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Guerra Espiritual: ¿Tan sólo gritarle

órdenes a Satanás y sus demonios?


Publicado el 7 de Octubre de 2010 por Fernando Alexis Jiménez
(Ponencia del pastor Fernando Alexis Jiménez en el Foro “Guerra
Espiritual y Ministerio Cristiano” celebrado en Cali – Colombia, el 9
de Octubre de 2010)

Resulta irónico pero el mundo de las tinieblas toma más fuerza en la medida en
que los cristianos no libramos la batalla contra Satanás y sus huestes. Pero esa
guerra no la libramos en nuestras fuerzas ni con prácticas extrañas como gritar
duro “Fuera, fuera”, creyendo que por la intensidad de nuestra voz o los gestos
que hacemos, los demonios saldrán más rápido. Tampoco por el zapateo,
práctica que como recordará, consiste en taconear duro contra el suelo,
argumentando que así estamos pisando a Satanás. Ni lo uno ni lo otro tienen
fundamento bíblico.

Los demonios y cómo combatirlos: un tema del momento

Estamos llamados a tener victoria en la lucha contra el mundo de las tinieblas, en el


poder de Jesucristo...

Desde la década de los setentas, se han multiplicado, no solamente relatos


literarios sino producciones cinematográficas con el tema de los demonios y la
forma como se enfrentan, en abierta alusión a la Guerra Espiritual, de cara a la
liberación de los endemoniados, aunque por supuesto, con errores porque el
enfoque es más sensacionalista que real. Eso lleva a que se hayan tejido mitos y
se hayan construido muchas aplicaciones equivocadas, por ejemplo, en torno a
cómo se ministra liberación a un endemoniado. Cada quien hace—a su manera y
desde su perspectiva empírica—hace aportaciones al tema y tenemos hoy un
cúmulo de creencias diametralmente opuestas a la realidad.

Esta cadena de errores lleva a que muchas personas, sin fundamento bíblico,
digan que la oración, ministración de liberación a endemoniados, y la Guerra
Espiritual debe hacerse de tal o cual manera, sólo porque ellos lo dicen. ¿Las
consecuencias? Muchísimas personas se oponen abiertamente a este desempeño
ministerial y consideran que sólo lo ejercen quienes rayan en las fronteras del
fanatismo. Quienes actúan así, sin asidero Escritural, antes que contribuir a la
Guerra Espiritual, le han causado un enorme perjuicio a esta valiosa
herramienta del ministerio cristiano, y en el imaginario colectivo de quienes no
son cristianos evangélicos o carismáticos, está la imagen de que en nuestras
iglesias a punta de gritería y ritos extraños, pretendemos sacar a los demonios.

Este hecho nos retrotrae a la concepción medieval que se tenía del mundo de las
tinieblas y cómo combatirlo.

Recordemos, por ejemplo, que Santo Tomás, en el Siglo XIII, trataba de explicar
de dónde venían los demonios y cómo actuaban. Incluso, fue más allá, y en la
(Summa Teológica, Tomo I, Cuestión Décima, Artículo 5), decía por ejemplo que
el tiempo en el mundo de las tinieblas, era muy distinto al nuestro—algo que en
lo que estamos de acuerdo–, pero definió una medida especial de tiempo para los
demonios al que llamó Evo (del Latin aevum). Precisaba que si bien es cierto los
demonios tienen origen, su “tiempo” está marcado por cada acción mala que
realizan, en la que cuentan cuando iniciaron su accionar y cuando lo terminaron.
No en tiempo físico, sino en términos de impacto.

A veces los cristianos evangélicos de nuestro tiempo, corremos el peligro de caer


en esas mismas explicaciones extrañas. Es más—permítanme decir–, a veces se
acude a prácticas extrañas, y por tanto extra bíblicas, que se utilizan hoy para
echar fuera demonios y combatir el mundo de las tinieblas.

