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La mentalidad innovadora

Introducción
¡Bienvenidos al segundo módulo del curso de justicia abierta!
Antes de entrar en los detalles específicos de los diferentes tipos de proyectos de justicia abierta,
hemos creado este capítulo marco para ofrecer un manual de conceptos básicos de tecnología
que explique algunas de las tecnologías que suelen ser la base de los proyectos de justicia abierta.
Si ya estás familiarizado/a con estas herramientas, puedes saltarte la primera mitad del módulo
y avanzar a la sección sobre emprendimiento público.
Si no estás familiarizado/a con estas herramientas, no desesperes. No necesitas ser científico/a
de datos o informático/a para ser un innovador o una innovadora de justicia abierta. El propósito
del módulo es brindarte un conocimiento conversacional de estas tecnologías para que puedas
colaborar con tecnólogos/as e ingenieros/as, y superar cualquier obstáculo para convertirte en
un/a líder e innovador/a de justicia abierta.

Estructura modular:
2.1 Conceptos básicos de tecnología
2.2 ¿Qué es el emprendimiento público?

Antes de comenzar, te invitamos a analizar el siguiente video, en el que Victoria Alsina, Senior
Fellow, The GovLab Academy, nos da la bienvenida y expone información relevante para este
segundo módulo.

2.1 Conceptos básicos de tecnología


Plataformas digitales
Si bien una plataforma digital puede referirse a cualquier unidad de software, el término en la
literatura empresarial se utiliza específicamente para aludir al software que facilita la interacción
y colaboración entre grupos, como empleados/as, consumidores/as y proveedores/as. Otras
plataformas digitales como Facebook facilitan el establecimiento de contactos sociales más que
profesionales.[1] La economía de la plataforma es la actividad económica y social que surge en
estos sitios web, cuyo rol exclusivo suele ser simplemente conectar a las personas que a su vez
crean el contenido, ya sea el uso compartido de fotos en Flickr o recetas en Pinterest. Si bien es
probable que las plataformas digitales sean la forma de tecnología más ampliamente conocida y
común, es importante señalar lo revolucionario y radical que es su modelo de negocios en
comparación con el de un fabricante de productos tradicional. Empresas como Uber y Airbnb no
producen artilugios (widgets), sino que crean y posibilitan interacciones sociales y profesionales.
La distinción es importante, ya que abre nuestro pensamiento a la creación de proyectos
diseñados, por ejemplo, para involucrar a usuarios y usuarias en debates continuos sobre el
poder judicial o fomentar la colaboración entre diferentes miembros de la sociedad civil. Borde
Jurídico, un proyecto de un grupo llamado Justicia Ahora en México, es precisamente un
“mecanismo de plataforma” de este tipo, cuya misión es facilitar las interacciones entre
ciudadanos y ciudadanas sobre reformas legales.
Datos Masivos (Big Data)
¿Qué son los Datos Masivos?
Los datos masivos es un término que se refiere comúnmente a los conjuntos de datos
extremadamente grandes que recopilan organizaciones públicas y privadas. Si bien los seres
humanos ya generaban y recopilaban grandes volúmenes de datos mucho antes de que el
término datos masivos (big data) se hiciera popular, los avances recientes en las tecnologías de
sistemas de almacenamiento digital han hecho que sea más eficiente no solo administrar estas
grandes cantidades crecientes de datos, sino también analizarlas y generar percepciones,
patrones y tendencias relevantes. En una conferencia en 2010, el presidente ejecutivo de Google,
Eric Schmidt, comentó que “ahora, cada dos días creamos tanta información como la que
creamos desde el inicio de la civilización hasta 2003”. Hoy en día, creamos 2,5 trillones de
bytes de datos cada día - una tendencia que es parcialmente el resultado del advenimiento de
los dispositivos inteligentes con acceso a Internet, también llamados “dispositivos del Internet
de las cosas (IoT, Internet of Things)”.
En 2001, el analista de la industria Doug Lancey presentó un trabajo de investigación titulado “3D
Management: Controlling Data Volume, Velocity, and Variety” (Gestión 3D: controlando el
volumen, la velocidad y la variedad de los datos). En él, definió tres desafíos para los principios
tradicionales de la gestión de datos, que incluso hoy en día constituyen un modelo ampliamente
aceptado para describir los datos masivos. Las “tres V” del modelo de Lancey eran Volumen,
Variedad y Velocidad:
1. Volumen de los datos: La cantidad creciente de datos que se están generando.
2. Velocidad de los datos: Actualmente, los datos se generan casi en tiempo real, ya sean
datos generados por seres humanos, como datos de ventas con tarjetas de crédito en puntos de
venta y datos de interacciones en redes sociales, o generados por máquinas, como etiquetas RFID
y datos de sensores.
3. Variedad de los datos: Los datos vienen en una amplia variedad de formatos, entre ellos,
numérico, texto, imágenes, voz y video. A grandes rasgos, estos formatos se pueden clasificar en
dos categorías: datos estructurados y datos no estructurados.
a. Los datos estructurados pueden organizarse previamente como filas y columnas en bases
de datos tradicionales, donde pueden ordenarse, consultarse y manipularse con facilidad de
otras maneras para su análisis. Por ejemplo, un diseñador o una diseñadora de bases de datos
puede configurar campos para números de teléfonos, códigos postales y números de tarjeta de
crédito que aceptan un número determinado de dígitos. Cualquier dato estructurado que
necesite almacenarse en esta base de datos puede asignarse fácilmente a estos campos.
b. Los datos no estructurados, como los documentos de texto, los correos electrónicos, los
videos y archivos de audio, las imágenes satelitales, los datos de cintas de cotizaciones bursátiles
y las transacciones financieras, no se adaptan a la arquitectura tradicional de filas y columnas de
las bases de datos. Por otro lado, es muy difícil crear dichos campos predefinidos para los datos
no estructurados. Según algunas estimaciones, los datos no estructurados representan más del
95% de todos los datos que se generan actualmente.
¿Cómo se pueden usar los datos masivos para la justicia abierta?
Estas grandes cantidades de datos generados por seres humanos y máquinas tienen el potencial
de brindar importantes percepciones. Las corporaciones llaman a esto “inteligencia
empresarial”- la capacidad de optimizar la toma de decisiones y mejorar el rendimiento al
analizar datos y generar inteligencia procesable. En el contexto de la justicia abierta, el análisis
de datos masivos puede tener un papel importante. Por ejemplo, el análisis de datos masivos
puede hacer que sea más fácil identificar y medir problemas como la corrupción. En 2015, el
Observatorio de Gasto Público de Brasil examinó más de 120.000 contratos, identificando alertas
