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El Misterio de Dios Uno y Trino
El Misterio de Dios Uno y Trino
INTRODUCCION.
La compresión y explicación de la verdad sobre Dios revelada en la Sagrada Escritura, ha pasado por
un tortuoso camino a lo largo de la historia, en el cual ha habido aciertos y desaciertos. Las diversas
posturas tomadas se pueden agrupar, de forma general, en dos tendencias que, a su vez, se pueden
subdividir en otras. Por un lado tenemos a aquellos que, queriendo defender lo Trino en Dios, en
detrimento de su unidad. Y por el otro los que, por defender la unidad tergiversan la trinidad de
personas.
Los que afirman la Unidad de persona.
El Docetismo. El término viene del verbo griego “dokeo” que significa aparecer, apariencia. Es un
movimiento que basado en ideas gnósticas defiende que Cristo no tomó un cuerpo real, sino aparente,
ya que la materia es intrínsecamente mala y por ende no es posible que Dios se haga hombre. Ya el
Nuevo Testamento alude a esta cuestión: “Todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en la carne
es de Dios y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios, ese es del Anticristo” (1Jn. 4,2-3;
cf. 1Jn 2, 18ss; 2Jn 7)
El modalismo. Movimiento que defiende lo uno en Dios, afirmando que existe un solo Dios y que
tanto el Padre, el Hijo y el Espíritu no son más que tres “modos” que tiene el único Dios de aparecer.
Una versión del modalismo es el conocido como “modalismo patripasiano”, el cual afirma que
existe un solo Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo son sólo modos de aparecerse el Padre. De
esta manera es que Padre quien sufre en la cruz. De ahí el nombre de “modalismo Patripasiano”
(Pasión del Padre).
Los que afirman la Trinidad de personas
Subordinacionismo. Movimiento que ponen el énfasis en la unicidad de Dios y para defenderla
reducen al Hijo Jesucristo y al Espíritu a simple divinidades subordinadas a Dios, los cuales merecen
una prudente veneración, pero nunca se deben igualar a Dios. El Hijo Jesucristo es semejante Dios y
es el primero de las criaturas, el prototipo de las mismas, pero nunca Dios. Citan para defender sus
ideas los textos siguientes:
• “El Padre es mayor que yo” (Jn 14,28.
• “Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicias de los que mueren. Porque
como por un hombre vino la muerte, así, por un hombre, la resurrección de los muertos. Y
como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada uno por su
turno: el primero, Cristo; luego, cuando Cristo vuelva, los que son de Cristo. Entonces vendrá
el fin, cuando él destruya todo señorío, todo poder y toda fuerza y entregue el reino a Dios
Padre. Pues es necesario que él reine hasta poner a todos sus enemigos bajo sus pies. El
último enemigo en ser destruido será la muerte, porque todo lo puso bajo sus pies. Pero
cuando dice que todo le está sometido, está claro que exceptúa a Dios, que fue quien le
sometió todas las cosas. Cuando todo le esté sometido, entonces también el Hijo se someterá
al Padre, que le sometió todo a él para que Dios sea todo en todas las cosas. 1Cor15, 20-28.
Otros textos: Mt. 19,16; Lc. 18,18; He 2,36; Flp 2,5-11.
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- Triteísmo.
Este movimiento pone énfasis en lo trino de Dios y acepta la existencia de las tres divinas personas,
defendiendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres substancias independientes y autónomas.
Es decir tres dioses.
En las primeras comunidades se vivía una especie de “tranquilla possessio”. Los cristianos vivían y
proclamaban su fe en el Dios Trinitario sin mayores cuestionamientos, éstos vinieron después.
CERINTO.
Judeo cristiano gnóstico, contemporáneo de Juan y muerto en el año 96 en tiempo de Domiciano.
Defiende la existencia de un Dios – Padre Supremo, el cual no es el creador del mundo, pues éste fue
hecho por un “demiurgo” que lo desconoce, ya que se encuentra muy por debajo de Él.
Jesús no es Dios, es un gran profeta sobre quien, en el bautismo, descendió una “potencia divina” “El
Cristo”, en forma de paloma, capacitándole para hacer milagros y dar a conocer al Dios – Padre, el
cual, hasta el momento, era desconocido . Como esa potencia era de corte espiritual no podía sufrir,
por eso lo abandona en el momento de la pasión y de la muerte.
Afirma que Jesús es un hombre verdadero, con un cuerpo real y nacido de la unión de María y José,
como todos los seres humanos. Es igual en todo a los demás, sólo que le supera en justicia, sabiduría,
prudencia.
Cree en la resurrección y espera que al final de los tiempos, Cristo ha de instaurar un reino terrestre,
de corte material en el cual se restaurará el culto en Jerusalén.
IGNACIO DE ANTIOQUÍA.
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Enfrentó las herejías docetistas-gnósticas, defendiendo y exponiendo la fe. Fue obispo de Siria y
mártir en tiempo del emperador Trajano quien lo condenó a las fieras ya anciano en 109.
Sus escritos son un testimonio de la fe trinitaria:
“Y es que son piedras del Templo del Padre, preparadas para la construcción de Dios-Padre,
levantadas a las alturas por la palanca de Jesucristo, que es la cruz, haciendo veces de cuerda el
Espíritu santo” (Efes. IX,I:SIG 90)
“Pongan, pues, todo empeño en afianzarse en los decretos del Señor y de los Apóstoles, afín de que
todo cuanto hicieran les salga prósperamente, en la carne y en el espíritu, en la fe y en la caridad,
en el Hijo, en el Padre y en el Espíritu” (Magn. XIII,I: SIG 96.
