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“A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que
ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado
del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”
INTRODUCCION:
En medio de una generación cada vez más y más materialista, que centra su vida en las vicisitudes
temporales que este mundo ofrece, en el día de hoy podremos ver cuan más grande anhelo del
cielo debe poseer la iglesia de Cristo (Cada creyente) en este siglo XXI sin que caiga en el mismo
deseo en el cual se haya esta generación caída. (Mateo 24:37-39; Lucas 21:34)
La biblia al hablar de esto, nos hace mención de los ángeles expresando que estos miran, como si
ellos abriesen una pequeña ventanilla en el cielo y se agachasen o inclinasen para ver con gran
expectación lo que ocurre en la tierra con respecto a la salvación de los hombres.
Hoy Podemos determinar con exactitud, que el gran anhelo del corazón de Dios es la salvación de
todos los hombres y que ninguno absolutamente se pierda. (2 Pedro 3:9; 1 Timoteo 2:4)
Vemos el gran interés expectante que tienen los ángeles porque la proclamación del
evangelio se lleve a cabo, no porque lo necesiten (ellos son perfectos, nunca han pecado,
no necesitan ser salvados), se interesan profundamente porque pueden observar el
interés que Dios tiene en él. (Lo que importa a Dios, también les importa a ellos de forma
inmediata).
Esto nos muestra que en el trono celestial hay una gran expectación, nuestro Dios y Padre
y los millares de millares de ángeles y están preparados para celebrar con gran gozo la
salvación de todos los hombres y darle la bienvenida a la membresía del reino de los
cielos. (Lucas 15:7, 10)
El gozo del corazón de Dios es el gozo de todos los ángeles, así mismo debe ser el
nuestro. Cuando el evangelio no es predicado el Espíritu Santo se aflige, de la misma
manera debería sucedernos.
Al igual que los profetas la iglesia debe entender que el evangelio no nos fue dado
para atesorarlo exclusivamente, sino que somos llamados a compartirlo (predicarlo -
anunciarlo) con todas las demás personas. Gracias a que otras personas
comprendieron esto es que se nos fue anunciado las buenas nuevas y hechos
miembros de la familia de Dios. (1 Pedro 2: 9-10) Leerlo
La proclamación del evangelio es exclusiva de la iglesia, a los ángeles no les fue dado
este privilegio de influir (participar) de la salvación de los hombres, lo único que les
fue permitido es observar la obra de salvación que Dios lleva realiza por medio de
cada creyente.
CONCLUCION
Es momento para nosotros como la iglesia de Cristo en este siglo XXI de levantarnos con gran
entusiasmo, expectativa e interés a anunciar el mensaje del evangelio a través del cual muchos
serán salvos, no fijando nuestros corazones en las cosas temporales, sino en aquellas que son de
profundo interés y anhelo de nuestro Dios. Hoy se oye el resonar prioritario y urgente de la voz de
nuestro Señor Jesucristo diciendo: “Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia (el
evangelio) a todos” (Marcos 16:15)
¡Nota!
Terminar este sermón, con la lectura de Romanos 10:14-15, con el fin de ministrar la iglesia,
orando por un despertar del corazón de cada creyente a la evangelización.