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Robert Falcon Scott

Robert Falcon Scott, CVO (Plymouth, Reino Unido; 6 de


junio de 1868 - Barrera de hielo de Ross, Antártida; c. 29 de
Robert Falcon Scott
marzo de 1912), fue un oficial y explorador de la Marina Real
Británica que dirigió dos expediciones a la Antártida: la
Expedición Discovery (1901-1904) y la Expedición Terra Nova
(1910-1913). Durante su segunda aventura Scott encabezó un
grupo de cinco hombres que alcanzó el Polo Sur el 17 de enero
de 1912, aunque solo para descubrir que la expedición noruega
de Roald Amundsen se les había adelantado. En su viaje de
vuelta, Scott y sus cuatro camaradas descubrieron plantas
fosilizadas, lo que probaba que en la Antártida existieron
bosques y que estuvo unida a otros continentes.1 Sin embargo,
los cinco componentes del grupo no recibieron la asistencia de
trineos con perros, a pesar de que Scott lo había ordenado por
escrito antes de su partida. Como consecuencia, una
Robert Falcon Scott
combinación de agotamiento, hambre y frío extremo provocó
Información personal
las muertes de los cinco exploradores.
Nacimiento 6 de junio de 1868
Antes de su nombramiento para dirigir la Expedición Plymouth, Reino Unido
Discovery, Scott había seguido una carrera como oficial de la Fallecimiento c. 29 de marzo de 1912
Marina Real británica. En 1899 se encontró casualmente con sir Barrera de hielo de Ross,
Clements Markham, presidente de la Royal Geographical Antártida
Society, quien le informó de los planes que se estaban haciendo Causa de la
Hipotermia y caquexia
para una expedición a la Antártida. Poco después Scott se muerte
presentó voluntario para liderar el buque de la misión, el Nacionalidad Reino Unido
Discovery.2 Tras dar este paso, su nombre quedó Familia
inseparablemente vinculado a la Antártida, el campo de trabajo Padres John Edward Scott
al que dedicó los últimos doce años de su vida. Hannah Scott
Cónyuge Kathleen Scott
Tras conocerse la noticia de su muerte, Scott se convirtió en un
héroe británico, como quedó reflejado por los numerosos Hijos Peter Scott
memoriales levantados por todo su país. En las últimas décadas Educación
del siglo XX, Scott pasó de leyenda a figura controvertida, Educado en Stubbington House
cuestionado en su competencia y carácter a causa del desastre School (desde 1880)
que terminó con su vida y con la de sus camaradas. En el siglo
Información profesional
XXI los historiadores han reconocido más positivamente a
Ocupación Oficial de la Real Armada
Scott, teniendo en cuenta las temperaturas extremadamente
británica y explorador polar
bajas de –40° C que se registraron en la Antártida en marzo de
Rama militar Royal Navy
1912 y el hecho de que no se cumplieron sus órdenes para que
los asistieran en el regreso.3
Rango Capitán

Firma

Índice
Primeros años
Familia
Principios de su carrera naval
Expedición Discovery (1901-1904)
Entre las expediciones
Héroe popular
Disputa con Shackleton
Matrimonio
Expedición Terra Nova (1910-1912)
Preparación
Primera temporada
Viaje al Polo Sur
Última marcha
Reputación
Glorificación
Reacción moderna
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Primeros años

Familia
Robert Falcon Scott nació el 6 de junio de 1868, tercero de seis hermanos e hijo mayor de
John Edward y Hannah Scott, en Stoke Damerel, cerca de Devonport (Devon) y
Plymouth, condado de Devon. Aunque su padre era productor de cerveza y magistrado,
había tradición naval y militar en su familia, pues el abuelo de Scott y cuatro de sus tíos
habían servido en el ejército o la armada.4 John Scott prosperó gracias a la venta de una
pequeña cervecería que poseía en Plymouth y que había heredado de su padre.5 La
infancia de Scott fue muy confortable, pero años después, cuando Robert se estaba
labrando una carrera en la armada, la familia sufriría graves problemas económicos.

De acuerdo con la tradición familiar, Robert y su hermano pequeño Archibald estaban


predestinados a ingresar en las fuerzas armadas. Robert permaneció cuatro años en la
escuela local antes de ser enviado a la Stubbington House School, en Hampshire, un
colegio que preparaba a sus estudiantes para los exámenes de ingreso en el buque escuela
HMS Britannia en Dartmouth. A los 13 años Robert superó los exámenes y dio comienzo
a su carrera naval en 1881 como aspirante.6 Scott a la edad de trece
años.