Con su doctrina defendió:
- Cristo es verdadero hombre:
“Porque todo eso lo sufrió el Señor por nosotros para que nos salvemos; y lo sufrió verdaderamente,
así como verdaderamente se resucitó a sí mismo, no según dicen algunos infieles que sólo sufrió en
apariencia, ¡ellos sí que son la pura apariencia! (Esmirna II)
- Cristo es verdadero Dios:
“Bien hiciste en recibir, como a ministros que son de Cristo Dios, a Filón y Reo” (Esmirna X)
“Yo glorifico a Jesucristo Dios” (Esmirna I)
“La verdad es que nuestro Dios Jesús, el Ungido, fue llevado…” (Ef. XVIII,2)
- El Hijo procede y es enviado del Padre.
“Hay un solo Dios, el cual se manifestó, así mismo por medio de Jesucristo, su Hijo, que es Palabra
suya, que procedió del silencio y de todo en todo agradó a Aquél que le había enviado”. (Magn. VIII)
- El Espíritu Santo aparece junto al Dios-Padre y el Hijo-Dios. La poca claridad de los textos
han hecho que algunos piensen que sólo lo concibe como una fuerza divina. Sin embargo esto
se debe a que su principal preocupación era demostrar que Cristo es verdadero Dios y
verdadero hombre.
“El hecho es que Jesucristo, nuestro Dios, fue concebido por María, según lo dispuso Dios, del linaje
de David, cierto. Y también por obra del Espíritu Santo”. (Ef. XVIII, 2)
MARCIÓN.
Aunque su doctrina no puede ser considerada enteramente gnóstica se reconocen en ella algunas ideas
gnósticas, que dan a su pensamiento un toque muy especial.
Excomulgado y expulsado en su juventud de su iglesia natal (Sínope de Paglagonia, junto al Mar
Muerto) por su padre que era el obispo, se refugia en Roma en 139 y en el 144 fue también expulsado,
pasando a formar su propia iglesia.
Teólogo, comerciante y político, Marción da a su iglesia una rígida organización y doctrina que la
distingue de los demás grupos gnósticos. Según él existen dos principios (dos dioses):
- Uno del Antiguo Testamento, que se distingue por ser justiciero y riguroso, que impone una
ley que ni los mismos judíos pueden cumplir. Ese Dios es quien hizo el mundo, no de la nada,
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sino de una materia informe, eterna, la cual constituye el principio de la maldad. Por eso
defiende que de este Dios vienen los dolores y sufrimientos.
- El otro es el Dios revelado en el Nuevo Testamento, que es un Dios de amor, misericordia,
que atrae a las personas con su infinita bondad.
Marción rechazará el Antiguo Testamento en un escrito llamado “Antítesis”. Y compone una nueva
versión del Nuevo Testamento donde tacha la primera parte del Evangelio de Lucas, la Carta a los
Hebreos y las Cartas Pastorales; por entender que se refieren al Dios del AT.
La Iglesia pronto reacciona a estas ideas de Marción, las cuales son refutadas por muchos padres,
entre ellos: Justino, Ireneo, Hipólito, Tertuliano, entre otros.
TACIANO.
Taciano nació en Siria, de una familia pagana, abrazó el cristianismo ya mayor. Viajó mucho, y en
uno de sus viajes fue a Roma, donde conoció a San Justino, y fue discípulo suyo. A su vuelta a
oriente, hacia el año 172, fundó la secta de los gnósticos-encratitas, según relata Eusebio (HE IV
29,1).
Su aporte en nuestro tratado viene dado por sus esfuerzos por clarificar cómo es posible que ser se dé
la generación del Logos por el Dios Padre, sin que en Este se produzca una división y así se rompa el
monoteísmo.
Para ello acude a la metáfora del fuego: así como una llama da vida a otra sin ser disminuida ni
dividida, así el Padre genera el Hijo sin ser disminuido ni dividido. El Hijo (Logos) participa, por
tanto, de la misma naturaleza espiritual del Padre.
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SAN IRENEO DE LIÓN (+ 202)
Nació en Asia Menor (± 135/140), hijo de padres paganos. Desde su juventud
conoció en Esmirna al obispo Policarpo, que había sido discípulo de la escuela
joánea en Efeso. En el año 177 se hallaba en Lyon, cuando el presbiterio lo envió
a Roma, con cartas para el Papa, a fin de consultarle sobre asuntos de la Iglesia
de las Galias que en ese momento se hallaba gravemente perseguida.
Cuando San Ireneo regresó de Roma, se encontró una comunidad muy
destrozada. Por causa de la fe fueron asesinados el obispo Fotino, ya muy
anciano, junto con muchos miembros de su clero y multitud de seglares.
Entonces San Ireneo fue elegido para suceder al obispo martirizado.
Acuciado por el problema de las sectas heréticas, sobre todo las de tinte
gnóstico, escribió su obra Exposición y refutación de la falsa gnosis,
normalmente conocida como Contra los herejes, durante el pontificado de San
Eleuterio, alrededor de los años 180/190. Muy poco se conoce sobre su muerte.
La Iglesia lo venera como mártir, pues según la tradición antigua, habría muerto
entre la multitud que fue masacrada durante la persecución de Séptimo Severo
(± 200/202).
Como Obispo buscará reafirmar la tradición de la Iglesia, sin hacer mucho énfasis en las
especulaciones filosóficas, pues considera que éstas carecen de autoridad divina. Su preocupación se
centra en delimitar que es lo que hay que creer y por ello se remonta a los apóstoles, logrando armar
el árbol genealógico de tres iglesia: la de Esmirna que se remonta a Juan, la de Éfeso que se remonta
a Pablo y la de Roma que se remonta a Pablo y Pedro.
En su obra más importante, el “Adversus Haereses”, podemos encontrar, entre otras, las refutaciones
a Marción y su doctrina sobre Dios.
- No hay oposición alguna entre el Dios revelado en el AT y el revelado por Jesucristo en el
NT, sólo hay revelación progresiva. No hay dos dioses, es uno sólo creador de todo y Padre
del Logos.
