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El parche: dime con quien andas y te diré quien eres


Entonces, apareció el zorro.
Buenos días, dijo el zorro.
Buenos días, respondió cortésmente El Principito, que se dio vuelta,
pero no vio nada.
Estoy acá, dijo la voz bajo el manzano...
¿Quién eres?, dijo el principito. Eres muy lindo...
Soy un zorro, dijo el zorro.
Ven a jugar conmigo, le propuso el principito. ¡Estoy tan triste!
No puedo jugar contigo, dijo el zorro. No estoy domesticado.
¡Ah! Perdón, dijo el principito. Pero después de reflexionar, agregó:
¿Qué significa domesticar?
No eres de aquí, dijo el zorro. ¿Qué buscas?
Busco a los hombres, dijo el principito. ¿Qué significa domesticar?
Los hombres, dijo el zorro, tienen fusiles y cazan. Es muy molesto.
También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas?
No, dijo el principito. Busco amigos. ¿Qué significa domesticar?
Es una cosa demasiado olvidada, dijo el zorro. Significa crear lazos.
¿Crear lazos?
Si; dijo el zorro. Para mi no eres todavía más que un muchachito
semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me
necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros.
Pero, si me domesticas tendremos necesidad el uno del otro. Serás
para mi único en el mundo. Seré para ti único en el mundo.

(Antoine de Saint-Exupéry - El principito)

Reflexionemos y compartamos
 ¿Qué lecciones sobre la amistad nos enseña este texto?
 ¿Qué opinan del refrán: dime con quien andas y te diré quien eres?
 Compare sus amigos de juventud con los actuales amigos de su hijo/hija,
¿hay diferencias?
 ¿Qué opinan de la problemática de los jóvenes actuales, como alcohol,
cigarrillo, drogas ilícitas?
Consultemos y debatamos
Siempre los adolescentes forman grupos de amigos, que se convierten en su
refugio, en sus grandes cómplices. El parche, (la gallada, la barra) es un
grupo de jóvenes que se reúnen en un determinado lugar con el ánimo de pasar
el tiempo y desarrollar actividades conjuntas: conversar, salir a bailar, practicar
un deporte, ir a cine, pero también otros se reúnen para consumir drogas o
delinquir.
El grupo de amigos es un factor esencial para la consolidación de la
identidad en la adolescencia. El joven necesita para conocerse mejor alejarse
de sus padres, integrarse y ser reconocido por un grupo de semejantes: sus
amigos. La denominación que cada grupo hace a sí mismo es variable; el
parche es uno de esos términos.
Algunas personas entienden el parche como un grupo de jóvenes pobres que se
reúnen para delinquir. Lo anterior constituye otra de las falsas creencias o
estigmas que se tienen sobre la juventud. La inmensa mayoría de amigos
(como los parches) son grupos sanos que son importantes para el proceso de
desarrollo de los adolescentes.
El grupo de amigos es un espacio social donde los adolescentes ponen en juego
sus fortalezas, debilidades, valores, sueños, amores y desamores, angustias y
frustraciones. Con estas interacciones el adolescente va cambiando y creciendo.
Las amistades que se crean en la adolescencia les brindan a los jóvenes fuerza
para creer en el futuro y soñar con mundos mejores. Los ideales, el alto grado
de solidaridad que tienen los adolescentes y su disposición para dar
generan amistades que permanecen en la memoria y vida de los
adolescentes y adultos. Por eso, las amistades de esa época de la vida son tan
perdurables, importantes y significativas.
Los adolescentes necesitan vitalmente tener amigos. Después del deficiente
rendimiento en la escuela, otro dato que está relacionado con la sensación de
poco bienestar en los adolescentes es la carencia de amigos, el aislamiento.
La amistad y el grupo de amigos no es uniforme en todas las fases de la
adolescencia. Para los más jóvenes, de los diez a los trece o catorce años, sus
amigos son esencialmente del mismo sexo. En esta fase suele aparecer el mejor
amigo, usualmente un compañero de la escuela o del vecindario, con el cual se
establece una relación muy cercana. Es frecuente que los jóvenes compartan
juntos toda la jornada escolar y posteriormente al llegar a casa hablen seguido
por teléfono por largos períodos. Esta situación genera malestar entre los
padres, que no entienden ¡de qué tanto hablan!
