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Traducción de

EDUARDO RABOSSI
RICHARD R()RTY

¿ESPERANZA O
CO NO CI MI EN TO ?
Una fntro ducc ión al prag mati smo

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


MÉX ICO -ARG ENTI NA -BRA SIL- COLOMBIA -CHI
LE- ESPAÑA
ESTADOS UNID OS- PERÚ - VENE ZUEL A
Primera edici ón, 1997

l. LA VER DAD SIN COR RES PON DEN CIA


•. ,

SE DICE, A MENUf~·O, que el prag mati smo es una


filos ofía tí-
pica men te nort ea¡m erica na >:·. A veces se lo dice
con desd én,
com o en el caso , de Russ ell. Russ ell quer ía
deci r que el
prag mati smo es l.lna filosofía supe rfici al, prop ia
de un país
inm adur o. Pero a:ye ces, esta afirm ació n adqu iere
el sent ido
¿Esperanza o conocimiento? Una introducció11 cont rario cuan do·e s emp lead a por. quie nes sugi
eren que se-
al pragmatismo ría anti nort eam eric ano, y por' ende inm oral , no
ser prag ma-
tista . Opo ners e al prag mati smo equi vald ría a opon
erse a la
©Ri char d Rort y form a dem ocrá tica de vida .
Creo que el desd én de Russell haci a el prag mati
Este libro fue publ icado anter iorm ente bajo el smo y
título Hoff mmg los Esta dos Unid os fue injus tific ado y pien so, tamb
Statt Erkentniss: Eine Einführung in die Pragmatische ién, que
Phi/oso- el enco mio al prag mati smo es equi voca do. La
filosofía y la
phie {Viena, Passagen Verlag, 1994 ). polít ica no está n tan estre cham ente unid as. Siem
pre habr á
cabi da para el desa cuer do filos ófic o entr e pers
Foto tapa: Autorretrato, de Andr e Mart us, 1994 onas que
. com part en la mism a visió n polí tica y para punt
os de vista
Gent ileza del auto r. polí ticos diam etra lmen te opue stos entr e filó.sofo
s/as de la
mism a escu ela. En parti cula r, no hay razó n para
D. R. © 1997 , FONDO DE que un fas-
CULTURA ECON ÓMIC A, S. A. cista no sea prag mat ista, en el sent ido de conc
Suip ácha 617, 1008 Buenos Aires orda r con
muc ho de lo que Dew ey dijo acer ca de la natu
ralez a de la
verd ad, el cono cimi ento , la racio nalid ad y la mor
ISBN: 950- 557- 228- X alida d. En
todo s esos tema s, Niet zsch e se hubi era aline ado
con Dew ey.
IMPRESO EN ARGENTINA
* Se ha tradu cido Amer ica y Amer ican como Estad os Unid
Hech o el depó sito que prev iene la ley 11.7 23 os o
Norte amér ica y norte amer icano .

7
8 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 9

contra Platón y Kant. Si hubieran discutido, el único desa- vida fue un defensor de causas políticas buenas, progresistas,
cuerdo sustancial entre Nietzsche y Dewey habría sido acer- ni del hecho de que compartió el juicio de Walt Whitman de
ca del valor de las ideas igualitarias, de la idea de herman- que "los Estados Unidos son, en sí mismos, el mayor poe-
dad humana y, por ende, acerca del valor de la democracia. ma". Nuestra opinión acerca del pragmatismo puede y debe
Considero desafortunado que muchas personas deseen ser independiente de nuestra opinión sobre la democracia 1J
que entre l<i filosofía y la política haya un nexo más estre- sobre los Estados Unidos.
cho del que existe o del que puede existir. En particular, la Por ello, Dewey ño estaba del todo descaminado cuan-
gente de izquierda sigue aguardando un punto de vista filo- do denominó al :pragmatismo "la filosofía de la democra-
sófico que no pueda usar la derecha política, un punto de cia". Lo que tenía en mente era que el pragmatismo y los
vista que sólo se preste a las causas buenas. 1 Pero nunca Estados Unidos 'son las expresiones de un estado de ánimo
habrá tal cosa. Un punto de vista filosófico es una herra- esperanzado, p~ogresista [melioristic], experimental. ~reo
mienta que puede estar en manos muy diferentes. Así como que lo máximo que puede hacerse para asociar el pragma-
no se puede aprender mucho acerca del valor de las opinio- tismo con los Estados Unidos es decir que el país y su filó-
nes de Heidegger sobre la verdad o la racionalidad partien- sofo más distinguido sugieren que en política podemos sus-
do del hecho de que era nazi, no podemos aprender gran tituir el tipo de conocimiento qu~ los filósofos usualmente
cosa acerca del valor de las opiniones (muy similares)2 de tratan de alcanzar por la es_peranza. Los Estados Unidos
Dewey sobre esos temas, a partir del hecho de que toda su siempre han sido un país orientado al futuro, un país' que
se solaza con la idea de que se ha inventado para sí mismo
un pasado relativamente reciente.
t Se atribuye a Neurath haber dicho que "·nadie puede utiltzar el
empirismo lógico para dar fundamento a un argumento totalitario" y, En lo que sigue argumentaré que ayuda a comprender a
por (ierto, los miembros del Círculo de Viena, como muchos escritores los/as pragmatistas pensarlos desde la afirmación de que la
(Ontcmporáneos, vieron que la filosofía de Heidegger y la política de distinción entre el pasado y el futuro puede sustituir a to-
Hitler estaban ligadas entre sí. Pero debemos recordar que nadie puede das las antiguas distinciones filosóficas, aquéllas a las que
utilizar el. empirismo lógico o el pragmatismo para dar fundamento a un
los derrideanos denominan "las oposiciones binarias de la
argumento mttitotalitario. Ningún camino argumentativo que parta de
premisas cognoscitivas o semánticas nos lleva.rá a conclusiones políticas .
metafísica occidental". La más importante de estas oposi-
o·a conclusiones acerca del valor relativo de las obras literarias. Es ob- ciones es entre realidad y apariencia. Otras incluyen la dis-
vio, sin embargo, el motivo por el cual quienes están a favor de un enfo- tinción entre lo incondicionado y lo condicionado, lo abso-
que pragmatista de la naturaleza del conocimiento humano tienden a luto y lo relativo y lo apropiadamente moral como opuesto
admirar a Whitman y a J~ferson más que a Baudelaire y a Hitler. a lo meramente prudencial.
2 Para una discusión de las similitudes entre el Heidegger de Sein
und Zeit y el pragmatismo, véase Mark Okrent, Heidegger's Pragma-
tism (lthaca, N.Y.: Cornell University Press, 1988). Para el intento de re·
lacionar los t•lemenros comunes a Heidegger y Davidson, ver el (apírulo De acuerdo con el significado que otorgo al .término "prag-
final dt· J. E. ;\Ltlpas, J)c111ald Dauidso11 ~111d t/;e Mirror o( Meani11g matismo", John Dewey y Donald Davidson se presentan
(Cambridge: Cambridge Universiry Press, 1992).
como los pragmatistas paradigmáticos. Haré constante re-
LA VERDAD SIN CORRESPON DENCIA 11
10 ¿ESPERANZA O CONOCIMIE NTO?

ferencia a Dewey y aludiré a Davidson sólo de manera oca- se refería a los problema s políticos y a las tendencia s socia-
sional (digamos , para los remates). Se acostumb ra distin- les de un. modo tan evasivo como el de Quine: como tema's
guir a los "pragmat istas clásicos", Peirce, James y Dewey, que poco tienen que ver con la filosofía.
de los ''neoprag matistas" vivos, como Quine, Goodman , Pero James y Dewey tomaron a los Estados Unidos en
Putnam y Davidson . La línea divisoria entre ellos es el de- serio. Ambos reflexiona ron sobre la significación histórica
nominado 'giro lingüístic o". Es el giro que dieron los filó-
4 mundial de su país. Los dos fueron influidos por el sentido
sofos cuando dejaron a un lado el tema de la experienc ia y evolutivo que Emerson tenía de la historia y, especialmente,
adopta.ron el del lenguaje, cuando comenzar on a seguir el por "The American Scholar", su ensayo seminal. El ensayo
ejemplo de Frege en vez del de Locke. En los Estados Uni- se solaza con la piferencia entre el Viejo y el Nuevo Mun-
dos, el giro sólo se dio en los años cuarenta y cincuenta y, do. Oliver Wendell Holmes lo llamó "nuestra Declaraci ón
como resultado del mismo, se dejó de leer a James y a De- nacional de Ind~pendencia Intelectua l". James y Dewey se
wey en los departam entos de filosofía. involucra ron en 'movimie ntos políticos -en particular ,' mo-
Usualmen te, cuando se asocian el norteame ricanismo y vimientos antiimper ialistas- que se proponía n lograr que
el pragmatis mo, sólo se tienen en mente a los pragmatis tas los Estados Unidos fueran auténtico s con ellos .mismos, y
clásicos. Los llamados neopragm atistas no están demasiad o que no reproduje ran las viejas y malas costumbr es euro-
preocupa dos por la filosofía moral y la filosofía social; ni peas. Los dos usaron la palabra "democra cia" -y su cuasi
se ven a sí mismos como represent antes de algo típicamen te sinónimo· "Estados Unidos"~ como lo hizo Whitman : co-
norteame ricano. Como alumno de Carnap, Quine aprendió mo el nombre de algo sagrado. En un ensayo de 1911, De-
que la filosofía d~be estar cerca de la lógica y tomar distan- wey escribió:
cia de la política, la literatura y la historia. Goódman y Da- Emerson, Walt Whitman y Maeterlinc k son quizás, hasta
vidson, los alumnos de Quine, dieron por supuesto el plan- ahora, los únicos que han sido conscientes de manera ha-
teo de Carnap. De los neopragm atistas que he menciona do bitual y, por así decir, instintivé;lmente de que la democra-
sólo Putnam, en sus últimos escritos, ha ido más allá de los cia no es ni una forma de gobierno ni una conveniencia,
límites que Carnap fijó. social, sino una metafísica de la relación del hombre y de
De los tres pragmatis tas clásicos, sólo James y Dewey su experienci a en la naturaleza ... 4
relacionar:on sus doctrinas filosóficas, de modo deliberad o
y conscient e, con el país del que eran ciudadan os ilustres.
"no era consciente de haber contraído el virus del trascendent alismo de
Peirce se pensó a sí mismo como parte de una comunida d
Concord", era probable que "alguna forma benigna de la enfermedad se
internacio nal de investigad ores que trabajaba n problema s haya implantado en mi alma sin darme cuenta". (C. S. Peirce, Collected
técnicos y especializ ados que··poco tenían que ver con los Papers, Hartshorne y Weiss (comps.), vol. 6, sección 102, Cambridge;
desarrollo s históricos o con las culturas nacionales.-1 Peirce Mass.: Harvard University Press, 1936).
4
John Dewey, "Maeterlin ck's Philosophy of Life", The Middle
3 Peirce hizo poco uso de Emerson pero en su último período, cuan- Works of ]ohn Dewey, vol. 6 (Carbondal e: Southern Illinois University
Press, 1978). ·
do desarrolló una "metaflsica del amor evolutivo", confesó que, aunque
12 ¿ESPERA NZA O CONOCIM IENTO?
LA VERDAD SIN CORRESP ONDENC IA .~3

Como Cornel l West ha puesto en evidencia,s hay que leer a por supues ta y que compa rtieron con las audien cias que
Emerso n para compre nder el origen de esa "concie ncia ins- escuch aban sus confere ncias es releyen do Democ ratic Vis- _.
tintiva " que james y Dewey compa rtían. West dice que tas de Whitm an, escrito en 1867. El libro comien za dicien-
Emerso n · do:

asoci-a un yo rnírjco al conteni do y al carácter de los Esta- Así como las más grandes lecciones de la Natural eza en el
dos Unidos. Su individualismp no está simplem ente rela- universo son, "quizá, las de la varieda d y la libertad , en la
cionado con los individuos particul ares sino, de manera política y el progres o del Nuevo Mundo también se pre-
más importa nte, con" una concepc ión normati va y exhor~ sentan esas grandes lecciones ...
tativa del individuo como los Estados Unidos. Su proyec- Los Estados Unidos, aunque colman el present e con
ción ideológica de la primera nueva naciórí lo es en térmi- las acciones y los problem as más grandes y aceptan el pa-
nos de un yo mítico ... un intefectual norteam ericano he- sado con alboroz o, incluso el feudalismo (por cierto que
lroico que se ha apropia do de un poder y una fuerza casi el presen·~e es el retoño legítimo del pasado, incluido el
tdivinos y que ha adquiri do la confian za de usar ese poder feudalismo), se basan, creo yo, para su justificación y su
1
y esa fuerza para "la convers ión del mundo."6 éxito (¿quién puede pretend er hasta hoy haber tenido éxi-
to?) casi exclusiv amente en él futuro ...
En el fondo, sin embarg o, Em·erson, como su di~cípulo Porqué nuestro Nuevo Mundo conside ra menos im-
Nietzsc he, no fue un filósofo de la democr ácia sino de la portant e lo que se ha hecho o lo que se es que los resulta- ·
autocre ación, de lo que denom inó "la infinitu d del hombre dos que se produci rán.7
privad o". El poder· casi divino nunca es.ruvo alejado de la
mente de Emerso n. Su Estado s Unidos no era tanto una co- En este capítul o me centrar é en la frase de Whitm an "se ba-
munida d de ciudad anos como un lugar de interca mbio. en san para su justificación y su éxito casi exclusivam~nte en el
el que héroes casi divinos podrían represe ntar dramas au- futuro" . En mi opinión , el nexo entre el norteam ericani smo
toescri tos. a la manera de Whitm an y la filosofía pragma tista -la clási-
En oposic ión, el tono de Whitm an, como e.l de Jame::. y ca y la "neo,,- es la propen sión a referir todas las cuestiones
el de Dewey, es más secular y comun itario que el de.Eme r- . relatiyas a la justificación última al futuro, a la sustanc ia de
son. Por ello, quizá, la mejor manera de aprehe nder la ac- las cosas que se esperan . Si hay algo distinti vo en el prag-.
titud hacia los Estado s Unidos que james y Dewey dieron matism o es que sustituy e las nocion es de "realid ad" "ra- ·
.
zón,, y "natura leza" por la noción de un futuro human '
o
5 Véase el libro de Cornell mejor. Podría decirse del pragma tismo lo que Novali s dijo
West The America n Evasion o{ Phi/o-
sophy: A Genealo gy o( Pragmatism (Madison, University of Wisconsin del romant icismo : que es "la apoteos is del futuro" .
Press, 1989). West explica el origen del título, que se refiere al hecho de Tal como entiend o a Dewey, lo que él llamó, algo tosca- '
que Emerson dejó a un lado la problemática cartesiana que había domi-
nado la filosofía europea. ' 7 Walt Whitma n, Comple te Poetry and Selected Papers (Nue•ra
6 C. West, America
n r:vasicm, pp. 12-13. York: The Library of America, 1982), p. 929.
14 ~ESPERANZA O CONO CIMIE NTO?
LA VERDAD SIN CORRE SPOND ENCIA 15
ment e, "una metafísica de la relac ión del homb re y de su
expe rienc ia en la natur aleza " es una gene raliza ción de sólo pued en decir, con Whit man, "la varie dad y la liber-
la tad", o con Dewey; "el creci mien to [growth] ". "El creci
mora leja de la biolo gía darw inian a. Lo único que justifica -
una muta ción, bioló gica o cultu ral, es su contr ibuci ón a mien to -dijo Dew ey- es en sí mism o el único fin mora l. " 8
la Los pragm atista s están limit ados a ofrec er respu estas
exist encia , en algún lugar del futur o, de una especie más
comp leja e in_teresante. La justificación es siemp re una jus- tan impr ecisa s e inútil es porq ue no esper an que el futur o se
tifica ción desde el punto de vista de los sobre vivie ntes, de ajust e a un plan, que el futur o satisf aga una teleología in-
los venc edore s. No hay un punt o de vista que esté por enci- mane nte, sino más -bien que asom bre y estimule. Así como
ma del de ellos. Esto equiv ale en el camp o de las ideas a los devo tos de la avant-garde conc urren a las galerías de ar-
la te con la esper anza de qued ar deslu mbra dos, más que para
verda d de que el pode r hace a lo justo y de que la justicia
es satisf acer algun a expe ctativ a específica, del mism o modo
t.l inter és del más fuert e. Pero estas ideas son enga ñosa s la
cuan do se las cons truye meta física ment e, como cuan do deida d finita y, antro pomó rfica , elogi ada por- James_y más
se tarde por A. N. Whit ehead y Char les Harts horn e, esper a ser
afirm a que el statu quo· actua l, o el band o venc edor en una
guerr a, se halla en una relac ión privi legia da con lo que las sorpr endid a y delei tada por el últim o prod ucto de la evolu
-
cosas realm ente son. Por ello, "met afísic a" fue una palab ra ción, bioló gico o cultu ral. Preg untar por el plan pragm atis-
desa fortu nada para descr ibir el darw inism o gene raliza do: ta para ~l futur o es como pedirl~ a Whit man que delinee
lo
que es la demo craci a. Porq ue esa "met afísic a" está asoci . que está al finál de la ilimi table persp ectiv a demo crátic
a- a.
da con el inten to de reem plaza r la apari encia por la rea- Lo que impo rta es la persp ectiv a, no el punt o de llegada.~
lidad . De modo que si Dewe y y Whit man tiene n algo intere-
Los prag mati stas- -tant o clásicos com o."ne o"- no creen sante en comú n es su impr ecisió n, princ ipista y dt=:liberad
a.
que haya una mane ra en que las cosas realm ente son. Por Porq ue la impre cisió n princ ipista es la mane ra norte amer
i-
ello, quier en reem plaza r la distin ci6n apari encia -real idad cana de hacer lo que Heid egge r deno minó "el ir. más. allá de
por una distin ción entre las descr ipcio nes meno s útiles la meta física ". Tal como Heid egge r usa el térm ino, metafí-
y
más útiles del mun dó y de noso tros mism os. ~uando sica es la búsq ueda de algo claro y distin to, algo total ment
se e
!,pJantea la preg unta "¿úti les para qué? " no tiene n nada que prese nte. Esto significa algo que no se enca mina hacia un
respo nder, exce pto "útil es para crear un futur o mejo r". futur o indef inido , algo como lo que Arist ótele s llamó "el
Cuan do se les preg unta "¿me jor segú n qué crite rio?" no ahor a", to nun, un nunc stans, la pleni tud del ser prese nte.
tienen una respu esta detal lada, tal como los prim eros ma- Heid egge r pens ó el prag mati smo como empe ñado en ·~al
míferos no pudie ron especificar en qué aspec tos eran mejo búsq ueda y, en conse cuen cia, enten dió las cqsas al revés
- .
res que los mori bund os dinos aurio s. Los pragm atista s sólo Pens ó el norte amer icani smo como la reduc ción del mund
o
pueden decir algo vago como esto: "Mej or en el senti do de a un mate rial en bruto y del pens amie nto a la plani ficac ión,
conte ner más de lo que noso tros cons idera mos buen o y me-
'
nos de lo que consi deram os malo ". Cuan do se les pregu nta ~ John Dewey , The Reconstruction_ in Philos ophy, en Th~
"'!id~/~
"exac tame nte, ¿qué cons idera n buen o?", los pragm atista
s
Works of ]ohn Dewey, vol. J2 (Carb ondal e, Ill.: South ern Ilhnm s Un!-
versity Press, 1982) , p. 181. '
16 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 17

