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La jurisdicción de la Corte Penal Internacional

en México
Raúl Montes Velasco
Resumen: En el presente ensayo se abordará una problemática que se puede
encontrar en el artículo 21, párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos. Dicha disposición es la que “reconoce” la competencia de la
Corte Penal Internacional, sin embargo, si se contrasta este texto con los tratados
internacionales y los principios generales del derecho internacional, nos da a
entender que la realidad de México es decepcionante al momento de reconocer a
una instancia de justicia internacional, la cual, sin dudas tiene como objeto mantener
la paz y evitar que se cometan las abominaciones vividas durante el siglo pasado.

1. INTRODUCCIÓN

Los tratados internacionales han abierto un amplio panorama para el derecho de


interno de las naciones, muchos de ellos, los cuales protegen los derechos de las
personas y castigan a quienes atentan en contra de estos, se han creado a raíz de
los graves padecimientos que han asolado a la humanidad a lo largo de la historia.

En la actualidad, México es parte de docenas de convenios o tratados


internacionales, entre los cuales se incluyen disposiciones de: derechos civiles y
políticos, derechos económicos, sociales y culturales, derechos de los migrantes,
derechos de la mujer, derechos de los niños, derechos de los trabajadores,
derechos de personas con discapacidad, tratados para prevenir y sancionar la
discriminación, la tortura, la desaparición forzada de personas, etc.; asimismo,
vienen incluidos ordenamientos en materia de derecho internacional humanitario y
derecho penal internacional.

La obligación de los estados no basta con la firma y ratificación del documento


internacional, generalmente viene aparejada la obligación de modificar el derecho
interno para armonizarlo con el tratado internacional al cual se fue suscrito. Es cierto
que no existe ningún medio que obligue a los estados parte a cumplir plenamente
con los tratados, esto va relacionado con el artículo 26 de la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, el cual estipula que los tratados deberán ser
cumplidos de buena fe.

México ha sido acreedor de diversas sentencias por parte de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, en las cuales se le ha ordenado modificar
su derecho interno para adecuarlo con la Convención Americana sobre Derechos
Humanos. Por ejemplo: modificar el Código de Justicia Militar (caso Cabrera García
y Montiel Flores), tipificar el delito de feminicidio (caso Campo Algodonero), e
incluso modificar la Constitución, como consecuencia del caso Radilla Pacheco, que
fue el parteaguas de la reforma en derechos humanos de 2011.

Ahora bien, ¿Cuál es el contexto del párrafo octavo del artículo 21 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos?, el texto constitucional dice a la letra:

“El Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso, reconocer
la jurisdicción de la Corte Penal Internacional.” (CPEUM., 1917: art. 21)

Esta “adecuación” constitucional no es un reconocimiento llano de la jurisdicción de


la Corte, lo que hace es limitar la aplicación del Estatuto a la aprobación del Senado
y del Ejecutivo Federal en cada caso concreto.

2. DERECHO INTERNACIONAL: OBSERVANCIA Y CUMPLIMIENTO DE


LOS TRATADOS

Una vez que la comunidad internacional se unió para crear una institución de
carácter permanente facultada para perseguir y sancionar a aquellos que cometan
las conductas más atroces y repudiadas por el derecho internacional, el siguiente
paso sería la aceptación de la jurisdicción de una instancia supranacional que desde
luego, posee una naturaleza complementaria a las instancias penales nacionales.
Sin embargo, esto no quedó muy claro para algunos países que tomaron la misma
directriz que México, al pensar (posiblemente) que la admisión llana de un tribunal
facultado para atribuir responsabilidad penal individual, podría suponer una
violación a la soberanía nacional.

Aunado a lo anterior, Contreras (2004) indica los tipos de incorporación para poder
adaptar los tratados internacionales a la legislación interna de un Estado.
“a) Incorporación automática: No requiere ningún acto normativo interno especial
para su obligatoriedad en el territorio del Estado, sólo basta con que lo sea
internacionalmente, exigiéndose de manera eventual su publicación” (p.27).

No es necesario que el Estado cambie su legislación interna, solo es necesario que


se publique eventualmente para que se dé a conocer que dicho Estado ha sido parte
de otro cuerpo normativo.

b) Recepción especial:” Requiere una transformación del tratado mediante una


producción normativa interna, ya sea una ley, decreto, etc.” (Contreras, 2004: 27).

Aquí es necesario que el Estado, cuando sea parte de un tratado internacional,


modifique su legislación interna por medio de una ley o decreto, para así adicionar
las disposiciones establecidas en el tratado internacional.

