El Plan de Desarrollo “Nariño, Corazón del Mundo 2.016-2.

019”, es el resultado de un ejercicio de

planificación participativa que parte del reconocimiento de las potencialidades ambientales,
culturales y geográficas de la región, para transformarlas en oportunidades de Desarrollo Humano
Sostenible a partir de la concepción de un Nuevo Gobierno de la región que se fundamenta en tres
pilares: Gobierno Abierto, Economía Colaborativa e Innovación Social.

 Economía colaborativa:
se concibe como una forma social de organización para acceder a bienes y servicios
públicos y colectivos que satisfacen necesidades humanas sin afectar la sostenibilidad
ambiental y la organización socio-cultural de las comunidades, teniendo como
fundamento la solidaridad, la confianza y la participación voluntaria de las personas para
promover la equidad social en el territorio.
se apostará por la definición de alianzas estratégicas para la satisfacción de necesidades
colectivas y para la implementación de proyectos de alta incidencia que estimulen la
competitividad y productividad mediante la consolidación de alianzas público-privadas y
programas asociativos de gestión y planificación territorial.

Crecimiento y actividades económicas.

La distribución espacial de la competitividad desde un enfoque territorial expresa desigualdades y

semejanzas entre los departamentos y las regiones del país. El índice de competitividad de la
CEPAL que incluye los factores: fortaleza económica, infraestructura, capital humano, ciencia
tecnología e innovación, instituciones, gestión y finanzas publicas ubica a Nariño en el puesto 19 a
nivel nacional, con un nivel de competitividad medio bajo.

En términos generales, el sector terciario visto en su conjunto se ha constituido en el eje de mayor

dinamismo de la economía con una participación de 66.6% en el PIB - Transporte,
Almacenamiento y comunicaciones (5,7%), Restaurante y Hoteles (7,5%), Comercio y reparación
(10,4%), Servicios Financieros (10,4%), Derechos e Impuestos (4,2%), Servicios sociales, comunales
y personales (28,4%) -, mientras que el aporte del PIB secundario es de 17,6%: Construcción
(11,2%), Industria manufacturera (4,8%), Electricidad, gas y agua (1,6%) - y el aporte del sector
primario es de 15,8%: Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca continua realizando un
aporte significativo (13,9%), Minas y Canteras (1,9%).

Si bien, Nariño ha sido una zona tradicionalmente agropecuaria, su contribución al PIB

departamental presenta una participación decreciente. Según estadísticas del DANE, el aporte de
esta rama de actividad al PIB fue cercano al 20% en el año 2.000, mientras que para 2014 es de
13.0, rezago que se explica - entre otros factores – por los elevados costos de los insumos para la
producción, los bajos niveles de asistencia técnica e inversión, los problemas de transformación y
comercialización, la falta de crédito y la deficiente infraestructura vial - que dificultan la
consolidación de un mercado local y restringen la movilización de la producción hacia el interior
del país - y, finalmente, el alto grado de dispersión de la población rural que explica, en gran
medida, el alto grado de dependencia del sector primario de la economía (ICER, 2015).

En general los servicios personales y los de distribución (comercio al por mayor y al por menor,
transporte y almacenamiento) tienden a estar ligados a altos niveles de empleo informal, bajo
nivel educativo de la mano de obra, baja productividad y remuneraciones, debido - entre otras – a
barreras de acceso relativamente menores. Por lo tanto, se hace necesario fortalecer los servicios
básicos y de producción relacionadas con procesos de modernización debido a que son sectores
con mayores requisitos de educación de mano de obra y mayores barreras de acceso en capital y
tecnología, para dinamizar la economía y el empleo formal en la región.

Para el año 2014, el sector agrícola local reportó 190.356 hectáreas sembradas, de las cuales
34.789 correspondieron a cultivos transitorios (Papa, frijol, arveja, maíz y arroz), 7.640 has a
cultivos anuales (frijol, quinua, yuca y maíz) y 147.927 a cultivos permanentes (caña panelera,
plátano, café, palma de aceite, coco, mora, banano).