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INTRODUCCIÓN

El Perú es un país donde se ha cultivado coca desde hace cientos de años, con carácter ritual,
religioso y médico. Reportes actuales indican que hoy más del 90% de la producción nacional se
destina a la elaboración de drogas cocaínicas, que ingresan con fuerza a los mercados locales e
internacionales, propiciando un grave elemento de riesgo para la salud y seguridad pública a
nivel personal, familiar y comunitario. Nuestro país está afectado por la denominada ‘cadena de
las drogas’, que comienza por el cultivo de coca y pasando por la producción y elaboración de
drogas llega hasta el consumo, con múltiples consecuencias a nivel personal, familiar y social;
promoviendo que la población general considere al problema de las drogas como uno de los
más graves a nivel nacional. Los estudios han mostrado que el consumo de drogas resulta de la
combinación de una serie de factores denominados “de riesgo”, que incluyen la venta de drogas
en el barrio, el empleo de drogas en la familia, la ausencia de los padres, la falta de información
sobre drogas, la carencia de habilidades sociales, entre otros; que llevan a cada vez más jóvenes
a iniciarse y mantenerse en el uso de drogas. La única manera de contrarrestar la presencia de
los elementos de riesgo es alentar otros factores, llamados “de protección”, tales como la
educación sobre drogas, el buen uso del tiempo libre, las oportunidades laborales o la
pertenencia a organizaciones sociales, que se oponen a los aspectos inadecuados del entorno y
promueven personas resistentes a las presiones por consumir drogas y evitan el desarrollo de
comportamientos disfuncionales. La preocupación nacional es creciente y son muchos los
organismos que están buscando aportar en el desarrollo de políticas, programas y proyectos que
aborden los diversos aspectos de la problemática. Existen modelos de prevención y control que
están obteniendo resultados positivos en afrontar estas situaciones, notables son los casos de
los programas de desarrollo alternativo en el caso de la lucha contra el cultivo de coca o las
coaliciones comunitarias antidrogas respecto al consumo de drogas. En el Perú están disponibles
tal vez las drogas cocaínicas más baratas del mundo, disponibles para todos los que se
aproximen a ellas. Precisamente por ello es urgente implementar un esfuerzo redoblado para la
prevención del consumo. Más del 90% de peruanos están en contra de la legalización de las
drogas y el gobierno también se opone a esta alternativa perversa que no haría más que alentar
el consumo y probablemente no detendría el accionar de las mafias criminales. El Gobierno
Peruano está enfrentando esta situación reforzando las acciones de interdicción y reducción de
cultivos de coca para que los campesinos se inserten en actividades económicas lícitas. Las
políticas de Desarrollo Alternativo están convirtiendo a productos como café y cacao en
productos estrella de exportación, dinamizando la economía de las zonas de producción de
drogas y sobre todo, generando desarrollo. Por su parte, CEDRO promueve acciones diversas
destinadas a generar un cambio de actitudes en la población; propiciando un cambio cultural,
promoviendo el liderazgo juvenil buscando que los jóvenes se conviertan en actores de su propio
desarrollo, distanciándose del consumo de drogas y otros comportamientos desadaptativos.

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