He escuchado cosas tan extrañas, como que al guerrear en oración contra los
demonios, no se debe estar postrado o de rodillas sino por el contrario, estar
marchando—como soldados–. Y otra, que me pareció más curiosa todavía: que
al combatir al mundo de las tinieblas, debemos tomar una “espada espiritual”—
la entendería más, como imaginaria–, para cortar a Satanás y “sacarle sangre”.

Esas excentricidades me recuerdan a los esfuerzos de la Iglesia Católica, en la


época medieval, por identificar a los demonios y sacarlos del cuerpo de una
persona.

Por ejemplo, en el año 1231, se llegó a desenterrar un cadáver, porque se


consideraba que el pobre hombre—que tenía problemas mentales, según
parece—había muerto endemoniado. Un relato que reposa en los anales
históricos de la Iglesia Católica, dice: “Desenterraron a ese Galván y lo llevaron
del cementerio de Villenueve (en Italia) donde lo habían enterrado. Luego, en
una gran procesión, arrastraron su cuerpo por la ciudad y lo quemaron en el
campo común de las afueras de la ciudad. Esto se hizo en alabanza de nuestro
señor Jesucristo y del bienaventurado Domingo y en honor de la iglesia
Romana y Católica, nuestra madre, en el año del Señor de 1231)”

En 5 de diciembre de 1489, durante el papado de Inocencio VIII, promulgó la


Encíclica “Summis desiderantes affectivus” que desencadenó una feroz
persecución a endemoniados y brujas, a quienes acusaba de aquelarres
orgiásticos con Satanás, canibalismo, volar en escoba, provocar aborto a las
mujeres y beber sangre de niños.
Se les juzgaba con rapidez, se dictaminaba que estas personas estaban poseídas
por Satanás, les pinchaban los ojos, arrastraban sus cuerpos atados a caballos
hasta despedazarlas, y en los casos en que eran benévolos con sus víctimas, las
azotaban para que “saliera el demonio”.

Uno de los más destacados exponentes de estas prácticas de “liberación” era el


sacerdote dominico, Fray Tomás de Torquemada, más conocido como el “gran
inquisidor”. En solo dos años del Tribunal de la Inquisición quemó a 52 herejes
y endemoniados, según su juicio y condenó a 220 fugitivos. Cuando esa forma
extraña de identificar a los endemoniados y para hacerlos libres, la Santa
Inquisición—que de santa no tenía nada– llegó a ordenar que se quemara a 50
personas por día. En sus once años de ejercicio como inquisidor, a Tomás
de Torquemada, produjo la muerte de 11.000 personas y la erradicación del
judaísmo en España.

Esos hechos horrorosos que la Iglesia Católica reconoció y por los cuales pidió
perdón, nos despiertan estupor, pero nosotros mismos debemos preguntarnos,
¿hasta qué punto en nuestras iglesias se puede estar incurriendo en ritos
extraños y prácticas excéntricas para liberar a los endemoniados?

Ese es uno de los propósitos de este Foro: auto evaluarnos, pero a la vez,
orientar nuestras acciones a un ministerio cristiano sano, bíblicos, que toma la
Intercesión y la Guerra Espiritual, como valiosas herramientas para ayudar en la
extensión del Reino de Dios, recuperando los terrenos que ha copado el mundo
de las tinieblas por el pecado del hombre.

El mundo de lo oculto en la era de la moderna tecnología

Como Intercesores y Guerreros Espirituales nos desenvolvemos en un mundo


con tecnología de punta, en el que ya no se utiliza solamente la tabla Ouija o una
bola de cristal para establecer puntos de contacto con el mundo ocultismo, sino
incluso la Transcomunicación Instrumental, que no es otra cosa que grabar
períodos de silencio—por un medio electrónico—y luego escuchar mensajes o
respuestas a preguntas formuladas con antelación a espíritus que son invocados.
Los practicantes de esta modalidad hacen llamamiento a familiares muertos o
personajes famosos. También se está utilizando un canal de televisión sin señal,
en el que aseguran, escuchan voces y hasta ven imágenes de las personas que se
invocan.