y pensó el pragmati smo como la interpreta ción juvenil fía como el intento de conciliar "los dos tipos de producto
"norttam ericana de Norteamé rica" ,9 Esa reducción es el mentaP'; el de los sacerdote s y el de los artesanos.11 Esa re-
opuesto exacto de su intento de entonar una nueva can- conciliaci ón se necesita cuando ya no se tiene fe en los mi-
ción. Pero Heidegge r nunca leyó la canción nueva de Whit- tos y las costumbr es de la sociedad, y se tiene que defender
nian. De haberlo hecho, es probable que hubiera llegado a apelando al tipo de razonami ento causal que los artesanos
percibir a N9rteamé rica como la vio Hegel (aunque sólo es- usan para explicar por qué las cosas han de hacerse de un
cuetamen te): como la extensión del Espíritu· hacia el Oeste, modo y no de otro. •
el próximo estadio evolutivo más allá de Europa.
Dewey arguye que hasta ahora el impulso de la filosofía
,, · Si se ·piensa la metafísica de la presencia como la meta-
ha sido conservad or, que, al favorecer la estabilida d y no el
1ísica de Europa, puede verse el contraste entre esa metafí-
cambio, ha estado· típicamen te del lado de la clase ociosa.
sica y la "nueva metafísica " que es la democrac ia, como el
La filosofía ha sido el intento de otorgar al pasado el pres-
kntraste entre la· vieja Europa y la nueva· Norteamé rica.
tigio de lo eterno. "El tema predomin ante de la filosofía
. Así como. Mark T~ain estaba convencid o de que todo lo
malo -de la-vida y de la sociedad europea podía ser corregi-
do adoptand o las actitudes y costumbr es norteame ricanas para una formulación clara de esta afirmación. Dewey dice: "El traba-
que su yanqui de Connectic ut llevó a la corte del rey Artu- jo ha sido oneroso, penoso, asociado ·a una maldición primitiva ...
ro, del mismo modo Dewey estaba convencid o de que todo Debido a su carácter no placenter9, la actividad práctica ha sido asig-
lo malo de la filosofía europea tradiciona l era el resultado nada, en la medida de lo posible, a esclavos y siervos. Así, la deshonra
social en que se tuvo a esa clase se extendió al trabajo que realizaba.
\de ap~garse a una imagen no igualitaria del mundo, surgida Existe también la antigua asociación del conocimien to y el pensamien-
·én~ ~1 seno de una sociedad cuyas necesidad es satisfacía . to con lo inmaterial y lo espiritual, y de las artes y de toda actividad
Consider ó todos los dualismos funestos de la tradición filo- practica, con la materia ... El descrédito que acompañó el pensar en las
sófica europea, vestigios y figuracion es de la división social cosas materiales en comparació n con el pensar en lo inmaterial ha sido
entre contempl adores y hacedores , entre una clase ociosa y transferido a todo lo que esté asociado con la práctica." (p. 4). Más
adelante dice: "Si se presta atención a los fundamento s de las filosofías
un clase productiva·.1o Dewey explicÓ el origen de la filoso-
de Platón y de Aristóteles, del modo como un antropólog o observa sus
' datos, es claro que esas filosofías fueron sistematizac iones en términos
9 Véase Holzwege (Frankfurt: Klosterman n, 1972), pp. 103-104:
racionales del contenido de las creencias religiosas y artísticas de los
~'El norteameric anismo [Amerikani smus] es muy europeo. Se trata de
griegos. La sistematizac ión involucraba una purificación ... De tal mo-
·una variedad, aún no comprendid a, de algo gigantesco que todavía an-
do, junto a la eliminación de los mitos y de las supersticion es más gro-
da suelto y no•surge de la esencia realizada y metafísicam ente plena de
seras se estableciero n los ideales de la ciencia y de una vida basada en
los tiempos modernos. La interpretaci ón norteameric ana del norteame-
la razón ... Pero, pese a nuestra gratitud por dones tan perdurables , no
ricanismo que hace el pragmatism o todavía está fuera del ámbito meta-
podemos olvidar las condiciones que los acompañar on. Porque traje-
. físico."· Hay razones para pensar que el conocimien to que Heidegger
ron con ellos la idea de un ámbito de realidad fija superior, del que so-
tenía del,pragma tismo estaba restringido al material presentado en la
la~ente es posible una ciencia verdadera, y de un mundo inferior de
disertación de Eduard Baumgarten , un alumno de Heidegger que, a su
cosas cambiantes con el que tienen que ver la experiencia y las cuestio-
vez, había estudiado con Dewey. ·
nes prácticas ... " (p. 14).
lO Véase Dewey, The Quest for Certainty, Later Works, vol. 4, cap. 1
11 Véase The Reconstructioll in Philosophy, p. 86.
18 ¿ESPERANZA O CONOCIM IENTO?
LA VERDAD SIN CORRESP ONDENC IA 19

c.'ft'lter'Cfe" Europa ", dice, ha sido hacer "de la metafísica un Dewey abreva ron en Hegel y porque ambos rechaz aron de
s~co de la costumbre como fuente y garantía de los va- Hegel to.do lo no historic ista, especia lmente su idealism o.
lores morale s y sociale s más elevad os'' .12 Dewey deseab a Tambi én rechaz aron su prefere ncia por compr ender e!
.duviar la atenció n desde lo eterno hacia el futuro y hacerlo · mundo en vez de cambia rlo. Los dos conser varon las partes
transfo rmando la· filosofía en un instrum ento para el cam- de Hegel que podían ser fácilmente reconciliables con Dar-
bio y no para la conserv ación, haciénd ola norteam ericana win. Dewey describ ió a Hegel como "un triunfo en el con-
más que ettrope a. Tuvo la esperan za de conseg uirlo negan- tenido materia l del espíritu secular y positiv ista modern o ...
1 do -tal. como 'Heid~gger negaría más tarde- que la una invitac ión al sujeto human o a domina r lo que está ya
filosofía
sea una forma de conoci miento . Esto significa negar que conten ido en el <,1quí y ahora del mundo ... "1s Concib ió a
haya o pueda ·haber fundam entos extracu lturale s para la · . Darwin y a Heg~l como dos aspecto s de un único movi-
costum bre y recono cer que "en la filosofía, 'realida d' es un miento de pensam iento antidua lista, "un movim iento que
términ o de valor o de elección" ,13 Dewey quería librarse de al rechaz ar la distinc ión esencia -accide nte dé priorid ad' a la
lo que den·ominó "la idea, que ha regido la filosofía desde continu idad sobre la disyunc ión y a la produc ción de lo no-
los tiempo s de los griegos , de que la función dél conoci - vedoso sobre la contem plación de lo eterno" ,16
miento es poner al descub ierto lo anteced enteme nte real, en . ~abermas ha d~cho que Mar~, Kierke gaard y el prag-
vez de obtener , tal como ocurre en el caso d~ nuestro s j·~T­ matism o norteam encano fueron tres respues tas produc tivas
cios práctic os, el tipo de compre nsión necesar ia para lidiar a Hegel y que el pragma tismó fue "la rama sociald emócra -
con los problema~ a medida que surgen " ,14 Al decir que la ta de los jóvenes hegelia nos" ,17
democ racia es una "metaf ísica de la relació n del hombr e El. ,efecto de Hegel en Marx y Dewey fue desplaz ar la
con su experie ncia en la natural eza" Dewey está diciend o atencw n desde la pregun ta ,kantia na "¿cuále s son las condi-
que las instituc iones de una socieda d verdad eramen te no ciones ahistór icas de posibil idad?" hacia la pregun ta "¿có-
feudal podiía n produc ir y ser produc idas por una manera mo• podem os hacer del present e un futuro más rico?" Pero

de pensar no dualist a acerca de la realida d y el.cono cimien - mientr as que Marx pensó que podía ver la forma de1 la
to. Esta m'ane.ra de pensar pondrí a a los intelec tuales, por historia del mundo y podía conceb ir el present e como una
vez primer a, a.l servici o de la clase produc tiva, dejand o así etapa de transic ión entre el feudali smo y el comun ismo,
· de servir a la clase ociosa. Por primer a vez, el pragma tis- · Dewey se conten tó con decir que el present e era una etapa
: mo podría tratar la teoría como una ayuda para la prácti-
15
ca, en lugar de ver la práctic a como una degrad ación de la Dewey, The Quest for Certainty, Later Works, vol. 4, p. 51.
16
teoría. Par~ ~,mpliar este te~a, véase mi trabajo "Dewey Between Hegel
and Darwm .' en Modernt sm and the Human Sciences, Dorothy Ross
Si todo esto suena vagame nte a Marx es porque Marx y (comp.) (Baltimo re: Johns Hopkins Universi ty Press, 1994).
17 H b . ' . de una entrevist a con Perry Ander-
a ermas, primeras pagmas
12 The Middle Works o( ]ohn Dewey, vol. 12, p. 89. son y Peter Dews. El pasaje aparece en la página 151 de Dews (comp.),
1.l "Philoso phy and Democra cy", en The Middle Works, vol. 11, p. 45. H~hermas: Autonom y and Solidarity. La versión alemana apareció en
14 Later Works, vol. 4, p. 14. Dte neue Unuebersichtlichkeit.
20 ¿IIPERANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERD AD SIN CORR ESPO NDEN CIA
21
de tran sici ón haci a algo que pod ría ser, con suer te, inim wey trat aron de borr ar. Los emp irist as lógicos,
agi- con la aytr-
nablemente mejor. da de Frege y de Russell, "lin güis tific aron "
Cua ndo , algo tard e en su vida , se puso a leer toda s las viejas
a Mar x, dist inci ones kan tian as que Dew ey pen só que
Dewey con cluy ó que Mar x hab ía sido cap tado por Hegel hab ía
el lado ayu dad o a supe rar. La hist oria de la redi solu
mal o de Heg el, el grie go, el lado que insistía ción de esas
en las leyes ne- dist inci one s poF los neo prag mat ista s, bajo
cesa rias de la hist oria . Con side ró que Mar x, el lide razg o de
Com te y Spen- Qui ne, es la hist oria de la repr agm atiz ació
cer hab ían sucu mbi do al enc anto de una pseu n y, así, de la
doci enci a que desk anti aniz ació n y ra rehe geli aniz ació n de
pod ía hace r extr apo laci one s del pres ente al • 1
la filosofía nor-
futu ro. Afir mó teamencana.19
que

el mar xism o es anti cuad o en su pret ensi ón He trat ado de da'r, hast a aqu í, un pan oram a
de ser pecu- de la ubic ació n
liarm ente cien tífic o. Porq ue así com o la nece de Dew ey en el esqu ema inte lect ual de las
sida d y la cosa s, dici endo
búsq ueda de una ley única omn icom pren siva
fue típica de algo acer ca de sú rela ción con Eme rson , Wh
la atmó sfera intel ectu al de los años cuar enta itma n, Kan t,
del siglo pa- Heg el y Mar x. Voy a pon erm e aho ra un poc
sado , la prob abil idad y el pluralismo son las o técn ico para
cara cterí sti- ofre cer una inte rpre taci ón de la más fam osa
cas del esta do actu al de la ciencia.1 ~ doc trin a prag -
mat ista: la teor ía de la verd aq. Qui ero mos trar
que esa doc-
trin a calz a en un prog ram a más general: el de
Esta inte rpre taci ón de Mar x es rem inis cent reem plaz ar el
e de The Po- dua lism o entr e estr uctu ra perm anen te y con
verty of Historicism de Karl Pop per y tam bién de teni do tran sito -
la polé - rio de grie gos y kan tian os por la dist inci ón
mica anti alth usse dan a de The Poverty of a entr e el pasa do
Theory de E .. P. y el futu ro. Inte ntar é mos trar que las. cosa s que
Tho mso n. De los dos, Dew ey está más cerc Jam es y De-
a de Tho mso n, wey dije ron acer ca de la verd ad fuer on una
cuyo libr o Making of the English Working Clas man era de
s hab ría leí- reem plaz ar la tare a de just ifica r la cost umb re
do con entu sias mo y solaz. Si hub iera leíd o y la trad ició n
a, Pop per hab ría pasa das apelan..do a una estr uctu ra inal tera ble
apla udid o su falib ilism o pero hab ría dep lora por la tare a
do los dual is- de reem plaz ar un pres ente insa tisfa ctor io
mos que él, com o Car nap , dan por supu esto por un'fut~ro
s. Por que eL más satis fact orio , sust ituy end o así la cert idum
mov imie nto emp irist a lógi co, del que Car nap bre por la es-
y Pop per fue- · pera nza. Jam es y Dew ey pen saro n que este reem
ron repr esen tant es -el mov imie nto que hizo plaz o equi -
brus cam ente a vald ría a la nort eam eric aniz ació n de la filosofía
un lado el prag mat ism o en los dep arta men . Con cord a-
tos nort eam eri- ron con Wh itma n en que los Esta dos Uni dos
cano s de filos ofía lueg o de la Seg und a Gue es el país que
rra Mu ndia l-,
rein ven tó las taja ntes dist inci ones kan tian as 19 He esbo zado este relat o en Philo soph y and the
entr e hech o y Mirror o{ Natu re
valor, y entr e ciencia·, por un lado , y met afís (en p. 38 de las referencias bibliográficas) y
ica y relig ión, he discu tido el inten to efec-
por el otro . Esta s dist inci ones fuer on las .que tuad o por Sidney Hoo k (el alum no favo rito
Jam es y De- y el más intel igent e de los
discí pulo s de Dewey) de recon cilia r el prag
mati smo con el empi rism o
lógico, en "Pra gmat ism With out Meth od", inclu
1~ Freedom and Culture, Later Works, vol. 13, ido en Objectivity, Re-
p. 123. latiuism and Truth (Cam bridg e: Cam bridg e Univ
ersity Press, 1991 ).
11 ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERD AD SIN CORR ESPON DENC IA ~.3

CUtn fl para $U "raz ón y justificación" con el futuro y sólo a~erca de la verdad y que los filósofos debe rían .limitarst
con el futuro. !,
explícita y auto9onscientemente, a la justificación, a lo
.Se supo ne que la ·verdad es lo que distingue el cono ci- que
~ d.. C la opin ión bien fund ada de la creencia justi Dewey llam ó l~ "ase rtabi lidad gara ntiza da" [warrante
fica- d
~j.tPero si 'lo verd ader o es, com o dijo James, "el assertability].
nom bre
de lo que prue ba por sí mi"smo ser buen o en cuan to
a la
~reencia .Y buen o, tamb ién, por razones definidas, Malp as (Don ald David son and the Mirror of Meaning,
p. 257 y cap. 7).
asign3- El núcleo de la tesis de Dávidson de que hay más cosas
bles" ,21 no es claro en qué aspecto se supo ne que una creen que decir acerca
- de la verdad de lo que Tarski dice y de que la verda
d es un conce pto
cia verd ader a difiere de la que está mera men te justi ficad explicativo (no obsdm te mi argum ento en contr a en
a./ "Pr.agmatism, Da-
Por eso se dice a men udo que lós prag mati stas conf unde vidson and Truth ")·es que "una teoría de la verdad
n (para un lenguaje
la verd ad, que es abso luta y etern a, con la justificación, natur al como el ingl~s o el francés) es una teoría para
describir, explicar,
que comp rende r y prede-fir un aspecto básico del cQmp ortam
es trans itori a, por ser relativa a una audiencia. iento verba l".
("Stru cture and Cont ent", p. 313). Este hecho , conti
Los prag mati stas resp ondi eron a esta críti~a de dos ma- mues tra que "la verda d es un conce pto expli cativo
núa David son,
neras principales. Algunos, com o Peirce, James y Putn cruci almen te im-
am, porta nte".
han dich o que pode mos reten er un sent ido abso luto Mi respuesta es que el que una teoría empírica que corre
de lacion a el
"yer dade ro" iden tificá ndol o con la "justificación 'en
la si- y
comp ortam iento verbal con la situac ión el entor no y
con el comp orta-
. tuac ión idea l'': la situa ción que PeÍrce deno mipó "la , mient o lingüístico de la perso na q\:le propo ne la teoría
(aseg urand o así
meta la "trian gulac ión" habla nte, oyent e y entor no que David
5~e la investigación,·. Otro s, com o Dewey '(y, com son [p. 325]
o he ar- considera "la fuente última de la objetividad y la comu
nicac ión") . sea
güid o, Dav~dson22), han suge rido que hay poco que genui name nte explicativa no significa que el conce pto
decir de verdad sea ge-
nuina mente explicativo. Llam ar a tal teoría "una teoría
de la verda d"
en lugar de "una teoría del significado" o, simplemen
20 Para el fin que persigo, puedo pasar por te, "una teoría del
alto la llama da "cuar ta comp ortam iento lingüístico de cierto grupo " no mues
condi ción del conoc imien to" propu esta por Gettier: tra el "cará cter
una creencia debe centra l" del conce pto de verda d, como lo denom ina Malp
ser p~oducida de mane ras aprop iadas adem ás de ser sosten as. Sólo mues-
ida, estar jus- tra la necesidad de conta r con una teoría tal para hacer
tificada y ser verda dera. un uso efectivo
de cualquier conce pto semántico. Sobre esto, téngase
21 Willia m Jame s, Pragm atism (Cam bridg
e, Mass.: Harv ard Univer- presente la indife-
rencia de David son en el ensay o de 1967 , "Trut h and
sity Press, 1978) , p. 43. Mean ing", res-
pecto de la cuest ión de si una teoría que genera oracio
22 David son ha dicho que "verd adero " d,eber nes-V [T-senten-
ía ser considerado. un ces] para un lenguaje L ha de ser llama da "una teoría
primi tivo indef inible trans paren temen te claro .. En mis del significa'd9" o
traba jos sobre una "teor ía de la verda d" (lnquiries into Truth and lnterp
David son he interp retad o que ello significa que concu retati on, Ox-
erda con Dewey ford: Oxfo rd University Press, 1984 , p. 24). Allí, la
en que quienes filosofan tienen poco que decir acerc cuest ión de acerca
a de la verda d. En de qué es una teoría que produ ce las oraciones-Y pertin
"The Struc ture and Conte nt of Truth " Uournal of Philo entes fue consi ·
sophy , vol. 87, derad a de impo rtanc ia secun daria, tal como pienso
junio de 1990) David son ha repud iado esta interp retaci que efectivamerltt
ón junto con la es. De tal modo , David son concluye "Stru cture and Conte
sugerencia de que es descitativo [disquotationalist] en nt" diciendo·
cuant o a la ver- "La base conce ptual de la interp retaci ón es una teoría
dad. J. E. Malp as menciona ese repud io de mi interp de la verda d".
retaci ón y sugiere Me gustaría que hubie ra dicho, en cambio: "La explic
que muestra qué es lo que está mal en mis repetidos intent ación de nuest ra
os de agreg ar aptitu d para interp retar es nuestra aptitu d para triang
a David son a la lista de los neopr agma tistas conte ular" , dejan do las
mpor áneos ; véase cosas allí. ,..
14 ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 25

