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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


CARRERA DE MEDICINA
CÁTEDRA DE FARMACOLOGÍA CLÍNICA
Nombre: Sanipatín Campos Nadia Michelle Hospital: HMIL 6to semestre

“Un hombre mirando al sudeste” y la medicalización en salud mental

El film argentino narra la historia en un escenario muy particular y conocido, un


hospital con una doble función un centro médico y al mismo tiempo un internado
psiquiátrico. El ambiente sombrío lleno de pacientes y personal médico con
historias turbias.
El personaje principal de la película, el Médico psiquiatra, un ser cauteloso,
introvertido y de actitud monótona hacia su trabajo, y hasta cierto punto deja de
lado parte del juramento hipocrático: “me comprometo solemnemente a
consagrar mi vida al servicio de la humanidad.” Pero es el ‘’paciente’’ misterioso
llamado Rantés que dice tener conocimientos del más allá, ser ‘’extraterrestre’’,
con características de un hombre mentalmente sano luego de muchas pruebas,
que por el contexto del film y características del personaje se lo relaciona con un
personaje divino, que atraía a masas (pacientes psiquiátricos) y luchaba por las
injusticias de los mismos (cuando hizo huelga sosteniendo un plato de comida
hasta que lo probara el director del centro). El equipo médico, que se limitaban
a atribuirle medicamentos a los pacientes, no tienen existía una mayor influencia
personal en cada individuo con la excepción a lo largo de la película del caso
principal de Rantes y el Medico Psiquiátrico quien se induce más allá de los límites
establecidos entre un doctor- paciente invitándolo en variables ocasiones a tomar
café para así poder reencontrarse con ese lado emocional o humano de este
sujeto. Cabe mencionar que el Médico, lleno de prejuicios, buscaba mantener el
orden ético de las cosas, pero crea una situación de dependencia con su paciente
para seguir con su vida, crea un lazo con este doctor inclusive en escenas finales
donde hace mención ‘’ doctor por qué me abandonó’’.
Por lo antes expuesto, desde el punto de vista de la medicalización en el ámbito
psiquiátrico, con los años ha sido positivo y ha servido para aliviar el estigma
social de las personas con enfermedad mental, como es el caso de pacientes con
diagnóstico de Esquizofrenia que pueden continuar con su vida con una relativa
normalidad. Pero si analizamos el resultado de la “intervención y tratamiento
médico adecuado”, un sujeto pasivo se convirtió en alguien agresivo, evidencia
son escenas como las del almuerzo en donde experimenta frustración y rabia y
lanza la comida de la mes; entonces ¿El remedio, es peor que la cura?
¿Preferimos someter y cambiar drásticamente a una persona por
estigmatizaciones sociales? ¿Qué es lo correcto?

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