en más de 7.500 casos que implicaban US$ 104 millones en negocios[2]. Uno de sus filtros, por
ejemplo, identifica cuándo se dividen contratos grandes en negocios más pequeños para evitar
procesos de licitación más competitivos. El análisis de datos masivos permite extraer estas
percepciones críticas de enormes cantidades de datos. No obstante, el análisis de datos masivos
no existe de forma aislada. A menudo, el análisis de datos no estructurados se apoya en
tecnologías relacionadas, como el aprendizaje automático (o machine learning).
Inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático
En términos simples, la inteligencia artificial se refiere a los sistemas computacionales que
exhiben comportamientos que comúnmente requieren inteligencia similar a la humana, como
procesamiento de lenguaje, representación de conocimientos, razonamiento, racionalidad y
aprendizaje. Algunos ejemplos comunes de inteligencia artificial son el “piloto automático
mejorado” de Tesla - el software que permite a los automóviles eléctricos Tesla, ahora famosos,
conducir sin intervención humana ni asistentes de voz con acceso a Internet, como Siri de Apple
o Alexa de Amazon.
El aprendizaje automático es la ciencia de lograr que los computadores actúen sin ser
programados explícitamente. En palabras simples, el aprendizaje automático es una forma de
“entrenar” un algoritmo proporcionándole datos e información sobre el mundo real para que
aprenda a realizar una tarea y se mejore a sí mismo en lugar de programarlo para que la realice.
El aprendizaje automático se puede considerar una aplicación específica o un subconjunto de la
IA que se enfoca solo en crear sistemas que sean capaces de aprender por sí solos. Se utiliza para
aumentar la autonomía, eficiencia y efectividad de los procesos.
Por ejemplo, en lugar de crear una gran base de datos de millones de imágenes para compararla
y reconocer si una imagen contiene un gato, se puede “entrenar” un algoritmo de aprendizaje
automático utilizando un conjunto de imágenes para que aprenda a identificar diferentes
animales (entre ellos, los gatos) en una imagen. Así, el algoritmo de aprendizaje automático se
vuelve capaz de mirar una imagen nueva (una que no existe en su base de datos original) y
reconocer a un gato de todas formas. A menudo, el procesamiento y el análisis de datos utilizan
algoritmos de aprendizaje automático para extraer percepciones e identificar patrones y
tendencias a partir de grandes cantidades de datos. Algunas aplicaciones del aprendizaje
automático en el mundo real son el filtro de spam y la función de respuesta predictiva de Gmail.
En el primer ejemplo, el algoritmo aprende a identificar el spam, mientras que, en el segundo,
aprende (y, eventualmente, predice) lo que los usuarios y usuarias tienen más probabilidades de
decir en respuesta a un mensaje.
Los sistemas expertos son una aplicación de IA y aprendizaje automático que imita la forma en
que una persona experta puede resolver problemas. Un sistema experto puede entender una
pregunta y el problema que plantea, reconocer la solución al problema e identificar la respuesta
exacta en su almacén de conocimiento, conocido como “base de conocimiento”, y presentarla al
usuario o a la usuaria.
¿Cómo se puede usar la IA para la justicia abierta?
En general, la inteligencia artificial tiene varias aplicaciones en el sistema de justicia. Por
ejemplo, Casetext es una herramienta de investigación legal basada en IA. Utiliza procesamiento
de lenguaje natural (una rama de la inteligencia artificial que permite a los computadores
entender, interpretar y manipular el lenguaje humano) para generar una lista de ejemplos de
jurisprudencia similares a los mencionados en un informe legal subido por un usuario o una
usuaria. Otro ejemplo es “AI judge” (Juez IA), un programa basado en IA que predecía los
resultados de juicios de derechos humanos del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con un
79% de precisión. Desarrollado por investigadores/as de University College London, “AI judge”
se creó usando información de casos extraída de la base de datos públicamente accesible del
tribunal. El objetivo era demostrar que se podían usar programas como este para identificar
patrones en casos que culminan en resultados determinados y destacar cuáles casos tienen más
probabilidades de constituir infracciones a la Convención Europea de Derechos Humanos.
Cadena de bloques
La cadena de bloques (o blockchain) es una tecnología de contabilidad electrónica distribuida y
descentralizada. Cada transacción o registro digital en el libro de contabilidad se denomina
un bloque, y cada transacción se almacena en la red con una marca de tiempo y un vínculo a la
anterior. En palabras simples, en lugar de almacenar información en un solo servidor, esta se
distribuye a una variedad de propietarios y propietarias diferentes, y se garantiza que todos los
cambios se registren, se ordenen cronológicamente y se protejan matemáticamente
(criptográficamente).
El profesor de Harvard Karim Lakhani define[3] los cinco principios básicos que subyacen a la
tecnología de la siguiente forma:
1. Base de datos distribuida
Cada parte en una cadena de bloques tiene acceso a toda la base de datos y a su historial
completo. Ninguna parte por sí sola controla los datos o la información. Cada parte puede
verificar los registros de sus socios de transacciones directamente, sin un intermediario.
2. Transmisión entre pares
La comunicación se produce directamente entre pares, en lugar de a través de un nodo central.
Cada nodo almacena y reenvía información a todos los demás nodos.
3. Transparencia con seudónimos
Cada transacción y su valor asociado son visibles para cualquier persona que tenga acceso al
sistema. Cada nodo, o usuario/a, de una cadena de bloques tiene una dirección alfanumérica
única de 30+ caracteres que lo identifica. Los usuarios y usuarias pueden elegir conservar su
anonimato o proporcionar pruebas de su identidad a los/las demás. Las transacciones se llevan
a cabo entre direcciones de la cadena de bloques.
4. Irreversibilidad de los registros
Una vez que una transacción se ingresa en la base de datos y las cuentas se actualizan, los
registros no pueden alterarse porque están vinculados a cada registro de transacción anterior
(de allí el término “cadena”). Varios algoritmos computacionales y enfoques se implementan
para asegurarse de que el registro en la base de datos sea permanente, esté ordenado
cronológicamente y esté disponible para todos los demás usuarios y usuarias de la red.
5. Lógica computacional
La naturaleza digital del libro de contabilidad significa que las transacciones de la cadena de
bloques pueden vincularse con una lógica computacional y, en esencia, programarse. Así, los
usuarios y usuarias pueden configurar algoritmos y reglas que activen automáticamente
transacciones entre nodos.

