfecho de una estructura libidinosa en una formación colectiva.
2. Como líder, excepcionalmente de una masa o de una formación colectiva.
3. En tanto ha incorporado la estructura fantasmática que sustenta el discurso,
solidariamente con la función 1. Las distintas formas de manifestaciones discursivas
concretas están montadas en su integridad sobre variantes retóricas y anecdóticas de
las formaciones fantasmáticas, vástagos o retoños del sistema Icc. que “presentan un
alto grado de organización, se hallan exentos de contradicción, han utilizado todas las
adquisiciones del sistema cc. y apenas se diferencian de los productos de este sistema.
Suelen estas ser compartidos también, en un momento dado.
4. Deseos no compatibles con la integridad de una forma fantasmática dominante, vale
decir, deseos específicos reprimidos, de la índole de aquello que retorna para
manifestarse, de forma abrupta o no.

En la formación colectiva sui generis que se instituye a los fines del análisis, el psicólogo
institucional ocupa un lugar que le permite operar en reemplazo provisorio del ideal que sujeta
a los miembros del grupo, por otro, sugerente de una conciliación mejor lograda entre las
fuerzas en pugna; los deseos no compatibles con la figura dominante tendrán mayores
posibilidades de ser tomados en cuenta.
Este aspecto de la ilusión grupal favorece el análisis. Pueden así producirse momentos
privilegiados, en que las ocurrencias reverberan y provocan otras nuevas hasta cristalizar en un
descubrimiento colectivo. Pero ese discurso polifónico se encamina en general hacia lo que
importa ha todos los allí reunidos.
Para que puedan desplegarse con libertad las fantasías que tienen vigencia en el ámbito
colectivo donde se lleva a cabo el análisis, tendremos que transitar, en sentido inverso al que
aquellas siguieron para su constitución, las sendas que les están marcadas por las leyes de
funcionamiento del aparato psíquico. Hay que prever que primero se presentarán las formas de
superficie, que controlan o dominan a todas las otras; vale decir que en una organización
determinada, por ejemplo, se allegará primero a nuestra escucha la fantasía que oficial o
legítimamente ha convocado y mantiene unidos a los miembros. A su tiempo, vendrán a ser
oídas e interpretadas también las que están condenadas allí. Muchas veces se trata de la
contradicción puntual de la fantasía dominante.
La transferencia debe avanzar hacia la disolución, para eso es necesario que por un lado se
pongan en juego las fantasías concretas y por otro, que el analista se coloque en el lugar que le
corresponde, el de quien conoce y puede dar testimonio de aquellas historias.

Malfé: Psicoanálisis aplicado: Un caso institucional

En relación con la dualidad del concepto de ideal del yo. (su vertiente narcisista y su vertiente
normativa), podríamos resumir el ambiguo estatus del líder como el ocupante de un lugar
simbólico axial, desde el cual se constituye en restrictor del narcisismo de los miembros del
grupo y simultánea y paradójicamente, como captador imaginario del narcisismo de los
miembros del grupo.
Las vicisitudes de las relaciones de los miembros de un grupo entre sí han de estar regidas
latentemente por la convergencia libidinal del líder. Podemos agregar que el modo de encarar
la ordenación y transformación de la realidad de que el grupo debe ocuparse, es decir la tarea
que también es definida en general por el líder. Este es el que instituye las características
que habrá de tener la represión allí vigente, al tener en sus manos, como interlocutor
privilegiado y denominador común del deseo de los miembros del grupo, la mitad de la llave
que les permitiría a estos, libre acceso al pensar.
Los coordinadores de trabajos psicológicos llevados a cabo en el ámbito de la vida cotidiana
deben presentarse investidos de las insignias de una prevalencia simbólica, pero además
tienen que servir al mismo tiempo como los captadores imaginarios del narcisismo de los
sujetos sobre los que operan, lo que les permitirá convertirse momentáneamente en
contrafiguras de los líderes instituidos, con quienes se hace necesario al menos equipararse en
cuanto a la capacidad de ejercer fascinación.
La estrategia más adecuada en un proceso de transformación consiste en deshacer las
identificaciones cautivantes a fin de dar lugar a que se manifiesten abiertamente otras
filiaciones, que pueden introducir en el grupo una dimensión de un conflicto social útil o
productivo.

Schlemenson :Análisis Organizacional

Introducción

Análisis Organizacional: Disciplina teórica, metodológica y científica. Ofrece un modelo de


abordaje de casos, permite lograr cambios en los componentes de un sistema organizativo,
haciéndolo más adecuado de acuerdo a la naturaleza de las personas, el trabajo, el contexto,
etcétera. Profundización de análisis de una determinada situación dentro de un encuadre de
larga duración.

Capitulo 1

Caracterización del objeto: las organizaciones referidas son unidades operativas semi-
autónomas. Configura un grupo humano complejo, que actúa dentro de un contexto témporo
espacial concreto, artificialmente y deliberadamente constituido para la realización de fines y
necesidades específicas. Está enmarcada por políticas, que engloban los fines, y que son la
expresión abstracta de conductas organizativas deseadas.
La interacción de los miembros de la organización y la cohesión mínima necesaria que le da
unidad, continuidad y sentido, operan en dos planos interdependientes. Por un lado esa
integración está regulada por procesos interpersonales, mecanismos de identificación,
necesidades, motivaciones y ansiedades inconscientes que encuentran en el ámbito
institucional probabilidades de expresión y expectativas de realización. Por otra parte la
integración opera a través de un sistema sancionado, explícito e implícito de roles
interrelacionados que conforman una estructura susceptible de ser definida en términos de
tareas y expectativas fijadas por los ocupantes de dichos roles. El eje central de la estructura
lo constituye la autoridad que regula los roles y sus interrelaciones.

Capítulo 2

Dimensiones relevantes:
 Proyecto
 Estructura organizativa
 Integración psicosocial
 Condiciones de trabajo
 Sistema político
 Contexto

Proyecto en que se sustenta la organización


Toda organización está centrada en una idea de algo que pueda satisfacer las necesidades de
una audiencia externa o de los miembros de la organización. Implica riesgos, generando la
emergencia de ansiedades. La organización no solo necesita contar con un buen proyecto, sino
que este para ser transformado en un plan de acción requiere de su operacionalización en
objetivos metas y programas. Esto demanda la formulación de políticas. El proyecto debe ser
suficientemente explícito y compartido por todos los involucrados en su realización.

La estructura organizativa
Sistema interrelacionado de roles oficialmente sancionados que forman parte del organigrama y
de la definición de funciones y responsabilidades.
Tipos de estructuras:
 Estructura formal u oficial
 Estructura presunta (la que los miembros perciben como real)
 La existente (la que efectivamente opera y puede ser inferida a través del análisis
sistemático)
 La requerida (la que todos los componentes de la situación necesitan)

La divergencia o contradicción entre estas estructuras crea desajustes que favorecen la


ineficacia, las tensiones y conflictos entre los miembros.
Las estructuras y los roles marcan un comportamiento esperado, forman parte del organigrama
y del manual de funciones. Hay una separación entre el rol y la persona, haciendo que el rol
sea relativamente fijo y permanente, mientras que las personas rotan. La fijeza de los roles
permite describir cómo funciona la organización desde el punto de vista formal. El análisis de
roles, funciones, responsabilidades y líneas de dependencia permite fijar un aspecto
fundamental del encuadre de las conductas individuales.

La integración psicosocial.
Plano de las relaciones interpersonales. Abarca un eje vertical (relaciones con la autoridad) y
uno horizontal (entre pares). Los conflictos en esta área pueden incidir en el grado de
cohesión, integración y en el rendimiento. La elaboración de los conflictos latentes permite su
superación, promoviendo etapas progresivas de integración y cohesión. De nada vale el trabajo
sobre esta parte si el proyecto o la estructura no están claros, ya que son continentes de las
relaciones interpersonales y pueden incidir notablemente en la integración psicosocial (suele
observarse la remisión espontánea de estos conflictos con la aclaración de objetivos y de la
estructura)
Condiciones de Trabajo
Se busca la satisfacción y realización de los miembros. El tratamiento que sienten que reciben
condiciona su vínculo con la organización y es determinante de su identificación y compromiso
con la tarea. En este punto están involucrados el salario, la tarea y posibilidad de realización
personal que brinda, las alternativas de desarrollo y carrera que ofrecen, las oportunidades de
participar, el confort y la salubridad, etcétera.

