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SOMOS RESPONSABLES DE TRASPASAR NUESTRA FE

Deuteronomio 6:5-9
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con
todas tus fuerzas.
6
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
8
Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos;
9
y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Dios nos ha encomendado una responsabilidad que como padres
tenemos que cumplir
¿Cómo estamos cumpliendo con esa responsabilidad que se nos
encomendó?
Nuestra responsabilidad ES SEMBRAR LA PALABRA DE DIOS EN
LA VIDA DE NUESTROS HIJOS vv. 7-9
La mayoría de los padres nos esforzamos en ser buenos
proveedores para nuestros hijos, hacemos todo lo que está a nuestro
alcance para que nada les falte.
Pero Dios quiere que seamos capaces de proveer mucho más de lo
material.
Él nos manda a darles el alimento espiritual que ellos necesitan para
tener una comunión correcta con Él, el alimento espiritual que los
llevara a la vida eterna con Cristo.
Mucho de lo que aprenden los niños es por lo que ven, es por eso
que ellos deben ver en nosotros una dependencia total a Dios.
Debemos hacer real la Palabra de Dios es nuestras vidas, no solo
escucharla. SINO VIVIRLA DIARIAMENTE
NUESTRA FE DEBE SER REFLEJADA EN NUESTRO ESTILO DE
VIDA.
Somos responsables DE TRANSMITIR a nuestros niños NUESTRA FE
Y AMOR A DIOS.
¿CÓMO PODEMOS TRANSMITIR LA FE NUESTROS HIJOS?
(SEMBRAR UNA SEMILLA)
LA FE ES COMO UNA SEMILLA QUE NECESITA SER SEMBRADA
PARA QUE PUEDA DAR FRUTO.
Así como un agricultor cuida cada día con esmero lo que sembró
echando abono, regando, desinfectando, para lograr una buena
cosecha.

(REGAR LA SEMILLA)
Del mismo modo nosotros no solo debemos sembrar en nuestros
hijos la Palabra, sino preocuparnos de su crecimiento diariamente
para lograr una cosecha firme de fe en sus vidas.
En la Biblia encontramos un ejemplo de una abuela y una madre que
marcaron la vida de un niño con una fe genuina. Timoteo (Loida y
Eunice) (1Timoteo 1:5)
Timoteo hizo vida las enseñanzas que recibió de su abuela y su madre
por eso Pablo reconoce su fe no fingida.
Su abuela Loida fue capaz de traspasar su fe en sus 2 siguientes
generaciones, su hija Eunice y su nieto Timoteo.
3 GENERACIONES VIVIENDO UNA FE GENUINA.
Es nuestra responsabilidad como PADRES, HERMANOS, ABUELOS,
TÍOS O TUTORES, no solo sembrar la semilla de fe en los corazones
de los niños, sino dedicarle el tiempo que necesita para cuidarla y
que llegue a dar un buen fruto.
(VOLVER A REGAR)
No dé por hecho que su hijo tiene una fe firme solo porque asiste a
la iglesia cada domingo, PREOCÚPESE DE TRANSFERIR Y
ALIMENTAR SU FE CADA DÍA.
Aproveche cada momento que tenga con su niño y transmita su fe con
su forma de vivir diariamente.
Muéstreles a Dios en todo lo que haga, en todo momento, con todo
lo que le rodea.
Como dice el verso 7:
7
y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa,
y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.
O SEA, SIEMPRE
Sea paciente en sembrar en la vida de los niños y vera como en su
tiempo esa semilla de fe que usted sembró DARÁ SU FRUTO QUE
PASARA DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN.

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