Figura 2.1: Funciones de la cadena de bloques.


Fuente: Forrester Research
vía https://www.computerworld.com/article/3191077/security/what-is-blockchain-the-most-
disruptive-tech-in-decades.html

La cadena de bloques se puede usar para asegurarse de que no se lleven a cabo transacciones no
autorizadas en una base de datos, ya que una transacción solo se registra si todas las personas
participantes en la red verifican que es legítima y se debe agregar a la cadena. Este proceso no
necesariamente tiene que ser público. Hay dos tipos de cadenas de bloques: públicas y privadas.
Las cadenas de bloques públicas están abiertas a cualquiera que desee participar en la red,
mientras que las cadenas de bloques privadas siguen los mismos principios y usan la misma
tecnología, pero solo están abiertas a grupos pequeños de participantes.
Si bien el uso de la cadena de bloques de mayor perfil ha sido el de las criptomonedas como
Bitcoin, la tecnología también ha encontrado numerosas aplicaciones en el gobierno:
1. Estonia ofrece un programa de residencia virtual (E-residency) basado en la cadena de
bloques que permite a ciudadanos y ciudadanas de cualquier país realizar negocios virtualmente
en el país.
2. El país de Georgia usa la cadena de bloques para registrar títulos de tierras y validar
transacciones gubernamentales relacionadas con propiedades.
3. Chile usa la cadena de bloques para almacenar los datos de su Comisión Nacional de
Energía. La base de datos descentralizada permite que usuarios y usuarias accedan a información
en tiempo real sobre el consumo energético.
¿Cómo se puede utilizar la cadena de bloques para la justicia abierta?
Los sistemas de justicia se pueden beneficiar muchísimo de la cadena de bloques en áreas que
van desde la mantención de registros confiables de títulos de propiedad hasta los derechos de
propiedad intelectual. Por ejemplo, puede garantizar la veracidad de documentos legales si se
almacenan documentos digitales en la cadena de bloques. De hecho, BlockNotary, una empresa
que busca usar la tecnología para verificar la autenticidad de firmas realizadas en documentos
legales como lo haría un notario público, está llevando la idea un paso más allá. Sin embargo,
posiblemente lo que mejor ilustra el impacto de la cadena de bloques en la industria legal son los
contratos inteligentes. La frase, utilizada por primera vez por el criptógrafo Nick Szabo, se refiere
a la idea de que un contrato puede concebirse como una serie de condiciones y eventos que se
pueden traducir en código computacional. Una vez que se cumple una condición, el contrato
inteligente realizará el siguiente paso para ejecutar el contrato. Como lo explica Lakhani [3],
“podemos imaginar un mundo en el que los contratos están integrados en código digital y
almacenados en bases de datos transparentes y compartidas, donde están protegidos contra la
eliminación, alteración y edición”.

El avance de las tecnologías de la información y comunicaciones ha permitido el desarrollo de


plataformas digitales que pueden aprovecharse en beneficio de una justicia abierta. Tecnologías
como los Datos Masivos, la Inteligencia Artificial y la Cadena de Bloques han demostrado ser de
gran ayuda para detectar y prevenir fraudes.

2.2 ¿Qué es el emprendimiento público?


Tener un conocimiento de la tecnología nueva es absolutamente esencial para poder tomar
decisiones más informadas y basadas en evidencia utilizando datos. También te permite
conectarte con personas a distancia para aprovechar su inteligencia colectiva. No obstante, para
convertirte en innovador o innovadora de justicia abierta, es mucho más importante desarrollar
la mentalidad del “emprendedor público y la emprendedora pública”.
Figura 2.2: Características del emprendedor público y la emprendedora pública.

Los emprendedores públicos y las emprendedoras públicas son personas apasionadas e


innovadoras que desean aprovechar la nueva tecnología para hacer el bien en el mundo. Están
impulsadas por valores éticos y democráticos y, ya sea dentro o fuera del gobierno, trabajan por
el bien público. Son personas innovadoras y valientes, pero distintas de los emprendedores y
emprendedoras sociales de creciente popularidad, que creen que solo las soluciones basadas en
el mercado - hacer el bien para que te vaya bien - son el camino a la resolución de problemas.
Más bien, usamos el término “emprendedor público” precisamente porque no necesariamente
debe estar ligado a un enfoque único para el cambio social, como la creencia de que solo los
negocios solucionan problemas. En lugar de esto, todos los emprendedores públicos y
emprendedoras públicas que tienen éxito, sea en el ámbito empresarial, el gobierno o la sociedad
civil, poseen la mentalidad y el conjunto de habilidades para trabajar de manera diferente. Por
ende, en este apartado, analizamos qué significa ser emprendedor público o emprendedora
pública.
A continuación, te invitamos a revisar una a Margaret Hagan, quien es Director, legal design lab,
de la Escuela de leyes de Stanford, en la cual profundiza aspectos importantes del emprendedor
público en el ámbito judicial.

Haz clic en la imagen para visualizar el video.