Sistema político
Toda organización tiene un sistema de autoridad que se ocupa de la conducción, distribución y
coordinación de las tareas. En forma paralela a este sistema opera un sistema representativo
que se organiza espontáneamente a través de la conformación de grupos significativos de
poder, con sus propios intereses, correlacionados con los niveles ejecutivos- jerárquicos de la
estructura (clases institucionales o grupos de interés)
Como resultado de la interacción entre el sistema político y la estructura sancionada de cargos,
se produce una variedad de efectos que inciden en el rumbo de la organización. Allí donde
haya una organización se conformará un sistema político paralelo. Si la organización es
restrictiva y no permite su expresión, ejercerá su influencia por presiones latentes y
encubiertas. El reconocimiento de los factores en juego implica la introducción de modelos de
participación y modalidades de conducción para los cuales las organizaciones y sus conductores
no suelen estar preparados. Debe poder aceparse el conflicto de poder como hecho
insoslayable, siendo que la confrontación de intereses y modos de ver las cosas constituye un
motor riquísimos de cambio.

Contexto
Tiene importante incidencia en la dinámica interna. La organización depende funcionalmente
del contexto por ser semi- autónoma. La relación dinámica entre ambos permite discriminar
aspectos del contexto que afectan al desarrollo.
La intervención ofrece al grupo la posibilidad de reflexionar sobre el impacto de los cambios,
para poder comenzar a recuperarse. Implica el reconocimiento de una nueva realidad, la
revisión de esquema previos y un duelo por lo que cambió y ya no existe. Suele recomendarse
una actividad diagnóstica sobre las fortalezas y debilidades de la organización frente al
contexto.

Capítulo 3

El análisis organizacional compromete un proceso de cambio pactado contractualmente entre


los miembros de un sistema organizacional y un analista independiente, considerado como
agente de cambio externo, para encarar problemas que obstaculizan el desarrollo de los
componentes del sistema. El contrato legitima una relación de colaboración voluntaria que
comprende una exploración conjunta por parte de todos los implicados. Los cambios se dan de
tres modos como consecuencia del análisis:
 Por la elaboración de conflictos conscientes e inconscientes vinculados con el
problema.
 Por descubrimiento creciente de las variables en juego.
 Por resolución de los problemas específicos y la generación de nuevos principios de
funcionamiento, de nuevas políticas.

El analista pone en marcha un proceso de estudio de la realidad particular de la organización y


de sus relaciones con el contexto. El enfoque del análisis es simultáneamente histórico
genético, situacional y prospectivo.
Rol del analista
 Independencia y autonomía (no forma parte del sistema de autoridad, no es empleado
y no tiene jefes ni subordinados)
 Carácter analítico de la función (no da indicaciones ni consejos)
 Relación de colaboración (necesita ayuda para poder ayudar)
 Neutralidad (respecto de los intereses en juego, poder)

La descripción de la naturaleza del problema constituye una labor conceptual previa.

1. entrevistas y contactos preliminares


2. comienzo de la relación de consulta
3. establecimiento de la relación
4. Acuerdos básicos: plan de trabajo y contrato
5. trabajo de campo
6. análisis y definición del problema
7. recopilación de información
8. análisis de la misma
9. devolución de la misma y definición de los cambios requeridos con el cliente
10. evaluación y cierre de la etapa
11. nuevas perspectivas

Entrevistas y Contactos Preliminares

En las entrevistas preliminares se adopta una actitud receptiva, sin anticipar apresuradamente
desarrollos futuros o proyectos posibles.
Objetivos entrevistas preliminares:
- Descripción sucinta del caso.
- Entender la naturaleza del pedido.
- Realizar un diagnóstico de las necesidades (preliminar y parcial)
- Evaluar la posibilidad y pertinencia de un trabajo de Análisis
Organizacional (grado de conciencia del problema y compromiso)
- Permitir al representante del sistema cliente que evalúe al consultor.
- Grado de consenso o disposición para la participación del resto de los
miembros de la organización.

Establecimiento de la relación de consulta

Implica un proceso interpersonal que si es satisfactorio permite la consolidación de una


verdadera relación de consolidación. La relación de consulta lograda es sentida como
“continente”, ayuda al pensamiento sin paralizar la acción, permite emerger de la confusión y
favorece la autonomía.
La consolidación de esta relación implica un trabajo de elaboración de ansiedades y fantasías
que se plantean alrededor de la figura del analista cuando se inicia un proceso de cambio. De
la resolución positiva de estas ansiedades, conflictos y dudas depende la consolidación de la
relación de consulta. La clarificación del rol profesional tiene un valor estratégico fundamental
en la etapa de establecimiento del vínculo.

Acuerdos Básicos, Plan de trabajo, contrato.

Fijación de acuerdos generales relacionados con la intervención, determinación de normas de


funcionamiento y esbozo de un plan para la realización del trabajo profesional.
Objetivos:
- definición de necesidades de la organización (relevamiento de
expectativas de los miembros)
- clarificación de los objetivos de la intervención (resultados realistas
esperables)
- definición de programa de actividades
- Fijación de la forma de transmisión de los resultados de la
intervención.
Trabajo de campo

Supone actividades tendientes a la concreción de los objetivos señalados anteriormente. Se


realizan dos clases de entrevistas: individuales y grupales; ambas con cuatro propósitos:
- Se define el problema
- Se recopila información
- Se elabora la misma
- Se sacan conclusiones

Las entrevistas individuales apuntan al análisis de los roles que forman la estructura, permiten
una recopilación de datos que sirven para definir y tratar el problema o diseñar el organigrama
de la empresa.
Las grupales ofrecen un ámbito para la reflexión del proceso de cambio organizacional,
permiten el comentario de los problemas que se van produciendo, proveen un continente para
la elaboración de ansiedades y conflictos vinculados con los cambios y las crisis coyunturales.
Un buen encuadre de trabajo grupal constituye una herramienta eficaz, actuando como marco
continente de las ansiedades generadas por el trabajo, permite el desarrollo de
potencialidades creativas a través de la búsqueda de soluciones innovadoras.
Dada la confidencialidad que el analista puede ofrecer, las entrevistas individuales dan un
marco de mayor seguridad y confort psicológico.

Mendel: Hacia una empresa democrática

Presentación del dispositivo: Pequeños grupos de 6 u 8 personas que realizan el mismo trabajo
se reúnen, entre cuatro y ocho veces por año, sin la presencia de miembros de jerarquía para
discutir exclusivamente sobre aquello que se refiere a su acto de trabajo. Los grupos se
componen de esta manera para que los problemas abordados sean efectivamente aquellos que
comparten en su acto profesional esencial y su vida cotidiana de trabajo. A fin también de que
el grupo, por su tamaño limitado, su homogeneidad, el interés compartido, facilite la expresión
de cada uno.
Estos grupos se comunican entre ellos verticalmente en forma mediatizada a través de
informes y gracias a procedimientos simples pero precisos. También se comunican
horizontalmente, pero de forma menos sistemática. En lo que concierne a la base, la
constitución es voluntaria, en los otros niveles son obligatorias.

Procedimientos de intercambios: Antes de comenzar los grupos reciben una capacitación. Los
temas trabajados son la definición de una orden del día, la asignación de turnos para tomar la
palabra, etc.
El grupo adquiere materialidad en el marco del dispositivo a través del informe, concretando al
mismo tiempo su acto poder en situación. Un ejemplar de cada informe es colgado en la
cartelera, un segundo ejemplar se archiva en una carpeta y queda a disposición de los
trabajadores. Por último un tercer ejemplar se entrega al grupo que debe responder.

