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Estado de familia

Derecho Privado
VI (Derecho de
Familia)
Estado de familia
Definición

En general, el “estado” de una persona física es la posición jurídica que ocupa dentro de la sociedad o de la
familia, de la que derivan importantes consecuencias legales. “La ubicación o emplazamiento que a un
individuo corresponde dentro de un grupo social le atribuye un status” (Bossert y Zannoni, 2007, p. 25).

El estado de persona reconoce una primera división según se lo contemple en relación con el derecho
público o el privado. En su aspecto de derecho público, se trata del estado político o posición que ocupa el
individuo frente al Estado o comunidad políticamente organizada. A este respecto, el individuo puede ser
nacional o extranjero; la primera de esas calidades importa la existencia de derechos y obligaciones de
carácter político (el de votar, el de ser elegido o designado para ocupar cargos públicos, el servicio militar
obligatorio).

En su aspecto de derecho privado, se trata del estado civil, que puede referirse a la persona considerada en
sí misma o en relación con la familia.

Considerada la persona en su relación con la familia, al tratarse del estado de familia, se puede tener el
estado de soltero, casado, viudo o divorciado, y, en relación con otra persona determinada, el de cónyuge,
pariente o extraño.

Entonces, el estado de familia es la expresión que se emplea para precisar la situación jurídica que tiene una
persona dentro de la familia. Por lo general, se utiliza la expresión estado de familia (o estado civil) para
referirse a la calidad que reviste la persona derivada del vínculo matrimonial: soltero, casado, viudo,
etcétera; sin embargo, el estado de familia tiene una extensión mayor, ya que comprende la posición
jurídica integral que ocupa una persona en el seno de la familia a la que pertenece tanto en referencia con
el vínculo matrimonial como con los vínculos paterno-filiales y parentales, en general.

Caracteres

Siguiendo a Belluscio (2002) y a Bossert y Zannoni (2007), los caracteres son:


1) Universal: pues comprende todas las relaciones jurídicas familiares. No se limita a las relaciones paterno-
filiales, sino que también abarca todas las relaciones de parentesco y las conyugales.
2) Único e indivisible: no es posible detentar frente a una persona un estado de familia y, frente a otras,
uno diferente. Por ejemplo, no puede la persona ser considerada soltera para unos y casada para otros.
3) Correlatividad o reciprocidad: está integrado por vínculos entre personas que son correlativos. Por
ejemplo, al estado de padre, le corresponde el estado de hijo, etcétera.
4) Oponibilidad: es oponible por las personas a quien corresponda contra todos, es decir, erga omnes, sea
mediante el ejercicio de facultades inherentes a ese estado, sea mediante su invocación ante quienes
pretendan desconocerlo o vulnerarlo.
5) Estabilidad: el estado de familia es una situación estable o permanente, su regulación por normas de
orden público importa la imposibilidad de modificarlo por la libre voluntad de los interesados. Sin
embargo, que sea estable no implica que sea inmutable, pues puede ser modificado en determinados
casos, ya sea por el acaecimiento de ciertos hechos jurídicos familiares (o por el ejercicio de ciertas
acciones que, acogidas por los tribunales, tiene tal efecto, p. ej., el casado enviudó por la muerte de su
cónyuge.
6) Inalienable: significa que el estado de una persona no puede ser objeto de disposición ni trasmitido
mediante acto jurídico alguno ni puede ser objeto de transmisión o renuncia. Excepciones de
inalienabilidad:
o se puede transar sobre las cuestiones patrimoniales subordinadas al estado de familia con tal que
la transacción no trate sobre el
estado mismo (art. 1644, CCCN);
o se puede transar a favor de la validez del matrimonio, entendiendo la doctrina que esta norma
solo es aplicable en caso de nulidad relativa;
o la ley de adopción autoriza a que los padres manifiesten
expresamente su conformidad para que el menor sea adoptado, habilitando esa manifestación el
otorgamiento de la adopción plena.
7) Imprescriptible: el transcurso del tiempo no ejerce influencia sobre él. Ni se pierde por el no uso de los
derechos que lo integran ni se adquiere por el uso de estos.
8) Inherencia personal: el estado de familia como atributo de la personalidad que es inherente a la persona
excluye su ejercicio por toda otra persona que no sea su titular.

