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Mariano, Serafín, Lázaro, José Luis e Ismael son los protagonistas de esta historia.

Estos cinco jóvenes se ganan la vida en trabajos, trabajos que no les agradan del
todo, pero que a pesar de ello deben ejercerlos para poder vivir. Alguno de ellos,
Serafín, todavía estudiaba aunque pensaba en ponerse a trabajar. Cada uno de los
amigos tenía un problema, tanto familiar como personal, (padres separados,
huérfano de padre, padre en paro y alcohólico...). Los cinco protagonistas buscaban
la libertad.

El viernes por la noche, salieron para intentar olvidar y evadir la realidad, lo que no
les dejaba vivir tal y como les gustaría. Mariano habla por teléfono con su padre y le
comunica que no podía juntarse con él dejándolo plantado. Éste buscó una nueva
alternativa, llamó a sus amigos y quedó con ellos en salir.

Algunos de los personajes que se presentan durante la historia son Ismael y Loli,
ellos son novios desde hace siete meses. Él tiene que ir a la milicia y Loli le propone
aplazar la relación y no darle falsas esperanzas. Lázaro trabaja en un taller. Serafín
quería ser guitarrista y no ser tan tímido e inseguro. José Luis trabaja como
mensajero. Su padre está buscando trabajo, aunque él dice que es un borracho, y su
hermana un pendón.

Los amigos salieron pronto, más pronto de lo habitual, y se reunieron en un bar, el


bar de Tomás, situado en la zona donde salían a tomar la primera cerveza de la
noche. El ambiente no era el de siempre, pero ellos tenían ganas de fiesta. Llegaron
y les comunicaron que hacía unos días habían hecho “una limpieza” (redada) y ya no
quedaba droga, así que empezaron a buscar lugares donde encontrar. No
consiguieron ni un “porro” lo que hizo que Lázaro y José Luis discutieran.
Entraron a un bar. Un chico Árabe les saludó. Éste vivía en una chabola en las
afueras sin agua ni luz en condiciones pésimas, pero todas las chicas estaban locas
por él. La noche se estaba estropeando porque Lázaro quería droga y no había nada
en toda la ciudad.

Buscaban por bares y bares, y no encontraban, sólo les pudieron dar un par de
“anfetas” que según uno de ellos no causaban efectos, así que la desesperación por
encontrar droga aumentó. Por cada bar que pasaban, tomaban una cerveza y en un
bar ellos vieron al inmigrante marroquí con una chica y sintieron celos, se acercaron
a él para pedirle droga y él les dijo que no tenía, así que sin insistir se fueron de allí
sin conseguir lo que querían, pero sí con rabia dentro de cada uno de ellos. Su
búsqueda continuó, y por uno de los bares encontraron a un tal Guirlache que les
recomendó que fueran donde “Pototo”.

Estuvieron un rato hablando con dos chicas, Nati y Cecilia y continuaron buscando a
Pototo.
Lo encontraron en el bar Marcha frecuentado a menudo por Serafín porque tocaban
grupos en directo. Pototo, al igual que a los demás les dijo que no tenía nada y
mientras jugaban al billar les dijo que tendrían cuidado con los nazis. Caminaron sin
rumbo, cuando se encontraron con un okupa amigo de José Luis llamado Roque, les
informó que si estaban buscando droga, fueran a casa de Lucas puesto que había
una fiesta y seguro pillarían algo. Se lo agradecieron y se pusieron en camino, con
esperanza de poder encontrar.

Por el camino, Serafín sintió necesidad por orinar, así que se paró en una calle
mientras que sus amigos seguían el camino sin esperarle, sólo se separaron unas
calles hacia delante. De repente cuatro “skins” sorprendieron a Serafín y le dieron
una paliza. Le atacaron con puños de hierro y demás armas que tenían y al oír a
Serafín gritar, los demás chicos fueron a su ayuda. La pelea acabó con los cuatro
“skins” en el suelo, y los cinco chicos se fueron corriendo temiendo que los demás
pudieran ir a pelear contra ellos. Serafín estaba muy herido en el ojo, así que
decidieron pasar por casa de José Luis donde encontraron en el portal a su padre,
borracho y le ayudaron a subir, a lavarse y le acostaron, mientras otros dos se
pusieron a curarle a Serafín el ojo.

Al acabar decidieron seguir su camino, pero todo cambió al ver la chabola donde,
Mohamed, el inmigrante marroquí vivía. Mariano, Serafín, José Luis, Ismael y Lázaro
no iban muy bien, es decir, que iban borrachos, así que llamaron a la puerta y
chillaron, hasta que Mohamed se asomó y les abrió, algo asustado pero dispuesto a
atenderles. Fue en ese momento cuando los cinco chicos le dijeron que les vendiera
droga y él dijo que no tenía y que no tomaba esas cosas. Entonces uno de ellos le
empujó y entró, cogió una caja fuerte y Mohamed gritaba que no cogiera eso, que
era para su familia.

Los cinco jóvenes pudieron con él pero de pronto, el marroquí sacó un cuchillo
dispuesto a usarlo de defensa. Serafín, que estaba situado detrás de Mohamed, le
atacó por detrás animado de sus compañeros, y comenzaron a enfrentarse en una
peligrosa pelea. No sabe cómo, Serafín consiguió el cuchillo, y sus amigos le
gritaron animándole para que se lo clavara. El colchón de la casa estaba ardiendo, y
Serafín, después de haberse enfrentado contra los “skins” no podía ahora hacerse
para atrás y no acabar con Mohamed, así que le clavó el cuchillo en el corazón,
terminando la vida del joven marroquí.

Los chavales, salieron de la chabola ya que se estaba desplomando, y huyeron de


allí asustados, conscientes de lo que había sucedido. Al día siguiente, estos cinco
jóvenes tuvieron que empezar a confesar ante los inspectores, contando lo
sucedido, cambiando sus vidas por completo

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