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1.

Filosofía y Psicología de
la Motivación

1.1 Introducción al tema

Hablar sobre el tema de la motivación resulta por demás complejo en


nuestra época y un tanto difícil, porque siempre se asocia el tema a una
conversación sobre la autoayuda o al éxito laboral y afectivo, y la
motivación es un tema tan serio que supera por demás este criterio o esa
mirada. Es decir estamos hablando aquí de un elemento social y psíquico
que hace parte integral de la vida ordinaria de las personas. Pero más aun,
es un elemento nuclear dentro del proceso de educación virtual, por lo
tanto, merece ser analizado con todo el detenimiento y la seriedad del
caso. Por eso, iniciamos las lecturas de este módulo analizando la
motivación como un elemento-motor dentro del comportamiento
humano. Iniciamos una experiencia educativa nueva, por lo tanto urge
comprender cómo opera la motivación en este trasegar pedagógico y
académico.

1.2 Definición de Motivación


Antes de ir a lo que significa una palabra es importante reconocer sus
orígenes, de dónde proviene, la etimología de la misma. La palabra
motivación proviene de la palabra latina motus, que a su vez tiene raíz de
la motor-motoris El primer término hace alusión a modo, determinada
manera de hacer algo, y el segundo hace alusión a movimiento. La
motivación es la fuerza psíquica que posibilita que un sujeto tenga la
posibilidad de decidir y de allí pasar a la acción. Digamos que si se
relaciona con el término motor es porque a su vez la palabra invoca la

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movilidad lo que hace que el sujeto se mueva. Obviamente no sólo en el
plano de lo físico sino en cuanto a lo mental, lo psíquico, lo emocional.

Todo movimiento implica cambio, desplazamiento, movilización. La


motivación pone en dinámica de transformación permanente a los sujetos,
es decir que los lleva de un lugar a otro, de una condición a otra diferente.
Entonces, la motivación es el motor que hace que el ser humano opte por
unas cosas y descarte otras. Toda empresa, entendida esta como
iniciativa, más allá de la denominación económica, es una decisión por la
consecución de unos objetivos o metas.

Las condiciones culturales y sociales de un sujeto hacen que las


motivaciones se muevan en un sentido o en otro, es decir, un horizonte de
comprensión, una cosmovisión, una manera particular de ver la vida y el
mundo dan como resultado que unas motivaciones se muevan para
conseguir unas metas particulares diferentes a otras sociedades y regiones
diferentes. La educación, y en específico la escuela, que no es otra cosa
más que el instrumento con el cual las sociedades reproducen sus valores y
sus tradiciones, van formando unas precondiciones para crear un tipo de
motivaciones y descartar otros.

La motivación no es otra cosa más que el motor de la existencia misma, los


motivos no son otra cosa más que las fuerzas para que la vida tenga un
sentido, una serie de razones que redundarán en acciones que se verán en
los comportamientos y en la forma como se aprende.

La motivación puede tener condicionamientos internos, es decir hace


parte de los procesos intrapsíquicos del sujeto, de las percepciones que
hace del mundo que le rodea. Pero también externos, es decir, lo que
ocurre fuera del aparato mental del sujeto, lo que está en el mundo
exterior, va determinando formas de pensar y posibles decisiones. Lo que
indica que la motivación no es meramente una energía personal, no es
sólo un asunto personal, o se define sólo por el deseo individual del sujeto
sino que es una realidad interdependiente. Por eso frases como “el éxito
está en ti” resultan siendo complejas y difíciles de asumir porque parte del
éxito y del triunfo en la vida está en uno, pero no todo depende de uno,
hay en el mundo situaciones sobre las cuales no tenemos determinaciones,
aunque que uno tenga decisión personal sobre el cambio de ciertas cosas
resulta siendo sumamente importante.

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1.3 Filosofía de la Motivación

Cuando hablamos de filosofía de la motivación estamos haciendo alusión


a la reflexión sobre cuáles son los fundamentos últimos que hacen que
pueda existir algo como la motivación. Ante todo vamos a considerar el
tema de la motivación como una fuerza que opera en el ser humano. Es
necesario pensar que el ser humano es posibilidad, es decir, capacidad
para la acción. Esta acción va acompañada de la conciencia, como
percepción de un mundo de relaciones que está fuera del sujeto, es más,
el sujeto hace parte de esas relaciones y sólo puede hacer contacto con
el mundo a través de dichas relaciones.

La conciencia del ser humano de un mundo allí es ya un estímulo para la


acción, no se queda estupefacto, por el contrario actúa porque esa es la
única manera de estar en el mundo, no es posible aislarse de lo que pasa
en la realidad-material. Entonces el mundo como realidad es un Estímulo,
una fuente innumerable de estímulos que a su vez producen en la
conciencia del sujeto, en su mente, estos estímulos se convierten en ideas,
valores, concepciones, reflexiones que a su vez se pueden convertir en
motivos, entendidos estos como una fuerza rectora que establece
lineamientos sobre los tipos de acción que se deben llevar a cabo. Dicho
de otra manera el motivo se convierte en acción o conducta. A modo
conclusivo los actos siempre están mediados por motivos.