Algunos padres se preocupan por estas relaciones cercanas entre
adolescentes del mismo sexo y tienen entonces dudas sobre su orientación
sexual, que se intensifican cuando ellos se hacen bromas sobre la
homosexualidad. La orientación sexual está definida con anterioridad. En
algunos pueden ocurrir acercamientos eróticos exploratorios entre adolescentes
del mismo sexo, sin que esto lleve a conformar una orientación homosexual.
Los comentarios machistas condenatorios de las conductas de adolescentes y,
sobre todo si provienen de adultos, generan mucha preocupación e
inestabilidad en el adolescente.
Estos grupos de amigos adolescentes se reúnen para actividades distintas
según el sexo. Los hombres giran en torno al deporte, la música, los carros, la
recocha. Las mujeres, simplemente conversan, se interesan más por la moda,
los cantantes y actores, el arte o la escuela. En ambos grupos se inician
comentarios sexistas hacia el otro sexo, aunque las exploraciones eróticas son
más pensadas y deseadas que practicadas.
En esta época son muy frecuentes las visitas a compañeros del colegio con la
intención y excusa de hacer labores académicas, lo que constituye también una
oportunidad para los padres de hacerse amigos de los padres de los amigos de
su hijo o de su hija. Así puede crearse un cierto mecanismo que proteja el
entorno social de sus hijos adolescentes.
El conocimiento de las familias de los amigos de sus hijos les permite a los
padres formar como una red de amigos y tener normas conjuntas sobre las
actividades de los adolescentes, lo que permite que haya coherencia de
normas entre las distintas familias y va a evitar malestares entre los jóvenes
porque los padres de tal le permiten llegar más tarde, por ejemplo.
Que los adolescentes se sientan acogidos en su casa y que se le respeten sus
espacios, les va a permitir sentirse cómodos y evitar el desplazamiento hacia los
espacios públicos como los centros comerciales, los parques o la calle. Aunque
los padres deben evitar caer en la estigmatización de estos lugares, los riesgos
que se pueden encontrar ahí son prevenibles, principalmente con las
fortalezas internas que posean sus hijos.
Una buena dosis de autoestima, respeto por sí mismo y un adecuado ajuste
dentro de un grupo de amigos protectores, una adecuada comunicación en la
familia, suelen ser elementos suficientes para afrontar los posibles riesgos que
ciertos espacios públicos representan para los jóvenes.
El manejo del dinero es fundamental en esta época; los padres, según sus
posibilidades económicas deben suministrarles dinero suficiente y justo para
satisfacer las necesidades de socialización. No suministrarle dinero, habiendo
la disposición del mismo o, por el contrario, darles más de lo adecuado para
sus actividades es facilitarle frustraciones y riesgos innecesarios. Es útil
estimular en ellos el ahorro.
Es necesario que los padres tengan alguna supervisión de sus hijos, sin
lesionar su autonomía y autoestima. Lograr armonía entre el adolescente y
su familia en torno a conocer el sitio donde se encuentra o va a estar es un reto
deseable de alcanzar. El desconocimiento sobre el sitio y/o la compañía de un
adolescente facilita también riesgos innecesarios.
Los amigos y la amistad de los chicos entre los catorce a los diecisiete o
dieciocho años cambian profundamente. Ocurren los acercamientos grupales e
individuales hacia el otro sexo. En esta época típicamente nacen y florecen los
romances. Muchas de las reuniones se desarrollan en torno a los deseos de
exploración sensual.
Los adolescentes son confidentes y cómplices entre sí, se cuentan todo, incluso
lo no sucedido. Sentirse amado, deseado, buscado y reconocido sensual, erótica
y sexualmente son necesidades sentidas del adolescente en esta época. La
presión de grupo en torno a los comportamientos sexuales es muy alta.
Cuando un joven ha iniciado actividad sexual busca y presiona para que sus
amigos lo sigan.
Al mismo tiempo, las relaciones de pareja en esta época son usualmente muy
sentidas y apasionadas, pero inestables: se vive y ama con el alma por corto
tiempo. Si un adolescente inicia actividad sexual en esta época, por los cambios
en las relaciones de pareja que tiene, puede tener muchas compañeras
sexuales en un tiempo relativamente corto, lo cual lo expone a riesgos como el
sida y otras enfermedades de transmisión sexual. Y también los expone al
riesgo de un embarazo adolescente. Por lo anterior, haberle dado una formación
integral sobre la sexualidad, que incluye una buena información sobre el sexo
seguro, es absolutamente necesario. Promover la abstinencia sexual hasta las
fases más tardías de la adolescencia es un factor protector para los
adolescentes.
