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SISTEMA AGROSILVOPASTORIL

MANEJO Y CONSERVACION DE SUELOS

TRABAJO PRESENTADO POR: JULIÁN CAICEDO ALVIS


CODIGO: 030000492014

TRABAJO PRESENTADO A: MIGUEL ANGEL AYARZA MORENO

UNIVERSIDAD DEL TOLIMA


FACULTAD DE INGENIERIA AGRONOMICA
PROGRAMA DE INGENIERIA AGRONOMICA
IBAGUÉ-TOLIMA
2019-A
INDICE

 Introducción………………………………………………………………………..1
 Importancia regional, nacional y global del sistema de producción……..........2
 Componentes del sistema de producción ……………………………………..10
 Eficiencia del uso del agua, el suelo y los nutrientes en el sistema en
comparación con los sistemas convencionales ………………………………12
 Prácticas de manejo del suelo del sistema …………………………………...13
 Impactos sociales, económicos y ambientales del sistema …………………29
 Recomendaciones para su adopción…………………………………………..40
 Bibliografía ……………………………………………………………………….41
INTRODUCCIÓN

Los sistemas agroforestales son formas de uso y manejo de los recursos naturales
en los cuales especies leñosas (árboles, arbustos, palmas) son utilizadas en
asociaciones deliberadas con cultivos agrícolas o con animales en el mismo terreno,
de manera simultánea o en una secuencia temporal (CATIE, 1986). Las técnicas
agroforestales son utilizadas en regiones de diversas condiciones ecológicas,
económicas y sociales. En regiones con suelos fértiles los sistemas agroforestales
pueden ser muy productivos y sostenibles; igualmente, estas prácticas tienen un
alto potencial para mantener y mejorar la productividad en áreas que presentan
problemas de baja fertilidad y exceso o escasez de humedad de los suelos. En
general, la aplicación de técnicas agroforestales puede consolidar o aumentar la
productividad de establecimientos agropecuarios y plantaciones forestales de
diversas dimensiones o, por lo menos, evitar que haya degradación del suelo o
merma de la productividad en el curso de los años. 92 Sistemas
agrosilvopastoriles... Los sistemas tradicionales de uso de la tierra en los trópicos
han enfatizado más en la reducción de los riesgos de las cosechas que en el logro
de una producción óptima. El deterioro de la capacidad productiva de la tierra se
debe, en gran parte, a la deforestación y al uso inapropiado de los recursos; ésos
problemas surgen por el aumento de la demanda por el uso de la tierra, el
crecimiento demográfico, las cuestiones económicas para intensificar la producción

Tipos de sistemas silvopastoriles.


 Cercas vivas con especies leñosas (arbóreas y arbustivas).
 Bancos de arbustivas forrajeras.
 Leñosas perennes con cultivos de pastos en callejones.
 Árboles dispersos en potreros.
 Pastoreo en plantaciones con árboles maderables o frutales.
 Cortinas rompe vientos.

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IMPORTANCIA REGIONAL, NACIONAL Y GLOBAL DEL SISTEMA
DE PRODUCCIÓN

Estadísticas de área bajo el sistema

Regional

Fuente: fichas territoriales especializadas 2015

En el cuadro anterior se puede observar que existe una relativa proporcionalidad


entre las diferentes variables por uso del suelo del municipio de Ibagué.
Observándose entonces un igual porcentaje de tierras dedicadas al área de pastos
y de cultivos agrícolas con un 33% cada uno. Siendo menor bosques y arbustos,
con 20% y 14% respectivamente.
Ganadería
En el censo ganadero del municipio de Ibagué se observa que la población bovina
en el año 2015 correspondió a 37.170 cabezas y que para el año 2016 presentó un
descenso correspondiente al 11% de los animales; para el año 2017 se reporta un
crecimiento de la población de 3.787 cabezas de ganado, incremento equivalente
al 10,3% con respecto al año inmediatamente anterior. Se observa que la
producción porcina es la segunda especie en orden de importancia, encontrando
que en el año 2015 el número de animales correspondió 10.172 y para el año 2016
disminuyó en un 26%. Posteriormente en el año 2017 se observa una leve
recuperación en el censo porcino correspondiente a 836 animales adicionales.

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Con respecto a las producciones equinas, bufalinas ovinas y caprinas, se observa
que son producciones de impacto reducido en el municipio de acuerdo con el
número de ejemplares que reporta cada una, exceptuando la producción equina que
no cuenta con un potencial productivo comercial importante, sino como medio de
transporte y fuerza de trabajo necesaria para la realización de las labores en la zona
rural. En 2015 el ICA presentó las cifras del censo pecuario nacional en el cual se
identificaron 1.450 predios dedicados a la producción bovina, mientras que para el
año 2016 se presentó una disminución de 80 predios, es decir que solo en1.370
predios se realizó actividad ganadera bovina y para el 2017 la cifra se mantuvo
estable. El corregimiento de mayor importancia con respecto a la cantidad de
cabezas reportadas por el Comité de Ganaderos del Tolima corresponde a Buenos
Aires con un 28% del total del censo bovino, en segundo lugar, se encuentra
corregimiento del Totumo con un 11% de participación en el censo bovino; estos
sectores corresponden a zonas de topografía plana del municipio de Ibagué que
cuentan con vocación ganadera por tradición.

Fuente: ICA

3
Fuente: comité de ganaderos
Colombia

En Colombia hay estadísticas contundentes referentes a los sistemas


agrosilvopastoriles En COLOMBIA la ganadería bovina se encuentra bajo sistemas
de producción extensiva el cual es un 70%, pero el dato estadístico de las
producciones agrosilvopastoriles en el país esta lejos de ser veraz y permitir un
importante diagnóstico de renglón de produccion pecuaria como agrícola.

Figura 1. Inventario bovino en un periodo 2004-2009 según el DANE

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Esta grafica da un vistazo de la disminución del número de cabezas de ganado
bovino que pasaron de ser en el año 2004 alrededor de unas 301.000 cabezas de
ganado pasaron a ser cerca de 249.000 para el año 2009 percibiendo una
disminución en las producciones netamente extensivas, la baja diversidad en los
sistemas productivos ganaderos hace que se presenten disminuciones en contextos
donde la ganadería es parte fundamental de la economía nacional.

La importancia de los sistemas agrosilvopastoriles se refleja en el aporte arbóreo en


produccion ganaderas como en la disminución del impacto generado por esta
actividad económica.En Colombia el área dedicada a las plantaciones forestales
comerciales es relativamente pequeña. Se calculan unas 166 000 hectáreas
(Etter, 1998) que se localizan principalmente en la región andina y en pequeña
proporción en la Caribe y Orinoquia. La mayoría de los cultivos de Eucalyptus, Pinus
y Cupressusse destinan para la producción de celulosa. La alta densidad de árboles
por hectárea,la tecnología utilizada para el cultivo y los terrenos pendientes limitan
en forma drástica el uso de animales asociados a las plantaciones. De manera
diferente en las tierras bajas, donde existen cultivos de maderas finas como
la teca (Tectonia grandis),la ceiba roja o tolúa(Bombacopsis quinata), el ocobo
o roble morado (Tabebuia rosea), la melina (Gmelina arborea)y otros de la
región Caribe, la invasión de gramíneas incrementa a tal punto los costos de
mantenimiento que en muchos momentos hace inviable el negocio. Ante la iliquidez
en el ciclo de la producción de madera, el pastoreo de ganado en estas plantaciones
se convierte en la salvación financiera de la inversión. Este es el caso de la
empresa privada Reforestadora de la Costa S.A. y su proyecto La Gloria que
sembró 4 200 ha de estas especies. Entre 1985 y 1996 se han mantenido
entre levante y engorde 15 148 animales pastoreando debajo de las
plantaciones. Ellos aportan casila mitad del costo total del proyecto (Londoño,
1996).

Algunos se localizan en las regiones de frontera de la selva húmeda en la


Amazonia y el Pacífico, como sistemas de transición en los que el ganado
penetra en los bosques y consume múltiples especies del sotobosque y frutos
de árboles del dosel. En muchos casos preceden o contribuyen al
establecimiento definitivo de las praderas, pero también son el resultado dela
incapacidad de controlar la sucesión vegetal debido a las precarias condiciones
económicas, la extensión territorial o los fenómenos de migración de los colonos
(enfermedades, inundaciones, violencia). En general se desarrollan en suelos

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muy ácidos, con mínimo fósforo y bases intercambiables, así como toxicidad
de hierro y aluminio. Los parámetros productivos son muy bajos y los impactos
ambientales muy fuertes
En zonas de ganadería establecida durante mucho tiempo (décadas y hasta siglos),
en las regiones Caribe, Andina y aun en la Orinoquia, Amazonia y Pacífico, otros
sistemas silvopastoriles se pueden encontrar en praderas con especies vegetales
que pudieron hacer parte de las selvas originales o que con el tiempo
colonizaron los espacios abiertos. Varias especies de palmas (Acrocomia
aculeata, Attalea butyracea, Ceroxylon quindiuense y C. alpinum, Copernicia
tectorum, Mauritia flexuosa, Roystonea regia, Sabal mauritiiformis, Syagrus
zancona y Wettinia sp.) En forma de rodales puros o mixtos se encuentran
asociadas con praderas en esta categoría
En los bordes entre las sabanas nativas y los bosques de galería, los árboles
y arbustos resistentes al fuego como el alcornoco (Bowdichia virgiliodes),el
chaparro (Curatella americana) y el chaparro manteco (Byrsonima crassifolia)
llegan a formar combinaciones de arbolitos de bajo porte en áreas de pastoreo. En
las sabanas anegadizas de la Orinoquia, el árbol llamado saladillo (Caraipa
llanorum)) forma rodales con espacios abiertos (Hernández y Sánchez, 1994) que
son pastoreados por el ganado durante muchos años. En los sistemas aluviales
de las vegas de los ríosandinos, caribes, orinocenses y amazónicos, es
frecuente la presencia de sistemas de gramíneas asociados con varias
especies arbustivas y arbóreas donde se destacan el písamo o búcaro (Erythrina
fusca) y el manteco (Laetia americana)

Fuente: fundación CIPAV

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Producción por hectárea
La producción total de biomasa en sistemas agrosilvopastoriles es generalmente
mayor que en praderas tradicionales donde se estima una producción de 10-12
toneladas materia seca/Ha/Año, este aumento se debe al aprovechamiento del
espacio vertical, que supone una mayor captación de nutrientes y
energía(Benavides,1983)

En el centro de investigación Tulenapa de la corporación colombiana de


investigación agropecuaria -CORPOICA-, en una investigación que se desarrollo
con el din de evaluar la producción y palatabilidad de varias especies arbóreas, se
encontró que el guásimo (G. ulmifolia) presenta una producción de forraje estimada
de 24.4 toneladas de forraje verde/ha/año ( 18 toneladas de materia seca por
hectárea año) con 8/cortes/año y densidad3es de 2.500 árboles por hectárea,
además presenta una palatabilidad aceptable por los animales. Estas y otras
características como persistencia y capacidad de rebrote le confiere un potencial
forrajero para ser utilizado en sistemas silvopastoriles(barba,1997)

Cuando se habla de del componente agrícola las producciones tienen a ser menores
si son medibles por hectáreas, en un contexto como este se miran producciones por
árbol o costo económico de produccion, por que hay es donde la diversidad en la
producción permite tener un flujo de caja en el corto, mediano y largo plazo haciendo
que la producción sea más resiliente que producciones de un solo producto o factor
económico.