Principios de su carrera naval


En julio de 1883 Scott terminó su formación y dejó el Britannia como guardiamarina, séptimo de una clase de 26.7 En octubre ya
estaba en camino a Sudáfrica para embarcar en el HMS Boadicea, buque insignia del Escuadrón del Cabo y primero de los varios
barcos en los que serviría Scott durante sus años como guardiamarina. Estando en la isla de San Cristóbal, en el Caribe, a bordo
del HMS Rover, se encontró por primera vez con Clements Markham, entonces secretario de la Royal Geographical Society (Real
Sociedad Geográfica), quien cobraría gran importancia en la carrera posterior de Scott. En aquella ocasión, 1 de marzo de 1887,
Markham observó al cúter del guardiamarina Scott ganar la carrera matutina a lo largo de la bahía. Markham tenía la costumbre
de «fichar» jóvenes oficiales de la marina como Scott con la intención de iniciar en un futuro las exploraciones polares. Quedó
impresionado por la inteligencia, entusiasmo y encanto de Scott, y tomó nota del guardiamarina de 18 años.8

En marzo de 1888 Scott superó los exámenes de alférez de navío con excelentes calificaciones.9 Su carrera progresaba sin
problemas, sirviendo en varios buques y ascendiendo a teniente de navío en 1889. En 1891, tras un largo tiempo en aguas
extranjeras, presentó su candidatura para un curso de entrenamiento torpedero de dos años a bordo de la HMS Vernon, un paso
importante en su ascenso pues se graduó con excelentes notas tanto en los exámenes prácticos como en los teóricos. En el verano
de 1893 ocurrió un pequeño incidente cuando quedó varado un buque torpedero mandado por él, percance que le costó una leve
reprimenda.10

Durante la documentación para la realización de su biografía dual de Scott y


Amundsen,11 el historiador Roland Huntford investigó un posible escándalo en los
primeros tiempos de Scott en la armada, hacia 1889-1890, cuando era teniente en el HMS
Amphion. De acuerdo con este historiador, Scott «desapareció de los registros navales»
durante ocho meses, desde mediados de agosto de 1889 hasta el 26 de marzo de 1890.
Huntford alude a su relación con una mujer estadounidense casada y a su encubrimiento y
protección por parte de oficiales de alto rango. El biógrafo David Crane reduce este
período a once semanas, pero no aclara nada más y rechaza la idea de la protección por
parte de altos oficiales sobre la base de que Scott no era importante ni estaba tan bien
relacionado como para justificar esto. Los documentos que podrían aclarar este asunto no
se encuentran en los registros del Almirantazgo británico.12

En 1894, mientras servía como oficial torpedero en el buque HMS Vulcan, Scott tuvo
Scott hacia 1900. noticia de la mala situación económica de su familia. John Scott, que había vendido la
cervecería e invertido imprudentemente el dinero, se había quedado sin capital y estaba
virtualmente en bancarrota.13 Con 63 años y una salud precaria, se vio obligado a volver
a trabajar como gerente de una cervecería y a trasladar toda su familia a Shepton Mallet, Somerset. Tres años después, mientras
Robert servía en el HMS Majestic, buque insignia del Escuadrón del Canal, su padre murió de una enfermedad cardíaca y a la
familia le sobrevino una nueva desgracia.14 Hannah Scott y sus dos hijas solteras quedaron entonces a expensas del sueldo de
Scott y de su hermano Archie, quien había dejado el ejército por un puesto mejor pagado en el servicio colonial. La muerte del
propio Archibald en el otoño de 1898, como consecuencia de unas fiebres tifoideas, significó que toda la responsabilidad
financiera de la familia recayera sobre Robert.15

Los ascensos, y el aumento en sus ingresos que estos supondrían, se convirtieron en asunto prioritario para Scott.16 A principios
de junio de 1899, estando en casa de permiso, Scott se encontró casualmente en una calle de Londres con Clements Markham, ya
entonces nombrado sir y presidente de la Royal Geographical Society. También tuvo noticia por primera vez de una inminente
expedición a la Antártida bajo el auspicio de la Sociedad, lo que era una oportunidad para asumir un mando y obtener distinción.
No se sabe qué pasó entre ambos hombres ese día, pero poco después, el 11 de junio, Scott se presentó en la residencia de
Markham y se ofreció voluntario para liderar la expedición.8

Expedición Discovery (1901-1904)


La Expedición Antártica Británica, después conocida como Expedición Discovery, fue una empresa conjunta entre la Royal
Geographical Society y la Royal Society. Sueño largamente acariciado por Markham, esta necesitó de todas sus habilidades y
astucia para llegar a buen puerto, bajo mando naval y en gran parte integrada por personal de la armada. Scott quizá no fue la
primera opción de Markham para liderar la empresa, pero tras decidirse por él su apoyo fue constante.17 El comité batalló mucho
sobre el alcance de las responsabilidades de Scott, pues la Royal Society quería poner a un científico a cargo del programa de la
expedición, mientras que Scott solo mandaría el barco. Sin embargo, se acabó
imponiendo la opinión de Markham18 y Scott recibió todo el mando, para lo que
fue ascendido a capitán de fragata (equivalente a teniente coronel) antes de que
la Discovery zarpara hacia la Antártida el 31 de julio de 1901.19

Hubo muy poco entrenamiento en equipamiento y técnicas antes de que el


Discovery se hiciera a la mar.20 Se llevaron perros y esquíes, pero casi nadie
sabía como usarlos. Según la opinión de Markham, la profesionalidad se
consideraba menos digna que la «verdadera aptitud»,21 y posiblemente Scott
El barco Discovery en la Antártida en
compartía el mismo punto de vista. En el primero de los dos años enteros que el 1902.
Discovery pasó en el hielo esta despreocupación fue severamente puesta a
prueba, pues la expedición hubo de luchar para afrontar los desafíos de un
entorno nada familiar. Así, uno de los primeros intentos por viajar a través del hielo acabó con la muerte de George Vince, que se
deslizó por un precipicio el 11 de marzo de 1902.22 23