El estado de familia reconoce su origen en determinados hechos jurídicos (nacimiento, muerte) o actos
jurídicos (matrimonio, reconocimiento, adopción, declaración judicial de filiación).

Título de estado

La noción de título de estado requiere una distinción previa. Se puede hablar de título de estado en sentido
material y en sentido formal.

El título de estado en sentido material o sustancial es el emplazamiento en un determinado estado de


familia; en sentido formal, es el instrumento público o el conjunto de instrumentos públicos de los cuales
resulta el estado de familia de una persona y que conforman la prueba privilegiada legalmente establecida
para acreditar ese estado (Belluscio, 2002).

En consecuencia, se trata del medio contemplado en la ley con idoneidad para acreditar determinada
situación familiar.

Posesión de estado

La posesión de estado de familia es el goce público, notorio y constante de una determinada situación
familiar que surge del prologando ejercicio fáctico de los derechos y obligaciones propios de esta, con
prescindencia de que quien los ejerza tenga el título de estado correspondiente a dicha situación o crezca
de él (Fanzolato, 2007). En otras palabras, es el disfrute de un determinado estado de familia con
independencia del título sobre el mismo estado. Esto supone que los allegados al ámbito doméstico,
familiar, educativo, laboral o social del sujeto, tienen una opinión o concepto generalizado acerca de la
existencia real del estado que ostenta.

La concordancia plena entre el título y la posesión de estado conforma la situación regular de la persona en
relación con su estado de familia. De no darse esa correlación, tiene privilegio el título de estado, el cual
proyecta todos sus efectos jurídicos en tanto no medie resolución judicial firme que lo modifique o enerve.

El título de estado habilita por sí solo a ejercer todos los derechos que resulten de él, sin otra obligación que
la de exhibirlo.

A cada estado de familia le corresponde, en consecuencia, su respectivo título de estado. Así, el título del
estado de cónyuge es la partida de matrimonio o la declaración judicial supletoria; el de hijo matrimonial,
la partida de nacimiento y de matrimonio de los padres; el de hijo extramatrimonial, la partida de
nacimiento con la constancia del reconocimiento o la declaración judicial de filiación; el de adoptante y
adoptado, la partida donde obra inscripta la respectiva sentencia constitutiva; el de cónyuge divorciado, la
partida donde consta la sentencia que decretó el divorcio, etcétera.

La posesión de estado es el goce de hecho de un determinado estado de familia con título o sin él.

La posesión de estado de familia hace presuponer la efectiva existencia del título y de allí la importancia de
su acreditación cuando dicho título falta o no concuerda debidamente con la posesión.

De modo inverso, el no ejercer en los hechos determinado estado de familia en nada influye si se cuenta
con el respectivo título, en atención al carácter de imprescriptibilidad de dicho estado.

Mas la posesión de estado puede constituirse en elemento probatorio cuando se carece del respectivo título
o cuando el que se tiene no concuerda con el que corresponde. Su valor probatorio varía según los distintos
casos y de un valor relativo puede llegar a uno fundamental.

La posesión de estado se admite como prueba en la segunda etapa de la prueba supletoria del matrimonio
(art. 423, CCCN –Código Civil y Comercial de la Nación–), para el desconocimiento de paternidad
matrimonial (art. 566, CCCN), para la reclamación de filiación (art. 582, CCCN), para equiparación del
reconocimiento, salvo prueba en contrario sobre el nexo biológico (art. 584, CCCN), para impugnación de la
paternidad y la maternidad matrimoniales (arts. 589, 591 y 588, CCCN), y, en general, en toda cuestión
donde el derecho de la persona se encuentre subordinado a la demostración de la situación que ocupa en
la familia.

