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Un reflejo de mi lectura para mi conciencia

En estos dos últimos meses he pasado por muchas etapas, una de ellas es, la clase de escritura

universitaria. Esta en un principio fue simplemente un requisito que se contemplaba en el

pensum para poder desarrollar mi vida universitaria, sin embargo, desde la primera clase

cuando se indicó la pregunta: ¿Por qué es importante la escritura en mi vida universitaria? Lo

comprendí. Esta era una clase que me abriría los ojos a reconocer mis falencias, enfocándome

en que era lo que hacía bien en la lectura y escritura de textos académicos, en el primer caso se

me daba de maravilla la lectura, ya que podía comprender lo evidente y lo no evidente,

extrayendo fragmentos claves (dependiendo del tipo de texto) que en ocasiones podían darme

un panorama más amplio acerca de lo que se hablaba, esto era reconocible en las lecturas por

ende al poder extraer los fragmentos antes mencionados, podía tener una clase mas amena en

la que el sustento de esta era la participación. Además, tenía un buen uso de las palabras claves

de la lectura, ayudándome a organizar mis ideas y proyectarlas de manera coherente. Por otro

lado, la lectura incluyo todo un reto, debido a que en múltiples ocasiones tergiversaba

involuntariamente el propósito de lectura del texto que escribía, incluyendo ensayos en

resúmenes, tal y como lo hice al entregar mi primera versión del resumen, que definí como un

auténtico desastre. Esto se lo debía al poco rigor que comprendía al hacer un texto en otro

contexto, por lo que evidentemente, requería de un esfuerzo mayor.

Para superarlas, incluía repasos acerca de los tipos de textos, practica de lectura rápida,

reconocimiento de la pregunta y acudir en reiteradas ocasiones la recurso LEO, una

herramienta fundamental al desarrollar este tipo de trabajos. En efecto, todo esto compone la

sustancia misma del curso de escritura universitaria, por medio de la práctica, la prueba y error,

el uso de recursos complementarios y el interés propio. Influenciando de manera positiva el


desarrollo de textos académicos, como medio de comunicación primordial, en cualquier

carrera.

Como colofón, incluyo el compromiso en la relación maestro-estudiante, ya que, en cualquier

caso, así no fuera muy afín con la materia, el maestro fue para mi un ayuda vital a la hora de

encontrar falencias en mi proceso de escritura y de lectura. Ayudándome en el desarrollo de

mis competencias lectoras y mis competencias gramaticales.

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