- La creación es el primer encuentro de Dios con la persona humana, la cual es su imagen y
semejanza. La palabra del Génesis “hagamos” las aplica al Padre hablando al Hijo y al
Espíritu; los cuales considera alegóricamente las “manos del Dios”, ejecutores de las
revelaciones divinas. Esta expresión podría interpretarse con cierto sabor subordinacionista,
pero es fruto de las limitaciones de nuestro lenguaje.
- Después del pecado la imagen de Dios en la persona fue desfigurada y Dios la ha ido
devolviendo a su estado original mediante un proceso desarrollado en tres etapas:
o En el A T, el espíritu que preside la historia desde antes de la creación, habla por los
profetas, prepara la llegada de Cristo y realiza la encarnación del Verbo en el seno de
María.
o Después mediante su Hijo Jesucristo se nos revela como Padre y nos regala la filiación
adoptiva.
o Finalmente en Pentecostés, gracias al espíritu que Cristo nos envía de parte del Padre,
la persona llega a hacerse semejante a Dios, participando de su misma naturaleza
divina.
- Dios Padre tiene un Hijo que es Dios como Él y que procede de Él por generación eterna e
inenarrable, ya que tienen la misma naturaleza. Sólo por medio de éste Hijo llegamos al Padre,
es el revelador del Padre.
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- El Padre y el Hijo tienen un Espíritu que, al igual que ellos, es Dios. Los tres existen desde la
eternidad.
El Espíritu habitando en las personas las conduce a la plenitud, transformándolas interiormente hasta
deificarlas acercándolas al Hijo y por éste al Padre. De este modo toda la historia es trinitaria. A este
proceso Ireneo le llama recapitulación.
Ireneo no hace una disquicisión filosófica sobre Dios, se limita a confesar la fe al mismo tiempo que
defiende la unidad de la historia. Su reflexión es básicamente una visión trinitaria económico-
salvífica. Con todo, en sus escritos encontremos conceptos tales como “ousia”= naturaleza;
“homousios”= consubstancial; “hypostasis”= persona; los cuales sirvieron de base en las posteriores
reflexiones trinitarias de corte ontológicas.
PRAXEA
Poco se sabe de él, parece que vivió en el norte de África hacia el año 200 dc. Es considerado un
“moralista patripasiano”, ya que afirma que sólo existe el Padre; el Hijo y el Espíritu Santo son dos
modos de aparecer del Padre.
El Padre es quien se ha hecho hombre en el seno de María, y por tanto, es el Padre quien sufre en la
cruz. De ahí lo de patripasiano “patri passio”.
TERTULIANO (+225)
Es considerado el primer gran teólogo latino. Para el caso que nos ocupa su principal obra es el
“Adversus Paxeam”. Fue un gran expositor y creador del lenguaje teológico. Al final de su vida abraza
el Montanismo.
Su doctrina trinitaria.
Su punto de partida es la fe, de ahí se presente como un testigo de la fe que ha recibido de sus padres
y de las “iglesias madres”, la cual se encuentra en la Sagrada Escritura (trinidad económico –
salvífica)
Desde ahí desarrolla una importante reflexión que lo coloca como el gran teólogo de la trinidad
ontológica. Sus aportes:
- Realiza una clarificación de conceptos, los cuales hasta entonces estaban confusos.
- Es el primero en acuñar el término “trinitas” para referirse a lo diverso en Dios.
- Es el primero en expresar el ser de Dios con los conceptos de “tres personas y un solo Dios"
- Es el primero utilizar el término persona para referirse a cada uno de los tres divinos. Concibe
el concepto de persona en términos jurídicos: un ente con individualidad y responsabilidad.
- Para explicar lo uno y lo trino en Dios utiliza una analogía sacada de la administración del
estado, la cual se puede expresar de la siguiente manera:
o Una administración se fortalece si el Rey tiene sus ministros que le ayudan. Mientras
que se destruye si alguno actúa de forma contraria, opuesta, distinta al rey.
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o Si esto sucede en lo humano “cuánto más en Dios”. Si creemos que el Hijo y el Espíritu
siendo diferentes del Padre tienen el mismo poder, naturaleza y rango. Es decir son la
misma substancia.
- Para completar lo expuesto anteriormente Tertuliano establece un paralelo entre la Trinidad y
el principio del derecho romano que admite varios emperadores y un solo imperio. “Igual que
se divide el territorio y no el poder, así la unicidad de Dios queda intacta en la fe de la iglesia”.
- Para explicar lo trino, sin atentar contra lo uno, recurre a la llamada “relación de origen”, la
cual no implica separación, sólo distinción. Veamos:
o El Hijo procede del Padre como de la raíz el retoño, de la fuente el arroyo, del sol el
rayo de luz.
o Todo origen es una paternidad y todo lo que procede es engendrado.
o Ni el retoño es diferente de la raíz, ni el arroyo de la fuente, ni el rayo del sol; así
tampoco la Palabra es diferente del Padre. Aunque no son la misma cosa.
o El Espíritu es una tercera realidad que procede del Padre y del Hijo, como el fruto que
procede de la raíz por el retoño; el río que procede de la fuente por el arroyo; el punto
de luz que procede del sol por el rayo.
- Para explicar las relaciones que se dan hacia lo interno de la trinidad adopta la analogía de las
operaciones sociológicas del alma humana: entender y querer.
o El ser humano, que es imagen y semejanza de Dios, si se mira así mismo verás que
piensa y ese pensamiento genera una palabra, la cual expresa una voluntad.
Pensamiento, Palabra y Voluntad siendo tres son expresiones de una misma alma.
- El lenguaje que usa a veces deja un sabor subordinacionista, como cuando llama al Hijo y al
Espíritu vicarios del Padre, pero sólo se trata de la pobreza de nuestro lenguaje, ya que en su
propuesta teológica defiende la igualdad de los tres divinos.
