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Introducción………………………………………………………………………..1
Importancia regional, nacional y global del sistema de producción……..........2
Componentes del sistema de producción ……………………………………..10
Eficiencia del uso del agua, el suelo y los nutrientes en el sistema en
comparación con los sistemas convencionales ………………………………12
Prácticas de manejo del suelo del sistema …………………………………...13
Impactos sociales, económicos y ambientales del sistema …………………29
Recomendaciones para su adopción…………………………………………..40
Bibliografía ……………………………………………………………………….41
INTRODUCCIÓN
Los sistemas agroforestales son formas de uso y manejo de los recursos naturales
en los cuales especies leñosas (árboles, arbustos, palmas) son utilizadas en
asociaciones deliberadas con cultivos agrícolas o con animales en el mismo terreno,
de manera simultánea o en una secuencia temporal (CATIE, 1986). Las técnicas
agroforestales son utilizadas en regiones de diversas condiciones ecológicas,
económicas y sociales. En regiones con suelos fértiles los sistemas agroforestales
pueden ser muy productivos y sostenibles; igualmente, estas prácticas tienen un
alto potencial para mantener y mejorar la productividad en áreas que presentan
problemas de baja fertilidad y exceso o escasez de humedad de los suelos. En
general, la aplicación de técnicas agroforestales puede consolidar o aumentar la
productividad de establecimientos agropecuarios y plantaciones forestales de
diversas dimensiones o, por lo menos, evitar que haya degradación del suelo o
merma de la productividad en el curso de los años. 92 Sistemas
agrosilvopastoriles... Los sistemas tradicionales de uso de la tierra en los trópicos
han enfatizado más en la reducción de los riesgos de las cosechas que en el logro
de una producción óptima. El deterioro de la capacidad productiva de la tierra se
debe, en gran parte, a la deforestación y al uso inapropiado de los recursos; ésos
problemas surgen por el aumento de la demanda por el uso de la tierra, el
crecimiento demográfico, las cuestiones económicas para intensificar la producción
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IMPORTANCIA REGIONAL, NACIONAL Y GLOBAL DEL SISTEMA
DE PRODUCCIÓN
Regional
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Con respecto a las producciones equinas, bufalinas ovinas y caprinas, se observa
que son producciones de impacto reducido en el municipio de acuerdo con el
número de ejemplares que reporta cada una, exceptuando la producción equina que
no cuenta con un potencial productivo comercial importante, sino como medio de
transporte y fuerza de trabajo necesaria para la realización de las labores en la zona
rural. En 2015 el ICA presentó las cifras del censo pecuario nacional en el cual se
identificaron 1.450 predios dedicados a la producción bovina, mientras que para el
año 2016 se presentó una disminución de 80 predios, es decir que solo en1.370
predios se realizó actividad ganadera bovina y para el 2017 la cifra se mantuvo
estable. El corregimiento de mayor importancia con respecto a la cantidad de
cabezas reportadas por el Comité de Ganaderos del Tolima corresponde a Buenos
Aires con un 28% del total del censo bovino, en segundo lugar, se encuentra
corregimiento del Totumo con un 11% de participación en el censo bovino; estos
sectores corresponden a zonas de topografía plana del municipio de Ibagué que
cuentan con vocación ganadera por tradición.
Fuente: ICA
3
Fuente: comité de ganaderos
Colombia
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Esta grafica da un vistazo de la disminución del número de cabezas de ganado
bovino que pasaron de ser en el año 2004 alrededor de unas 301.000 cabezas de
ganado pasaron a ser cerca de 249.000 para el año 2009 percibiendo una
disminución en las producciones netamente extensivas, la baja diversidad en los
sistemas productivos ganaderos hace que se presenten disminuciones en contextos
donde la ganadería es parte fundamental de la economía nacional.
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muy ácidos, con mínimo fósforo y bases intercambiables, así como toxicidad
de hierro y aluminio. Los parámetros productivos son muy bajos y los impactos
ambientales muy fuertes
En zonas de ganadería establecida durante mucho tiempo (décadas y hasta siglos),
en las regiones Caribe, Andina y aun en la Orinoquia, Amazonia y Pacífico, otros
sistemas silvopastoriles se pueden encontrar en praderas con especies vegetales
que pudieron hacer parte de las selvas originales o que con el tiempo
colonizaron los espacios abiertos. Varias especies de palmas (Acrocomia
aculeata, Attalea butyracea, Ceroxylon quindiuense y C. alpinum, Copernicia
tectorum, Mauritia flexuosa, Roystonea regia, Sabal mauritiiformis, Syagrus
zancona y Wettinia sp.) En forma de rodales puros o mixtos se encuentran
asociadas con praderas en esta categoría
En los bordes entre las sabanas nativas y los bosques de galería, los árboles
y arbustos resistentes al fuego como el alcornoco (Bowdichia virgiliodes),el
chaparro (Curatella americana) y el chaparro manteco (Byrsonima crassifolia)
llegan a formar combinaciones de arbolitos de bajo porte en áreas de pastoreo. En
las sabanas anegadizas de la Orinoquia, el árbol llamado saladillo (Caraipa
llanorum)) forma rodales con espacios abiertos (Hernández y Sánchez, 1994) que
son pastoreados por el ganado durante muchos años. En los sistemas aluviales
de las vegas de los ríosandinos, caribes, orinocenses y amazónicos, es
frecuente la presencia de sistemas de gramíneas asociados con varias
especies arbustivas y arbóreas donde se destacan el písamo o búcaro (Erythrina
fusca) y el manteco (Laetia americana)
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Producción por hectárea
La producción total de biomasa en sistemas agrosilvopastoriles es generalmente
mayor que en praderas tradicionales donde se estima una producción de 10-12
toneladas materia seca/Ha/Año, este aumento se debe al aprovechamiento del
espacio vertical, que supone una mayor captación de nutrientes y
energía(Benavides,1983)
Cuando se habla de del componente agrícola las producciones tienen a ser menores
si son medibles por hectáreas, en un contexto como este se miran producciones por
árbol o costo económico de produccion, por que hay es donde la diversidad en la
producción permite tener un flujo de caja en el corto, mediano y largo plazo haciendo
que la producción sea más resiliente que producciones de un solo producto o factor
económico.
Proyecciones de crecimiento
Las proyecciones a nivel local como a nivel son sinérgicas en donde los territorios
los ven como una opción de agro negocio, pero en términos globales los recursos
naturales y la degradación ambiental no pueden ser aislados de los procesos
económicos. La importancia de la economía en el estudio del ambiente y la
producción ha llevado a varios investigadores a integrar los sistemas sociales y
naturales. Estos modelos integrados de una manera económica-ambiental, aunque
mejorar el entendimiento de los problemas de los recursos naturales, el ambiente y
la producción.