Un efecto destacado del dispositivo es que cada trabajador reconoce mejor la


complementariedad de su rol, de su acto profesional, en relación con los otros sectores de la
empresa. Se siente más reconocido como autor del resultado global y no como ejecutante de
una máquina cuya palabra resulta superflua. Esto inevitablemente tiene un efecto en el clima
de la organización.
La ida y vuelta del intercambio escrito entre los grupo, en el largo plazo, permiten a cada
colectivo y a cada individuo, revincular aquello que la división del trabajo desvincularía.
En el interés de cada uno va tomando entonces forma la representación de la empresa en su
conjunto. Podría decirse una representación por partida doble, ya que está referida al mismo
tiempo al funcionamiento del conjunto y a los problemas propios de los distintos niveles.
Este procedimiento indirecto nos parece el único capaz de posibilitar la discusión acerca de los
problemas técnicos del trabajo sin que interfieran factores personales fácilmente pasionales.
Nos parece importante crear una situación que se repita, en que puedan sumarse con
tranquilidad y calma los elementos de una misma experiencia en relación al oficio, en que se
elaboren posturas colectivas y se refuerce a lo largo del tiempo la identidad profesional de
cada uno.
El dispositivo es un lugar de poder, no sobre otros sino sobre el propio acto, a punto tal que en
cierta forma no se trata más que de eso: la relación complementaria y colectiva de los
diferentes acto poderes, cuyo conjunto define la producción global de la empresa. Además,
dentro del dispositivo esa relación es igualitaria ya que, contractualmente, todos los grupos
tienen el mismo derecho de reunión y de expresión y el mismo deber de responder.
El verdadero poder de los grupos de base se apoya en las informaciones de que disponen y en la
racionalidad de sus propuestas, y el dispositivo es una escuela de racionalidad, ya que permite
que todas las razones sean escuchadas, que el conjunto de racionalidades que de común
acuerdo constituyen una empresa sean conocidas por todos.

Servini de Palazzoli: El mago sin magia Cap. 3

La visión sistémica desvía el objeto de estudio que no es ya lo intrapsíquico individual, sino el


sistema relacional del que el individuo forma parte. En este contexto, se indaga el síntoma no
como una manifestación exterior de una patología interna del sujeto sino su significado
comunicacional en el marco de un sistema relacional.
El enfoque sistémico niega validez a cualquier intento de explicación de un fenómeno aislado y
cosificado. No se trata de subrayar que el comportamiento de un sujeto influye en el de los
demás y está por su parte, sujeto a influencias, sino de descubrir, en cada situación, las reglas
del juego sistémico en acción, para buscar así una estrategia de intervención capaz de incidir
en las pautas de interacción y producir el cambio mediante la estructuración de
realimentaciones positivas.
En este contexto la lógica del alumno problemático es sustituida:
 por la idea de disfunción sistémica específica, que implica a varias personas, además
del individuo señalado y de quienes lo señalaron.
 Por el modelo de causalidad circular
 por la negativa a tomar por realidad lo que es un mero resultado de una puntuación
arbitraria con que se definió quién es el culpable de una situación.

¿qué es un sistema? Es un conjunto de objetos y de relaciones entre los objetos y entre sus
atributos. Los objetos son componentes y los atributos son propiedades de los objetos y las
relaciones mantienen unido al sistema-
Se puede considerar como sistemas en los que la intervención del psicólogo es posible a los
sistemas con historia, que desarrollaron en el tiempo normas propias e irreductibles.
Estos grupos son definibles como sistemas abiertos, en relación continua con otros sistemas
mediante un intercambio constante de informaciones y realimentaciones del medio humano.
Las propiedades de los sistemas abiertos son:
 Totalidad: un sistema es más que la suma de sus elementos.
 Autorregulación (homeostasis y transformación).
 Equifinalidad.

El sistema interactivo, como todo sistema se caracteriza por la presencia simultánea de dos
tendencias igualmente necesarias para la supervivencia: la tendencia al estado estacionario y
la tendencia a la transformación. La disolución del sistema se produce cuando predomina en
forma absoluta la tendencia a la transformación. Se recurre a una fuerza externa cuando
predomina absolutamente la tendencia a la homeostasis.
Todos los sistemas tienden al estado estacionario, pero los sistemas abiertos reciben tanto del
interior como del exterior estímulos para la transformación. Algunos sistemas logran equilibrar
ambas tendencias, otros con estructuras más rígidas y reglas menos flexibles, acentúan la
estabilidad contra la transformación.
Existen dos tipos de cambio: cambio uno (feedback negativo) y cambio 2 (feedback positivo).

Definición de relación: Toda comunicación y en consecuencia, toda conducta interactuante,


implica inevitablemente la definición de la relación de los participantes.
Las posiciones que ocupan las partes en una relación pueden ser complementarias o simétricas.
En el caso de las relacione complementarias, la complementariedad puede ser flexible o rígida.
Es flexible cuando la definición de la relación la realizan indistintamente uno u otro de los
integrantes y es rígida cuando es siempre el mismo sujeto el que impone la definición.

El deber número uno del psicólogo escolar es caracterizar de antemano la relación,


definiéndose, especificando sus propios conocimientos y posibilidades, delimitando los ámbitos
de intervención y declarando de modo explícito aquello que no sabe, no puede o no tiene la
intención de hacer.
El numero dos es establecer las pautas según las cuales se estructurará la comunicación a fin
de que esta sea recibida y perdure. Dicho de otro modo, establecer como se logrará que los
interlocutores reciban de un modo correcto la definición que el psicólogo da de si en la
relación con los directivos de la escuela y por otra parte lograr que esta se mantenga estable.
Los tres contextos más inapropiados para el psicólogo son el evaluativo, terapéutico o
pedagógico. El psicólogo debe tratar de definir el contexto adecuado, como un colaborador. Si
de entrada se define como complementario y necesitado de la información y conocimientos
que pueden proporcionar los demás, implícitamente define a sus interlocutores como pares y
los invita a cada uno en el marco de su competencia, a formar una alianza que apunta a un
objetivo común.

Castoriadis: La Crisis de las sociedades occidentales

Si las sociedades occidentales siguen funcionando no es por culpa de sus dirigentes sino que es
el resultado de la extraordinaria flexibilidad (resiliencia) de las instituciones capitalistas y
liberales y de las enormes reservas de todo tipo ya acumuladas.
Existe una pouperización mental absoluta de los medios dirigentes. Esta puede pensarse como
una consecuencia de la disociación entre la posibilidad de promoción y la capacidad de
trabajar eficazmente. En sí, el arte de la oratoria, la memoria de rostros , la capacidad de
hacer amigos o partidarios, de dividir y debilitar a los opositores no tiene nada que ver con la
capacidad legislativa, el talento administrativo o la política exterior.
Sin embargo resulta claro que un régimen sólo puede sobrevivir si de una u otra forma, sus
mecanismos y sus dispositivos de selección del personal político logran combinar, más o menos
bien estos dos requisitos. Ahora bien, si esto es un producto actual y que se ha venido
acentuando con el tiempo, pueden buscarse causas sociológicas generales para explicar este
fenómeno: un vasto movimiento de despolitización y de privatización, la desintegración de los
mecanismos de control que tenían lugar en regimenes parlamentario clásicos y la división del
poder entre lobbies de todo tipo.
Hay dos factores específicos de las organizaciones políticas modernas. El primero está ligado a
la burocratización de los Aparatos políticos (partidos) donde rige la regla absoluta: la
capacidad de ascender dentro del Aparato no se relaciona, en principio, con la capacidad de
administrar los asuntos de los cuales éste se encarga. La selección de los más aptos es la
selección de los más aptos para hacerse seleccionar.
El segundo, es propio de los países liberales: La elección de los principales líderes, está
relacionada con la designación de los personajes más vendibles. Esta evolución fue inducida por
la fantástica expansión de los medios masivos de comunicación y de las servidumbres que estos
imponen.
En el plano político, los partidos, completamente transformados en máquinas burocráticas, ya
no obtienen más que un apoyo puramente electoral de los ciudadanos a los que son incapaces
de movilizar, en el sentido habitual del término. Estos mismos partidos, mueren de inanición
ideológica, repiten las letanías que ya nadie cree o disfrazan de nuevas teorías antiguas
supersticiones.
Los sindicatos contemporáneos ya no son más que lobbies destinados a defender los intereses
sectoriales y corporativos de sus miembros. El único fin de esta burocracia es su
autoconservación.
En cuanto a los grupos que han sacudido a las sociedades occidentales (jóvenes, mujeres,
minorías étnicas y culturales, ecológicas, etc.) tuvieron una importancia considerable. Pero
actualmente su reflujo deja grupos no solo minoritarios sino fragmentados y sectorizados. Estos
movimientos han conmocionado al mundo occidental, pero al mismo tiempo lo hicieron menos
viable, pues si bien han podido cuestionar contundentemente el desorden establecido, no
pudieron ni quisieron asumir un proyecto político positivo.