I::Aawe···~unda estrategia. Pese a los esfuerzos de cia nos brinda todo lo que queremos obtener del "realis-
~..&bermas para clarificar la noción de "situación mo" sin invoca;'.el eslogan de que "lo real y lo verdadero
'wsrciva ideal'' me parece que esta noción no es más son 'independie ntes de nuestras creencias"'. Un eslogan
Qll' que ia de "correspond encia con la realidad" o cual- que, como Davidson dice correctamen te, resulta fútil acep-
quier otra noción que los filósofos han utilizado para tar o rechazar.2"
proporciona_r una glosa interesante de la palabra "verda- La alegación de David son de que una teoría de la ver-
dero". Más aún, creo que el "carácter absoh,J.to" que, se dad para un lenguai.e natural es una explicación empírica
supone, garantiza apelar a esas nociones, se asegura igual- de las relaciones causales que existen .entre los rasgos del
mente bien si insistimos en sostener, de acuerdo con Da- entorno y el sostén de verdad de [holding-tr ue]hs oracio-
vidson, que la creencia humana no puede desplazarse libre nes parece ser to'da la garantía que precisamos p.ara asegu-
de un entorno no humano y que, como él afirma, la mayo- rar que estamos; siempre y en todas partes, "en contacto
~rí~ de nuestras creencias (la mayoría de las creencias de con la realidad". Si tenemos esa garantía tenemos toda la
cualquiera) tiene que ser verdadera.2J Porque esa insisten- seguridad que necesitamos contra el "relativismo " y la "ar-
bitrariedad" . Porque Davidson nos dice que nunca pode-
Sea como fuere, lo que importa para mi versión del pragmatismo y
para mi aserto de que hay muchas menos cosas que decir acerca de la
~4 ). Bra_n?om sugiere que pensemc;s la intuición básica de los pragma-
verdad de lo que los filósofos han pensado tradicionalmen te es un pun-
nstas clas1cos en términos de lo que llama "fenomenalism o" acerca de
to en el que Davidson, Malpas y yo coincidimos. Davidson lo expresa
la verdad y que define como negar que "haya algo más respecto del fe-
así: "No debemos decir que la verdad es correspondenc ia, coherencia,
n.ómeno de la verdad que lo propio de cierras 'entradas' [takings], por
asenabilidad garantizaqa, asertabilidad idealmente justificada, lo que es
ejemplo, sostener como 'verdadero, considerar verdadero, etcétera" (p.
aceptado en una conversación por las personas adecuadas, lo que en
77). S1 se sustituye "lo propio de ciertas 'entradas"' por "el tipo de ex-
definitiva va a sostener la ciencia, lo que explica en la ciencia la conver-
plicación de lo propio de las 'entradas' provistas para un lenguaje por
gencia de teorías específicas o los logros de nuestras creencias corrien-
una teoría-V empírica", entonces Davidson cuenta también como un
tes. En la medida en que el realismo y el antirrealismo dependen de uno "fenomenalist a" en el sentido pertinente.
u otro de esos enfoques acerca de la verdad, debemos rehusamos a apo- 24
. "St~ucture and Content", p. 305. Lamento que Malpas, hacia el
yar a alguno." ("Structure and Content", p. 309).
f¡~ de su hbro (pp. 276-277) resucite el término "realismo" para descri-
23 Véase Davidson, "A Coherence Theory of Truth and Knowled-
bir el cnf~que de Davidson (y de Heidegger). Como dice Malpas, ése nc
ge" (en Truth and 1nterpretation: Perspectives itt the Philosophy of
es el sent1do del término "empleado por Nagel, Putnam o Dummett".
Donald Davidson, Ernest Lepore (comp.), Oxford: Blackwell, 1986)
Creo que inventar un sentido nuevo para ubicar a Davidson y a Heide-
para el argumento en favor de esta tesis.. Pese a los reparos de Malpas
gger produce una confusión irmecesaria. Para designar el carácter ines-
(mencionados en la nota anterior) y a la negativa de Davidson a autode-
capable del in-der- Welt-sein, afirmado por ambos, preferiría algo así
nominarse pragmatista (dado que es definitorio del pragmatismo definir
~omo "antiesceptici smo" o "anticarresian ismo". Porque Jo que está
la verdad como asertabilidad garantizada), considero que es fructífero
mvolucrado no es una tesis positiva, sino abjurar simplemente de una
considerar a Davidson como llevando a cabo el proyecto de los pragma-
imagen particular qu,e nos ha tenido cautivos, la que he denominado
tistas clásicos. Un argumento para describirlo en esos términos puede
":epresenracio nalism'ó" (véase la Introducción a Ob¡ectivity, Relati-
ser extraído del artículo de Robert Brandom "Pragmatism, Phenomena-
vrsm and Truth) y gue Michael Williams (cuva obra discuto más adelan-
lism a~d Truth Taik" (Midwcst Studies m Philosophy, vol 12, pp. 75- te) dl·nomina "realisn;¡o epistemológico ". .
al ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERDA D SIN CORRE SPOND ENCIA 27
mo•~er m4s ·arbi trario s de lo que el mund o nos perm ite ser.
Los pragm atista s se dan cuen ta de que esta mane ra de
De modo qu~, aun cuan do no exist a un Mod o en que el
pens ar acerc a del cono cimie nto y la verda d hace a la certe
Mwo~il, aun cuan do no exist e la "natu ralez a intrín -
seca za poco. probabl,e. Pero piens an que: la búsq ueda de la cer-
d'd&. rc;alidad ", existen presi ones causa les. Esas presi ones teza -aun como : una meta a largo plazo - es un inten to
·pueden descr ibirse de difer entes mane ras en mom entos dis-
escap ar del mund o. De tal modo , inter preta n las a menu
de
rinto s y para próp osito s difer entes , pero son sin emba rgo do
hosti les reacc iones a su enfoq ue de la verda d como la ex-
presw nes. presi ón de un resen timie nto, del resentimien~o de ser priva
La afirm ación de que "el prag mati smo es incap az de -
dos de algo que los prim eros filosófos había n errón eame nte
dar cuen ta del carác ter abso luto de la verd ad" confu nde prom etido . Dewe y insta a que la búsq ueda de la certe za sea
dos exigencias:· la de que expli quem os la relac ión entre susti tuida por un recla mo a la imag inaci ón, q~e la filosofía
el
mund o y nues tras afirm acion es de que tenem os creen cias deje de prop orcio nar segur idad y que alien te, en camb io,
verda deras , y la. exige ncia, espec íficam ente cogn oscit iva, lo
de que Eme'rson deno minó "auto confi anza ". En este senti do,
Jggra r una certi dumb re efectiva o descu brir un cami no que incita r a la autoc onfia nza es incita r la disposición. a dar
_nos garan tice alcan zar la certid umbr e, aunq ue sólo sea la
en. espal da al pasad o y al inten to de "la filosofía clásica de Eu-
un futur o infin itame nte dista nte. Trad icion alme nte, la pri- ropa " de fund ar el pasad o en lo etern o. Es el inten to emer
-
111$fa exige ncia se satisf ace dicie ndo que el mund o otorg sonia no de la autoc reaci ón a escal a comu nal. Deci r ..que
a
verda d a nues tras creen cias y que ellas corre spon den a uno debe reem plaza r el cono cimie nto por la esper anza
l.a es
mane ra d.e ser de las cosas . Davi dson niega amba s afirm decir, más o meno s, la mism a cosa: que uno debe dejar
a- de
ciones. Él y Dewe y conc uerda n etí que debe mos dejar a ,preo cupa rse por si lo que cree está bien fund ado y come
un n-
lado la idea de que él cono cimie nto es el inten to de repre zar a preoc upars e por si s~ ha sido lo sufic iente ment e ima-
-
sentar la reali dad. Debe ríam os, en camb io, visua lizar la ginat ivo como para pens ar alter nativ as inter esant es a
las
indag ación como un modo de usar la realid ad. Así, la rela- prop ias creen cias actua les. Com o dice West , "para Emer
-
ción entre nuest ras alega cione s de la verda d y el resto son, la meta de la activ idad no es simp leme nte la domi na-
del
mund o es ca~tsal más que repre senta ciona l, es causa de que ción sino tamb ién la provo cació n; el te/os del movi mien to
y
soste ngam os creen cias. Y segui mos mant enien do las creen del flujo no es única ment e el domi nio, sino tamb ién el
- es-
cias que demu estra n ser guías confi ables para obten er tímu lo" .zs
lo
que quere mos. Good inan está en lo cierto al decir que En el conte xto de la filosofía acad émic a posk antia na,
no
hay un Mod o en que el Mun do Es y, por lo tanto , que no hay reem plaza r el cono cimie nto por la esper anza significa algo
una única mane ra en que pued a ser fielmente repre senta do. muy espec ífico. Significa dejar a un lado la idea kanti ana
Pero hay much os modo s de actua r para que se conc reten de que hay algo: deno mina do la "natu ralez a del cono
ci-
las esper anzas huma nas de felicidad. La conse cució n de esa mien to huma no'; o la "situ ación cogn oscit iva· huma na"
o
felicidad no es difer ente de la conse cució n de la creen cia la "exte nsión y lps límites del cono cimie nto huma no" que
justificada. Más bien, ésta es un caso especial de aqué lla. i '

25 C. Wcst, Ameri can f.z,asion, p. 26.


28 ¿ESPER ANZA O CONOC IMIENT O? LA VERDAD SIN CORRE SPOND ENCIA 29

los filóso fos estud ian y descr iben. Un libro recien te de Mi- mane ra, haya o no sujeto s huma nos en el entor noP Eso
chael Willi ams, Unna tural ooub ts, pone en claro cuánt o podrí a hacer se si~ la filoso fía pudie ra mostr ar que cuant o
se gana cuand o se deja a un 1::1do esta idea. Porqu e .una vez mejo r justif icada esté una creen cia result a más veros ímil
que la tiram os por la borda no podem os dar sentid~ a la que sea verda dera. Si no se puede mostr ar tal cosa, se po-
alega ción de Desca rtes de que el hecho de qu~ P?dn amos dría inten tar demo strar que deter mina do proce dimie nto
estar soñan do pone en duda nuest r() cono crmre nto del para justif icar la creen cia condu ce a la verda d con mayo r
mund o exter no. Esto es así porqu e no recon ocere mos algo proba bilida d que otro. Dewe y alentó la_ esper anza de mos-
que sea "nues tro c;ono cimie nto del mund o exter no", ni un trar que había un proée dimie nto tal. A mi enten der, David -
orden que sea "el orden natur al de las razon es": un orden son y much os pragm atista s están en lo corre cto al suger ir
que comie nza, por ejemp lo, con "lo que los sentt~os trans- que no lo hay.
miten " [deliverances 0 ( the senses] y opera a parttr de ellos
Según mi visión de la histor ia del pragm atism o, hay dos
de la mane ra pauta da que ¡rnag inaro n los empir istas, de
grand es difere ncias entre los pragm atista s clásic os Y' los
Lock e a Quin e: Esas dos nocio nes están interr elacio nadas
neopr agma tistas . Ya he menc ionad o la prime ra: es la dife-
porqu e, comó dice Willi ams, "la amen aza ~:1 esceptic.ismo
renci a entre habla r acerc a de la "expe rienc ia", como hi-
está indiso luble mente ligada ::1 una conce pcwn funda cwna l
ciero n Jame s y Dewe y, y habla r acerc a del lengu aje, como
del conoc imien to" 26 y porqu e tal conce pción está indiso lu-
hacen Quin e y David son. La segun aa es la difere ncia entre
bleme nte ligada a la de la j~tstificación indep endie nte del
supon er que hay algo -llamado" "el méto do cientí fico", cuyo
conte xto. Dejar a un lado la idea de una justif icació n inde-
emple o aume nta la proba bilida d de que nuest ras creen cias
pendi ente del conte xto es dejM a un lado la idea de que "el
conoc imien to" es un objet o adecu ado de estud io, la idea sean verda deras , y aband onar tácita mente esa supos ición .
que Desca rtes y Kant hered arcm del Teetetos de Plató n. En el ensay o "The Fixat ion 9f Belief", uno de los docum en-
Una vez que se dice, como hace Plató n en ese diálog o, tos funda ciona les del pragm atism o, Peirce inten tó descr ibir
que "S sabe que p" es verda dera si y sólo si pes verda dera; lo que denom inó "el méto do de la cienc ia" ,2x Dewe y y sus
y si S cree que p y S está jtlstif icado en creer que p, en- discíp ulos, espec ialme nte Hook , insist ieron en la impo rtan-
tonce s no hay nada cogno sciriv amen te releva nte que decir a cia de ese méto do. Esa insist encia fue el área princ ipal de
meno s que se descu bra algo gener al e intere sante acerc a de super posic ión entre el pragm atism o dewe yano y el empir is-
la justif icació n o acerc a de la verda d. Los filóso fos han te-
nido la esper anza de encon trar algo intere sante que decir 27 La frase "lo que está allí de cualquier manera" es la manera que
respe cto de amba s cosas descu brien do algun a conex ión e.n- tiene Bernard Williams de explicar lo que llama "la noción absoluta
de
tre ellas y conec tando así lo tempo ral con lo etern o, al suJe- realidad", una noción que los pragmatistas hacen todo lo posible para
eliminar.
to huma no trans itorio con lo que está allí de cualq uier 1