La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados de 1969, el cual, se puede


decir que es el tratado que sirve como manual para regular el contenido de los
demás convenios, menciona en el artículo 27 que los Estados no podrán justificar
el incumplimiento de un tratado por disposiciones de su derecho interno; además,
respaldado por el artículo 18 del mismo tratado, el cual dice que los Estados tienen
la obligación de no frustrar el objeto y el fin de un tratado, lo cual podemos vincular
directamente con el principio Pacta Sunt Servanda que se encuentra en el artículo
26.

Reforzando lo anterior, Sepúlveda (2002) señala lo siguiente:


“Que el artículo 18 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados
menciona la obligación de no frustrar el objeto y el fin de un tratado antes de que
este entre en vigor. Todo ello es un derivado del principio Pacta Sunt Servanda.
Pero es evidente que esta regla precisa un complemento o sea que en el intervalo
entre la firma y la ratificación o la adhesión se provea un procedimiento de consulta
o algo parecido, sobre todo aquello que vuelva de difícil cumplimiento pacto
concertado”.(p. 564)
Lo expuesto por Sepúlveda en el párrafo anterior podría aplicarse en cuanto al tema
en razón de que el Estatuto de Roma fue ratificado por México hasta Octubre del
2005 y entro en vigor para México hasta el primero de enero de 2006 y la reforma
constitucional, la aparente reserva, fue publicada en junio de 2005. Entendiéndose
en razón de que el fin y objeto del Estatuto de Roma es erradicar la impunidad de
los autores que cometan crímenes graves de trascendencia internacional, México
hace la reforma antes de ratificar el tratado, entonces si México reserva el
reconocimiento de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en un caso
práctico, se estaría violentando este precepto.
3. ANÁLISIS COMPARATIVO DEL RECONOCIMIENTO DE LA
JURISDICCIÓN DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL EN OTROS
TEXTOS CONSTITUCIONALES

Las Constituciones a analizar le corresponden a los siguientes países: Francia,


Portugal.
Según lo dispuesto en la Constitución de la República de Francia en su artículo 53-
2 señala lo siguiente:
“La República podrá reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional de
acuerdo con las condiciones previstas por el tratado firmado el 18 de julio de 1998.”
(Const., 1958: art. 53-2)

Como podemos observar en el artículo anterior, contenido en la Constitución de la


República Francesa, se aprueba de manera explícita la jurisdicción de la Corte
Penal Internacional

Por su parte, Portugal en el artículo 7, párrafo séptimo de su Constitución establece


lo siguiente:

“Portugal puede, teniendo en cuenta la realización de una justicia internacional que


promueva el respeto por los derechos humanos y de los pueblos, aceptar la
jurisdicción de un Tribunal Penal Internacional, en las condiciones de
complementariedad y demás términos establecidos en el Estatuto de Roma.”
(Const., 1976: art. 7)
Respecto al artículo 7 de la Constitución de Portugal, comienza hablando sobre las
relaciones internacionales, fomentando el respeto a los derechos humanos, pueblos
indígenas y la igualdad entre los Estados, así como la cooperación internacional y
progreso internacional. Y en el párrafo 7, se expresa de una manera textual, la
aceptación de la jurisdicción de la Corte Penal Internacional bajo el principio de
complementariedad positiva de la misma, respetando lo establecido en el Estatuto
de Roma.
Finalmente, por cuanto hace a Brasil, la Enmienda Constitucional nº 45, de
8.12.2004, incorpora a ese art. 5º los §§ 3º y 4º, que disponen, respectivamente,
que “los tratados y convenciones internacionales sobre derechos humanos que
fuesen aprobados, en cada Casa del Congreso Nacional, en dos turnos, por tres
quintos de los votos de los respectivos miembros, serán equivalentes a las
enmiendas constitucionales”, y “el Brasil se somete a la jurisdicción de Tribunal
Penal Internacional a cuya creación haya manifestado adhesión”.
“Brasil se somete a la jurisdicción de la Corte Penal Internacional, cuya creación se
ha manifestado la adhesión.”
Respecto a la enmienda realizada en la Constitución de Brasil en el artículo 5°, se
establece que los tratados internacionales estarán a la par de las mismas
enmiendas, y también de una manera llana, el Estado Brasileño se somete a la
jurisdicción de la Corte Penal Internacional, de una manera adhesiva.
Lo anterior nos lleva a que estos países mencionados, han aceptado la jurisdicción
de la Corte Penal Internacional de una manera llana y atendiendo principalmente al
artículo 17 del Estatuto, entendiendo que la Corte Penal Internacional es de carácter
complementario. Además se respeta lo establecido en el artículo 88, donde dice que
los Estados parte deben modificar su legislación interna para poder cooperar de una
manera plena con la Corte Penal Internacional. La postura de Portugal resulta
interesante ya que menciona “teniendo en cuenta la realización de una justicia
internacional que promueva el respeto por los derechos humanos…”, lo cual es algo
bastante bueno para el fin y el tratado del Estatuto, ya que de aceptar las
condiciones tal cual de la Corte Penal Internacional, se armoniza el Estatuto de
Roma, la Convención de Viena y por supuesto que el derecho interno.
4. MÉXICO Y LA CORTE PENAL INTERNACIONAL
El Estatuto de Roma entró en vigor el 1 de julio de 2002, México lo ratifica en octubre
de 2005 y entra en vigor para éste en enero de 2006, pero la adecuación
constitucional fue de junio de 2005, la pregunta aquí es, ¿México actuó de mala fe?