Esta práctica de la Transcomunicación Instrumental inició en 1920. Uno de los


pioneros fue el notable inventor Thomás Alba Edisón, quien en la Revista
América Científica, dejó sentada su creencia de la sobrevivencia del espíritu, que
de acuerdo a su concepción, continuaba latente en medio de nuestro mundo
material. Eso llevaba a que se pudieran grabar mensajes del más allá, de
espíritus que seguían moviéndose en nuestro medio. Este inventor escribió: “Si
nuestra personalidad sobrevive, es estrictamente lógico y científico pensar que
retiene la memoria y conocimientos que adquirimos en este mundo. Por lo
tanto, si la personalidad sigue existiendo después de lo que llamamos muerte,
resulta razonable deducir que quieran comunicarse con las personas que han
dejado aquí. Me inclino a creer que si pudiéramos inventar un instrumento
tan sensible como para ser afectado por nuestra personalidad, tal instrumento
tendría que registrar algo”.

Resulta interesante, por ejemplo, que 1909, un portugués radicado en Brasil,


Augusto Cambraia, llegó a patentar un aparato en el Archivo Nacional de Río de
Janeiro, con el título de “Telégrafo Vocativo” que tenía como función hablar con
“seres iluminados de fuera de la Tierra“. En 1911, en Holanda, dos físicos
publicaron el libro “Misterios de la muerte” en el cual describen un aparato
cuyos detalles técnicos fueron proporcionados mediumnicamente, por espíritus.
El objetivo era la transmisión por Clave Morse.

Ahora, no solamente son los libros que circulan por doquiera con temas
ocultistas los que están haciendo difusión masiva del mundo del ocultismo, sino
la Internet, dond el 40% de las publicaciones a través de Foros, Websites y
cuartos de Chats, entre otros, están íntimamente ligados a contenidos que
favorecen o exaltan el mundo de las tinieblas.

¿A qué nos enfrentamos?

Como cristianos, es importante tener en cuenta que nos enfrentamos—en


Intercesión y Guerra Espiritual—a tres niveles específicos que describo a
continuación:

TRES NIVELES ESENCIALES DE GUERRA ESPIRITUAL


NIVEL DESCRIPCION
1. Confrontación
Cuando enfrentamos los demonios en las
directa con los
personas (Cf. Lucas 10:1-12; 17-20
demonios
Enfrentamos una estructura bien organizada de
2. Confrontación en hombres y mujeres al servicio del mundo de las
la dimensión del tinieblas: chamanes, brujos, sacerdotes del
ocultismo vudú, santeros, hechiceros, canalizadores de la
Nueva Era, curanderos, magos y adivinos.
3. Confrontación en
Enfrentamos en el mundo de las tinieblas (Cf.
la dimensión
Apocalipsis 12.7; Efesios 6.12)
espiritual

Con el propósito de facilitar el proceso de análisis, les invito a comenzar por la


confrontación en la dimensión espiritual:

I. Confrontación en la dimensión espiritual

Hay un versículo clave que sabemos de memoria (Efesios 6:12). Nos enseña
claramente que el mundo de las tinieblas está jerarquizado. No estamos
luchando contra Satanás únicamente sino contra todo su ejército. Ahora, ¿por
qué libramos la batalla en la dimensión espiritual? Esencialmente para que los
territorios sobre los que el mundo de las tinieblas tiene dominio geográfico,
puedan ser impactados por el Evangelio transformador de Jesucristo. En
esencia, es la batalla entre dos reinos, el Reino de Dios y el reino de las tinieblas.
Nuestro interés no es sólo en sacar demonios por sacarlos, sino para asegurar
que al ser desplazados de un área territorial específica, se pueda recobrar esos
territorios que le corresponden al Reino de Dios. En este aspecto quiero resaltar
lo que escribe el autor y conferencista, Peter Wagner: “No creo que debiéramos
considerar la Guerra Espiritual como un fin en sí mismo. En un sentido válido,
Jesús vino para destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8), pero eso fue sólo
para buscar y salvar lo que se había perdido (Cf. Lucas 19:10)… Mi interés en
la Guerra Espiritual es directamente proporcional a su eficacia para mejorar
la evangelización.”(Wagner, C. Peter. Oración de Guerra. Editorial Betania.
EE.UU. 1993. Pg. 22, 23)

