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, 1972)
Estudió Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Miembro del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la misma Universidad.
Actualmente es asesor del Consejero Ciudadano José
Woldenberg en el Instituto Federal Electoral.
M~xICO
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Director de la colección
MIGUEL CARBONELL y SÁNCHEZ
E
1 lector tiene en sus manos un libro importante. Los
autores del mismo, todos ellos jóvenes investigadores,
realizan en él sustanciales contribuciones para el en-
tendimiento de uno de los aspectos fundamentales de
• • • • •• nuestro sistema político: el presidencialismo. Del
presidencialismo se ha hablado y escrito en México
como en pocos países del mundo. Las razones de ello
tienen que ver, indudablemente, con el peso que tiene
esta institución y su encarnación en la figura del Pre-
sidente de la República, en la vida política nacional. Se ha dicho
del presidencialismo que es un obstáculo al cambio democrático,
pero también se ha señalado que es un factor de estabilidad y
gobernabilidad que permitió al país realizar sus procesos de mo-
dernización económica y social. Los autores de este libro son
conscientes de las oscilaciones del pensamiento teórico y político,
pero sin duda, apuestan más por la democracia que por la
gobernabilidad, sin que ello implique ninguna irresponsabilidad
en sus planteamientos, en tanto que son sabedores de que la de-
mocracia para plasmarse requiere de niveles de estabilidad y de
condiciones más que mínimas de gobernabilidad.
El libro analiza la institución presidencial desde distintas
vertientes: histórica, política, filosófica y estrictamente jurídica. La
visión histórica se preocupa por entender cómo la institución fue
copiada del modelo norteamericano, pero también cómo fue adqui-
riendo sus actuales características, las que tienen su origen en los
acontecimientos político-históricos del siglo pasado y del presente.
El abordamiento político explica las razones por las cuales los
distintos constituyentes han preferido un Ejecutivo fuerte sobre
uno débil o controlado por el Legislativo, y cómo ha sido posible que
el Presidente de la República controle los amplios espacios de la
vida política y social que actualmente domina. El análisis filosófico
y metodológico sitúa el problema del presidencialismoen el contexto
del paradigma mecanicista de las ciencias, y cómo tal paradigma al
hacer crisis en el reto de las ciencias, aun en las sociales, deriva en
VIII EL PRESIDENCIALISMO MEXICANO
I. INTRODUCCIÓN
1. La división de poderes
desde mediados del siglo XlV hasta la segunda mitad del siglo xv; la propia
Inglaterra se gestó, de acuerdo con lo señalado, merced a la "guerra de las
dos rosas", guerra intestina entre las casas de York y Lancaster que produjo
el ascenso al poder de la dinastía Tudor, acaecida en los 80 del siglo xv; Es-
paña, a su vez, debió su consolidación a los siete siglos de la guerra de recon-
quista, con la peculiaridad de que el matrimonio de los reyes católicos vino a
ser el instrumento con el cual se concluyó su constitución. Es, por ello, que el
nacimiento de los Estados nacionales y de las primeras monarquías absolutas
(que son, por otro lado, las monarquías absolutas características: Francia,
Inglaterra y España) puede ubicarse a partir de la segunda mitad del siglo
XlV y la primera mitad del siglo xv (véanse al respecto, en particular,
Holmes, George, Europa: jerarquía y revuelta. 1320-1450, Siglo XXI Edito-
res, México, I978 (Colección "Historia de Europa/Siglo XXl"), Hale, J R.,
La Europa del renacimiento. 1480-1520, Siglo XXI Editores, México, 1973
(Colección "Historia de Europa/Siglo XXI"), Romano, Ruggiero y Alberto
Tenenti, Los fundamentos del mundo moderno, Siglo XXI Editores, México,
1974 (Colección "Historia Universal Siglo XXI", volumen 12).
6 No se pensaba en el poder en su calidad de político (poder político)
Linares Quintana señala que "cabe advertir que estamos utilizando la termi-
nología tradicional sobre el tema, aun cuando la misma puede ser objeto de
EL SISTEMA PRESIDENCIAL EN MÉXICO 7
Editorial, Madrid, 1984, pág. 154. También véase, Fix Zamudio, Héctor, "Va-
lor actual del principio de la división de poderes y su consagración en las Cons-
tituciones de 1857Y1917",en Boletin del Instituto de Derecho Comparado de
México, UNAM, México, afio xx, núms. 5&-59, enero-agosto de 1967,pág. 32.
10 TenaRamírez, Felipe,op. cit, pág. 192. Al margen de la veracidad de la
de Montesquieu.
14 Tena Ramírez, Felipe, op. cit., pág. 193.
15 De Micheli, Alberto, El Poder Ejecutivo. Génesis y transformaciones,
pág. 104.
17 Ibídem, pág. 103.
24 Burgoa, Ignacio, op. cit., pág. 723. En base a dicha idea que, de acuerdo
3. El presidencialismo norteamericano
glo XVII inglés, véase Crossman, R. H. S., Biografla del Estado moderno,
Fondo de Cultura Económica, México, 1941, en particular, el capítulo m: "La
revolución inglesa", págs. 51-84.
31 Demicheli, Alberto, op. cit., pág. 18.
18 LORENZO CÓRDOVA VIANELLO
el pueblo de los Estados Unidos ..." (La Constitución de los Estados Unidos
EL SISTEMA PRESIDENCIAL EN MÉXICO 19
democracia está ligada, por tradición, a la de Ejecutivo débil. Esta unión está
más o menos desarrollada según los países. Parece menos acentuada en
América que en Europa; más fuerte en Francia que en otras naciones del vie-
jo mundo, por más que la persistencia de un sentimiento jacobino la haya
debilitado un poco. En nuestro país un republicano tiene, naturalmente, la
tendencia a sostener el Parlamento contra el Gobierno ... " (Duverger,
Maurice, Francia. Parlamento o presidencia, Tauros Ediciones, S. A., Ma-
drid, 1962, pág. 15). La idea de democracia, de acuerdo con lo planteado por
Duverger, es distinta en Europa que en Estados Unidos, pero no en cuanto a
su significado, la diferencia entre ambas concepciones radica en la confianza
o no que el pueblo deposita en el gobierno. En ninguna de dichas acepciones
se plantea la constitución de un poder público despótico, pero en la de unos,
los norteamericanos, esa confianza en el Ejecutivo se funda en que no tienen
en la memoria histórica un recuerdo sangriento como el que incide en la de
los otros, en donde "Esa tendencia al debilitamiento del gobierno tiene, sin
duda, dos fuentes principales. Primero, las formas del desarrollo histórico de
la democracia. En Europa, se ha establecido contra un régimen autocrático
preexistente, al que la democracia progresivamente ha suplantado. Las asam-
bleas han sido las primeras instituciones democráticas, nacidas en el seno de
las monarquías con la fmalidad de limitarlas. Por otra parte, acrecer los pode-
res de los diputados, era aumentar la influencia dentro del Estado del elemen-
to democrático... Sin embargo, el fenómeno es propio sólo de Europa: los
Estados Unidos no lo han conocido. Esto puede explicar que el temor a un
gobierno fuerte sea allí mucho menor." (op. cit., pág. 15).