Proyecciones de crecimiento
Las proyecciones a nivel local como a nivel son sinérgicas en donde los territorios
los ven como una opción de agro negocio, pero en términos globales los recursos
naturales y la degradación ambiental no pueden ser aislados de los procesos
económicos. La importancia de la economía en el estudio del ambiente y la
producción ha llevado a varios investigadores a integrar los sistemas sociales y
naturales. Estos modelos integrados de una manera económica-ambiental, aunque
mejorar el entendimiento de los problemas de los recursos naturales, el ambiente y
la producción.

La reducción franjas de bosque aprovechables y el incremento de la demanda de


productos forestales a nivel mundial hace pensar que es la forma mas eficiente y
sustentable de producir maderables y carne bovina en el mundo, como en nivel
local. No es solo un paliativo para el suministro local o regional es un recurso

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económico, ecológico y social desde todos los niveles territoriales en una estructura
multiestratificada, aumentando la eficiencia de captura de radiación y ocupación del
espacio horizontal y vertical del agroecosistema, y esto es con el fin de ser mas
eficientes en la producción agropecuaria, ya se debe de delimitar y aumentar más
las áreas de bosque aprovechable que solo producción agropecuaria extensiva.

La sostenibilidad en un agroecosistema significa producir sin dañar el ambiente y


que sea r3entable. De manera que el requerimiento mínimo para lograr este objetivo
debe considerar la parte productiva, ambiental y económica; pero quedaría
incompleta si no incluyendo lo social, político y cultural.

Limitaciones
DE LAS LIMITACIONES A NIVEL MUNDIAL COMO REGIONAL ES el efecto
compactante que el pisoteo del ganado tiene sobre el suelo podría estar
compensado por el efecto que las raíces tienen sobre la porosidad, capacidad de
infiltración y aireación del suelo. Sin embargo, este punto requiere de comprobación;
la velocidad de caída y el tamaño de las gotas de agua de las copas de los arboles
a las plantas del estrato inferior puede causar daños a las flores y frutos de estas.

Prácticas como cosechas mecanizadas de cultivos henificación o ensilado se ven


dificultades por la interferencia de los arboles a menos que la plantación de estos
se planifique con estos fines en mente, ya sea usado líneas simples o franjas. En
muchas ocasiones algunos Sistemas Agrosilvopastoriles han sido considerados
prácticas de subsistencia y como este término está cargado de connotaciones
negativas, podrían no ser aceptados en un ámbito más amplio. Además, intentos
para mejorar los pueden interpretarse como la búsqueda de medio para mantener
el estatus de pobreza o subsistencia del pequeño productor.

El grado de desconocimiento de técnicas agrosilvopastoriles y la falta de personal


entrenado hace que el avance previsto se vea disminuido por escasez de recursos
y por la complejidad del tema. La experimentación formal de estas combinaciones
es compleja no solo desde el punto de vista práctico sino también un compromiso
académico de las instituciones para asumir este reto.
 Oportunidades
La importancia de los sistemas silvopastoriles puede verse reflejada al
analizar el beneficio que desempeña el componente arbóreo sobre la
actividad ganadera y sobre el medio ambiente.

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Los sistemas silvopastoriles generan diversidad de beneficios tangibles e
intangibles aprovechando una misma unidad de área para diversos
propósitos.dentro de un orden económico se encuentran la posibilidad de
percibir ingresos a corto, mediano y largo plazo de los diferentes productos
tanto animales como vegetales y aumento de valor de las tierras por las
mejoras que presentan los suelos, aguas y paisajes; en lo ambiental se
encuentran la captura de carbono, el confort térmico y el aumento y
protección de la diversidad biológica del área.(DANE,2012)

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COMPONENTES DEL SISTEMA DE PRODUCCIÓN

Descripción del componente

Beneficio del componente arbóreo como modificador del ambiente para los
animales y su efecto en la producción animal. Las condiciones climáticas afectan al
animal, pudiendo ser estas negativas como son la fotosensibilidad o conceptos de
estrés disminuyendo la eficiencia productiva de los animales. Las temperaturas
extremas y sus variaciones bruscas son las que más daño producen al animal,
siendo la combinación de alta temperatura y humedad la más perjudicial. La
inclusión de árboles en los potreros permite el suministro de sombra para los
animales y de esta forma la protección contra factores climáticos como la lluvia y la
radiación. Muchos estudios hablan del confort que le brindan los arboles a los
animales en los sistemas silvopastoriles, inclusive se tienen reportes de
observaciones de campo en donde el ganado sigue comiendo en horas calurosas
cuando el potrero esta abastecido de árboles de forma homogénea en el potrero
mientras que disminuyen el pastoreo en sistemas de monocultivo. Sin embargo,
pocos estudios han cuantificado su efecto fisiológico.

En el siguiente diagrama esquematiza como es un sistema agrosilvopastoril y sus


componentes segun Bronstein.

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Uno de esos componentes de un sistema agrosilvopastoril es la sostenibilidad y
esta cumple unas metas en el sistema productivo como es satisfacer necesidades
energéticas de los agricultores, asegurar una dieta balanceada y adecuada no
solo al bovino si no al agricultor. Y ayuda a fortalece3r vínculos solidarios entre
miembros de la comunidad local.

Producción por ha,por ciclo etc.


Según CARLOS LUCERO La transformación de bosques en pastizales en áreas
agrícolas del trópico americano no ha permitido mantener niveles adecuados de
carbono orgánico en el suelo (COS) (Amézquita et al. 2004). Sin embargo, la
agroforestería ha demostrado mantener o incrementar potencialmente los niveles
de COS, lo cual constituye una alternativa simple de cultivo sostenible. En esta
línea, los resultados obtenidos en Costa Rica demostraron que el sistema de
cultivos acompañantes, durante 19 años ininterrumpidos, capturó mayor cantidad
de CO2 en la vegetación y recogió mayor cantidad de carbono en el suelo, con
respecto al sistema con gramíneas solas. Esa mayor asimilación de COS en el
sistema se debe a la mayor entrada de C procedente de los residuos de cosecha,
así como a las hojas y a las ramas de los árboles (Oelbermann e Ibrahim 2006)

11
EFICIENCIA DEL USO DEL AGUA, EL SUELO Y LOS NUTRIENTES
EN EL SISTEMA EN COMPARACIÓN CON LOS SISTEMAS
CONVENCIONALES.

En América latina somos pocos eficientes en el uso del recurso agua ya que
hacemos una reducción de ecosistemas naturales especialmente de los bosques
en áreas montañosas y en menor proporción de los humedales para tener
sistemas de produccion no acordes con la función y el uso más adecuado a la
tierra.

En términos generales los pastizales que contienen únicamente gramíneas


perennes sin árboles muestran poca capacidad para reciclar nutrientes y el N del
suelo tiende a inmovilizarse durante prolongados periodos de tiempo. Para superar
estas desventajas, el establecimiento de sistemas agrosilvopastoriles demuestra
ser efectivo para aumentar el secuestro de carbono del aire y el aumento de la
fertilidad de los suelos. Los sistemas agrosilvopastoriles conducen a la
sostenibilidad de los ecosistemas y constituyen una necesidad imperiosa para
recuperar la fertilidad de los suelos degradados en las regiones ganaderas del
trópico americano.
El manejo de gramíneas, acompañadas con arboles permite que una fracción
representativa de nutrientes, que se extrae de la solución del suelo, retorne a ella
mediante la deposición de follaje y de residuos del pastoreo o por las podas en la
superficie del suelo. Esta mayor deposición de MO contribuye a modificar las
características físicas del suelo, principalmente su estructura (sadehian et al. 1998)

La transformación de bosques en pastizales en áreas agrícolas del trópico


americano no ha permitido mantener niveles adecuados de carbono orgánico en el
suelo (COS) (Amézquita et al. 2004). Sin embargo, la agroforestería ha demostrado
mantener o incrementar potencialmente los niveles de COS, lo cual constituye una
alternativa simple de cultivo sostenible. En esta línea, los resultados obtenidos en
Costa Rica demostraron que el sistema de cultivos acompañantes, durante 19 años
ininterrumpidos, capturó mayor cantidad de CO2 en la vegetación y recogió mayor
cantidad de carbono en el suelo, con respecto al sistema con gramíneas solas. Esa
mayor asimilación de COS en el sistema se debe a la mayor entrada de C
procedente de los residuos de cosecha, así como a las hojas y a las ramas de los
árboles (Oelbermann e Ibrahim 2006).

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El manejo de las cuencas hidrográficas juega un papel fundamental en la
conservación del recurso agua. Al nivel de la cuenca la cobertura vegetal,
especialmente los bosques nubosos, regulan el ciclo hidrológico (Walling 1980). Las
especies de bosque nuboso están adaptadas para satisfacer sus necesidades de
agua, interceptando agua de las nubes una vez que estas son normalmente
envueltas en nubes o neblina. Bajo condiciones de precipitación normal la
interceptación de la lluvia por las copas de los árboles reduce la cantidad de agua
que cae al suelo (Ibrahim et al. 2001). La presencia de árboles afecta la dinámica
del agua de varias formas: actuando como barreras, las cuales controlan la
escorrentía; como cobertura, la cual reduce el impacto de gota, y como mejoradores
del suelo, incrementando la infiltración y la retención de agua (Young 1997).
Pasturas bien manejadas con bajas presiones de carga animal, lo cual mantiene
una buena cobertura a través del año son muy eficientes en la captación de agua.
Los bosques de galería en las riveras de corrientes de aguas naturales y artificiales
o parches de bosque en las pendientes, mejoran la infiltración de agua dentro del
suelo y mejoran la estabilidad de los taludes, disminuyendo el riesgo de erosión.
Las tasas de evapotranspiración son mas bajas en sistemas de pasturas
sombreadas que en pasturas puras, especialmente donde estas están expuestas a
fuertes vientos. Esto conlleva a una mayor humedad del suelo bajo las copas de los
árboles comparado a suelos bajo pasturas a campo abierto. A medida que crecen
los árboles el impacto positivo sobre la humedad del suelo puede incrementarse
(Rhoades 1998). Bajo condiciones climáticas tropicales de precipitaciones con
eventos erosivos de alta frecuencia e intensidad, una cuenca hidrográfica sin
cobertura vegetal está más expuesta al impacto de gota, lo cual podría causar
severos efectos erosivos. Esto puede agravarse cuando las pasturas son sometidas
a 17 fuertes presiones de pastoreo (alta carga animal) que exponen el suelo y
conducen a la formación de cárcavas, compactación de suelo y por lo tanto a una
disminución de las tasas de infiltración y a pérdida de suelo por efecto de la
escorrentía. En algunos casos resulta en erosión severa y sedimentación de
cuerpos de agua y presas hidroeléctricas (Ibrahim et al. 2001). Un manejo adecuado
de las pasturas en el trópico debería incluir la introducción del componente arbóreo,
o alternar al menos con fragmentos de bosque (Ibrahim et al. 2001) en aras de
sostener la base productiva para satisfacer las necesidades humanas y
simultáneamente conservar su integridad. Aunque posturas ambientalistas
extremas plantean la "intocabilidad" de los sistemas como la mejor opción para
conservar los recursos naturales, las investigaciones demuestran que bajo acciones
planificadas la intervención de los ecosistemas podría mejorar la permanencia de
uno u otro recurso. En Villa Mills, Costa Rica, a 2600 2800 msnm, un bosque nuboso
natural sin explotación recuperó fuentes de agua de aproximadamente 7600 cm3
ha-1, mientras la extracción de 20 o 30 % del área basal de troncos permitió la
captación de 10500 - 9300 cm3 ha-1, respectivamente (Turcios, 1995). Los más
altos valores bajo explotación están relacionados con las menores tasas de
interceptación (34 % sin ninguna explotación, 24 o 25 % con 20 o 30 % de

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explotación, respectivamente). Una pastura en la misma región, manejada con
bajas tasas de carga (0.5 y 0.6 Unidades Animal), preserva mas agua (12800 y 9800
cm3 ha-1, respectivamente) que el ecosistema de bosque (Turcios, 1995), los
cuales podrían ser explicados por la menor interceptación de agua de las nubes, la
cual no se pierde a la atmósfera, sino que desciende al suelo debido al habito de
crecimiento erecto de las gramíneas que dominan las asociaciones de plantas en
las pasturas (Ibrahim et al. 2001). No significa esto que se este proponiendo sustituir
bosques por pasturas, sino el manejo adecuado de los ecosistemas o
agroecosistemas ya existentes.