Hay abundante documentación bíblica sobre el dominio de espíritus


territoriales:

DOMINIO ESPIRITUAL DE MALDAD EN LOS TERRITORIOS


CITA BIBLICA TEMA
Desde el Antiguo Testamento Dios advirtió sobre la
Números 33:50- necesidad de deshacerse de ídolos, esculturas y lugares
53 altos que le daban “derecho legal” al mundo de las tinieblas
a ejercer dominio territorial.
Los pueblos paganos tenían conciencia sobre el dominio
territorial de los demonios y atribuían la fuerza
1 Reyes 20:21-28
sobrenatural y divina que ayudaba a los Israelitas en sus
batallas, a los espíritus territoriales.
Cuando un gobernante abría puertas al mundo de las
2 Crónicas
tinieblas, ataba sus gobernados y el territorio sobre el que
28:21-25
ejercían gobierno, al dominio de los demonios.
Se evidencia que el clamor de Daniel—como puede ocurrir
con nosotros—tuvo respuesta de Dios pero los espíritus
Daniel 10:12-21
territoriales impedían que se hiciera efectiva, como igual,
impiden las bendiciones.
La Biblia nos enseña que Satanás—producto del pecado del
Mateo 4:8, 9 hombre—domina hoy sobre los reinos del mundo, sobre los
que gobierna con poder económico y espiritual.
El Nuevo Testamento muestra que incluso entre los
Hechos 19:23-29 gentiles y paganos, se tenía conciencia del dominio que
ejercían los demonios sobre los territorios.
Hay evidencia bíblica de que, cuando como pueblo de Dios,
empezamos por erradicar ídolos, imágenes y lugares altos,
Jeremías 50:1-5 generamos confusión en el mundo de las tinieblas y
podemos recobrar territorios donde los demonios ejercían
dominio.
La Biblia revela que los demonios necesitan corporizarse o
ejercer dominio en territorios (algo o alguien) porque de lo
Mateo 12:43-45 contrario, andarán en lugares secos, y requieren cuerpos
humanos o animales, e incluso cosas (fetiches, objetos
ligados al ocultismo etc.) para operar.
La batalla constante es entre el Reino de Dios y el Reino de
Marcos 1:15
las Tinieblas.
Es necesario que al menos, el cristiano que hay en una
Josué 24:14, 15 familia, tome autoridad y declare su vida y hogar, para
Dios. Abrirle puertas al Reino de Dios.
La batalla contra el mundo de las tinieblas no la libramos
Zacarías 4.6
en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios.
Encuentro validez práctica, en la toma de territorios hoy en poder del mundo de
las tinieblas, mediante:
1. Oración de intercesión y guerra espiritual
2. Vigilias
3. Acciones estratégicas de las iglesias como caminatas de oración,
declarando los lugares como posesión del Reino de Dios.
4. Ungir con aceite territorios.
5. Períodos de ayuno
6. Cultos campales

En este proceso de toma de territorios juega papel importante la Cartografía


Espiritual, que define los lugares de mayor relevancia de pecado, prácticas
ocultistas e incluso, ayuda a identificar espíritus territoriales de cara a librar las
batalles que nos permitan ser más eficaces en la Guerra Espiritual.

