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NEOCONSTITUCIONALISMO: CONSTITUCIONES NORMATIVAS

GARANTIZADAS

LAURA JARAMILLO CARDENAS

Julio 2019.

UNIVERSIDAD AUTONOMA LATINOAMERICANA

FACULTAD DE DERECHO

DERECHO CONSTITUCIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL


Tabla de contenido

Pág.

1. Introducción: modelos constitucionales tradicionales……………………........................ 3


1.1. Primera tradición constitucional………………………………………………….. 3
1.2. Segunda tradición constitucional…………………………………………………. 3
2. Neoconstitucionalismo: constituciones normativas garantizadas……….……………….. 4
2.1. Características del modelo neoconstitucionalista………………………………….4
2.1.1. Pretender la omnipresencia……………………………………………………5
2.1.2. Más principios que reglas, por lo tanto, más ponderación que subsunción …..5
2.1.2.1. La interpretación constitucional……………………………….………5
2.1.2.1.1. Criterio de especialidad………………………………………. 5
2.1.2.1.2. La ponderación………………………………………………...6
2.1.3. El garantismo…………………………………………………………………. 6
2.2. El judicialismo …………………………………………………………………….6
3. Conclusión…………………………………………………………………………….......7
4. Bibliografía ……………………………………………………………………………….7
1. Introducción: modelos constitucionales tradicionales

Por medio del presente ensayo, se pretende brindar al lector la solución al problema que ha
venido padeciendo los modelos constitucionales tradicionales: el estadounidense y el europeo.

1.1. Primera tradición constitucional

El modelo tradicional estadounidense, se ha caracterizado a lo largo de su historia por


concebir la constitución como:

Regla de juego de la competencia social y política, como pacto de mínimos que permite
asegurar la autonomía de los individuos como sujetos privados y como agentes políticos a
fin de que sean ellos, en un marco democrático y relativamente igualitario, quienes
desarrollen libremente su plan de vida personal y adopten en lo fundamental las
decisiones colectivas pertinentes en cada momento histórico.

En este modelo, la constitución es concedida como norma de normas, es decir, está revestida
de superioridad sobre los demás preceptos integrantes del ordenamiento jurídico. Asimismo, una
de sus características más importantes, por no decir la más importante, es que el cumplimiento y
ejecución de los preceptos constitucionales se le ha delegado a los entes judiciales, logrando
estos de manera exitosa brindar la protección efectiva a los derechos de la población. Pese a lo
anterior, dicho modelo no goza de un contenido normativo robusto, en el cual se pretenda
desarrollar al máximo una carta amplia de derechos y deberes, sino bien, es un sistema con un
contenido normativo modesto.

1.2. Segunda tradición constitucional

Por otro lado, se tiene el modelo tradicional europeo, nacido a raíz de la Revolución Francesa,
como herramienta que pretendía una importante transformación social y política en la época.
Este sistema constitucional:

No se limita a fijar las reglas del juego, sino que pretende participar directamente en el
mismo, condicionando con mayor o menor detalle las futuras decisiones colectivas a
propósito del modelo económico, de la acción del Estado en la esfera de la educación,
sanidad, relaciones laborales, etc.
Este modelo, se ha caracterizado por poseer un amplio y robusto sistema normativo que
además de regular la organización del poder y las fuentes del derecho, genera de modo directo
derechos y obligaciones, los cuales se pueden hacer directamente exigibles a través de la misma
constitución; sin embargo, uno de los problemas de este sistema, es la carencia de fórmulas de
garantía frente a las autoridades constituidas, es decir, que aunque existían derechos, no existían
mecanismos que permitieran reclamarlos.

2. Neoconstitucionalismo: constituciones normativas garantizadas

El neoconstitucionalismo, aparece a raíz de la conjugación de los aspectos que han tenido


éxito de los modelos tradicionales constitucionales estadounidense y europeo, con la finalidad de
resolver las falencias que estos presentaban, “Constituciones garantizadas sin contenido
normativo y constituciones con un contenido más o menos denso, pero no garantizadas”. Es por
ello, que de este modo, se lograron crear constituciones normativas garantizadas.

2.1. Características del modelo neoconstitucionalista

El modelo neoconstitucionalista en los Estados de derecho, según el profesor argentino


Andrés Gil Domínguez, se ha distinguido por ser un sistema estructural y presenta las siguientes
características:

a) Carácter normativo o fuerza vinculante de la Constitución, b) supremacía de la


Constitución dentro del sistema de fuentes, c) eficacia o aplicación directa, d) garantía
judicial, e) presencia de un denso contenido normativo que tiene como destinatarios a los
ciudadanos en sus relaciones con el poder y con los particulares, que está formado por
principios, derechos y directrices más o menos precisos pero que están llamados a ser
aplicados en los casos concretos, f) la rigidez constitucional.

Además, expresa que, en el entendido de que la constitución es estructural, “su existencia se


encuadra en la categoría de la validez, por cuanto una Constitución normativa y garantizada
establecerá la validez de las normas inferiores (leyes, actos, etc.)”.

Entre las características del neoconstitucionalismo, se destacan las siguientes:


2.1.1. Pretender la omnipresencia.

Son cartas magnas integradas por un robusto contenido normativo compuesto por “valores,
principios, derechos fundamentales, directrices a los poderes públicos, etc.”.