Los árboles multipropósito sembrados en las pasturas tienen el potencial para


rehabilitar áreas degradadas y proporcionar viabilidad económica a los sistemas de
producción. En suelos ácidos Acacia mangium tiene la capacidad de incrementar el
contenido de fósforo y nitrógeno de los suelos bajo pasturas de Brachiaria
humidicola. Únicamente en suelos fértiles, los sistemas silvopastoriles con
Brachiaria brizantha y árboles multipropósito como Erythrina berteroana o Gliricidia
sepium lograron similares niveles de nutrimentos a las pasturas asociadas con
leguminosas herbáceas como Arachis pintoi (Esquivel et al. 1998). En zonas altas
con condiciones optimas para ganadería de leche, la inclusión de Alnus acuminata
en pasturas, ha mostrado potencial para restaurar la fertilidad del suelo (Russo
1990). El nitrógeno (NO3 -N ) en suelos bajo pasturas fue cuatro veces más alto
abajo del dosel de árboles de Inga sp. comparado con pasturas abiertas (Rhoades
et al. 1998). Es necesario el monitoreo de las importaciones y exportaciones de
nutrimentos en un sistema silvopastoril, pues los sistemas de corta y acarreo en
estos sistemas podrían resultar en un balance negativo de nutrimentos y conducir a
la degradación del suelo, sino se cuenta con planes efectivos de 18 fertilización.
Frecuentemente la cantidad de nutrimentos capturados por los árboles no es
suficiente para restaurar los nutrimentos exportados en los productos (Benavides et
al. 1994). En las pendientes, las barreras vivas en líneas de contorno reducen la
erosión del suelo, especialmente en aquellas áreas donde la cubierta de pastura se
ha perdido o se ha quemado al final de la estación seca y el suelo está expuesto a
las precipitaciones del inicio de la estación lluviosa. Las podas de árboles
esparcidas como cobertura muerta o "mulch", reduce la energía cinética de las gotas
de lluvia sobre las partículas de suelo. Las copas de los árboles también sirven
como un escudo contra el efecto de gota y mitiga el impacto de la intensidad de las
lluvias. Los árboles remanentes y parches de bosque en las pendientes, son
importantes barreras para la erosión del suelo, en tanto mas incrementan la
capacidad de infiltración del agua. Por el contrario, los árboles aislados también
pueden favorecer la erosión del suelo, cuando ellos representan un obstáculo en la
pendiente que incrementa la velocidad superficial del agua, iniciándose así un
proceso erosivo alrededor de la base del árbol (Glover 1989). Sistemas

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silvopastoriles que involucran cortinas rompeviento, reducen la erosión eólica (Nair
et al. 1995)

PRACTICAS DE MANEJO DEL SUELO DEL SISTEMA

Pastura en callejones
¿Qué son pastura en callejones?
Son una modificación silvopastorial de los cultivos en callejones, en el cual se
establecen especies forrajeras dentro de bandas o hileras de árboles o arbustos
leñosos. Las pasturas en callejones pueden ser utilizadas como potreros o como
ares de cultivo bajo el sistema de corte y acarreo
En los sistemas de cultivo en callejones manejados bajo esquemas de corte y
acarreo regularmente se cultivan gramíneas de crecimiento efecto y con alto
potencial de producción de biomasa. Por ejemplo los pastos de elefante
(pennisteum purpureum) y guinea (panicum maximum), que se estableen entre
hileras de leguminosas arbóreas o arbustivas (libreros et al. 1994) sin embargo, es
factible que esas gramíneas sean substituidas por otras leñosas forrajeras no
leguminosas (lopez et al. 1994; oviedo 1995) como la morera (morus spp.) o la
amapola (malvaviscus aboreus)
Cuando el propósito de las leguminosas arbóreas presentes en los callejones es
exclusivamente la protección del suelo y el mejoramiento de su fertilidad, es factible
utilizar especies poco palatables, siempre y cuando tengan un buen potencial para
la producción de biomasa por ejemplo (calliandra calthyrsus). En contraste cuando
se busca que la leguminosa provea también alimento para los animales, deberá
trabajarse como especies palatables. Sin embargo debe recordarse que la
extracción del follaje de las leñosas para ser utilizado como forraje en lugar de
¨mulch¨. Representa una exportación de nutrimentos del sistema, lo cual va a
redundar en menos producción de biomasa (Atta-Krah y Sumberg 1998; libreros et
al. 1994; Mureithi et al. 1995).

Arreglo espacial
Este tipo de sistemas se puede acortar el espaciamiento entre las hileras de la
leñosa perenne, o aumentar su densidad de siembra, con miras a promover una
mayor producción de follaje para abono verde o forraje. Esto será posible siempre

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y cuando la competencia ejercida por la leñosa no comprometa la producción de la
especie forrajera asociada. En este contexto en el sistema de cultivo de callejones
de poró (eruthrina poeppigiana) cn pasto kingrass (pennisetum purpureum x P.
typhoides), (Benavides et al 1994) encontraron que la producción de follaje de la
leñosa se incrementó al duplicar la densidad de aboles de poró (de 1666 a 3333
aborles/ha), pero no se afectó la produccion de pasto

Extracción de nutrimentos
Un factor que compromete la sostenibilidad de este tipo de sistemas, es la magnitud
de la extracción de nutrimentos a través de forraje cosechado. Por ejemplo, en una
asociación de pasto king-grass con poró (erythrina poeppigiana). En la cual todo el
follaje de la leguminosa era podada y retornado como aborno verde (libreros et al.
1994), de la exportación de nutrimentos fue de 376, 60, 767, 111, y 141 kg/ha/año,
para nitrógeno, fosforo, potasio, calcio, y magnesio, respectivamente. El no retornar
el follaje de la leguminosa disminuyo la producción de la biomasa de la gramínea,
pero resulto en mayor exportación de nutrimentos, dado el alto contenido de
nutrimentos del follaje de la leguminosa
Cuando se cultivó morera (morus spp.) en ligar del pasto king-grass (oviedo 1995),
se detectaron tendencias similares a las descritas anteriormente, solo que con la
morera fue más alta la exportación de calcio (158 kg/ha/año), pero menor para el
resto de nutrimentos (271, 25, 170, y 36 kg/ha/año para nitrógeno, fosforo, potasio
y magnesio respectivamente) . En consecuencia, si se desea mantener la
productividad de sistemas de cultivo en callejones manejados bajo corte, será
necesario prever una fuerte fertilización orgánica (Benavides et al. 1994) o mineral,
aun cuando se aplique como abono verde todo el follaje podado de la leguminosa
arbórea.
Sistemas manejados bajo pastoreo/ramoneo
En los sistemas de cultivo en callejones utilizados bajo pastoreo/ramoneo, las
leguminosas arbóreas o arbustivas proveen un forraje de calidad [Acetato 8.81, que
complementa a la vegetación herbácea que crece entre las hileras de las leñosas,
y que pueden ser pastoreadas por los animales. Además, pueden contribuir a
mejorar la fertilidad del suelo, a través de la fijación/transferencia de nitrogeno, caída
de hojas senescentes, muerte de raíces y las podas esporádicas. Para este tipo de
sistemas deben buscarse especies apetecibles para el ganado, pero no más
palatables que las forrajeras herbáceas con las que están asociadas, pues de lo
contrario puede resultar en una pobre persistencia de

Tipos de sistemas

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Los sistemas de cultivo en callejones manejados bajo pastoreo/ramoneo pueden
ser de dos tipos, unos diseñados para ser utilizados exclusivamente con propósitos
de producción animal, y otros en los que el uso con animales ocurre durante
períodos de barbecho entre series de ciclos con cultivos anua-les (Acetato 8.9). En
estos últimos, cualquier arreglo de las filas de leñosas responde a lo que es
apropiado para los cultivos anua-les intercalados en los callejones. El propósito de
la siembra de forrajeras por períodos cortos y su uso temporal con animales es para
generar ingresos durante la fase de barbecho, además de que las excretas de los
animales contribuyen a incrementar la fertilidad de esos suelos (Atta-Krah 1993).
Cuando el sistema de cultivo en callejones con forrajeras, constituye una forma más
permanente de uso de la tierra, debe tenerse cuidado en su diseño para asegurar
que los animales se desplacen con facilidad durante el pastoreo/ramoneo (Acetato
8.10), además que la leñosa debe aportar al sistema un 20 a 30% de la biomasa
potencialmente consumible (Escobar et al. 1996). A diferencia de los bancos
forrajeros pastoreados por unas pocas horas al día, en este tipo de sistemas los
animales permanecerán todo el día en los potreros con leñosas sembradas en
callejones (Pound y Martínez-Cairo 1985)

Arreglo espacial de los callejones


En los sistemas de cultivo en callejones manejados bajo pastoreo, generalmente se
recomiendan separaciones de 4 a 6 m entre fi-las de la leñosa, con 4 o más hileras
de gramíneas entre ellas (Atta-Krah, 1993). Con esos distanciamientos, es posible
sembrar en cada fila una doble hilera de leñosas, con una distancia de 0.7 -1.0 m
entre hileras (Escobar el at. 1996), para incrementar la densidad de plantación, y a
la vez darle mejor protección a las leñosas contra el daño físico de los animales
[Acetato 8.111.
En otros casos se ha utilizado distanciamientos entre hileras de las leñosas de hasta
2.5 m, colocando dos hileras de pasto entre ellas. Se argumenta que con este
arreglo hay un efecto más uniforme de la fijación/transferencia de nitrógeno y del
reciclaje de nutrimentos a través de la caída de hojas (Atta-Krah 1993) (Acetato
8.12). Sin embargo, en especies que tienden a generar muchos vástagos y
ramificaciones laterales cercanas a la base, puede dificultarse el traslado de los
animales en distanciamientos tan cortos.
Otro arreglo utilizado por Abarca (datos inéditos) para el cultivo en callejones de
Eryth-rina berteroana o Gliricidia sepium en asocio con fkachiaria brizantha, en el
trópico húmedo de Costa Rica, ha sido la siembra de las leñosas en filas
discontinuas dispuestas de manera alternada. En este arreglo la distancia entre
plantas de dos filas contiguas es de 6 m. Entre los callejones de leguminosas
arbóreas se siembran varias hileras de las especies herbáceas, de acuerdo a los
distanciamientos recomendados para sistemas que no incluyen árboles.