EL SISTEMA PRESIDENCw., EN MÉXICO 23
particulares ... [pero, por otro lado] querían crear un poder Ejecu-
tivo que dependiese de la mayoría y que, sin embargo, fuera bas-
tante fuerte por sí mismo para obrar con libertad en su esfera." 39
Un sistema político en el que se establezcan facultades en
favor del Ejecutivo, que le faciliten el ejercicio del gobierno, sin
que se le establezcan límites y controles por parte de los otros
órganos es, ni duda cabe, un acercamiento a una estructura de
gobierno autocrática que se asemeja enormemente a la monar-
quía absoluta. Hamilton, no obstante lo antes dicho en relación
con la necesidad de fortificar al Ejecutivo, nunca deja de contem-
plar esto último, por ello señala que si bien "los ingredientes que
dan por resultado la energía del Ejecutivo son: primero, la uni-
dad; segundo, la permanencia; tercero, el proveer adecuadamente
a su sostenimiento; cuarto, poderes suficientes... Los ingredientes
que nos proporcionan seguridad en un sentido republicano son:
primero, la dependencia que es debida respecto del pueblo; se-
gundo, la responsabilidadnecesaria... [Por ello son necesarios]
un Ejecutivo único y... una legislatura numerosa... la energía
constituye la cualidad más necesaria del primero... la segunda es
la que más se adapta a la deliberación y la prudencia y la que
más posibilidades ofrece de granjearse la confianza del pueblo y
de garantizar sus privilegios e intereses." 40 Dos son los puntos
de los señalados por Hamilton en los que hay que detenemos: po-
deres suficientes (plasmados en las facultades constitucionales
del presidente) y la dependencia que es debida respecto del pue-
blo (que en el sistema político estadounidense se establece a tra-
vés de las elecciones).
El hecho de que la Constitución de los Estados Unidos enu-
mere las facultades expresas del presidente (artículo TI, secciones
2 y 3) implica, sin lugar a dudas un freno o una limitación en el
ejercicio del gobierno; es ahí, precisamente, al establecer cuáles
son las facultades que se confieren a cada órgano, en donde se
instrumenta jurídicamente la idea de la división del poder con fi-
nes limitativos. No obstante, la idea de un Ejecutivo fuerte ema-
na, en buena medida, de las atribuciones constitucionales del pre-
sidente suficientemente amplias para permitirle una actuación
1. Antecedentes
ta, escribe: "La fascinación que han ejercido los aztecas ha sido tal que ni
siquiera sus vencedores, los españoles, escaparon de ella: cuando Cortés de-
cidió que la capital del nuevo reino se edificarla sobre las ruinas de México-
Tenochtitlán, se convirtió en heredero y sucesor de los aztecas. A pesar de
que la conquista española destruyó el mundo indígena y construyó sobre sus
restos otro distinto, entre la antigua sociedad y el nuevo orden hispánico se
tendió un hilo invisible de continuidad: el hilo de la dominación. Ese hilo no
se ha roto: los virreyes españoles y los presidentes mexicanos son los suceso-
res de los tIatoanis aztecas" (paz, Octavio, Posdata, Siglo XXI Editores, S. A.,
México, 1970).
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EL SISTEMA PRESIDENCIAL EN MÉXICO 29
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siones políticas de la sociedad por el "pueblo reunido", y que es parte esen-
cial de la teoría que el ginebrino establece en su Contrato social,
:\1
fue desechado por la Constitución de 1814 para acogerse a las ideas que
32 LORENZO CÓRDOVA VIANELLO
dencia, que tan funesta fue entre nosotros, se suprimió del texto
constitucional (artículo 15). Se estableció un sistema de control
de la constitucionalidad de las leyes tanto federales como locales;
la de las primeras se encomendó a las legislaturas locales a través
de la Suprema Corte, mientras que la de las segundas se estable-
ció como facultad del Congreso federal (artículos 22, 23 y24).
La adición más importante del Acta fue, sin duda alguna, le,: crea-
ción de la figura del juicio de amparo como medio de protección
de los individuos frente a los actos de autoridad considerados
inconstitucionales, que aunque ya se había establecido a nivel 10-
cal en la Constitución de Yucatán de 1941 (de cuyo proyecto fue
autor Manuel Crescencio Rejón), y se había planteado por el pro-
yecto de la minoría (que nunca tuvo vigencia) en el Constituyente
de 1842, desde entonces, sin excepción, se mantuvo prácticamen-
te en los mismos términos en los textos constitucionales que le si-
guieron.
Terminada la guerra, y perdida, en consecuencia, más de la
mitad del territorio nacional, los moderados llegaron al poder a
través de la figura del general José Joaquín Herrera, quien gober-
nó, al igual que sus inestables sucesores (como Juan B. Ceballos,
que escasamente duró un mes en su mandato), una etapa en
la que la anarquía que desde tiempo atrás se había generado se
prolongó inevitablemente; sin recursos, con una guerra de castas
que se expandía a lo largo del país, los continuos levantamientos
y rebeliones así como las fricciones cada vez más frecuentes entre
los Estados y el centro hacían de la nuestra una nación difícilmen-
te gobernable.
Muchos de los conservadores expresaron la necesidad de que
se implantara en nuestra nación una dictadura que acabara con el
caos que prevalecía. Ante tal situación, en 1853, Santa Anna fue
vuelto a llamar de su nuevo destierro en Turbaco, Colombia,
para que gobernara el país sin Constitución hasta que se convo-
cara un constituyente extraordinario. Esta vez Santa Anna optó
por el bando conservador que sustentó la expedición, en abril de
1853, de las Bases para la Organización de la República hasta
la Promulgación de la Constitución, las que, de acuerdo con las
ideas que para entonces privaban en el bando conservador, sir-
vieron de sustento para el establecimiento de la dictadura perso-
nal de Santa Anna, la cual se prolongó hasta 1855, año en el que
EL SISTEMA PRESIDENCIAL EN MÉXICO 45
co, Francisco, op. cit., pág. 32.2. En la misma exposición de motivos del pro-
yecto, Arriaga ahondaba en relación con ese punto señalando: "¿Qué ha sido
el Senado en nuestro régimen político, especialmente en sus últimos días ...?
