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En la presente voy a responder el correo electrónico que me hiciera llegar William

A. Acosta C., el cual a continuación transcribo parcialmente:

“Buenas tardes doctor Zaibert, mi nombre es William Acosta, conocido en internet


bajo el nick de (willart), necesito su ayuda referente a una jugada que me sucedió
días pasados en un club familiar donde de vez en cuando juego dominó, no soy
experto, me gusta jugarlo y mis tiempos libres se los dedico para aprender a jugar
bien.

Configuración inicial de cada jugador:

JA: , , , , , y

JB: , , , , , y

JC: , , , , , y

JD: , , , , , y

Forma como sucedieron los hechos:

1) Sale JA con , JB juega forzado , JC después de una pequeña pausa

juega y JD juega con pensada previa.

2) JA juega después de una pequeña pausa, JB sin pensada previa, JC

cuadra a 6 con con pensada previa y JD juega con pensada previa.


3) JA juega sin pensada previa, JB cuadra a 4 con sin pensada previa, JC

pasa y JD juega forzadamente.

4) JA juega forzadamente y JB finalmente juega cerrando a 4.

Soy el jugador JB admito mi tremendo error al ejecutar una cierre con pleno
desconocimiento de las fichas no jugadas, la pregunta es la siguiente ¿El jugador
JD realizó sus jugadas correctamente? Me refiero al caso de su imparable violín
del palo 5 que nunca mostró.”

Antes de entrar en materia, es menester considerar dos de las jugadas sucedidas:

La primera jugada de JC, la castigada del blanco con es incorrecta, ya que


inicia el “palo” cuatro, del cual no tiene más fichas. Es decir, deja de cumplir con el

Principio atinente a “Indicar lo que se tiene”, cuando puede y debe jugar el .

La segunda jugada de JA, la castigada del cuatro con el es igualmente


incorrecta, ya que inicia el “palo” cinco, del cual no tiene más fichas. Es decir, deja
de cumplir con el Principio atinente a “Indicar lo que se tiene”, cuando puede y

debe jugar el .

El jugar lo que se tiene constituye un Principio fundamental del juego. Iniciar


“palos” que no se tienen, es contrario a la naturaleza del juego, y es dejar a la
suerte el resultado del mismo.
Dicho esto, pasemos a considerar los dos planteamientos a que se contrae el
correo en referencia.

PRIMERO: Correcta y loable es la admisión del error cometido, al cerrar sin


conocer la ubicación de las fichas no jugadas. Tal conocimiento es necesario para
obtener un resultado favorable en las “trancas”. De no ser así, el resultado de las
“trancas” no dependerá de la persona, sino de la suerte. Y como lo he dicho y
reiterado cualquier cantidad de veces, el resultado de las “trancas” no es, ni debe
ser un asunto de suerte, de “cara o sello”, o de probabilidades.

SEGUNDO: El no inicio por parte del JD, de su mayoría de fichas del “palo” cinco,

cuatro en total: , , y , se debe analizar de cara a la pertinencia de


iniciar dicho “palo” en las jugadas en que pudo hacerlo, a saber:

A) En su primera jugada: las puntas del dominó en la mesa, presentaban el “palo”


cuatro y el “palo” seis. De haber iniciado el ataque con el “palo” cinco, tendría que

haber jugado el . En cuyo caso, dejaría de colocar (al menos en ese turno)

el , debiendo tener presente que al haber un cuatro ya colocado en la mesa,

el del JD estaba en cuarta, y su no colocación en esa primera ocasión, podría


significar su no colocación en el resto de la “mano”.

B) En su segunda jugada: las dos puntas del dominó en la mesa, presentaban el


“palo” seis. De haber iniciado el ataque con el “palo” cinco, tendría que haber

jugado el “sin pensada previa”, para informar sobre su fuerza en dicho “palo”.

En cuyo caso, dejaría de informar sobre la tenencia del .

En atención al análisis y consideraciones hechas, se infiere que la colocación “con

pensada previa” del , como la colocación “con pensada previa” del , fueron
correctas. Y la “tranca”, aunque apetecible para el JB, por los pocos puntos que le
quedaban en sus tres fichas, diez en total, no se debía ejecutar, tal y como él
mismo lo admite, por no conocer la ubicación de las fichas no jugadas.

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