Tomemos dos ejemplos de personas que se dedican al emprendimiento público en diferentes


dominios públicos.
El primero es el emprendedor público y biofísico indio Samir Brahmchari, ex director general del
Consejo de Investigación Científica e Industrial (como los Institutos Nacionales de Salud, o NIH
por sus siglas en inglés) del gobierno de India. En ese cargo, levantó el proyecto Descubrimiento
de Medicamentos de Código Abierto (OSDD, Open Source Drug Discovery), un esfuerzo de
crowdsourcing[1] para “brindar atención médica asequible a países en desarrollo al proporcionar
una plataforma global donde las mentes más brillantes puedan colaborar y realizar esfuerzos
colectivos para resolver los problemas complejos asociados al descubrimiento de terapias
novedosas para enfermedades tropicales desatendidas como la malaria, la tuberculosis, la
leishmaniasis, etc.”[2]
En India al igual que en todo el mundo, miles de personas primordialmente pobres mueren de
tuberculosis cada día. Aun así, no se ha desarrollado un tratamiento nuevo para la tuberculosis
en cuarenta años, y la resistencia a los fármacos existentes está aumentando. Ya que la
tuberculosis afecta desproporcionadamente a personas indigentes, las empresas farmacéuticas
carecen del incentivo económico para comprometer recursos adecuados con el fin de abordar
estas enfermedades denominadas desatendidas.
Reclutando estudiantes universitarios/as, académicos/as y científicos/as de todo el mundo y de
todas partes de India, varios/as en aldeas remotas y no en universidades de elite, Brahmchari
creó su propio ejército económico de investigadores e investigadoras para recopilar, anotar y
extraer información de la literatura científica sobre las propiedades y los mecanismos biológicos
del patógeno de la tuberculosis. Cuando las revistas médicas estaban protegidas por derechos de
autor y eran inaccesibles, su fuerza laboral distribuida, que coordinaba sus actividades usando
una plataforma en línea, escribía a los autores para solicitar copias de los artículos. Con una
subvención de 12 millones de dólares, coordinó los aportes incrementales de 7.500 participantes
de 130 países, y pudo completar esta re-anotación genómica y la generación de 11 modelos para
predecir la actividad antituberculosa.[3]
En 2014, basándose en investigaciones del OSDD junto con una empresa que tenía los equipos
de laboratorios requeridos, realizaron ensayos clínicos para un nuevo medicamento
experimental al 20% del costo de un fármaco tradicional. Un impulso implacable por abordar un
problema público importante, combinado con la capacidad de aprovechar y coordinar
conocimientos distribuidos, le permitió a Brahmchari tener éxito. Se apoyó en una asociación
intersectorial entre el gobierno, la industria y la academia, y utilizó el crowdsourcing de forma
eficaz para distribuir y acelerar el trabajo.

Figura: 2.3 Descubrimiento de Medicamentos de Código Abierto coordinó los aportes de 7.500
participantes para ayudar en la lucha contra la tuberculosis.

Nuestra segunda emprendedora pública es Graciela Reyes, miembro de un ayuntamiento


mexicano. Reyes fue elegida una de las primeras concejalas independientes del municipio de San
Pedro, una acaudalada comunidad mediana de alrededor de 150.000 personas en las afueras de
la ciudad mexicana de Monterrey. Con el apoyo del alcalde, Reyes lanzó el programa Desafíos
para invitar al público a co-crear mejores políticas y servicios con la municipalidad. Una de las
preguntas planteadas al público era cómo reducir el tiempo que los niños y niñas pasaban en un
automóvil camino a la escuela en San Pedro.
Como la región más urbanizada del planeta, las ciudades de América Latina están creciendo
rápidamente - demasiado rápido para asegurar una movilidad efectiva. La región de Monterrey
no es una excepción. Los y las residentes de San Pedro, que tienen 8,3 automóviles por cada 10
habitantes, estaban pasando cada vez más tiempo en el tráfico, incluidos sus escolares, de los
cuales el 85% iba en automóvil a la escuela. Esto tenía un efecto significativo en la salud, la
productividad económica y el medio ambiente. Por lo tanto, la municipalidad pidió a su
ciudadanía que ayudara a resolver la crisis de movilidad y cinco otros desafíos urbanos urgentes.
Utilizando datos abiertos proporcionados por la municipalidad sobre la ubicación de escuelas y
rutas, el equipo de voluntarios y voluntarias conformado por dos abogados/as, un/a ingeniero/a
civil, un/a arquitecto/a y un/a politólogo/a desarrolló un plan para llevar a los niños y niñas a la
escuela que incluía transporte público, autobuses y caminar juntos/as. Ya era raro que un
gobierno recurriera a las personas que gobernaba para solucionar un problema que
tradicionalmente pertenecía al ámbito del sector público. Lo inaudito fue que estos miembros
del público hicieron más que tan solo sugerir una alternativa. En un esfuerzo por transformar sus
ideas en un conjunto de políticas y servicios efectivos, la ciudadanía - junto con las planificadoras
y los planificadores urbanos de la ciudad – llevó a cabo diez semanas de capacitación con
mentores/as de todo el país y el mundo, incluidos el jefe de movilidad del gobierno federal
mexicano y un politólogo doctorado en Harvard. Ahora, un año después, casi nadie conduce a la
escuela. Mientras tanto, la municipalidad ha legislado desafíos cívicos para convertirlos en leyes,
haciendo de este modelo de innovación abierta más capacitación el nuevo paradigma para
resolver problemas en San Pedro.

City Challenges: Collaborative Governing for Public Problem


Solving (Desafíos ciudadanos: gobierno colaborativo para la
resolución de problemas públicos)
Por Beth Simone Noveck y Dinorah Cantu-Pedraza,
Publicado en enero de 2018
Disponible en línea aquí

Cuadro 2.2: Desafíos ciudadanos – una nueva forma de reflexionar sobre la gobernanza urbana.