1
. Xavier Pikaza. Enchiridion Trinitatis. Secretariado Trinitario. Pág. 51.
35
o El Hijo es imagen de la bondad de Dios, pero no el bien en sí.
o El Padre se autodona por amor en el Hijo y es el Espíritu Santo.
- El Hijo y el espíritu reciben su ser del Padre al ser engendrados antes de la creación. Procede
del Padre, “pero no por división”, sino como la voluntad procede de la razón. No por adopción,
sino por naturaleza. Es omousion, de la misma naturaleza del Padre, por tanto es Dios. “No
decimos… que una parte de la sustancia divina se derramó en el Hijo o que el Hijo fue
procreado por el Padre a partir de la nada, esto es, fuera de su substancia, como si hubiera
un tiempo en el que él no existía, dejando de lado todo sentido corporal, decimos que el Verbo
y la Sabiduría fueron engendrados del Dios invisible e incorpóreo, sin ninguna pasión
corporal, como cuando la voluntad procede de la mente”(De principiis IV, 28)
- Todo lo concerniente al origen del Espíritu Santo lo considera teología libre, no definida por
la iglesia. Acepta su eterna divinidad y defiende que goza de la misma dignidad del Padre y
el Hijo.
- Defiende la existencia de una gradación en el campo de acción de los tres divinos, no en su
ser o dignidad.
o El Padre tiene su campo de acción en todos los seres.
o El Hijo a todas las criaturas racionales.
o El Espíritu a los justos.
“Dios Padre otorga, ante todo, la existencia; la participación en Cristo, cuyo ser es la
Palabra de la razón, hace que los seres sean racionales… Y la gracia del Espíritu Santo,
presente en aquellos seres que no son santos por esencia, hace que ellos sean santos por
participación” (De Principiis I, 3:7-8)
ARRIOS (+336)
Veamos su pensamiento de corte subordinacionista:
- Para él existe un solo Dios, ingénito, eterno, sin principio, el cual no puede comunicar su
substancia ya que esto implica que es compuesto, divisible, corpóreo, mudable.
- El Hijo si es engendrado, no puede ser Dios, ya que esto sería una contradicción, pues para
ser Dios debe ser ingénito. Además si existe fuera de Dios es creado, ya que solo existen Dios
y su creación, lo finito y lo infinito.
- Defiende la existencia de una trinidad, pero no de glorias iguales, sus substancias no se
mezclan una es infinitamente más gloriosa que las otras.
- Hubo un tiempo en que Dios no era Padre, comenzó a serlo cuando crea al Hijo. Pero entes
de crearlo era Dios eterno, increado, ingénito.
- El Hijo es el primero de todas las criaturas. Fue creado de la nada y es la más perfecta de toda
la creación. Es una especie de divinidad (dios) de segundo orden. Es hijo de Dios no por
naturaleza, sino en sentido moral, por adopción.
Estas ideas fueron combatidas por el concilio de Nicea.
El punto de partida.
Eusebio Nicomedia propuso a la Asamblea una propuesta de símbolo el cual fue rechazado al ser
considerado demasiado favorable a los arrianos. Entonces Eusebio de Cesarea propuso el símbolo
bautismal de su iglesia, el cual fue tomado como punto de partida para la redacción del credo de
Nicea; el cual fue firmado por todos menos dos.
El credo que sirvió de base fue este:
Creemos en un Dios, Padre Todopoderoso,
el creador de todas las cosas visibles e invisibles;
y en un señor Jesucristo, el Verbo de Dios,
Dios de Dios, luz de luz, vida de vida,
Hijo unigénito, primicia de toda la creación,
ante todos los siglos engendrado del Padre,
y por medio del cual todo fue hecho,
quien encarnado por nuestra salvación y habitando entre los hombres,
y sufriendo y resucitando al tercer día
y subiendo al Padre, vendrá de nuevo con gloria a juzgar vivos y muertos.
Creemos también en el Espíritu Santo.
Creemos que cada uno de ellos es y existe,
que el Padre es verdaderamente Padre, y el Hijo verdaderamente Hijo,
y el Espíritu Santo verdaderamente Espíritu Santo,
como nuestro Señor lo ha dicho al enviar a predicar a sus discípulos:
“Id, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo”2.
2
. Socrastes: Historia Eclesiástica. 1,8: PG 67,69.
37
se hizo hombre, padeció y resucitó al tercer día,
subió los cielos y ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Y en el espíritu Santo.
Mas a los que afirman: Hubo un tiempo en que no fue y que antes de ser engendrado no fue y que fue
hecho de la nada, o los que dicen que es de otra hipóstasis o de otra substancia o que el Hijo de Dios
es cambiable o mudable, los anatematiza la Iglesia católica. (DZ 54)
DE NICEA A CONSTANTINOPLA.
¿y el Espíritu Santo?
es Espíritu de Dios y Espíritu de Cristo.
“Se llama Espíritu de Cristo porque está íntimamente unido a Él por naturaleza de tal forma que, si
alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo”.
(Sobre el Espíritu Santo. 18).
39
CONSTANTINOPLA.(381)
➢ Este concilio se limita a afirmar todo lo dicho en Nicea en lo referente al Padre y al
Hijo.
➢ En cuanto al Espíritu Santo agrega lo siguiente:
➢ Creo en el ESPÍRITU SANTO,
➢ Señor y dador de vida,
➢ que procede del Padre y del Hijo,
➢ que con el Padre y el Hijo,
➢ recibe una misma adoración y gloria,
➢ y que habló por los profetas.
SAN AGUSTIN.
