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COMUNICAR 11, 1998

Temas
COMUNICAR 11, 1998; pp. 101-105

Los sonidos del cine


Herminia Arredondo y Francisco J. García
Huelva

Las relaciones entre el sonido y la imagen visual en el cine no pueden interpretarse


como una simple adición. La dimensión sonora (palabra, música, sonidos, ruidos, silen-
cios), con su significación propia, puede llegar a constituirse en imagen de pleno derecho
haciendo al cine «audiovisual». En este trabajo se propone que el análisis cinematográ-
fico tenga en cuenta esta dimensión sonora para la elaboración de propuestas didácticas
integrales.

«Hasta hoy, las teorías sobre el cine, en en el cine y otros medios, apenas han tenido la
conjunto, han eludido prácticamente la cues- más leve repercusión en nuestro entorno edu-
tión del sonido: unas veces dejándola de lado cativo.
y otras tratándola como un terreno exclusivo y
menor. Aunque algunos investigadores hayan 1. Audio + visual = audiovisual
propuesto enfoques muy valiosos sobre la cues- El cine, la televisión y demás medios au-
tión, sus aportaciones no han ejercido aún la diovisuales no se dirigen sólo a un único
suficiente influencia como para imponer una sentido, la vista, sino que suscitan una actitud
reconsideración del conjunto del cine en fun- perceptiva específica que Chion propone lla-
ción del lugar que en él ocupa el sonido desde mar la «audiovisión», hasta hoy ignorada como
hace más de sesenta años» (Chion, 1993: 11). tal, o reducida a un simple esquema aditivo.
Si en 1993 aparecía publicada en nuestro En la combinación audiovisual (ver las imáge-
país la obra de Michel Chion, La audiovisión, nes más oír los sonidos) una percepción influ-
de cuya introducción hemos tomado el párrafo ye en la otra y la transforma: no se ve lo mismo
anterior, hoy, en 1998, la situación parece ha- cuando se oye; no se oye lo mismo cuando se
ber cambiando notablemente a raíz de la in- ve (Chion, 1993: 11). Pero esta relación ade-
fluencia ejercida por este mismo autor. No más de ser compleja y no arbitraria, viene sien-
obstante, los efectos de estas investigaciones do variable desde la invención del sonoro, a
sobre las relaciones entre el sonido y la imagen finales de los años veinte, cuando al cine se le