Como Brahmchari, Reyes no es una activista o hacker, sino una profesional pública con pasión
por hacer el bien en el mundo que reconoce la necesidad de trabajar de forma diferente y
cuestionar el status quo.
Ambos tenían la mentalidad y el conjunto de habilidades para “traducir” entre los dominios del
gobierno y la tecnología, entre las costumbres de burócratas y hackers, y entre los lenguajes de
políticos y el público para movilizar recursos dentro y fuera del gobierno. Es decir, aprovecharon
el “poder de la multitud” para perturbar y acelerar, pero también el poder de sus instituciones
para convocar, financiar e impulsar el cambio. No estaban conformes con los enfoques lentos e
incrementales, y estaban impacientes por aportar resultados reales en poco tiempo. Así,
experimentaron con nuevas formas de trabajar a pesar de los riesgos, pero ciertamente no
fueron imprudentes, sino conscientes de sus obligaciones fiduciarias respecto del debido proceso
y el resguardo del dinero de los y las contribuyentes.
Quizás lo más importante es que se enfocaron en hacer algo replicable y escalable diseñado no
solo para solucionar el problema frente a ellos, sino para institucionalizar un nuevo proceso del
cual otras personas podían aprender y que incluso podían replicar.
La mentalidad del emprendedor público y la emprendedora pública: nosotros/as versus yo
Si resumiéramos lo que define al emprendedor público y la emprendedora pública - trabaje en la
justicia abierta o no – tendríamos que decir que posee la capacidad de encontrar buenas ideas,
implementarlas de forma eficaz y medir lo que funciona. Esto requiere un proceso conversacional
de toma y daca con un diverso conjunto de partes interesadas e innovadores/as para acelerar el
proceso de resolución de problemas de la idea a la implementación.
A diferencia del paradigmático emprendedor privado, como los usuarios/as inventores/as que el
profesor de MIT Erich von Hippel identificó en sus escritos como la fuente de ideas
revolucionarias en el mercado de los equipos científicos, las personas dedicadas al
emprendimiento público suelen intentar resolver los problemas de otras personas. En el sector
privado, el innovador o la innovadora con frecuencia también es el inventor o la inventora, como
el piloto que creó la primera maleta vertical con ruedas. Es decir, estaba resolviendo un problema
suyo que entendía bien. Estaba resolviendo “mi” problema. En cambio, las personas en el sector
público y aquellas que participan en proyectos de interés público - como las que trabajan para
liberar, divulgar y usar datos de tribunales - pueden estar tratando de resolver problemas que no
experimentan. Están trabajando en “nuestros” problemas. Puede o no que hayan experimentado
en carne propia la ineficiencia o corrupción de un tribunal. Puede o no que hayan estado a cargo
de designar jueces. Los emprendedores públicos no son necesariamente los dueños y dueñas de
los problemas (aunque pueden serlo). Más bien, suelen ser “innovadores/as”, personas que
aprovechan el poder y la autoridad convocante de instituciones burocráticas, políticas o sin fines
de lucro para implementar y ejecutar a mayor escala lo que funciona.
Por supuesto, hay características que comparten con sus exitosos primos y primas del ámbito
privado y social, como un enfoque en la escalabilidad, una inclinación por actuar, un aprendizaje
rápido y una orientación hacia el exterior. Sin embargo, a diferencia del énfasis que la cultura del
emprendimiento privado pone en la creatividad y el empuje individuales (“mi idea”), el
emprendedor público y la emprendedora pública se enfocan menos en inventar y poseer un
proyecto, una aplicación o una organización. En lugar de esto, se centran más en la tarea
subvalorada y más compleja de implementar y ampliar soluciones (“nuestras ideas”) y resolver
un problema, incluso si significa impulsar la idea de otra persona. Como escribe la periodista Tina
Rosenberg[4] en el New York Times: “¿Ha pensado en un producto inteligente para mitigar el
cambio climático? ¿Inventó un dispositivo ingenioso para iluminar aldeas africanas por la noche?
¿Se le ha ocurrido un nuevo tipo de escuela o nuevas ideas para reducir la tasa de tiroteos
urbanos? Gracias, pero tenemos bastante de eso”. No necesitamos nuevas ideas, continúa ella,
sino personas con la disposición y los medios para generar y propagar un impacto mediante esas
ideas. Las ideas por sí solas, no importa cuán astutas sean, son prácticamente inútiles si no tienen
consecuencias para personas reales. Así, los emprendedores públicos y las emprendedoras
públicas se enfocan en crear un impacto público visible, no meramente buenas ideas.
El conjunto de habilidades del emprendedor público y la emprendedora pública
El emprendedor público o la emprendedora pública formula preguntas como: ¿Qué podemos
hacer para resolver más problemas, generar más valor público y mejorar la vida de las personas?
¿Qué podemos hacer de forma diferente? ¿Cómo podemos probar nuestras ideas sobre qué
podría funcionar mejor?
Para responder estas preguntas, utiliza cuatro habilidades clave:
o La habilidad para definir el problema a resolver
o El uso de datos para entender el problema
o La habilidad para diseñar soluciones con las personas - en lugar de para ellas - al aplicar
diseño centrado en personas
o El conocimiento para aprovechar las buenas ideas de otras personas usando la innovación
abierta.
En términos generales, el emprendedor público o la emprendedora pública es la persona en una
organización que descarta cada vez más los modelos de trabajo a puertas cerradas, donde
quienes gobiernan operan de forma independiente y distante de las personas y sus problemas.
En lugar de esto, se integra en su comunidad, recurriendo a un nuevo kit de herramientas que le
permite aprovechar lo que Eric von Hippel llama la “materia oscura” de la actividad inventiva
disponible en nuestras propias comunidades y en todo el mundo. Tal como ser un inventor o una
inventora eficaz en un taller requiere realizar pasos proactivos para entender un problema a
través de la observación o el análisis de datos, recibir mucha retroalimentación de usuarios y
usuarias potenciales, crear espacio para descubrimientos fortuitos y anticipar desafíos, el nuevo
tipo de emprendedor público y emprendedora pública entiende que la resolución de problemas
públicos no es un proceso pasivo, sino un conjunto de habilidades activo que se desarrolla e
implementa con otras personas.
Sabe cómo leer lo que los datos le están diciendo y consultar a diversas personas para identificar
los temas más urgentes que requieren atención. Es decir, reconoce el valor que existe en recurrir
activamente a actores diversos e inesperados para obtener perspectivas sobre problemas
difíciles y soluciones a ellos. Posee la aptitud crítica para identificar problemas públicos, hacer
coincidir soluciones innovadoras con ellos y usar los recursos, la autoridad y el poder de
convocatoria del gobierno para ayudar a implementarlas, ampliarlas y difundirlas. Al mirar más
allá y profundizar, administra un proceso de resolución de problemas en lugar de ser dueño/a y
defensor/a de su propia solución.
Definición de problemas
Para resolver problemas públicos como los que afectan a los sistemas judiciales o procesales de
funcionamiento deficiente, el emprendedor público o la emprendedora pública debe ser capaz
de definir el problema antes de lanzarse a crear aplicaciones, visualizaciones o herramientas
nuevas (el módulo 10 se enfoca exclusivamente en los “cómo” de la definición de problemas).
CONCEPTOS BÁSICOS DE LA DEFINICIÓN DE PROBLEMAS
o ¿Cuál es el problema?
o ¿Cuándo ocurre?
o ¿Dónde ocurre?
o ¿Quién es afectado/a por el problema, sus necesidades, sus incentivos?
o ¿Qué patrones o tendencias adicionales se pueden observar respecto del problema?
o ¿Cómo es posible que esto aún no se haya solucionado?
Cuadro 2.3: Conceptos básicos de la definición de problemas.