La expedición tenía objetivos tanto científicos como exploratorios, y este último


incluía un largo viaje en dirección al Polo Sur. Esta marcha, realizada por Scott,
Ernest Shackleton y Edward Wilson, les llevó a una latitud de 82° 17′ S, a unos
850 km del polo. En el terrible viaje de vuelta Shackleton sufrió un colapso
físico y tuvo que abandonar de forma prematura la expedición.24 Durante el
segundo año se mejoró en equipamiento y logros, lo que culminó en un viaje de
Scott hacia el oeste que le permitió descubrir la meseta Antártica, algo que un
escritor ha descrito como «uno de los grandes viajes polares».25 Los resultados
Scott (centro) junto a Ernest científicos de la expedición incluyeron importantes hallazgos biológicos,
Shackleton (izquierda) y Edward zoológicos y geológicos,26 aunque algunas de las lecturas meteorológicas y
Wilson en la Antártida en noviembre
magnéticas obtenidas fueron criticadas más tarde como poco profesionales e
de 1902.
imprecisas.27

Al final de la expedición
hubieron de recurrir al apoyo de dos barcos de suministro y el uso de explosivos
para liberar al Discovery del hielo.28 Scott no quedó muy convencido de que los
perros y los esquíes fueran la clave para realizar viajes eficientes por el hielo,
por lo que en los años siguientes, y casi hasta el final de su carrera antártica,
continuó expresando la preferencia británica por el arrastre humano.29 Su
insistencia en las formalidades de la Real Armada durante la expedición hizo
difíciles las relaciones con el contingente de marinos mercantes, muchos de los
cuales volvieron a casa con el primer buque de suministro en marzo de 1903. Al La cabaña Discovery, construida por
segundo comandante, Albert Armitage, oficial de la marina mercante, se le la primera expedición de Scott, en la
ofreció la oportunidad de regresar por razones humanitarias, pero interpretó el península de Hut Point en la
actualidad.
ofrecimiento como un desaire personal y rehusó.30 Armitage también promovió
la idea de que la decisión de enviar a Shackleton a casa en el barco de suministro
se debió más a su mala relación con Scott que a su propio deterioro físico.31 Aunque tiempo después hubo tensiones entre Scott
y Shackleton por el choque de sus ambiciones polares, en público reinó el civismo mutuo entre ambos.32 Scott se unió a la
recepción oficial que se brindó a Shackleton a su regreso de la Expedición Nimrod en 1909,33 y ambos intercambiaron
correspondencia de tono cortés en 1909 y 1910 sobre sus respectivas aspiraciones.34

Entre las expediciones


Héroe popular
El Discovery regresó a Gran Bretaña en septiembre de 1904. La expedición
había cautivado la imaginación pública y Scott se convirtió en un héroe popular.
Fue galardonado con numerosas medallas y honores, muchos de fuera de su país,
y ascendió al rango de capitán de navío (equivalente a coronel).35 El rey
Eduardo VII le invitó al castillo de Balmoral, donde le nombró comendador de la
Real Orden Victoriana.36

Los siguientes años de Scott fueron muy ajetreados, pues durante más de un año
estuvo ocupado en recepciones públicas, conferencias y la redacción del diario
de la expedición, The Voyage of the Discovery (El viaje del Discovery). En enero
de 1906 retomó plenamente su carrera naval, primero como asistente del
Director de Inteligencia Naval en el Almirantazgo y, en agosto, como capitán de
bandera del contralmirante Sir George Egerton a bordo del HMS Victorious.37
Ahora se movía siempre en los más altos círculos sociales, pues en un telegrama
a Markham en febrero de 1907 se refiere a sus encuentros con la Reina y con el
heredero al trono de Portugal, y en una carta a su casa le habla de comidas con el
Comandante en jefe de la Flota y con el príncipe Enrique de Prusia.N 1
Retrato de Scott por Daniel Albert
Wehrschmidt (1905).
Disputa con Shackleton
A principios de 1906 Scott había sondeado a la Royal Geographical Society sobre la posible financiación de una futura
expedición a la Antártida.39 Por eso, para él fue una noticia inoportuna cuando Ernest Shackleton anunció sus planes de viajar a
la vieja base Discovery en el estrecho de McMurdo, desde donde intentaría alcanzar el Polo Sur.N 2 Scott afirmó, en una de sus
varias cartas a Shackleton, que el área de McMurdo era su propio «campo de trabajo» porque tenía derechos de precedencia hasta
que decidiera renunciar a ellos, y que por lo tanto Shackleton debería trabajar en un área totalmente distinta.40 En esto fue
apoyado por el que fuera zoólogo de la expedición Discovery, Edward Wilson, quien afirmó que los derechos de Scott se
extendían a todo el sector del mar de Ross,41 algo que Shackleton se negó a aceptar. Finalmente, y para poner fin a la disputa,
Shackleton acordó, en una carta a Scott el 17 de mayo de 1907, trabajar al oeste del meridiano 170° O y así evitar toda el área
familiar del entorno de la base Discovery.42 Sin embargo, fue incapaz de mantener esta promesa porque no encontró buenos
lugares alternativos de desembarco. Basó su expedición en el cabo Royds del estrecho de McMurdo, y el incumplimiento del
acuerdo provocó una profunda brecha en la relación Scott-Shackleton.43 El historiador Beau Riffenburgh afirma que esta
promesa a Scott «éticamente nunca debería haber sido exigida», y compara desfavorablemente la intransigencia de Scott en esta
materia con la generosa actitud del explorador noruego Fridtjof Nansen, que brindó su asesoramiento y experiencia a todos,
fueran rivales o no.44