Educación, cultura, valores

El problema que se plantea es el de saber en qué medida las sociedades occidentales siguen
siendo capaces de fabricar el tipo de individuo necesario para la continuidad de su
funcionamiento.
La primera y principal fábrica de individuos conformes es la familia. La crisis de la familia
contemporánea no consiste solamente en su fragilidad estadística. Lo que se cuestiona es el
derrumbe y la desintegración de los roles tradicionales y su consecuencia: la desorientación
amorfa de las nuevas generaciones.
Se puede concebir perfectamente un sistema social en el que mientras disminuye el rol de la
familia aumenta el papel de otras instituciones educativas. Ahora bien, el sistema educativo
occidental entró desde hace unos veinte años en una fase de disgregación acelerada. Sufrió una
crisis de contenidos. Ya ni los maestros ni los alumnos se interesan por lo que sucede en la
escuela como tal, la educación ya no está investida por los participantes. Para los educadores
se transformó en una carga pesada para ganarse el pan y para los alumnos una obligación
molesta. Dejó de ser la única apertura extra- familiar que tienen y no tienen edad psíquica
para ver en ella una inversión instrumental. En general se trata de obtener un papel que
permita ejercer una profesión.
Todos los valores y las normas son prácticamente reemplazados por el “nivel de vida”, el
“bienestar” ,el “confort” y el “consumo”,
Le queda la Via Real de privatización, que puede o no enriquecer con uno o varias manías
personales. Vivimos en la sociedad de los lobbies y de los hobbies.

El derrumbe de la auto representación de la sociedad

Los individuos pertenecen a una sociedad porque participan de las significaciones imaginarias
sociales, en sus normas, valores, mitos, representaciones, proyectos y tradiciones y porque
comparten la voluntad de ser de esta sociedad y hacerla ser continuamente. Es por medio de
los individuos que la sociedad se realiza y se refleja en partes complementarias.
Pero estas sociedades ya no pueden presentarse como “esto”, no sin que se derrumbe, se
aplaste y se contradiga. Esta es una de las maneras de decir que hay una crisis de las
identificaciones imaginarias sociales y que estas ya no proveen a los individuos las normas, los
valores, las referencias y las motivaciones que le permiten funcionar.
Con la privatización de las sociedades modernas, el hombre contemporáneo se comporta como
si la existencia en sociedades fuera una tarea odiosa que solo una desgraciada fatalidad impide
evitar. Por otra parte la sociedad en sí no se acepta como sociedad, se sufre a si misma. No se
acepta porque no puede mantener o forjarse una representación de sí misma que pueda
afirmar y valorizar, ni puede generar un proyecto de transformación social al que pueda
adherir y por el cual quiera luchar.

Deveraux: De la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento

Todo sistema de pensamiento nace en el inconsciente a manera de defensa contra la angustia y


la desorientación; se formula primero en lenguaje inconsciente y si se advierte que la fantasía
hace disminuir la angustia y la desorientación, se traduce al proceso secundario.

En el estudio de organismos vivos, especialmente del hombre, el observado puede observar.


Algunos científicos del comportamiento recurren tácitamente al artificio de negar al sujeto
observado la capacidad de observar. Esto conduce inevitablemente a teorías que
implícitamente niegan las facultades cognitivas del objeto observado.
Tratamos de evitar la contra-observación porque no nos conocemos a nosotros ni nuestro valor
de estímulo y no deseamos conocerlo. Pero el observador no sólo debe entender su valor de
estímulo sino que tiene que obrar en consecuencia.
La principal ventaja de este esquema es que reintroduce al observador como es realmente, en
la situación experimental, no como fuente de lamentable perturbación sino como fuente
importante y aún indispensable de datos complementarios y pertinentes para las ciencias del
comportamiento.

Los estudios de test proyectivos, de percepción, de aprendizaje en estado de ansiedad, así


como el estudio de la transferencia y la contratransferencia indican que la distorsión es
especialmente marcada allí donde lo observado moviliza ansiedad. El científico que estudia
este tipo de material suele tratar de protegerse de la ansiedad por omisión de este material,
poniéndole sordina, no aprovechándolo o entendiéndolo mal.
Las ansiedades que suscita la ciencia del comportamiento presentan interese científico porque
movilizan reacciones de defensa, cuya configuración y jerarquía determina la estructuración
de la personalidad del científico que es, en definitiva, el que determina el modo en que
deforma su material.

Saltalamacchia: Los datos y su creación

De bono introduce la idea de “burbujas lógicas” como forma de explicar el hecho de que lo
conocido determina los límites dentro de los que es posible un nuevo conocimiento y las
limitaciones implicadas en esas burbujas lógicas serían irreversibles si fuese cierto que cada
uno de nosotros está encerrado en una y sólo una burbuja lógica. Pero dada la diversidad de
burbujas lógicas en el mundo y dada la diversidad de burbujas lógicas existentes en nuestro
universo interior, lo normal es que el proceso de conocimiento sea permanentemente cruzado
por el conflicto y la negación.
En su función teórica los conceptos participan de una sistematicidad global que permite hace
afirmaciones válidas sobre la porción de la realidad que se ha tomado como objeto. El
concepto teórico describe, las proposiciones teóricas explican, su función es dar respuestas.
Desde este punto de vista, la teoría presenta una imagen acabada del hecho. Toda teoría
contiene explicaciones o descripciones que se pretenden verdaderas o útiles pero que en todos
los casos no tienen como objetivo el continuar la búsqueda, por el contrario su función es darle
término. Por eso las teorías no son buenas productoras de estímulos para la investigación, por
el contrario, lo son sus incertezas, sus huecos o puntos ciegos. Ya que lo real sólo es visible
cuando ha sido invocado por una pregunta y estas aparecen sólo cuando la certeza se extingue.
El límite es algo que da forma, pero también que marca la incompletud, la finitud. En tanto lo
no conocido es un vacío que sólo puede ser detectado desde el exterior de cada teoría:
mediante una conjetura que se vale de sugestiones ajenas a la teoría. Por lo que el límite sólo
será visto cuando un invasor, alguien que no acuerda con esos conceptos y teorías, haga
explícita su refutación o su crítica. Por todo esto es importante el uso metodológico del
conflicto entre teorías.
Para asegurar la creatividad, es necesario destruir la exclusividad de los determinantes de una
teoría, descubriendo nuevas variables o estructuras y eso no puede lograrse si en el comienzo
de la investigación no reunimos conceptualizaciones diferentes referidas a un fenómeno común
(conceptos ordenadores).
Esa ruptura de la exclusividad se logra insertando conceptos de diversas fuentes teóricas, que
cumpliendo una función heurística, servirán para delimitar zonas de examen e investigación.
Los conceptos ordenadores sólo pueden definirse operacionalmente mediante la suma o
articulación de los indicadores que lo conforman y la delimitación de zonas de incongruencia
entre los conceptos teóricos que los forman.
Es posible la construcción de conceptos ordenadores mediante la superposición y comparación
de conceptos provenientes de orígenes teóricos diferentes.
La traducción de conceptos de una a otra teoría son parte del proceso que permite articular los
conceptos teóricos de orígenes diversos. Pero no sólo para convertir de un paradigma a otro,
sino para abrirse la posibilidad de crear nuevas teorías, diferentes de aquellas que estaban en
su punto de partida en la investigación.
En la formación del concepto ordenador, cada aporte de un concepto teórico agrega
dimensiones nuevas al concepto. Esas dimensiones pueden estar parcialmente superpuestas,
pero no se superponen totalmente. Ese reconocimiento de superposiciones y estas diferencias
es el producto de un cuidadoso análisis comparativo de los conceptos teóricos que se pretende
incluir en el concepto ordenador.
Tendremos así una suma de indicadores de diverso origen teórico por cada dimensión abierta
por el concepto teórico en el concepto ordenador. Estas diversas dimensiones y sus respectivos
indicadores nos permitirán estar atentos a la aparición de combinaciones entre ópticas
teóricas, que permitan producir una visión novedosa del tema abordado en la investigación.
Desde esta perspectiva, el trabajo puede ser entendido como un esfuerzo por romper con ese
astigmatismo teórico de los conceptos ordenadores mediante una de dos alternativa. O la
reasunción de uno de los conceptos, desechando los restantes, o la creación de un nuevo
concepto teórico. El trabajo de investigación culminará cuando ese proceso termine. El
trabajo llevado a cabo durante el análisis y posterior informe, será el de convertir a ese
producto híbrido o ecléctico en un concepto teórico.
Durante la investigación se pasará de la función heurística a la función teórica de los
conceptos. En su función heurística las hipótesis no son creadas para lanzar un proceso de
verificación o de refutación sino para ir orientando la investigación en el proceso de
reconstrucción articulada del objeto de investigación.