La mayoría de las disciplinas creativas, desde la gestión de proyectos hasta el diseño y la


ingeniería, profesan un método para la definición de problemas con muchas características
comunes. El proceso involucra desprender las capas de una afirmación vaga sobre un tema hasta
que quede al descubierto una formulación precisa y accionable del problema, junto con una
enunciación de las causas primordiales - por qué está ocurriendo el problema - y una hipótesis
de por qué esas son las causas probables. Es un ejercicio de múltiples etapas que implica
profundizar cada vez más para encontrar la causa del problema, que es lo que se necesita
abordar, más que un mero síntoma.
En un proceso exitoso de definición de problemas, las etapas de la definición del problema y la
solución del problema no necesitan estar perfectamente diferenciadas. De hecho, se podría
esperar que la definición del problema se haga más clara y más refinada en cada etapa sucesiva
del proceso de resolución del problema. Redefinir el problema ilumina la búsqueda de
soluciones. Una buena definición del problema es esencial. Cuando abogamos erróneamente por
el método o la solución - basándonos en una comprensión percibida pero imprecisa de cuál es el
problema real - terminamos solucionando los problemas incorrectos y reducimos la probabilidad
de desarrollar soluciones que realmente funcionen.
Ya hace un siglo, el filósofo estadounidense John Dewey dejó en claro que identificar el problema
es el primer paso en la resolución de problemas. Una “dificultad sentida” debe traducirse en un
problema específico a resolver (formulado de la forma más clara y precisa posible). “No se puede
aportar ideas para las mejores soluciones hasta que se haya definido lo más concretamente
posible el problema real”.[5] Einstein también enfatizaba que “la formulación de un problema es
muchas veces más importante que su solución, que puede ser meramente una cuestión de
habilidad matemática o experimental. Plantear nuevas cuestiones, nuevas posibilidades,
considerar viejos problemas desde un nuevo ángulo, todo ello requiere de una imaginación
creadora y marca los progresos reales de la ciencia”.[6] Si bien es frustrante que te pidan ir más
lento, es esencial detenerse y pensar bien en la definición del problema.
Si se hace bien, la definición de problemas revela las innumerables preguntas que tenemos sobre
las causas primordiales, a saber, por qué está ocurriendo un problema en el mundo y no se ha
solucionado. El análisis de causas primordiales, si bien es intuitivo para la forma en que la mayoría
de nosotros y nosotras piensa en los problemas, surgió formalmente como un método en la
ingeniería a mediados del siglo XX para diagnosticar fallas de fabricación de manera retroactiva
al buscar el origen de un accidente o una falla mecánica.[7] No obstante, el método se
aplica provechosamente a desafíos sociales y de políticas con causas múltiples,
interdependientes y complejas, como aquellos a los que se enfrentan los sistemas judiciales.
Para definir el problema:
o Realiza tus propios ejercicios de definición de problemas formales (consulta el módulo
10) para formular y definir problemas claramente
o Facilita ejercicios grupales de definición de problemas para obtener perspectivas de otras
personas y aprender a redefinir el problema y sus causas primordiales
o Crea un “inventario de problemas” al que otras personas puedan aportar utilizando el
crowdsourcing.
Sin embargo, llegar a esas causas primordiales y desarrollar soluciones requiere habilidades
adicionales.
Pensamiento analítico de datos
Para definir exitosamente un problema, por ejemplo, por qué los casos no se están procesando
de forma oportuna o por qué algunos litigantes están experimentando resultados muy diferentes
y dispares, es importante ir más allá de las conjeturas y examinar los datos:
o ¿Qué datos pueden ayudarte a entender mejor el problema y, así, desarrollar soluciones?
o ¿Qué datos se necesitan?
o ¿Qué datos están disponibles, y qué tan precisos y completos son?
o ¿De qué fuentes provienen (“encontrados” o “generados”)?
o ¿Cómo pueden ayudar estos datos a conformar un entendimiento del problema?

Figura 2.4: Curso en línea “Solving Public Problems with Data” (Resolviendo problemas públicos
con datos) de The GovLab - Una introducción a la ciencia de datos y el pensamiento analítico de
datos por el bien público. Visita sppd.thegovlab.org