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económico, ecológico y social desde todos los niveles territoriales en una estructura
multiestratificada, aumentando la eficiencia de captura de radiación y ocupación del
espacio horizontal y vertical del agroecosistema, y esto es con el fin de ser mas
eficientes en la producción agropecuaria, ya se debe de delimitar y aumentar más
las áreas de bosque aprovechable que solo producción agropecuaria extensiva.
Limitaciones
DE LAS LIMITACIONES A NIVEL MUNDIAL COMO REGIONAL ES el efecto
compactante que el pisoteo del ganado tiene sobre el suelo podría estar
compensado por el efecto que las raíces tienen sobre la porosidad, capacidad de
infiltración y aireación del suelo. Sin embargo, este punto requiere de comprobación;
la velocidad de caída y el tamaño de las gotas de agua de las copas de los arboles
a las plantas del estrato inferior puede causar daños a las flores y frutos de estas.
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Los sistemas silvopastoriles generan diversidad de beneficios tangibles e
intangibles aprovechando una misma unidad de área para diversos
propósitos.dentro de un orden económico se encuentran la posibilidad de
percibir ingresos a corto, mediano y largo plazo de los diferentes productos
tanto animales como vegetales y aumento de valor de las tierras por las
mejoras que presentan los suelos, aguas y paisajes; en lo ambiental se
encuentran la captura de carbono, el confort térmico y el aumento y
protección de la diversidad biológica del área.(DANE,2012)
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COMPONENTES DEL SISTEMA DE PRODUCCIÓN
Beneficio del componente arbóreo como modificador del ambiente para los
animales y su efecto en la producción animal. Las condiciones climáticas afectan al
animal, pudiendo ser estas negativas como son la fotosensibilidad o conceptos de
estrés disminuyendo la eficiencia productiva de los animales. Las temperaturas
extremas y sus variaciones bruscas son las que más daño producen al animal,
siendo la combinación de alta temperatura y humedad la más perjudicial. La
inclusión de árboles en los potreros permite el suministro de sombra para los
animales y de esta forma la protección contra factores climáticos como la lluvia y la
radiación. Muchos estudios hablan del confort que le brindan los arboles a los
animales en los sistemas silvopastoriles, inclusive se tienen reportes de
observaciones de campo en donde el ganado sigue comiendo en horas calurosas
cuando el potrero esta abastecido de árboles de forma homogénea en el potrero
mientras que disminuyen el pastoreo en sistemas de monocultivo. Sin embargo,
pocos estudios han cuantificado su efecto fisiológico.
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Uno de esos componentes de un sistema agrosilvopastoril es la sostenibilidad y
esta cumple unas metas en el sistema productivo como es satisfacer necesidades
energéticas de los agricultores, asegurar una dieta balanceada y adecuada no
solo al bovino si no al agricultor. Y ayuda a fortalece3r vínculos solidarios entre
miembros de la comunidad local.
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EFICIENCIA DEL USO DEL AGUA, EL SUELO Y LOS NUTRIENTES
EN EL SISTEMA EN COMPARACIÓN CON LOS SISTEMAS
CONVENCIONALES.
En América latina somos pocos eficientes en el uso del recurso agua ya que
hacemos una reducción de ecosistemas naturales especialmente de los bosques
en áreas montañosas y en menor proporción de los humedales para tener
sistemas de produccion no acordes con la función y el uso más adecuado a la
tierra.
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El manejo de las cuencas hidrográficas juega un papel fundamental en la
conservación del recurso agua. Al nivel de la cuenca la cobertura vegetal,
especialmente los bosques nubosos, regulan el ciclo hidrológico (Walling 1980). Las
especies de bosque nuboso están adaptadas para satisfacer sus necesidades de
agua, interceptando agua de las nubes una vez que estas son normalmente
envueltas en nubes o neblina. Bajo condiciones de precipitación normal la
interceptación de la lluvia por las copas de los árboles reduce la cantidad de agua
que cae al suelo (Ibrahim et al. 2001). La presencia de árboles afecta la dinámica
del agua de varias formas: actuando como barreras, las cuales controlan la
escorrentía; como cobertura, la cual reduce el impacto de gota, y como mejoradores
del suelo, incrementando la infiltración y la retención de agua (Young 1997).
Pasturas bien manejadas con bajas presiones de carga animal, lo cual mantiene
una buena cobertura a través del año son muy eficientes en la captación de agua.
Los bosques de galería en las riveras de corrientes de aguas naturales y artificiales
o parches de bosque en las pendientes, mejoran la infiltración de agua dentro del
suelo y mejoran la estabilidad de los taludes, disminuyendo el riesgo de erosión.
Las tasas de evapotranspiración son mas bajas en sistemas de pasturas
sombreadas que en pasturas puras, especialmente donde estas están expuestas a
fuertes vientos. Esto conlleva a una mayor humedad del suelo bajo las copas de los
árboles comparado a suelos bajo pasturas a campo abierto. A medida que crecen
los árboles el impacto positivo sobre la humedad del suelo puede incrementarse
(Rhoades 1998). Bajo condiciones climáticas tropicales de precipitaciones con
eventos erosivos de alta frecuencia e intensidad, una cuenca hidrográfica sin
cobertura vegetal está más expuesta al impacto de gota, lo cual podría causar
severos efectos erosivos. Esto puede agravarse cuando las pasturas son sometidas
a 17 fuertes presiones de pastoreo (alta carga animal) que exponen el suelo y
conducen a la formación de cárcavas, compactación de suelo y por lo tanto a una
disminución de las tasas de infiltración y a pérdida de suelo por efecto de la
escorrentía. En algunos casos resulta en erosión severa y sedimentación de
cuerpos de agua y presas hidroeléctricas (Ibrahim et al. 2001). Un manejo adecuado
de las pasturas en el trópico debería incluir la introducción del componente arbóreo,
o alternar al menos con fragmentos de bosque (Ibrahim et al. 2001) en aras de
sostener la base productiva para satisfacer las necesidades humanas y
simultáneamente conservar su integridad. Aunque posturas ambientalistas
extremas plantean la "intocabilidad" de los sistemas como la mejor opción para
conservar los recursos naturales, las investigaciones demuestran que bajo acciones
planificadas la intervención de los ecosistemas podría mejorar la permanencia de
uno u otro recurso. En Villa Mills, Costa Rica, a 2600 2800 msnm, un bosque nuboso
natural sin explotación recuperó fuentes de agua de aproximadamente 7600 cm3
ha-1, mientras la extracción de 20 o 30 % del área basal de troncos permitió la
captación de 10500 - 9300 cm3 ha-1, respectivamente (Turcios, 1995). Los más
altos valores bajo explotación están relacionados con las menores tasas de
interceptación (34 % sin ninguna explotación, 24 o 25 % con 20 o 30 % de
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explotación, respectivamente). Una pastura en la misma región, manejada con
bajas tasas de carga (0.5 y 0.6 Unidades Animal), preserva mas agua (12800 y 9800
cm3 ha-1, respectivamente) que el ecosistema de bosque (Turcios, 1995), los
cuales podrían ser explicados por la menor interceptación de agua de las nubes, la
cual no se pierde a la atmósfera, sino que desciende al suelo debido al habito de
crecimiento erecto de las gramíneas que dominan las asociaciones de plantas en
las pasturas (Ibrahim et al. 2001). No significa esto que se este proponiendo sustituir
bosques por pasturas, sino el manejo adecuado de los ecosistemas o
agroecosistemas ya existentes.