17
Inicio del pastoreo/ramoneo
El manejo del pastoreo/ramoneo es el factor más determinante de la persistencia
de los componentes de un sistema de cultivo en callejones, y por ende del
mantenimiento de su potencial productivo en el largo plazo (Acetato 8.13). Cuando
las leñosas presentes en los callejones han sido sembradas por semilla o con
plantones producidos a nivel de vivero, la mayoría de especies requieren de 12 a
18 meses antes de que se puedan ingresar los animales (Atta-Krah 1993).
Bajo las condiciones de trópico húmedo, es-te intervalo puede ser más corto (ocho
meses), especialmente si para la siembra se han utilizado estacas similares a las
empleadas para cercas (Jansen et al. 1997). Con ese sistema de siembra, es
posible que a los cuatro meses las leñosas presenten una buena cantidad de follaje,
pero es recomendable de-morar la poda de uniformización o el primer pastoreo,
para promover un mayor engrosa-miento de los tallos.
Pastoreo rotacional
Si bien hay acuerdo en que el sistema de pastoreo en las asociaciones de
gramíneas con leñosas perennes debe ser rotacional (Pound y Martínez-Cairo
1985; Hutton 1974; Iones 1994; Escobar et al. 1996), las recomendaciones difieren
en cuanto a la frecuencia e intensidad de defoliación (Aceta-to 8.14].
Así, para asociaciones de Leucaena leuco-cephala con pasto guinea (Panicum
maxi-mum) o Brachiaria decumbens se han propuesto períodos de descanso que
varían de 30 a 80 días, y cargas de 2.5 hasta 6.0 UA-/ha (Hutton 1974; Pound y
Martínez-Cairo 1985; Iones 1994). Por su parte, Escobar e al. (1996) señalan haber
tenido éxito al pas-torear la asociación Gliricidia sepientestrelia africana (Cynodon
nlemfuensis) con 2.5 UA/ha, en un esquema de rotación con 3 a 4 días de ocupación
y 70 a 80 días de descanso. Por otra parte, en el trópico húmedo de Costa Rica,
Abarca (datos inéditos) manejó las asociaciones de Gliricidia sepium o Erythrina
berteroana con Brachiaria brizantha, con cargas de 1.35 y 2.7 UA/ha, en un sistema
rotacional de 5 días de ocupación y 30 días de descanso. El sistema funcionó bien
para la asociación con Erythrina. berteroana, pero la G. sepium no pudo persistir.

18
Pastoreo flexible: una opción de manejo
Ante la diversidad de recomendaciones, lo más lógico es diseñar opciones de uso
para cada condición específica. Pueden considerarse los principios del "manejo
flexible del pastoreo", propuestos por Spain y Pereira (1986), para asociaciones de
gramíneas con leguminosas herbáceas [Acetato 8.151. Es-tos pueden adaptarse a
las características particulares del sistema de cultivo en calle-jones, donde los
componentes difieren en su tasa de rebrote, potencial de ser defoliados, tolerancia
a la defoliación, palatabilidad y su accesibilidad a la luz.
El "manejo flexible del pastoreo" debe estar orientado en este sistema a mantener
un balance entre los componentes y a asegurar que la persistencia de los mismos
no se vea comprometida por el sobreuso de alguno de ellos. En términos generales,
el "manejo flexible" considera que en aquellos períodos en los que las forrajeras
crecen más aceleradamente se debe acortar el período de des-canso, incrementar
la carga o alargar el período de ocupación. Además, cuando se observa una
disminución en la contribución del follaje de la leñosa a la biomasa total deberá
prolongarse el período de descansos), y acortarse cuando el remanente de follaje
después de la defoliación es alto. Además, el manejo debe incluir l apoda periodica
(no en todos los ciclos de pastoreo) a 1.0m de atura, para aquellos tallos que
superan los 2.0m
Cuando se diseñan las opciones de manejo flexible del pastoreo/ramoneo, debe
considerarse que el periodo de descanso va a ser más largo en este tipo de
asociaciones, que en pasturas de solo gramíneas. Esto porque las leñosas
presentan una menor tasa de re-brote que las gramíneas, y también porque el
crecimiento de estas últimas puede verse demorado por la interferencia ejercida por
la leñosa, si es que se usan distanciamientos.

Fertilizacion:

19
Se usa el follaje de la leñosa como abono verde y las excretas de los animales

Cerca viva
¿Qué es?
La siembra de leñosas perennes para la delimitación de potreros o propiedades
(cercas vivas) es una práctica tradicional en áreas tropicales de América Latina,
Africa y Asia (Budowski 1987; Ivory 1990). En los últimos años el sistema de cercas
vivas ha tomado mayor relevancia económica y ecológica, no sólo porque su
establecimiento puede significar un ahorro hasta del 46% con respecto al costo de
las cercas convencionales (Holmann et al. 1992), sino porque constituye un
mecanismo para reducir la presión sobre el bosque para la obtención de postes y
leña. Además, contribuye a la introducción de ár-boles en las fincas, con los
respectivos beneficios para los finqueros y el ambiente.

Especies utilizadas
Las leñosas que se utilizan en las cercas vivas no sólo sirven para delimitar del
potrero o la propiedad, sino que regularmente cumplen algún propósito adicional en
la finca (Budowski 1981; Baza, eral. 1994) (Acota. to 6.31 Algunas son forrajeras,
como es el caso de madero negro (Gliricidia sepium), poró (Erythrina beneroana, E.
fusca y E cos. tarricensis), Leucaena leucocephala; y ojoche o ramón (Brosimun
alicastrum). Otras son frutales, como el jocote (Spondias purpurea) y el marañón
(Anacardium occidentele); y también las hay ornamentales, como el itabo (yucca
elephantipes). Otras son maderables como el jiñocuave (Bursera simaruba),
pochote (Bombacopsis quinatum), ciprés (Cupressus lusitanica), cedro (Cedrella
odorata), teca (Tectona grandis), caoba (Swietenia macrophylla), guachipelín
(Diphysa robinoides)„ eucalipto (Eucalyptus spp.) y tempate (latropha turcas).
Cuando se usan especies maderables en las cercas, debe tenerse un cuidado
especial para proteger la corteza del ingreso del alambre"), lo cual afecta el valor
comercial de la madera. Esto puede resolverse mediante la utilización de hojas de
aluminio o metal en los lugares donde irán las grapas (Pezo e Ibrahim 1996).

20
Establecimiento de las cercas vivas usando arboles forrajeros:

-Material:
 Estacones de 5-15 cm de diámetro, y de 2.0 a 2.5 m de largo
 Frecuentemente provienen de árboles adultos en cercas que no fueron
podadas durante los últimos 12-24 meses
 Estacones cortados en la fase menguante

-Manejo:
 Para promover acumulación de reservas en la base, almacenarlos en
posición vertical, najo la sombra, por 1-2 semanas
 Antes de plantar, cortar el extremo basal en bisel o como invertido (tipo punta
de lápiz) y la porción distal en bisel.

-Siembra
 Entre los estacones a una profundidad de 20 a 40 cm.
 En terrenos muy húmedos, pelar un anillo en la corteza, justo en la porción
que quedara debajo del nivel del suelo
 Sembrar las estacas a distancia de 1-2 m
 De preferencia colocar el alambre de 3-6 meses después de la siembra
 Diferir de la primera poda de las cercas hasta por lo menos un año después
de establecidas

Establecimiento
Para el establecimiento de cercas vivas con leguminosas arbóreas que son
palatables para el ganado, generalmente se utilizan esta-cas de 5 a 15 cm de
diámetro y de 2.0 a 2.5 m de largo [Acetato 6.4]. De esta manera se busca que los
nuevos brotes que emergen después de su siembra queden fuera del alcance del
ganado en pastoreo (NFTA 1989; Víquez et al. 1993). Las estacas empleadas para
este propósito con frecuencia son ramas de árboles adultos presentes en las cercas,
los cuales fueron dejados por 12 a 24 meses sin ser podados. Cuando se introducen

21
especies maderables en las cercas, debe tenerse particular cuidado en la protección
de los "plantones", lo cual se consigue aplicando las mismas técnicas de siembra
"en linderos" (Ver Módulo de Árboles en Línea de esta misma Serie).
En zonas con un período de sequía bien de-finido, las siembras de estas especies
(por ej. Cliricidia sepium) se hacen de preferencia al final del período seco (NETA
1989). Los es-tacones son cortados al final de la estación seca, y se recomienda
dejarlos bajo sombra por una semana para favorecer la "cicatrización". Luego, los
estacones se dejan en posición vertical por 1 o 2 semanas, para que se acumulen
reservas en la base, lo cual favorecerá el enraizamiento. Algunos productores de
América Central consideran que las fases de la luna afectan el enraizamiento, por
lo que recomiendan cortar las estacas en la "fase de menguante".
Antes de plantar, la parte inferior del estacón se corta en bisel o como un cono
invertido (tipo "punta de lápiz"), mientras que la parte superior se corta en bisel, para
permitir que escurra el agua de lluvia. Para la siembra, los estacones se entierran a
una profundidad de 20 a 40 cm. Cuando el drenaje es pobre, se recomienda hacer
una incisión (pelar un anillo) en la corteza, en la porción que quedará justo por
debajo del nivel del suelo, para estimular el enraizamiento (Víquez et al. 1993). La
distancia de siembra entre estacas varía, aunque generalmente se usa un
espaciamiento de 1 a 2 m. Cuando se establecen cercas nuevas, se recomienda
dejarlas que enraícen por tres a seis meses, antes de colocarles el alambre; en
cambio, cuando se reemplazan estacas viejas o se "tupen" cercas viejas, puede
colocarse el alambre inmediatamente.

22
Manejo de cercas constituidas por árboles forrajeros
• La producción de follaje es función de:
- Especie utilizada.
- Edad de la cerca.
-Frecuencia de poda.
- Época del año
- Características agroclimáticas del sitio
• Para conseguir una producción alta y sostenida de biomasa comestible, es
preferible podar las cercas vivas cada seis meses, aun cuando se sacrifique algo la
calidad de la biomasa
• Áreas con un periodo seco definido, muchas de las leñosas presemes en las
cercas florecen Y Pierden sus hojas.

23
• Podas "estratégicas' a finales de la época de lluvias permiten disponer de follaje
verde durante el periodo seco durante el periodo seco.
•para obtener el follaje de madera negro (gliricidia sepium) necesario para
suplementar con proteína cruda un novillo de 300-400 kg de peso que pastorea en
potrero de pasto jaragua ((hyparrhenia rufa), se deben podar de3-5 árboles/dia por
cada animal que se vaya a suplementar.

