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BUSCAR EL CIERRE

La situación consiste en que uno de los integrantes de la pareja, tiene las dos
últimas fichas de un “palo”, y su compañero ha jugado previamente, “sin pensada
previa”, el “palo” que acompaña una de las “cabezas”.

Por ejemplo: David tiene los dos últimos elementos del “palo” cuatro, el y el
, y su compañero Federico, ha jugado previamente, “sin pensada previa”, el
blanco.

Pues bien, por lo general, quienes se encuentran en tal situación, piensan tal solo
en repetir el “palo” iniciado por el compañero. En el ejemplo antes indicado,

colocan el .

Al efecto vale decir que tal jugada no es la correcta. El fundamento de tal


afirmación es el siguiente:

Si David en lugar de colocar el , coloca el , abre la posibilidad de que su


compañero, Federico, pueda repetir el blanco y se le pueda presentar la “tranca”,
con la cual, en principio, podría capturar más puntos que con la simple dominada.

Más aún, de ocurrir dicha situación, tendrá tiempo David, más adelante, para
repetir el “palo” iniciado “sin pensada previa” por su compañero Federico. Pero, no
debe negarse la posibilidad a que antes nos referimos, esto es, la castigada del

cuatro, con el y la posible repetición del blanco por parte de David.

Una vez más, se evidencia que el dominó no es tan simple como algunos
pretenden, ni tan complicado como alegan otros.

El dominó tiene Principios que deben ser conocidos y aplicados en la concepción y


ejecución de las jugadas, las cuales deben ser comprensibles y explicables, de
cara a la Doctrina y a las posibilidades fácticas de cada quien.

Y cerramos recordando que así como para lograr un buen tejido, se necesita
buena trama, buena urdimbre, buenos telares y buenos operarios; para lograr un
buen resultado en las “manos” de dominó se requiere de buenas jugadas, basadas
en buenos Principios, y buenos operarios, es decir, buenos dominocistas.

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