40
- Los nombres (Padre, Hijo y Espíritu Santo) son nombres relativos, son relaciones. El padre es
Padre por tener un Hijo y el Hijo es Hijo por tener un Padre. Dirá:
“En Dios nada se afirma según el accidente, porque nada mudable hay en Él; no obstante,
no todo cuanto de Él se enuncia se dice según la sustancia. Se habla a veces de Dios según la
relación (ad aliquid). El padre dice relación al Hijo y el Hijo dice relación al Padre, y esta
relación no es accidente, porque uno será siempre Padre y el otro siempre es Hijo…
Mas como el Padre es Padre por tener un Hijo, y el Hijo es Hijo por tener un Padre, estas
relaciones no son según la sustancia, porque cada una de estas personas divinas no dice habitud
a sí misma, sino a otra persona o también entre sí; más tampoco se ha de afirmar que las
relaciones sean en la Trinidad accidentes, porque el ser Padre y el ser Hijo es en ellos eterno e
inconmutable. En consecuencia, aunque sean cosas diversas ser Padre y ser Hijo, no es esencia
distinta; porque estos nombres se dicen no según la sustancia, sino según lo relativo; y lo relativo
no es accidente, pues no es mudable”. 3
Y lo mismo se afirma acerca del Espíritu, aunque en esta relación hay que matizar que en esta
relación no se expresa con claridad la correlatividad.
“Y, pues, Padre, Hijo y Espíritu Santo son un solo Dios, y Dios es Santo y Dios es Espíritu,
se pueden llamar Trinidad y Espíritu Santo. No obstante, este Espíritu Santo, que no es la
Trinidad, sino que está en la Trinidad y se denomina por antonomasia Espíritu Santo, dice
habitud, pues indica referencia al Padre y al Hijo, siendo como es Espíritu del Padre y del Hijo.
Mas la relación no aparece en el nombre, pero se manifiesta cuando se le dice Don de Dios. Y es
Don del Padre y del Hijo, pues también procede del Padre, como lo afirma el Señor”. 4
Que es la Trinidad.
Pondrá de manifiesto la dificultad del lenguaje para definir lo que es la Trinidad con propiedad. Lo
desconcierta el término persona aplicado a Dios, pero lo usa compelido por la pobreza del lenguaje
humano: “Lo que nosotros, siguiendo la costumbre, decimos de la persona, lo entienden los griegos,
conforme al genio de su idioma, de la sustancia. Ellos dicen tres sustancias y una esencia. Nosotros
tres personas y una esencia o sustancia. ¿Qué nos resta, pues, sino confesar que estas expresiones
son partos la indigencia al hablar en numerosas disputas contra las insidias y la herejías?”5
“Cuando se nos pregunta que son estos tres, tenemos que reconocer la indigencia extrema de nuestro
lenguaje. Decimos tres personas, para no guardar silencio, no para decir lo que es la Trinidad” 6
Partiendo de que el ser humano es imagen y semejanza de Dios desarrollará dos analogías:
3
De Trinitate, V. 5,6: BAC. Obras Completas de San Agustín.
4
De Trinitate V, 11,12.
5
De Trinitate VII; 4,8-9.
6
De Trinitate V; 10,11.
41
“Cuando la mente se ama existen dos cosas, la mente y su amor, y cuando la mente se conoce hay
también dos realidades, la mente y su noticia. Luego la mente, su amor y su conocimiento son como
tres cosas y las tres son unidad…Y si somos capaces de verlas, nos damos cuenta de que estas cosas
existen en el alma”7
Del amor.
Dios es amor y para que haya amor es necesario que existan tres: el amante, el amado y el amor con
que se aman. “Ves la Trinidad, si ves el amor.”8 “¿Qué es la dilección o caridad, tan ensalzada en
las escrituras Divinas, sino el amor del bien? Más el amor supone a un amante, y un objeto que se
ama con amor. He aquí, pues, tres realidades: el que ama, lo que se ama y el amor.” 9
En la analogía el Padre es el amante, el Hijo el amado y el Espíritu el amor con que se aman el Padre
y el Hijo.
7
De Trinitate IX; 4,4-6.
8
De Trinitate, VIII; 8,12.
9
De Trinitate, VIII; 10,14.
10
J Quasten Patrología II pag. 83.
11
De FIDE Ortodoxa I, 12. MG 94,849.
12
De familia noble y muy religiosa, emparentada con los Bardas, recibió una esmerada educación y
llegó a ser uno de los hombres más cultos de su tiempo en todas las ramas del saber que practicó:
Gramática, Dialéctica, Oratoria, Escrituras, Teología, Derecho. Se dedicó en un principio a la
Defiende la procedencia del Espíritu sólo del Padre y para defender su postura hace
42
desaparecer de la expresión de los padres griegos el (dia). Esto causará grandes distorsiones
ya que los teólogos posteriores considerarán a Focio como el auténtico intérprete de la
teología de los padres griegos.
En el s XI aparece Miguel Cerulario con quien se sella la ruptura definitiva.
docencia y luego pasó a la Corte; durante el reinado del emperador Miguel III, fue presidente de la
Cancillería imperial y realizó delicadas misiones diplomáticas, como por ejemplo la embajada ante
el califa de Bagdad.
Tras la deposición de Ignacio, el emperador Miguel III designó a Focio como patriarca de
Constantinopla en el año 858. El nombramiento no recibió la confirmación del papa Nicolás I, pues
Focio no era eclesiástico y en pocos días, del 22 al 25 de diciembre del año 858, recibió desde la
tonsura hasta la consagración episcopal; es más, el obispo consagrante fue Gregorio Asbesta, que en
aquel momento estaba suspendido y excomulgado tanto por el patriarca Ignacio como por el papa
Benedicto III; la legitimidad del nuevo patriarca era pues, como mínimo, discutible. El papa
condenó a Focio en 863.
