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HANNAH ARENDT: La vida del espíritu, Paidós, Barcelona, 2002.

Tra-
ducción de Fina Birulés y Carmen Corral. 470 páginas.

A Hannah Arendt le sorprendió la La vida del espíritu es un estudio


muerte en 1975 ocupada en la redacción sobre las tres facultades humanas propias
de La vida del espíritu. Ésta no es una de la vita contemplativa: Pensamiento,
obra desconocida para el público español, Voluntad y Juicio. En correspondencia
pero la editorial Paidós nos ha ofrecido con esto el libro se estructura en tres
la oportunidad de comentar este libro partes, aunque el último capítulo dedicado
puesto que ha tenido el acierto de promo- al Juicio lamentablemente no pudo ser
ver una nueva edición y traducción del redactado por Arendt. Aún así, su edito-
mismo. La vida del espíritu se publicó por ra y albacea literaria, Mary McCarthy,
primera vez en castellano en 1984 bajo recopiló unas notas de un curso sobre la
el auspicio del Centro de Estudios Cons- filosofía política de Kant que Arendt
titucionales, cuya colección Clásicos Po- había ofrecido en la New School for So-
líticos es un referente imprescindible para cial Research en 1970. Las breves ano-
los estudiosos de la Teoría y la Filoso- taciones publicadas no nos permiten un
fía Política por la calidad de su fondo, análisis extenso del pensamiento de Aren-
pero llevaba ya unos años descatalogada. dt sobre el Juicio, pero otra obra póstu-
En aquel momento la traducción fue rea- ma de reciente traducción al castellano,
lizada por Ricardo Montoro y Fernando Conferencia sobre la Filosofía Política de
Vallespín con una calidad y un cuidado Kant, permite al estudioso completar la
comparables al que ahora han puesto Fina visión de la autora sobre este asunto 2.
Birulés y Carmen Corral. Debemos feli- El libro que aquí comentamos parte de
citarnos, pues, de que el público culto e una cuestión que centró las reflexiones y
interesado en el pensamiento de Arendt las preocupaciones de Hannah Arendt,
tenga de nuevo a disposición en castellano especialmente desde la publicación de su
este interesante libro, que viene precedido obra sobre el juicio contra el nazi Adolf
por la traducción de algunas otras de sus Eichmann 3 —que tuvo lugar en Israel en
obras que aún permanecían inéditas en
nuestra lengua 1 . Esto contribuirá, sin 2
La traducción la ha realizado Carmen
duda, a que en nuestro ámbito cultural y
Corral y el libro ha sido publicado por la
lingüístico haya un mejor conocimiento editorial Paidós este mismo año.
de la obra de una autora insoslayable en 3
El título completo de este polémico li-
el pensamiento y en la reflexión políti- bro que le valió numerosas críticas a Han-
ca del siglo XX. nah Arendt es Eichmann en Jerusalén. Un
estudio sobre la banalidad del mal, Lumen,
Barcelona, 1999. Una de las últimas referen-
1
Coincidiendo con la conmemoración del cias críticas a esta obra de Hannah Arendt
vigesimoquinto aniversario del fallecimiento se encuentra en el libro de Tzvetan Todo-
de Hannah Arendt en diciembre de 2000 se rov Memoria del mal, tentación del bien.
han publicado diversos textos de la autora. Indagaciones sobre el siglo XX, Península,
Mencionaré sólo algunos: Rahel Varnhagen. Barcelona, 2002, en cuya página 151 señala
Vida de una mujer judía, Lumen, Barcelona, que él evitará hablar de “banalidad del mal”
2000; Correspondencia 1925-1975 Arendt/ porque ni el mal que ejecuta Eichmann ni
Heidegger, Herder, Barcelona, 2000; El Con- él mismo son banales. Arendt, a mi juicio,
cepto de Amor en San Agustín, Encuentro, utilizó el calificativo banal para valorar la
Madrid, 2001 (su tesis doctoral); y Hombres actitud totalmente superficial, carente de sen-
en Tiempos de Oscuridad, Gedisa, Barcelo- tido y ausente de juicio que adopta Eich-
na, 2001. mann ante las atrocidades de las que es res-
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1961—: la manifiesta incapacidad para nipotente ciencia moderna, que descubre