Limites del modelo heurístico


1. Por más desarticulados que estén los cuerpos teóricos, los conceptos siempre tienden a
forzar el campo de percepción hacia los parámetros creados por la teoría madre.
2. Al hacer la selección de los cuerpos teóricos nuestra selección tiende a estar
inevitablemente guiada, teórica o ideológicamente. Las teorías tendrán a estar
emparentadas entre sí o nuestra lectura de ellas creará ese parentesco.

García: Investigación interdisciplinaria de sistemas complejos

Un sistema complejo se caracteriza por la confluencia de múltiples procesos cuyas


interrelaciones constituyen la estructura de un sistema que funciona como una totalidad
organizada.
Además de la heterogeneidad, la característica determinante de un sistema complejo es la
interdefinibilidad y mutua dependencia de las funciones que cumplen dichos elementos dentro
del sistema total. Toda alteración en un sector se propaga de diversas maneras a través del
conjunto de relaciones que definen la estructura del sistema y, en situaciones crítica (baja
resiliencia) genera una reorganización total.
Se denominará investigación interdisciplinaria al tipo de estudio que requiere un sistema
complejo.
No toda investigación es interdisciplinaria, aunque tenga profesionales de diferentes disciplinas
trabajando, ni tampoco es necesario que todo profesional trabaje interdisciplinariamente.
Un conjunto de especialistas puede ser denominado multidisciplinario o pluridisciplinario, pero
no por el mero hecho de estar juntos se torna Interdisciplinario. La yuxtaposición de
especialistas no produce la interdisciplinariedad, que es una forma de trabajo y un cierto tipo
de actividad.

Características de una metodología de investigación interdisciplinaria:

El objeto de estudio: El objeto de estudio de las investigaciones interdisciplinarias son los


sistemas complejos No toda investigación requiere estudios interdisciplinarios.
Si se toma al pie de la letra la propuesta interaccionista, que tilda todo recorte como
reducción, ningún estudio sería posible porque ningún estudio que incluyera menos que la
totalidad del universo sería válido. Todo conocimiento supone abstraer algunos elementos de la
realidad, el problema no reside en que se fragmente la realidad, sino en la manera de hacerlo.

Objetivos:
1. Obtener un diagnóstico del funcionamiento del sistema, es necesario analizar los
componentes (subsistemas) y su armonización el comportamiento general del sistema.
2. Poder actuar sobre el sistema. (curando, mejorando el ambiente, etc.).

Una parte fundamental del esfuerzo de investigación es la construcción del sistema que se va a
estudiar y que constituye un recorte, más o menos arbitrario de la realidad que se no se
presenta con límites precisos.
Esta construcción del sistema no es otra cosas que la construcción de sucesivos modelos que
representen la realidad que se quiere estudiar. Es un proceso laborioso de aproximaciones
sucesivas. Un sistema estará definido sólo cuando se haya identificado un número suficiente de
relaciones entre cierto conjunto de elementos, que permitan vincularlos con referencia al
funcionamiento del conjunto como totalidad.
Sin embargo la definición no es arbitraria sino que depende de los objetivos de la investigación
y estará determinada por las preguntas específicas que se desea estudiar.
La hipótesis de la que se parte es: dado un conjunto de preguntas referentes a situaciones
complejas del sector de la realidad que es objeto de estudio, puede definirse un sistema, en
términos de ciertos elementos e interacciones entre ellos cuya estructura sea la que
corresponda al tipo de funcionamiento que se desea explicar y que responda a las preguntas
iniciales..

Fases del proceso.

1. Reconocimiento general de los problemas que se procura interpretar y solucionar.


Formulación de las preguntas de base.
2. Análisis de estudios anteriores realizados sobre aspectos diversos de dicha
problemática. Reconstruir la historia de los procesos cuyas relaciones definirán el
sistema.
3. Primera identificación de elementos y relaciones para caracterizar en primera
aproximación, un sistema que involucre la problemática referido con sus condiciones
de retorno.
4. Planteo de hipótesis de trabajo que permitirá explicar el comportamiento del sistema.
Esto implica reformular algunas preguntas de base en términos de las funciones que
cumplen los subsistemas en el comportamiento del sistema.
5. Identificación de la problemática a investigar en cada subsistema para verificar o
refutar las hipótesis y planificación de trabajos sobre temas especializados que
requieren estudios en profundidad.
6. Investigaciones disciplinarias de los problemas referidos en 5, en el contexto de las
relaciones entre los dominios, establecidos en el punto 3.
7. Primera integración de los resultados obtenidos en 6 en relación con la nueva
definición del sistema.
8. Repetición de las fases 5 y 6 en relación con la nueva definición del sistema
9. Segunda integración de los resultados y nueva redefinición del sistema.
10. Repetición sucesiva de las fases 8 y 9 hasta llegar a una explicación coherente que de
cuenta de todos los hechos observados y responda a las preguntas que han ido
surgiendo en el proceso descrito.

Las fases 6, 8 y sucesivas fases pares serán denominadas fases de diferenciación. En ellas
predomina la investigación disciplinaria.
Las fases 7 , 9 y sucesivas fase impares, serán denominadas fases de interacción. Allí es
necesario que los miembros del equipo tengan la capacidad de descentración necesaria para:
1. Comprender y apreciar los problemas planteados a su dominio desde otros dominios.
2. Percibir aquellos problemas de su dominio que se prolongan en los otros y formularlos
adecuadamente a quienes se especializan en los últimos.

Los objetivos de una investigación interdisciplinaria se logran a través del


juego dialéctico de diferenciación e integración que tienen lugar en el
proceso que conduce a la definición y estudio de un sistema complejo.