No por su existencia se mejoraron nuestras leyes, ni se perfeccionaron las ins-
tituciones. En lugar de poner racionales y justos diques a la facultad legisla-
tiva de las asambleas populares, era la oposición ciega y sistemática, la rémo-
ra incontrastable a todo progreso y a toda reforma. En vez de representar la
igualdad de derechos y el interés legítimo de los Estados, se olvidaba de los
débiles, cuando no los tiranizaba y oprimía. Lejos de hacer escuchar la voz
pacífica de todas las opiniones, era el inexpugnable baluarte de la conspira-
ción. Distante del generoso pensamiento de dar treguas para que la reflexión
y la calma corrigiesen los errores, quería ejercer un veto terrible, que tenía
pretensiones a una superioridad exclusiva..." (Ibidem, pág. 321).
76 Córdova, Amaldo, op. cit., pág. 36. Emilio Rabasa señala irónicamente
las ideas que inspiraron al Constituyente cuando apunta: " ...El Ejecutivo es
el propietario de la acción y de la fuerza, que se emplean para el despotismo;
pues hay que extinguir su fuerza y su acción y subordinarlo al poder superior
del Legislativo, que no tiene más norma que la salud pública. y si una Cáma-
ra de Representantes tiene los poderes de la nación, si lleva la voz de la na-
EL SISTEMA PRESIDENCIAL EN MÉXICO 53
ción y traduce con fidelidad la voluntad del pueblo, que con ella se gobierna
por sí mismo, ¿para qué un Senado, residuo de instituciones aristocráticas,
sino para embarazar la revelación del espíritu público y entorpecer la acción
libre de la verdadera representación nacional? Se proscribe el Senado."
(Rabasa, Emilio, op. cit., pág. 65).
77 Véase el debate del día 10 de septiembre de 1856, en Zarco, Francis-
81 Op. cit., pág. 111. "El mismo Rabasa -apW1ta Arnaldo Córdova-
Molina Enríquez quien es, junto con Wistano Luis Orozco, el teó-
rico que mejor comprendió la problemática política y social que
encamaba el régimen político porfirista, señalaba: "Por fortuna
el señor general Díaz, era todo un político. Comprendió demasia-
do bien que no era posible gobernar bajo el imperio riguroso de
esas leyes -refiriéndose a la Constitución y a las Leyes de Re-
forma- ... porque él llevaba a la anarquía, pero también com-
prendió que su carácter sagrado las hacía punto menos que
inviolables, y supo apurar la dificultad... Respetando todas las
formas constitucionales comenzó a concentrar en sus manos todo
el poder subdividido, pulverizado en todo el aparato guberna-
mental.. ." 84
El régimen de Díaz fue el factor político que unificó definiti-
vamente a la nación mexicana luego de más de cincuenta años de
verdadera dispersión. Emilio Rabasa y Molina Enríquez compar-
ten opiniones al respecto. El primero, en La evolución histórica
de México, "propone la sugestiva idea de que, tal y como había
ocurrido en Europa, en la que las naciones modernas surgieron
gracias al establecimiento, consolidación y desarrollo de las mo-
narquías absolutistas, para reunir y fundir en un solo ser nacional
a los pueblos dispersos y aislados de México hacía falta un poder
nes Era, México, 1983 (cuarta edición), pág. 135. Molina Enríquez explica,
más adelante, el modo en que Díaz llegó a controlar eficazmente todo el sis-
tema político. " ...Poco a poco -señala el autor- se abrogó el derecho de
elegir a los gobernadores, e hizo que éstos se abrogaran el de elegir a los fun-
cionarios inferiores todos, sin derogar una sola ley electoral, y sin que deja-
ran de hacerse con regularidad las elecciones en algún punto de la República,
consiguiendo con esto, poder hacerse obedecer por todos esos funcionarios.
Del mismo modo comenzó a abrogarse y de hecho se ha abrogado ya, todas
las prerrogativas del Poder Legislativo Federal, y ha hecho que los goberna-
dores se abroguen las de sus legislaturas, y de igual modo, aunque indirecta-
mente, se ha abrogado las prerrogativas del Poder Judicial, eligiendo él, o por
los funcionarios que de él dependen, a todos los fimcionarios judiciales de la
Federación, haciendo que los gobernadores hagan lo mismo en los Estados, y
aun interviniendo en casos especiales, directamente en los fallos de los jue-
ces, cosa que los gobernadores hacen también en sus respectivos Estados. En
resumen, ha concentrado el poder en manos del gobierno federal, y especial-
mente en las del Presidente de la República y de sus secretarios de Estado
que forman un consejo semejante al de los soberanos absolutos." (Ibídem,
pág. 135).
58 LORENZO CÓRDOVA VIANELLO
cualquier conquista obtenida por las prácticas democráticas, será una cosa
duradera, mientras que un triunfo, por importante que sea, obtenido con las
armas, no hará sino agravar nuestra situación interior... se ha calumniado al
pueblo mexicanoal decir que no está apto para la democracia, y que quien no
lo está, es el actual gobierno cuyopoder dimana de la fuerza... Hemos llegado
a un grado en que toda la nación respeta la ley. Ya sólo falta que la respeten
el general Díaz y los que lo rodean para que la nación pueda entrar de lleno
en el ejercicio de sus derechos..." tIbidem, págs. 57-58).
91 Córdova,Arnaldo, "La Constitucióny la democracia", en La nación y
INTRODUCCIÓN
s
abemos hoy que pocos fenómenos han sido tan tras-
cendentes en la consolidación del sistema político
mexicano como lo fue el acentuado fortalecimiento de
la figura del presidente frente a las demás instancias
• • • • • • de poder. En tomo a este particular proceso de forma-
ción política han girado infinidad de hipótesis cuyo
ejercicio de comprobación actualmente nos ofrece una
basta red de conocimientos sobre la materia. Ello nos
permite un acercamiento más preciso a la realidad del
funcionamiento del poder en México, y a la vez nos
invita a continuar lanzando preguntas con las que podamos se-
guir enriqueciendo el pensamiento político de nuestro país. Este
ensayo pretende ser parte de ese ejercicio.
La pregunta esencial del trabajo ya ha sido planteada con ante-
rioridad por distintos autores. Se trata del origen del presiden-
cialismo en México. Me he atrevido a formularla nuevamente
porque consideré que la revisión de un momento coyuntural muy
específicode la historia del periodo posrevolucionario, sucedido en el
mes de junio de 1935, en el que se conjuntaron los elementos bási-
cos que le han dado tanta fuerza al titular del Ejecutivo, puede
aportar nuevos elementos para ampliar nuestra perspectiva sobre
el asunto que aquí interesa. En aquella fecha se enfrentaron el ex-
presidente Calles y el presidente Cárdenas en una dura contienda
por el poder, que dio por resultado el exilio del primero y el enor-
me fortalecimiento del segundo. Esto último nos obliga a pensar
que por aquellos días podíamos estar cerca del inicio de lo que
años después todos denorninariamos presidencialismo mexicano.