Algunas especies utilizadas

Banco forrajero:
¿QUE ES UN BANCO FORRAIERO?
Los bancos forrajeros son áreas en las cuales las leñosas perennes o las forrajeras
herbáceas se cultivan en bloque compacto y a alta densidad (Acetato 7.11. con
miras a maximizar la producción de fitomasa de buena calidad nutritiva. Para que
un sistema de es-te tipo reciba la denominación de "banco de proteína", el follaje de
la especie sembrada debe contener más del 15% de PC. Por otro lado, si el follaje
de las forrajeras sembradas en este sistema presenta además niveles altos de
energía digerible, se le conoce como banco energético-proteico" (Pezo e Ibrahim
1996).
¿Cómo establecer un banco forrajero?
Selección de especies Para los bancos forrajeros de leñosas perennes se prefieren
especies capaces de persistir bajo un régimen de podas o defoliaciones frecuentes
e intensas, que muestren una alta tasa de rebrote, que presenten una buena
proporción de hojas y con una calidad nutritiva aceptable (Ivory 1990) (Amato 7.2).
Esta Uhima se manifiesta no solo en un alto contenido de nitrógeno o energia
24
digerible, sino también en una buena apetecibilidad (palatabilidad), para el ganado,
así como en la ausencia total o la presencia de bajos contenidos de metabolitos
secundarios (por ej. taninos, alcaloides) que perjudiquen el consumo, la
digestibilidad o la salud de los animales.
Entre las leñosas perennes con potencial de ser utilizadas en bancos de proteina
en el tropico húmedo, destacan varias especies de poró (E. lusca, E. berteroana, E.
cocleata y E. poeppigiana), madero negro (Gliricidia sepium), clavelen (Hibiscus
rosa-sinensis) y amapola (Malvaviscus arboreus) (Romero et at 1993; Oviedo et at
1994; Lopez et at 1994). En este ecosistema hay indicaciones que Acacia
angustissima, Albizia spp. y Callindra calothyrsus poseen un mayor potencial de
producción de biomasa comestible que las anteriores (Herrera 1990), pero muestran
en cambio problemas de baja digestibilidad (y posiblemente de palatabilidad) por
sus altos contenidos de taninos (Valerio 1990). Por estas razones, las tres últimas
especies no han sido recomendadas para bancos forraje-ros en la Zona Atlántica
de Costa Rica.
En contraste. Para áreas con un periodo seco estacional de 3 a 6 meses de duracion
(trópico subhúmedo) destacan Leucaena leuco-cephata, guacimo (Guazuma
Cratylia argentea y ojoche o ramon (Brosi-mun alicastrum), aunque también algunas
de las especies citadas para el trópico humedo (por ej. Erythrina spp., Gliricidia
sepium) pueden trabajar adecuadamente en este ecosistema (Pezo e Ibrahim
1996), proveyendo de forraje abundante al menos durante el periodo de Lluvias. Por
su parte, la morera (Moms spp.) y Trichantera gigantea son especies que por sus
características de calidad nutritiva califican para bancos energéticos proteicos.

¿donde establecer el banco forrajero?


La determinación de donde ubicar un banco forrajero será funcion no solo de las
características agroecológicas del sitio, sino también de la forma como se pretende
utilizarlo. Si el banco forrajero va a ser utilizado bajo corte, se recomienda
establecerlo cerca de las áreas donde se suplementan los animales, para así reducir
los costos y el tiempo de acarreo del forraje (Oviedo et at 1994). Además, esto
facilitara la implementación de algún mecanismo para el retormo de las excretas
como abono orgánico para el banco, lo cual ayudara a reducir los costos de
fertilización.
Para bancos forrajeros que van a ser utiliza-dos bajo pastoreo, deberán buscarse
terrenos adyacentes a los potreros que se pretende suplementar, ya que Ia
ocupación de los bancos es generalmente por unas pocas horas cada día
(humpherys 1991; mascary et añ. 1993), incluso, en algunos casos los bancos están
dentro de un potrero de gramíneas, cubriendo hasta un 20-25% de la superficie del
mismo (Paterson et al. 1982)

25
Arreglo espacial
Cuando los bancos forrajeros van a ser manejados bajo corte, se recomienda
establecer las leñosas con distanciamientos relativamente cortos, como de 0.8 -1.0
x 0.25 • 0.5 m (Romero et at 1993; Atta-Krah 1993). En cambio, si el uso va a ser
bajo pastoreo/ramoneo, debe ampliarse la distancia entre surcos para facilitar el
acceso y el desplazamiento de los animales, asi como prevenir los daños por
pisoteo. En el caso de Gliricidia sepium, Escobar et at (1996) proponen
distanciamientos de 2.0 m entre hileras y de 0.5 a 1.0 m entre plantas dentro de la
hilera; estos distanciamientos pueden ampliarse aun más, hasta 3.0 6 4.0 m entre
hileras, como ha sido sugerido por Milera et al. (1994) e Iglesias et at (1994) para
Leucaena leucocephala. Cuando se usan mayores distancias entre hileras, se
recomienda disponer las leñosas en doble hilera, como un mecanismo para
incrementar la densidad de siembra, además de darles resistencia contra los daños
físicos ejercidos por los animales. Cuando se amplía la distancia entre hileras, debe
incorporarse una forrajera herbácea como cultivo de cobertura para proteger el
suelo y controlar la competencia por malezas.

Fertilización
Las leñosas perennes pueden encontrase en una gran diversidad de tipos de suelo.
Muchas de ellas pueden crecer en suelos de fertilidad moderadamente baja
(Shelton 1994). Sin embargo, independientemente de los mecanismos que tengan
estas especies para adaptarse a esas condiciones de suelo, si se cultivan en bancos
forrajeros, siempre requerirán de fertilizantes (Acetate 7.111. La alta población de
plantas que caracteriza los bancos forrajeros, crea condiciones de fuerte
competencia por los nutrimentos disponibles en el suelo. Además, como
consecuencia de la extracción de nutrimentos a través del forraje cosechado (Pezo
et at 1993), la fertilidad del suelo se hace limitante más tempranamente cuando los
bancos son manejados bajo corte que en pastoreo. A manera de ejemplo, en un
banco forrajero de morera (Mows spp.) mantenido en un suelo de fertilidad
moderada y sometido a cortes periodicos, Oviedo (1995) estimo que la extracción
de nutrimentos fue de 255, 25, 154, 156 y 38 kg de N, P, K, Ca y Mg/ha/a-nt),
respectivamente. Cuando no se reponen los nutrimentos extraídos en el forraje
cortado, el sistema de-grada muy pronto. Este deterioro se manifiesta primeramente
en una menor capacidad de rebrote después de las podas, seguidas por la pérdida
de plantas, y finalmente con la invasión de malezas. Este tipo de efectos han sido
detectados tanto en bancos constituidos per leguminosas fijadoras de nitrógeno,
como en aquellos con otras leñosas perennes
En bancos de E. berteroana y G. sepium mamenidos dentro del esquema de "corte
y acarreo", Romero et al. (1993) observaron que la productividad declino hasta

26
menos de la mitad al cabo de tres altos de manejo extractivo, aun cuando se
trabajaba en suelos de fertilidad media [Acetato 7.12]. Por otro lado, Benavides et
at (1994) y Oviedo 1995 mostraron un comportamiento similar en el caso de la
morera (Monts sp.) no fertilizada. En cambio, aplicaciones de estiercol equivalences
al nivel de extracción de nitrógeno 1360 kg de N/ha/año), permitieron mantener una
producción de biomasa comestible superior a las 12.0 t MS/ha/año.
Las investigaciones en el área de la nutrición mineral de leñosas forrajeras son
escasas. La mayoría de ellas han estado orientadas a determinar la respuesta de
estas a diversas dosis de fertilizante, lo cual resulta en recomendaciones "sitio
específicas", con un potencial de extrapolación limitado [Aceta-te 7.14]. Se
desconocen los requerimientos internos y externos de nutrimentos para la mayoría
de leñosas forrajeras, excepto para Leucaena leucocephala, en la cual Ruay-
soognern et at (1989) determinaron que si bien la mayoría de nutrimentos eran
requeridos en cantidades similares a las observadas para muchas leguminosas
herbaceas tropicalles, esta especie tenga una fuerte demanda por fosforo (225 kg
P/ha) y calcio (230 kg Ca/ha) ante la falta de información específica sobre los
requerimientos nutricionales para la mayoría de las leñosas perennes utilizadas en
bancos forrajeros, se sugiere que la dosis a aplicar durante el establecimiento se
defina con base en la información obtenida del análisis de suelo y las
recomendaciones disponibles para otras forrajeras de corte, en cambio para la
fertilización de mantenimiento deberá tomarse en cuenta la producción de fitomasa
y la concentración de nutrimentos en la biomasa cosechada, para estimar la
cantidad de nutrimentos extraídos con base a ella, además debe considerarse un
valor para la eficiencia de utilización de los nutrimentos incluidos en los fertilizantes
aplicados.

Árboles y arbustos dispersos en potreros

El sistema de leñosas perennes dispersas en potreros pueden ocurrir en forma


natural, ya sea porque la vegetación clímax de un sitio dado esta constituida por la
combinación de árboles y arbustos con pasturas, como resultado de procesos de
sucesión vegetal (por ej. charrales, tacotales) tendientes a una vegetación clímax
de bosque. Cualquiera sea el caso, bajo condiciones naturales, el arreglo espacial
y la densidad de las leñosas estarán determinados por las condiciones
agroecológicas del sitio o por especies de árboles, arbustos y pasturas presentes
en dicho ecosistema (Atta Krah 1993)
El sistema de árboles dispersos en potreros también puede ser el resultado de la
intervención del hombre, ya sea a través del manejo selectivo de árboles y arbustos
remanentes después que el bosque fue trasformado en pasturas (budowski 1983),
o de la introducción de árboles en praderas ya existentes, en estos caos las

27
densidades y los arreglos espaciales pueden ser regulados por el hombre, lo que
significa que se pueden manejar las interacciones

Cortinas rompe vientos:


Es la fase más crítica de la plantación, se requiere lograr un alto porcentaje de
supervivencia al trasplante, un crecimiento inicial rápido y un buen desarrollo de
forma de la planta. En los primero meses y años habrá que proteger los arboles de
los animales y de las personas; en regiones áridas posiblemente se tendrá que regar
durante los meses más críticos

Preparación del terreno


La preparación del suelo debe completarse como para cualquier cultivo. la tierra
debe limpiarse de malezas competitivas, y de ser posible, puede complementarse
con un cercado del terreno y riego en la época seca, así preparado el terreno será
más fácil la elaboración de los hoyos

Plantación
en términos generales, el espaciamiento dependerá de los hábitos de crecimiento
de las especies utilizadas, la calidad del sitio, el tiempo de mantenimiento y de otros
beneficios que se desee obtener (leña, frutas, madre, postes, otros.=. con base en
estos criterios puede anticiparse el manejo adecuado

Algunas consideraciones para la siembra de árboles son:

 Asegurarse que las especies a utilizar sean aptas para el sitio


 La línea debe ser perpendicular al viento predominante, hay más abrigo si el
viento entra perpendicular a la línea de los arboles
 La densidad del follaje debe ser la misma desde abajo hasta arriba. por
ejemplo, una hilera de árboles sin cobertura por abajo no tiene efecto como
rompe viento
 La distancia entre líneas de cortinas rompe viento debe ser de 15 a 20 veces
la altura de la línea. A esta distancia entre línea hay un efecto protector, si se

