Presentado por:

Llinas Torres Maria Claudia

Ellos también tienen derechos
Pensemos en un mundo perfecto, en donde no exista la maldad, en
donde los arboles no sean destruidos, en donde los animales no sean
maltratados y sobre todo en donde los humanos sean justos. Ahora
bien volvamos a la realidad donde eso es totalmente lo contrario, los
bosques son quemados para el beneficio de algunos, los animales son
maltratados, cazados y asesinados ya sea para experimentos u otras
cosas y sin duda estos daños son causados por el hombre.
Se sabe que anteriormente las circunstancias en las que vivían las
sociedades primitivas los llevaban a realizar dichas cazas de forma
eficiente para la utilización de los recursos como las pieles, la carne,
grasa, huesos, etc. Actualmente esto ha ido más allá de no solo una
manera de supervivencia, sino también de moda, lo cual ha generado
que los seres humanos usen las pieles de animales como una de las
materias primas más importantes para la fabricación de sus prendas
de vestir. Este medio ha ocasionado al alejamiento de la explotación
artesanal que se daba antiguamente, induciendo una forma de
aprovechamiento a gran escala centrada exclusivamente en obtener
membranas de animales, la cual es una explotación que implica que
se utilicen métodos extremadamente crueles de maltrato.
Según TheFurInformation Council of America en el año 2013, las
razones para el inicio de este negocio son varias, pero una de ellas, y
tal vez la más efectiva, es la estrategia de las asociaciones de
productores peleteros de presentarse como una industria respetuosa
de los derechos de los animales y promovedora del “uso sustentable
de recursos renovables” lo que nos da a entender que toda esta política
de respeto a los derechos de los animales y al medio ambiente en
general, que hipotéticamente dirige las actividades de la industria
peletera podría tratarse solo de una fachada, un intento de mejorar su
imagen para que sus ganancias no se vean afectadas por la mala
impresión que el público en general podría tener de sus actividades,
esto lo utilizan porque existen muchísimas referencias recopiladas por
asociaciones u otros organismos dedicados a la defensa de los
derechos de los animales que así lo demuestran.
Por otra parte se muestra una cara poco agradable de la industria de la
moda como se evidencia en la fabricación del cuero, pues aunque el
maltrato a los animales está presente, es menos frecuente ya que la
piel de las reses, que es la materia prima del cuero, es un subproducto
de la producción de carne. La parte más criticable de ésta industria se
presenta por las condiciones en las que trabajan los operarios que
sustentan la producción de éste elemento y los perjuicios causados al
medio ambiente por la utilización de químicos y sustancias dañinas.
De acuerdo con los estudios de Ecosofía.org, en el año 2013 existen
fábricas ocultas que se dedican a la producción de cuero. El hecho de
que estas fábricas funcionen de forma irregular y de manera
clandestina, hace que se utilicen métodos de maltrato para ocultar a
las autoridades su existencia, por ejemplo los animales, son
amarrados y obligados a caminar largas distancias hasta llegar al
matadero, en el camino muchos mueren de agotamiento, en el caso de
ser transportados en camiones se los amontona uno sobre otro
provocándoles fracturas óseas, el estrés y el miedo los acompaña
durante el viaje y son sacrificados con métodos crueles como cortarles
la garganta.
Todas esas entidades solo tienen un propósito y es poder obtener
ganancias, pero no se dan cuenta del gran impacto que hacen a la
biodiversidad por matar animales anualmente ocasionando así la
extinción de especies, la manipulación genética, derroche de recursos,
producción de residuos, entre otros.
Sabemos que ante estos sitios es muy difícil intervenir ya que en
muchos países, quizás la mayoría esta actividad aunque se dé legal o
ilegalmente nadie se ha preocupado por esa situación y cada día va
aumentando y tomando empoderamiento en el mundo del comercio.
Por eso la finalidad de este artículo es defender el no uso de las pieles
de los animales, los cuales son maltratados y asesinados de manera
cruel para la elaboración de artículos.