66 RODRIGO GUTIÉRREZ RIVAS
1. MARCO JURÍDICO
6 En relación a los poderes extralegales de los que echó mano Juárez du-
rante este período ver Calderón, José María, Génesis del Presidencialismo,
Ed. El Caballito, México, 1972, pág. 249.
7 Orozco, Henríquez, J., op. cit. pág. 16.
cabo durante el período del porfiriato, ver: Fix, Zamudio, Héctor, op. cit.,
págs. 224-225.
72 RODRIGO GlITIÉRREZ RIVAS
tución de 1917 que fortalecieron la posición del ejecutivo frente a los otros
dos poderes, ver Fix, Zamudio H., op. cit, págs. 226-227 y Orozco,
Henríquez, J., op. cit., págs. 29-32.
EL CONFLICTO CALLES-CÁRDENAS 73
conflicto del Estado mexicano posdictatorial cuando señala que "la situación
de la República queda en tal caso peor que nunca: la dictadura, necesaria para
no llegar a la desorganización de todos los elementos de gobierno, pero inútil
ya para el bien, sin apoyo de las fuerzas sociales y repugnada por la opinión
pública; la democracia, indispensable, urgente como régimen único que la
nación puede aceptar; pero incapaz por su organización constitucional de
sostener al gobierno que ella misma destruye. Imposible la dictadura, impo-
sible la democracia; el gobierno que se establezca apelando por necesidad a
la una; el pueblo, reclamando por necesidad la otra; el antagonismo perma-
nente como situación inevitable entre la sociedad y el poder, y la incompati-
bilidad de hace cincuenta años entre la libertad que la una reclama y el orden
que el otro exige.
En estas condiciones, cualquiera situación política que aparente estabili-
dad política es falsa, porque es en realidad un estado de revolución latente,
pronto a pasar al de lucha sangrienta y destructora Rabasa, Emilio, La Cons-
titución y la Dictadura, Ed. Porrúa, México, 1964, pág. 244
EL CONFLICTO CALLES-CÁRDENAS 75
su relación con la lucha del grupo obregonista por reelegir a su líder. Loyola
Díaz, La Crisis Obregón-Calles y el Estado Mexicano, Ed. Siglo XXI, Méxi-
co, 1980, págs. 20-89.
78 RODRlGO GUTIÉRREZ RlVAS
muerte, que era necesario crear un organismo que fuera capaz de garantizar a
la nación "una vida política democrática, tranquila y pacífica sin que las so-
luciones de las crisis nacionales las dé un hombre o la violencia". León, L.
Luis, Crónica del Poder, Ed. FCE, México, 1989, págs. 268-270.
19 Loyola Díaz, entre otros, se refiere a Obregón en estos términos.
Con lo que hasta aquí hemos señalado nos será fácil explicar
porqué el PNR fue un partido de cuadros." Ya vimos que el Par-
tido Nacional Revolucionario nació como parte de una necesidad
del grupo dirigente para poder controlar las fuerzas locales cuya ,,
dispersión y falta de comunicación mantenían el Estado en un lí!
clima de profunda inestabilidad. Siendo que el sistema caudillista 1:
1
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era el que regía las relaciones entre los grupos políticos, bastaba
con crear un espacio que atrajera y agrupara a los líderes locales
o a los representantes de estos y se negociara con ellos para que
los grupos de obreros y campesinos quedaran sometidos bajo el
control central.
El PNR se convirtió en un espacio de negociación de la clase
política cuyos objetivos eran muy claros. El Partido estaba inte-
resado en atraer a los líderes locales quienes a su vez arrastrarían
a los grupos populares." Estos últimos eran necesarios para legi-
timar las decisiones a través de la vía electoral, pero bastaba con-
vencer a los líderes para asegurar el voto de las mayorías. Con
base en dicha explicación, podemosdecir que el proyecto del par-
¡;
84 RODRIGO GUTIÉRREZ RIYAS
39 Ibidem.
4° Ibidem.
"Jbidem.
42 Domínguezhabía señalado el 8 de junio que en la Cámara de Senado-
46Ibidem .
47 A estos últimos Cárdenas había tenido la precaución de cambiar dejan-
49 Ibidem.
EL CONFLICTO CALLES-CÁRDENAS 89
50 Ibidem.
51 Excélsior, 17 de junio de 1935, la. plana.
52 Luis González escribe en relación con estos acontecimientos que " ...el
CONCLUSIONES
,1
desde entonces poder en México se ha resistido a ser pensado
en la máquina estatal, y la sociedad mexicana nunca creyó en la
balanza, en el reloj o en el robot. Para los mexicanos el Estado
fue el caudillo en tumo y más recientemente el presidente.
Una milenaria tradición de autoritarismo y liderazgo
unipersonal ha hecho arduo el funcionamiento del derecho moder-
no en México Sólo unos cuantos iniciados saben lo que signifi-
can las garantías constitucionales, la división de poderes, el
federalismo o la república representativa; de los que saben cómo
funcionan esos principios, son pocos los que creen que sirvan
para México, sobre todo cuando contemplan que la única verdad
acerca del poder y de la autoridad está en una persona o en un
grupo de personas.
Aquí, el poder no cupo en abstracción política alguna, excep-
to después de la Revolución de 1910, en que el presidencialismo
se convirtió en una verdadera forma de gobierno. En efecto, la
presidencia de la República y un conjunto de reglas de oro para
acceder y salir de ella, han garantizado el ejercicio del poder po-
lítico en México; en tanto institución, el presidencialismo es la
primera experiencia moderna de poder en nuestra sociedad.
Los grandes márgenes de arbitrariedad y autoritarismo que
caracterizan al poder presidencial son tan notables como las re-
glas que lo limitan en el tiempo y frente a los demás elementos
del SIstema. Por ello, el presidencialismo es, a pesar de su aura de
primitivismo, la única institución que realmente ha sujetado el
poder en México a constreñimientos abstractos y permanentes.
Contra lo que se piensa, el presidencialismo como pieza clave en
la lógica del sistema posrevolucionario, fue la fórmula culminan-
te de la modernidad política mexicana que está llegando a su fin.
tos para una teoría general del derecho, Themis, México, 1992, pág. 277.
PRESIDENCIALISMO Y POSMODERNIDAD . 97
hoy pudiera estar superada una teoría social biologicista por paradigmas to-
davía más complejos (que usen aportaciones de la antropología, la informá-
tica, la linguística, etc.), en la filosofía jurídica es útil referirse al
paradigma organicista clásico para contrastarlo con un mecanicismo tam-
bién clásico en el funcionamiento del derecho (presente sobre todo en las
tradiciones jurídicas romanistas). Puede consultarse el libro de Edgar
Morin, El paradigma perdido. Ensayo de bioantropologia (Kairós, Espa-
ña, Barcelona).