Matrimonio
Scott, quien gracias a la fama de su expedición había ingresado en la Sociedad Eduardiana, conoció por primera vez a Kathleen
Bruce a comienzos de 1904 en una comida privada.45 Ella era escultora, una mujer cosmopolita que había estudiado con Auguste
Rodin46 y cuyo círculo incluía a Isadora Duncan, Pablo Picasso y Aleister Crowley.47 Su primer encuentro con Scott fue breve,
pero cuando se volvieron a ver más tarde ese año, la atracción mutua era evidente. Siguió un noviazgo tormentoso, pues Scott no
era su único pretendiente, sino que su principal rival era el novelista Gilbert Cannan, y sus largas estancias en el mar no ayudaban
a la relación.48 Sin embargo, la persistencia de Scott obtuvo sus frutos y el 2 de septiembre de 1908 contrajeron matrimonio en la
Capilla Real del palacio de Hampton Court.49 Su único hijo, Peter Markham Scott, nació el 14 de septiembre de 1909.50
Para entonces Scott ya había anunciado los planes para su segunda expedición
Antártica. Shackleton había regresado sin poder alcanzar el Polo Sur, algo que le
dio mayor ímpetu a Scott.51 El 29 de marzo de 1909 había sido nombrado
asistente naval del Segundo Lord del Mar en el Almirantazgo, con lo que se
estableció cómodamente en Londres. En diciembre quedó exento con medio
sueldo para tomar el mando a tiempo completo de la Expedición Antártica
británica de 1910, que sería conocida como Expedición Terra Nova por el
nombre de su barco, el Terra Nova.52

Expedición Terra Nova (1910-1912)


Robert y Kathleen Scott a bordo del
Preparación barco Terra Nova en 1910.

La Royal Geographical Society expresó su esperanza de que esta expedición


pudiera ser «principalmente científica, con la exploración y el Polo como
objetivos secundarios»,53 pero a diferencia de la expedición Discovery, nadie de
esta Sociedad o de la Royal Society estuvo a cargo en esta ocasión. En su folleto
de la expedición Scott dejó claro que su objetivo prioritario era «alcanzar el Polo
Sur, y así asegurar para el Imperio británico el gran honor de este logro».53 N 3
Como Markham observó, Scott «había sido mordido por la manía del Polo».53

Scott no sabía que la expedición iba a ser una carrera hasta que recibió en
El barco Terra Nova en la Antártida
Melbourne un telegrama del noruego Roald Amundsen, en octubre de 1910.54
en diciembre de 1910.
Antes de esto, el británico había estado configurando la expedición de acuerdo a
sus preferencias, sin las restricciones de ninguna comisión mixta. En lo que a
transporte se refería, decidió que los perros de trineo serían solo un elemento dentro de una compleja estrategia que también
implicaba caballos y trineos motorizados, además de mucha mano de obra humana. Scott no sabía nada de caballos, pero le
pareció que a Shackleton le habían sido muy útiles y decidió emplearlos.55 56 El experto en canes Cecil Meares fue a Siberia a
seleccionar perros y Scott le ordenó que cuando estuviera allí comprara ponis manchúes. Meares no era un experto comprador de
caballos y los ponis que eligió resultaron ser en su mayor parte poco aptos para una estancia prolongada en la Antártida.34
Mientras tanto, Scott viajó a Francia y Noruega para probar trineos motorizados, y reclutó a Bernard Day, de la expedición de
Shackleton, como experto en este tema.57

Primera temporada
La propia expedición sufrió pronto algunas desgracias que dificultaron los trabajos durante la primera temporada y entorpecieron
los preparativos para la principal marcha polar. En su viaje de Nueva Zelanda a la Antártida el Terra Nova quedó atrapado en el
hielo durante veinte días,58 mucho más tiempo que otros barcos, por lo que llegaron a finales de la temporada y tuvieron menos
tiempo para los preparativos previos al invierno antártico. Uno de los trineos motorizados se perdió durante el desembarco al
hundirse bajo el mar helado.59 El empeoramiento de las condiciones meteorológicas y los ponis débiles y mal aclimatados
afectaron al despliegue inicial del viaje, por lo que el principal depósito de suministros, One Ton, hubo de situarse a 56 km al
norte de su ubicación planeada en 80° S. Lawrence Oates, encargado de los ponis, aconsejó a Scott que sacrificara los equinos
para consumir su carne y que avanzara el punto de suministro al lugar previsto inicialmente, pero éste se negó a ambas cosas. Se
afirma que Oates le dijo a Scott «Señor, me temo que va a lamentar no aceptar mi consejo».60 Seis ponis murieron durante este
viaje, ya sea por frío o porque hubieron de ser sacrificados para no ralentizar al equipo. Durante el retorno a su base tuvieron
noticia de la presencia de Amundsen, que había acampado en la bahía de las Ballenas, a unos 320 km al este de la posición
británica, con su equipo y un gran contingente de perros.61
Scott se negó a modificar su agenda para hacer frente al desafío que le planteaba
Amundsen, escribiendo «Lo adecuado, así como el camino más sabio para
nosotros, es proceder exactamente como si eso no hubiera ocurrido».61
Reconociendo que la base del noruego estaba más cerca del Polo Sur y que su
experiencia con los perros era formidable, Scott tenía la ventaja de viajar por una
ruta ya abierta por Shackleton. Durante el invierno de 1911 su confianza
aumentó, y el 2 de agosto, tras el retorno de la expedición invernal de tres
hombres al cabo Crozier, Scott escribió «Estoy seguro de que estamos tan cerca
de la perfección como la experiencia nos puede llevar».62
Scott escribiendo su diario en la
cabaña del cabo Evans durante el
Viaje al Polo Sur invierno de 1911. Fotografía de
Scott esbozó sus planes para el viaje al sur a todo el equipo mientras estaban en Herbert Ponting.
la costa,63 aunque no desveló quiénes compondrían el último equipo polar
porque lo decidiría una vez viera el desempeño de todos en la posterior travesía.
El 20 de octubre de 1911, once días antes de que los equipos partieran, Scott dio
en el cabo Evans al encargado de los trineos de perros, Cecil Meares, las
siguientes instrucciones escritas para asegurar un regreso rápido con la ayuda de
los trineos:

Hacia la primera semana de febrero quisiera que iniciaras tu tercer


viaje al sur, con el objetivo de acelerar el regreso de la Tercera
Unidad del sur (el equipo polar) y así darle una oportunidad de
alcanzar el barco. La fecha de tu partida dependerá de las noticias
que te den las unidades que vayan regresando, del tamaño del
depósito de comida para perros que hayas sido capaz de crear en el Las rutas hacia el Polo Sur tomadas
campamento One Ton, del estado de los perros,... Por tanto, preveo por Scott (verde) y Amundsen (rojo).
que deberías reunirte con el grupo de regreso hacia el 1 de marzo
en la latitud 82° u 82° 30′.64

El grupo sur fue reduciendo su número a medida que los sucesivos equipos de apoyo se daban la vuelta. Para el 4 de enero de
1912 los dos últimos grupos de cuatro hombres habían alcanzado la latitud 87° 34′ S.65 Scott anunció su decisión: cinco hombres
(Scott, Edward Wilson, Henry Bowers, Lawrence Oates y Edgar Evans) seguirían adelante y los otros tres (Teddy Evans, William
Lashly y Tom Crean) podrían regresar. El grupo elegido prosiguió su marcha y alcanzó el Polo Sur el 17 de enero de 1912, pero
solo para encontrarse que los noruegos de Roald Amundsen lo habían hecho cinco semanas antes. La angustia de Scott ante este
descubrimiento quedó reflejada en su diario: «Lo peor ha sucedido». «Todos los sueños del día se han evaporado». «Dios mío,
este lugar es horrible».66

Última marcha
El desmoralizado grupo de exploradores comenzó el viaje de retorno de 1300 km el día 19 de enero de 1912. Al día siguiente
Scott escribió «Me temo que el viaje de regreso va a ser terriblemente agotador y monótono».67 Sin embargo, a pesar del mal
tiempo, el grupo avanzó a buen ritmo y habían recorrido los 500 km de la etapa de la llanura Antártica para el 7 de febrero. En los
días siguientes el grupo afrontó el descenso de 160 km del glaciar Beardmore, donde se deterioró mucho la condición física de
Edgar Evans, circunstancia que ya había advertido con preocupación Scott el 23 de enero.68 Una caída el 4 de febrero dejó a
Evans «desmoralizado e incapaz»,69 y el día 17, tras una nueva caída, murió cerca del pie del glaciar.70
Mientras tanto, el barco Terra Nova arribó al cabo Evans a principios de febrero y el
médico Edward L. Atkinson, al mando de la base de la expedición en el cabo, decidió
descargar los suministros que traía con sus propios hombres en lugar de partir hacia el sur
con los perros para unirse a Scott, tal y como había quedado previsto.71 Cuando Atkinson
comenzó su tardía marcha al sur, se encontró con Teddy Evans enfermo de escorbuto y
necesitado de atención médica urgente. Por ello, Atkinson trató de enviar al sur al
experimentado navegante Wright para encontrarse con Scott, pero el meteorólogo jefe
Simpson declaró que necesitaba a Wright para trabajos científicos. Por ello, Atkinson
decidió enviar el 25 de febrero a Apsley Cherry-Garrard, quien sufría miopía y no fue
capaz de llegar más allá del depósito de suministros One Ton, con lo cual no se
cumplieron las órdenes de Scott de reunirse con él en la latitud 82° u 82° 30′ el día 1 de
marzo.3
Scott con su trineo y la
vestimenta polar el 13 de Durante el regreso, Scott alcanzó el punto de encuentro con los trineos de perros en la
abril de 1911.
latitud 82° 30′ S tres días antes de lo previsto. Así, anotó en su diario el 27 de febrero de
1912: «Estamos naturalmente debatiendo siempre la posibilidad de encontrarnos con los
perros, dónde y cuándo, etc. Es una situación crítica. Podríamos encontrarnos a salvo en el siguiente depósito, pero hay un
horrible elemento de duda». Para el 10 de marzo la temperatura descendió de manera imprevista hasta −40° C72 y era evidente
que los trineos de perros no iban a llegar. «Los perros que podrían haber sido nuestra salvación han fallado de manera evidente.
Supongo que Meares —el encargado de los animales— ha tenido un mal viaje de vuelta a casa. Es un miserable jaleo». Con
670 km todavía por desandar a través de la barrera de hielo de Ross, las perspectivas del grupo empeoraron mientras avanzaba
hacia el norte con un tiempo cada vez peor, congelación, ceguera de las nieves, hambre y agotamiento.73 En una carta de
despedida a Edgar Speyer, fechada el 16 de marzo, Scott se preguntó si habría superado el punto de encuentro y luchó contra la
sospecha de si habían sido abandonados por los equipos con perros: «Casi llegamos, y es una lástima, pero últimamente he
sentido que hemos superado nuestro objetivo. Nadie tiene la culpa y espero que no se intente sugerir que nos faltó apoyo».74 El
16 de marzo Oates, cuya condición se había deteriorado por el empeoramiento de una antigua herida de guerra hasta el extremo
de no poder caminar,N 4 salió voluntariamente de la tienda de campaña y se alejó hasta morir congelado.76 Scott dejó escrito que
sus últimas palabras fueron «Voy a salir fuera y puede que por algún tiempo».77