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silvopastoriles que involucran cortinas rompeviento, reducen la erosión eólica (Nair
et al. 1995)
Pastura en callejones
¿Qué son pastura en callejones?
Son una modificación silvopastorial de los cultivos en callejones, en el cual se
establecen especies forrajeras dentro de bandas o hileras de árboles o arbustos
leñosos. Las pasturas en callejones pueden ser utilizadas como potreros o como
ares de cultivo bajo el sistema de corte y acarreo
En los sistemas de cultivo en callejones manejados bajo esquemas de corte y
acarreo regularmente se cultivan gramíneas de crecimiento efecto y con alto
potencial de producción de biomasa. Por ejemplo los pastos de elefante
(pennisteum purpureum) y guinea (panicum maximum), que se estableen entre
hileras de leguminosas arbóreas o arbustivas (libreros et al. 1994) sin embargo, es
factible que esas gramíneas sean substituidas por otras leñosas forrajeras no
leguminosas (lopez et al. 1994; oviedo 1995) como la morera (morus spp.) o la
amapola (malvaviscus aboreus)
Cuando el propósito de las leguminosas arbóreas presentes en los callejones es
exclusivamente la protección del suelo y el mejoramiento de su fertilidad, es factible
utilizar especies poco palatables, siempre y cuando tengan un buen potencial para
la producción de biomasa por ejemplo (calliandra calthyrsus). En contraste cuando
se busca que la leguminosa provea también alimento para los animales, deberá
trabajarse como especies palatables. Sin embargo debe recordarse que la
extracción del follaje de las leñosas para ser utilizado como forraje en lugar de
¨mulch¨. Representa una exportación de nutrimentos del sistema, lo cual va a
redundar en menos producción de biomasa (Atta-Krah y Sumberg 1998; libreros et
al. 1994; Mureithi et al. 1995).
Arreglo espacial
Este tipo de sistemas se puede acortar el espaciamiento entre las hileras de la
leñosa perenne, o aumentar su densidad de siembra, con miras a promover una
mayor producción de follaje para abono verde o forraje. Esto será posible siempre
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y cuando la competencia ejercida por la leñosa no comprometa la producción de la
especie forrajera asociada. En este contexto en el sistema de cultivo de callejones
de poró (eruthrina poeppigiana) cn pasto kingrass (pennisetum purpureum x P.
typhoides), (Benavides et al 1994) encontraron que la producción de follaje de la
leñosa se incrementó al duplicar la densidad de aboles de poró (de 1666 a 3333
aborles/ha), pero no se afectó la produccion de pasto
Extracción de nutrimentos
Un factor que compromete la sostenibilidad de este tipo de sistemas, es la magnitud
de la extracción de nutrimentos a través de forraje cosechado. Por ejemplo, en una
asociación de pasto king-grass con poró (erythrina poeppigiana). En la cual todo el
follaje de la leguminosa era podada y retornado como aborno verde (libreros et al.
1994), de la exportación de nutrimentos fue de 376, 60, 767, 111, y 141 kg/ha/año,
para nitrógeno, fosforo, potasio, calcio, y magnesio, respectivamente. El no retornar
el follaje de la leguminosa disminuyo la producción de la biomasa de la gramínea,
pero resulto en mayor exportación de nutrimentos, dado el alto contenido de
nutrimentos del follaje de la leguminosa
Cuando se cultivó morera (morus spp.) en ligar del pasto king-grass (oviedo 1995),
se detectaron tendencias similares a las descritas anteriormente, solo que con la
morera fue más alta la exportación de calcio (158 kg/ha/año), pero menor para el
resto de nutrimentos (271, 25, 170, y 36 kg/ha/año para nitrógeno, fosforo, potasio
y magnesio respectivamente) . En consecuencia, si se desea mantener la
productividad de sistemas de cultivo en callejones manejados bajo corte, será
necesario prever una fuerte fertilización orgánica (Benavides et al. 1994) o mineral,
aun cuando se aplique como abono verde todo el follaje podado de la leguminosa
arbórea.
Sistemas manejados bajo pastoreo/ramoneo
En los sistemas de cultivo en callejones utilizados bajo pastoreo/ramoneo, las
leguminosas arbóreas o arbustivas proveen un forraje de calidad [Acetato 8.81, que
complementa a la vegetación herbácea que crece entre las hileras de las leñosas,
y que pueden ser pastoreadas por los animales. Además, pueden contribuir a
mejorar la fertilidad del suelo, a través de la fijación/transferencia de nitrogeno, caída
de hojas senescentes, muerte de raíces y las podas esporádicas. Para este tipo de
sistemas deben buscarse especies apetecibles para el ganado, pero no más
palatables que las forrajeras herbáceas con las que están asociadas, pues de lo
contrario puede resultar en una pobre persistencia de
Tipos de sistemas
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Los sistemas de cultivo en callejones manejados bajo pastoreo/ramoneo pueden
ser de dos tipos, unos diseñados para ser utilizados exclusivamente con propósitos
de producción animal, y otros en los que el uso con animales ocurre durante
períodos de barbecho entre series de ciclos con cultivos anua-les (Acetato 8.9). En
estos últimos, cualquier arreglo de las filas de leñosas responde a lo que es
apropiado para los cultivos anua-les intercalados en los callejones. El propósito de
la siembra de forrajeras por períodos cortos y su uso temporal con animales es para
generar ingresos durante la fase de barbecho, además de que las excretas de los
animales contribuyen a incrementar la fertilidad de esos suelos (Atta-Krah 1993).
Cuando el sistema de cultivo en callejones con forrajeras, constituye una forma más
permanente de uso de la tierra, debe tenerse cuidado en su diseño para asegurar
que los animales se desplacen con facilidad durante el pastoreo/ramoneo (Acetato
8.10), además que la leñosa debe aportar al sistema un 20 a 30% de la biomasa
potencialmente consumible (Escobar et al. 1996). A diferencia de los bancos
forrajeros pastoreados por unas pocas horas al día, en este tipo de sistemas los
animales permanecerán todo el día en los potreros con leñosas sembradas en
callejones (Pound y Martínez-Cairo 1985)
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Inicio del pastoreo/ramoneo
El manejo del pastoreo/ramoneo es el factor más determinante de la persistencia
de los componentes de un sistema de cultivo en callejones, y por ende del
mantenimiento de su potencial productivo en el largo plazo (Acetato 8.13). Cuando
las leñosas presentes en los callejones han sido sembradas por semilla o con
plantones producidos a nivel de vivero, la mayoría de especies requieren de 12 a
18 meses antes de que se puedan ingresar los animales (Atta-Krah 1993).