Para resolver la disputa entre los partidarios del depuesto Ignacio, los del papa y los partidarios de
Focio encabezados por el emperador mismo se convocó un concilio en el que Focio estableció las
bases de la futura separación entre las Iglesias de Constantinopla y Roma. La Iglesia romana fue
acusada por él de haber alterado el credo y de considerar al patriarca de Constantinopla a inferior
nivel que el pontífice romano. Todavía se embrolló más el asunto y en el año 867 Focio era
depuesto por el emperador Basilio I, siendo sustituido por Ignacio, mientras que el VIII Concilio
Ecuménico (869-870) le condenaba. La muerte de Ignacio en el año 878 motivó la reelección de
Focio como patriarca, lo que provocó que el papa Juan VIII decidiera excomulgarlo. Como
Patriarca de Constantinopla tuvo preocupaciones apostólicas y pastorales, enviando misioneros a
Bulgaria. Tras subir al trono León VI, Focio fue depuesto y tuvo que exiliarse a Armenia, donde
murió.
43
- Propuesta de Juan pablo II a Dimitros, Patriarca de Constantinopla, para que el texto
normativo y dogmático sea el del 381.
44
EL CAMINO DE SAN AGUSTÍN A SANTO TOMÁS.
13
Xabier Pikaza. Enchiridion Trinitatis. Pág. 180.
14
Idem. Pág. 181.
15
Idem. Pág. 182.
31
La monarquía del Padre, existente a lo interno de la Trinidad, nos ayuda a ver lo Uno en Dios. Todo
procede del Padre y se centra en Él como principio y núcleo de la divinidad. “El Padre posee el ser
por Sí mismo y de nadie recibe lo que tiene. Por el contrario, Él es la fuente y el principio, para
todos, de su naturaleza y de su manera de ser… Por tanto todo lo que tiene el Hijo y el Espíritu, y su
ser mismo, lo reciben del Padre… Cuando consideramos en Dios la causa primera, la monarquía,
vemos la unidad” 16 De igual modo cuando contemplamos al Hijo y al Espíritu nos acercamos a la
trinidad. Pero cuando consideramos a Aquellos en quienes es la Divinidad o, mejor dicho, a Aquellos
que son la Divinidad misma, las personas que proceden de la causa primera, es decir, de las
Hipóstasis del Hijo y del Espíritu Santo, entonces adoramos a los Tres” (idem)
Para explicarlo usa la siguiente analogía: Dios (Padre) existe y tiene una Palabra (Verbo) y este Verbo
como existe tiene Espíritu.
Esto nos muestra como las tres hipóstasis comparten la misma esencia o naturaleza divina, son
consubstanciales.
Esta consubstancialidad no implica confusión, ya que cada una de la hipóstasis posee su propia
particularidad. El Padre es ingénito, pues no recibe de nadie su ser; el Hijo es engendrado de la esencia
del Padre fuera del tiempo y desde toda la eternidad; el Espíritu Santo procede de la esencia del Padre,
a través del Hijo. “La no-procedencia, la filiación y la procesión… son las únicas propiedades
hipostáticas por las cuales difieren las Tres santas Hipóstasis… En todo son Uno, el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo, salvo en la procedencia, la filiación y la procesión” 17
La inhabitación Trinitaria (La Perijoresis)
Unos de los aportes más significativos de San Juan Damasceno a la teología actual es su doctrina de
la inhabitación trinitaria, explicada a partir del concepto de perijoresis. Se refiere al movimiento
intratrinitario, por el cual cada persona brota de la otra y habita en ella, ocupando el padre un lugar
determinante.
Las hipóstasis se encuentran unidad, no para confundirse o anularse, sino para contenerse la una a la
otra, manteniendo cada su propia particularidad. (mas adelante volveremos sobre esta cuestión)
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Dios, para nosotros no es evidente, sino que necesitamos demostrarlo a través de aquello que es más
evidente para nosotros y menos para su naturaleza, esto es, por los efectos.”
La existencia de Dios ¿es o no demostrable? a. 2
Tomás responde: “Toda demostración es doble. Una, por la causa, que es absolutamente previa a
cualquier cosa. Se la llama “a causa de”. Otra, por el efecto, que es lo primero con lo que nos
encontramos; pues el efecto se nos presenta como más evidente que la causa, y por el efecto llegamos
a conocer la causa. “Se la llama porque”. La existencia de Dios, aun cuando en sí misma no se nos
presenta como evidente, en cambio sí es demostrable por los efectos con que nos encontramos.”
La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas:
1. La primera y más clara es la que se deduce del movimiento.
2. La que se deduce de la causa eficiente.
3. La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario.
4. La cuarta se deduce de la jerarquía de valores que encontramos en las cosas.
5. La quinta a partir del ordenamiento de las cosas.
¿Quién es Dios?
Cuando de algo se sabe que existe, falta averiguar cómo es para que se llegue a saber qué es. Como
quiera que de Dios no podemos saber qué es, sino qué no es, al tratar de Dios no podemos centrarnos
en cómo es, sino en cómo no es. De este modo llega a la conclusión de que Dios en sí mismo es:
Simple. q.3.
Perfecto. qq.4-6
Infinito. qq. 7-8
Inmutable. qq. 9-10
Uno. q. 11. Se demuestra por tres razones: su simplicidad, su infinitud y por la unidad del mundo.
2. Dios es Trino.
Para mostrar que Dios es Trino acude al concepto de relación de origen.
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un proceso en sí mismo, que es el de concebir lo conocido como algo que proviene de la fuerza
intelectiva y de su conocimiento.
Como Dios está por encima de todo, lo que está en Dios no puede ser entendido tal como entienden
las criaturas de este mundo, que son criaturas corporales, sino por la semejanza con las criaturas
supremas que son sustancias intelectuales, cuya semejanza tampoco llega a dar la medida exacta de
lo divino.