lH La dcs~.:ripdón de este método en el t'll\;1\'l l de


1S7~ n, en espíri-
tu, fundacional, y no es f1kil dt' Cl'lont dtill' ~oun el .tnttlund.tnonalism
26 l'v1ichael Willtams, U1111 atun:d Doubts: Episte
o
mological Realism de los ensayos de 186~, "Qucsuom < :cltll c·mtnp, < ,., t.urt 1.t,ultt n <
:lat-
a11d thc 13asis nf Scepticism (Oxford: Blackwell, 1991 ). med for Mnn" y "Sorne Cumcq ut•n, ,., e d h l\lt 1 ·'1'", 11 11 , "
.¡t~~-- •. IRlJtiA o CONOCIMIENTO? LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 31
~~~¡· ,,:<,
,J. ?IIJ I68Jco que pronto reemplazó al de los departamen tos a partir de Quine hace difícil la reconstrucc ión de los su-
de flloaofía. norteameric anos. Pero, a medida que la filoso- puestos fundacional es que se requieren para tomar en serio
Ira norteameric ana entró en su fase postpositivi sta se fue la noción de "método". He argumentad o en otro lado que
escuchando menos y menos acerca del método científico y todo lo que queda .de los elogios de Peirce, Dewey y Popper
de la distinción entre la ciencia y la no ciencia. a la ciencia es un ~ncomio de ciertas virtudes morales -las
Esta distinción fue socavada por el más influyente trata- de una sociedad abierta- más que una estrategia específica-
do filosófiéo escrito en lengua inglesa en el último medio si- mente cognoscitiva.Jo
glo: The Structure of Scientific Revolutions de Khun, publi- De acuerdo con mt percepción de la situación actual del
cado en 1962. Aunque Khun no atacó explfcitamentt;; la pragmatism o, la filosofía analítica postpositivi sta ha acla-
noción de "método científico" como hizo Feyerabend , el rado más que Peirce y Dewey que no debemos tratar de
efecto de su libro fue que dicha noción se esfumara discre- insistir en la propuesta del Teetetos intentando encontrar
tamente. Ello se vio facilitado por la insistencia de David- algo interesante que decir acerca de la conexión entre la
son en que la verdad es una misma cosa en la física que en justificación y la verdad. Debemos concordar con William
Ja ética y por la polémica planteada por Putnam contra el James en el punto en que difirió con Peirce y Dewey, a sa-
cientismo que Carnap le enseñó. En el enfoque n~ represen- ber, que la ciencia y la religión son; ambas, vías respetables
tacionalista del conocimien to, común a Davidson y Dewey, para adquirir creencias respetables; no obstante tratarse de
no hay una manera fácil de reconstruir la distinción entre creencias que son buenas pará propósitos muy diferentes.
la ciencia y la no ciencia en términos de una diferencia en el
Lo más importante que hemos aprendido de Khun y de Da-
método.l9 Lo que ha acontecido en la filosofía del lenguaje

2~
Esto no equivale a sostener que la noción de "métodos para vamente limitados, ubicados en el 'mundo real, buscan un modo particu-
alcanzar la verdad" esté completament e fuera de moda en la filosofía lar de representar ese mundo. Dada la naturaleza del mundo, de los se-
analítica contemporáne a. Por el contrario, existe un movimiento flore- res en cuestión y de la clase de representación que se busca, habrá res-
ciente llamado ~~epistemología naturalista'', (el término fue acuñado por puestas determinadas a las preguntas acer\:a de cómo proceder mejor y,
Quine) que enfrenta~d pragmatismo del enfoque de Khun sobre la cien- así, habrá un estándar cognoscitivo objetivo." (p. 101 ). En la página 93
Leía y trata de rehabiÜtar la noción de método. Puede hacerlo, sin embar- Kitcher deplora los planteas khunianos que hacen que la historia de la
go, sólo porque presupone un enfoque representacion alista del conocí; ciencia "se parezca a una caminata fortuita" más que a "un progreso
mtento. unidireccional ", y en la página 96 deplora la manera en que los "natu-
Los métodos y presuposicion es de este movimiento están bien ralistas radicales abandonan la aventura progresista de Bacon y Descar-
expuestos en el trabajo de Philip Kitcher, "The Naturalist's Return" tes, dejando que la teoría del conocimiento se transforme en un capítulo
(Philosophic:al Review, vol. 101, enero 1992, pp. 53-114), que concluye de la psicología, la so:~iología y la historia de la ciencia". Yo celebro,
visualizando la necesidad de una teoría naturalizada del conocimiento precisamente, lo que Kitchner deplora. Explorar las diferencias entre su
para contrarrestar la influencia funesta de personas como Feyerabend o representacion alismo y mi davidsonismo cae fuera de los límites de este
como yo. Kitcher dice que "El naturalismo tradicional encuentra un es- capítulo.
tándar objetivo para los principios cognoscitivos cuando visualiza el 30 Véase "Science as Solidaritv"
v "Is. Natural Sciencc a Natural
proyecto de la indagacié>n como un proyecto en el que seres cognosciti- Kind?", en Ohjetivity. ;Relativism ll~d Truth.
32 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO? LA VERDAD SIN CORRESPONDE NCIA 33

vidson es que ~o hay algo así como un cartesiano "orden considerar que el 1lema del naturalismo es que el conoci-
natural de las razo.nes" que se debe seguir para justificar las miento n<~ es una ~!ase natural que requiera estudio y des-
creendas. No hay ninguna actividad llamadá '"conocimie n- cripción, y que np tenemos que proporcion ar una teoría
to" que tenga una naturaleza a descubrir y para la cual los naturalizada del conocimien to. Este Dewey reformado po-
científicos naturales están especialmen te dotados. Existe, dría también haber aceptado la tesis de Davidson de que la
' sencillamen te, el proceso de justificar las creencias ante una verdad no es un concepto cognoscitivo.J2 La tesis implica,
\ audiencia. Y ninguna audiencia está más próxima a la na-
turaleza Qi es mejor representan te que cualquier otra de al-
entre otras cosas, que -nunca se podrá encontrar una cone-
xión interesante entre el concepto de verdad y el concepto
gún ideal ahistórico de la racionalidad . La idea de que hay de justificación.J-1 La única conexión que existe entre esas
un tema de estudio llamado "racionaiida d" también se es- dos nociones es que, por la misma razón que la mayoría de
fuma, y por las mismas razones que se esfuma la idea de las creencias son verdaderas, la mayoría de las creencias, es-
que háy un tema de estudio llamado "conocimie nto" .
. Un Dewey que se hubiera dejado persuadir por jar11es cartesiana hizo del escepticismo un tópico filosófico apremiante omiten
de la ventaja de dejar a un lado el cientismo y la metodola- este punto. Así, Barry Stroud, en The Significance o( l'hilosophical .
tría podría concordar con Davidson en que, acerca de la Scepticism (üxford: Clarendon Press, 19~4 ), d1ce que quien suei1a "po-
dría ser un físico que sabe mucho acerca dé! modo como las cosas son y
verdad, no hay nada que decir del orden de lo que los epis-
que un niño no conoce ... No hay, en consecuencia, ninguna incompati-
temólogos dicen. Una vez que se ha. aseverado con Peirce bilidad entre saber y soñar" (p. 16). Pero agrega que esto "no afecta el
que las creencias son reglas para la acción más que intentos argumento de Descartes" porque el físico no puede saber lo que sabe
.de representar la realidad y que se ha afirmado, con David- "sobre la base de los sentidos". Sin duda que no puede, pero esta idea
son, que "la creencia es por. naturaleza 'verídica".ll se puede de que la física está "basada en los sentidos" es, precisamente, la idea
. de "un orden natural de las razones" lJUC Williams (sigUiendo a Sellars)
critica en el capítulo 2 de Umzatural Douhts. El pasaje de Stroud es una
JI "A Coherence Theory of Truth and Knowledge", p. 314. David- buena ilustración del hecho de que la noción de un orden de las razones
son continúa: "El creer puede ser visto como verídico si se considera qué es lo básico en la Primera Meditación. F.n cambio, la posibilidad de que
es lo que determina la existencia y los contenidos de una creencia. El uno esté soñando no lo es.
cre'cr, como las otras acritudes proposicionale s, es superviniente {super- 31 Véase "Strucrure and Conrcnr", p. 298.
venielltl a hechos de varios tipos, conductuales, neJrofisiológit..:os, bioló-
gicos y físicos". Este naturalismo acerca de la creencia '(que james y De-· . B Si Dewcy no sólo hubiera sostenido esto sino también la tesis de
Davidson de que "el relativismo acerca de la verdad es, quizás, el sínto-
wey hubieran aplaudido y que yo he tratado de exponer en "Non Re- ma de una infección producida por el virus cognoscitivo", creo que ha-
ducrive Physicalism" [en Objectivity, Relativism and Truth]) explica por bría dicho mucho merlos cosas de tono relativista de las que criticaron
qué la creencia no puede independizarse del mundo, de la manera como Lovejoy, Russell y otros. Si hubiera aceptado el planteo de Wd!Jams se
lo hacen los sueños. Para ver la relación de la tesis dé Davidson con el habría dado cuenta de que podía decir la mayoría de las cosas que que-
escepticismo cartesiano es importante recordar todo ló- que sabe la per- ría decir acerca de lo 4ue había de erróneo en las discusiones cognosciti-
sona que sueña y lo poco que impugna de ese conocimiento aunque se vas de la verdad, apelando a la dependencia contextua! de la justifica-
dé cuenta de que está soñando (por ejemplo, todos los lugares comunes ción. A diferencia de. pavidson, que considera que una condición nece-
que no tienen que ver con la forma en qut! est~ efectivamente dispuesto saria para ser pragmatista es padecer 1a infección producida por el vi-
el entorno del soñador). Quienes piensan que la Primera Meditación rus, yo considero que la t'mica condición necesaria es la que Hrandom
LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 35
dn justificadas. Porque un creyente , que -a diferenc ia de
un niño o de un psicótic o- es un miembr o pleno de su co- justifica ble, no pl.Iedo hacerlo. A lo sumo puedo apartar mi
munida d, siempre estará en condicio nes de produci r una atención de la cuestión de por qué sostengo ciertas creen-
justifica ción para la mayoría de sus creencia s, una justifica - cias. Sin embargo~ en lo que hace a la mayoría de los temas
ción que satisfag a los requerim ientos de la comunid ad. de interés común, mi comuni dad insistirá en que preste
·No hay, sin embargo , ninguna ra;zón para pensar que atención a tal cuestión . Tal distracc ión sólo es factible en el
las creencia s en mejores condicio nes de justifica rse sean las caso de las obsesion es privadas , como mi convicci ón de que
más probabl emente verdade ras, ni que las menos justifica - un día mi número preferid o saldrá en la lotería.
bles sean las que con más probabi lidad resulten falsas. El Puede parecer extraño que se diga que no· hay conexió n
hecho de que la mayoría de las creencia s sean justifica das, entre la justifica ción y la verdad. Esto se debe a que somos
propens os a decir que la verdad es la meta de la indaga-
como el hecho de que la mayoría de las creencia s sean ver-
daderas , es una mera consecu encia más del carácter holista ción. Pero creo que los pragmat istas tenemos que tomar el
de la adscripc ión de creencia s. A su vez, ello es una conse- toro por las astas y decir que esa alegació n es vacua o f~lsa.
La indagac ión y la justifica ción tienen muchas metas de mi-
cuencia del hecho de que las creencia s que son expresa das
noreo, pero no tienen una meta suprema llamada verdad.
como oracion es significa tivas tienen necesari amente mu-
La indagac ión y la justifica ción son activida des en las que
chas conexio nes inferenciales predecib les con muchas otras
nosotros , usuarios del lenguaje , no podemo s menos que in-
oracione s significativas.H Por mucho que lo intentem os, no
volucrar nos. No necesita mos una meta denomin ada "ver-
podemo s sostener una creencia que hemos tratado infruc-
dad" que nos ayude a eso, a;í como los órganos digestivo s
tuosame nte de insertar en un entrama do justifica torio con
no necesita n una meta llamada "salud" para comenz ar a
otras creencia s. Por más que desee creer en una creencia no
funciona r. Los usuarios del lenguaje no pueden menos que
justifica r sus creencia s y deseos, unos con otros, tal como
plantea: .:n::cr que nada hay que de.:ir acer.:a de la verdad que no pueda
ser dicho sobre la base de los hechos correspon dientes a los estándare s
los estómag os no pueden evitar procesa r la comida . La
apropiado s de sostener una aeencia como verdadera , y de su correspon - agenda de nuestros órganos digestiv os es establec ida por
diente explicació n. En .:uanto a esos estándare s, véanse las últimas pági· los alimento s específicos que procesan y la agenda de nues-
nas de "Structur e and Content" en las que Davidson alaba el papel de tra activida d justifica toria es proporc ionada por las distin-
las normas y los afectos en la adscripció n de las creencias y, de tal rr.o- tas creencia s y los diferente s deseos que encontr amos en los
do, en la construcc ión de las teorías-Y.
demás usuarios del lenguaje . Sólo habría una meta "supe-
l4 Y, por .supuesto, del hecho de que si uno no habla un lenguaje ··1
no
tendrá muchas creencias. Davidson piensa que en tal caso uno no ten· rior" de la inda&ación, llamada "verdad ", si hubiera una
dría 11i11guna creencia. Para mis propósito s es suficiente decir que los cosa tal como la justifica ción última, una justifica óón ante
perros y los infantes no pueden tener la mayoría de las creencias que Dios o ante el tribunal de la razón, en tanto distinto s de
nosotros tenemos, a menos que separemo s el tener una creencia de nues· cualquie r audienq ía merame nte finita.
tra habilidad para adscribirl a con acierto al creyente (permitien do, con
ello, que los perros o, para el ~:aso, las amebas tengan, por lo que sabe·
Dada la imag~n darwini ana del mundo, no puede haber
mos, opiniones acerca de la cosmolog ía, la ~ransubstanciación, etc.). un tribunal así porque tendría que tomar en cuenta todas
las alternati vas a una creencia dada y conocer todo lo que
36 ¡,ESPERANZA O CONOCIMIENTO?
LA VERDAD SIN CORRE SPOND ENCIA 37
fuera pertinente para critic ar cada una de esas altern ativas .
Más espec íficam ente, contr astam os lo verda dero con lo·
Ese tribu nal tendr ía que 'tener lo que Putna m llama "la
justificad_o para contr astar una audie ncia actua l, con sus re-
persp ectiva del ojo de Dios" , una persp ectiva que toma ra
queri mien tos ac!tua les de justif icaci ón, y una esper ada
en cuent a no sólo todos los rasgo s del mund o en tanto des-
audie ncia futura . Tenem os la esper anza de que esa audie n-
cripto por un conju nto dado de térmi nos, sino cada rasgo
cia futura pueda plant arse ante la audie ncia actua l como la
desde roda otra descr ipción posib le. Si no lo hicier a queda -
Socie dad Real se plant ó, en 1700, ante el tribun al que con-
ría la posib ilidad de que fuera tan falible como el tribur .al
denó a Galile o. Corno suger í al comie nzo, esa esper anza
que juzgó a Galile o: un tribun al que repro bamo s por haber
tiene visos de ser consi derad a típica mente norte ameri cana.
exigid o·just ificar las nueva s creen cias apela ndo a viejos tér-
La esper anza de que los Estad os Unido s pudie ran ser un fu-
minos . Si Darw in está en lo corre cto, tiene tanto sentid o la
turo del que Europ a fuera el pasad o se ha esfum ado. Pero
idea de un tribun al de la razón como la idea de que la evo-
aún tiene sentid o esper ar una comu nidad mund ial del siglo
lución biológ ica es un pecad o. La evolu ción biológ ica siem-
XXII que guard e con los Estad os Unido s y la Europ a 'con-
pre produ ce nueva s especies y la evolu ción cultur al siemp re
temp oráne os la mism a relaci ón que, a los ojos de Whit-
produ ce nueva s audie ncias. Pero no hay una cosa tal como
man, los Estad os Unido s del siglo XIX guard aron con la Eu-
"las espec ies que la evolu ción tiene en mira" , ni una cosa
ropa del siglo XIX.
tal como "la meta de la indag ación ". .
Resum iendo , mi respu esta a la aseve ración de que los
pragm atista s co_nfunden la verda d con la justifi cació n con-
La idea de que existe un orden natur al de las razon es inde-
siste en volve r la acusa ción contr a quien es la formu lan.
pendi ente de las pecul iarida des de las audie ncias específica:>
Ellos son los que están confu ndido s, porqu e piens an la ver-
es esencial a la idea de que existe una conex ión profu nda
dad como í;llgo hacia lo que nos dirigi mos, algo a lo que
entre la justif icació n y la' verda d. Esas malas ideas son
más nos aprox imam os cuant o más justif icació n tenem os.
varian tes de la idea de que los seres huma nos tienen una'
Por el contr ario, los pragm atista s piens an que hay much as
afinid ad especial con la natur aleza intrín seca de las cosas .
cosas de detall e que decir a una audie ncia dada acerc a de la
Se trata de una afinid ad dada por la poses ión de una facul-
justif icació n, pero que no hay nada que afirm ar acerc a de
tad llama da "raz9 n", distin ta del mero ajuste de medio s a
la justif icació n en gener al. Por ello, no existe nada gener al
fines, es decir, de,Ha activi dad en que se invol ucran los ani-
que aseve rar sobre los límites del conoc imien to huma no ni
males y los artesa nos. Puedo volve r así a mi tema princi pal,
nada que decir respe cto de la conex ión entre la justif icació n
la conex ión entrl el pragm atism o y el norte ameri canis mo,
y la verda d. No hay nada para decir sobre la verda d, no
dicien do que las 1jdeas geme las de un orden natur al de las
porqu e sea atemp oral, mient ras que la justifi cació n es tem-
razon es y de una hatur aleza intrín seca de las cosas son par-
poral , sino porqu e el único sentido que tiene contrastar lo
tes de lo que Dewey conci bió como la image n "euro pea",
verdadero con lo mera mente justificado es contrastar un
"feud al" del mund o.
futuro posible con un presente actua!.
Si se consi dera a Emer son, tal como propo ne Haro ld
Bloom , como el funda dor de una religión espec íficam ente
38 ~ESPERANZA O CONOCIMIENTO? LA VERDAD SIN CORRESPO NDENCIA 39

norte~mericana, se puede asociar.el pragmat ismo a esa reli- mos nos hace a los norteam ericanos tan viejos como Dios,
gión diciendo que los norteam ericanos siempre hemos teni- en término s filos6ficos, aun cuando seamos más jóvenes, en
do la esperan za, como la tuvo Heidegger, de convivir con la término s' biológic os, que los reptiles o los europeo s. El con-
idea de "la naturale za intrínseca de las cosas". Bloom dice traste Europa- Estados Unidos puede verse, así, como el
que es parte del credo de nuestra religión que contrast e entre la propens ión feudal a pensar en las propias
activida des tempora les como al servicio de poderes superio-
el yo norteame ricano no es el Adán del Génesis, sino un res, por ser atempor aJes, y la falta de disposic ión norteam e-
Adán más primitiv o, el Hombre antes de que hubiera ricana a rendir pleitesía a nada supratem poral. Esa propen-