Bajo las condiciones de trópico húmedo, es-te intervalo puede ser más corto (ocho
meses), especialmente si para la siembra se han utilizado estacas similares a las
empleadas para cercas (Jansen et al. 1997). Con ese sistema de siembra, es
posible que a los cuatro meses las leñosas presenten una buena cantidad de follaje,
pero es recomendable de-morar la poda de uniformización o el primer pastoreo,
para promover un mayor engrosa-miento de los tallos.
Pastoreo rotacional
Si bien hay acuerdo en que el sistema de pastoreo en las asociaciones de
gramíneas con leñosas perennes debe ser rotacional (Pound y Martínez-Cairo
1985; Hutton 1974; Iones 1994; Escobar et al. 1996), las recomendaciones difieren
en cuanto a la frecuencia e intensidad de defoliación (Aceta-to 8.14].
Así, para asociaciones de Leucaena leuco-cephala con pasto guinea (Panicum
maxi-mum) o Brachiaria decumbens se han propuesto períodos de descanso que
varían de 30 a 80 días, y cargas de 2.5 hasta 6.0 UA-/ha (Hutton 1974; Pound y
Martínez-Cairo 1985; Iones 1994). Por su parte, Escobar e al. (1996) señalan haber
tenido éxito al pas-torear la asociación Gliricidia sepientestrelia africana (Cynodon
nlemfuensis) con 2.5 UA/ha, en un esquema de rotación con 3 a 4 días de ocupación
y 70 a 80 días de descanso. Por otra parte, en el trópico húmedo de Costa Rica,
Abarca (datos inéditos) manejó las asociaciones de Gliricidia sepium o Erythrina
berteroana con Brachiaria brizantha, con cargas de 1.35 y 2.7 UA/ha, en un sistema
rotacional de 5 días de ocupación y 30 días de descanso. El sistema funcionó bien
para la asociación con Erythrina. berteroana, pero la G. sepium no pudo persistir.
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Pastoreo flexible: una opción de manejo
Ante la diversidad de recomendaciones, lo más lógico es diseñar opciones de uso
para cada condición específica. Pueden considerarse los principios del "manejo
flexible del pastoreo", propuestos por Spain y Pereira (1986), para asociaciones de
gramíneas con leguminosas herbáceas [Acetato 8.151. Es-tos pueden adaptarse a
las características particulares del sistema de cultivo en calle-jones, donde los
componentes difieren en su tasa de rebrote, potencial de ser defoliados, tolerancia
a la defoliación, palatabilidad y su accesibilidad a la luz.
El "manejo flexible del pastoreo" debe estar orientado en este sistema a mantener
un balance entre los componentes y a asegurar que la persistencia de los mismos
no se vea comprometida por el sobreuso de alguno de ellos. En términos generales,
el "manejo flexible" considera que en aquellos períodos en los que las forrajeras
crecen más aceleradamente se debe acortar el período de des-canso, incrementar
la carga o alargar el período de ocupación. Además, cuando se observa una
disminución en la contribución del follaje de la leñosa a la biomasa total deberá
prolongarse el período de descansos), y acortarse cuando el remanente de follaje
después de la defoliación es alto. Además, el manejo debe incluir l apoda periodica
(no en todos los ciclos de pastoreo) a 1.0m de atura, para aquellos tallos que
superan los 2.0m
Cuando se diseñan las opciones de manejo flexible del pastoreo/ramoneo, debe
considerarse que el periodo de descanso va a ser más largo en este tipo de
asociaciones, que en pasturas de solo gramíneas. Esto porque las leñosas
presentan una menor tasa de re-brote que las gramíneas, y también porque el
crecimiento de estas últimas puede verse demorado por la interferencia ejercida por
la leñosa, si es que se usan distanciamientos.
Fertilizacion:
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Se usa el follaje de la leñosa como abono verde y las excretas de los animales
Cerca viva
¿Qué es?
La siembra de leñosas perennes para la delimitación de potreros o propiedades
(cercas vivas) es una práctica tradicional en áreas tropicales de América Latina,
Africa y Asia (Budowski 1987; Ivory 1990). En los últimos años el sistema de cercas
vivas ha tomado mayor relevancia económica y ecológica, no sólo porque su
establecimiento puede significar un ahorro hasta del 46% con respecto al costo de
las cercas convencionales (Holmann et al. 1992), sino porque constituye un
mecanismo para reducir la presión sobre el bosque para la obtención de postes y
leña. Además, contribuye a la introducción de ár-boles en las fincas, con los
respectivos beneficios para los finqueros y el ambiente.
Especies utilizadas
Las leñosas que se utilizan en las cercas vivas no sólo sirven para delimitar del
potrero o la propiedad, sino que regularmente cumplen algún propósito adicional en
la finca (Budowski 1981; Baza, eral. 1994) (Acota. to 6.31 Algunas son forrajeras,
como es el caso de madero negro (Gliricidia sepium), poró (Erythrina beneroana, E.
fusca y E cos. tarricensis), Leucaena leucocephala; y ojoche o ramón (Brosimun
alicastrum). Otras son frutales, como el jocote (Spondias purpurea) y el marañón
(Anacardium occidentele); y también las hay ornamentales, como el itabo (yucca
elephantipes). Otras son maderables como el jiñocuave (Bursera simaruba),
pochote (Bombacopsis quinatum), ciprés (Cupressus lusitanica), cedro (Cedrella
odorata), teca (Tectona grandis), caoba (Swietenia macrophylla), guachipelín
(Diphysa robinoides)„ eucalipto (Eucalyptus spp.) y tempate (latropha turcas).
Cuando se usan especies maderables en las cercas, debe tenerse un cuidado
especial para proteger la corteza del ingreso del alambre"), lo cual afecta el valor
comercial de la madera. Esto puede resolverse mediante la utilización de hojas de
aluminio o metal en los lugares donde irán las grapas (Pezo e Ibrahim 1996).
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Establecimiento de las cercas vivas usando arboles forrajeros:
-Material:
Estacones de 5-15 cm de diámetro, y de 2.0 a 2.5 m de largo
Frecuentemente provienen de árboles adultos en cercas que no fueron
podadas durante los últimos 12-24 meses
Estacones cortados en la fase menguante
-Manejo:
Para promover acumulación de reservas en la base, almacenarlos en
posición vertical, najo la sombra, por 1-2 semanas
Antes de plantar, cortar el extremo basal en bisel o como invertido (tipo punta
de lápiz) y la porción distal en bisel.
-Siembra
Entre los estacones a una profundidad de 20 a 40 cm.