Cabe aquí recordar lo que plantea al respecto el autor y conferencista


internacional, Peter Wagner quien señala: “En la actualidad cada vez más hay
gente interesada en descubrir el significado de todo esto—se refiere a la
Cartografía espiritual–, y particularmente la aplicación que pueda tener tanto
para la evangelización mundial como para el mejoramiento de la sociedad
humana. Creo que sería útil mirar un poco más de cerca el tema de la
territorialidad entonces—en los tiempos del Antiguo y Nuevo Testamentos-y
ahora, desde el punto de vista de los antropólogos y los expertos en misiones
contemporáneas.” (Wagner, C. Peter. Oración de Guerra. Editorial Betania.
EE.UU. 1993. Pg. 107)

II. Confrontación en la dimensión del ocultismo

La aparición de cadáveres con la caja torácica abierta, en la que se evidencia el


retiro del corazón y su colocación nuevamente, después de un rito ocultista—
acciones que protagoniza con mayor énfasis el grupo de Los Zetas, en México–,
puso sobre el tapete de nuevo el papel que juegan los brujos para favorecer
narcotraficantes, políticos e incluso, a quienes tienen ansias de poder y riqueza.

No sólo en la época de Juan Domingo Perón, presidente de Argentina, los


sacerdotes y médiums ocultistas lograron relevancia—como ocurrió al designar
como Ministro de su Gabinete al brujo José López Rega—sino también en
nuestro tiempo.

Uno de los casos más recientes de mandatarios involucrados en ritos


ceremoniales, es el de Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia. El 7 de
agosto de 2010, horas antes de posesionarse como debía—de acuerdo con la
Constitución Política de Colombia—ante el Congreso de la República, recibió un
bastón de mando de manos de las autoridades espirituales de los pueblos
indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte del país. La ceremonia
se cumplió en Seyzhua, sitio sagrado de algunas comunidades indígenas. El
ritual fue privado y estuvo a cargo de “mamos” (sacerdotes) de las etnias
arhuaca, kogui y wiwa, que comparten junto a la kankuama la cadena
montañosa con picos nevados de casi 6.000 metros sobre el nivel del mar, lo
que la hace única en el mundo.
En el poder de Jesucristo estamos llamados a tener victoria en la lucha contra el mundo
de las tinieblas...

El Presidente de Bolivia, Evo Morales, vistió traje típico –con gorro de cuatro puntas
(chucú), poncho y un bastón de mando–durante la

ceremonia ancestral que se realizó en Tiwanaku, el 21 de enero de 2010. Las


prendas permanecieron durante dos noches en el templete de Kalasasaya,
procurando que recibiera las fuerzas espirituales andinas. Los colores utilizados
estaban orientados a deidades indígenas. El ritual estuvo a cargo del Consejo de
Amautas.

Durante una reafirmación de su gobierno al frente del Ecuador ante deidades


indígenas, el Presidente Rafael Correa participó en una ceremonia –el 9 de
agosto de 2010—en la taitas y mamas le pidieron a la pachamama que
encendiera en ”nuestros pueblos las llamas del amor y hagan lo mejor por
nuestros pueblos”. Le acompañaron Evo Morales y la premio Nobel de la paz,
Rigoberta Menchú, quienes recibieron también las bendiciones del ritual de
limpieza realizado por los líderes indígenas.

Un caso patético de la crisis que produce el atar un país al mundo de las


tinieblas, lo ofrece el ex sacerdote católico de la comunidad saleasiana, Jean
Bertrand Aristide, quien ascendió al poder el l 7 de febrero de 2001–rompiendo
una larga cadena de gobiernos dictatoriales– y fue derrocado el 29 de Febrero
de 2004. Si tenía tanta aprobación entre las clases populares, ¿qué llevó a su
caída? El polémico mandatario emitió en el 2003 una resolución mediante la
cual dio vía libre para que el vudú fuera inscrito en el Ministerio de Cultos, como
práctica cultural aceptada. ¡Imagínese, le dio visto bueno y aprobación
gubernamental a la adoración a Satanás!
Como se recordará el Vudú se compone de ritos en que se invocan espíritus e
involucran sacrificios de animales, entonación de coros y adoración a santos
católicos que los adeptos nombran con deidades africanas.