A diferencia de los estudios diagnósticos, los estudios de propuestas alternativas son de


carácter prospectivo. Están centrados en la predictibilidad de la evolución de un nuevo sistema
(modificación actual) que resultaría luego de implementar las medidas que se propongan. Esto
requiere identificar los nuevos procesos que se pondrían en marcha cuando se introdujeran los
cambios.
El análisis sistémico de cada propuesta debe comprender:

1. La forma en que los cambios propuestos en un sector o subsistema se proyectarán sobre


los demás.
2. Las nuevas interacciones entre los subsistemas, como consecuencia de las
modificaciones de los mismos.
3. Las características de la nueva estructura que adoptaría el sistema.
4. Las modificaciones necesarias en las condiciones de contorno para permitir el
funcionamiento del nuevo sistema.

Al termino de la etapa anterior será posible completar la clasificación y evaluación del valor
relativo de las diversas propuestas. Sobre esa base se elabora finalmente el “proyecto de
cambio recomendado”.

Las bases de la articulación disciplinaria

Las revoluciones científicas y las nuevas teorías no fueron producidas tanto por quienes
aportaron nuevas respuestas, sino por quienes fueron capaces de formular nuevas preguntas
para los viejos problemas.
Denominamos marco epistémico a esas preguntas. El marco epistémico es una cierta
concepción del mundo y en muchas ocasiones expresa la tabla de valores del propio
investigador. Los valores explícitos o implícitos en el marco epistémico, están allí en acción
desde los primeros registros del dato empírico.
La articulación entre las disciplinas comienza en el mismo punto de partida de la investigación
a través de un marco epistémico común.
El marco epistémico está orientado por una normatividad extra- disciplinaria de contenido
social. “Qué es lo que “debería hacerse”, está involucrado allí y sirve de base a la investigación
posterior. Para establecer una real articulación entre las disciplinas, es necesario que los
especialistas de cada dominio disciplinario reformulen la problemática de su propio campo a
partir del marco epistémico que se haya acordado dentro del equipo de investigaciones.
La ínter disciplina está justamente en el marco epistémico que guía la formulación inicial de
los problemas.
Ya en la elaboración del diagnóstico tiende a establecer tanto una problemática común, como
los objetivos comunes de todas las investigaciones disciplinarias del sistema. Es allí donde el
equipo multi- disciplinario se transforma en equipo interdisciplinario.

Schejter: Psicología institucional en las organizaciones de la salud

Esta es una época de profundas transformaciones sociales que exigen planificar el cambio en
los organismos efectores de la salud.
La crisis de los ideales moviliza los afectos y exacerba su intensidad. Surgen contradicciones
entre el decir y el hacer, se enfatizan las diferencias entre sectores e intereses y
consecuentemente, las luchas de poder por afirmar la propia supremacía. Los conflictos
derivados de la crisis pueden ser una oportunidad para develar las causas que los motivan y los
distintos puntos de vista sobre esto. Produciendo así un conocimiento que incluye las
emociones en juego.

La consultoría parte de la elaboración de un diagnóstico de la situación en su conjunto con los


propios integrantes de la institución y diseña las condiciones y recursos para afrontar los
problemas que se hayan identificado. Para esto se define cuál es el objetivo del trabajo, con
quienes se trabajará en una primera etapa, durante qué lapso y con qué modalidades técnicas:
entrevistas individuales, encuentros grupales, talleres, espacios de investigación sobre la tarea,
etc.
La instancia grupal es la herramienta básica del trabajo de consultoría. El análisis de los modos
de interacción favorece el descubrimiento de errores y dificultades compartidas y permite que
surja el diálogo y del aprendizaje mutuo, soluciones no visualizadas antes.
Dado que los propios integrantes de la institución son el instrumento de trabajo, el
conocimiento del funcionamiento de los grupos es una clave, para ellos mismos y para la
conducción.
El reconocimiento de la insatisfacción que generan las modalidades vigentes en las prácticas y
la percepción de la necesidad de cambio, convierten el cuestionamiento de las prácticas
instituidas y la apertura a otros modos de enfocarlas en un objetivo central de la tarea del
psicólogo institucional.

Ventre: Dimensiones del poder

Shelemenson: La lógica de su concepción del poder es geométrica: piramidal, de arriba hacia


abajo, en tanto que su análisis respeta los ejes, vertical- horizontal.
Para Shelemenson el análisis debe prestar atención a las diferentes estructuras que se
presentan en una organización (formal, presunta, existente y requerida).
La divergencia entre estas crean los desajustes que provocan los conflictos, provocando un
funcionamiento poco efectivo de la organización.
Al ser una concepción que se centra en las estructuras instituidas y el cumplimiento de las
funciones normalizadas , toda situación que genere conflicto es pensada como disfuncional al
sistema. Sus intentos apuntan a descubrir las fallas, los desajustes y encausarlos hacia una
resolución constructiva, que permita reestablecer el equilibrio perdido.
Su lectura privilegia:
1. Establecer el perfil requerido para los roles de conducción.
2. Detectar interferencias, que se presenten por errores organizativos entre niveles
jerárquicos.
3. Investigar los obstáculos por mala comunicación entre grupos o sectores.
4. Resolver conflictos por superposición de tareas.
5. Proponer recursos de capacitación para aumentar la eficiencia del personal.
6. Señalar vacíos de autoridad por fallas en la adecuación al rol.

Guattari: (análisis de transversalidad) Para él, las descripciones aparentemente racionales del
análisis organizacional, solo intentan mantener las estructuras instituidas. La meta para él es
establecer una comunicación máxima entre diferentes niveles y en diferentes sentidos, que se
organicen otros recorridos, no prefijados ni instituidos, que se hagan visibles las relaciones
transversales. Relaciones ignoradas que al ser visualizadas y elaboradas por los actores
institucionales, introducen el tema de las desigualdades y las asimetrías existentes.
El propósito del análisis transversal es:
1. Un análisis que permita tomar la palabra a los integrantes, sin tener en cuenta los roles
y relaciones existentes.
2. Hacer visibles los atravesamientos que determinan las propias prácticas y relaciones
de poder instituidas.
3. Lograr que cada uno pueda descubrir su “grado de ceguera”, para poder redefinir su
rol.

Foucault: Su conceptualización de los “dispositivos de dominación” intenta:

1. Encontrar mediaciones entre micro poderes (relaciones locales de dominación) y macro


poderes (instituciones y aparatos del estado).
2. Hacer inteligible sus condiciones de posibilidad, funcionamiento y transformaciones, a
lo largo del tiempo, a partir del análisis de las prácticas efectivas y las consecuencias
que estas producen.

Para él cada época histórica pone en funcionamiento mecanismos novedosos y específicos,


para lograr el disciplinamiento de los actores sociales y la cohesión colectiva.
Todos los dispositivos de poder (educacionales, militares, penales, de salud, etc.) tienen
ciertas características comunes:
a) Arquitectónicas: El panóptico que asegura una vigilancia permanente, capas de hacerlo
todo visible con la condición de hacerse a si misma invisible.
b) Procedimientos que utiliza: Clasificar, contabilizar, cuantificar, observar, verificar.
c) Diseminación: Múltiples focos de pequeños ejercicios del poder: celadores,
preceptores, jueces, pedagogos.

Se trata de la meticulosa construcción de una red de instituciones y tecnologías al servicio de


una nueva mecánica de poder, ejercida sobre los cuerpos, los movimientos, los deseos, en base
a estrategias como:
 Localizar en espacios acotados grandes contingentes humanos.
 Establecer y perfeccionar procedimientos de vigilancia, encierro y control de
comportamientos y actividades.
 Generalizar sus aplicaciones a todos los ámbitos para asegurar sus efectos en el
conjuntos social.