·hombre s y mujeres. Superior y anterior a los ángeles, ese sión cuadra con el orgullo norteam ericano de ser, aunque
verdader o Adán es tan viejo como Dios.35 tempora les hasta los tuétanos , los más recientes hijos e hi-
jas del tiempo, la avanzad a occiden tal del Espíritu . Ese or-
Bloom agrega que "ningún norteam ericano admite, en últi- gullo resulta hoy anticuad o porque la comuni dad global de
ma instanci a, que es una parte de la naturale za". los próximo s siglos, con suerte, no será tolerant e con la
Sin embargo , esto es ambiguo . Ser una "parte de la na- noción de "Este" o de "Oeste" . No obstante , creo que el
turaleza " puede interpre tarse a la manera de la filosofía orgullo históric o anticua do y los anticua dos contras tes
tradicio nal, no pragmát ica, como queriend o decir: ser una histórico s, como los que los Estad'os Unidos decimon ónicos
parte de algo cuya autodes cripción se está obligado a resrc- plantear on entre ellos y Europa, todavía pueden ser ins-
tar, algo a lo cual rendir pleitesía . De modo alternat ivo tructivo s y proporc ionar inspirac ión.
puede interpre tarse biológic amente, como queriend o decir; Una cosa que nos queda del siglo XIX es la moraleja que
ser produci dos y asi'stidos como las aves y las bestias. En la tenemos que aprende r de Darwin. Darwin sugirió una ma-.
versión al modo de Dewey de la religión norteam ericana, nera según la cual podríam os ser buscado res de la verdad
no somos parte de la naturale za en el primer sentido, por- sin tener en nosotros mismos una chispa· de eso atempor ai
que la naturale za no tiene una autodes cripción , así como la denomi nado "r~.~ón", una chispa que asegura , de alguna
evolució n no tiene una meta. Pero, por supuest o, somos manera, que uno(está en comunió n o en armonía o en algu-
parte de la naturale za en el sentido no filosófico, biológic o. na otra relación deseable, con la naturale za intrínsec a de
Como especie y como individu os somos produci dos y asis- las cosas. Darwin sugirió que la diferencia entre nosotros y
tidos de la misma manera brusca y azarosa en que son pro- los reptiles no consistía en que ellos se adaptab an a la reali-
ducidos los reptiles. Pero, a diferencia de ellos, podemo s re- dad mientras qu~ nosotros la conocíamos, sino más bien en
crearnos a nosotro s mismos, nacer dos veces, abandon ando que nos acomod<1mos a la realidad mejor que ellos, mejor
las autodesc ripcione s que nos enseñar on e inventan do otras en el sentido de "perll}it irnos a nosotro s mismos mucha
nuevas. Esta aptitud de darnos nacimie nto a nosotro s mis- más variedad y libertad ". Esta sugerenc ia está presente en
la negativa de los pragmat istas a dar crédito a la distinció n
35 Harold Bloom, The American
Religion (Nueva York: Simon and entre conocer y acomod arse, entre tener contact o con la
Schuster, 1992), p. 15. esencia y merame nte arreglár nosla con lo accident al. Cuan-
40 ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO? LA VERDAD SIN CORRESPONDENCIA 41
.'
do"esa negativa se pone en términos de verdad significa que demandas de justificación, no se produce de acuerdo con
la diferencia entre el conocimiento y la creencia meramente leyes, así como no se produce de a~~erdo con leyes la evo-
justificada -la diferencia que la verdad señala- es, precisa- lución biológica, es decir, la evolucwn de las dem~ndas d.e
mente,. la diferencia entre la creencia que permanecerá justi- espacio vital. Ambas se producen por una secuencta fo~tUl­
• ficada pese a los cambios del entorno y la audiencia, y la ta de accidentes, algunos afortunados y _otros no. ~~cta ~a
creencia que puede tornarse no justificada. Dado que nadie conclusión de su ensayo "The Influence of Darwmtsm m
conoce el futuro, que nadie sabe qué creencias permanece-
Philosophy", Dewey d-ice
rán o no justificadas, no hay nada ahistórico que decir
acerca del conocimiento o de la verdad. El efecto de no de- ... persiste la convicción -aunque la historia muestra que
cir nada más es transferir a la esperanza lo que Europa es una alucinación- de que rodas las preguntas que la
transfirió a la metafísica y a la epistemología. Es sobre la mente humana ha planteado son preguntas que pueden
base de la· esperanza que podemos _producir un futuro me- ser respondida~ en términos de las alternativas qu,e las
preguntas mismas ofrecen. Pero, de hecho, el progreso
jor, sustituyendo así el intento platónico de escapar del
usualmente ocurre a través del craso abandono de las
tiempo.
preguntas junto con las alternativas que pr~suponen, un
Una vez que se acepta que no hay nada que saber acer- abandono que resulta de su v,italidad decreciente y de un
ca de la conexión entre la justificación y la verdad, porque cambio en la urgencia del interés. No las resol~emos; pa-
no hay manera de predecir lo que requerirán las futuras au- samos por sobre ellas.J 6 "
diencias demandantes de justificaciones, la idea de conocer
la naturaleza del conocimiento se torna tan sin esperanza Si Dewey está en lo cierto, se sigue que la idea misma de w1
como la idea de conocer la verdad. Buscar conocer ambas orden ahistórico natural de las razones -un orden natu~al
1
cosas se nos presenta ahora como la esperanza de conoc~r que un método debe procurar o _una ¡u~tificación seg~tr-~
el futuro de antemano, al modo como Marx, Comte y no es factible. Porque sólo podna extstlr un orden tal st
Spencer pensaron que podían conocer el futuro. Para De- todas las alterna~ivas futuras ya estuvieran presentes. La es- '
w~y, la moraleja dejada por Darwin fue que predecir el fu- peranza de que podrían de hecho estar presentes es l~ falsa
turo de la evolución sociocultural a partir de los escasos esperanza de lo, que Dewey llamó "la filosofía clástca de
datos disponibles en los siglos XIX y XX es un proyecto tan Europa". Es la ~speranza de que un~ puede r~co~ocer una
descaminado como el de que un dinosaurio trate de prede- estructura eterqa detrás del contemdo transttono y, con
cir los monos antropoideos a partir de los datos disponibles ello reconocer l'os límites de la posibilidad, es decir, de la
en el Jurásico. inv~stigación posible, del conocimiento posible, de _las for-
Cuando pensamos en el conocimiento y la verdad, el mas posibles de la vida humana. Esa espera~_za es la q_ue
punto más importante que podemos extraer de Darwin es Dewey deseaba que los norteamericano s pudteramos deJar
que no hay un orden natural de las razones para justificar a un lado. Nos urgió a dejarla a un lado en aras de una es-
una creencia, como no hay un orden natural para la evolu-
ción biológica. La evolución cultural, la evolución de las
36 Middle Works, vol. 4, p. 14.
41 ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO?

peranza ·mejor: la esperanza de que podríamos hacer un


mundo nuevo para que nuestros descendientes vivieran en
él, un mundo con más variedad y libertad del que efectiva-
mente podíamos imaginar. No estamos en condiciones de
visualizar los ·detalles de ese mundo humano adulto más
evolucionado, como nuestros ancestros de la Edad de Bron-
ce no estuvieron en condiciones de visualizar los detalles Il. UN MUNDO ~IN SUBSTANCIAS O ESENCIAS
del nuest,ro. .

UNO DE LOS HECHOS salientes de la filosofía occidental con-


temporánea es que los no angloparlantes no leen mucha fi-
losofía escrita en inglés, y a la inversa. La sima entre la lla-
mada filosofía "analítica" y la denominada filosofía "con-
tinental" no muestra signos de poder ser salvada. Me pare-
ce una lástima porque creo que él trabajo más interesante
que se hace en ambas tradici'ones en gran medida se super-
pone. En esta conferencia intentaré esquematizar un modo
de ver las cosas que es común a los filósofos que más admi-
ro de ambos lados de la sima.
La manera más rápida· de expresar ese denominador co-
mún es diciendo· que filósofos tan distintos como William
James y Friedrid,h Nietzsche, Donald Davidson y Jacques
Derrida, Hilary ~utnam y Bruno Latour, John Dewey y Mi-
chel Foucault son antidualistas. Esto no significa que estén
en contra de las oposiciones binarias: no resulta claro que
el pensamiento sea posible sin hacer uso de tales oposicio-
nes. Significa, más bien, que tratan de sacarse de encima las
influencias de los dualismos peculiarmente metafísicos que
1
. 1
la tradición filosófica occidental heredó de los griegos:
esencia y actidente, sustancia y propiedad y apariencia y
¡ realidad. Tratan de reemplazar las imágenes del mundo
construidas con la ayuda de esas oposiciones griegas por la
imagen de un flujo de relaciones continuamente cambian-

43
UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 45

ftl, derelaciones sin términos, de relaciones entre relacio- una función de nuestras necesidades sociales. 1 Decir que to-
nes. Una de las consecuenci as de ese panrelacion ismo es la da aprehensión es una cuestión lingüística equivale a decir
que discutí en el primer capítulo: nos permite hacer a un la- que no ténemos conocimien to del tipo que Bertrand Rus-
do la distinción entre sujeto y objeto, entre los elementos sell, en la tradición del empirismo británico, llamó "conoci-
del conocimien to humano que proporciona la mente y los miento directo". Todo nuestro conocimien to es del tipo de
·que proporciona el mundo. Con ello, nos ayuda a hacer a lo que Russell denominó "conocimie nto por descripción" .
un lado la t~ría de la verdad como corresponde ncia. Si ponemos los dos eslóganes juntos obtenemos la afirma-
En va.rias tradiciones occidentale s se han atribuido ción de que todo n~estro conocimien to es conocimien to
diversas ·etiquetas y eslóganes a ese movimiento antiesen- bajo descripcion es que resultan adecuadas para nuestros
cialista, antimetafísi co. Entre las etiquetas tenemos, por propósitos sociales corrientes. ·
ejemplo, existenciali smo, deconstrucc ionismo, holismo, Esta afirmación es antimetafísi ca en el sentido lato del
pragmatilm o, posestructu ralismo, posmoderni smo, witg- término "metafísica'~ en el que Heidegger dijo que todo pla-
genstenianis mo, antirrealism o y hermenéutic a. Entre los es- tonismo es metafísica y toda metafísica es platonismo. En
lóganes se cuentan: "Todo es una construcció n social" y
este sentido amplio, el platonismo propone librarse de la so-
"Toda aprehensión es una cuestión lingüística". El primer
c\edad, del nomos, de la convención , y volverse hacia la
eslogan es característic amente europeo y quienes lo usan
physís, la naturaleza. Pero si los dós eslóganes que he citado
parten, a menudo, de Foucault. El segundo fue acuñado
son correctos, entonces no h'ay tal cosa como una physis a
por un gran pen_sador norteameric ano, Wilfrid Sellars, y el
ser conocida. La distinción nomos-physis, convención- natu-
rótulo que eligió para el sistema de pensamiento que com-
pendia el eslogan fue "nominalism o psicológico" . raleza, se desvanece por la misma razón que se desvanece la
A rpodo de una primera ilustración de la convergenci a distinción apari~cia-realidad. Porque 'uná vez que se ha di-
entre la filosofía analítica y la continental, quiero mostrar cho que roda ap~hensión es una aprehensión bajo una des-
cómo esos dos eslóganes vienen a parar en lo mismo. Los cripción y que las descripcione s son una función de las nece-
dos son maneras de decir que nunca tenemos que ubicarnos sidades sociales~ entonces "naturaleza " o "realidad" sólo
fuera del lenguaje, nunca aprehender la realidad sin la me- pueden ser nom~res de algo no cognoscible , algo cm~o, "l~
diación de una descripción lingüística. De modo que los cosa en sí" de Kant. Desde los tiempos de Hegel, la dmam1-
dos son maneras de decir que debemos sospechar de la dis- !

tinción griega entre la apariencia y la realidad y que tene- 1 En términos ~e Foucaulr, esto puede expresarse diciendo que la
mos que tratar de reemplazarl a por algo como "una des- verdad nunca va a ~star separada del poder, pero ese poder no es algo
cripción menos útil del mundo" o "una descripción más malo en sí mismo. El poder de una comunidad igualitaria utópica que
crea sujetos foucaultianos vía un biopoder es una cosa buena. Foucault
útil del mundo". Decir que todo es una construcció n social
no creyó en un sujeto rousseauniano , primordial, naturalmente bueno,
es afirmar que nuestras prácticas lingüísticas están tan uni- no formado por el discurso del poder. Pero su tendencia a desconfiar de
das a otras prácticas sociales que nuestras descripcione s de todas las formas Je autoridad lo llevó, ocasionalment e, a jugar con esa
la naturaleza, como las de nosotros mismos, serán siempre amable ficción.
UN MUNDO SJN SUBSTAN CIAS O ESl-:NCIAS 47

ca deJ pen1amiento filosófico occidental ha consist ido en el sible que nunca conozc amos la realida d por~ue ?ay una
Intento de evitar esa realida d no cognoscible. barrera entre nosotro s y ella, un velo de apanen ctas, pro-
Kant produj o un cambio decisivo en la historia de la fi- ducido por la interac ción del sujeto y el .objeto , entre la
losofía occiden tal porque ofreció una reducti o ad absur- constit ución de nuestro s órgano s senson ales o nuestra s
dum de la tentativ a de disting uir en la constit ución del co- mentes y la manera en que las cosas son en sí mis~as. A
nocimi ento el papel del sujeto y el papel del objeto. Hegel partir de Herder y Humbo ldt los filósofo s han sugend ? 9ue
se dio cuentá de ello, y advirti ó además que las distinc iones el lenguaje constituye_ esa barrera , que nuestro leng~aJe, Im-
entre lo objetiv o y lo subjeti vo tenían que ser supera das.
pone a los objetos categor ías q.ue ~ueden no sedes .mtrms e-
Desafo rtunada mente, Hegel usó los término s "subjet ivo" y
cas. Respec to del velo de apanen cras, los. pragmaus~a~ res-
"objeti vo" para describ ir la secuenc ia de descrip ciones que
pondie ron a la tesis de los filósofos del ~~g.lo XVII dt~~endo
las sucesiv as necesid ades sociale s vuelven forzosa s por el que no es necesar io modeliza~ el conocrmren.to ate?ren do-
contin uo progre so moral e intelec tual, y usó el términ o nos a la visión. No hay necesrd ad de conceb1r los organ~s
"unión del sujeto y el objeto" para describ ir el final de la sensori ales 0 la mente como interm ediario s entre un OJO
historia . Eso fue un ·error, porque tomó demasi ado en serio mental y su objeto. Afirma ron que, en cam?io , podem ?s
un dualism o anticua do. Habría sido mejor que Hegel hu-
pensar a ambos como instrum entps pa~a ma.mpu lar el obJe-
biera hecho lo que más tarde hizo Dewey : describ ir el pro- to. Los argume ntos acerca del efet:to drstors wnante del len-
greso moral e intelec tual como crecim iento y no como
guaje fueron rebatid os, a su -vez, .s,ost~niendo. que el le~gué?,­
emanci pación , consid erando que conduc ía a la democ racia je no es un medio de represe ntacwn smo un tntercamblO. de
más que a la autorre alizaci ón del Espírit u Absolu to. Dewey marcas y de son~dos que se lleva a cabo para alc~_nzar cter-
fue el filósofo que cqn más clarida d y de manera más explí- tos propós itos. No puede fallar en la represe ntacwn correc-
cita dejó a un lado la meta común de los griegos y de los
ta, porque no represe nta. ·
idealist as german os (una represe ntación precisa de la reali-
Los pragma tistas insisten en los modos. ?o ocular~s, no
dad) en favor de la meta política de la democ racia partici-
representaciona~es de describ ir la p~rcepc10n senson~l,. el
pativa. Ésta es la razón por la cual, como dije en el primer 1 pensam iento y el lenguaj e, porque qmeren romper ~a dts~t?­
capítul o, me parece que es la figura más provec hosa y sig- ción entre conoce r cosas y usarlas . Parten de la aftrmac 10n
nificati va de la filosofía de nuestro siglo. de Bacon de que. 'el conoci miento es poder, y pasan a 1~ ~fir­
Sin embarg o, antes de consid erar en profun didad a De-
1
1
mación de que es el poder lo que concier ne al conocl mten-
wey y el pragma tismo, es necesar io conven cerse de que la 1 to, que afirma r que se sabe X es afirma r que se está en c??-
búsque da en la que se empeñ ó Platón, el intento de ir de la dicione s de hacer algo con X o a X, al poner a ~ en relac1~n
aparien cia a la natural eza intrínse ca de la realida d, es vana. con algo más. Sin embarg o, para hacer plaust? le esa afrr-
Quiero , pues, recapit ular la dialécti ca que conduc e al nomi- mación los pragma tistas tienen que atacar la rdea de que
nalism o psicoló gico de Sellars y, así, indirec tament e, al conoce~ x es estar relacio nado con algo intríns eco a X,
constru ccionis mo social común a Foucau lt y a Dewey. mientr as que usar x es estar en una relació n accide ntal,
Desde el siglo XVII, los filósofos han sugerid o que es po-
extrínseca a X.
41 t.IIPiftANZA O CONO CIMIE NTO?
UN MUND O SIN SUBST ANCIA S O ESENC IAS
49
Pdl ,~r,,.est,a idea se tiene que queb rar la disti nció
n cons idera r a la hum anid ad com o la med ida de toda
entre ' o y extrí nsec o, entre el núcl eo inter ior de X y s lasc o-
sas. Para muc hos, pare cería que el antie senc ialis mo
e rea perif érica de X cons tituid a por el hech o de que X es- carec e
de hum ildad , de mist erio, de un senti do de la finitu
tá en ciert as relac ione s con otros ítem s que cons tituy en el d hum a-
na. Pare cería que no tiene el apre cio del senti do com
univ erso. Llam aré antie senc ialis mo al inten to de ún por
queb rar la obst inad a otred ad de las cosa s de este mun do.
ua distinci~n. Para los prag mati stas no hay nada que sea A esta
reacc ión de senti do com ún el antie senc ialis ta respo
un rasgo no relac iona l de X, así com o no hay una nde que
cosa qu.e el senti do com ún no @S en sí mism o más que el hábi
sea la natu ralez a intrí nsec a, la esen cia, de X. De mod to de
o que usar un ciert o conj unto de desc ripci ones . En nues
no pued e habe r algo así com o una desc ripci ón que tro caso ,
se ajust e lo que se deno mina sent ido com ún es, simp leme
a la man era en que X realm ente es, más allá de su nte, el
relac ión hábi to de usar el leng uaje here dado de los grieg
con las nece sidad es hum anas o la conc ienci a o el os, espe -
lengu aje. cialm ente de Plató n y de Arist ótele s. Las desc ripci
Una vez que la disti nció n entre intrí nsec o y extrí nsec ones que
o desa - dan ellos de nues tra relac ión con el resto del univ erso
parec e, tamb ién desa pare cen la disti nción entre la -aes -
apar ien- cripc ione s que inco rpor an la disti nció n intrín seco -extr
cia y la reali dad y nues tras preo cupa cion es acer ínse-
ca de si co- ya no valen para noso tros. Pode mos hace r mejo
exist en barre ras entre noso tros y el mun do. r las
cosa s.
El térm ino "obj etivo " no es defin ido por los antie
sen- Plató n, Aris tótel es y el monot~ísmo orto doxo insis
ciali stas en térm inos de una relac ión con los rasgo ten
s intrí n- en la sens ación de mist erio y 'asom bro ante pode res
secos de los obje_tos, sino por refer encia a la facil idad antro -
relat i- pom órfic os pero no hum anos . Desd e un punt o