Es cierto que muchos de los actos de los seres humanos pueden resultar
irracionales, es decir fruto de los instintos, de los impulsos más básicos, de
prejuicios, de momentos en los que no se hace un ejercicio reflexivo. Pero
aquí hablamos de la acción que es fruto del pensamiento, de la razón, del
análisis o al menos de un básico ejercicio de comprensión, por lo tanto una
motivación a conciencia es siempre fruto de una razón.

En lo que se refiere a la educación y al aprendizaje el conocimiento, o el


fruto del conocimiento, es el resultado de unas motivaciones. El filósofo
Jurgen Habermas tiene una frase que resume la relación entre el saber y
las motivaciones: “El conocimiento está mediado por el interés”1 el interés
cognitivo, el interés del aprendizaje por un saber específico produce un
conocimiento particular. De hecho las teorías pedagógicas
constructivistas abogan que hay que estimular el saber de los estudiantes
de acuerdo a sus gustos, es claro que los gustos hay que orientarlos y

1
 http://www.umbvirtual.edu.co/bibliovirtual/pedagogia/031_conocimi_interes.pdf  

3
guiarlos, pero si hay un soporte en el interés, será más fácil la consecución
de conocimientos. Esto porque el estudiante, el aprendiz ya sabe, pero
dicho saber hay que potenciarlo, como ya lo anuncia Julián de Zubiría: “En
el aprendizaje significativo las ideas se relacionan sustancialmente con lo
que el alumno ya sabe. Los nuevos conocimientos de manera estrecha y
estable con los anteriores”2 Si el estudiante tiene conocimientos previos es
posible partir desde allí para construir saber pues allí están también
sembradas algunas motivaciones.

No en vano hemos titulado este apartado como Filosofía de la motivación


porque un acto filosófico es un acto de amor. La Filosofía, en su
connotación etimológica, es amor por la sabiduría, amistad con la
sabiduría. Por lo tanto el acercamiento filosófico es que motivados por el
amor al conocimiento (aunque este término no sea totalmente
equivalente a la sabiduría) queremos saber por qué deseamos conocer.
Pero eso es lo típicamente humano: el aprendizaje, el saber para poder,
poder no como soberanía sino como posibilidad. Es propio del hombre
tener motus (motor) moverse ir de un punto a otro. Cuando existe dicho
movimiento están dados todos los rasgos de humanidad.

Sin duda alguna el contexto vital que vive una persona será determinante
dentro de las motivaciones, aunque vamos a desarrollar ese elemento en
el siguiente apartado, vale la pena decir que las relaciones son siempre un
aprendizaje y estas en la medida en que sean novedosas podrán otorgar
la posibilidad de crear nuevas motivaciones. Es decir el ser humano es
capacidad de futuro, lo que quiere decir que las motivaciones no son
definitivas, sino que se están construyendo de manera permanente.

A modo conclusivo, para aterrizar la motivación en el plano educativo.


Toda motivación es siempre una posibilidad a desarrollar. La motivación es
fundamental a la hora de aprender y de aprehender. No se puede tener
un amplio desarrollo educativo si no hay gusto y motivación por el terreno
en el cual se está aprendiendo. Es indispensable amar eso que estamos
aprendiendo, sacarle gusto y sacarle provecho. Es claro que se puede
presentar dificultades en algunos temas, pero es claro que el conocimiento
debe ser asumido como transformación del propio ser. Si sólo se siguen
criterios comunes, pero no se asumen decisiones como actos personales el
conocimiento ser.

2
 SUBIRÍA,  Julián.  Bogotá:  Magisterio:  Bogotá    Los  modelos  pedagógicos.  P  164  

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1.4 Psicología de la Motivación

Hablar de la psicología de la motivación nos lleva a pensar en la


motivación como elemento que funciona en el aparato psíquico de los
seres humanos. Habría varios enfoques desde las mismas ciencias
psicológicas. Pero no vamos abarcarlas, es más procedente hablar de la
generalidad de la motivación en la psiquis de tal modo que podamos
asociarla de manera inmediata a la educación autónoma, propia del
proceso virtual de aprendizaje.

Los primeros psicólogos, los que se enmarcan dentro del discurso de la


psicología experimental, asociaron la motivación a la voluntad, entre ellos
William James, famoso psicólogo y filósofo norteamericano del siglo XIX,
quien asoció el término “instinto” a la motivación como fuerza biológica
que subyace en cualquier acto racional, esto para darle soporte a “las
teoría biológicas de la motivación, asumiendo que los instintos eran
tendencias intrínsecas del individuo no generadas por el aprendizaje”3
Habría que decir que hay una base fisiológica en la motivación,
necesidades de orden biológico en, primera instancia, mueven al ser
humano a suplir sus carencias. Allí ya habría un primer elemento que
dentro de la constitución humana “obliga” al hombre-mujer a superarse a
sí mismo. Por eso resulta razonable el vínculo íntimo, o mejor la
identificación, de voluntad, en cuanto que viene a ser la posibilidad y/o
facultad de decidir, pero sobre todo de poner en ejecución tales
decisiones.