pensar que demostró el acusado, la alie- y explica las leyes del mundo natural y
nación de su voluntad para resistirse a social que se esconden tras la superficie,
cometer actos execrables y la capacidad contribuyó en gran medida a consolidar
de juicio de los seres humanos. En defi- esta dicotomía y a despreciar el conoci-
nitiva, lo que inquietaba a Arendt, como miento originado por los sentidos (Des-
a otros pensadores antes y después de cartes). Arendt, sin embargo, no se sen-
ella, era la naturaleza del mal 4. Sin em- tía cómoda con este punto de vista por-
bargo, La vida del espíritu no es un es- que, según ella, Ser y Apariencia
tudio filosófico sobre el mal sino que este coinciden debido a que “todo lo que es
tema planea sobre sus reflexiones y las está destinado a ser percibido por al-
inspira. Por eso, el lector no debe espe- guien” (p. 43). La otra falacia, muy re-
rar hallar largas disquisiciones y conclu- lacionada con la anterior, se refiere a la
siones certeras sobre el mal, aunque a mayor importancia dada a lo que ocurre
cambio encontrará un magnífico acicate en el interior del individuo, la vida inte-
para pensar y reflexionar sobre éste y rior, frente a lo que se nos aparece en el
otros temas. exterior. El resultado de la unión de am-
En la parte dedicada al Pensamiento, bas falacias es que el Ser interior es cua-
que es, a mi juicio, la más densa y ela- litativamente superior a la Apariencia ex-
borada del libro, Arendt comienza esta- terior trazando, así, una separación tajante
bleciendo una serie de premisas que son que no se corresponde con la experien-
un buen reflejo de sus años de reflexión cia real o habitual de los individuos.
e indagación teórica. No es el pensamien- Arendt sostiene que el yo pensan-te siente
to cognitivo el objeto de su estudio sino que necesita soledad, alejamiento del
el reflexivo, el que produce significado mundo de las apariencias y quietud, pero
en vez de conocimiento, según la distin- esto no significa que la activi-
ción kantiana. A partir de ahí, inicia una dad interior esté completamente desgajada
crítica de lo que ella llama “falacias de lo externo y de la capacidad del in-
metafísicas”. Una de ellas consiste en la dividuo para recrear lo que no está pre-
distinción entre el Ser —Auténtico— y sente.
la —Mera— Apariencia, que a renglón Así pues, las implicaciones de negarse
seguido le otorga una superioridad al pri- a pensar son varias y con profundas con-
mero sobre la segunda por ser ésta super- secuencias. Supone, por un lado, recha-
ficial y basada en los sentidos. La om- zar una facultad propia del ser humano
y, por otro, eludir el quedarse a solas con
ponsable, ante sus propios hechos. No me uno mismo y sus pensamientos. Para ilus-
parece posible que ella pensara que el suje- trar esto último Hannah Arendt recurre a
to de la acción era banal y sus hechos aún un bello texto de Shakespeare extraído de
menos. Ricardo III en el que el rey asesino teme
4
Una interesante panorámica de la for- quedarse solo ante su conciencia moral y
ma de abordar y entender el mal a lo largo huye en busca de compañía (p. 212). Si
de la Historia del Pensamiento se encuentra el objetivo del Pensamiento reflexivo es
en el libro de Rüdiger Safranski El mal o buscar significado y sentido a nuestras
el drama de la libertad, Tusquets, Barcelo- acciones, actitudes o comportamientos, su
na, 2002. También Rafael del Águila publi-
ausencia supone una vida carente de ple-
có un magnífico artículo que recorría las dis-
tintas formas de tratar y abordar el mal en nitud y de temor al tribunal de nuestra
la Historia del Pensamiento: “De los males propia conciencia moral (Kant). “A quien