va de logra r cons enso entre los inda gado res. Así de vista
com o la prag mati sta, esa ihde seab le sens ación de asom bro
disti nció n apar ienc ia-re alida d es reem plaz. ada por no debe
disti ncio - conf undi rse con la dese able toma de conc ienci a de
nes sobr e la utilid ad relat iva de las desc ripci ones , que hay
la disti n- muc has cosa s que los seres hum anos no pode mos cont
ción obje tivo- subje tivo es reem plaza da por disti ncio rolar .
nes so- Tam poco debe c0nf undi rse con el resp eto que
bre la facil idad relat iva de obte ner acue rdo. Deci sent imos
r que los ante la pres enci a de las gran des obra s de la imag
valo res son más subje tivos que los hech os es decir inac ión
que es hum ana, es decir, artte esas rede scrip cion es del univ
más difíc il cons egui r acue rdo resp ecto de qué cosa erso que
s son hace n que toda s las cosa s pare zcan nuev as y mara
feas o de qué accio nes son mala s que respe cto de qué villo sas.
cosa s La gran difer encia entre una sens ación inde seab le de
son recta ngul ares. Deci r que X realmente es azul aun hum il-
cuan - dad y una sens ación dese able de finitu d es que la
do apar ezca ama rillo desd e ciert o ángu lo es deci prim era
r que la pres upon e que ya hay en exist encia algo mejo r y may
orac ión "X es azul " es más útil -esto es, pued e ser or que
empl ea- lo hum ano. La segu nda únic amen te pres upon e que
da con más frecu enci a- que la orac ión "X es amar exist en
illo" . En cant idad es de cosa s que son difer entes de lo hum
este caso , "X es amar illo" es útil sólo para prop ósito ano. La
s oca- sensa ción de asom bro de los grieg os requ iere que pens
siona les, evan esce ntes. emos
que hay algo lo sufic iente ment e pare cido a noso tros
Una típic a reacc ión inicial cont ra el antie senc ialis mo com o
es para envi diarl o, pero tan supe rior a noso tros com
que es dem asiad o antro pocé ntric o, dem asiad o prop o para
enso a que nos sea esca same nte intel igibl e. Un senti do prag
máti co
50 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 51

de los límites sólo nos exige pensar que hay proyectos para El sentido de m~ sugerencia no es la afirmación platóni-
los que nuestras herramientas actuales son inadecuadas y ca y galileana de que los números son el andamiaje del que
qu~ tenemos la esperanza de que, en ese aspecto, el futuro el universo cuelga. Tampoco es la enunciación de las Escri-
sea mejor que el pasado. turas de que "Dios ordenó todas las cosas por su número,
Otra diferencia es que las· descripciones griegas de nues- medida y peso". Desde mi punto de vista, lo más sutil de
tra situación presuponen que la humanidad misma posee los números es, simplemente, que resulta difícil pensarlos
una naturaleza intrínseca, que hay algo inalterable llamado como teniendo naturalezas intrínsecas. Se hace cuesta arri-
"lo humano" que puede ser contrastado con el resto del ba pensar un número como teniendo un núcleo esencial
universo. El pragmatismo deja a un lado esa presuposición rodeado de una penumbra de relaciones accidentales. Los
e insta a considerar que la noción de humanidad carece de números son un ejemplo admirable de algo que es difícil de
límites fijos, que la palabra "humano" nombra un proyecto describir en un lenguaje esencialista.
impreciso pero prometedor, no una esencia. De tal modo, Para captar lo que digo, preguntemos cuál es la esencia
como dije en el primer capítulo, los pragmatistas transfie- del número 17: qué es en sí mismo, aparte de sus relaciones
ren al futuro humano la sensación de respeto y misterio que con otros números. Lo que se busca es una descripción de
los griegos adosaron a lo no humano. Ella se transforma en 17 que sea de diferente tipo que las siguientes descripcio-
la sensación de que la humanidad del futuro, aunque ligada nes: menor de 23, mayor de 8, la suma de 6 v 11 la raíz
' '
a nosotros por una narrativa continua, será superior a lo cuadrada de 289, el cuadrado de 4,123105, la diferencia
que es la humanidad actual, de modos difícilmente imagi- entre 1.678.922 y 1.678.905. Lo molesto de todas estas
nables. Se funde con el respeto que sentimos por las obras descripciones es que ninguna parece llevarnos más cerca del
de la imaginación· y se torna una sensación de respeto ante número 17 que cualquiera de las otras. Igualmente molesto
la aptitud de la humanidad para llegar a ser lo que una vez es que se podría ofrecer, obviamente, un número infinito de
sólo imaginó, dada su capacidad para la autocreación. otras descripciones de 17, todas las cuales serían igualmen-
te "accidentales" y "extrínsecas". Ninguna de esas descrip-
ciones nos da la clave respecto de la diecisietetividad intrín-
seca del diecisiete, es decir, del rasgo singular que hace de él
En lo que sigue intentaré delinear cómo se muestran las co- el número que es. Cuál de e~as descripciones uno utiliza es,
sas cuando son descriptas en términos antiesencialistas. Es- obviamente, algo relacionado con el propósito que se tiene
pero mostrar que vale la pena dar una oportunidad a esos en mente, con la situación particular que causó que uno
términos, que se los podría encontrar más útiles que la ter- pensara, antes que nada, en el número 17.
minología presupuesta en lo que Dewey llamó "la cría y el Si se quiere ser esencialrista respecto del número 17 se
nidal de los dualismos" heredados de los griegos. Concreta- tiene que decir, en jerga filo!Sófica, que toda la enorme can-
mente, quiero hacer una sugerencia acerca de cómo ver las tidad de diferentes relaciones que tiene con una enorme
cosas desde el punto de vista antiesencialista. La sugerencia cantidad de números son nelaciones internas, esto es, que
es que pensemos todo como si fuera un número. ninguna de esas relaciones ptodría ser diferente sin que el nú-
UN MUNDO SIN SUBSTA NCIAS O ESENCI AS 53
11 ¿IIPIRANZA O CONOCIMIENTO?
Decir que hay rel-aciones en toda direcc ión es un corola -
mero 17 fuera diferente. De modo que parece no haber ma-
rio del nominalismo'· psicol ógico, de la doctri na que afirma
nera de definir la esencia de la diecisietetividad que no sea
encon trando algún mecan ismo para genera r todas las des- que no hay nada para conoc er acerca de algo, salvo lo que
cripcio nes verdad eras del diecisiete que especi fique todas sus es enunc iado en las oracio nes que lo descri ben, porqu e cada
relacio nes con todos los otros númer os. Los matem áticos oració n acerca de un objeto es una descri pción explíc ita 9
puede n produ cir ese mecan ismo axiom atizan do la aritmé ti- implíc ita de su relació n con otro u otros objeto s. De modo
ca o reduci endo los númer os a conjun tos y axiom atizan do que si no hay conoc imiefl to directo , si no hay ningún cono-
la teoría de conjun tos. Pero si el matem ático señala su pul- cimien to que no se dé bajo la forma de una actitud oracio -
cro grupo de axiom as y dice "¡He aquí la esencia del dieci- nal, entonc es no hay:na da que se pueda saber acerca de algo
siete!" nos sentire mos defrau dados . Esos axiom as no tienen que no sean sus relaciones con otras cosas. Insisti r en que
nada peculi armen te diecisietetivo, porqu e son, igualm ente, hay una diferencia entre el ardo essend i no relacio nal y el
la esencia de 1, de 2, de 289 y de 678, de 922 ... ordo cogno scendi relacio nal es recrea r inevit ablem ente ,¡a
Llegad o a este punto tengo la espera nza de que se con- cosa en sí kantia na. Dar ese paso es sustitu ir las espera nzas
utópic as en un futuro human o autoco nstrui do por la nostal -
cluya que cualqu iera sea el tipo de cosas que poseen una
natura leza intríns eca, los númer os no la tienen ; sencill a- gia de lo inmed iato, por la espera nza en la salvac ión a tra-
mente , ser esenci alista en materi a de númer os no da rédito. vés de un poder no human o. Es rein~entar lo que Heide gger
denom inó "la tradici ón ontote oiógic a".
Los anties encial istas desear íamos que se conclu ya que tam-
Para los nomin alistas psicol ógicos , ningun a descri pción
poco da rédito ser esenci alista en materi a de mesas , estre-
llas, electro nes, seres human os, discip linas académ icas, ins- de un objeto es más una descri pción del objeto "real" -co-
titucio nes sociale s, o lo que sea, Sugei' imos que se piense mo opues to al objeto "apar erte"- que cualqu ier otra; tam-
que todos esos objeto s se parece n a los núme ros en lo poco ningun a descri pción es, por así decir, una descri pción
siguie nte: nada hay para conoc er acerca de ellos como no de la relació n del objeto consig o mismo , de la identi dad
sea una extens a y siemp re expan dible trama de relacio nes con su propia esenci a. Sin duda, alguna s descri pcione s son
con otros objeto s. No tiene sentid o pregu ntar por los tér- mejore s que otras. Pero este rasgo tiene que ver con el he-
minos de relacio nes que no sean en sí mismo s relacio nes, cho de que son instru mento s más útiles, instru mento s que
porqu e todo lo que puede servir como términ o de una rela.:. logran algún propó sito human o mejor que otras descri p-
ción puede ser disuel to en otro conjun to de relacio nes, y así ciones alterna tivas. Desde un punto de vista filosófico -en
sucesi vamen te. Por decir así, hay relacio nes en toda direc- tanto opues to a un punto de vista prácti co-, los propó sitos
ción, hacia abajo, hacia afuera . Nunca se alcanz a algo que están a la par. No hay un propó sito primo rdial denom ina-
no sea otro nexo de relacio nes. El sistem a de los númer os do "descu brir la verdad " que tenga preced encia sobre los
natura les es un buen model o del univer so porqu e en ese sis- demás . Como dije en el capítu lo anterio r, el pragm atismo
tema resulta obvio -con una obvied ad inofen siva- que no no cree que la verd~d sea la meta de la indaga ción. La meta
hay términ os de relacio nes que no' sean, simple mente , agru- de la indaga ción es la utilida d, y existe n tantos instru men-
pamie ntos de otras relacio nes. tos diferen tes como propó sitos a satisfacer.
&4 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO?
UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 55

Para mostrar con más detalle cómo se ven las cosas des- lingüística, de la respuesta de Berkeley es: todo lo que sabe-
de la perspectiva antiesencialista volveré a mi afirmación de mos acerca· de esta mesa sólida, sustancial -acerca de lo
que los números son un buen modelo para los objetos en q4e es relacionado en tanto opuesto a sus relaciol}es- es
generaL El sentido común -o, al menos, el sentido común que ciertas oraciones son verdaderas respecto de ella. Las
occidental- tiene problemas con esta afirmación porqúe siguientes oraciones, por ejemplo: es rectangular, es ma-
parece con.traintuitivo decir que los objetos espaciotempo- rrón, es fea, está hecha de madera, es más chica que una
rales, físicos, se disuelven en una trama de relaciones, de la casa, es más grande qu~ un ratón, es menos luminosa que
misma· manera que los números. Si la filosofía disuelve los una estrella, etcétera. No hay nada que pueda conocerse
números en relaciones con otros números, nadie va a la- acerca de un objetq~ excepto qué oraciones referidas a él
mentar la pérdida de su realidad sustancial, independiente, son verdaderas. Así, el argumento antiesencialista consiste
autónoma. Pero todo es diferente con las mesas, las estre- en decir que, dado que todo lo que las oraciones pueden
llas y los electrones. En este caso, el sentido común se pone hacer es relacionar objetos entre sí, toda oración que des-
firme y asevera que no ·podemos tener relaciones sin algo cribe un objeto le atribuirá, implícita o explícitamente, una
que sea relacionado. Si no hubiera una mesa sólida, sustan- propiedad relacional.J Los antiesencialistas tratamos de
cial, autónoma que estuviera en relación, digamos, con us- sustituir la imagen del lenguaje como un velo interpuesto
ted, yo y la silla, o si no estuviera constituida por partículas entre nosotros y los objetos por la del lenguaje como una
sólidas, sustanciales, elementales, no habría nada que rela- manera de enganchar los objetos unos con otros.
cionar y, de tal modo, no habría relaciones. El sentido
J Las propiedades usualmente denominadas "no relacionales" (por
común insiste: hay una diferencia entre las relaciones y las
ejemplo, "rojo", como opuesta a ~·estar a la izquierda") son tratadas
cosas que son relacionadas y la filosofía no puede destruir por los nominalistas psicológicos como propiedades significadas por
esa relación. predicados que, por algún propósito, son considerados primitivos. Pero
. La respuesta antiesencialista a esta porción del sentido el carácter primitivo del predicado no es intrínseco a él, sino que es rela-
común es similar a la que Berkeley dio al intento de Locke tivo a la manera de enseñar o de exhibir el uso del predicado. La no re-
lacionalidad putativa de una propiedad significada por un predicado es
de distinguir las cualidades primarias de las secundarias. Es relativa a cierta manera de describir la serie de objetos que tienen ese
la respuesta que Peirce citó como la primera propuesta del predicado. No es un rasgo intrínseco de la propiedad. Una manera de
principio pragmático: toda diferencia debe producir una di- exponer la lección que nos enseñaron Saussure y Wittgenstein es decir
ferencia en la práctica.2 La forma contemporánea, en clave que ningún predicado es intrínsecamente primitivo. Una manera de ex-
presar el corolario extraído por Derrida es decir que todo predicado de-
nota una propiedad, que no tiene sentido tratar de distinguir entre pre-
dicados que refieren y predicados que no refieren (excepto, nuevamente,
2 Véase la nota bibliográfica de Peirce a la edición de Fraser de la
que los distingamos por algún propósito práctico, como cuando se usa
obra de Berkeley, reproducida en el volumen 8 de Collected Papers of
"pero no hay brujas" cQmo abreviatura de todas las razones que tornan
Charles Sa11ders Peirce (Cambridge, Mass.: Harvard University Press, infructuoso practicar la ~aza de brujas).
1958), especialmente pp. 33-34 (sección '8.33). Véase también el volu-
Para una formulación clara y decidida del punto de vista antinomi-
men 6, p. 328 (sección 6.482).
nalista, antipragmatist¿, véase John Searle, The Rediscovery of the
UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 57
58 ¡,I:IPIRANZA O CONOCIMIENTO?

cuando descubrimos su raíz cuadrada, no intimamos más


Tfpicamente, los esencialistas sostienen en este punto
con la mesé}, no no~· arrimamos a su naturaleza intrínseca,
que el nominalismo psicológico es un error, que tenemos
cuando la golpeamos, la miramos o hablamos de ella. Todo
que recuperar lo que era verdad en el empirismo: no admi-
lo.~ue hace el.golpearla o descomponerla en átomos es per-
tir que el lenguaje proporciona el único acceso cognitivo a
mitirnos relacionarla con unas cuantas cosas más. Ello no
los objetos. Sugieren que tenemos que tener un convcimien-
nos .conduce del leuguaje al hecho 0 de la apariencia a la
to prelinguístico de los objetos, un conocimiento que no
realidad o de una rélación remota y no interesada a una re-
puede ser atrapado en el lenguaje. Ese conocimiento, dicen,
lación más íntima e intensa.
es lo que impide que la mesa o el número o el ser humano
sean lo que denominan "un constructo meramente lingüís- .El ob~et~vo d~ tqdo esto es señalar, nuevamente, que el
an~1esenc1ahsta mega que haya una manera de separar un
tico". Para ilustrar lo que quiere decir con conocimiento no
ob¡eto del resto del universo excepto como aquel objeto del
lingüístico, el esencialista usualmente golpea su mano en la
que es verdadero un cierto conjunto de oraciones. Dice
mesa, y no vacila. Con ello pretende demostrar que ha ad-
con Wittgenstein, que la ostención sólo funciona con el
quirido un trozo de conocimiento, una especie de intimidad
trasfondo de una práctica lingüística y que la autoidentidad
con la mesa que escapa al alcance del lenguaje. El esencia-
lista afirma que ese conocimiento de los poderes causales de la cosa identificada es, en sí misma, relativa a una des-
intrínsecos de la mesa es un puro allí en bruto que lo man- cripción.4 El antiesencialismo piensa,que la distinción entre
cosas relacionadas y relaciones 'es, simplemente, una mane-
tiene en contacto con la realidad de una manera imposible
para el antiesencialista. ra alternativa de formular la distinción entre aquello de lo
No afectado por la sugerencia de que no está en contac- que estamos hablando y lo que decimos acerca de ello.
to con la realidad, el antiesencialista re.itera que si se quiere Como dijo Whitehead, esta ,distinción es una hipostatiza-
saber qué es real mente, intrínsecamente, la mesa, la mejor ción de la relación entre sujeto lingüístico y predicado lin-
respuesta que se puede obtener es "aquello con respecto a güístico.-'
lo cual los siguientes enunciados son verdaderos: marrón, . 4 S_obre la importancia fundamental de la observación de Wittgens-
fea, dolorosa ante un movimiento enérgico de la mano, ca- tem,. vease Barry Alen, Truth In Philosophy (Cambridge: Harvard Uni-
paz de interponerse en el camino, hecha de átomos, etcéte- verstty Press, 1993).
5 Resulta útil pensar esta crítica de Whirehead a
ra". El carácter doloroso, la solidez y los poderes causales Aristóteles (una
de la mesa están en el mismo plano que su color marrón y crítica que también se encuentra en otros filósofos de comienzos de siglo
que ~rataron de formular una lógica no basada en la distinción sujeto-
su fealdad. Así como no intimamos más con el número 17 predt_cado, por e¡emplo, Peirce y Russell) como análoga a la crítica de
Dernda al logocentrismo. La propuesta de Derrida de visualizar las pa-
labras como nodos msertos en una red de relaciones de una flexibilidad
~1/nd (Cambridge, Mass.: MIT Press, 1992), p. 211. El wntraste que
sin fin es obviamente re!11iniscente del planteo que Whitehead formula
Scarlc traza entre los rasgos intrínsecos del mundo, como las moléculas,
en Process all(i Reallty cle la ocasiones efectivas como constituidas por
y _los rasgos relativos-al-observador, com,o un lindo día para un picnic,
las relaoones con todas· las otras ocasiones efectivas. Sospecho que el
solo _expresa para los pragmatistas una preferencia por los propósitos de
stglo XX va a ser vtsto p<~r los historiadores de la filosofía como el perío-
los ftstcos en detnmento de los de los concurrentes a picnics.
11 ¿IIPIRA.NZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 59

Así como la proferencia de un nombre no transmite in- no esencial, entre él y algo, más que del número diecisiete
formación a quienes no tienen familiaridad con los adjeti- mismo. Pero· si se no's apremia, tenemos que admitir que la
vos y los verbos, no hay manera de transmitir información relación entre 17 y 1.678.922 no es ni más ni menos intrín-
sino relacionando algo con algo más. Frege nos dijo que seca que la que se da entre 16 y 17. En el caso de los nú~e­