En la medida que los cristianos tomemos fuerza, podemos confrontar de


manera eficaz al bien organizado mundo de las tinieblas, que tienen
representatividad en hombres y mujeres al servicio del mundo de las tinieblas:
chamanes, brujos, sacerdotes del vudú, santeros, hechiceros, canalizadores de la
Nueva Era, curanderos, magos y adivinos, entre otros.

III. Confrontación directa con los demonios

Entramos en el tercer nivel, el más relevante y en el que se ha enfocado


tradicionalmente la iglesia cristiana: la confrontación directa con los demonios.
Perítame citar aquí nuevamente a Peter Wagner cuando señala que “Una
persona endemoniada no es en sí alguien diabólico, sino más bien la víctima de
una poderosa fuerza demoníaca. Del mismo modo, las estructuras sociales no
constituyen en sí mismas, algo del diablo, pero pueden estar—y a menudo lo
están—controladas por algunas personalidades demoníacas sumamente
perniciosas y dominantes a las que yo llamo espíritus territoriales.” (Wagner,
C. Peter. Oración de Guerra. Editorial Betania. EE.UU. 1993. Pg. 116)

La confrontación entonces no es contra la persona en sí, sino contra el gobierno


que ejerce Satanás en esa persona, bien sea por la demonización—que es la
influencia de los demonios en una persona cuando le abre la puerta al
ocultismo–, o la posesión demoníaca, cuando tiene dominio absoluto del
ser.

El evangelista argentino, Carlos Annacondia, insiste en la necesidad de librar


esa confrontación, pero en la autoridad de Cristo. Él precisa que: “Dios le ofrece
a usted, como cristiano, una autoridad espiritual que debe poner en acción.
Desde la creación, Dios le otorgó al hombre toda la autoridad sobre la tierra, y
lo puso como corona de la creación… ese dominio se perdió cuando el hombre
cayó en pecado. Satanás le arrebató la autoridad y se hizo señor de la tierra.
El hombre perdió la escritura de autoridad. Satanás se la arrebató… puedo
garantizarles que tenemos la autoridad que proviene de Dios, y que a través de
la fe en Él podemos quitarle cualquier cosa al diablo.”(Annacondia, Carlos.
Oíme bien, Satanás. Editorial Betania. Estados Unidos. 1998. Pg. 58)

El apóstol Pablo en 2 Corintios 10:3, 4, plantea que nuestras armas son


espirituales, en clara alusión—entre otras—al arma de la oración. En íntima
dependencia de Dios, derribamos fortalezas de maldad establecidas por Satanás
y sus demonios en una persona. No concibo una iglesia con guerreros
espirituales que no pasen tiempo en oración.

Es esa intimidad con el Señor Jesús, la que nos permite identificar cuando hay
posesión demoníaca y no un trastorno mental en una persona.

El autor y conferencista Dean Sherman es específico al señalar que “Satanás es


real. Su naturaleza, sus intenciones, y su participación maligna en nuestros
asuntos son reales. Cuando entramos en su territorio, estamos haciendo
amistad con un ladrón, un destructor diabólico y un asesino monstruoso que no
tiene remordimiento. Su intención es destruir nuestra mente, nuestro cuerpo,
nuestro carácter, nuestra reputación y nuestras relaciones. Él anhela la
extirpación de todo lo que es recto y bueno.”(Sherman, Dean. Guerra Espiritual.
Editorial Vida, 1991. Pg. 37)

En ese orden de ideas, no podemos olvidar que hay tres grados de posesión o
influencia demoníaca que genera el mundo de las tinieblas sobre una persona:

1. Posesión de la mente

Satanás sabe que la mente es el principal centro de operaciones y que si logra


posesionarse de ella, dominará sobre el resto del cuerpo. En ella se nacen, se
anidan y fortalecen los pensamientos que traducimos en acciones.