Estas estrategias promueven el nacimiento de diversas ciencias: pedagogía, criminología,


didáctica, etc., posibilitan la aparición de nuevos técnicos que acompañan las nuevas formas
de poseer.
Definirán un código normativo en el campo de las ciencias humanas, poder y saber,
permanecen unidos de forma ineludible. El poder produce saber, que se acumula y utiliza para
sus fines.
No lo entiende como un sistema de dominio polar, dominadores vs. dominados, ,si fuese así las
relaciones serían fijas e inalterables. Más bien lo concibe como una producción multiforme de
relaciones de dominación locales que pueden ser reforzadas, transformadas, desplazadas, etc.
Los dispositivos de dominación se juegan en términos de fuerzas. Frente a los poderes
instituidos siempre aparecen resistencias, que instalan territorios de luchas, líneas de
enfrentamiento y pugnas, alianzas, etc. Como en la guerra, los éxitos y los fracasos
dependerán de las relaciones de fuerzas, la eficacia de las maniobras y el momento histórico
en el que se produzcan.

Foucault sitúa la lectura de la organización en:

a) Relaciones de fuerzas existentes entre los participantes.


b) Qué se puede hablar, hacer y donde.
c) Tipos de discursos teóricos y prácticas efectivas asignados a diferentes sectores.
d) Qué tácticas implementan los diversos grupos en pugna para que sus enunciados
circulen por los diversos espacios de la organización.
e) Cuáles son considerados saberes legítimos y cuales marginales o “no científicos”.
f) Cómo está institucionalizada la relación entre quienes transmiten los saberes oficiales
y quienes los reciben.
g) Cómo se desarrollan las pungas por la apropiación y distribución de los bienes
económicos y la a legitimación conceptual de sus propios enunciados y prácticas.
h) Articulaciones entre los mecanismos de poder que se ponen de manifiesto en esa
organización con las estrategias de conjunto de los aparatos de poder estatal.

Bourdieu: Según este autor, se piensa y actúa según ciertos esquemas o categorías que
determinan qué viviremos como posible, qué como inalcanzable e inclusive como impensable.
El sentido otorgado por los participantes a su actividad en el campo es efecto de lo que
Bourdieu denomina violencia simbólica: el desconocimiento basado en el ajuste inconsciente de
las estructuras subjetivas a las estructuras objetivas. Cuando se habla de desconocimiento, se
refiere a que los agentes aceptan el mundo tal como es porque le aplican estructuras
cognoscitivas surgidas de las estructuras mismas de dicho mundo. De esta forma la aceptación
de la significación de las experiencias y situaciones, hacen que las conductas se ajusten a las
condiciones de funcionamiento, lógicas, y exigencias sociales. Los hábitus determinan así la
capacidad diferencial de apropiación y distribución del capital simbólico de los diferentes
grupos humanos.
Las luchas en un campo tienen como meta mantener o mejorar la propia posición, los
participantes tienen que implementar las reglas del juego acordes con el campo en que se
esté. De esta forma todos contribuyen a la continuación del sistema de poder, pues la creencia
en el valor en aquello por lo que se lucha, le otorga sentido al participar. Este juego alude a
las estrategias simbólicas que se ponen en práctica con el fin de monopolizar las reglas e
intereses propios de los grupos dominantes.
Los habitus, al adaptar a los desposeídos simbólicos a la condición de la que son producto,
contribuyen a mantener las diferencias sociales existentes.
Aquellos que logran institucionalizar ciertas clasificaciones de distinción y naturalizarlas en un
campo, legalizan el derecho y la legitimidad de quienes monopolizan el ejercicio del poder.
Los dominantes están en condición de imponer su escala de preferencias, en tanto que
controlan los sistemas simbólicos sociales ( escolaridad, medios de difusión, sistemas jurídicos,
etc.) construyendo la realidad y generando representaciones que perpetúan lo instituido.
Cualquier acto de palabra es el producto del encuentro entre un habitus y un sistema de
relaciones o mercado lingüístico, que impone una producción determinada, sancionando a los
que no se amoldan a ella.
Destaca estrategias retóricas como:
 los golpes de forma en los usos de los verbos, mediante la cual se convierte el interés de
un sector en el interés general,
 la elevación del capital monopolizado a la categoría del “único y mejor” , el auto-
designarse como interprete legítimo
 la estimulación de la valoración de las capacidades singulares de aquellos que ocupan
lugares emblemáticos, para que parezca que las desigualdades son producto de las
diferencias objetivas entre las personas.

Este tipo de lectura intenta discriminar:

a) Posición que ocupa en el campo específico y en el contexto social más amplio.


b) Registrar cuál es el capital simbólico valorado y requerido en él.
c) Qué relaciones de fuerza se presentan y qué posiciones ocupan los participantes.
d) Qué estrategias utilizan los integrantes para monopolizar el capital.
e) Características de los consensos establecidos y las formas de legitimación instituidas.

Ventre: Capitalismo global y control social

¿El nuevo orden?

Pasamos de la fábrica a la compañía virtual, de la idea de nación y empresa nacional a la de


“aldea”, del encierro de delincuentes a las penas de “sustitución” y la utilización de artefactos
electrónicos que permiten ubicar a su portador esté donde esté, del empleo seguro y estable al
trabajo temporal y precario instituyéndose una nueva figura social: el desempleado.
Se produce el pasaje del llamado estado de bienestar, a un estado ausente, que ni
retóricamente se plantea tales objetivos, que privatiza sus actividades y que deja librado a la
economía de mercado y sus efectos a grandes contingentes humanos, sin protección laboral
alguna. La reconversión económica excluye a cientos de miles de sujetos que construyeron su
subjetividad en la creencia del valor del trabajo y la educación como garantía del ascenso
social.

El trabajo y las nuevas formas de control social

El economista P. Reich hace una categorización de las características del trabajador requerido
por el sistema actual:
a) Servicios rutinarios (la tropa del capitalismo) Su virtud es ser puntuales y dóciles.
b) Servicios personales: Además deben ser afables.
c) Servicios simbólicos (investigadores, programadores, ingenieros) Como virtudes deben
tener la capacidad de resolver e identificar problemas simbólicos complejos, tienen
conocimientos técnicos y acceso a múltiples fuentes de información, capacidad y
rapidez en la toma de decisiones, flexibilidad para adaptarse a situaciones cambiantes.

Los sujetos son obligados a demostrar su “flexibilidad” para adecuarse a nuevos aprendizajes
según la conveniencia de las empresas, provocando un sentimiento de inseguridad y de
“indignidad” hábilmente convertido en control social.
Existe un doble discurso, que por un lado incentiva el gasto y la adquisición permanente de
distintos objetos y por el otro apunta a la disminución de los ingresos de gran parte de la
población, la cual cuenta con sólo lo indispensable para la subsistencia, acotándose la
posibilidad de proyectar en el mediano y largo plazo, ya que para muchos, no parece posible
aspirar al cambio de situación en base al trabajo y al propio esfuerzo.
No obstante se están iniciando movimientos sociales de resistencia a estos discursos y prácticas
dominantes.

Efectos de los cambios en las dimensiones espacio- temporales

Se modifican las relaciones entre el espacio público y privado, devaluándose el espacio público
y estimulándose su privatización. Aquellos espacios colectivos poco rentables son descuidados,
la ciudad se va convirtiendo en el imaginario de la población en un territorio exterior, ajeno y
peligroso, debilitándose o desapareciendo la responsabilidad singular y colectiva sobre la
misma.
Se fragmentan así los lazos que unían a la gente con su trabajo, su entorno, su comunidad y su
historia. El barrio, que para amplios grupos humanos servía de anclaje a estilos de vida y
valores compartidos, donde se organizaban redes de contención y solidaridades, tienden a
quebrarse por el cierre de fuentes de trabajo o la modificación de las formas contractuales que
se instituyen.
El hipermercado podría ser el modelo de socialización controlada: un espacio- tiempo
homogéneo y anónimo donde el transito de personas, marcas, juegos, espectáculos, todos
convertidos en mercaderías, circulan para ser consumidos en el menor tiempo posible. Su
instalación provoca el ocaso de los pequeños establecimientos barriales, lugar de adquisición
de productos, pero también microespacios de encuentros, intercambios y relaciones colectivas.