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añadió la palabra, la música y los ruidos. zón y eje de estructura (Mitry, 1990: 101). Esto
En esos momentos iniciales se planteaba: puede suponer que se considere a la música,
«¿cómo hacer para que el sonido y la palabra los sonidos y los ruidos como información
no sean una simple redundancia de lo que se suplementaria, como comentario de las imá-
ve? Este problema no negaba genes. Y a su vez, originar un
que lo sonoro y lo parlante punto de vista simplista y ses-
fuesen un componente de la gado que nada tiene que ver
imagen visual; al contrario,
El cine, la televisión y con el cine y el lenguaje cine-
era por su condición de com- demás medios matográfico de hace ya bas-
ponente específico por lo que audiovisuales no se tantes años. Una postura que
el sonido no debía producir dirigen sólo a un desafortunadamente puede
redundancia con lo que se veía único sentido, la observarse en los programas
en lo visual» (Deleuze, 1987: docentes y en la mayoría de
310).
vista, sino que susci- los libros de texto utilizados
La música ya presente en tan una actitud en nuestras aulas de Primaria
el cine mudo, improvisada o perceptiva específica y Secundaria, en los que el
programada, «se hallaba so- que Chion propone estudio del sonido en el cine
metida a una cierta necesidad llamar la «audio- queda habitualmente reduci-
de ‘corresponder’ con la ima- do a la música como recurso al
gen visual, o de servir a fines
visión», hasta hoy servicio de la imagen, a la
descriptivos, ilustrativos, na- ignorada como tal, o banda sonora como un pro-
rrativos, actuando como una reducida a un simple ducto musical lanzado al mer-
forma de título intermedio. esquema aditivo. cado en formato CD, o al mu-
Cuando el cine se hace sonoro sical como único ejemplo ilus-
y parlante, la música queda en trativo de la música en el cine.
cierto modo emancipada, y Esta situación, que viene
puede cobrar vuelo» (Deleuze, 1987: 314). a identificar lo sonoro en el cine con la parti-
Pero el temor arrastrado desde entonces, de no tura musical y con una serie de efectos ambien-
hacer redundantes lo sonoro y lo visual no ha tales, nos parece absurda si pensamos en la
dejado de preocupar, pues la dimensión sonora música del siglo que nos deja. ¿Cómo es po-
no implica obligatoriamente que el cine se sible que se tenga esta idea de la música en el
vuelva «audiovisual». cine, de la relación entre la imagen sonora y la
Lo sonoro puede ser entendido únicamen- visual, cuando los conceptos de objeto sonoro,
te como un nuevo componente de lo visual; por paisaje sonoro, ruido y silencio como materia
eso se persigue la simultaneidad de las dos musical, medio ambiente sónico, música con-
imágenes: «además de la idea determinada creta y electrónica..., inundan nuestra manera
por la sucesión de dos imágenes (o montaje de hacer y concebir la música y son amplia-
‘vertical’, siguiendo el sentido del desarrollo mente conocidos desde finales de los sesenta a
de la película), se obtenía otra idea nacida de través de las publicaciones de Pierre Schaeffer
la relación inmediata de lo visual y lo verbal (1988) y de la obra pedagógica de Murray Scha-
(montaje ‘horizontal’), siendo simultáneas las fer (1985a, 1985b), entre otros?
dos significaciones» (Mitry, 1990: 100). «En el transcurso del siglo XX, todas las
A pesar de todo, se sigue subordinando lo definiciones convencionales de la música han
sonoro a la secuencia visual. Una concepción sido refutadas por las abundantes actividades
que no ha dejado de ser sentida aún hoy hace de los músicos mismos» (Schafer, 1985a: 13):
reposar la continuidad de la película esencial- la amplia utilización de los instrumentos de
mente sobre el desarrollo visual como arma- percusión en la música orquestal, introduc-

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ción de procedimientos aleatorios, la apertura una dependencia o una pertenencia de la ima-


de las composiciones y salas de concierto a los gen visual, pasa a ser una imagen sonora de
sonidos exteriores a las mismas, la música pleno derecho, cobra una autonomía cinema-
concreta utilizando la cinta magnetofónica, o tográfica, y el cine se hace verdaderamente
la música electrónica. Toda esta amplia oferta, audio-visual» (Deleuze, 1987: 320).
cualquier cosa que suene, el nuevo paisaje
sonoro de la vida contemporánea, el universo 2. Una propuesta «audiovisual» para el aula
sonoro... determinan la nueva orquesta y los Centrándonos principalmente en las fun-
nuevos músicos así como la tarea de los educa- ciones del sonido en la cadena audiovisual,
dores musicales (Schafer, 1985a). Si oímos y hacemos ahora una propuesta abierta de as-
hacemos música en nuestra cotidianidad y en pectos que podemos trabajar con los estudian-
nuestras aulas recurriendo no sólo a los instru- tes de Educación Secundaria.
mentos y sonidos supuestamente habituales,
sino que trabajamos con variados objetos so- 2.1. «Valor añadido»
noros, construyendo con sonidos, ruidos y Podemos observar cómo el valor añadido
silencio, nuestra postura ante la «música» en es recíproco: «el sonido hace ver la imagen de
el cine implicaría la asunción de estas mismas un modo diferente a lo que ésta muestra sin él,
propuestas que ampliamente rebasan aquella la imagen, por su parte, hace oír el sonido de
mirada sesgada. modo distinto a como éste resonaría en la oscu-
Mientras, el cine llamado clásico, conce- ridad» (Chion, 1993: 31). Este valor añadido
bido como arte fundamentalmente visual enri- puede tener distintos efectos en la percepción
quecido con el sonido, la palabra y la música, de la imagen, influyendo en la sensación de
ha cedido ante un movimiento y velocidad y, sobre todo, en el
cine moderno que tiempo percibido. Para esto presentaremos a
implica un nuevo los alumnos varios fragmentos de una película
uso de lo parlan- (que luego veremos completa) sólo mostrando
te, de lo sonoro y los sonidos, luego sólo viendo las imágenes, y
de lo musical, posteriormente imagen más sonido. Presentar
una dimensión imágenes sonoras por un lado, imágenes vi-
original de la suales por otro, y por fin imágenes audiovisuales
palabra oída: nos permitirá construir uno o varios discursos
«ya no es de un mismo fragmento cinematográfico.