Después de caminar otros 30 km, los tres miembros restantes del grupo
montaron su último campamento el 19 de marzo, a unos 19 km del depósito de
suministros One Ton, pero a 38 km de la localización prevista originalmente para
este. Al día siguiente una fuerte ventisca les impidió hacer ningún progreso,78 y
en los siguientes nueve días, con sus suministros agotándose, los dedos
congelados, la luz escasa y las tormentas azotando el exterior de la tienda, Scott
escribió sus últimas palabras, a pesar de haber renunciado a continuar su diario
el 23 de marzo, para concluir así: «Última entrada. Por el amor de Dios, cuida de
Los miembros del equipo de Scott en
nuestra gente».79 Dejó cartas dirigidas a las madres de Bowers y Wilson, a el Polo Sur, el 18 de enero de 1912.
varias personas importantes como su antiguo comandante sir George Egerton, a De izquierda a derecha, de pie:
su propia madre y a su esposa.80 También escribió su «Mensaje al público», Oates, Scott, Wilson; sentados:
esencialmente una defensa de la organización y conducta de la expedición en la Bowers, Evans. Foto preparada por
Bowers.
que atribuía el fracaso del grupo al mal tiempo y otras desgracias, pero
finalizando con una inspiradora nota que dice:

Tomamos riesgos, lo sabíamos, las cosas han ido en nuestra contra y por lo tanto no tenemos motivo de
queja, sino solo someternos a la voluntad de la Providencia, determinados todavía a hacer lo mejor
hasta el final… Si hubiéramos vivido, debería haber contado la historia de la audacia, resistencia y
coraje de mis compañeros, que han llenado el corazón de todos los ingleses. Estas ásperas notas y
nuestros cadáveres deberán contar la historia. Sin duda, un gran país como el nuestro se encargará de
que todos los que dependen de nosotros estén adecuadamente provistos.81

Se presume que Scott murió el 29 de marzo de 1912, un día después de escribir estas notas. Las posiciones de los cuerpos en la
tienda de campaña cuando fueron descubiertos ocho meses después sugieren que Scott fue el último de los tres en
fallecer.82 83 N 5

Los cuerpos de Scott y sus compañeros fueron descubiertos por un grupo de


búsqueda el 12 de noviembre de 1912. También se recuperaron sus escritos. Su
último campamento se convirtió en su tumba, pues se erigió un montículo de
nieve sobre él coronado por una cruz cristiana.85 En enero de 1913, antes de que
el Terra Nova zarpara de vuelta, los carpinteros del barco elaboraron una gran
cruz de madera, sobre la que se inscribieron los nombres de los fallecidos y una
línea del poema Ulises de Alfred Tennyson: «Esforzarse, buscar, encontrar y no
ceder». La cruz se colocó como memorial permanente en lo alto de la colina
Observation Hill, sobre el campamento de la península de Hut Point.86
Montículo de hielo sobre la tumba de
Scott, Wilson y Bowers (1912).
Reputación

Glorificación
El mundo supo de la tragedia cuando el Terra Nova llegó a Oamaru, en Nueva Zelanda, el 10 de febrero de 1913.87 Pocos días
después Scott se convirtió en un icónico héroe británico88 y el fervor patriótico del Reino Unido se despertó: coincidiendo con el
funeral memorial en la catedral de San Pablo de Londres el periódico London Evening News hizo un llamamiento para que la
historia se estudiara en todas las escuelas del país.89 Robert Baden-Powell, fundador del Escultismo, dijo: «¿Van cuesta abajo los
británicos? ¡No!. Hay mucho coraje en el espíritu británico después de todo. El capitán de navío Scott y el capitán Oates nos lo
han demostrado».90 Mary Steel, de once años, escribió un poema que acababa así:

Aunque nada más que una simple cruz

Marca ahora la tumba de los héroes

¡Sus nombres vivirán siempre!

