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INTRODUCCION:
Probé el primer porro cuando tenía 14 años. Al principio vi que mucho no pega (hasta
sospeché que fumé mal). Recuerdo que en ese tiempo escribía en un block de notas EN MI
compu las cosas que hacía todos los días. Pensaba que cuando tuviera 50 años me gustaría leer
ese archivo y recordar las cosas que hacía de pibe.
Desde los comienzos fue todo muy complicado. Creo que le debe pasar a mucha gente que
fuma. Tus viejos no saben lo que haces cuando salís con tus amigos. No importa de dónde
seas, podes ser rico o pobre, tener un millón de amigos o seguir juntándote con la barrita de
siempre.
¡Qué alegría los primeros viajes! Después que pasas la fase de “ESTO no me pega”, empieza el
torbellino de la alegría, Y EMPIEZA A Pegar siempre, todo es un viaje... “Que viaje mirar
Animal Planet, re loco”, “ “que viaje mirar las nubes, re loco”, “que viaje, caer a comer A LO DE
tu abuela, re loco”, “que viaje mirar a las hormigas llevar hojas, re loco”. Todo es un viaje y
todo es risas.
Por un lado creo que la obsesión comienza con una parte de nuestro ser que necesita
“emoción”. Lo cotidiano es absurdo ES TODO UN SIN SENTIDO. Necesitamos sorprendernos de
esas cosas que ya probamos.
Justamente creo que detrás de la obsesión por las drogas se esconde un GRAN Y maldito
VACIO
Todas las noches antes de irme a dormir fumaba uno para escaparme de los problemas del
día. Había noches en las que probaba no fumar, para ver si podía dormir igual. Me terminaba
levantando a la madrugada a fumar porque no había manera. De la nada me había convertido
en un ADICTO, sin querer queriendo. A los problemas, le había sumado un problema más. No
había escapatoria. “El problema con las drogas siempre es de otros”. Asi nos engañamos a
nosotros mismos…
Siguiendo con estos lineamientos, el fumador fuma porque está aburrido, y el careta caretea
su apatía por el mundo. El fumador quiere que pase algo todo el tiempo. El mundo es
insoportable. ¿Dónde esta el problema? El problema es, y a esto lo digo con conocimiento de
causa, que la marihuana abre las puertas hacia otras drogas. Si, Señora de 70 años, usted tenía
toda la razón.
De la marihuana salté a la cocaína, al LSD, a la pasta y a la ketaMINA. ¿Por qué? Por que la
marihuana me aburrió y quería probar cosas nuevas. Tomé más cocaína de la que hubiera
querido.
Las drogas son realmente una cárcel , una oscura prisión muy difícil de salir. No distingue
clase social, edad, condición ni género. El tema es que son pocos los que se hacen la pregunta
a tiempo, porque están demasiado preocupados viendo cómo hacen para pegar una bolsa
para el fin de semana. El drogadicto realmente no sabe qué es un drogadicto.
En definitiva, yo sentí que no podía más. No podía fumar un porro más ni tomar una pastilla
más. Sentía que si lo hacía una vez más me moría. Llegué al punto de tener ataques de pánico
por la abstinencia. Mi cuerpo necesitaba pero mi cabeza ya lo había entendido. Mi cabeza
entendió que a mis problemas los tenía que solucionar por otro lado.
El darte cuenta es complicado. Es difícil darte cuenta si no tenes nadie al lado que te diga, que
eso no te hace nada bien. Por lo general, sentís que todos te atacan cuando te dicen que
deberías dejar de drogarte.
Juan 8:36
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”
¿Dónde empieza todo?
*Las adicciones, cualquiera sea su nombre tiene una raíz, una causa, un porque….
*Cuando el ser humano es creado en el vientre de su madre, es creado con una
necesidad, con una sed, con un vacío en su ser interior…
*Un vacío tamaño Dios, y cuando digo un vacío tamaño Dios, estoy diciendo que solo
Dios con su presencia lo puede llenar…
*cuando el ser humano siente ese vacío, cuando se percata de ese vacío en su
corazón, intenta llenarlo con todo tipo de diversiones, pasatiempos, adicciones. etc.
etc. Etc.-
Y no se da cuenta, quizás por ignorancia o rebeldía que simplemente levantando la
mirada al cielo y acudiendo a JESUS podrá satisfacer esa sed, ese hambre, esa gran e
inmenso vacío.