El afuera pasa a ser peligroso y el encierro es para los adinerados para protegerse de los
“otros”. Se instala un discurso xenófobo que pone el acento sólo sobre las conducta violentas
de aquellos que no pueden adaptarse y quedan marginados. Se pide más seguridad para los
ciudadanos, que se controle la “migración clandestina”, que se aumenten las medidas
represivas, se intensifican los pedidos de “tolerancia cero” hacia los delincuentes, se presiona
para promulgar leyes más duras, etc.
¿Nuevas formas de subjetivación? La familia, la sexualidad y el cuerpo.

Se producen cambios que llevan a reconsiderar el sentido de las nociones de paternidad,


infancia, maternidad, la “familia nuclear” y las relaciones entre generaciones.
Por un lado las mujeres se han incorporado al trabajo ylas familias patriarcales se han ido
debilitando, aunque aún la discriminación por género persiste.

Los cambios familiares alteran:

a) Las relaciones sociales entre los miembros


b) La distribución del trabajo doméstico y profesional
c) La producción y la asociación económica
d) La responsabilidad en la educación de los hijos
e) Las identidades sexuales de sus participantes
f) Su estructura tradicional.

La reproducción se independiza de las funciones sociales, la biología y el sistema social se


separan y el modelo heterosexual se debilita, posesionándose como una forma más de vínculo
sexual.

Los medios de comunicación

Aunque la revolución de la información crea enormes posibilidades para mejorar las


condiciones de vida colectivas, al permitir el acceso a múltiples fuentes de conocimiento,
hasta ahora ha provocado un agravamiento de las viejas desigualdades y puede que este
generando nuevas. Por un lado el planeta está desigualmente conectado en una red global, por
otro, los mercados y los consumidores que son elegidos y estratégicamente segmentado según
sus posibilidades económicas, hace que el control de la producción y distribución tecnológica
sea una fuente de poder en si misma.

Kaminsky: Una Gramática institucional: Organigramas y diagramas

Una institución singular además de suponer establecimiento de normas, procedimientos,


objetivos, presupone también sistemas de comunicación. El hecho de establecer un
organigrama formal implica la determinación de posiciones, sentidos, asimetrías y direcciones
respecto de la producción, circulación y consumo de la información.
Cuando en una organización no se encuentra expresamente pautado el sistema oficial de
comunicaciones, un primer paso analítico para hacerlo evidente puede ser el deducirlo a partir
del organigrama. Junto, superpuesto y entrelazado a él (formal y explícito), es siempre posible
dibujar un organigrama funcional.
Los poderes y deberes que se establecen en un organigrama, se realizan, actúan y actualizan
en función de las posibilidades y debilidades de lo humano instituido (actores institucionales) y
de todo aquello que sin serlo, remite en sus previsiones e imprevisiones a lo humano social-
institucional.
Organigrama funcional: diagrama de superficie, donde se revelan acciones y sentidos que
trazan huellas sobre el plano institucional. Se trata de que antes de pretender revelar el lado
incógnito de la institución, revelar todos los pliegues posibles de la misma.
Organigrama Imaginario (no está por debajo de los otros en el sentido de latente, ni más
negado o ICC) Es distinto del organigrama funcional en la medida en que no logra realizarse
positivamente. No lo hace por no poder encontrar sus propios espacios y formas de oposición a
lo ya instituido bajo el modo formal institucional. Las fuerzas que mantienen al organigrama
imaginario en tal condición son las de lo instituido. No pertenece al campo de las reparticiones
binarias (manifiesto/ latente; CC/ ICC) sino al campo material de lo que se propone en la
superficie de las acciones, flujos y reflujos y todos los movimientos de las fuerzas instituidas,
instituyentes. Este imaginario se constituye tanto con las fantasías como con lo más creativo,
promoviendo ordenamientos distintos que pueden darse o no. Se comunica, se intercomunica,
se incomunica sin dejar de ser eficaz y elocuente. Hay grupos que no conciben otra realidad
que la propuesta por la institución. Estos grupos objetos suelen sonar con una realidad ideal,
realizando en lo imaginario aquellos que no pueden en la realidad en que se inscriben, incluso
sin saberlo. Suenan con ser ellos mismos la institución, no reconociendo que otros sujetos y
objetos también lo son. Imaginan que existe un lugar que es “la Institución” y aspiran a
ocuparlo, sin darse cuenta que ellos son condición para exista la institución. Imaginan otra
organización distinta de la prescripta por el organigrama formal y de la realizada según el
funcional. Estos sueños producen efectos de ordenamiento en la institución, desordenamientos
y reordenamientos.
También sucede con las fantasías del grupo objeto tipo banda o secta, reforzando lo instituido
al obrar según imaginan.
El organigrama imaginario se produce con las fantasías más banales y con los deseos más
creadores.
Los grupos sujeto (de la acción instituyente) operan desprendimientos de y a las consignas
instituidas. Soportan como los otros las consignas de lo instituido. Disponen, sin embargo, de la
potencia de abrirse a un más allá del grupo, de sí mismos y de la institución. Promueven las
formas de gestión de lo distinto, siendo lo autogestivo una de las formas privilegiadas. La
imaginación es también su poder, que renuevan y extienden sin acudir a sueños utópicos. La
institución los convoca y ellos convocan el movimiento institucional, y los provocan. En tanto
desean otra cosa de lo ya dado, diagraman una estrategia que también produce el diagrama
imaginario. Generan sus políticas y al intentar actuarlas, desordenan y reordenan la
organización.
Los actores son hablados por la institución, la hacen hablar y le exigen otras formas de
enunciación. Es necesario no desdeñar ningún plano, ningún organigrama, ningún diagrama.
Nicastro: La historia institucional

La historia institucional (HI) es un conjunto de relatos donde aparece unificado en una


narración lo múltiple, lo diverso y lo colectivo. Al construir una HI, el sujeto organiza también
su propia historia en una narración que da cuenta de los vínculos, los modelos, las
preferencias, etc. El contenido de la HI refiere al origen, al momento de la creación, a los
fundadores y sucesores, a tradiciones y nos da una clave para entender los hechos y
producciones de la vida institucional.
La identidad institucional se configura a partir de la identificación de los miembros de la
institución con los antecesores. El mandato proviene de los fundadores y tiene que ver con el
resguardo del modelo original. De este modo el mandato adquiere la fuerza de un mandato
paterno que alguien superior encomienda a otro, que aparece como el elegido.
Según como funcionen los mecanismos de identificación y discriminación, encontramos
desempeños de roles más autónomos o menos autónomos, más o menos discrecionales.
SI en la institución el modelo a seguir está centrado sólo en el pasado, podemos hablar de
ideologías retroversivas cuya lógica intenta recuperar un estado ideal ya logrado. (ideologías
del Super yo)
Cuando el modelo se centra en el presente y ve hacia el futuro, articulando correctamente con
el pasado, podemos hablar de ideologías proversivas, inspiradas en la creación.(ideologías del
ideal del yo).
Desde el discurso de la eficacia, la tradición y el pasado van perdiendo cualidad de sagrados en
tanto no son ya útiles. Así queda planteada una situación paradojal, en las que los distintos
actores institucionales reciben mensajes contrapuestos.

El olvido encubre las múltiples historias profanas que dan cuenta de la historia institucional,
sólo aparece una, la sagrada, la historia oficial.
Un proyecto institucional convocante se organiza alrededor de una utopía que plantea la
posibilidad de develar lo oculto, de descubrir el deseo que tiende a anticipar y crear,
instaurando una dinámica institucional donde prima la elaboración de las situaciones sobre la
repetición. La falta de una “ilusión institucional”, de una utopía, influye en la dinámica en
tanto falla la “función instituyente”, limita la posibilidad creativa de los sujetos.
El destino, como idea, tiende a negar la posibilidad de un futuro, ya que los sujetos sienten
determinado por la historia un determinado futuro (heroico o no).

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