¡Oh Inglaterra, Tierra de Valientes!91

Los supervivientes de la expedición fueron extensamente honrados a su retorno, con medallas polares y ascensos para el personal
naval. En lugar del nombramiento de caballero que habría recibido su marido si hubiera sobrevivido, a Kathleen Scott se le
garantizó el rango y la distinción de una viuda de un caballero comandante de la Orden del Baño.92 N 6 En 1922 ella se casó con
Edward Hilton Young, que luego sería Lord Kennet y la convertiría a ella en Lady Kennet, y fue una firme defensora de la
reputación de Robert Scott hasta su muerte, en 1947 a los 69 años.93

Un artículo en The Times, que informaba de los encendidos elogios de la prensa neoyorquina a Scott, afirmó que tanto Amundsen
como Shackleton estaban «[sorprendidos] al escuchar que una expedición bien organizada pudiera haber sufrido tal desastre».94
Al conocer los detalles de la muerte de Scott, se afirma que Amundsen dijo que «Renunciaría a cualquier honor y dinero si así
pudiera salvar a Scott de su terrible muerte».95 Scott sabía expresarse mejor que Amundsen y su historia recorrió el mundo
gracias a sus escritos, mientras que la innegable victoria de Amundsen quedó reducida, a
ojos de muchos, a una estratagema antideportiva.96 Incluso antes de conocerse la muerte
de Scott, Amundsen se había ofendido por lo que sentía era un «brindis burlón» del
presidente de la Royal Geographical Society, lord Curzon, en un encuentro que pretendía
ser un homenaje al vencedor de la carrera por el polo. Curzon había dicho «Tres hurras
por los perros». Según el libro de Huntford, este desliz hizo que Amundsen renunciara a
su beca honoraria en la Society.97 98

La respuesta a la petición final del escrito de Scott, en nombre de los familiares de los
fallecidos, fue enorme para los estándares de entonces. El Fondo Memorial Mansion
House Scott cerró con 75 000 £ (unos 5,5 millones de libras actuales). Esta cantidad fue
desigualmente distribuida: la viuda de Scott, su hijo, madre y hermanas recibieron un total
Estatua de Scott en el de 18 000 £ (1,3 millones actuales), la viuda de Wilson 8500 £ (600 000 £) y la madre de
puerto de Portsmouth, Bowers 4500 £ (330 000 £). La viuda, hijo y madre de Edgar Evans recibieron en total
Reino Unido, creada por su
1500 £ (109 000 £).N 7
viuda Kathleen Scott en
1915.
En los doce años siguientes al desastre se erigieron más de treinta monumentos y
memoriales solo en el Reino Unido. Estos fueron desde simples reliquias (la bandera del
trineo de Scott en la catedral de Exeter) a la fundación del Instituto de Investigación Polar Scott en Cambridge. Se hicieron otros
honores en el extranjero, incluida una estatua creada por su viuda para su base neozelandesa en Christchurch.100 101 Su última
expedición fue objeto de una película filmada en 1948, Scott of the Antarctic (Scott en la Antártida), donde él fue interpretado por
John Mills como el típico y flemático héroe británico. La base de los Estados Unidos en el Polo Sur, fundada en 1957, se llama
Base Amundsen-Scott en memoria de los dos exploradores pioneros. Un siglo de tormentas y nieve han cubierto el montículo de
hielo levantado sobre su último campamento, que está ahora encerrado en la barrera de hielo de Ross.102

Reacción moderna
El mito de Scott sobrevivió tras el período de la Segunda Guerra Mundial y más
allá del 50º aniversario de su muerte.103 En 1966 Reginald Pound, el primer
biógrafo que tuvo acceso al diario del trineo de Scott, reveló fallos del explorador
que arrojaron nueva luz sobre su figura,103 aunque también continuó ensalzando
su heroísmo con frases que lo definían como dotado de «una espléndida salud
mental que no fue sometida».104 En la década siguiente se publicaron más libros,
algunos de los cuales desafiaban hasta cierto punto la opinión pública sobre Scott.
El más crítico de todos ellos fue Scott's Men (1977) de David Thomson, que
opinaba que el explorador británico no fue un gran hombre, «al menos, no hasta el
final».105 Describió su planificación como «azarosa» y «defectuosa»106 y su
liderazgo como falto de previsión.107 Así, a fines de la década de 1970, en
palabras de Jones, «la compleja personalidad de Scott había sido revelada y sus
métodos cuestionados».103
Una de las cuatro vidrieras de la
iglesia de Binton, Warwickshire, que
En 1979 se produjo el ataque más despiadado contra Scott con la publicación de la
conmemoran a Scott. En esta se
biografía dual de Amundsen y Scott por parte de Roland Huntford, quien describe
representa el montículo de hielo
al explorador británico como un «chapucero heroico».108 La opinión de Huntford bajo el que fue enterrado.
tuvo un impacto inmediato y se convirtió en la nueva ortodoxia.109 Este autor
incluso desafía su heroísmo a la hora de encarar la muerte y ve el Mensaje al
público de Scott como un engaño de autojustificación de un hombre que ha llevado a sus camaradas a la muerte.103 Tras la
publicación de este libro, desbancar a Scott de su mito se convirtió en algo común. En 1996 Francis Spufford, en una historia no
totalmente contraria a su figura, se refiere a «las evidencias devastadoras de su torpeza»110 y concluye que «Scott condenó a sus
compañeros y luego cubrió sus huellas con retórica».111 El escritor Paul Theroux resume a Scott como «confuso y
desmoralizado… un enigma para sus hombres, sin preparación y chapucero».112 Esta merma de la reputación de Scott fue
acompañada del proporcional ascenso de la consideración de su rival Shackleton, primero en los Estados Unidos pero también en
el Reino Unido.113 Una encuesta a nivel nacional en Gran Bretaña realizada en el año 2002 con el fin de descubrir los «100
Greatest Britons» (Los 100 británicos más importantes) colocó a Shackleton en el puesto 11 y a Scott mucho más abajo, en el
54.113 El cráter lunar Scott lleva este nombre en su memoria.114