una palabra sólo tiene sentido en el contexto de una ora- ros no se puede otorgar al término "intrínseco" un sentido
ción. Pero -esto significa que no hay manera de salirse del cla;o. No queremos realmente decir, en lo íntimo,, que .se
lenguaje para acceder a alguna forma inmediata no lingüís- siente a 17 más cerca de·16 que de los números mas ale¡a-
tica de relación directa con aquello de lo que estamos ha- dos en la serie.
blando·. Un sustantivo tiene uso solamente cuando está co- Los antiesencialisras sugieren que también tenemos que
nectado con alguna otra parte del habla, y un objeto puede rechazar la cuestión de si la solidez de la mesa es más in-
ser un objeto del conocimiento sólo como término de una trínseca a la mesa que el color o si la constitución a:óm.i~a
relación. No hay conocimiento del sujeto si no se sabe cuá- de la estrella Polaris le es más intrínseca que su ubtcaclOn
les de las oraciones que se refieren a él son verdaderas, así en la constelación. La cuestión de si realmente existen cosas
como no hay conocimiento de un número si no se tiene co- tales como las constelaciones o si son meras ilusiones pro-
nocimiento de sus relaciones con otros números. ducidas por el hecho de que no pod~mos distinguir visu~l­
La idea de que podemos conocer una c·osa sin conocer mente \a distancia de las estrellas suena tan mal a los antte-
sus relaciones con otras cosas es explicada por los antiesen- sencialistas como la cuestión de' si realmente hay cosas tales
cialistas como· una reflexión acerca de la diferencia entre como los valores morales o si son meras proyecciones de
estar en lo cierto respecto de algunas relaciones familiares, los deseos humanos. Los antiesencialistas proponen recha-
presupuestas, obvias, en las que la cosa- está y no tener cer- zar todas las cuestiones acerc<¡1 de dónde termina una cosa Y
tidumbre respecto del resto de sus relaciones. El diecisiete, dónde comienzan sus relaciones, todas las cuestiones relati-
p<h ejemplo, comienza siendo la suma de diecisiete unos, el vas a dónde comienza su naturaleza intrínseca y dónde em-
número entre dieciséis y dieciocho, etcétera. Contando con piezan sus relaciones, todas las cuestiones. acerca de d_ón~e
enunciados familiares de este tipo, comenzamos a pensar concluye el núcleo esencial y dónde comienza la penfe.na
en el diecisiete como una cosa que espera ser relacionada accidental. Al antiesencialista le gusta preguntar, con Witt-
con otras. Cuando se nos dice que diecisiete es también l<l genstein, si un tablero de ajedrez realmente es un~ cosa o
diferencia entre 1.678.922 y 1.678.905 sentimos que he- sesenta y cuatro cosas. Plantear esa pregunta, ptensa, es
mos tomado conocimiento de una conexión muy remota, poner en evidencia su necedad, su carencia d~ interés. Las
cuestiones que tienen sentido son las que sa~tsface? el_ re-
do en el que se desarrolló, con distintas modalidades, una especie de
querimiento de William James de que toda d1ferencta tiene
panrelacionismo neoleibniziano, un panrelacionismo que replante~ la que producir una dVerencia. Otras cuestiones -com~ las re-
idea de Leibniz de que cada mónada no es otra cosa que todas las otras ferentes a la condición ontológica de las constelacwnes o
món<1das vista desde cierta perspectiva, que cada substancia es nada más de los valores moralles- son "meramente verbales" o, peor
que sus relaciones con todas las otras substancias.
aún, "meramente filosóficas".
80 ¡,ESPÉRANZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 61

A esto, el esencialismo residual del sentido común pue- Este encuentro inicial es un encuentro con el mundo en sí
de contestar que el antiesencialismo es una especie de idea- mismo, con el mundo tal como es intrínsecamente. Cuando
lismo lingüístico: una manera de sugerir que realmente no intentamos tecapturar en el lenguaje lo que aprendemos de
hay nada acerca de qué hablar antes de que la gente co- ese encuentro nos vemos frustrados por el hecho de que las
mience a hablar, que los objetos son artefactos del lenguaje. oraciones de nuestro lenguaje sólo relacionan unas cosas
Pero esa r~spuesta supone confundir la pregunta "¿cómo con otras cosas. Las oraciones "esto es marrón" o "esto es
identificamos los objetos?" con la pregunta "¿anteceden los cuadrado" o "esto es duro" nos dicen algo acerca de cúmo
objetos a nuestra identific,1ción?" El antiesencialista no nuestro sistema nervioso trata con las emanaciones que
pone en duda que ha habido árboles y estrellas antes de provienen de la vecindad del objeto. Oraciones como "est;Í
que hubiera enunciados acerca de los árboles y las estrellas. ubicado en las siguientes coordenadas cspaciotemporales"
Pero el hecho de la existencia anterior no sirve para dar son, aun de modo más obvio, oraciones que dicen acerca
sentido a la pregunta "¿qué son los árboles y las estrellas de lo que los esencialistas llaman, con trístel,a, "propieda-
aparte de sus relaciones con otras cosas, aparte de nuestros des meramente relacionales, meramente accidentales". '
enunciados acerca de ellos?" Tampoco ayuda a dar sentido Ante esta impasse; el esencialista está tentado a pedir
a la afirmación escéptica de que los árboles y las estrellas ayuda a la ciencia natural. Se inclina a decir que una ora-
tienen esencias no relacionales, intrínsecas, que pueden es- ción como "está hecho del siguiente~ tipo de partículas ele-
tar, ¡ay!, más allá de nuestra comprensión. Si esa afirma- mentales compuestas de las sigujentes maneras" nos condu-
ción va a tener un sentido claro, tenemos que estar en con- ce dentro del objeto tal cual es. La última línea de defensa
diciones de decir algo más acerca de qué está más allá de de los filósofos esencialistas es la creencia de que la ciencia
nuestra comprensión, de qué estamos privados. De otro física nos permite salir fuera de nosotros mismos, fuera de
modo, tenemos que cargar con la cosa en sí incognoscible nuestro lenguaje, de nuestras necesidades y de nuestros
de Kant. Desde la perspectiva antiesencialista, el lamento propósitos a algo e:ipléndidamente no humano y no rela-
kantiano de que estamos por siempre aprisionados en el cional. Los esencialistas que se repliegan a esta línea argu-
velo de la subjetividad es, meramente, la afirmación inútil, mentan que los corpuscularistas del siglo XVII, como Hob-
por tautológica, de que algo que hemos definido como es- bes y Boyle, estaban en lo correcto al distinguir entre los
tando más allá de nuestro conocimiento está, ¡ay!, más allá rasgos de las cosas que están realmente "en" ellas y los que
de nuestro conocimiento. es útil decir que tienen, para propósitos humanos.
La imagen que el esencialista propone de la relación en- Para nosotros, los antiesencialistas, las descripciones de
tre el lenguaje y el mundo lo conduce a la afirmación de los objetos en términos de las partículas elementales son
que el mundo es identificable con independencia del len- útiles de maneras muy diferentes, de tantas maneras como
guaje. Ésta es la razón por la que tiene que insistir en que el la física de partículas puede contribuir a los avances tecno-
mundo es conocido, inicialmente, a través de un tipo de en- lógicos o a las redescripciones imaginativas, astrofísicas,
cuentro no lingüístico, dándonos de narices con él o dejan- del universo como un todo. Pero este tipo de utilidad es su
a :lié' 't"boten en él algunos fotones de nuestras retinas. única virtud. Para Jc,)s filósofos esencialistas y para muchos
62 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 63

científicos de las ciencias naturales, quienes por lo demás so en términos de la dispersión e interacción de partículas
no se dedican a la filosofía, este enfoque pragmático de la parece que nos elevamos por encima de las necesidades hu-
físi_c~ como criada de la tecnología y de la imaginación manas y las éontemplamos desde lo alto. Parecería que nos
~o~t1ca result~ ofensivo. Ellos comparten la idea de que la tornamos un poco rr;ás que humanos, porque nos hemos
f1s1ca de part1culas -o, más en general, todo vocabulario distanciado de nuestra propia humanidad y nos visualiza-
científico que podría en principio servir para formular ex- mos desde una perspectiva no humana, en el contexto más
plicaciones de cualquier fenómeno- es un ejemplo del tipo amplio posible.
de verdad ~ue el pragmatismo no reconoce. Este tipo de Para nosotros, antieséncialistas, la tentación de pensar
verdad no t1ene que ver con la utilidad de una descripción que hemos eludido nuestra finitud humana viéndonos a no-
para propósitos humanos, sino con la trascendencia de lo sotros mismos bajo el aspecto de las partículas elementales
meramente humano. La física de partículas se ha transfor· es un nuevo intento de crear una divinidad y de reclamar,
mado, nos dicen, en el último refugio de la sensación griega entonces, una porción de la vida divina. El problema con
de asombro, de la sensación de un encuentro con el casi tales intentos es que la necesidad de ser Dios es una necesi~
Totalmente Otro [Wholly Other],6 dad humana más. O, para decirlo de manera menos odiosa,
¿Por qué la física de partículas parece dar a la noción que el proyecto de ver todas nuestras necesidades desde el
de "naturaleza intrínseca" un nuevo aliento de vida? Creo punto de vista de alguien que no tiene esas necesidades es,
que la respuesta es que el vocabulario de esta rama de la fí- precisamente, un proyecto humano más. La ausencia estoi-
sica pa~ecería ofrecer un tipo especial de dominio y de au- ca de pasión, la ausencia Zen de voluntad, el Gelassenheit
t~)segundad, porque puede ("en principio") explicar la uti- de Heidegger y la física-como-la-concepción-absoluta-de·
IId.ad ~~ to?as las· descripciones, incluidas las propias. Una la-realidad son, desde este ángulo, variaciones de un pro-
psicoflsJca Ideal consideraría a los seres humanos como tor- yecto único: el de escapar al tiempo y al azar.7
bel!inos de part~culas y proporcionaría explicaciones de por Pero los antiesencialistas no podemos burlarnos de ese
que esos orgamsmos han desarrollado ciertos hábitos lin- proyect9. Porque no podemos permitirnos burlarnos de
güísticos, es decir, por qué han descripto el mundo de la ningún proyecto humano, de ninguna forma elegida de vi-
~anera en que lo han hecho. Al parecer, pues, una física
da humana. En especial, no debemos permitirnos decir lo
1deal podría tratar la utilidad de los seres humanos como.. que acabo de decir: que adoptando el punto de vista de la
algo en sí mismo explicable, subsumible, capaz de ser pues- ciencia física parecería que nos vemos como más que hu-
to en foco y en perspectiva. Cuando pensamos en el univer- manos. Porque un antiesencialista no puede invocar la dis-
tinción apariencia-realidad. No podemos decir que el modo
en que nuestros oponentes conciben la física es erróneo,
Como ejemplos de la especie de glorificación de las partículas ele-
r,
mentales, que tengo en mente, véase el pasaje de John Searle citado en la
7 Como he afirmado en otra parte, creo que Derrida está en lo co-
nota 4 y, también David Lewis, "Putnam's Paradox" (Australasian
]oumal of Philosophy, 1983). Discuto brevemente el artículo de Lewis rrecto al considerar la renunciación heideggeriana como una vuelta más
en las páginas 7 y siguientes de Ohjectillity, Relativism m1d Truth. de tuerca al intento de afiliarse uno mismo al poder.
64 ,,ESPERANZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 65

que yerra respecto de su naturaleza intrínseca, que sustitu- verdaderos para la aritmética los axiomas de Peano. Esos
ye lo que es accidental e inesencial por lo que es en sí mis- axiomas resumen las implicaciones del uso de cierto voca-
mo. Desde nuestra perspectiva, la física no tiene una natu- bulario: el de los núr1eros. Supongamos que alguien no tie-
raleza intrínseca, como no la tiene el número 17. Igual que ne interés en hacer uso de ese vocabulario. Supongamos,
el número 17, es susceptible de ser descripta de una infini- por ejemplo, que alguien desea privarse de las ventajas ~e
dad de maneras, ninguna de las cuales es "privilegiada". contar y calcular, que está ansioso por hablar un lengua¡e
Vernos a nosotros mismos como participando en la vida di- en el que no se menciona el número 17. Para esa persona
vina, al describirnos bajo el manto de la eternidad, no es los axiomas de Peano no son candidatos a la verdad, no
una ilu.sión o una confusión: es una manera más de satisfa- tienen pertinencia en sus proyectos. .
cer una necesidad humana más. Es un proyecto humano Lo mismo ocurre con la proposición sartreana. Ella sm-
que, como todos los proyectos humanos, eclipsa la posibili- tetiza cierto punto de vista acerca de los tipos de proyecto
dad de otros proyectos incompatibles. que es mejor desarrollar. Sin embargo, sí nuestros proyec-
Los antiesencialista s tampoco podemos decir impune- tos son religiosos o metafísicos y si deseamos, en c?nse-
mente que nuestros oponentes esencialistas piensan, de ma- cuencia, renunciar a las ventajas de los tipos de sociedad
nera errónea, que han "eludido la finitud humana". La igualitaria y de arte romántico, cuyas implicaciones s_artre
finitud humana no es una verdad última, como si los seres sintetiza, entonces la proposición de 'Sartre no es candidata
humanos fuéramos intrínsecamente finitos. Desde nuestra a la verdad. Si se quiere, se la p~ede calificar de falsa, pero
perspectiva, los seres humanos son lo que se hacen a sí mis- esa falsedad no es como la falsedad de un candidato a la
mos y una de las maneras en que se quisieron hacer a ellos verdad que ha sido testeado y que resulta deficiente. Es,
mismos es la de una divinidad, lo que Sartre llamó "ser en más bien, algo que tiene que ver con una obvia irrelevan-
sí y para sí". Los. antiesencialistas no podemos decir, con- cia: la incapacidad obvia de ser de alguna ut.ilidad para
cordando con Sartre, que se trata de una "pasión inútil", nuestros propósitos. Proponer la descripción sartreana a un
fútil. Los sistemas metafísicos de Aristóteles y de Spinoza spinozista es como poner una bomba de bici~leta en manos
no son ejercicios de futilidad, como tampoco lo son los sis- de un cavador de zanjas o una vara de medir en manos de
temas antirnetafísicos de William James, Nietzsche y Sartre. un neurocirujano: no son siquiera candidatos a ser útiles.¡¡
No existe una verdad ineludible que los metafísicos o los ¿No hay, entonces, ninguna discusión posible entre Sa~­
pragmatistas traten de eludir o de captar, porque cualquier· tre y Spinoza, ninguna comunicación entre Pea~o y e~ antt-
candidato a la verdad puede ser eludido mediante la elec- tecnólogo? En este punto, es importante determmar st esta-
ción de una descripción adecuada o puede ser suscripto so- mos hablando de "discusión" o de "comunicación ". Uno
bre la base de una elección diferente.
¿Qué decir de la proposición sartreana de que "los seres H La mejor exposict6n del contraste entre las proposiciones que son
humanos son lo que se hacen ellos mismos", que he identi- candidatas a la verdad y las que no lo son se encuentra en el famoso en-
ficado como una doctrina antiesencialista? ¿Es acaso verda- sayo de William james "The Will to Believe", cuando discute la diferen-
dcr~1? Bien, es verdadera en el mismo sentido en que son cia entre "vivo" y "muerto".
66 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO? UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 67

puede estar comunicado y estar en desacuerdo sin involu- filosóficos o artísticos son profundos e importantes es decir
crarse en una discusión. No hay duda de que eso nos ocu- que ninguno considera los proyectos del otro como centra-
rre a menudo. Es lo que sucede cuando descubrimos que no les para su vida. .
podemos encontrar premisas comunes, cuando tenemos Puede parecer que· esta manera de ver las cosas pasa por
que concordar en que diferimos, cuando empezamos a ha- alto el hecho de que los sartreanos a veces se vuelven spino-
blar de "gustos diferentes". La comunicación no requiere zistas, católicos, ateos, antiesencialista s, metafísicos, prag-
más que el a·cuerdo en usar los mismos instrumentos para matistas, y viceversa. En términos más generales, puede pa-
satisfacer necesidades compartidas. La discusión exige el recer que pasa por alto él hecho de que las personas cam-
acuerdo .acerca de cuáles son las necesidades que tienen bian sus proyectos básicos, cambian aquellas partes de su
prioridad. El lenguaje y el sentido común que comparten el a utoimagen que previamente han considerado más valio-
spinozista y el sartreano reflejan el hecho de que ambos ne- sas. Sin embargo, la cuestión es si ello ocurre alguna vez
cesitan comida, sexo, albergue, libros y muchas otras cosas, como resultado de una discusión. Quizás ocurra así alguna
y que intentan conseguirlas de modos muy parecidos. Su vez, pero ello es sin duda excepcional. Esas conversionés
falta de aptitud para discutir provechosamen te cuestiones son, típicamente, una sorpresa tanto para la persona como
filosóficas refleja el hecho de que ninguno otorga mucho para sus amigos. La frase "es una persona nueva, n.o la re-
peso a las necesidades que llevaron al otro a filosofar. De conocerías" significa, típicamente, "ya no ve el sentido o la
modo similar, la falta de aptitud de dos pintores para con- pertinencia o el interés de los .argumentos que proponía
cordar respecto de cómo pintar refleja el hecho de que nin- desde la acera de enfrente".
guno da mucho peso a las necesidades que llevaron al otro Sin embargo, el sentido común, como la filosofía grie-
a plantarse frente al caballete. Decir que esos desacuerdos ga, piensa que las conversiones deberían producirse como
son "meramente filosóficos" o "meramente artísticos" es resultado de una discusión. El sentido común espera que
decir que cuando los participantes dejen a un lado la filoso- esas conversiones no sean como enamorarse de golpe de
fía o la pintura podrán ponerse de acuerdo en colaborar en una persona muy diferente sino, más bien, como ir recono-
proyectos comunes.Y Decir que pese a ello sus desacuerdos ciendo de manera gradual la forma de la propia mente. El
supuesto socrático de que las conversiones deseables son
9 Esta analogía no debe ser interpretada como una teoría "estética" como un autodescubrimi ento más que como una autotrans-
de la naturaleza de la filosofía ni mucho menos como una teoría "filosó-
fica" de la naturaleza de la pintura. Los pragmatistas no hacen mucho
formación requiere la doctrina platónica de que la mente
uso de las distinciones kantianas acerca de lo cognitivo, lo moral y lo es- humana tiene, a gr~ndes trazos, una misma conformación:
tético. No estoy tratando de decir que la filosofía es menos "cognitiva" la dada por el recuerdo de las Formas. En los filósofos pos-
que lo que se ha pensado, sino señalar, simplemente, la diferencia que