A continuación, muestro un cuadro con el procedimiento de reforma constitucional


a la par de la adopción del Estatuto de Roma:

“Claro está que no hay ninguna opción, los Estados partes tienen que introducir,
por lo menos, normas que protegen la administración de justicia de la Corte Penal
Internacional. En todo caso, lo más recomendable es una implementación total o
completa” (Ambos, 2008: 98)

Lo mencionado en el párrafo anterior por Kai Ambos, respalda mi postura ya que


México carece de una implementación completa en su legislación para cooperar con
la Corte Penal Internacional, si bien es cierto existen leyes especiales las cuales
contemplan ciertos delitos que son de competencia para la Corte Penal
Internacional, incluso se le da la atribución a los jueces penales federales en el
artículo 50 de la Ley orgánica del Poder Judicial de la Federación de conocer sobre
delitos federales y entendiéndose estos los contemplados en leyes especiales y
tratados internacionales, no obstante a esto, lo mencionado en el párrafo octavo del
artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es un texto
ambiguo, carece de alguna ley reglamentaria para conocer en qué casos se
aprobará la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en México.
“Lo contemplado en el artículo 21 de la Constitución es una de las peores formas
en que un Estado puede reconocer la jurisdicción de un órgano internacional, ya
que no queda claro si el Estado mexicano en verdad se ha sumado o no a la Corte
Penal Internacional. Es decir, si el texto constitucional permite que la jurisdicción de
la Corte sea reconocida caso por caso”. (Carbonell, 2009: 767)

La participación de Miguel Carbonell tiene que ver con el hecho que el texto
constitucional es ambiguo, carece de algún respaldo que especifique las
condiciones que se tomaran para reconocer la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional, a lo cual de una manera aparente se podría considerar que México
se encuentra en un estado de incumplimiento respecto al Estatuto de Roma.

Las disposiciones del derecho internacional y la costumbre se elevan más allá de la


legislación interna de los estados parte, ya que lo único que quieren las naciones
es que no se vuelvan a repetir aquellas atrocidades que desafían a la imaginación,
de las cuales niños, mujeres y hombres fueron víctimas.

México no ha quedado exento de violaciones graves (lesa humanidad) de derechos


humanos, que a ciencia cierta no hay una cifra exacta de violaciones, hay ciertas
estadísticas de quejas, o procesos penales en contra de perpetradores de aquellos
hechos tipificados como crímenes internacionales.

CONCLUSIONES
A manera de conclusión podemos decir lo siguiente:

1. El texto constitucional referido en el presente ensayo es ambiguo y se


necesita un reconocimiento llano de la jurisdicción de la Corte Penal
Internacional en México.
2. El Estatuto de Roma no viola la soberanía de México de investigar, pero la
Constitución si podría violar el acceso a la justicia de algunas presuntas
víctimas de crímenes de lesa humanidad.
3. Resulta útil el hecho de proponer el reconocimiento llano de la Corte Penal
Internacional, como los países analizados en el presente.
FUENTES DE CONSULTA:
Contreras Vaca, José Francisco. Derecho Internacional Privado: Parte General,
Oxford, México, 2001
Sepúlveda, Cesar. Derecho Internacional, 23° Edición, Porrúa, México, 2002
Carbonell, Miguel, Los Derechos Fundamentales en México, 3era edición, Porrúa,
México, 2009
Ambos, Kai. Derecho y proceso penal internacional. Ensayos críticos. Fontamara,
México, 2008
LEGISLACIÓN

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Constitución de Francia

Constitución de Portugal

Constitución de Brasil

Estatuto de Roma

Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

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