políticos” en Revista de Libros, nº 59 (no- desconoce la relación silenciosa del yo
viembre 2001), pp. 3-7. consigo mismo (en la que se examina lo
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que digo y lo que hago) —concluye Aren- asumir pasivamente el punto de vista del
dt— no le preocupará en absoluto con- otro porque incurriríamos en un prejui-
tradecirse a sí mismo...ni le preocupará cio, pero tampoco se trata de imponer
cometer cualquier delito, puesto que pue- nuestro propio criterio a los demás. Se
de estar seguro de que será olvidado al trata de recrear el mundo de los otros y
momento siguiente. La gente mala —diga de reflexionar sobre unos criterios de
lo que diga Aristóteles—, no está llena aprobación o desaprobación. La respon-
de remordimientos” (p. 213). sabilidad, cuando no la angustia, y el
Me he extendido sobre esta parte del esfuerzo de discernimiento y de compren-
libro, que, por otro lado, incluye un in- sión de los demás que esta actividad re-
teresante análisis del lenguaje y las me- quiere nos ha llevado a los ciudadanos,
táforas, porque me parece que la relación entre otras razones, a renunciar al ejer-
entre el mal y la ausencia de Pensamiento cicio de una facultad propiamente humana
es reveladora, original y muy fructífera. y política, y a aceptar impasibles la con-
Quizá Arendt no estuviera en lo cierto y fusión moral y la ausencia de criterios de
las raíces del mal estén en otro lugar, juicio y comportamiento en una cada vez
quizá falte una extensa consideración más atrofiada esfera pública.
sobre la formación de esa conciencia No quiero acabar esta extensa reseña,
moral, pero creo que encierra una inte- en la que creo que queda patente mi en-
resante advertencia para los ciudadanos tusiasmo por este libro, sin hacer algu-
de las sociedades actuales abocados y na mención sobre la parte dedicada a la
compelidos a la vida rápida, a la falta de Voluntad. La Voluntad es la facultad
reflexión y a la búsqueda constante de humana que más directamente se relacio-
compañía para evitar la solitud, para evi- na con la Libertad, con la capacidad de
tar nuestro yo pensante. actuar y, por tanto, de moldearse a uno
Con la misma fuerza que nos negamos mismo y de aparecer en el mundo. Sin
a pensar renegamos del Juicio. No que- embargo, como señala Arendt, ésta fue
remos juzgar porque en el fondo carece- una facultad desconocida en la Antigüe-
mos de criterios para hacerlo y volvemos dad griega y que irrumpe de la mano del
a temer que nuestro juicio sobre los otros Cristianismo. Esta peculiaridad de la
se nos vuelva contra nosotros mismos Voluntad lleva a la autora a plantear un
cuando nos quedamos en quietud. Si- esclarecedor recorrido por la Historia del
guiendo los planteamientos kantianos de Pensamiento, ocasión que aprovecha para
Arendt, ésta es una postura cuestionable desplegar su profundo conocimiento de la
y peligrosa. El Juicio, a diferencia del tradición bíblica, del pensamiento medie-
Pensamiento, no se retira de las Aparien- val y de la filosofía alemana, especial-
cias sino todo lo contrario, ya que es la mente de autores como George F. Hegel,
actividad humana más propiamente polí- Friedrich Nietzche y Martin Heidegger.
tica de las tres y requiere para su confor- Es una síntesis muy sugerente en torno
mación de un público o de unos espec- a la Voluntad y la Libertad, más fácil de
tadores. El Juicio supone una disposición seguir que otras partes del libro, pero
a examinar y considerar la perspectiva de igual de interesante e inquietante.
los demás sin tener por ello que “acep-
tar lo que sucede en las mentes de los
otros” (p. 455). Juzgar no significa, pues, EVA VELASCO MORENO

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