14 Bertalanffy, Ludwig, von, ob. cit. pág. 40.
102 BERNARDO BOLAÑOS GUERRA
1968. Ver ellibro de Kaufinan, M.: ¿Derecho sin reglas? Los principiosfi-
loséficos de la teorla del estado y del Derecho de Carl Schmitt. Fontamara,
México, D. F., 1993.
104 BERNARDO BOLAÑOS GUERRA
Las esferas jurídicas han servido, entre otras cosas, para ais-
lar al individuo (como ente jurídico) del todo social que lo rodea.
Es con base en la pretendida existencia de derechos intrínsecos
del ser humano, que se concibe una esfera jurídica "natural"
para cada hombre. Pocas veces se descubre que en el moralmente
prestigiado discurso de los derechos humanos -que nace con la
modernidad, con las declaraciones de finales del siglo XVIll- se
encuentra la justificación formal del individualismo contemporá-
neo. Carlos Marx sabía desde su juventud que "ninguno de los
derechos del hombre va más allá del hombre egoísta... es decir,
del individuo replegado en sí mismo, en su interés privado y en
arbitrio individual y disociado de la comunidad"."
Para esbozar un rápido esquema del universo jurídico moder-
no, que es al fin y al cabo el universo político, puede emplearse
-en principio-- un método positivista que confie en que la gran
esfera del orden jurídico se deduce del instructivo que llamamos
Constitución Política. En nuestro estado federal, la esfera mayor
contendría en su interior otras dos especies de esferas menores e
independientes la una de la otra, es decir, el orden jurídico federal
y el de cada una de las entidades federativas, ambos formados
también por esferas más reducidas, llamadas "poderes" ejecuti-
vo, legisla~ivo y judicial, las cuales, en este esquema elemental,
parte, mucho más importantes para la vida pública del país que
muchas de las leyes que ha aprobado el Congreso durante esos
periodos. Desgraciadamente, en México estas formas de derecho
han funcionado más por la presencia del autoritarismo presiden-
cial que las diseña y las impone, que por la intervención de los
sujetos convocados.
2) El Ejecutivo federal determina los planes y programas de
estudio de la educación primaria, secundaria y normal para toda
la República, considerando para ello la opinión de los gobiernos
de las entidades federativas y de los diversos sectores sociales
involucrados en la educación (fracción III del artículo 30. consti-
tucional, introducida el 5 de marzo de 1993). En este caso, el
presidente adquiere facultades normativas de carácter pedagógico
para toda la República, consistentes en imponer el contenido de
los conocimientos básicos obligatorios para todo mexicano. Esta
atribución está destinada, como se indica en el propio texto cons-
titucional, a garantizar la unidad nacional.
El carácter centralizador de las anteriores disposiciones es tan
evidente que sólo pueden justificarse formalmente por la participa-
ción que se prevé de las entidades federativas y de la sociedad civil.
En la práctica, es dificil garantizar procedimientos de participación
efectiva de las esferas estatal y privada, de tal manera que la decisión
planificadora y normativa nacional es la del Ejecutivo federal.
El presidente mexicano supera el carácter centralizador de
otros jefes de Estado (en principio porque en nuestro país no
existe la distinción entre jefe de Estado y jefe de Gobierno, y tam-
poco se presenta la figura de la vicepresidencia). El presidente
mexicano es, formal y materialmente, mucho más que la autori-
dad ejecutiva unipersonal común a todos los habitantes del terri-
torio y representante del país a nivel internacional. En el Presi-
dente de la República se han ido depositando atribuciones de cen-
tro geométrico absoluto: el control sobre la recaudación fiscal y
la salud nacional, las normas ecológicas, los asentamientos hu-
manos, los programas sociales, la formulación de la planeación
nacional del desarrollo como rumbo teórico del Estado y del con-
tenido de la educación básica del país. Así, se confiere al Ejecu-
tivo federal el carácter de órgano cerebral del organismo estatal.
En conclusión, puede indentificarse una separación radical
entre el modelo teórico de Estado de Derecho emanado de la
PRESIDENCIALISMO Y POSMODERNIDAD 121
XI. CONCLUSIONES
1. INTRODUCCIÓN
México, Porrúa, 1990, pág. 203; la Dra. Aurora Amaiz denomina este fenó-
meno "interferencias legales entre los Poderes", "Relaciones del Ejecutivo-
Legislativo en la Constitución y en la realidad de las entidades federativas"
enMemoria del III Congreso Nacional de Derecho Constitucional, México,
UNAM, 1984, pág. 31 nota 6; sobre el problema terminológicoen tomo a este
principio ver Quintero, César, "El principiode la separación de poderes y su
valor actual en Iberoamerica"en Memoria del JII Congreso Iberoamericano
de Derecho Constitucional, México, UNAM, 1987, tomo TI, págs. 749-753.
• Siempre que a lo largo de este trabajo se mencione la palabra Constitu-
ción sin otras indicaciones, se deberá entender referido a la Constitución
Politica de los Estados UnidosMexicanosde 5 de febrero de 1917.Al mismo
cuerpo pertenecen los artículos que se citen sinninguna indicación posterior.
13S
136 MIGUEL CARBüNELL y sÁNCHEZ
caso que nos ocupa. Esta creación jurídica es del todo polémica
y en alguno de sus aspectos se ha considerado como el desafio
más permanente de toda la interpretación constitucional. 2
El presente estudio parte del supuesto de que la teoría de la
división de poderes, aunque formalmente vigente según el artículo
49 constitucional, ya no es aplicable en su concepción oríginal,
en virtud de las múltiples excepciones que señala la propia Cons-
titución.'
Revisaremos los casos en que el Poder Ejecutivo actúa como
órgano legislador, basándonos fundamentalmente en el análisis
del texto constitucional vigente en México sobre la materia, así
como en la doctrina y la jurisprudencia nacionales más relevan-
tes al respecto; sin embargo, en ocasiones se ha acudido a Cons-
tituciones y doctrina extranjeras debido a la similitud entre los
ordenamientos o por ser antecedentes de la regulación mexicana.
En este contexto se han limitado las referencias histéricas debido
a que, por su importancia, ameritarían un ensayo entero. No obs-
tante, se ha hecho mención de las fuentes históricas cuando.éstas
ofrecen algún elemento especialmente útil o interesante.
del Estado, que adopta, como es lógico, sus decisiones por mayoría, sino
también una institución representativa del pluralismo político de la socie-
dad. Es el parlamento el único lugar del Estado donde toda la sociedad está
representada, es decir, donde se garantiza que la pluralidad social quede
reflejada, y no disuelta, en la pluralidad de la representación", Aragón
Reyes, Manuel, Prólogo a Biglino Campos, Paloma, Los vicios en el pro-
cedimiento legislativo, Madrid, Centro de Estudi os Constitucionales, 1991,
pág. 11.