Ante todo, el emprendedor público o la emprendedora pública sabe cómo articular la pregunta
que está intentando responder al formular una hipótesis - una predicción sobre lo que está
ocurriendo - que puede ser respondida por datos. Por ejemplo, tienes la hipótesis de que la
corrupción en el sistema judicial está haciendo que los casos de corrupción tarden más en
procesarse y constantemente terminen en absoluciones. Investigar antecedentes utilizando
datos judiciales disponibles podría hacer posible probar esta hipótesis.
Paralelamente, será importante determinar qué datos se necesitan, en este caso, los tipos de
casos, sus tiempos de adjudicación y sus disposiciones, o si esos datos pueden recopilarse o
ponerse a disposición. En muchos casos, los datos necesarios deben ser “generados”, lo que
significa que tienen que recopilarse especialmente con fines de investigación estadística. En
otros, los datos se pueden crear con otros fines, como los tweets sobre el sistema judicial, y
usarse incidentalmente para investigar. Dichos datos se consideran datos “encontrados”, y
pueden reutilizarse aunque no se hayan recopilado originalmente para investigar y probar
hipótesis.
Ya sean generados o encontrados, los datos deben estar lo suficientemente disponibles, ser lo
suficientemente precisos y lo suficientemente completos para usarse con ese fin. Por ende,
determinar la existencia de datos es crucial. Sin embargo, también es importante saber qué tan
precisos son los datos y si se puede confiar en ellos para comprobar la hipótesis. ¿Qué tan
completos son los datos, y abarcan la geografía, la población y el marco de tiempo necesarios
para ser relevantes para el análisis? ¿Qué tan oportunos son los datos? Alguna información es
útil, aunque solo se haya recopilado una vez y rara vez se actualice. Otra necesita actualizarse
con frecuencia, incluso todos los días, para ser de uso significativo. Por supuesto, el tema de qué
tan accesibles son los datos es central para muchos proyectos de justicia abierta. Cuando no hay
fuentes de datos oficiales, existen alternativas como el crowdsourcing para la recopilación de
datos, que se realiza organizando un gran número de personas para que recopilen e informen
datos, por ejemplo, mediante plataformas de redes sociales o una plataforma de crowdsourcing.
Por otro lado, las fuentes de datos del sector privado también pueden ser fuentes alternativas
de información relevante.

CONSULTA:
o Ian Foster, Rayid Ghani, Ron S. Jarmin, Frauke Kreuter, Julia Lane, “Big Data and Social
Science: A Practical Guide to Methods and Tools”, CRC Press, agosto de 2016
o Matthew Salganik, “Bit by Bit: Social Research in the Digital Age”, Princeton University
Press, diciembre de 2017
o Stefaan Verhulst and Andrew Young, “Open Data Impact: When Demand and Supply
Meet”, The GovLab, marzo de 2016
o Stefaan Verhulst and Andrew Young, “Open Data in Developing Economies: Toward
Building an Evidence Base on What Works and Why”, African Minds, noviembre de 2017
o Francois van Schalkwyk, Stefaan Verhulst, Gustavo Magalhaes, Juan Pane & Johanna
Walker, “The Social Dynamics of Open Data”, African Minds, diciembre de 2017
o Stefaan Verhulst and Andrew Young, “Toward an Open Data Demand Assessment and
Segmentation Methodology”, The GovLab, septiembre de 2018
Cuadro 2.4: Lecturas sugeridas para profundizar en los datos.

Diseño centrado en personas


Aun cuando haya datos disponibles para investigar y entender el problema, los enfoques basados
en datos siempre deben complementarse con el uso de lo que hoy se conoce como diseño
centrado en personas. El diseño centrado en personas es el método central de lo que se
denomina mentalidad de pensamiento de diseño. Al observar a las personas y hablar con ellas,
el diseño centrado en personas - diseñar con la ciudadanía, no solo simplemente para ella - se ha
convertido en un sinónimo del diseño y la entrega de servicios más efectivos por parte de
gobiernos y organizaciones sin fines de lucro, y se ha hecho fundamental para el conjunto de
habilidades de diseño más amplio utilizado en muchas profesiones y disciplinas.[8] Es un conjunto
crucial de métodos para que los innovadores y las innovadoras de la justicia abierta eviten diseñar
proyectos y sitios web que solo pocos quieren. Independientemente de qué tan grande sea la
protesta contra la corrupción o qué tan vehemente sea la insistencia en una reforma judicial, la
transformación de esa demanda en un uso real – el escrutinio de datos de justicia abierta, la
revisión exhaustiva de informes de justicia abierta, la participación en esfuerzos de reformas –
mejorará si los usuarios y usuarias finales previstos participan en el proceso de diseño.
Así, el diseño centrado en personas se basa en la noción de que dicha participación aumentará la
legitimidad y también aumentará la eficacia. El diseño centrado en personas tiene como
resultado la satisfacción de las necesidades y los deseos de las personas de forma práctica y
viable.[9] Si se ejecutan bien, las prácticas de diseño centrado en personas, que pueden implicar
colaborar con usuarias y usuarios previstos para entender su percepción de los problemas, pero
también generar ideas y prototipos de soluciones, están diseñadas para culminar en soluciones
innovadoras que se adaptan mejor al problema porque derivan de una comprensión más
profunda del problema real y sus causas primordiales que solo las personas que se enfrentan a
esos problemas pueden aportar. El diseño centrado en personas ofrece a quienes solucionan
problemas de cualquier clase la oportunidad de diseñar con las comunidades, entender
profundamente a las personas a las que buscan servir, trazar innumerables ideas y crear nuevas
soluciones innovadoras basadas en las necesidades reales de las personas.[10] Cuando las
soluciones se desarrollan con la comunidad afectada y se realiza una inversión entendiendo las
necesidades de las personas, simplemente es más probable que las iniciativas funcionen. Esto se
debe en parte a que las soluciones realmente se adaptan al problema. También es porque
involucrar a las personas en el terreno produce una mayor legitimidad y aceptación, y permite,
por ejemplo, la colaboración con partes interesadas que pueden ayudar a garantizar el éxito del
proyecto y su apoyo.
Por ejemplo, trabajar junto con los usuarios y usuarias finales es exactamente lo que la
organización sin fines de lucro de África Oriental Sauti hizo para diseñar su plataforma digital que
comparte información sobre leyes mercantiles transfronterizas e instancias de corrupción.
Mediante un proceso de descubrimiento de clientes[11] que involucró a casi 400 personas en
discusiones de grupos focales, creación de prototipos y encuestas, Sauti decidió basar su servicio
en tecnología accesible por los teléfonos móviles de funciones simples que los comerciantes
utilizan de forma ubicua. Además, en lugar de intentar generar nuevos comportamientos para
fomentar la adopción del servicio, Sauti optó por enviar información por mensaje de texto, de
modo que se integrara fácilmente a la forma en que los comerciantes ya se comunicaban con sus
redes sociales.

El proceso de diseño centrado en personas[12]

o Empatizar
o Idear
o Crear prototipos
o Realizar pruebas
o Iterar
Cuadro 2.5: Proceso de diseño centrado en personas.

