Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Análisis de Inversiones II
—
Índice
2.1 Concepto
Hemos visto en apartados anteriores como para hacer comparables esos flujos es
necesario ajustarlos por el valor del dinero en el tiempo. Sin embargo, el VAN da un
paso más. Si la mera actualización de flujos supone actualizar los flujos a la tasa libre de
riesgo, en el VAN los flujos se actualizan no a la tasa libre de riesgo sino a una tasa de
descuento que recoge de alguna manera las expectativas de rentabilidad del inversor.
Por tanto, podemos definir el VAN como el valor actual de una corriente de flujos
generados por una inversión a lo largo de su vida en función de una tasa de descuento.
Donde,
k = es el factor de descuento
I = es la inversión inicial
VR = Valor residual
Si VAN > 0, inversión que aporta valor, puede ser una opción de inversión
Año 1 2 3 4 5
El inversor considera en el análisis un factor de descuento del 10%. Con estos datos
podemos calcular el VAN.
Se trata de un proyecto con un VAN negativo, lo que quiere decir que el proyecto
destruye valor ya que no es capaz de generar la rentabilidad pedido por el inversor.
Para realizar dicha actualización señalábamos que debía utilizarse la tasa libre de riesgo,
que es el indicador del precio, del valor del dinero en el tiempo. Sin embargo ahora, al
calcular el VAN que exige un descuento de flujos no utilizamos la tasa libre de riesgo sino el
factor de descuento. ¿Por qué?
¿Qué es el factor de descuento? Son diversas las teorías sobre lo que es el factor de
descuento:
Coste de capital: para algunos autores el factor de descuento debe ser el coste
promedio de los capitales con los que se financia la empresa.
Rentabilidad ofrecida por activos financieros con riesgo similar: aquí subyace.
El empresario acometerá los proyectos que tienen rentabilidad del 15% y 20% ya que son los
que más rentabilidad generan y con ellos agota todo su capital. En futuros análisis de
inversiones utilizará la tasa de descuento del 12% ya que si dispone de nuevos fondos para
invertir tiene la posibilidad de acometer el tercer proyecto que ofrece una rentabilidad del
12%, luego, otras alternativas que aparezcan deberán al menos igualar esa rentabilidad sino
acometerá este tercer proyecto que ahora, por falta de capital, no puede llevar a cabo.
Hablamos de rentabilidad neta, si bien este término tiene un sentido distinto, según el facto
de descuento que utilicemos.
Si utilizamos como factor de descuento el coste del capital, el VAN nos mide el valor
añadido, que aporta el proyecto tras, es decir neto, haber pagado los gastos de explotación,
devolver el capital, retribuir el pasivo y al capital.
Su facilidad de cálculo
Ejemplo: supongamos dos inversiones “a” y “b”, siendo el VAN de “a” 100 millones de
euros y el VAN de “b” 85 millones de euros. De acuerdo con el VAN invertiríamos en el
proyecto “a”.
Sin embargo, si obtenemos la información sobre el coste inicial de las dos inversiones
vemos que el coste inicial de “a” asciende a 1.000 millones de euros y el de “b” a 250
millones de euros. En ese caso es claro que la opción no es el proyecto “a” que genera
más VAN, sino el “b” ya que si dispongo de 1.000 millones lo mejor es invertir en “b” y si
puede ser lanzar 4 proyectos de forma que obtendré 85 x 4 = 340 millones de euros
frente a los 100 millones que obtendría invirtiendo los 1.000 millones en “a”.
3.1 Concepto
La tasa interna de retorno es la tasa de actualización que hace que el VAN sea cero.