6 La Constitución Española de 1978 en su preámbulo establece que es
da Parte, Salas y tesis comunes, pág. 512; para una explicación de este prin-
cipio, ver García de Enterria, Eduardo y Fernández Rodríguez, T. R, Curso
de derecho administrativo, 5a. edic., Madrid, Civitas, 1991, tomo 1, pág. 438-
440; Rubio Llorente, Francisco, "El principio de legalidad" en su libro La
forma del poder (Estudios sobre la Constitución), Madrid, Centro de Estu-
dios Constitucionales, 1993, págs. 333-367, entre otros.
17 Gabino Fraga, Derecho administrativo, trigésima edición, México,
tes poderes del Estado a la ley; a esa ley que ha sido elaborada por la repre-
sentación popular asentadaen el Parlamento", Garr<xenaMorales, op. cit.,pág. 181.
19 García de Enterria y Fernández Rodríguez, op. cit., tomo 1, pág. 433.
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLATIVA 141
ministrativo, décimo cuarta edición, México, Porrúa, 1988, tomo 1, pág. 42.
142 MIGUEL CARBONELL y sÁNCHEZ
primera edición, Madrid, Tecnos, tomo 1, pág. 33; Gabino Fraga identifica a
la función legislativa con la ley misma, incurriendo en lID error, ya que no es
lo mismo la actividad que el producto de ella, como no es lo mismo el Poder
Judicial que una sentencia. Partiendo de ese supuesto, asocia las caracterís-
ticas de la ley con las de la función Jegislativa,op. cit., págs. 41-44.
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLATIVA 143
regula por igual a todos los casos que impliquen la realización de su supuesto
normativo, sin excluir individualmente a ninguno, y la disposición que con-
tiene no pierde su vigencia por haberse aplicado a uno o mas casos previstos
y determinados, sino que sobrevive hasta que es derogada", Gaxiola Moraila,
Federico, Voz "Ley", Diccionario Jurídico Mexicano, tercera edición, Méxi-
co,IIJ-Ponnía, 1989,pág. 1964.
32 Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, 1917-1988, Primera
parte, Tribunal Pleno, pág. 236.
144 MIGUEL CARBüNELL y sÁNCHEZ
Una vez que se ha visto cuales son las normas que le dan el fun-
damento constitucional a las facultades legislativas del presidente
y antes de continuar con la exposición detallada de las mismas,
analizaremos a qué tipo de normas nos hemos referido, ya que
35 Sin que esto signifique que el presidente no esté sujeto a otros límites
VI. FACULTADESDELPRESIDENTEEN
EL PROCEDIMIENTO LEGISLATIVO
l. La iniciativa
cuadragésima edición, México, POITÚa, 1989, pág. 52; por otro lado, un pro-
cedimiento legislativo "típico" contiene, según Hans Kelsen, los siguientes
requisitos: "un acuerdo coincidente de las dos cámaras del parlamento, la
sanción del monarca, la publicación del acuerdo sancionado por el Parlamen-
to y, en ciertos casos, el transcurso de un cierto lapso de tiempo", Problemas
capitales de la teoriajuridica del Estado, trad. de Wenceslao Roces, México,
Porrúa, 1987, pág. 361.
148 MIGUEL CARBüNELL y SÁNCHEZ
43 García Maynez define a la iniciativa como "el acto por el cual determi-
nados órganos del Estado someten a la consideración del Congreso lID proyec-
to de ley", op. cit., pág. 54; cfr. Aragón Reyes, Manuel, "La iniciativa legis-
lativa", Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense,
núm. 72, curso 1986-87, págs. 75-97.
44 SchmilI Ordoñez, Ulises, "Las fuentes del derecho" en Conceptos
razones políticas entre las que pueden citarse la facilidad con que se al-
tera, con clausura y disoluciones, la vida de los Congresos, y el
'caudillismo' personalista, que se contradice con la existencia de partidos
con contenido ideológico; por contra, no faltan ejemplos, México es el
máximo, de preponderancia casi total de un partido, lo que quita interés
a la posible colaboración perfectiva o correctora de los legisladores, etc." 51
2, El derecho de veto
52 García Maynez, Eduardo, op. cit., pág. 55; el autor menciona que la
sanción siempre debe ser posterior a la aprobación por las cámaras. Algún
autor le ha tratado de dar un rango superior a la sanción frente a las demás
fases del procedimiento legislativo, según explica Kelsen, Problemas capita-
les de la teoría jurídica del Estado, cit., pág. 361; "La sanción es una insti-
tución que tuvo históricamente una gran importancia, sobre todo en el
constituciona1ismo decimonónico basado en el principio monárquico. Hoy en
día la ha perdido casi por completo en términos generales (aunque hay excep-
ciones como es el derecho de veto en manos del Presidente de los estados
Unidos de América) ...", Perez Royo, Javier, Las fuentes del derecho, cuarta
edición, Madrid, Tecnos, pág. 97; una exposición bastante completa sobre la
sanción se encuentra en Rodríguez-Zapata, Jorge, Sanción, promulgación y
publicación de las leyes, Madrid, Tecnos, 1987, págs. 67-130.
53 En igual sentido se manifiesta la Constitución Argentina (artículo 70);
titución de Bolivia.
154 MIGUEL CARBONELL y SÁNCHEZ
3. La publicación
mo cuarta edición, México, Porrúa, 1991, pág. 462; Schmill, Ulises, Las
fuentes del Derecho, cit., págs. 110-112.
156 MIGUEL CARBONELL y SÁNCHEZ
en Derecho constitucional comparado, cit., tomo I1, pág. 920; cfr. Schwarz,
Carl E, "Growth and crisis of í'Presidential Goverment" in the United States
and Mexico: a politico-legal comparison'' en Estudios en Homenaje al Doc-
tor Héctor Fix-Zamudio, México, IIJ- UNAM, 1988, tomo 1, págs. 721-725.
81 Pereznieto, Leone!, op. cit., pág. 388.
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLATIVA 161
l. Fundamento constitucional
2. Concepto de reglamento
96 Cfr. artículos 114, fracción 1,84, fracción 1, inciso a), 166 tracción IV
99 Cfr. Serra Rojas, Derecho administrativo, cit., tomo 1, pág. 193; Garri-
do Falla, op. cit., tomo 1, pág. 239; Balaguer Callejón, op. cit., tomo TI, pág. 117;
Ignacio De atto defme a estos reglamentos como "los que se dictan en ejecu-
ción de una ley preexistente, [unción muy amplia que comprende tanto los
reglamentos que detallan, desarrollan o complementan los preceptos legales,
cuanto aquéllos que preparan la ejecución propiamente dicha disponiendo los
instrumentos técnicos necesarios", op. cit., pág. 217
100 Sobre los problemas de una y otra denominación cfr. Baño León, José
Deusto, sin fecha, pág. 45~ más ampliamente en Pizzorusso, Alessandro, Lec-
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLATIVA 173
l. Antecedentes
117
2. El Congreso Constituyente de1916-1917.
117 La información de este apartado ha sido tomada del libro Derechos del
ria debe ser general, debe afectar a todos los estados de la República,
debe llegar a todos los confines y debe ser acatada por todas las autorida-
des administrativas, pues en los pueblos civilizados, sin excepción, la au-
toridad sanitaria es la única tiranía que se soporta en la actualidad.