Por lo tanto, no hay que entender la procesión tal como se da en los seres corporales, bien por el
movimiento local, bien por la acción de alguna causa sobre su efecto, como el calor por la calefacción
en lo calentado; sino como emanación inteligible, como la palabra que permanece en el mismo que
la dice.
En las personas divinas, la procesión de la Palabra se llama generación. Para demostrarlo, hay que
tener presente que nosotros utilizamos el término “generación” en un doble sentido.
1. Con carácter general para todo lo reproducible y corruptible. En este sentido, generación no
es más que el paso del no ser al ser.
2. Con carácter propio para los vivientes. En este sentido, generación indica el origen de algún
viviente unido al principio viviente. Su nombre es el de “nacimiento”.
No a todo “nacimiento” se le llama engendrado, sino sólo y propiamente a lo que procede por razón
de semejanza. Por ejemplo el pelo o cabello no tiene razón de engendrado ni de hijo, ni los gusanos
que se engendran en los animales tienen razón de generación y de filiación, aun cuando haya
semejanza de origen.
Para tener razón de tal generación se requiere que proceda por razón de semejanza con la misma
naturaleza, como el hombre procede del hombre y el caballo del caballo. No obstante, en los vivientes
que pasan de la potencia al acto de vivir, como los hombres y los animales, su generación incluye
ambos sentidos.
Y si hay algún viviente cuya vida no pasa de la potencia al acto, la procesión en tal viviente excluye
completamente el primer sentido de generación; pero puede tener la razón de generación propia de
los vivientes. Así, pues, la procesión de la Palabra en las personas divinas tiene razón de generación.
Pues procede por acción intelectual, que es una operación vital unida al principio, y por razón de
semejanza, porque la concepción del entendimiento es la semejanza de lo entendido, y existente en
la misma naturaleza, porque en Dios entender y ser son lo mismo. Por eso, la procesión de la Palabra
en las personas divinas se llama generación, y la misma Palabra que procede es llamada Hijo.
En las personas divinas, la procesión de amor no debe ser llamada generación. Para demostrarlo,
hay que tener presente que la diferencia entre entendimiento y voluntad está en que el entendimiento
está en acto por el hecho de que lo entendido está en el entendimiento según su semejanza; por su
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parte, la voluntad está en acto no por el hecho que haya en la voluntad alguna semejanza de lo querido,
sino porque la voluntad tiene una cierta inclinación a lo querido.
Así, pues, la procesión que responde a la razón del entendimiento lo es por razón de semejanza; y en
este sentido puede tener razón de generación, porque todo el que engendra, engendra algo semejante.
Por su parte, la procesión que responde a la razón de voluntad no es considerada por la razón de
semejanza, sino más bien por razón del que impulsa y mueve a algo. De este modo, lo que en las
personas divinas procede por amor, no procede como engendrado o como hijo, sino, más bien,
procede como espíritu. Con este nombre se indica un determinado motor, impulso vital, como se dice
que por el amor alguien es movido o impulsado a hacer algo.
En las personas divinas las procesiones no pueden ser vistas más que como acciones que permanecen
en El mismo. Y en la naturaleza intelectual divina no hay más que dos acciones: entender y querer.
Pues el sentir, que también parece ser una operación en quien siente, está fuera de la naturaleza
intelectual y no es algo totalmente extraño al género de acciones que terminan fuera del sujeto; pues
sentir acaba por la acción de lo sensible en el sentido. Así, pues, hay que concluir que en Dios no
puede haber otra procesión además de la de la Palabra y del Amor.
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Pero si se considera la relación como accidente, entonces es algo inherente al sujeto teniendo en sí
mismo un ser accidental. Y lo que en las cosas creadas tiene ser accidental, al transferirlo a Dios tiene
ser substancial, pues en Dios nada está como el accidente en el sujeto, sino que todo lo que está en
Dios es su misma esencia. Así, pues, por lo que respecta a la relación que en las cosas creadas tiene
ser accidental en el sujeto, la relación real en Dios tiene el ser de la esencia divina, idéntico
completamente a ella.
Con la relación se está indicando no alguna relación con la esencia, sino con su opuesto. Y, en este
sentido, es evidente que la relación real en Dios es la misma esencia en cuanto tal; y no tiene más
distinción que la de razón, pues toda relación implica referencia a su opuesto, y esto no lo incluye la
esencia. Por lo tanto, queda claro que en Dios el ser de la relación y el ser de la esencia no son
distintos, sino uno y el mismo.
Las relaciones que hay en Dios, ¿se distinguen o no se distinguen realmente entre sí?
Por el hecho de que algo se atribuye a alguien, es necesario que se le atribuya todo lo referido a su
razón de ser. Ejemplo: Atribuirle a alguien “ser hombre” es atribuirle ser racional.
A la razón de relación pertenece la relación de uno con otro en cuanto que en lo relativo se opone uno
a otro. Así, pues, como en Dios realmente hay relación, es necesario que haya oposición. La oposición
que se da en lo relativo implica distinción. Por eso es necesario que en Dios haya distinción real, no
en cuanto a la realidad absoluta, que es la esencia, en la cual se da la suma unidad y simplicidad; sino
en cuanto a la realidad relacionada.
En Dios, ¿hay o no hay sólo cuatro relaciones reales, a saber: Paternidad, Filiación, Espiración y
Procesión?
Según el Filósofo, toda relación se fundamenta:
1. En la cantidad, como doble y mitad.
2. En la acción y pasión, como hacer y hecho, padre e hijo, señor y siervo, y similares.
Como en Dios no hay cantidad, resulta que la relación en Dios solo puede fundamentarse en la acción.
Pero no en las acciones en cuanto que por ellas algo procede al exterior de Dios, porque las relaciones
de Dios con las criaturas no están realmente en él. Por eso resulta que las relaciones reales en Dios
no pueden ser tomadas más que en cuanto acciones por las que la procesión de Dios no es hacia
afuera, sino hacia el propio interior. Estas procesiones son sólo dos.