Matemáticamente podemos expresar la TIR del siguiente modo:
I = es la inversión inicial
VR = Valor residual
Al resolver esta ecuación donde todos los elementos son conocidos menos la “r”
obtendremos una tasa expresada en porcentaje. Siguiendo con el ejemplo anterior nos
podríamos preguntar:
Año 1 2 3 4 5
¿Cuál es la tasa interna de retorno? Con los datos del ejemplo planteamos la siguiente
ecuación:
0 = - I + Σ(Qi/(1 + r)i) + VR/(1 + r)n = - 2.500 + 350/(1 + r)1+ 450/(1 + r)2 + 500/(1 + r)3+
4 5 5
500/(1 + r) + 500/(1 + r) + 250/+ (1 + r)
La TIR nos proporciona la rentabilidad relativa bruta del proyecto de inversión, sobre el
capital invertido a principios de cada año. Es una medida relativa por lo que ya está
relacionando, a diferencia del VAN, beneficio y coste.
Por otro lado, es una medida bruta, es decir, es una medida de rentabilidad del
proyecto que será necesario comparar con la rentabilidad mínima exigida por el
inversor o el coste de capital. Desde este punto de vista, la TIR nos indica el máx imo
tipo de interés que se puede pagar por el capital a lo largo de la vida de la inversión.
Si se trata de comparar proyectos, será más interesante aquel proyecto cuya TIR sea
más alta.
3) Hipótesis de reinversión poco realistas: al igual que el VAN la TIR considera que
los flujos obtenidos se reinvierten hasta el final del proyecto a una tasa igual a
la TIR.
4.1 Concepto
PR = I/Q
Donde;
I = Inversión inicial
Según este criterio se llevarán a cabo aquello proyectos que tengan un menor plazo de
recuperación o que éste sea menor al establecido por el inversor.
El plazo de recuperación ha sido uno de los criterios más populares a la hora de analizar
inversiones, este hecho puede ser debido a su facilidad de cálculo. Sin embargo, el plazo de
recuperación presente algunos inconvenientes importantes:
No considera los flujos de caja generados por el proyecto una vez que se ha
recuperado la inversión inicial. Realmente no se trata de una medida de
rentabilidad, es más bien una medida de liquidez que conviene ser tenida en
cuenta pero que se debe complementar con otros análisis.
No tiene en cuenta el valor del dinero en el tiempo, de forma que considera los
distintos vencimientos de forma equivalente cuando no lo es.
Año 0 1 2 3 4 5
B -500 50 500
¿Cuál sería el más interesante desde el punto de vista del plazo de recuperación?
Vemos que el proyecto A tiene un periodo de recuperación de 3 años, mientras que el
proyecto B tiene un periodo de recuperación de menos de 2 años. Desde el punto de
vista del plazo de recuperación sería más interesante el proyecto B. Sin embargo, salta
a la vista que es preferible invertir en el proyecto A ya que a pesar de tener un plazo de
recuperación más largo supone un mayor retorno sobre la inversión realizada.
En este ejemplo se pone de manifiesto como el plazo de recuperación es más bien una
medida de liquidez, importante a tener en cuenta, pero no una medida de la rentabilidad de
proyectos.
A este respecto es importante señalar que para que dos proyectos sean comparables
deben ser homogéneos. Que sean homogéneos implica que deben tener el mismo coste
inicial y la misma duración.
Según lo visto a lo largo de la presente clase en función del criterio utilizado de análisis lo
mejores proyectos serán:
Como hemos ido señalando todos los modelos tienen sus ventajas e inconvenientes y, por
tanto, a la hora de seleccionar un proyecto es aconsejable utilizar los tres modelos en su
análisis, para tener la visión más completa posible del mismo. Y es aquí donde surge el
problema.
Los criterios de VAN y TIR siempre coinciden en cuanto a la decisión de aceptar o rechazar
un proyecto, sin embargo no coinciden siempre a la hora de seleccionar un proyecto sobre
otro.
Año 0 1 2 3 4
A -100 60 20 70 10
B -45 30 10 50 5
Por otro lado, los proyectos pueden no ser homogéneos al tener diferentes
horizontes temporales o como es el caso, diferentes inversiones iniciales.
Hay mucha literatura sobre el tema tratando de priorizar uno de los dos criterios, VAN o
TIR, sobre el otro. Si bien consideramos que la elección de un proyecto u otro, debe
venir más que fijada por un procedimiento establecido, por un atento análisis de las
diferencias entre los dos métodos que están provocando esa diferentes jerarquización.