" ...parece que se trata de algo que tiene mas fuerza aun que las leyes del
Congreso de la Unión; pero no se trata de más fuerza, sino de más violen-
cia, o más prontitud, porque resulta eminentemente ridículo que en caso
de una epidemia, mientras la epidemia está invadiendo el territorio, se
está recurriendo a trámites y pasan cuatro o cinco días para ponerse en
vigor."
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLAI1VA 181
3. Situación actual
XII CONCLUSIONES
tica de los Estados Unidos Mexicanos comentada, cit., págs. 631 y ss.
122 Carpizo, El presidencialismo, pág. 109.
123 Fix Zamudio, Héctor, "El sistema presidencial y la división de pode-
tivas y judiciales de cada Estado por las necesidades que les im-
pone la práctica cotidiana del ejercicio del poder.
Segunda. En México esta desnaturalización es tal que hay
varias funciones que son desarrolladas por órganos diferentes al
órgano que debería llevarlas a cabo; destacando, la dirección que
lleva esta desviación hacia el Poder Ejecutivo, como en el caso de
la función legislativa, y no hacia cualquiera de los otros órganos
de poder público.
Tercera. La tendencia hacia el otorgamiento de excesivas fa-
cultades al Ejecutivo para legislar puede ser peligrosa en vista del
régimen presidencial que ya se vive en la mayor parte de los paí-
ses de Latinoamérica, lo que puede decantar más de lo convenien-
te el equilibrio entre los poderes. Además, al ejercer el Ejecutivo
facultades legislativas, se le provee con los medios para que pue-
da dar cumplimientoípor sí mismo al principio de legalidad, ajus-
tándose con ello a l~s requerimientos de la fundamentación que
exige todo acto de autoridad.
Cuarta. El ejercicio de facultades legislativas del Presidente
está perfectamente previsto en la propia Constitución, que pro-
porciona el marco jurídico necesario para la actuación del Ejecu-
tivo. Las normas constitucionales que otorgan tales facultades
son normas de creación jurídica, es decir, normas que sirven para
la creación de otras normas, por lo que su estudio y
sistematización deben comprender ciertas características que no
se encuentran en otras normas.
Quinta. La determinación de las funciones materiales de los
órganos del Estado supone la caracterización de los productos
que emanan de tales facultades. En el caso del presente estudio se
determinaron las características específicas de la ley, es decir, la
generalidad y la abstracción, con lo que se puede ver cómo el
presidente dicta leyes desde el punto de vista material, aunque
formalmente se les llame tratados, reglamentos, etc...Esta fun-
ción la puede realizar por sí solo o de manera colegiada en un ré-
gimen de colaboración con otros órganos del Estado como el
Congreso de la Unión o el Senado de la República.
Sexta. La intervención del presidente en el procedimiento le-
gislativo en sentido estricto, se da a través de tres actos : la inicia-
tiva, la sanción (o el veto, en su caso) y la publicación. La ini-
ciativa es importante debido a que el Ejecutivo, al aplicar
PRESIDENCIALISMO Y CREACIÓN LEGISLATIVA 185
1. INTRODUCCIÓN
E
••••••
históricas, institucionales e ideológicas dentro de la
realidad nacional, como forma de gobierno se
caracteriza, entre otras muchas cosas, por el exceso
de atribuciones conferidas al Poder Ejecutivo fede-
IR9
190 MERCEDESPELÁEZFERRUSCA
ra1; 3 los actos que éste realiza a través de los multiples órganos 4 y
las disposiciones que de él emanan, van dirigidos a cumplir con
su tarea constitucional, la de administrar, de ejecutar las leyes
que dicta el Poder Legislativo. Para realizar este compromiso
constitucional y político, el Presidente de la República encabeza
lo que llamamos la Administración Públicafederal, que abarca las dis-
tintas materias que delimitan la esfera de competencia de las atri-
buciones del Poder Ejecutivo. La Administración Pública fede-
ral,' por mucho, el aparato de gobierno más voluminoso, tiene
que realizar tareas que formalmente pertenecen a la actividad de
los otros dos poderes, la tarea legislativa y la judicial.
De este modo, más o menos simplificado, las instituciones
que engrosan la administración nacen a la vida pública a instan-
cia e iniciativa del presidente y todas ellas están dirigidas al mejor
ejercicio del poder público; sin embargo, el ejercicio del poder
público implica que la administración intervenga la esfera de
actos)." Sin embargo esta regla, como todas, cuenta con sus ex-
cepciones, que tienen que ver con dos situaciones muy concretas
para el caso del Ejecutivo federal, que son las facultades ex-
traordinarias, de acuerdo con el artículo 29, previa suspensión de
garantías y las facultades en materia de tarifas arancelarias, im-
portaciones, exportaciones y comercio exterior del articulo 131,
20. párrafo.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación se manifiesta en
el mismo sentido que la corriente doctrinaria al expresarse, res-
pecto de la división de poderes, como sigue:
11S-120, pág. 6S; existen otras tesis interesantes a este respecto; puede
consultarse del mismo Semanario Judicial: Sa. Epoca, Pleno, tomo VII,
pág. 130S, División de poderes; Sa. Epoca, Pleno, tomo VIlI, pág. 2S3, Divi-
sión depoderes; Sa. Epoca, Pleno, tomo XVI, pág. 937, División de poderes;
Sa, Epoca, Pleno, tomo XIX, pág. 96, División de poderes; Sa. Epoca, Pleno,
tomo II, pág. 4S8, Gobierno Republicano Popular; Sa. Epoca, Tercera Sala,
tomo CXXII, pág. 366, División de poderes.
12El presidencialismo mexicano, cit., pág. 14; consúltese del mismo autor
"La Constitución mexicana de 1911", Coordinación de Hwnanidades. UNAM,
México, 1969, págs. 339-361.
196 MERCEDESPELÁEZFERRUSCA
Presidente son las siguientes: ... TI. Nombrar y remover libremente a los Se-
cretarios del Despacho, al Procurador General de la República, remover
a los agentes diplomáticos y empleados superiores de Hacienda y nombrar y
remover libremente a los demás empleados de la Unión, cuyo nombra-
miento o remoción no esté determinado de otro modo en la Constitución o en
las leyes".
14 "Considerando que uno de los principios fundamentales del
como una afmnación indiscutible, la de que tanto nuestro país como los res-
tantes de latinoamérica, tomaron como modelo el sistema político constitucio-
nal establecido por la Carta de Filadelfia promulgada en 1787, en la que por
primera vez se introdujo la forma de gobierno conocida como "sistema pre-
sidencial", Fix Zamudio, "El sistema presidencialista y la división de pode-
res", cit., pág. 88.