28
plantan a mayor espaciamiento se desperdicia terreno, y si se plantan más
lejos se pierde efecto de protección

Fertilización
el tratamiento del árbol o arbusto es similar a cualquier cultivo, y podría requerir
fertilización para tener un periodo de crecimiento rápido en la etapa inicial, la
fertilización debe hacerse con base en las características del sitio
Manejo de plagas
La sanidad de la cortina es muy importante para evitar la propagación de
enfermedades y plagas y para mantener una buena conformación de la cortina. La
cortina puede ser un hospedaje de insectos y animales, por lo que es conveniente
incluirlas en el manejo de plagas de la finca

29
Secuestro de carbono para los diferentes sistemas silvopastoriles
Sistemas agroforestales tienen dos beneficios principales para conservar C 1)
almacenaje directo de C a corto y mediano plazo (décadas hasta siglos) en los
árboles y el suelo y 2) reducción indirecta de la emisión de los gases invernadero
causada por la deforestación y la agricultura migratoria (Dixon 1995). Sistemas
silvopastoriles en comparación con pastos puros pueden conservar mejor la materia
orgánica en los suelos, especialmente en suelos ácidos y pobres en nutrientes. De
acuerdo con Ibrahim (sin publicar, citado por Velasco 1998) un sistema silvopastoril
con Acacia mangium incrementó la materia orgánica significativamente en solo
cinco años de pastoreo. Sin embargo, la simbiosis de este árbol con los hongos
micorrízicos puede alterar este proceso.
En un suelo de fertilidad media, Typic tropofluvent, en la zona norte de Costa Rica
se estudió el impacto de la regeneración natural de Cordia alliodora en pastos
Panicum maximum, sobre el carbono orgánico almacenado en el suelo. El sistema
se puede denominar como pastoreo bajo árboles dispersos, que en los últimos 15
años se presenta frecuentemente en la zona Atlántica de Costa Rica. Los tres
diferentes grupos de regeneración de C. alliodora de acuerdo con su
establecimiento (< 3, 3-7, > 7 años) mostraron valores parecidos de 180-200 Mg C
ha-1 (Lopez et al. 1999). Se concluyó que para las condiciones del sitio estudiado,
la ganancia neta de carbono de este sistema se encuentra en la madera producida
a largo plazo para fines de construcción sin perjudicar al carbono orgánico
almacenado en el suelo.
En los diferentes sistemas silvopastoriles la producción y extracción de madera
para construcción, leña, carbón, postes etc., puede reducir la presión sobre los
recursos naturales de los bosques y los combustibles fósiles, de manera que hay
un impacto indirecto positivo sobre la conservación del carbono en otros
ecosistemas. Sistemas silvopastoriles con árboles dispersos no permiten la quema
de los pastos, otra fuente de emisión de CO2, que todavía se usa en la regeneración
de las pasturas.

30
IMPACTOS SOCIALES, ECONOMICOS Y AMBIENTALES DEL
SISTEMA

Emisiones de metano por los bovinos


El metano es un subproducto de la digestión y fermentación ruminal y puede ser
exhalado o eructado por el animal. En condiciones normales, los rumiantes
consumen forrajes que mediante los procesos digestivos y la actividad fermentativa
de las bacterias, arqueas, hongos y protozoos, que habitan en el rumen de manera
simbiótica, son convertidos, principalmente, en ácidos grasos volátiles (AGV),
amonio, hidrógeno (H2 ) y CO2 (DENMAN, 2015; LI et al.,2009). Las bacterias
metanogénicas o archaea usan H2 para reducir el CO2 a CH4 en una serie de
reacciones que involucran un gasto del 2 al 12% de la energía consumida por los
animales (JOHNSON & JOHNSON, 1995), disminuyendo así el valor energético de
los alimentos y contribuyendo negativamente con las emisiones de metano
(PATRA&YU, 2012). El estiércol bovino es una fuente de emisión de GEI, como el
metano y el óxido nitroso, en función de su composición la cual depende del
contenido energético y digestibilidad de la dieta; de su estado sólido o líquido y la
forma de recolectarlo, almacenarlo y dispersarlo. Cuando la materia fecal se
almacena en forma líquida, se promueven condiciones anaeróbicas de
descomposición y se puede producir metano, pero, cuando el estiércol se deposita
directamente sobre las pasturas, tiende a degradarse en forma aeróbica
generándose muy poco o nada de este gas (BERRA & FINSTER, 2002). Por su
lado, el óxido nitroso se forma a través de la desnitrificación del nitrógeno orgánico
depositado en el suelo por medio del estiércol y la orina del ganado o como resultado
del uso de fertilizantes agroquímicos, a través de los cuales se suministra cerca del
40% del nitrógeno requerido por los pastos (STEINFELD et al., 2006).

31
Restauración de los suelos degradados

En América Central, un alto porcentaje de las tierras de pasturas (> 35%) se


encuentra en estados avanzados de deterioro. En estas circunstancias, los árboles
de uso múltiple pueden desempeñar una función importante en la restauración
ecológica de estas tierras y, a su vez, pueden contribuir a la sostenibilidad
económica de los 110 sistemas de producción ganadera (Szott et al. 2000). Estudios
realizados en Panamá, en suelos ácidos (pH = 4.6), muestran que la integración de
Acacia mangium en pasturas con Brachiaria humidícola, contribuyó al mejoramiento
de la calidad del forraje de la gramínea y al aumento del contenido de fósforo y
nitrógeno del suelo, cuando se comparó con el monocultivo de B. humidícola
(Bolívar 1998). Durante la época lluviosa, la presencia de la fauna del suelo, en
especial de las lombrices, fue más alta en suelos con 240 árboles ha-1 de A.
mangium. De acuerdo con Velasco (1998), un sistema silvopastoril con A. mangium
logró incrementar, significativamente, la materia orgánica en solo cinco años de
pastoreo. La simbiosis de este árbol con los hongos micorrízicos puede determinar
este proceso. Estos sistemas, en comparación con pastos puros de gramíneas,
suelen conservar mejor la materia orgánica en los suelos, especialmente en los
ácidos y en los que son pobres en nutrientes. Las interacciones benéficas que se
pudieran presentar con la presencia de los árboles y arbustos de leguminosas en
los sistemas de pastoreo se traducen también en el aumento del reciclaje de
nutrientes por el retorno al suelo de hojas, frutas, ramas, heces y orines, derivado
fundamentalmente por el incremento de la actividad biológica del suelo. Alonso
(2004) señaló que la macrofauna del suelo, en un sistema silvopastoril leucaena-
guinea, se estabilizó en el tiempo con predominio de anélidos que favorecieron la
aeración del suelo y aceleraron la descomposición de la hojarasca. Según Lok
(2006), los árboles en sistemas silvopastoriles cumplen funciones ecológicas de
protección del suelo y disminuyen los efectos directos del sol, el agua y el viento.
También pueden modificar su estructura (por la adición de hojarasca, raíces y tallos)
e incrementar los valores de materia orgánica, la capacidad de intercambio catiónico
y la disponibilidad de N, P y K (Betancourt et al. 2005). Otros estudios señalan mejor
aprovechamiento de los nutrientes del suelo y mayor disponibilidad del pasto,
cuando estos sistemas se encuentran asociados a especies arbóreas, debido a la
mejora de la fertilidad del suelo y a las condiciones de sombra que se crean
(Hernández y Sánchez 2006). El efecto de los árboles en la fertilidad del suelo no
solo se debe esperar en las capas superficiales, sino que puede ocurrir en las más
profundas, a medida que aumenta el tiempo de explotación del sistema. Carvalho
et al. (2003) señalaron este fenómeno, al estudiar un silvopastoreo de Acacia
mangium y Brachiaria decumbens.

Mejoramiento de los recursos hídricos

32
Entre los resultados benéficos de los sistemas con árboles (Ríos et al. 2007) se
halla el mejoramiento de las micro presas, al facilitar la infiltración del agua y la
recarga de los acuíferos. Sin embargo, el servicio ambiental hídrico es el menos
estudiado en la actividad ganadera (Beer et al. 2003). Estudios de Nepstad et al.
(2002) señalan que durante una severa temporada de seca en Brasil, la
disponibilidad de agua, a una profundidad de 2 - 8 m, disminuyó de 380 mm en el
bosque a 310 mm en la pastura degradada. La disminución en la disponibilidad de
agua en el suelo de la pastura degradada significa que el ecosistema almacena
menos precipitación con respecto al bosque, y existe menor filtración a los acuíferos
o escorrentía sub-superficial a los arroyos en la época lluviosa. Al final de la seca,
el bosque puede almacenar, adicionalmente, 770 mm de agua en los primeros 8 m
del suelo, comparados con los 400 mm en la pastura. Esto significa que, en el
paisaje con dominancia de pasturas, la escasez de agua puede convertirse en un
punto crítico, especialmente en las regiones áridas o semiáridas. Las fincas
ganaderas con sistemas silvopastoriles de árboles dispersos en las pasturas,
bancos forrajeros y cercas vivas, contribuyen a disminuir el efecto de la
contaminación de las aguas (Auquilla 2005), aumentan su capacidad de retención
en las praderas, ayudan a la infiltración y protegen el suelo, los manantiales y las
quebradas. Por ello, la planificación de las fincas ganaderas, en función de la
protección de los recursos existentes, puede contribuir a regular y conservar los
recursos hídricos mediante la arborización, la adopción de sistemas silvopsatoriles
y las prácticas de conservación de suelo. Otros estudios, realizados por el proyecto
GEFSilvopastoril en Esparza, Costa Rica, demuestran que la escorrentía fue
significativamente más alta en las pasturas degradadas (42 %), con respecto a los
bancos forrajeros con leñosas perennes (3 %), bosques secundarios jóvenes (6 %)
y pasturas con alta densidad de árboles (12 %). Esto significa que los usos de la
tierra con alta cobertura arbórea, en las condiciones donde se realizó el estudio, son
beneficiosos para la captura de agua. Cárdenas et al. (2007) refieren que la
implementación de bosques riparios en fincas ganaderas, así como la protección de
las fuentes de agua del ganado, conducen al mejoramiento de las condiciones
biológicas y químicas del agua.