En esta fase de la adolescencia es en la que el grupo de amigos es más
fuerte y significativo; la familia y la escuela tienden a quedar en un segundo
plano. Esta fortaleza del grupo de amigos les aumenta la sensación de
invulnerabilidad y puede incrementar las conductas de riesgo. El
acompañamiento que hacemos los padres será diferente pues estamos
empeñados en criar hijos autónomos. La supervisión de los adolescentes por
parte de sus familiares se hace más difícil, pero es necesario continuar
haciéndola, aunque de forma discreta y respetuosa.
La actividad más conflictiva entre adolescentes y padres es la de las salidas
nocturnas, en especial las de rumba y los paseos que incluyen dormir fuera.
Hay que considerar, como un posible riesgo, la posibilidad de abuso de
sustancias psicoactivas, incluidas el alcohol y el tabaco. También pueden estar
expuestos a situaciones de abuso y explotación sexual. A los padres les es útil
conocer con quienes va, y si está en sus posibilidades, recogerlo a la salida de
la fiesta.
Otro de los problemas más frecuentes entre padres y adolescentes en esta
fase son los amigos o amigas que a los padres les parecen inadecuados
para sus hijos o hijas, pues suelen ver en un joven amigo de su hijo un riesgo
potencial o real. A veces ocurre que los adultos no están haciendo juicios
objetivos. Con frecuencia a los padres no les gusta un adolescente por
prejuicios que condenan de antemano a los jóvenes : si se viste de colores
fuertes lo tildan de payaso; si usa aretes, de homosexual, etc.
Otras veces, su apreciación se basa en datos más reales. En estos casos, la
conversación con el adolescente sin demeritar a su amigo, a quien quiere, es lo
adecuado. La prohibición de una amistad usualmente lo conduce a aferrarse
más a ella. Facilitar otros espacios para nuevas amistades y diversiones quizá
funcione mejor.
El grupo de amigos para los adolescentes cercanos a los dieciocho años
sigue siendo importante, pero adquiere una dimensión más tranquila y un
poco menos significativa que en los años anteriores. La elección de la vocación,
el estudio superior o la ubicación laboral y la posibilidad de emancipación son
factores determinantes de este cambio. Cuando se establecen relaciones de
pareja más estables, éstas se convierten en otro factor que contribuye a la
disminución de la importancia del grupo de amigos.
Muchos de los grupos de amigos previamente formados, se desintegran por las
anteriores razones y el adolescente debe reconstruir el concepto de la amistad.
Usualmente, estos cambios le permiten ampliar las perspectivas de su grupo de
amigos y construir nuevas relaciones acordes con los nuevos requisitos que le
plantea la vida.
No todos los grupos de amigos son grupos protectores y sanos para el
desarrollo del adolescente. También existen los parches (bandas, pandillas)
con características delictivas. Estos grupos tienen rasgos muy particulares:
los jóvenes que los conforman suelen provenir de núcleos familiares muy
desintegrados, que no funcionan bien como familia, o con problemas de
maltrato o violencia; sus valores, su ética, su moral, su lenguaje, su
pensamiento, sus motivaciones, sus actitudes y su proyecto de vida son
diferentes a los aceptados por la sociedad y van en contra de la dignidad
personal.
Comprometámonos y evaluemos
 Valoremos y respetemos la amistad y el grupo de amigos de nuestro
hijo/hija
 Seamos amables con los amigos de nuestro hijo y respetemos los
espacios de ellos
 Construyamos una red de apoyo social con las familiares de los amigos
de nuestro hijo y establezcamos con ellos unas normas generales de
permisos, salidas, etcétera
 Valoremos los aportes que los espacios públicos pueden tener para el
proceso de socialización de nuestro hijo y estemos vigilantes de los
riesgos
 Comprendamos que en esta etapa nuestros hijos pueden preferir a sus
amigos sobre su familia
 Supervisemos las actividades y amistades de nuestro hijo
 Preocupémonos si nuestro hijo no tiene amigos; en esos casos,
solicitemos ayuda

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