Acciones de estado

Definición
Las acciones de estado son acciones judiciales que se dirigen a obtener el pronunciamiento judicial sobre el
estado de familia correspondiente a una persona.

Son acciones de estado los derechos públicos subjetivos a través de los cuales se requiere la intervención
del órgano jurisdiccional para la protección de una pretensión jurídica dirigida a que se declare, constituya,
modifique o extinga un estado de familia (Belluscio, 2002).

Tienen por finalidad:

lograr un título de estado del cual se carece (comprobar el estado); aniquilar un título de estado
falso o inválido (destruir el estado); crear un estado de familia nuevo o modificar el estado de que se
goza.

Caracteres

Las acciones de estado tienen caracteres similares a los que son propios del estado de familia del que
derivan. Son inalienables, irrenunciables, inherentes a la persona y de ejercicio personalísimo e
imprescriptibles.

Inalienables

Como las acciones de estado implican el ejercicio de derechos subjetivos familiares de naturaleza
extrapatrimonial emergentes del estado, son inalienables al igual que el estado. “No pueden cederse los
derechos inherentes a la persona humana”1.

No puede ser objeto de transacción (art. 1644, CCCN) ni de renuncia, porque las concesiones recíprocas en
las que consiste la transacción (art. 1641, CCCN) suelen envolver mutuas cesiones o renuncias prohibidas.

Irrenunciables

Al igual que el estado de familia, las acciones destinadas a salvaguardarlo son irrenunciables, aunque, al no
ser de ejercicio obligatorio, su renuncia, en general, podría ser tácita. Ello ocurre cuando se deja transcurrir
el plazo de caducidad sin ejercer el derecho y se extingue la acción respecto del legitimado inactivo.

Inherentes a la persona y de ejercicio personalísimo

Las acciones de estado son inherentes a la persona. Ello determina importantes consecuencias:

1Artículo 1617, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Argentina. Honorable
Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://goo.gl/u5zYn1
• solo el titular puede ejercerlas;
• no se transmiten inter vivos ni mortis causa;
• los acreedores no las pueden ejercer subrogándose en los derechos inherentes a la persona de su deudor.

Imprescriptibles

El emplazamiento en un estado de familia no se adquiere ni se pierde por el transcurso del tiempo, de donde
la doctrina afirma el principio de la imprescriptibilidad de las acciones de estado.

En cuanto a si son imprescriptibles, la doctrina ha adoptado posiciones distinguibles: para algunos, son
imprescriptibles (imprescriptibilidad absoluta) y, para otros, las acciones de estado son imprescriptibles,
aunque el derecho puede caducar (Belluscio, 2002).

La caducidad integra el supuesto de hecho que atañe a la existencia del derecho como tal, mientras que los
plazos de prescripción no afectan a la existencia del derecho.

Otro carácter de las acciones de estado lo constituye su herencia personal, consecuencia de las
particularidades del estado de familia.

Las acciones de estado no se trasmiten por causa de muerte y, aun cuando parezca que así acontece en
ciertos supuestos, lo que ocurre es que la ley legitima a determinados sucesores para que ejerzan una acción
a título propio y originario.

Clasificación de las acciones de estado

Siguiendo a Fanzolato (2007), proponemos la siguiente clasificación.

Tabla 1:

De De
Constitutivas Declarativas
emplazamiento desplazamiento
Tienen por Tienen por Tienden a Tienden a
objeto finalidad obtener una reconocer un
inmediato primordial sentencia que estado que les
ubicar a una desalojar o cree un estado corresponde a los
persona en un remover al de familia accionantes y del
estado de individuo del nuevo o que –por diversas
familia que le estado de extinga o razones– no
concierne. familia con que modifique el gozaban, o a
se muestra. existente. Por desconocer un

