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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - DEPARTAMENTO DE HISTORIA


EMILY MICHEL LEÓN ROLDÁN
-Anthony McFarlane. Colombia antes de la independencia. Economía, sociedad y política.
Banco de la República-El Áncora, 1997. Parte II: La economía del colonialismo borbón: la
Nueva Granada y la economía atlántica, p. 153-279.
Un texto apropiado para acercarse a la comprensión de las condiciones del país en su período pre
independentista resulta ser “Colombia antes de la independencia. Economía, sociedad y política”,
escrito en 1997 por Anthony McFarlane, historiador económico e investigador inglés que se
especializó en estudios americanos con su doctorado de la Universidad de Londres; es además, en
la actualidad, miembro del Advisory Council of the for the Americas en UCL, y profesor de historia
latinoamericana en la Universidad de Warwick. Trabajó tópicos relacionados a los acontecimientos
dados en la etapa colonial y postcolonial de los países suramericanos. Entre sus obras destacan,
además de la ya mencionada, “Reform and Insurrection in Bourbon New Granada and Peru” y “El
Reino Unido y América: La Época Colonial”.

En la obra que nos convoca, puede evidenciarse que el autor hace uso de un método descriptivo y
analítico, haciendo una descomposición y análisis de fuentes de archivo colonial, censos y
testimonios de la época para extraer datos concretos que sustentan sus postulados. Hace énfasis
especial en los modos de funcionamiento administrativo y los hechos concretos que establecieron
las dinámicas económicas en la colonia. Con ello, en la Parte II del texto, el autor encuentra que la
economía neogranadina no tuvo un gran desenvolvimiento a comparación de las otras colonias
españolas, sino que más bien se limitó a una producción de subsistencia, con limitaciones para la
exportación de productos y la expansión económica, y lo que se propone a desarrollar a lo largo del
escrito, es hallar las razones de este fenómeno, preguntándose: ¿Por qué Nueva Granada no tuvo
un alto crecimiento económico, sino tuvo un desarrollo más bien restringido pese a los esfuerzos
que se hicieron por potenciar su economía?

Esta segunda parte, titulada “La economía del colonialismo borbón: la Nueva Granada y la
economía atlántica”, pretende contemplar las principales dinámicas de la economía neogranadina
que se generan desde las reformas borbónicas y sus efectos y alcances en la sociedad colonial. Para
desarrollar esta cuestión el autor se sitúa desde tres capítulos, donde cada uno desarrolla un
momento distinto en cuanto a los funcionamientos, prácticas y reformas que definieron el
funcionamiento crematístico del territorio.
En “4: La Nueva Granada y el sistema mercantil español, 1700-1778”, se desarrolla el
funcionamiento económico que se da desde la Guerra de sucesión española, teniendo como
consecuencia la implantación del decreto de comercio libre, y desembocando en la abolición del
monopolio de Cádiz como único puerto entre la metrópoli y la colonia, y el fin del sistema de flotas
y galeones que permeó durante años en el comercio ultramarino de Sudamérica. Estas dos
mecánicas fueron generando, mientras funcionaron, una economía granadina más bien rígida y
obstruida.

En “5: Comercio y economía en la época del comercio libre imperial, 1778-1796” Nos narra cómo
funcionó el comercio libre en Nueva Granada, sus alcances y consecuencias, así como también
describe algunos esfuerzos adicionales que se hicieron para potenciar la economía, como lo fue la
Real compañía de Minas y Planificaciones Industriales de Popayán, y las reformas de Mon y
Velarde. En este apartado desenvuelve la cuestión de las dificultades, retos y efectos que resultaron
de este decreto, y que trataré a profundidad más adelante.

Finalmente, en “6: Los comerciantes y el monopolio” describe las formas de trabajo de los
comerciantes de la región; la mayoría de ellos se concentraban en Cartagena, y se dividían en dos
tipos, los cargadores y los mayoristas residentes, dónde los primeros se encargaban del comercio
externo y de ultramar, y los segundos se limitaban a la redistribución local e interna. Estos dos
cargos gestionaban la actividad comercial del virreinato.

Siguiendo este hilo conductor, el autor haya los distintos acontecimientos y mecanismos que
impidieron la masificación y explotación económica de la Nueva Granada. Encuentra, que hubo
una fuerte intromisión extranjera en los mercados coloniales, tanto por medios legales desde el
tratado de Utrecht, como de contrabando, este último estimulado entre varios factores, por la
exportación de esclavos que servían como pretexto para hacer llegar mercancías ilegales. Además,
con el decreto de comercio libre, se incrementa la apertura al exterior y ocurre un aumento de
importaciones foráneas en el territorio, lo que causó un debilitamiento de los productos locales al
tener que competir con artículos extranjeros. Por otra parte, una mayoría de la población vivía al
interior del país en territorios como Bogotá, Tunja y Pamplona, lo que sumado a la precariedad de
los transportes y las comunicaciones internas, dificultó una mejor distribución de mercancías hacia
los puertos y el exterior, debilitando las posibilidades de exportación del virreinato.

Otros factores que favorecieron un estancamiento económico fueron, primero; la escasez de una
moneda circundante, por lo que las transacciones se hacían en su mayoría por crédito, trueque o
con polvo de oro sin procesar, denotando el atraso comercial del territorio. Y por otro lado, la
fijación de impuestos demasiado altos para los trabajadores, por lo que, aunque algunas de las
Reformas Borbónicas potenciaron la diversidad de exportaciones con productos como el algodón,
el cacao, la corteza de cinchona y el palo de tinte, los impuestos absorbían el excedente, y los
ciudadanos quedaban con ganancias apenas para sobrevivir.

También cabe destacar que la economía granadina giró desde la conquista, casi exclusivamente en
torno a la minería, lo que generó con el pasar de los años, una dependencia de la producción de oro,
y la falta de explotación de los demás recursos del país, ello convertiría la región en ineficiente,
lenta e introvertida en términos mercantiles. Es evidente también, que, pese a que durante este
período temporal las producciones y exportaciones de Nueva Granada aumentaron, estas no
significaron una gran cantidad de ganancias, y asimismo, no le suministraban a la corona grandes
riquezas como si fue el caso de Perú o México.

Dicho esto, puede evidenciarse que fueron diversos los factores por los que la Nueva Granada no
tuvo una amplia abundancia financiera, y se dieron en su mayoría porque la corona no tuvo gran
interés en implementar medidas que favorecieran el desarrollo de la región, como lo dijo el autor:
“El sistema mercantilista español, tal como funcionó durante la mayor parte del siglo XVIII, frustró
el desenvolvimiento económico del virreinato”1, más bien, las reformas tenían como objetivo el
abastecimiento monetario hacia España y el aumento de importaciones españolas, más no un
crecimiento económico para la colonia como tal.

La obra de McFarlane está sustentada adecuadamente por la cantidad de datos que suministra con
sus debidos soportes bibliográficos, además, el anexo de gráficos y tablas hace más ameno el
entendimiento de los postulados que desarrolla. Personalmente, el texto extendió fuertemente mi
perspectiva de la economía colonial, pues sabía poco o nada del tema. El reconocimiento de las
políticas y modos de funcionamiento de este aspecto de la Nueva Granada amplía mis perspectivas
sobre la época y la región, lo que, a su vez, nutre mi comprensión de la totalidad de la época
colonial.

Bibliografía:
-University College London. Anthony McFarlane. Recuperado de:
https://www.ucl.ac.uk/americas/anthony-mcfarlane

1 McFarlane., pp. 187.

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