2. Posesión del área emocional

Satanás se aprovecha de las heridas emocionales. Muchas personas—aun de las


que se congregan en nuestras iglesias—pudieran estar influenciadas por el mundo
de las tinieblas a través del daño o eventos traumáticos que sufrieron a lo largo
de las diferentes etapas de la vida.

3.- Posesión del cuerpo

Hay enfermedades que se producen como consecuencia del deterioro físico del
organismo, mediante contagio, pero también, como consecuencia de posesión
demoníaca.

Es ese nivel de confrontación directa contra los demonios, para el cual debemos
estar preparados.

Es aquí donde comparto con usted, siete fundamentos de un Guerrero


Espiritual.

Siete fundamentos de un Guerrero Espiritual

Con frecuencia me abordan y escriben personas con interrogantes alrededor de


los secretos que encierra la liberación de una persona endemoniada. Creo que
no hay secretos. Lo esencial es caminar de la mano del Señor Jesús. Recordemos
que así como Dios sabe el grado de intimidad que desarrollamos con Él, Satanás
y el mundo de las tinieblas también saben quién es quien… Y conoce si estamos
o no consagrados al Señor Jesús.

FUNDAMENTOS DEL GUERRERO ESPIRITUAL


PRINCIPIO APLICACION
1. Sometimiento a Dios Santiago 4.7. Sometimiento en la dimensión de Dios, está
asociado con autoridad espiritual.
2. Resistir al diablo, A Satanás hay que resistirle. Bien lo anotaba el apóstol
sin temor Santiago: hay que echarlo fuera, sin temor. Él huye,
porque sabe muy bien cuando se encuentra frente a un
hombre o una mujer de Dios.

2 Timoteo 2:3-5. Ser Intercesor y Guerrero Espiritual,


3. Consagración a la demanda dedicación a Dios a tiempo completo; en otras
obra palabras: consagración.

4. Una vida de oración Marcos 13.33; 1 Tesalonicenses 5.17. No somos eficaces en


la lucha contra el mundo de las tinieblas, si no hay
oración.
5. Conocer al enemigo 2 Corintios 2.11. Es necesario conocer cómo opera el
enemigo, para poder confrontarlo. Eso demanda, además,
estudio bíblico sistemático.
Marcos 16.15-18. No solo tenemos autoridad, la que nos
6. Ejercer autoridad dio el Señor Jesús, sino que debemos ejercerla.
en fe

7. Pasar tiempo en la Josué 1: 8, 9. A través de las Escrituras, además de sentar


Palabra bases para nuestro crecimiento personal y espiritual,
aprendemos a conocer la dimensión de las tinieblas contra
la que estamos batallando.

Permítanme resaltar aquí lo que plantea el evangelista internacional, Carlos


Annacondia quien escribe: “Ninguno de nosotros puede desarrollar un
ministerio eficaz si no rendimos toda nuestra vida a Él. Dios no solo busca
capacidad o sabiduría, sino consagración y entrega a Él. Lograr esto no es
fácil, requiere luchas y demanda de nosotros una total entrega y muchas otras
cosas que nos cuesta ceder… Si no hay una entrega total en nuestra vida, Él no
nos puede usar.”(Annacondia, Carlos. “Oíme bien, Satanás”. Editorial, EE.UU.
1997. Pg. 44, 45)

La guerra que se libra contra el mundo de las tinieblas no solo es enconada sino
que, además, demanda que estemos preparados para dar la batalla. Estos siente
fundamentos, algunos de los muchos que sin duda aprenderemos en nuestro
ministerio –caminando de la mano del Señor Jesús–, son esenciales para
obtener la victoria en cada batalla.

Mi sincero deseo es que se fortalezca cada día en Dios y desarrolle una íntima
dependencia de Él en oración. Recuérdelo siempre: la victoria está asegurada
por el poder y la autoridad que nos dio Jesucristo.

Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirme, por favor. Mi email es


pastorfernandoalexis@hotmail.com

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