2.2. Función unificadora del flujo de


imágenes por el sonido
Enlazar las imágenes puede rea-
lizarse, por ejemplo, mediante efec-
tos de encabalgamiento u «overlap-
ping» en el nivel del tiempo, hacien-
do oír ambientes globales (lo que de-
nominaríamos «paisaje sonoro») en
el nivel del espacio, o por la presencia
de una música orquestal que desborda
el marco espacio-temporal real (Chion,
© Masterclips

1993: 51-52). De la propuesta ante-


rior para realizar con los alumnos,
pasamos a este apartado, en el que ya

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nos centramos en un aspecto mucho más con- pel sugiriendo situaciones de este tipo, en las
creto de la unión imagen sonora/imagen vi- que un sonido, un ritmo sonoro, u otro recurso
sual, donde la primera se com- musical, crean estas expecta-
porta como soporte unificador tivas.
de la secuencia de imágenes
visuales. El estudio del sonido 2.5. Modos de expresar el si-
en el cine queda lencio
2.3. Función puntuadora del habitualmente redu- La ausencia de sonidos y
sonido ruidos no es el único recurso
cido a la música como
Esta tarea corresponde utilizado en el cine para ex-
principalmente al montador o recurso al servicio de presar el silencio. También
encargado del sonido, aunque la imagen, a la banda pueden aparecer ambientes en
su diseño a veces aparece in- sonora como un los que se hace sentir el silen-
cluso ya en el guión. Entre producto musical cio utilizando sonidos tenues,
otras posibilidades puntua- sonidos lejanos, ruidos que
lanzado al mercado
doras, que van más allá de la sugieren intimidad, discretas
mera sincronización de rui- en formato CD, o al reverberaciones, etc. (Chion,
dos con imágenes, podemos musical como único 1993: 61). Encontrar situa-
analizar la «puntuación sim- ejemplo ilustrativo de ciones de este tipo puede ayu-
bólica mediante la música», el la música en el cine. darnos a descubrir la función
«leitmotiv» (Chion, 1993: 53- del silencio, entendido no sólo
Esta situación, que
57). El «leitmotiv», recurso como ausencia de sonido/rui-
muy utilizado en la composi- viene a identificar lo do, en la música y en otros
ción musical (sobre todo en el sonoro en el cine con lenguajes como el cinemato-
drama wagneriano), consiste la partitura musical y gráfico.
en un tema o motivo musical con una serie de
que se asocia a un personaje, 2.6. Puntos de sincronización
efectos ambientales,
una idea, un pensamiento, un de imagen sonora y visual
acontecimiento, y que se utili- nos parece absurda si Buscaremos puntos de
za como referente de los mis- pensamos en la músi- sincronización entre fenóme-
mos evocándolos o recordán- ca del siglo que nos sonoros y visuales. Este es
dolos. Este procedimiento nos deja. el caso de imágenes visuales
musical, muy común en el cine, de golpes, disparos o impac-
podremos buscarlo y analizar- tos, reforzadas con sonidos en
lo con nuestros alumnos, así un encuentro puntual e instan-
como algunos otros recursos que a modo de táneo (Chion, 1993: 63).
decorado sonoro definen un espacio particular
con su presencia. 2.7. Localización de la fuente sonora
Este es un tema del que habitualmente
2.4. Función de anticipación vienen ocupándose distintas publicaciones en
Podemos encontrar ejemplos de situacio- las que se incluye el estudio del componente
nes en las que el «audioespectador», conscien- sonoro del cine: Gaudreault y Jost (1995),
te o inconscientemente, crea una expectativa Casetti y Di Chio (1996), Chion (1993) o Mi-
de resolución de lo que está viendo y oyendo, try (1990), entre otros.
aunque esta anticipación pueda ser confirma- Sonido diegético («onscreen» u «offscreen»,
da o negada posteriormente (Chion, 1993: 58- interior o exterior) y no diegético; sonidos, vo-
59). La música desempeña un importante pa- ces, ruidos y música de tipo over, in, off; auri-

