Texto: 1 de juan 4
1Jn 4:16 Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído
en él porque lo hemos sentido en nosotros mismos. Dios es amor, y el que
permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.
1Jn 4:17 Así pues, si el amor de Dios está en nosotros como una realidad
perfecta, nosotros seremos imagen suya en este mundo y estaremos en
condiciones de aguardar con absoluta confianza el día del juicio.
1Jn 4:18 El amor no deja lugar al temor, porque cuando el amor alcanza su
perfección, desplaza al temor. El que teme es aquel que espera recibir alguna
suerte de castigo, esto es, aquel en cuyo corazón el amor no es una realidad
perfecta.
1Jn 4:19 Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.
1Jn 4:20 Si alguno dice: "Yo amo a Dios", y al mismo tiempo odia a su hermano,
es un embustero; porque si es incapaz de amar a su hermano, al que ve y
conoce, ¿cómo podrá amar a Dios, a quien jamás ha visto?
1Jn 4:21 De Dios hemos recibido este mandamiento que es preciso cumplir: El
que ama a Dios, ame también a su hermano.
Introducción.
Cuando leemos estos pasajes, parece que los creyentes no prestan mucha
atención a las implicaciones que esto contiene.