En terrenos muy húmedos, pelar un anillo en la corteza, justo en la porción
que quedara debajo del nivel del suelo
Sembrar las estacas a distancia de 1-2 m
De preferencia colocar el alambre de 3-6 meses después de la siembra
Diferir de la primera poda de las cercas hasta por lo menos un año después
de establecidas
Establecimiento
Para el establecimiento de cercas vivas con leguminosas arbóreas que son
palatables para el ganado, generalmente se utilizan esta-cas de 5 a 15 cm de
diámetro y de 2.0 a 2.5 m de largo [Acetato 6.4]. De esta manera se busca que los
nuevos brotes que emergen después de su siembra queden fuera del alcance del
ganado en pastoreo (NFTA 1989; Víquez et al. 1993). Las estacas empleadas para
este propósito con frecuencia son ramas de árboles adultos presentes en las cercas,
los cuales fueron dejados por 12 a 24 meses sin ser podados. Cuando se introducen
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especies maderables en las cercas, debe tenerse particular cuidado en la protección
de los "plantones", lo cual se consigue aplicando las mismas técnicas de siembra
"en linderos" (Ver Módulo de Árboles en Línea de esta misma Serie).
En zonas con un período de sequía bien de-finido, las siembras de estas especies
(por ej. Cliricidia sepium) se hacen de preferencia al final del período seco (NETA
1989). Los es-tacones son cortados al final de la estación seca, y se recomienda
dejarlos bajo sombra por una semana para favorecer la "cicatrización". Luego, los
estacones se dejan en posición vertical por 1 o 2 semanas, para que se acumulen
reservas en la base, lo cual favorecerá el enraizamiento. Algunos productores de
América Central consideran que las fases de la luna afectan el enraizamiento, por
lo que recomiendan cortar las estacas en la "fase de menguante".
Antes de plantar, la parte inferior del estacón se corta en bisel o como un cono
invertido (tipo "punta de lápiz"), mientras que la parte superior se corta en bisel, para
permitir que escurra el agua de lluvia. Para la siembra, los estacones se entierran a
una profundidad de 20 a 40 cm. Cuando el drenaje es pobre, se recomienda hacer
una incisión (pelar un anillo) en la corteza, en la porción que quedará justo por
debajo del nivel del suelo, para estimular el enraizamiento (Víquez et al. 1993). La
distancia de siembra entre estacas varía, aunque generalmente se usa un
espaciamiento de 1 a 2 m. Cuando se establecen cercas nuevas, se recomienda
dejarlas que enraícen por tres a seis meses, antes de colocarles el alambre; en
cambio, cuando se reemplazan estacas viejas o se "tupen" cercas viejas, puede
colocarse el alambre inmediatamente.
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Manejo de cercas constituidas por árboles forrajeros
• La producción de follaje es función de:
- Especie utilizada.
- Edad de la cerca.
-Frecuencia de poda.
- Época del año
- Características agroclimáticas del sitio
• Para conseguir una producción alta y sostenida de biomasa comestible, es
preferible podar las cercas vivas cada seis meses, aun cuando se sacrifique algo la
calidad de la biomasa
• Áreas con un periodo seco definido, muchas de las leñosas presemes en las
cercas florecen Y Pierden sus hojas.
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• Podas "estratégicas' a finales de la época de lluvias permiten disponer de follaje
verde durante el periodo seco durante el periodo seco.
•para obtener el follaje de madera negro (gliricidia sepium) necesario para
suplementar con proteína cruda un novillo de 300-400 kg de peso que pastorea en
potrero de pasto jaragua ((hyparrhenia rufa), se deben podar de3-5 árboles/dia por
cada animal que se vaya a suplementar.
Banco forrajero:
¿QUE ES UN BANCO FORRAIERO?
Los bancos forrajeros son áreas en las cuales las leñosas perennes o las forrajeras
herbáceas se cultivan en bloque compacto y a alta densidad (Acetato 7.11. con
miras a maximizar la producción de fitomasa de buena calidad nutritiva. Para que
un sistema de es-te tipo reciba la denominación de "banco de proteína", el follaje de
la especie sembrada debe contener más del 15% de PC. Por otro lado, si el follaje
de las forrajeras sembradas en este sistema presenta además niveles altos de
energía digerible, se le conoce como banco energético-proteico" (Pezo e Ibrahim
1996).
¿Cómo establecer un banco forrajero?
Selección de especies Para los bancos forrajeros de leñosas perennes se prefieren
especies capaces de persistir bajo un régimen de podas o defoliaciones frecuentes
e intensas, que muestren una alta tasa de rebrote, que presenten una buena
proporción de hojas y con una calidad nutritiva aceptable (Ivory 1990) (Amato 7.2).
Esta Uhima se manifiesta no solo en un alto contenido de nitrógeno o energia
24
digerible, sino también en una buena apetecibilidad (palatabilidad), para el ganado,
así como en la ausencia total o la presencia de bajos contenidos de metabolitos
secundarios (por ej. taninos, alcaloides) que perjudiquen el consumo, la
digestibilidad o la salud de los animales.
Entre las leñosas perennes con potencial de ser utilizadas en bancos de proteina
en el tropico húmedo, destacan varias especies de poró (E. lusca, E. berteroana, E.
cocleata y E. poeppigiana), madero negro (Gliricidia sepium), clavelen (Hibiscus
rosa-sinensis) y amapola (Malvaviscus arboreus) (Romero et at 1993; Oviedo et at
1994; Lopez et at 1994). En este ecosistema hay indicaciones que Acacia
angustissima, Albizia spp. y Callindra calothyrsus poseen un mayor potencial de
producción de biomasa comestible que las anteriores (Herrera 1990), pero muestran
en cambio problemas de baja digestibilidad (y posiblemente de palatabilidad) por
sus altos contenidos de taninos (Valerio 1990). Por estas razones, las tres últimas
especies no han sido recomendadas para bancos forraje-ros en la Zona Atlántica
de Costa Rica.
En contraste. Para áreas con un periodo seco estacional de 3 a 6 meses de duracion
(trópico subhúmedo) destacan Leucaena leuco-cephata, guacimo (Guazuma
Cratylia argentea y ojoche o ramon (Brosi-mun alicastrum), aunque también algunas
de las especies citadas para el trópico humedo (por ej. Erythrina spp., Gliricidia
sepium) pueden trabajar adecuadamente en este ecosistema (Pezo e Ibrahim
1996), proveyendo de forraje abundante al menos durante el periodo de Lluvias. Por
su parte, la morera (Moms spp.) y Trichantera gigantea son especies que por sus
características de calidad nutritiva califican para bancos energéticos proteicos.