ello, sus estado aparente


efectos solo se que ostentan los
producen para demandados y que
el futuro (ex no se compadece
nunc), salvo la con el estado
adopción, que verdadero que les
se retrotrae al corresponde. Por
día de la ello, sus efectos
guarda, y la son retroactivos
declaración de (ex tunc).
muerte
presunta.
Por ejemplo: Por ejemplo: De estado De reclamación:
las acciones todas las matrimonial: -reclamación de
declarativas de acciones -de divorcio estado
reclamación de declarativas de vincular; matrimonial,
estado y las impugnación y -declaración de cuando falta el
constitutivas, de muerte acta de
salvo la de contestación. presunta. celebración;
revocación de -reclamación de
la adopción filiación.
simple.
De estado filial: De impugnación o
-de adopción constatación
plena; (tienden a
-de adopción desconocer un
simple; estado aparente
-de adopción de que se ostenta y
integración. que no se
compadece con el
estado verdadero
que corresponde):
-declaración de la
inexistencia de un
matrimonio,
cuando existe un
acta;
-nulidad de
matrimonio;
-impugnación de
la filiación; -
negación de
filiación;
-impugnación de la
maternidad;
-impugnación del
reconocimiento;
-nulidad del
reconocimiento;
-nulidad de la
adopción;
-de revocación de
la adopción simple
y de integración.

Fuente: elaboración propia a partir de Fanzolato, 2007.

Proceso de familia

Los procesos de familia necesitan de una especial regulación que atienda a la sensibilidad de las relaciones
en juego, lo que impide que sea idéntico un típico proceso civil de un proceso de familia. Esta situación fue
percibida por la comisión reformadora del Código Civil y Comercial de 2014, la cual, tomando la postura del
proyecto de 1998, procedió a regular dentro de un código de fondo normas procesales respecto a esta
peculiar rama del derecho.
Principios y características básicas. Especialidad.
Multidisciplinariedad

El Código Civil y Comercial regula, a partir del artículo 705, el proceso de familia, destacando los principios
generales que deben regir estos tipos de procedimientos. Estos principios son:

• Tutela judicial efectiva: reconocida en los artículos 8 y 25 del Pacto de San José de Costa Rica,
comprende la garantía de acceso a la justicia y se complementa con los principios de concentración y
celeridad (Bertoldi de Fourcade y Ferreyra de De la Rua, 1999).
• Inmediación: el conocimiento directo por parte del juez de los sujetos enfrentados y no el
conocimiento indirecto que significa el mero procedimiento escrito desarrollado ante juzgados de
competencia múltiples.
• Buena fe y lealtad procesal: estos principios importan “deberes jurídicos de contenido ético, que
tienden a impedir que los involucrados lleven adelante actos contrarios al principio de moralidad”
(Herrera, 2015, p. 570).
• Oficiosidad: implica que el impulso procesal está a cargo del juez, quien puede ordenar pruebas
oficiosamente (art. 709, CCCN).
• Oralidad: es decir que el proceso se desarrolle a través de audiencias, las cuales permitirán el contacto
directo entre las partes involucradas y el juez, obteniendo este un cabal conocimiento de la
problemática familiar, y actuando como un verdadero director del proceso (Herrera, 2015).
• Acceso limitado al expediente: en los procesos de familia, el acceso al expediente está limitado a las
partes, sus representantes y letrados, y a los auxiliares designados en el proceso (art. 708, CCCN).

Asimismo, el artículo 706 del CCCN resalta que las normas que rigen el procedimiento de familia deben ser
aplicadas de modo que faciliten el acceso a la justicia, teniendo en especial consideración a las personas
vulnerables y promoviendo la resolución pacífica de los conflictos.

Por último, se hace hincapié en la necesidad de jueces especializados en materia familiar, que cuenten
además con apoyo multidisciplinario de otras ciencias, tales como la psicología, el psicoanálisis, la
sociología, la antropología, etcétera (Mizrahi, 1998), y en que las decisiones de los jueces tengan en cuenta
el interés superior de niños, niñas y adolescentes involucrados en las respectivas causas.