Según cada una de estas procesiones hay que tomar dos relaciones opuestas, una procedente del
principio; y otra, del mismo principio.
1. La relación del principio de generación en los vivientes perfectos es llamada paternidad.
2. La relación procedente del principio es llamada filiación.
Por su parte, la procesión de amor no tiene nombre propio; por lo tanto, tampoco lo tienen las
relaciones que se deducen de ahí.
3. Pero a la relación del principio de esta procesión la denominamos espiración.
4. La relación del que procede, procesión.
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Persona significa lo que es más perfecto en toda la naturaleza, es decir, el subsistente en naturaleza
racional. Por eso, como a Dios hay que atribuirle todo lo que pertenece a la perfección por el hecho
de que su esencia contiene en sí misma toda perfección, es conveniente que a Dios se le dé el nombre
de persona. Sin embargo, no en el mismo sentido con que se da a las criaturas, sino de un modo más
sublime.
3. Las Misiones.
¿Le corresponde o no le corresponde a alguna persona divina ser enviada?
En el concepto de misión, están implícitos dos aspectos:
1. La relación del enviado con quien le envía.
2. La relación del enviado con aquello a lo que es enviado.
El hecho de que alguien sea enviado pone al descubierto que el enviado procede de alguna manera de
quien le envía: bien a modo de orden, como el señor envía al siervo, bien a modo de consejo, como
el consejero envía al rey a la guerra, si puede decirse así, bien a modo de origen, como cuando decimos
que el árbol emite (envía) la flor.
También se pone al descubierto una relación con respecto a aquello adonde se envía: bien porque
antes nunca hubiera estado allí, bien porque empieza a estar de un modo distinto a como estuvo antes.
La misión le puede corresponder a una persona divina en cuanto que implica relación de origen con
quien le envía, y, también, porque implica un nuevo modo de estar en alguien.
Así se dice que el Hijo ha sido enviado al mundo por el Padre (Jn 10,36), en el sentido en que empezó
a estar en el mundo de una forma visible por la carne que tomó. Sin embargo, existía ya antes en el
mundo, como se dice en Jn 1,10.
Así comprendemos que la Misión en cuanto relación entre el que envía y enviado es eterna, pues seda
a lo interno de Dios, y en cuanto relación entre el enviado y a donde se envía es temporal ya que se
realiza fuera de Dios en la creación.
Al Padre, ¿le corresponde o no le corresponde ser enviado?
Conceptualmente, la misión implica procesión de otro. Y en Dios, la implica según el origen. Por eso,
como quiera que el Padre no procede de otro, bajo ningún concepto le corresponde ser enviado. Esto
sólo le corresponde al Hijo y al Espíritu Santo, los cuales proceden de otro.
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Palabras claves del lenguaje trinitario. A modo de resumen.
Antes de la presentación de estas palabras debemos recordar que las mismas son instrumentos creados
por las personas a lo largo de su historia y por lo mismo se encuentran marcados por las diversas
expresiones culturales.
Para designar lo uno en Dios:
Substancia. Del latín sub-stare, que significa estar debajo de, sustentar. Designa a aquella realidad
que soporta de manera permanente a todas las diferenciaciones que se deriven de ella o a partir de
ella. De este modo la substancia divina es la que sostiene de manera permanente a las tres personas.
Ella se encuentra en cada una de las personas de manera, verdadera y plena.
Naturaleza. Del latín nasci que significa nacer. Designa la misma substancia en la medida en que
constituye un principio que origina algo, un principio de actividad.
Esencia. Designa la razón íntima del ser. Aquello por lo que una cosa es lo que es y lo diferencia de
otra. Indica la propia substancia o naturaleza de forma abstracta. Así la esencia de Dios es el Ser, el
Bien, el Amor, la Verdad, lo eterno, lo omnipotente, etc.
Para designar lo trino en Dios:
Hypóstasis. Desarrollada por la tradición griega. Designa la individualidad que existe en sí y por sí,
distinta de todas las demás. Por tanto en Dios afirmamos que cada persona existe en sí y por sí, distinta
de las otras dos.
Subsistencia. Es el término usado por los latinos para traducir hypóstasis. Designa la existencia real,
independiente de nuestra mente y de nuestra representación de cada persona, en cuanto que subsiste
en sí y por sí misma.
Persona. Término acuñado por la tradición latina. Designa una individualidad racional, el sujeto
espiritual que se posee a sí mismo.
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No porque en Dios haya nada pasivo, sino como una forma de diferenciar el proceder del Espíritu del Padre de la del
Hijo.
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- procesión: la relación que se da entre el Espíritu y el Padre y el Hijo.
Las Nociones.
Del latín notionis, notas, características. Hablamos de cinco nociones.
- Dos del Padre: paternidad e innascibilidad.
- Una del Hijo: la filiación.
- Dos del Espíritu: espiración activa y espiración pasiva.
Las Afirmaciones.
En Dios podemos distinguir dos tipos de afirmaciones: esenciales y nocionales.
Esenciales: son las que atañen al ser de Dios y de las personas. Ej. Cuando predicamos que Dios es
misericordioso.
Nocionales: atañen solo a las personas en cuanto se distinguen una de las otras. Ejemplo:
- Las procesiones.
- Los actos nocionales: que son cuatro y se refieren a las propiedades de las personas. A saber:
generación activa, generación pasiva, espiración activa y espiración pasiva.
- Las propiedades o nociones: las cuales son cinco. A saber: paternidad, innascibilidad,
filiación, espirar y ser espirado.
Las Misiones divinas.
Designan la presencia de la persona divina en la criatura; es decir la autocomunicación de una persona
a alguien creado. Entre ellas, la Encarnación del Hijo y el don del Espíritu Santo son las que
manifiestan las propiedades de las personas divinas.
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