Con el paso del tiempo aparecen teorías que apuntan más a lo relacional
dentro del asunto de la motivación. El sujeto reconoce que sólo puede
sobrevivir en relación con sus semejantes, la vida social no es adjetiva,
necesita entrar en contacto con sus semejantes, allí aparecen nuevos
motivos, formas que van más allá de lo meramente vital. Las
preocupaciones de tipo existencial son elementos ineludibles y estas sólo se
resuelven en la articulación social. Es decir los estímulos que desarrollarían
las motivaciones no provendrían únicamente de lo biológico sino de los
raciocinios y de las interactuaciones sociales.

Lo que nos lleva a deducir que serían de dos órdenes los tipos de
motivaciones y que moverían el comportamiento humano. Motivaciones
de orden biológico: en las que prima la satisfacción de las necesidades

3
 HERNÁNDEZ  GONZÁLEZ,  Marisela.  Motivación  animal  y  humana.  México:  Manual  Moderno.  2002.  p  10  

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biológicas, podemos pensar en el hambre, la calma del dolor, el sueño etc.
Sin embargo a pesar de que su origen es biológico la forma como se
expresan estas necesidades y también como se satisfacen pasa por la
condición cultural y social específica. Por ejemplo necesidades sexuales,
que todos tenemos, se satisfarán, de acuerdo a una serie de reglas y
normas que la cultura propone. Motivaciones de orden social: estas son
necesidades que se han adquirido a través del aprendizaje de la sociedad
en la que se está inmerso. La cultura estimula a desarrollar ciertos valores y
logros específicos, los sujetos los acogen, o quizá en algunos casos los
desprecian, pero en relación con lo establecido por la sociedad
específica. Estos motivos sociales por ser aprendidos se reconfiguran, se
modifican, incluso pueden ser manipulados. Es decir la creación de nuevas
necesidades, como ocurre con la sociedad de consumo, puede promover
nuevos valores y nuevos deseos.

Los seres humanos se movilizan por las motivaciones que tienen en su


horizonte concordancia con eso consideran sus propias razones, sus
particulares deseos, se presupone unos mínimos de libertad y ausencia de
coerción.

1.5 A modo conclusivo o la teoría de la


motivación.

Lo anterior para llegar a decir que la motivación es el motor de la vida


misma, los objetivos o metas últimas a las que aspiramos llegar son
construcciones de nuestras motivaciones. La motivación misma como
somos seres interdependientes nuestra motivación puede ser una
elaboración personal o fruto de influencias externas. Este motor mueve la
existencia, las actuaciones y sobre todo el aprendizaje: aprendemos
aquello que nos suscita interés. Por eso mismo las motivaciones determinan
los objetivos a largo o a corto plazo, y no sólo las metas sino los métodos de
cómo conseguiremos nuestros objetivos. A su vez determinará las
competencias o habilidades, pero de manera especial nuestras
emociones, los afectos y el despliegue de los mismos.

La motivación siempre tendrá incidencias directas en las acciones


humanas, pero es preciso hacer una especificación de cuáles de estos
elementos tiene una relación directa, elementos de los que ya habíamos

6
hecho mención pero que es importante identificar dado que están
presentes en los hechos diarios de la vida misma:

Necesidad: entendida como carencia que es menester ser suplida pues es


importante para la vida. La voluntad, soportada en los instintos de
conservación y supervivencia, intenta la mayor de las veces responder a
que las necesidades sean colmadas.

Interés: Este término tiene muchas acepciones, desde el plano económico


hasta el moral. Pero aquí lo entendemos como cualidad o validez que
posee una situación o una persona, en un contexto determinado. La
valoración que hagamos de una realidad será redundante en el interés
que signifique para nosotros

Disposición: es postura, la posición o que se tiene frente al suceso de ciertos


eventos. Digamos que es la forma como afrontamos el mundo, la manera
previa en la cual nos encontramos para desafiar los retos.

Pretensiones: son los deseos, los niveles a los que aspiramos llegar a través
del ejercicio cotidiano de nuestros hechos. Podemos asociar el término a
aquellas situaciones o aspiraciones en las que queremos estar porque las
consideramos ideales o mejores que en las que estamos

Significatividad: Es el grado de valía que tiene una situación, una persona o


una cosa. Aquello que es significativo es valioso porque tiene capacidad y
utilidad para la resolución de dificultades o para la satisfacción de las
necesidades.

Juan Carlos López H

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