En la provincia de Córdoba, por Ley 7675, se crea un fuero de familia. Dentro de sus disposiciones
encontramos:

Artículo 3.- Créanse en la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en la Ciudad de


Córdoba.

a) Una Fiscalía de Familia.


b) Seis Asesoría de Familia.
Artículo 4.- Créanse en la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en la Ciudad de
Córdoba, el Cuerpo Auxiliar Técnico Multidisciplinario que contará con
médicos psiquiatras, psicólogos, asistente sociales y demás
profesionales y técnicos que resultaren necesarios.2

Artículo 16.- Los Tribunales de Familia conocerán de las siguientes causas:

1) Oposición a la celebración del matrimonio;


2) Venia supletoria matrimonial y otras autorizaciones;
3) Separación personal, divorcio y liquidación de la sociedad conyugal;
4) Disolución y liquidación de la sociedad conyugal sin divorcio (Artículos 1290 y 1294 del
Código Civil);
5) Nulidad del matrimonio y liquidación del patrimonio adquirido durante la unión;
6) Alimentos;
7) Filiación;
8) Otorgamiento de guardas judiciales no asistenciales de niñas, niños y adolescentes y de
las guardas con fines adoptivos;
9) Régimen de Visitas;
10) Patria potestad;
11) Adopción de personas;
12) Tutela;
13) Autorización para disponer o gravar bienes de niñas, niños y adolescentes en los
supuestos del artículo 1277 del Código Civil;
14) En conflictos personales en las uniones de hecho estables, sumariamente acreditadas
aunque no haya habido descendencia, cuando hubiere violencia y no fuere competencia
de otros fueros, y
15) Toda otra cuestión personal derivada de la relación de familia.3

Efectos de la sentencia dictada en el proceso de estado de familia

Las sentencias dictadas en estos juicios pueden ser constitutivas o declarativas. Son constitutivas aquellas
sentencias cuyo ejercicio es el presupuesto para la constitución, modificación o extinción de un estado de
familia determinados, por ejemplo, la sentencia de divorcio y la de adopción son constitutivas del estado
de divorciado o adoptado, respectivamente.

En cambio, son acciones declarativas aquellas en las que se declara la existencia o inexistencia de
presupuestos preexistentes que son el fundamento del vínculo jurídico familiar. Por ejemplo, si prospera la
impugnación de filiación, la sentencia declara que existe, en realidad previa a la constitución del título de
estado de hijo, una situación de hecho que descarta el vínculo biológico.

2 Artículos 3 y 4, Ley N.° 7675. (1988). Creación de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la
Provincia de Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/YZowd5
3 Artículo 16, Ley N.° 7676. (1988). Ley de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba. Recuperado de

https://goo.gl/6WfNvc
Las sentencias típicamente constitutivas crean o modifican el estado de familia para el futuro, sin efectos
retroactivos. Las declarativas, en cambio, declaran la existencia o inexistencia de los presupuestos
esenciales del estado de familia de que se trata y, en consecuencia, retrotraen sus efectos al momento en
que, según la ley, se juzgan existentes o inexistentes dichos presupuestos. Por ejemplo, triunfante la
impugnación de la filiación, el hijo deja de ser tal ante el derecho no solo para lo futuro, sino desde el
momento de la concepción.

Efectos de la cosa juzgada en cuestiones de estado

Cabe preguntarse si la sentencia que se dicta en una acción de estado tiene efecto solo entre las partes
litigantes o si, en cambio, la cosa juzgada es oponible erga omnes. Algunos sostuvieron que la sentencia
produce efectos erga omnes cuando el proceso fue substanciado con el legítimo contradictor, es decir, con
el principal interesado, por ejemplo, el padre, si se trata de una acción relativa a la filiación.

Desechando este criterio se afirmó, con carácter general, la relatividad de la cosa juzgada, por aplicación
del principio general de que los efectos de una sentencia solo alcanzan a las partes litigantes. También se
ha sostenido la tesis de la autoridad absoluta de la cosa juzgada partiendo de la indivisibilidad del estado
de familia, ya que, se afirma, una persona no puede resultar hija en virtud de un juicio y no-hija en virtud
de otro.