25
Arreglo espacial
Cuando los bancos forrajeros van a ser manejados bajo corte, se recomienda
establecer las leñosas con distanciamientos relativamente cortos, como de 0.8 -1.0
x 0.25 • 0.5 m (Romero et at 1993; Atta-Krah 1993). En cambio, si el uso va a ser
bajo pastoreo/ramoneo, debe ampliarse la distancia entre surcos para facilitar el
acceso y el desplazamiento de los animales, asi como prevenir los daños por
pisoteo. En el caso de Gliricidia sepium, Escobar et at (1996) proponen
distanciamientos de 2.0 m entre hileras y de 0.5 a 1.0 m entre plantas dentro de la
hilera; estos distanciamientos pueden ampliarse aun más, hasta 3.0 6 4.0 m entre
hileras, como ha sido sugerido por Milera et al. (1994) e Iglesias et at (1994) para
Leucaena leucocephala. Cuando se usan mayores distancias entre hileras, se
recomienda disponer las leñosas en doble hilera, como un mecanismo para
incrementar la densidad de siembra, además de darles resistencia contra los daños
físicos ejercidos por los animales. Cuando se amplía la distancia entre hileras, debe
incorporarse una forrajera herbácea como cultivo de cobertura para proteger el
suelo y controlar la competencia por malezas.
Fertilización
Las leñosas perennes pueden encontrase en una gran diversidad de tipos de suelo.
Muchas de ellas pueden crecer en suelos de fertilidad moderadamente baja
(Shelton 1994). Sin embargo, independientemente de los mecanismos que tengan
estas especies para adaptarse a esas condiciones de suelo, si se cultivan en bancos
forrajeros, siempre requerirán de fertilizantes (Acetate 7.111. La alta población de
plantas que caracteriza los bancos forrajeros, crea condiciones de fuerte
competencia por los nutrimentos disponibles en el suelo. Además, como
consecuencia de la extracción de nutrimentos a través del forraje cosechado (Pezo
et at 1993), la fertilidad del suelo se hace limitante más tempranamente cuando los
bancos son manejados bajo corte que en pastoreo. A manera de ejemplo, en un
banco forrajero de morera (Mows spp.) mantenido en un suelo de fertilidad
moderada y sometido a cortes periodicos, Oviedo (1995) estimo que la extracción
de nutrimentos fue de 255, 25, 154, 156 y 38 kg de N, P, K, Ca y Mg/ha/a-nt),
respectivamente. Cuando no se reponen los nutrimentos extraídos en el forraje
cortado, el sistema de-grada muy pronto. Este deterioro se manifiesta primeramente
en una menor capacidad de rebrote después de las podas, seguidas por la pérdida
de plantas, y finalmente con la invasión de malezas. Este tipo de efectos han sido
detectados tanto en bancos constituidos per leguminosas fijadoras de nitrógeno,
como en aquellos con otras leñosas perennes
En bancos de E. berteroana y G. sepium mamenidos dentro del esquema de "corte
y acarreo", Romero et al. (1993) observaron que la productividad declino hasta
26
menos de la mitad al cabo de tres altos de manejo extractivo, aun cuando se
trabajaba en suelos de fertilidad media [Acetato 7.12]. Por otro lado, Benavides et
at (1994) y Oviedo 1995 mostraron un comportamiento similar en el caso de la
morera (Monts sp.) no fertilizada. En cambio, aplicaciones de estiercol equivalences
al nivel de extracción de nitrógeno 1360 kg de N/ha/año), permitieron mantener una
producción de biomasa comestible superior a las 12.0 t MS/ha/año.
Las investigaciones en el área de la nutrición mineral de leñosas forrajeras son
escasas. La mayoría de ellas han estado orientadas a determinar la respuesta de
estas a diversas dosis de fertilizante, lo cual resulta en recomendaciones "sitio
específicas", con un potencial de extrapolación limitado [Aceta-te 7.14]. Se
desconocen los requerimientos internos y externos de nutrimentos para la mayoría
de leñosas forrajeras, excepto para Leucaena leucocephala, en la cual Ruay-
soognern et at (1989) determinaron que si bien la mayoría de nutrimentos eran
requeridos en cantidades similares a las observadas para muchas leguminosas
herbaceas tropicalles, esta especie tenga una fuerte demanda por fosforo (225 kg
P/ha) y calcio (230 kg Ca/ha) ante la falta de información específica sobre los
requerimientos nutricionales para la mayoría de las leñosas perennes utilizadas en
bancos forrajeros, se sugiere que la dosis a aplicar durante el establecimiento se
defina con base en la información obtenida del análisis de suelo y las
recomendaciones disponibles para otras forrajeras de corte, en cambio para la
fertilización de mantenimiento deberá tomarse en cuenta la producción de fitomasa
y la concentración de nutrimentos en la biomasa cosechada, para estimar la
cantidad de nutrimentos extraídos con base a ella, además debe considerarse un
valor para la eficiencia de utilización de los nutrimentos incluidos en los fertilizantes
aplicados.
27
densidades y los arreglos espaciales pueden ser regulados por el hombre, lo que
significa que se pueden manejar las interacciones
Plantación
en términos generales, el espaciamiento dependerá de los hábitos de crecimiento
de las especies utilizadas, la calidad del sitio, el tiempo de mantenimiento y de otros
beneficios que se desee obtener (leña, frutas, madre, postes, otros.=. con base en
estos criterios puede anticiparse el manejo adecuado
28
plantan a mayor espaciamiento se desperdicia terreno, y si se plantan más
lejos se pierde efecto de protección
Fertilización
el tratamiento del árbol o arbusto es similar a cualquier cultivo, y podría requerir
fertilización para tener un periodo de crecimiento rápido en la etapa inicial, la
fertilización debe hacerse con base en las características del sitio
Manejo de plagas
La sanidad de la cortina es muy importante para evitar la propagación de
enfermedades y plagas y para mantener una buena conformación de la cortina. La
cortina puede ser un hospedaje de insectos y animales, por lo que es conveniente
incluirlas en el manejo de plagas de la finca
29
Secuestro de carbono para los diferentes sistemas silvopastoriles
Sistemas agroforestales tienen dos beneficios principales para conservar C 1)
almacenaje directo de C a corto y mediano plazo (décadas hasta siglos) en los
árboles y el suelo y 2) reducción indirecta de la emisión de los gases invernadero
causada por la deforestación y la agricultura migratoria (Dixon 1995). Sistemas
silvopastoriles en comparación con pastos puros pueden conservar mejor la materia
orgánica en los suelos, especialmente en suelos ácidos y pobres en nutrientes. De
acuerdo con Ibrahim (sin publicar, citado por Velasco 1998) un sistema silvopastoril
con Acacia mangium incrementó la materia orgánica significativamente en solo
cinco años de pastoreo. Sin embargo, la simbiosis de este árbol con los hongos
micorrízicos puede alterar este proceso.
En un suelo de fertilidad media, Typic tropofluvent, en la zona norte de Costa Rica
se estudió el impacto de la regeneración natural de Cordia alliodora en pastos
Panicum maximum, sobre el carbono orgánico almacenado en el suelo. El sistema
se puede denominar como pastoreo bajo árboles dispersos, que en los últimos 15
años se presenta frecuentemente en la zona Atlántica de Costa Rica. Los tres
diferentes grupos de regeneración de C. alliodora de acuerdo con su
establecimiento (< 3, 3-7, > 7 años) mostraron valores parecidos de 180-200 Mg C
ha-1 (Lopez et al. 1999). Se concluyó que para las condiciones del sitio estudiado,
la ganancia neta de carbono de este sistema se encuentra en la madera producida
a largo plazo para fines de construcción sin perjudicar al carbono orgánico
almacenado en el suelo.