Secuestro de carbono

Parte de las discusiones y trabajos científicos se orientan hacia la función de los


bosques y cultivos forestales, Guimarães et al. (2010) llaman la atención en la
función que desempeñan los sistemas de integración cultivoganadería-bosques en
la generación de este servicio ambiental y sus ventajas en las sabanas nativas. La
alta tasa de deforestación que caracteriza los sistemas pecuarios en el trópico, no
solamente tiene efectos locales, como la degradación de los suelos y la pérdida de
33
su productividad, sino que también contribuye con una cuarta parte a las emisiones
de CO2 y otros gases hacia la atmósfera. Este proceso causa cambios climáticos
globales que favorecen la pérdida de la biodiversidad en los bosques naturales y el
desequilibrio de otros ecosistemas terrestres. Es lógico plantear la hipótesis de que
los sistemas silvopastoriles, al combinar gramíneas mejoradas y estratos de raíces
más profundas, puedan tener tasas de captación de carbono superiores (Ramírez
1997). Esto conduce a desarrollar mecanismos financieros para multiplicar los
beneficios ambientales de la ganadería arborizada. Los sistemas silvopastoriles son
muy importantes en el secuestro de carbono en los suelos y en la biomasa leñosa
(Beer et al. 2003). Según Nair et al. (2099), estos sistemas aportan dos beneficios
principales para conservar carbono: contribuyen al almacenaje directo de C, a corto
y mediano plazo (décadas hasta siglos) en los árboles y el suelo, y reducen
indirectamente la emisión de los gases invernadero, causada por la deforestación y
la agricultura migratoria. La cantidad de C fijado en estos sistemas se puede afectar
por el tipo de especies de gramíneas y leñosas, la densidad y la distribución espacial
de las leñosas y por la tolerancia de las especies herbáceas a la sombra (Shibu
2009). Los sistemas silvopastoriles bien manejados pueden mejorar la productividad
y, a su vez, secuestran carbono (Andrade e Ibrahim 2001), además de representar
beneficio económico para los productores. El carbono total en los sistemas
silvopastoriles varía entre 68– 204 t ha-1. Una gran parte se encuentra almacenada
en el suelo, mientras que los incrementos anuales varían entre 1.8 a 5.2 t ha-1.
Mediciones de reservorios de carbono en paisajes del trópico sub húmedo de Centro
América han demostrado que el carbono total, almacenado (arriba y bajo el suelo)
en bosques secundarios y en sistemas silvopastoriles, fue más alto que lo
encontrado en pasturas degradadas (tabla 2). El metano es otro gas considerado
entre los más contribuyentes al efecto de invernadero, ya que su acción en el daño
global es 23 veces mayor que el producido por el dióxido de carbono. La producción
de metano (CH4) es consecuencia inevitable de la fermentación de los
carbohidratos en el rumen (Agarwal et al. 2008). Esta se favorece cuando los
animales se alimentan con forrajes de baja calidad, típicos de áreas tropicales. El
interés por la metanogénesis se ha incrementado en los últimos años, no solamente
por las pérdidas económicas que representa, como la energía de los alimentos que
se pierde, sino también porque el CH4 es un gas contaminante (Wood et al. 2009).
La introducción de los árboles y arbustos como modificadores de la fermentación
ruminal, con el propósito de reducir la metanogénesis, es un enfoque nuevo y
atractivo. Se ha identificado un número de plantas que contienen compuestos
antiprotozoarios y propiedades antimetanogénicas. Las saponinas y taninos
presentes en muchas de ellas disminuyen la producción de metano, reducen los
conteos de protozoos del rumen y cambian los patrones de fermentación (Galindo
2004 y Wei Lian et al. 2005).

Conservación de la biodiversidad

34
Actualmente no existe información abundante que relacione la importancia de los
sistemas silvopastoriles en la conservación de la biodiversidad. La conversión de
bosques en pasturas amenaza la sobrevivencia de muchas especies. Sin embargo,
el efecto en la biodiversidad de los bosques podría ser menor, si los productores
mantuvieran especies forestales o rodales de árboles en las pasturas, ya que estos
sirven como productores de semillas y como fuentes de hábitat y alimento para los
animales (Kabir y Webb 2009). El manejo y las condiciones medioambientales de
los sistemas silvopastoriles ejercen una marcada influencia en la actividad y
diversidad de los organismos del suelo. En estos sistemas, tienen gran importancia
la disponibilidad de alimentos, la variabilidad en su composición, en términos de la
riqueza florística, y los demás factores edáficos y culturales. Esto demuestra que en
los ambientes con mayor complejidad biológica se pueden crear condiciones que
favorecen el mejoramiento de las características del suelo, como resultado de la
actividad de los organismos presentes en él. Diversos autores han informado
tendencias similares. Sadeghian et al. (1999) encontraron mayor actividad biológica
en suelos de un bosque secundario, al compararlos con cultivos vecinos de caña de
azúcar. La caña presentó valores más bajos, cuando se sometió a la quema antes
de la cosecha. La introducción de árboles en las pasturas puede crear condiciones
favorables mediante el aporte de materia orgánica, el reciclaje de nutrientes, el
mejoramiento del contenido de humedad en el suelo y la disminución de la
temperatura (Wilson 1996). Sin embargo, esto depende, entre otros aspectos, de la
densidad, altura, arquitectura y fenología de la especie arbórea. Algunas
modalidades silvopastoriles, como los linderos, las cortinas rompevientos, las
cercas vivas u otras plantaciones forestales, en línea a lo largo de las orillas de las
pasturas, son sistemas diseñados por el hombre, y muchas veces modificados por
la naturaleza. La conexión de estos sistemas en forma de corredor influye en el
movimiento de los animales y en la dispersión de las plantas (Casasola et al. 2009).
De esta forma, pueden tener funciones de biocorredores importantes en paisajes
agrícolas, caracterizados por ecosistemas fragmentados que aumentan la
biodiversidad. Estudios realizados por Alonso et al. (2007) demostraron un aumento
significativo en la riqueza de especie y el índice de diversidad biológica de Shannon,
a medida que se desarrolló un sistema silvopastoril leucaena-guinea, en la
macrofauna del suelo, las aves y los insectos asociados al sistema. Este resultado
se relacionó con la diferencia que se obtiene con los sistemas silvopastoriles en el
número de estratos vegetales y con la presencia de un estrato medio de arbustos
de leucaena, que conjuntamente con el tiempo de explotación del sistema,
propiciaron un aumento de la productividad total del sistema, la diversidad vegetal
y, por tanto, del número de especies asociadas. Sin embargo, los sistemas
silvopastoriles con árboles dispersos parecen limitados para lograr este objetivo,
debido a que el libre pastoreo de los animales elimina regularmente la regeneración
natural, en especial en plantas que dependen de la acción del viento para su
dispersión. En la región de Monteverde, Costa Rica, 25 % de las 400 especies

35
estimadas encontraron su hábitat adecuado en las cortinas rompevientos, ubicadas
en pastos de Cynodon nlemfuensis, usados para la producción lechera. Las aves
(89 especies diferentes) usaron las cortinas como hábitat y fueron los vectores más
importantes para la diseminación de las semillas de estas especies, especialmente
cuando la cortina estaba conectada con el bosque. Estos sistemas silvopastoriles
son un apoyo potencial considerable para la conservación de especies forestales
dentro de este paisaje agrícola (Harvey 2003). Se puede considerar que los
sistemas silvopastoriles pueden desempeñar una función importante en la
implementación exitosa del corredor biológico mesoamericano, debido a que los
pastos cubren un área mayor en esta región. Sin embargo, la información disponible
acerca de su contribución a la conservación de la biodiversidad es escasa. Se
refiere, sobre todo, a la regeneración de especies forestales y al movimiento de la
fauna. Se espera que los corredores proporcionen camino, fuente y hábitat para las
especies nativas y exóticas de la fauna (Lang et al. 2003). El inventario de las
especies de plantas y fauna en los diferentes corredores de un paisaje son
esenciales para su diseño y manejo exitoso.

El pago de servicios ambientales como incentivo para el uso de árboles y arbustos


en la ganadería

Para revertir los procesos de degradación de pasturas y mejorar las condiciones


productivas, agroecológicas y socioeconómicas de las diferentes formas de
producción ganadera existentes en Cuba, se desarrolla la innovación y transferencia
de tecnologías silvopastoriles en el sector, gracias a las bondades que estos
sistemas tienen para mejorar la productividad de las fincas y la generación de
servicios ambientales. Sin embargo, la falta de financiamiento para el
establecimiento de estas tecnologías, entre otros factores, constituye una barrera
que limita la presencia de los árboles y arbustos en nuestra ganadería.
Se conoce que los programas de pago de servicios ambientales en sistemas
ganaderos se diseñan como un medio para detener o evitar la degradación de
tierras dedicadas a esta actividad (Sepúlveda e Ibrahim. 2009). Además, en las
fincas pueden constituir una nueva fuente de ingresos, a partir de cambios en el uso
de la tierra, debidos al aumento de la productividad en su sistema de producción
ganadera, razón que es propiamente técnica. Entre los servicios ambientales que
más intervienen en los programas de pago desarrollados en algunos países
centroamericanos se encuentran el secuestro de carbono, la restauración del suelo
y la conservación de la biodiversidad. Los resultados del proyecto “Enfoques
silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistema”, implementado por el
CATIE, CIPAV y el Instituto de Investigación y Desarrollo Nitlapan, en la Universidad
Centroamericana de Nicaragua, demuestran que el pago de servicios ambientales

36
provocó cambios importantes hacia los sistemas silvopastoriles, a costa de reducir
las pasturas degradadas.

Incremento de la producción y calidad de las pasturas

En los sistemas silvopastoriles, la producción total de biomasa es usualmente mayor


que en los monocultivos. Sin embargo, las interacciones que se producen entre los
componentes de estos sistemas durante la explotación pueden determinar su
capacidad productiva. Esta varía según sea la modalidad del sistema silvopastoril.
Giraldo y Vélez (1993) señalaron que la producción de biomasa de estos sistemas
dependerá, entre otros factores, de las especies seleccionadas, de la densidad del
componente arbóreo, del arreglo espacial y del manejo aplicado. Un grupo de
investigaciones (Primavesi y Primavesi 2006) acerca de la producción de biomasa
en sistemas con árboles indicaron que el nivel de competencia es Tabla 1. Escala
espacial de varios servicios ambientales generados por sistemas agroforestales
(adaptado de Shibu 2009) Servicio ambiental Productor/local Paisaje/regional
Global Producción primaria neta Control de plagas Polinización/dispersión de
semilla Mejoramiento del suelo Estabilización de suelo/control de la erosión Calidad
del agua Mejora del drenaje Purificación del aire Secuestro de carbono
Biodiversidad Paisajístico/cultural un elemento importante en el manejo de los
pastizales, si se pretende lograr la estabilidad de sus componentes vegetales. Esta
se refleja en la composición botánica y en otras expresiones biológicas, como el
crecimiento y el rendimiento. Este hecho se reitera al evaluar sistemas
silvopastoriles con el uso de especies arbóreas diferentes y un sistema de
monocultivo de gramíneas. En estas condiciones, Devendra e Ibrahim (2004)
señalaron que los sistemas con árboles tienden a diferenciarse de los que poseen
pasto sin asociar, con rendimientos más estables en el pasto asociado. La
composición botánica, al igual que en otros sistemas, es un indicador que influye en
la productividad de los sistemas silvopastoriles. Su evolución en el tiempo puede
estar relacionada con algunos principios de explotación del sistema, entre los que
se pueden mencionar la adecuada selección de las especies, el control de la sombra
mediante la poda y el manejo de la carga animal, de acuerdo con la disponibilidad
del sistema. La aplicación de estos elementos, en la mayoría de los casos, trae
consigo mayor persistencia, estabilidad y productividad de la gramínea asociada en
el sistema. Otro elemento que puede influir en la producción de biomasa se
relaciona con la densidad y las especies de árboles con que se explota el sistema
silvopastoril. Molina et al. (2001), al comparar densidades de Leucaena
leucocephala, de 0, 6 000 y 10 000 plantas ha-1, encontraron que los mejores
rendimientos se obtuvieron con la mayor densidad. En este caso, se alcanzó una
producción en Panicum maximum vc Mombaza asociada a leucaena, de 37.2 t MS
ha-1 año-1 que excedió en 30 % la de Cynodon plectostachyus, asociado con