Frente a estas elaboraciones, parece razonable distinguir entre el efecto de la cosa juzgada y la oponibilidad
erga omnes del título de estado. El tema de la relatividad de la cosa juzgada implica que el título de estado
que la sentencia constituye o modifica es oponible erga omnes, o sea, que se mantiene indivisible ese estado
de familia que se constituye o modifica por la sentencia, sin perjuicio de que, en el futuro, pudiera ser
alterado por otra sentencia.

Participación en el proceso de las niñas, niños, adolescentes y personas con discapacidad

En el ámbito internacional, la Convención Americana de Derechos Humanos protege y garantiza el derecho


que tienen todas las personas a ser oídas por un juez o tribunal competente (art. 8.1, CADH –Convención
Americana sobre Derechos Humanos–).

Respecto al tema que nos convoca, la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) tomó cartas
en el asunto a partir del caso Atala Riffo y Niñas c/ Chile, en donde dictaminó que el artículo 8.1 de la
Convención Americana consagra el derecho a ser oído que ostentan todas las personas, incluidos los niños
y niñas, en los procesos en que se determinen sus derechos.

Asimismo, la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 12, expresa que:

1) Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio
propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afecten al
niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y
madurez del niño.
2) Con tal fin, se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado en todo
procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio
de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de
procedimientos de la ley nacional.4

Con relación a las personas con discapacidad, la Convención sobre las Personas con Discapacidad establece
en su artículo 13 que:

Los Estados Partes asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso a la justicia
en igualdad de condiciones con las demás, incluso mediante ajustes de procedimiento y
adecuados a la edad, para facilitar el desempeño de las funciones efectivas de esas personas
como participantes directos e indirectos, incluida la declaración como testigos, en todos los
procedimientos judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras etapas
preliminares.5

El Código Civil y Comercial actual se ha ocupado de regular esta situación, “procurando un modelo de justicia
integrador, especialmente abierto para con los vulnerables y desfavorecidos, y en definitiva, pretende
incorporar esta óptica de los derechos humanos al plano infraconstitucional” (Herrera, 2015, p. 577). Es por
ello que, con gran tino, en el artículo 707 se establece que las personas mayores con capacidad restringida
y los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ser oídos en todos los procesos que los afecten, debiendo
tenerse en cuenta su opinión según su grado de discernimiento y la cuestión debatida en el proceso.

4 Artículo 12, Convención sobre los Derechos del Niño. (1989). Asamblea General de las Naciones
Unidas. Recuperado de https://goo.gl/Bvhm7s
5 Artículo 13, Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2006). Asamblea

General de las Naciones Unidas. Recuperado de https://goo.gl/ZRh6fY


Referencias
Convención sobre los Derechos del Niño. (1989). Asamblea General de las
Naciones Unidas. Recuperado de
https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/crc.aspx

Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. (2006). Asamblea General de
las Naciones Unidas. Recuperado de
http://www.un.org/esa/socdev/enable/documents/tccconvs.pdf

Belluscio, A. C. (2002). Manual de derecho de familia. Buenos Aires, AR: Astrea.

Bertoldi de Fourcade, M. V. y Ferreyra de De la Rua, A. (1999). Régimen procesal del fuero de familia.
Buenos Aires, AR: Abeledo Perrot.

Bossert, G. y Zannoni, E. (2007). Manual de derecho de familia. Buenos Aires, AR: Astrea.

Fanzolato, E. I. (2007). Derecho de familia (Tomo I). Córdoba, AR: Advocatus.

Ley N.° 7675. (1988). Creación de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de
http://web2.cba.gov.ar/web/leyes.nsf/85a69a561f9ea43d03257234006a8
594/b2c0109d75a672b403257ed10054d5c8?OpenDocument

Ley N.° 7676. (1988). Ley de Tribunales de Familia. Poder Ejecutivo de la


Provincia de Córdoba. Recuperado de
http://www.saij.gob.ar/legislacion/ley-cordoba-7676tribunales_familia.htm

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Mizrahi, M. L. (1998). Familia, matrimonio y divorcio. Buenos Aires, AR: Astrea.

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