En los diferentes sistemas silvopastoriles la producción y extracción de madera
para construcción, leña, carbón, postes etc., puede reducir la presión sobre los
recursos naturales de los bosques y los combustibles fósiles, de manera que hay
un impacto indirecto positivo sobre la conservación del carbono en otros
ecosistemas. Sistemas silvopastoriles con árboles dispersos no permiten la quema
de los pastos, otra fuente de emisión de CO2, que todavía se usa en la regeneración
de las pasturas.
30
IMPACTOS SOCIALES, ECONOMICOS Y AMBIENTALES DEL
SISTEMA
31
Restauración de los suelos degradados
32
Entre los resultados benéficos de los sistemas con árboles (Ríos et al. 2007) se
halla el mejoramiento de las micro presas, al facilitar la infiltración del agua y la
recarga de los acuíferos. Sin embargo, el servicio ambiental hídrico es el menos
estudiado en la actividad ganadera (Beer et al. 2003). Estudios de Nepstad et al.
(2002) señalan que durante una severa temporada de seca en Brasil, la
disponibilidad de agua, a una profundidad de 2 - 8 m, disminuyó de 380 mm en el
bosque a 310 mm en la pastura degradada. La disminución en la disponibilidad de
agua en el suelo de la pastura degradada significa que el ecosistema almacena
menos precipitación con respecto al bosque, y existe menor filtración a los acuíferos
o escorrentía sub-superficial a los arroyos en la época lluviosa. Al final de la seca,
el bosque puede almacenar, adicionalmente, 770 mm de agua en los primeros 8 m
del suelo, comparados con los 400 mm en la pastura. Esto significa que, en el
paisaje con dominancia de pasturas, la escasez de agua puede convertirse en un
punto crítico, especialmente en las regiones áridas o semiáridas. Las fincas
ganaderas con sistemas silvopastoriles de árboles dispersos en las pasturas,
bancos forrajeros y cercas vivas, contribuyen a disminuir el efecto de la
contaminación de las aguas (Auquilla 2005), aumentan su capacidad de retención
en las praderas, ayudan a la infiltración y protegen el suelo, los manantiales y las
quebradas. Por ello, la planificación de las fincas ganaderas, en función de la
protección de los recursos existentes, puede contribuir a regular y conservar los
recursos hídricos mediante la arborización, la adopción de sistemas silvopsatoriles
y las prácticas de conservación de suelo. Otros estudios, realizados por el proyecto
GEFSilvopastoril en Esparza, Costa Rica, demuestran que la escorrentía fue
significativamente más alta en las pasturas degradadas (42 %), con respecto a los
bancos forrajeros con leñosas perennes (3 %), bosques secundarios jóvenes (6 %)
y pasturas con alta densidad de árboles (12 %). Esto significa que los usos de la
tierra con alta cobertura arbórea, en las condiciones donde se realizó el estudio, son
beneficiosos para la captura de agua. Cárdenas et al. (2007) refieren que la
implementación de bosques riparios en fincas ganaderas, así como la protección de
las fuentes de agua del ganado, conducen al mejoramiento de las condiciones
biológicas y químicas del agua.
Secuestro de carbono
Conservación de la biodiversidad
34
Actualmente no existe información abundante que relacione la importancia de los
sistemas silvopastoriles en la conservación de la biodiversidad. La conversión de
bosques en pasturas amenaza la sobrevivencia de muchas especies. Sin embargo,
el efecto en la biodiversidad de los bosques podría ser menor, si los productores
mantuvieran especies forestales o rodales de árboles en las pasturas, ya que estos
sirven como productores de semillas y como fuentes de hábitat y alimento para los
animales (Kabir y Webb 2009). El manejo y las condiciones medioambientales de
los sistemas silvopastoriles ejercen una marcada influencia en la actividad y
diversidad de los organismos del suelo. En estos sistemas, tienen gran importancia
la disponibilidad de alimentos, la variabilidad en su composición, en términos de la
riqueza florística, y los demás factores edáficos y culturales. Esto demuestra que en
los ambientes con mayor complejidad biológica se pueden crear condiciones que
favorecen el mejoramiento de las características del suelo, como resultado de la
actividad de los organismos presentes en él. Diversos autores han informado
tendencias similares. Sadeghian et al. (1999) encontraron mayor actividad biológica
en suelos de un bosque secundario, al compararlos con cultivos vecinos de caña de
azúcar. La caña presentó valores más bajos, cuando se sometió a la quema antes
de la cosecha. La introducción de árboles en las pasturas puede crear condiciones
favorables mediante el aporte de materia orgánica, el reciclaje de nutrientes, el
mejoramiento del contenido de humedad en el suelo y la disminución de la
temperatura (Wilson 1996). Sin embargo, esto depende, entre otros aspectos, de la
densidad, altura, arquitectura y fenología de la especie arbórea. Algunas
modalidades silvopastoriles, como los linderos, las cortinas rompevientos, las
cercas vivas u otras plantaciones forestales, en línea a lo largo de las orillas de las
pasturas, son sistemas diseñados por el hombre, y muchas veces modificados por
la naturaleza. La conexión de estos sistemas en forma de corredor influye en el
movimiento de los animales y en la dispersión de las plantas (Casasola et al. 2009).
De esta forma, pueden tener funciones de biocorredores importantes en paisajes
agrícolas, caracterizados por ecosistemas fragmentados que aumentan la
biodiversidad. Estudios realizados por Alonso et al. (2007) demostraron un aumento
significativo en la riqueza de especie y el índice de diversidad biológica de Shannon,
a medida que se desarrolló un sistema silvopastoril leucaena-guinea, en la
macrofauna del suelo, las aves y los insectos asociados al sistema. Este resultado
se relacionó con la diferencia que se obtiene con los sistemas silvopastoriles en el
número de estratos vegetales y con la presencia de un estrato medio de arbustos
de leucaena, que conjuntamente con el tiempo de explotación del sistema,
propiciaron un aumento de la productividad total del sistema, la diversidad vegetal
y, por tanto, del número de especies asociadas. Sin embargo, los sistemas
silvopastoriles con árboles dispersos parecen limitados para lograr este objetivo,
debido a que el libre pastoreo de los animales elimina regularmente la regeneración
natural, en especial en plantas que dependen de la acción del viento para su
dispersión. En la región de Monteverde, Costa Rica, 25 % de las 400 especies
35
estimadas encontraron su hábitat adecuado en las cortinas rompevientos, ubicadas
en pastos de Cynodon nlemfuensis, usados para la producción lechera. Las aves
(89 especies diferentes) usaron las cortinas como hábitat y fueron los vectores más
importantes para la diseminación de las semillas de estas especies, especialmente
cuando la cortina estaba conectada con el bosque. Estos sistemas silvopastoriles
son un apoyo potencial considerable para la conservación de especies forestales
dentro de este paisaje agrícola (Harvey 2003). Se puede considerar que los
sistemas silvopastoriles pueden desempeñar una función importante en la
implementación exitosa del corredor biológico mesoamericano, debido a que los
pastos cubren un área mayor en esta región. Sin embargo, la información disponible
acerca de su contribución a la conservación de la biodiversidad es escasa. Se
refiere, sobre todo, a la regeneración de especies forestales y al movimiento de la
fauna. Se espera que los corredores proporcionen camino, fuente y hábitat para las
especies nativas y exóticas de la fauna (Lang et al. 2003). El inventario de las
especies de plantas y fauna en los diferentes corredores de un paisaje son
esenciales para su diseño y manejo exitoso.