16 Vid, Carpizo, El presidencialismo mexicano, cit., págs. 16-18; Quiroga
a) El Poder Judicial
Los actos del Poder Ejecutivo federal son revisables por el Poder
Judicial principalmente a través del juicio de amparo." En este
págs. 318-331.
26 Sobre las garantías judiciales, puede acudirse a las obras de: Ovalle
pág. 332.
28 Artículo 89, fracción XVIII de la Constitución.
29 Este último supuesto en relación con los artículos 96, 98, 99 Y100 de
la propia Constitución.
LA PROTECCIÓN DE LOS ADMINISTRADOS 201
b) El Ministerio Público
funciones judiciales ya sea como parte o como sujeto auxiliar en las diversas
ramas procesales, especialmente, en la penal, y que contemporáneamente
efectúa actividades administrativas, como consejero jurídico de las autorida-
des gubernamentales, realiza la defensa de los intereses patrimoniales del
Estado o tiene encomendada la defensa de la legalidad, "La función constitu-
cional del Ministerio Público", Anuario Jurídico V, 1978, UNAM, México,
1979, pág. 153.
31 Resulta ampliamente recomendable el ilustrador diálogo sostenido a
este respecto entre Emilio Portes Gil y Luis Cabrera, en La misión constitu-
cional del Procurador General de la República, Editorial Cultura, México,
1932, en donde Luis Cabrera habla, entre otros cosas, de la incongruencia de
dos de las atribuciones del Ministerio Público, sobre todo en lo que a la ma-
teria administrativa se refiere: el constituirse como representante de la socie-
dad y tener que velar, al mismo tiempo, por los intereses "materiales y mo-
rales" del gobierno, como consejero del Ejecutivo.
32 Vid, Alcalá Zamora, Estudios de teoria general e historia del proceso
pág. 309.
LA PROlECCIÓN DE LOS ADMlNISTRADOS 205
México, 1988, tomon, p. 655; veáse también Nava Negrete, Alfonso, Derecho
administrativo, El Derecho en México. Una visión de conjunto, llJ.UNAM,
México, págs. 16-18.
so Vid. García de Enterría, Eduardo, La lucha contra las inmunidades del
poder, cit., passim.
LA PROTECCIÓN DE LOS ADMINISTRADOS 209
55 Cfr. Fix Zamudio, Héctor, "Función del poder judicial en las constitu-
México, 1991.
214 MERCEDES PELÁEZ FERRUSCA
tillo y Santiago Sentíns Melendo, tomoI, Uteha, Argentina, 1944, págs. 11-18.
62 Ult. op. cit., pág. 12.
A) Recursos administrativos.
passim.
73 Derecho procesal administrativo, Porrúa, México, 1988, págs. 20-21.
LA PR01ECCIÓN DE LOS ADMINISTRADOS 219
pág. 163.
75 Fraga, Gabino, op. cit., págs. 61-89, especialmente la pág. 63; resulta
interesante la óptica que del tratamiento del pancipio de legalidad hace José
de Jesús Rodríguez Tovar: "La aplicación del principio de legalidad, empero,
no se ha circunscrito a regular la actividad de la autoridad administrativa,
sino que se ha extendido también a fundamentar las obligaciones a cargo de
los particulares en el campo del derecho administrativo", "El principio de la
legalidad en el derecho administrativo", Revista de Investigaciones jurídicas,
Escuela Libre de Derecho, año 3, núm. 3, México, 1979, pág. 271.
220 MERCEDES PELÁEZ FERRUSCA
B) Tribunales administrativos
no, Porrúa, México, 1988, pág. 640 Yss.; Fix Zamudio, Introducción a la jus-
ticia administrativa, cit., págs. 82 y SS.; Vázquez Alfaro, José Luis, Evolución
y perspectivas de los órganos de jurisdicción administrativa en el
ordenamiento mexicano, llJ-UNAM, México, 1991, págs. 163 y ss.
LA PROTECCIÓN DE LOS ADMINISTRADOS 225
V. AMPARO ADMINISTRATIVO
a) Amparo directo
pág. 117.
103 Idem,
id., Ensayos sobreel derechode amparo, IIJ-UNAM, México, 1993, págs. 39-41.
109 Articulo 159 de la Ley de.Amparo.
b) Amparo indirecto
to emita el juez de distrito ver artículos 24, 83, 85, 124 Y141 de la Ley de
Amparo; Vid, Góngora Pimente1, Genaro, La suspensión en materia adminis-
trativa, Porrúa, México, 1993.
119 Vázquez Alfaro, op. cit., pág. 271-272.
VII. CONCLUSIONES
ción administrativa, podemos decir -de acuerdo con Fix Zamudio-, que cons-
tituyen uno de los instrumentos procesales indirectos de la protección, no sólo
de los derechos subjetivos ordinarios, sino también de los derechos funda-
240 MERCEDES PELÁEZ FERRUSCA
INTRODUCCIÓN
1. EN LA CONSTITUCIÓN MEXICANA
E
1marco jurídico de la intervención del Estado en la
economía, dentro de la Constitución federal, no se
ubica en un capítulo o título específico, sino que se en-
cuentra contenido en diversos artículos de la propia
• • • • •• Constitución, en donde se establece un sistema de eco-
nomía mixta y la rectoría estatal a través de la
planeación democrática, procurando la armonía de las
garantías individuales y del sector privado,con
los derechos sociales.
La actividad financiera del Estado debe satisfacer ne-
cesidades económicas, y procurar que todas las actividades de la
Administración Pública se desarrollen siempre buscando como
fin último el bien común de la sociedad en general, para tal
efecto la actividad financiera del Estado se lleva a cabo a través
de los recursos con que cuenta el propio Estado, luego entonces
podemos decir que la finalidad de dicha actividad es en
dos sentidos:
243
244 ALBERTO SILVA RAMOS
lítica de los Estados Unidos Mexicanos", Revista del Tribunal Fiscal del
Estado de México, mayo-agosto, 1980, año IV, núm. 10, pág. 49.
246 ALBERTO SILVA RAMOS
b) Elementos
1) Estructuras
2) Procedimientos
3) De material
4) De personas
1) Estructuras
2) Procedimientos
3) De material
4) De personas
Presidencialismo y Posmodemidad 93
Bernardo Bolaños Guerra
FECHA DE DEVOLUCION
RODRIGO GUTlÉRREZ RIVAS (MÉXICO, D. F., 1967)
Licenciado en Ciencias Políticas, miembro del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Becario
Internacional para realizar estudios de doctorado.
'1
MERCEDES PELÁEZ FERRUSCA (MÉXICO, D. F., 1969)
Estudió Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional Autónoma de México.
Actualmente trabaja en el Tribunal Superior Agrario.