37
leucaena y prosopis. En trabajos realizados por Acciaresi et al. (1994) para evaluar
diferentes densidades arbóreas (625, 416, 312, 250 y 0 árboles ha-1) se informó
que, en la producción forrajera, la penetración de la luz disminuye al aumentar la
densidad de árboles. Así, la producción de forraje fue menor en el tratamiento donde
hubo mayor cantidad de árboles. Estos autores concluyeron que la calidad y
cantidad de la radiación solar fue, aparentemente, el factor limitante fundamental en
el crecimiento del pasto. En los sistemas silvopastoriles, el efecto de la sombra y de
la asociación con leguminosas arbóreas muestra resultados variables en la
literatura, en lo que respecta a la calidad del forraje. Samarakoon et al. (1990)
señalan que la sombra causa un pequeño aumento en los porcentajes de
digestibilidad de varias especies de gramíneas; Castro et al. (1999) refieren que los
reduce, y Norton et al. (1991) informan que no se produce alteración.
Investigaciones realizadas por Alonso et al. (2005), en el Instituto de Ciencia Animal
(ICA) de Cuba, señalan que durante la evolución del sistema silvopastoril leucaena-
guinea hubo un marcado efecto en el porcentaje de MS de la gramínea en todos los
años de siembra, independientemente del comportamiento estacional que presenta
este indicador en las gramíneas tropicales (Herrera 2003). En la medida que avanzó
el tiempo de explotación del sistema silvopastoril, el porcentaje de MS del estrato
herbáceo fue menor (P < 0.001) y reflejó estabilidad estacional, en ambos períodos
climáticos, con mayor tiempo de explotación del sistema. La disminución en el
porcentaje de MS durante la evolución del sistema puede ser reflejo del aumento en
el período vegetativo, y de una maduración más tardía del pasto bajo sombra
(Carvalho et al. 2001). Estos resultados evidencian las bondades de la integración
de especies de gramíneas mejoradas con árboles leguminosos en sistemas
silvopastoriles y demuestran que en el silvopastoreo leucaena-guinea el porcentaje
de PB en la gramínea se incrementa con el tiempo de explotación del sistema. El
aprovechamiento de la fijación biológica del nitrógeno atmosférico a través del árbol,
y el aporte que realizan ambos componentes a la hojarasca, son algunas de las
causas de este incremento, que puede obtenerse en otras asociaciones. Castro et
al. (1999) señalaron que el efecto de la sombra aumenta la concentración de N y,
consecuentemente, los tenores de PB del pasto. Mahecha et al. (1999) plantearon
que el contenido de proteína bruta de la gramínea (C. plectostachyus) en
monocultivo es muy inferior al que se encontró cuando se asoció con leucaena o
algarrobo (Albizia lebbeck). Estos autores destacaron que la gramínea asociada
alcanzó contenidos de proteína similares a cuando se fertilizó con 400 kg de N ha-
1 año-1. Se ha informado además, que la fibra bruta disminuye en el pasto guinea,
cuando se asocia en sistemas con árboles durante el período poco lluvioso
(Fassbender 1993), y se relaciona directamente con el efecto de la sombra.
Diversos estudios que utilizan estos sistemas indican mejoras en la fertilidad del
suelo, eficiente reciclaje de los nutrientes e incremento en la producción de biomasa
del pasto base y total, con la consiguiente mejora de la calidad nutricional de la
pastura asociada (Crespo 2008). Sin embargo, el efecto evolutivo del silvopastoreo

38
en la composición bromatológica del pasto base es un aspecto poco abordado
(Alonso 2004).

Importancia economica cortinas rompe vientos

. Mejoramiento o mantenimiento de la productividad al evitar perdida del suelo


superficial, proteger los cultivos y controlar daños en la floración, caídas de frutos,
estabilidad, evapotranspiración, control de las heladas y mejoramiento del
microclima para el componente pecuario (beneficio principal).
. Generación de diferentes productos para la venta y el consumo. Por ejemplo:
frutos, postes, productos medicinales, goma, follaje, leña y eventualmente madera,
dependiendo de las especies arbóreas o arbustos presentes de su manejo.
. En áreas de habitación rural y urbana, las cortinas protegen de la contaminación
en forma de partículas de materia y suelo transportadas por el viento, evitando
parcialmente daño y deterioro físico de edificaciones e infraestructura (carreteras,
canales, etc.).
Cabe señalar que aunque estos beneficios son, generalmente reconocidos, no se
han valorado o cuantificado económicamente, con excepción de la cuantificación de
productos. Además, muchos de los efectos positivos logrados no benefician
directamente al finquero, sino a la sociedad en general (p.e. control de sólido y
ruido). Esto podría ser la causa de la poca adopción que se observa en algunos
lugares, y destaca la necesidad de evaluar programas de incentivo. Este tipo de
análisis y valoración es importante para definir los beneficios reales de las cortinas
rompevientos.

Importancia económica del banco forrajero

Los sistemas de producción animal tradicionales están basados en el uso de


pasturas en monocultivo. Éstas en la época seca presentan una baja tolerancia a la
sequía que se traduce en una baja calidad y su producción de materia seca (MS)
se reduce o detiene completamente, lo cual afecta la productividad animal. Por
ejemplo, el pasto jaragua (Hyparrhenia rufa) en la época seca presenta indicadores
de calidad de proteína cruda y digestibilidad in vitro de la materia seca de hasta 3%
y 30%, respectivamente (Holmann 2001).
En la época seca, la disponibilidad de pastos varía según la especie mejorada,
nativa o naturalizada. En el caso de las primeras, la especie del género Brachiaria
spp presenta valores de 900 kg MS ha-1, y en el segundo grupo la especie H. rufa

39
ofrece 640 kg MS ha-1. En ambos casos representa el 20% de la disponibilidad de
pasto lograda en la época de lluvias (Holmann 2001). Es importante mencionar que
en algunas regiones de Centroamérica los pastos nativos o naturalizados detienen
totalmente su producción (se secan), entrando a un estado de letargo o descanso
fisiológico a causa de la ausencia de agua y flujo de nutrimentos. Este es un período
crítico para el productor, que de no contar con estrategias de alimentación
complementarias a las pasturas, es posible que se encuentre afectado por la muerte
de animales. Este fenómeno se ha incrementado en los últimos años y se le conoce
como efecto del alargamiento de los períodos secos en algunos sitios.

En el período seco, las leñosas forrajeras (cuadro 6.1) tienen la capacidad de


producir forraje en calidad y cantidad para cubrir los requerimientos nutricionales
del ganado para mantenerse y producir leche y/o carne de manera satisfactoria o al
menos evitar que se mueran; todo dependerá de la cantidad y calidad de la dieta
basal a base de pasturas. Los bancos forrajeros constituyen una alternativa para
reducir la presión de pastoreo que desencadena la degradación de las pasturas,
tanto en época seca como cuando ocurren períodos de mucha lluvia (Turcios 2008).

Importancia económica árboles y arbustos dispersos en potreros

Las pasturas con una cobertura arbórea entre 20% y 30% ofrecen beneficios a nivel
económico y ecológico en comparación con aquellas pasturas degradadas con
pocos o sin árboles. Desde el punto vista económico, el efecto de la sombra
incrementa la producción de leche dentro de un rango de 10% a 22% en
comparación a potreros sin árboles. Esto se atribuye a una menor temperatura
ambiental bajo sombra de los árboles, que reduce el estrés calórico del ganado, lo
cual está asociado con una baja tasa respiratoria; esto permite gastar menos
energía y consumir más alimento (Souza 2002, Betancourt et al. 2003)

Importancia económica del banco forrajero

Con respecto a la producción de leche, las vacas de doble propósito suplementadas


con forraje de leñosas pueden producir hasta 6,0 kg vaca-1 día-1 en la época seca
(Ibrahim et al. 2001, Lobo y Acuña 2001) y hasta 7,4 kg vaca-1 día-1 en la época
lluviosa (Camero et al. 2001).
En términos de carne, la tendencia es similar a la leche y la ganancia de peso vivo
en el ganado puede superar los 0,5 kg animal-1 día-1 (Ibrahim et al. 2000, Pérez et

40
al. 2002, Burle et al. 2003, Jiménez 2007) (cuadro 6.3). La respuesta del animal
(leche y/o carne) dependerá de la calidad y disponibilidad de la dieta basal (sea
pasto de piso o de corte/acarreo) y de otros suplementos proteínicos y/o
energéticos. Por otro lado, los análisis financieros de los bancos forrajeros, en
términos de tasa interna de retorno, son positivos y varían entre 17% y 35% (Jansen
et al. 1997, Jiménez 2007, Sánchez 2007, Turcios 2008).
Lo anterior refleja el potencial de los bancos forrajeros de leñosas para la adaptación
al cambio climático en fincas ganaderas mediante la implementación de los
sistemas ganaderos, en especial durante las sequías prolongadas y para mantener
una rentabilidad del sistema. Con estas características sobresalen las especies
leñosas Leucaena leucocephala, Cratylia argentea y Albizia lebbeck

Importancia económica cerca viva


Reduce los costos de construcción de cercas hasta en un 46%.
. Otros beneficios:
- Delimitan propiedades o potreros.
- Proveen de follajes y frutos.
- Aportan nutrientes al suelo.
- Pueden funcionar como “cortinas rompe vientos”

41
RECOMENDACIONES PARA SU ADOPCIÓN

 Utilizar especies que además de ser útiles en la cíclale de nutrientes y


sombra , también sean aprovechables en la alimentación de alta nutrición
del ganado (Ej:Leucaena)
 Utilizar especies diferentes que proporcionen diferentes estratos en el
sistema.
 Utilizar sistema de rotación en el cual el ganado no ocupe mucho tiempo en
el mismo sector para que este pueda descansar y empezar a renovar.
 Entender que el éxito de un sistema agroforestal y policultivo se encuentra
en el aprovechamiento o buen manejo de la recursos dentro del sistema
con lo cual se debe minorizar la importación de recursos foráneos al
sistema, con el fin de volverlo autosustentable
 Utilizar los desechos animales y restos de biomasa como fuente de
nutrición
 Utilizar especies forestales como barreras de viento con fin de evitar
erosión eólica
 Un sistema con especies vegetales con raíces profundas ayudan a la
descompactación y retención de humedad en el suelo
 La familia de la fabáceas ayudan a la fijación de nitrógeno atmosférico con
lo cual se disminuye la adición de fertilización nitrogenados
 Utilizar distancias prudentes para evitar el sombrío excesivo y la
competencias por nutrientes que afectarían todos los procesos del sistema
 Para sector plano se recomienda el uso de maquinaria de conservación que
integre los desechos y evite la compactación, proceso el cual se hace como
mínimo dos veces al año
 Para sector de pendiente y no se pueda usar maquinaria se debe adoptar la
incorporación manual de desechos por lo menos una vez en el año con
fines de mejor la fertilidad y estructura del suelo
 Para suelo con pH menor a seis pero una relación Ca/Mg optima solo
aplicar materia orgánica y evitar el uso del encalado tradicional

42
 Hacer rotación de fertilizantes químicos y orgánicos de acuerdo al análisis
de suelo de manera que se devuelvan los nutrientes del suelo en caso de
presentar déficit

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