Innovación abierta
Si bien el kit de herramientas del emprendedor público o la emprendedora pública es mucho más
amplio que la definición de problemas, el pensamiento analítico de datos y el diseño centrado en
personas, una de las herramientas esenciales del kit de herramientas del innovador o la
innovadora es un conocimiento de las prácticas y los métodos de innovación abierta. [13] La
innovación abierta es similar al diseño centrado en personas porque también se refiere a trabajar
con clientes, empleados, empleadas y votantes para aprovechar su sabiduría distribuida. Pero
más específicamente, la innovación abierta se enfoca en el proceso de colaboración colectiva
para encontrar soluciones a los problemas (crowdsourcing). Mientras el diseño centrado en
personas se enfoca en la investigación etnográfica, como la observación de usuarias y usuarios
prototípicos, la innovación abierta enfatiza pedirles a las personas que aporten ideas, opiniones,
datos, tiempo o fondos a un esfuerzo colaborativo.
Muchas empresas están teniendo un gran éxito tras abrirse al uso de lo que el profesor de Haas
School of Business y teórico organizacional Henry W. Chesbrough llama los “flujos intencionales
de entrada y salida de conocimiento” en toda la organización y fuera de ella.[14] Están
colaborando con clientes y proveedores en la reinvención de prácticas comerciales clave. La
noción de que las empresas se pueden beneficiar de los aportes externos ya está bien
establecida. Muchas tienen éxito al aprovechar astutamente la inteligencia colectiva a través de
redes distribuidas en mercados tradicionalmente dominados por modelos cerrados de
producción. Threadless utiliza el crowdsourcing para obtener diseños de camisetas de sus
clientes en lugar de emplear un equipo de diseñadores. Local Motors utiliza el crowdsourcing
para diseñar vehículos y luego involucra a sus clientes en el diseño de fabricación. SamaSource
permite a empleadores y empleadoras subcontratar etiquetado, investigación y proyectos de
datos y contenido en línea de trabajadores y trabajadoras pobres de todo el mundo - hace el bien
para que le vaya bien.[15]
Ahora, la innovación abierta también se ha convertido en un poderoso impulsor de la resolución
colaborativa de problemas en los sectores cívico y público. Las prácticas de innovación abierta
son esfuerzos de crowdsourcing centralmente organizados. Por ejemplo, en Reikiavik, Islandia, la
municipalidad está usando tecnología nueva para conectarse con sus residentes con el fin de
abordar desafíos urbanos utilizando una plataforma en la que la mayoría de la población está
registrada y donde el 20% participa activamente. Better Reykjavik se creó tras la crisis bancaria
de 2008, cuando la confianza pública en las instituciones se desplomó. A pesar de contar con el
parlamento más antiguo del mundo y una democracia estable de alto funcionamiento, la fe de
las personas en su liderazgo político tambaleó. Por ende, el tecnólogo Robert Bjarnason creó la
Fundación Ciudadanos (Citizens Foundation), una organización cívica de tecnología sin fines de
lucro para ayudar a restaurar la confianza creando formas para que la ciudadanía tuviera una
manera formal y constante de participar en la política. Al operar Better Reykjavik, la fundación
crea un espacio para la “generación de ideas” y el “crowdsourcing de políticas” donde la
ciudadanía puede presentar y discutir ideas relacionadas con los servicios y operaciones de la
municipalidad de Reikiavik. La ciudadanía ha publicado ideas para la educación, el transporte, el
turismo y el bienestar, entre otros. Pueden calificar mutuamente sus ideas y debatir en la sección
de comentarios de la idea correspondiente. Un millón y medio de personas usa la plataforma,
que se ha copiado en 20 países. El caso de Islandia es un ejemplo práctico de innovación abierta
por parte de una ciudad para obtener soluciones accionables y producir un pensamiento nuevo,
innovador y más creativo.[16]
La aplicación de estos métodos innovadores está diseñada para ayudar a quienes practican el
emprendimiento público a acortar el camino de la idea a la implementación. Hablar con
“personas reales” además de expertos y expertas en la materia, usar datos para conformar el
entendimiento, y utilizar el crowdsourcing y la innovación abierta son todas formas de hacerse
más inteligente más rápido.
Sin embargo, para llevar adelante un proyecto de justicia abierta con agilidad, también es
importante descomponer proyectos grandes en pasos más pequeños y gestionables que se
puedan abordar de forma más fácil.
Como el Servicio Digital del gobierno de Estados Unidos enfatiza en su manual para diseñar
servicios gubernamentales,[17] es esencial usar prácticas “ágiles e iterativas” para reducir el riesgo
de fracasar. Una forma de hacerlo es definir pilotos o experimentos para probar ideas en lugar
de diseñar cronogramas de proyectos grandes y largos. Además, a menudo, la clave del éxito es
evaluar qué tan bien está funcionando el proyecto. También recomiendan crear y probar un
“producto viable mínimo” que “soluciona una necesidad fundamental del usuario lo antes
posible, en no más de tres meses desde el comienzo del proyecto, usando un periodo “beta” o
“de prueba” si se requiere”.

El emprendedor público o la emprendedora pública son personas dentro o fuera de una


organización pública con una actitud proactiva para entender un problema a través de la
observación o el análisis de datos, recibir mucha retroalimentación de usuarios y usuarias
potenciales y desarrollar una solución innovadora a un problema público dentro o fuera de su
comunidad.

Conclusión
En este módulo, esbozamos las tecnologías que intervienen en la justicia abierta y examinamos
la mentalidad y el conjunto de habilidades del emprendedor público y la emprendedora pública
que pueden desarrollar su potencial y el potencial de una amplia gama de colaboradores/as.
Como emprendedor público o emprendedora pública decidido/a a mejorar tu sistema de justicia,
puedes esperar que haya resistencia a hacer las cosas de forma diferente, y te encontrarás con
diversos argumentos. Para ayudarte, nuestro análisis de cómo se están aplicando las tecnologías
y los enfoques de justicia abierta comienza con la Justicia abierta para la eficiencia – un
argumento clave en la generación de apoyo para tu causa.

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