En los primeros años del siglo XXI se ha visto un cambio de opinión favorable a Scott, en
lo que la historiadora de la cultura Stephanie Barczewski llama «una revisión de la visión
revisionista».115 El relato The Coldest March escrito por la meteoróloga Susan Solomon
en 2001 relaciona el destino del grupo de Scott con las condiciones climatológicas
extraordinariamente adversas que se dieron en la barrera de hielo de Ross en febrero y
marzo de 1912, y le atribuye más peso a estas que a los fallos personales de organización,
aunque admite la validez de algunas de las críticas negativas vertidas sobre el
explorador.116 En 2004 el explorador polar sir Ranulph Fiennes publicó una biografía que
es una firme defensa de Scott y una refutación franca de Huntford. No en vano, el libro
está dedicado «A las familias de los muertos difamados».115 Fiennes fue después
criticado en el artículo de otro revisionista por la naturaleza personal de su ataque a
Huntford y por la aparente presunción de que sus propias experiencias como explorador
polar le otorgan a él una autoridad única.117
La cruz memorial en
Observation Hill, estrecho En 2005 el historiador David Crane publicó una nueva biografía de Scott que, según
de McMurdo.
Barczewski, pretende de alguna manera una evaluación de Scott «libre del peso de las
anteriores interpretaciones».115 Crane afirma que todo lo que ha sucedido con la
reputación de Scott deriva de la forma en que ha cambiado el mundo desde que se creó este mito: «No es que lo veamos de forma
distinta a como lo vieron sus contemporáneos, sino que lo vemos igual e instintivamente no nos gusta».118 El principal logro de
Crane es, según Barczewski, la restauración de la humanidad de Scott, «mucho más eficaz que la estridencia de Fiennes o los
datos científicos de Solomon».115 El columnista del Daily Telegraph Jasper Rees, haciendo un símil entre los cambios en la
reputación de los exploradores y las variaciones climáticas, sugiere que «en los actuales informes sobre el clima antártico, Scott
está disfrutando de sus primeros rayos de sol en veinticinco años».119 El New York Times Book Review fue más crítico, señalando
que el apoyo de Crane a Scott desacreditó algunas afirmaciones sobre las circunstancias de la liberación del Discovery del hielo y
concluye que «Entre todos los atractivos de su libro, Crane no ofrece respuestas convincentes que exoneren a Scott de una
significativa culpa en su propia muerte».117

En 2012 Karen May publicó su descubrimiento sobre que Scott había dejado unas órdenes escritas antes de partir hacia el Polo
Sur, dirigidas a Cecil Meares para que el grupo polar se encontrara con equipos de trineos de perros. Este dato contrasta con lo
que afirmó Roland Huntford en 1979, según el cual Scott emitió estas instrucciones vitales tan solo como unas órdenes orales a
Evans durante la marcha hacia el Polo. Según May, «el escenario descrito por Huntford es pura invención basada en un error y ha
llevado a los historiadores polares por un lamentable camino equivocado».3

Notas
1. El telegrama relataba una colisión del barco de Scott, el HMS Albemarle. Scott fue absuelto de culpa.38
2. Shackleton informó de sus planes a la Royal Geographical Society el 7 de febrero de 1907. Scott había pedido al
secretario Keltie de la Sociedad que mantuviera en secreto sus intenciones.40
3. En la película Ninety Degrees South, el narrador H. G. Ponting dice que Scott zarpó de los muelles de Londres
con «entusiasmo por conseguir el honor para su país».
4. «Titus Oates está muy cerca del final» — Entrada del diario de Scott, 11 de marzo de 1912.75
5. Roland Huntford afirma que Bowers fue probablemente el último en morir, citando evidencias en la p. 528.84
6. Este honor no permitía que Kathleen Scott se llamara a sí misma «Lady Scott». Sin embargo, tanto (Fiennes,
2003, p. 383) como (Huntford, 1985, p. 523) se refieren a ella como «Lady Scott», aunque ello no se
corresponde con el anuncio en The Times el 22 de febrero de 1913.
7. 34 000 £ (2,5 m £) en total fueron a los familiares, 17 500 £ (1,2 £) a la publicación de los resultados científicos y
5100 £ (370 000 £) para pagar las deudas de la expedición y el balance de la creación de memoriales y
monumentos.99

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En español

Diario del Polo Sur. Robert Falcon Scott. Interfolio Libros, 2011. ISBN 978-84-937694-9-9

Enlaces externos
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ND%20%28-mediatype:software%29) en Internet Archive
Obras de Robert Falcon Scott (https://web.archive.org/web/20150402151425/https://www.gutenberg.org/ebooks/
author/4033) en el Proyecto Gutenberg.
Obras de Robert Falcon Scott (https://librivox.org/author/294) en LibriVox (en inglés).
The Voyages of Captain Scott (http://www.gutenberg.org/ebooks/6721) en el Proyecto Gutenberg.
Canción Héroes de la Antártida (1988), de la banda española de música Mecano.

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