36
provocó cambios importantes hacia los sistemas silvopastoriles, a costa de reducir
las pasturas degradadas.
37
leucaena y prosopis. En trabajos realizados por Acciaresi et al. (1994) para evaluar
diferentes densidades arbóreas (625, 416, 312, 250 y 0 árboles ha-1) se informó
que, en la producción forrajera, la penetración de la luz disminuye al aumentar la
densidad de árboles. Así, la producción de forraje fue menor en el tratamiento donde
hubo mayor cantidad de árboles. Estos autores concluyeron que la calidad y
cantidad de la radiación solar fue, aparentemente, el factor limitante fundamental en
el crecimiento del pasto. En los sistemas silvopastoriles, el efecto de la sombra y de
la asociación con leguminosas arbóreas muestra resultados variables en la
literatura, en lo que respecta a la calidad del forraje. Samarakoon et al. (1990)
señalan que la sombra causa un pequeño aumento en los porcentajes de
digestibilidad de varias especies de gramíneas; Castro et al. (1999) refieren que los
reduce, y Norton et al. (1991) informan que no se produce alteración.
Investigaciones realizadas por Alonso et al. (2005), en el Instituto de Ciencia Animal
(ICA) de Cuba, señalan que durante la evolución del sistema silvopastoril leucaena-
guinea hubo un marcado efecto en el porcentaje de MS de la gramínea en todos los
años de siembra, independientemente del comportamiento estacional que presenta
este indicador en las gramíneas tropicales (Herrera 2003). En la medida que avanzó
el tiempo de explotación del sistema silvopastoril, el porcentaje de MS del estrato
herbáceo fue menor (P < 0.001) y reflejó estabilidad estacional, en ambos períodos
climáticos, con mayor tiempo de explotación del sistema. La disminución en el
porcentaje de MS durante la evolución del sistema puede ser reflejo del aumento en
el período vegetativo, y de una maduración más tardía del pasto bajo sombra
(Carvalho et al. 2001). Estos resultados evidencian las bondades de la integración
de especies de gramíneas mejoradas con árboles leguminosos en sistemas
silvopastoriles y demuestran que en el silvopastoreo leucaena-guinea el porcentaje
de PB en la gramínea se incrementa con el tiempo de explotación del sistema. El
aprovechamiento de la fijación biológica del nitrógeno atmosférico a través del árbol,
y el aporte que realizan ambos componentes a la hojarasca, son algunas de las
causas de este incremento, que puede obtenerse en otras asociaciones. Castro et
al. (1999) señalaron que el efecto de la sombra aumenta la concentración de N y,
consecuentemente, los tenores de PB del pasto. Mahecha et al. (1999) plantearon
que el contenido de proteína bruta de la gramínea (C. plectostachyus) en
monocultivo es muy inferior al que se encontró cuando se asoció con leucaena o
algarrobo (Albizia lebbeck). Estos autores destacaron que la gramínea asociada
alcanzó contenidos de proteína similares a cuando se fertilizó con 400 kg de N ha-
1 año-1. Se ha informado además, que la fibra bruta disminuye en el pasto guinea,
cuando se asocia en sistemas con árboles durante el período poco lluvioso
(Fassbender 1993), y se relaciona directamente con el efecto de la sombra.
Diversos estudios que utilizan estos sistemas indican mejoras en la fertilidad del
suelo, eficiente reciclaje de los nutrientes e incremento en la producción de biomasa
del pasto base y total, con la consiguiente mejora de la calidad nutricional de la
pastura asociada (Crespo 2008). Sin embargo, el efecto evolutivo del silvopastoreo
38
en la composición bromatológica del pasto base es un aspecto poco abordado
(Alonso 2004).
39
ofrece 640 kg MS ha-1. En ambos casos representa el 20% de la disponibilidad de
pasto lograda en la época de lluvias (Holmann 2001). Es importante mencionar que
en algunas regiones de Centroamérica los pastos nativos o naturalizados detienen
totalmente su producción (se secan), entrando a un estado de letargo o descanso
fisiológico a causa de la ausencia de agua y flujo de nutrimentos. Este es un período
crítico para el productor, que de no contar con estrategias de alimentación
complementarias a las pasturas, es posible que se encuentre afectado por la muerte
de animales. Este fenómeno se ha incrementado en los últimos años y se le conoce
como efecto del alargamiento de los períodos secos en algunos sitios.
Las pasturas con una cobertura arbórea entre 20% y 30% ofrecen beneficios a nivel
económico y ecológico en comparación con aquellas pasturas degradadas con
pocos o sin árboles. Desde el punto vista económico, el efecto de la sombra
incrementa la producción de leche dentro de un rango de 10% a 22% en
comparación a potreros sin árboles. Esto se atribuye a una menor temperatura
ambiental bajo sombra de los árboles, que reduce el estrés calórico del ganado, lo
cual está asociado con una baja tasa respiratoria; esto permite gastar menos
energía y consumir más alimento (Souza 2002, Betancourt et al. 2003)
40
al. 2002, Burle et al. 2003, Jiménez 2007) (cuadro 6.3). La respuesta del animal
(leche y/o carne) dependerá de la calidad y disponibilidad de la dieta basal (sea
pasto de piso o de corte/acarreo) y de otros suplementos proteínicos y/o
energéticos. Por otro lado, los análisis financieros de los bancos forrajeros, en
términos de tasa interna de retorno, son positivos y varían entre 17% y 35% (Jansen
et al. 1997, Jiménez 2007, Sánchez 2007, Turcios 2008).
Lo anterior refleja el potencial de los bancos forrajeros de leñosas para la adaptación
al cambio climático en fincas ganaderas mediante la implementación de los
sistemas ganaderos, en especial durante las sequías prolongadas y para mantener
una rentabilidad del sistema. Con estas características sobresalen las especies
leñosas Leucaena leucocephala, Cratylia argentea y Albizia lebbeck
41
RECOMENDACIONES PARA SU ADOPCIÓN
42
Hacer rotación de fertilizantes químicos y orgánicos de acuerdo al análisis
de suelo de manera que se devuelvan los nutrientes del suelo en caso de
presentar déficit
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