Las constituciones pretenden regular de manera directa todas las áreas jurídicas y todos los
conflictos relevantes que se puedan desencadenar. Es así, como se le resta autonomía al ente
legislativo y se le limita en su labor como creador de las normas jurídicas.

2.1.2. Más principios que reglas, por lo tanto, más ponderación que subsunción.

Uno de los problemas que ha venido desencadenando el presente modelo constitucional, ha


sido la estipulación de tantos derechos a tal punto que los unos pueden contradecir a los otros;
esto se debe a que el neoconstitucionalismo ha incorporado postulados distintos que tienden a
contradecirse unos con otros. Un ejemplo de ello, es el derecho a la propiedad privada de un
individuo, que puede verse atropellado por el derecho de las mayorías a la primacía del interés
general sobre el particular.

Como conclusión a esta problemática de incompatibilidad de las normas constitucionales,


doctrinantes han expresado “Pudiera pensarse que estas constituciones del
neoconstitucionalismo son un desprovisto, un monumento a la antinomia: un conjunto de
normas contradictorias entre sí que se superponen de modo permanente dando lugar a
soluciones dispares” (subrayado añadido).

2.1.2.1. La interpretación constitucional.

Para dar solución al problema de incompatibilidad de la normatividad constitucional, existen


unos criterios de interpretación que deben aplicarse de acuerdo al tipo de norma, ya sea que se
esté hablando de reglas o de principios.

2.1.2.1.1. Criterio de especialidad.

En el evento en que para un caso concreto, hubiese contradicción entre dos reglas, una de
ellas perdería su validez, es decir, que una opera como excepción de la otra; este criterio de
interpretación es el de “especialidad”, el cual, se aplica a reglas de igual rango y cronología.
2.1.2.1.2. La ponderación.

Por otro lo lado, está el criterio de la “ponderación”, el cual consiste en que, en el evento en
que para un caso concreto, hubiese contradicción entre dos principios, ninguno de los dos
perdería validez, sino que se otorga preferencia a aquella solución que reporte la lesión más
liviana de una de las normas en el conflicto; por lo anterior, uno de los principios en conflicto no
perdería validez, sino eficacia.

Ahora bien, es importante tener en cuenta que cuando se habla de normas constitucionales,
éstas no se deben apreciar como reglas, sino como principios, y por tal razón, el criterio
interpretativo correcto a aplicar sería la “ponderación” y no el de la “especialidad” de Bobbio,
el cual, es utilizado para las antinomias insolubles.

2.1.3 El garantismo.

Otra de las características, o elementos esenciales, y sine qua non del neoconstitucionalismo,
es el garantismo constitucional, el cual consiste en un conjunto de instrumentos o mecanismos
jurídicos o políticos que tienen los sujetos de derecho para hacer efectivizar el derecho
estructural.

En tal sentido, estos instrumentos, “tienen por objeto tornar vigente al modelo de Estado
constitucional de derecho” toda vez que, si la constitución no es posible materializarse, carece de
vigencia; “la inobservancia de las correspondientes garantías equivale a la inobservancia del
modelo constitucional establecido… y a la generación de lagunas”.

2.2. El judicialismo

El neoconstitucionalismo abrió las puertas al judicialismo, toda vez que, son los jueces los
encargados de materializar, aplicar, y efectivizar los principios, valores, derechos fundamentales,
directrices a los poderes públicos, etc., plasmados en la carta magna.

Y al estar ante un sistema que contempla premisas incompatibles, la ponderación de estas


normas, que se desarrolla por medio de la argumentación, justificación e interpretación, se
convierte en una de las herramientas más importantes que tiene el órgano jurisdiccional para
impartir justicia.

Es así, como el maestro mexicano Mauricio Iván del Toro Huerta manifiesta:
Concebir la normativa constitucional como un sistema abierto a los diferentes principios
que dotan de sentido al ordenamiento y refuerzan el contenido material de la
Constitución, se refuerza al papel de la argumentación en los procesos de aplicación e
interpretación del derecho.

En igual sentido, profesor Luis Prieto Sanchís expresa:

Si en algo cambia el panorama jurídico tras una Constitución de principios garantizada a


través de mecanismos jurisdiccionales, es precisamente en el papel que de asumir la
argumentación o el razonamiento jurídico… si argumentar equivale en último término a
justificar, el nuevo constitucionalismo encarna una exigencia de justificación, o mejor
dicho, de mayor justificación: ya no es suficiente con apelar a la autoridad del órgano y al
procedimiento (subrayado añadido).

El papel de los jueces en el Estado constitucional de derecho, es el más importante en cuanto


a la efectividad de los derechos, puesto que a ellos corresponde, en última instancia, ser los
intérpretes de la constitución, y como Peter Haberle habla, en su labor, deben ser abiertos y
concebir la constitución “no como normatividad estática en el tiempo sino como un proceso
público abierto y evolutivo. La Constitución viva <<vive>> de la interpretación y a través de
los preceptos interpretativos”.

3. Conclusión

Para finalizar, y como conclusión, es importante traer a colación lo expresado por el profesor
Gil Domínguez: “la jurisdicción constitucional ha dejado de ser la simple sujeción del juez a la
ley, sino también análisis crítico de su significado como medio de control de la legitimidad
constitucional”.

4. Bibliografía

Olano, H. Interpretación y Neoconstitucionalismo. México: Editorial Porrúa.

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