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cularización; acusmática... constituyen todo Como complemento a esta propuesta «au-


un entramado de categorías tratadas en dichos diovisual» podríamos ocuparnos del discurso
estudios. Estos conceptos han surgido en torno musical en sí mismo recurriendo a dimensio-
a la visualización o acusmatización de la fuen- nes tratadas hasta ahora tangencialmente o
te sonora; es decir, sonidos que se oyen acom- únicamente en su relación con la imagen
pañados de la visión de la causa que los origina visual. Esto supondría ocuparnos de los ins-
en el primer caso, y sonidos percibidos sin la trumentos, voces y timbres empleados; la com-
visión de su fuente en el segundo. posición musical (sea específica para la pelícu-
La complejidad de las situaciones que la, o tomando piezas de otros contextos); la
podemos encontrar en los análisis fílmicos que edición discográfica de la denominada común-
realizaremos con nuestros alumnos nos impi- mente «banda sonora»; sistemas y técnicas de
de reducirlas a una triple visión over-in-off. grabación; reproducción del sonido en la sala;
Estas tres categorías, aunque útiles, deben ser etc.
enriquecidas con otras dimensiones que supe- Referencias
ren sus límites restrictivos (Chion, 1993: 78- CASETTI, F. y CHIO, F. (1996): Cómo analizar un film.
81): «sonido ambiente» (sonidos de un espacio Barcelona, Paidós.
particular y que envuelve una escena), «sonido CHION, M. (1993): La audiovisión. Introducción a un
análisis conjunto de la imagen y el sonido. Barcelona, Pai-
interno» (corresponde al interior biológico y
dós.
mental de un personaje), «sonido on the air» DELEUZE, G. (1987): La imagen-tiempo. Barcelona, Pai-
(sonido presente en la escena, producido por dós.
aparatos electrónicos: radio, teléfono, etc.). GAUDREAULT, A. y JOST, F. (1995): El relato cinema-
tográfico. Barcelona, Paidós.
Asimismo, la música puede aparecer a
MITRY, J. (1990): La semiología en tela de juicio (cine y
partir de una fuente sonora situada en el lugar lenguaje). Madrid, Akal.
y tiempo de la acción (música de foso o no die- SCHAEFFER, P. (1988): Tratado de los objetos musicales.
gética), o fuera de ésta (música de pantalla o Madrid, Alianza.
SCHAFER, R.M. (1985a): El nuevo paisaje sonoro . Buenos
diegética), pero de modo flexible, siendo posi-
Aires, Ricordi.
ble el paso fácil y frecuente de un tipo a otro, SCHAFER, R.M (1985b): Limpieza de oídos. Buenos Ai-
o la simultaneidad de ambos. res, Ricordi.

• Herminia Arredondo Pérez y Francisco José García Gallardo son profesores de Mú-
sica en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Huelva.

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