existe entre las situaciones en las que hay un acuerdo suficiente respecto
de los fines como para hacer posible una discusión fructífera sobre los a los fines comunes y lf falta de aptitud para comprender cómo puede
medios conducentes a esos fines, y las situaciones en las que no lo hay. ser que nuestro interlocUtor esté tan chiflado que no comparta nuestros
Pero, por supuesto, esa diferencia no es tajante. Entre la devoción ciega propios fines hay un espectro wntinuo.
~OCONOCIMIEN'rü?
. 110 le trans form a en la creen cia en la "raz ón", sea
UN MUND O SIN SUBST ANCIA S O ESENC IAS

1 a parti r de Darw in, los filós ofos esen ciali stas han
69
1
'
;
·l
cua ,
oomo la facultad que perm ite pene trar en la reali dad a tra- ,
tend ido a hab}ar meri~s de la "me nte Y ~,a~ , a del
V~I de
las apar ienci as o com o un conj unto de verd ades ele- ac~'rc" ~m-
"leng uaje ". En nues tro siglo, pala bras com o sr?~o
ment ales que mora n en lo prof undo de cada uno de : sr, ._
noso - , "1
b o 1o , eng ua·Je" y "disc urso " se han vuel to chse s frlosoh
tros, espe rand o la discu sión que las traig a a la luz. Cree 1· ,
r en cos, com o " razo, n , , "cien cia" y "me nte" fuero . n e rses en
la razó n, en cual quie ra de los dos senti dos, es creer
no sólo los siglos anteriores.1o El desa rroll o de las ~ptl~~des . b,
que exist e uña cosa tal com o la natu ralez a hum ana, stm. o-
licas es susce ptibl e, por ciert o, de una exph cacro n e:~lu
que esa natu ralez a es algo únic o, algo que no com parti
sino ttfva
mos , . nos de una astu cia crec iente . Pero los fdos o
con los otros anim ales. Este ingre dien te únic o en los en term r os
seres esen cial istas han tend ido a olvi dar q.ue susn·tu~e 1
hum anos nos hace cono cedo res en vez de usua rios ron a
y, así, "men te" por el "leng uaje " para dar cabr da a Darw m,
nos hace capa ces de ser cÓnvertidos med iante la discu y que
sión, han plan tead o exac tame nte los mismos prob lema s acerc
en luga r de ser impe lidos por fuerzas irrac iona les. a de
él que los que sus ante ceso res habí an plan tead o
Los antie senc ialis tas no creem os, por ciert o, que exist acer ca,
a
esa facu ltad. Dad o que nada tiene una natu ralez a intrín de ella. 11
se- Com o dije al com ienz o de este capí tulo, esos pr~blema
ca, tamp oco la tiene n los seres hum anos . Pero nos
gust a
s
surg en com o cons ecue ncia de consider,ar el.len guaJ
adm itir que los seres hum anos somo s único s en ciert
o as-. e c~mo
pecto : tene mos con otros obje tos un conj unto de relac una terce ra cosa que se inter pone ~ntre el SUJ~tü. y el
ione s obJe to,
form ando una barre ra que dific ulta el co~ocrmrento
que ning ún otro _objeto tiene con algo. Más exac tame
nte, h~ma­
no de cóm o son las cosa s en sí mism as. Sm emb argo
tenem os que adm itir que los seres hum anos norm ales,
adul - , s,~ va-
tos, socia lizad os y entre nado s adecuadam~nte prota mos a creer a Darw in debe mos pens ar que la pal~bra,
goni za- len-
mos un conj unto pecu liar de relac iones . Los seres hum . " no nom bra una cosa con una natu ralez a mtnn seca
anos guaJe · d
somo s capa ces de usar leng uaje y, por ello, somo s prop ia, sino una man era de abre viar 1os npos lica
capa ces , e. com p -
de desc ribir cosa s. Los núm eros y las fuerzas físicas das inter accio nes con el resto del un~verso, u?rc as
pued en en lo.s
ser may ores o más gran des, pero no pued en desc ribir antro poid es supe riore s. Estas inter accro nes e~tan carac
a otro te·~~­
zada s por el uso de soni dos y marc as compleJaS para
com o may or o más gran de. Las plan tas y los otros anim
ales f~cr 1-
pued en inter actu ar, pero el éxito de sus inter accio tar las activ idad es gr.upales, como. in~t~umentos que
nes no strve n
depe nde de que encu entre n rede scrip cion es más o para coor dina r la aqiv idad de los mdtv tduo s.
men os
prov echo sas de los otros . Nues tro éxito es enco ntrar
tales
rede scrip cion es. Véase la discu sión sobre la neces idad de habla r acerc
a de_l le~gua-
10
Darw in hizo difícil para los esen ciali stas pens ar que e la neces idad de pontr se en guard ia contr a 1a transforma~!On
los 1 Y . , , D, ·da De la grammatologze (Pans : Mmu
.e ese
antro poid es supe riore s habí an adquir:ido de pron to habla r en un e 1tse, en ern ' tt,
un in-
gred iente adici onal extra llam ado "raz ón" o "inte ligen 1967 ),p.l5 .
Ph'l
cia", 11 He inten tado plapt ear esta tesis in
exten so _en . z oso ph)'a nd
en vez de cont ar con más astuc ia del tipo de la ya mani the Mirror ol Nawre (Princ eton, N.].: Princ eton Umve rstty
fes- Press, 1979),
tada en los antro po.id es infer iores . Ésta es la razó n
por la pp. 257-2 66.
-O CONOCIMIENTO?

IMIIVII relaciones en las que se encuentran esos


tJN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS

no con la "correspondencia". Una sonda estomacal no está


71

•illl8111~~t¡fll~•-con otros objetos están señalizadas no sólo por más cerca d~ la naturaleza humana que un estetoscopio y
ti UIO de la marca X para dirigir la atención del resto del un voltímetro no está más cerca de la esencia de un aparato
arupo al objeto A, sino por el uso de diferentes marcas para eléctrico que un destornillador. A menos que uno crea, con
dirigir la atención a A. En jerga filosófica, puede decirse Aristóteles, que hay una diferencia entre conocer y usar, que
que el comportamiento se transforma propiamente en lin- existe un propósito llamado "conocer la verdad" distinto
glWstico sólo cuando los organismos ~omienzan a usar un de todos los otros propósitos, no creerá que una descrip-
metalenguaje semántico y son capaces de ubicar las pala- ción de A sea "más precisa" que otra cualquiera. Porque la
bras en· contextos intensionales;l2 Más claramente el com- precisión, como la utilidad, tiene que ver con el ajuste de la
. '
portam1ento se vuelve propiamente lingüístico cuando relación entre un objeto y otros objetos, con poner a un ob-
podemos decir cosas como "también se lo llama 'Y' pero jeto en un contexto provechoso. La cuestión no pasa por
para tus propósitos deberías describirlo como X" o "tienen lograr el objeto de manera correcta, en el sentido aristotéli-
razón en llamarlo X pero, sin embargo, no es un X". Sólo co de verlo como es, apartado de sus relaciones con otras
en ese caso necesitamos ·utilizar nociones específicamente cosas.
!!ngüís.tic~~ ~?~o ."significado", "verdad", "referencia" y Una descripción evolutiva del desarrollo de la aptitud
descnpcwn . Umcamente entonces se vuelve no sólo útil lingüística priva al esencialismo de' asidero, así como un
s~no indispensa.ble describir a los antropoides como "signi- enfoque aristotélico del conocimiento humano no da cabi-
ficando A mediante X" o "creyendo falsamente que todos da a la comprensión darwiniana del desarrollo de ese cono-
los A son B". cimiento. Pero debo advertir, nuevamente, que no sería
Obviamente, cuando se concibe el lenguaje de esta ma- consistente con mi antiesencialismo tratar de convencer al
nera darwiniana, como proporcionando instrumentos para lector de que la manera darwiniana de concebir el lenguaje
arreglárnosla con los objetos, no para representarlos, y co- -y, por extensión, la manera pragmatista de pensar la ver-
mo proveyéndonos diferentes conjuntos de instrumentos dad- es la manera objetivamente verdadera. Todo lo que
para propósitos diferentes, se torna difícil ser esencialista. me está permitido decir es que es una manera útil, útil para
S~, vuelve arduo tomar en serio la idea de que una descrip- ciertos propósitos. Como toda redescripción, tiene que ser
Cion de A pueda ser más "objetiva" o "más cercana a la na- juzgada sobre la base de su utilidad para realizar cierto
turaleza intrínseca de A" que otra. La relación de los ins- propósito.
t~umentos con lo que manipulan es, simplemente, algo que Parece apropiado, pues, concluir este capítulo conside-
t1ene que ver con su utilidad para un propósito específico, rando la pregunta:' ¿cuáles son las miras del antiesencialista
cuando piensa que su descripción del conocimiento, de la
ll Véase Wilfrid Sellars, Science and Metaphysics (Lóndres: Rou- indagación, de la cultura, es un instrumento mejor que la
rl.cd~t·, 1969), y Donald Davidson, "Rational Animals", en Actions and descripción esencialista aristotélica? He sugerido mi res-
1:-.rmrts: Perspectives 011 the Philosophy o( Donald Davidson, Ernest Le- puesta varias veces, .pero es bueno hacerla explícita. Los
rore (Oxford, Hlackwrll. 1985), pp. 473-480. pragmatistas pens~mos que el antiesencialismo tiene dos
7p ....DANIA O CONUCIMIENTO'! ")N MU:!..,DO SIN SUBSTANCIAS O ESENCIAS 73

Yll't~lell primera es que adoptarlo hace imposible for- wey y Davidson son los filósofos que más han hecho para
MMIIr una cantidad apreciable de problemas filosóficos tra- ayudarnos a lograr esa reconciliació n .
.liciunales. La segunda es que adoptarlo torna más fácil el Apreciar·su obra desde esta perspectiva ayuda a compa-
uc.:uerdo cun Darwin. Como en mis libros (especialme nte en rar lo que han hecho con aquello que hicieron Hume y
Philosophy and the Mirror of Nature) he dicho mucho Kant. Hume y Kant afrontaron la tarea de asimilar la Nue-
otl:CI'Ca del tipo de terapia filosófica que la descripción an- va Ciencia del siglo XVII al vocabulario que Europa había
ticsencialist á de las cosas trae aparejada, me concentraré en heredado, entre otros, de estoicos y cristianos. La solución
la segunda de las ventajas. de Hume consistió en asimilar la razón humana a la de los
Concuerdo con Dewey en que la función de la filosofía animales y la moralidad humana al tipo de interés benevo-
es mediar entre viejas maneras de hablar (desarrollad as lente que los animales también ejercitan con los miembros
para llevar a cabo tareas anteriores) y nuevas maneras de de su misma especie. Hume fue un protopragm atista, en el
hablar (desarrollad as para satisfacer nuevas demandas). sentido de que cuando concluyó con su planteo la disti~­
Como dijo Dewey: ción entre conocer la realidad y manejarse con la realidad
se había vuelto muy imprecisa. Pero, como se sabe, la solu-
Cuando se reconozca que bajo la máscara de tratar con ción propuesta por Hume pareció a muchos de sus lectores
la realidad última la filosofía se ha ocupado de los vene- -especialme nte a los alemanes- una aura peor que la enfer-
rados valores insertos en las tradiciones sociales, que ha medad. Se pensó entonces que el conocimien to humano
surgido del choque de fines sociales y de un conflicto de -especialme nte las pretensione s de verdad universal y nece-
las instituciones heredadas con tendencias contemporá-
saria- debía ser puesto a salvo del ensalmo de Hume.
neas que les resultan incompatible s, se verá que la tarea
Kant ofreció la solución alternativa, que Hegel conside-
de la filosofía· futura es clarificar las ideas de los hombres
acerca de los conflictos morales y sociales del día. u ró demasiado escéptica y derrotista, demasiado humana y
protopragm ática. Pero los filósofos menos ambiciosos que
Se h<l perdido la memoria de los conflictos morales y socia- Hegel se han inclinado, en su gran mayoría, por encontrar
les que incitó la publicación de The Descent of Man. Pero alguna solución de tipo kantiano. Kant salvó la pretensión
me parece que la filosofía todavía no se ha puesto a tono de no condicional idad, bajo la forma de universalida d y
con Darwin, que todavía no ha encarado el desafío que re- necesidad, distingu:ien do entre el esquema trascendent al
presenta. Creo que todavía queda mucho trabajo por hacer creador-del -mundo .. fenoménico y el contenido puramente
para reconciliar los venerados valores insertos en nuestras fenoménico y empírico que lo colma. Inmunizó el vocabu-
tradiciones con lo que Darwin dijo acerca de nuestra rela- lario moral tradicional y, en particular, la pretensión de que
~.:ión con los otros animales. Me da la impresión de que De- estamos sujetos a obligacione s morales incondicion ales,
protegiéndo lo con un muro que separa lo moral y noumé-
11
lohn i>l'wcy, "Rcconstrudi on in Philosophy", en The Middle nico de lo fenoménico y empírico. Al crear ese sistema se
Worb, vol. 12 (Cnrbondnlc: Southern Illinois University. Prcss, 1982), p. g<mó el agradecimie nto de la gente que, como el protago-
lJ4.
nista de Die Bestimmung der Mcnschen de Fichte, tenía te-
UN MUNDO SIN SUBSTANCIAS O ESENClA::S 10
H , ~:~II'I(.IIANI'.A ti ('llNti('JMI ENTO?

mente el rasgo distintiv o de la especie, la teoría evolutiv a


111111 dr que su autoima gen como agente moral no pudiera
darwini ana hizo posible visualiza r todo el compor tamient o
,,,hrt·v1vir a la mecánic a corpusc ular.
humano -inclusiv e el tipo de compor tamient o "superio r"
De tal modo, Kant nos impulsó a depende r de la idea
previam ente interpre tado como satisfacc ión del deseo de
de ;ligo no relacion al por ser no condicio nal. Las verdade s
conocer lo no condicio nalment e verdade ro y de hacer lo no
sintética s a priori universa les y necesari as eran seguras por-
condicio nalment e correcto - como continu o al compor ta-
que el m un _do de la mecánic a corpusc ular no es real. El
miento animal. Porque, a diferenc ia del origen de la con-
mundo real es el mundo en el que nosotros constitu imos el
ciencia o de la facultad ~!amada "razón" , capaz de apre-
mundo fenomén ico -por detrás de nosotro s mismos , por
hender la naturale za intrínsec a de las cosas, el origen del
así decir-, el mismo mundo en el que somos agentes mora-
lenguaje es inteligib le en término s naturali stas. Podemo s
les no empírico s, no pragmát icos. Con ello, Kant ayudó a
dar lo que Locke llamó una "explica ción llana, histórica "
que dependi éramos de la idea de que hay una gran dife-
de cómo los animale s llegaron a hablar. No podemo s dar
rencia entre nosotros y el resto de los animale s. Para ellos
una explicac ión llana, histórica de cómo dejaron de mane~
-pobres cosas fenomén icas- todo es relativo y pragmát ico.
jarse con la realidad y comenz aron a represen tarla, y mu-
Pero nosotro s tenemos , en cambio, un lado noumén ico y
cho menos de cómo dejaron de ser seres simplem ente feno-
trascend ental, un lado que escapa a la relacion alidad. De
ménicos para comenz ar a constitu ir el ,mundo fenomén ico.
modo que podemo s tener esperanz a de conocer la verdad
Podemo s, por cierto, quedarn os con Kant e insistir en
en el sentido no baconia no de "conoce r", un sentido según
que Darwin, como Newton , ofr~ce meros relatos acerca de
el cual conocer es muy diferente de usar. Podemo s tener la
los fenómen os y en que los relatos trascend entales tienen
esperanz a de hacer lo correcto , en un sentido de "correct o"
precede ncia sobre los relatos empírico s. Los más de cien
que no es reducibl é a la prosecuc ión del. placer o a la grati-
años que hemos pasado asimilan do y mejoran do el relato
ficación de los instintos benevol entes.
Sin embargo , Darwin hizo que fuera mucho más difícil
ser kantiano de lo que había sido previam ente. Una vez que El libro de Frank es muy valioso porque realza la continuid ad entre la
b gente comenz ó a experim entar con una imagen de sí mis- concepció n del lenguaje de Herder y Humbold t (siglo XVIII) y la concep-
ma como la que su más ferviente admirad or, Nietzsch e, lla- ción wmún de Derrida y Wittgenst ein. En particular , su comparac ión
(p. 129) de la afirmaciór L de Herder de que "nuestra razón sólo es for-
mó "animal es inteligen tes", resultó muy difícil pensarse a sí. mada mediante ficciones" con la mucho más famosa afirmació n de
mismo como poseyen do un lado trascend ental o noumen al. Nietzsche de que el lenguaje es "un ejército móvil de metáforas , meto-
Mús aún, cuando se asoció a la teoría evolutiv a darwini ana nimias, antropom orfismos" lleva a darse cuenta de que el antiesenci a-
la sugerenc ia de Frege y de Peirce, anticipa da por Herder y lismo es, al menos, tan :viejo como la sugerenci a de que no existe un
Humbol dt, de que es el lenguajel4 y no la concien cia o la lenguaje adánico, y que diferentes lenguajes, incluido el propio, satisfa-
cen distintas necesidad es sociales. La lectura de Frank lleva a pensar que
si Hegel hubiera seguido la guía de Herder y hablado más de las necesi-
14
Véase M~nfred Frank, What is Neostruct uralism (Minneap olis:
dades sociales y menos del Espíritu Absoluto, la filosofía occidenta l se
llntvcrsttv of Mtnnesot a Press, 1984 ), p. 217: " ... el giro lingüístico con-
del signo". habría evitado un siglo de colapsos nerviosos.
q\tt· t·n tr<lnsferir el paradigm a filosófico de la conciencia al
?
76 ¿ESPERANZA O CONOCIMIENTO

lto inc apa ces -so spe cho y


em pír ico de Da rwi n nos. han vue
tos tras cen den tale s. Co n
esp ero - de tom ar en sen o los rela
ido gra dua lme nte el in-
el cor rer de los año s hem os sus titu
des de fue ra del tiem po y
ten to d.e ve~nos a nos otr os mis mo s
~i: la hist~n~ por la tare~ .de hacerantu.n fut~ro mejor: una so-
dad ~toplc~, dem ocr attc a. El tes enc tali sm o es una de UNIVERSALES
III. UNA ÉTICA SIN OBLIGACIONES
. Otr a es el des eo de ver
las ~amf?staclOnes de ese cam bio
cam bia rno s a nos otr os
la. fdosoft~ com o ayu dán don os a
otr os mis mo s.
mts mo s ma s que a con oce rno s a nos sar el pra gm atis mo com o
EN EL PRIMER CAPÍTULO sugerí pen
oim age n de mo do de ha-
el int ent o de mo dif ica r nue stra aut
dar win ian a de que dife-
cer la con sist ent e con la afir ma ció n
o por la com ple jid ad de
rim os de los dem ás ani ma les sól
una ima gen de nos otr os
nue stro com por tam ien to. Ad opt ar
alm ent e int elig ent es es
mis mo s com o ani ma les exc epc ion
d~ dis tin gui rno s de los
dej ar a un lad o la ma ner a gri ega
ron que los ani ma les vi-
bru tos . Pla tón y Aristóteles sug irie
sen sor ial, que sus vid as
vía n en el mu ndo de la apa rien cia
bio s de esa apa rie nci a y
con sis tían en aju sta rse a los cam
que , por ello, no era n cap ace s de
conocer, por que el con o-
la apa rien cia y llegar a
cim ien to con sist e en ir más allá de
em os alg o muy dis tint o
la rea lida d. Per o los hum ano s hac
cam bia nte s del ent orn o,
de ada pta rno s a las con dic ion es
' rep res ent ar con pre cis ión
por que pod em os S<,lber: pod em os
abl es de las cos as que
las nat ura lez as int rín sec as e ina lter
lica n la ind aga ció n -en la
nos rod ean . Los pra gm atis tas exp
que da de un aju ste y, en
física y en la ética·- com o la bús
nue stro s con gén ere s que
par ticu lar, del tip o de aju ste con
tifi cac ión y acu erd o". He
den om ina mo s "la bús que da de jus
la tra dic ion al bús que da
sos ten ido en el pri me r cap ítu lo que
esa otr a bús que da. Esta
de la ver dad deb e ser sus titu ida por
con oce r es un mo do de
sus titu ció n nos lleyará a pen sar que
a, nos per mi tid visuali-
aju ste má s com ple jo y, de tal ma ner
uas a las dl' los bru tos .
zar nue stra s fac ulta des com o con tin
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