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PERDIENDO LA FE

Nacer en un municipio ubicado al sur de un departamento que esta al norte de


Colombia te da a ti, la facultad de hablar con propiedad de temas, que solo son
comidillas de otros, que solo se han dedicado a hablar de algo que realmente no
saben, por la sencilla razón por no haber nacido o vivido en una tierra olvidada
pero a la vez amada como mi ciudad. Si, a esa a la que desprecian y estigmatizan
de violenta, de la que solo se acuerdan de ella cuando genera noticias
desagradables; pero porque no hacen lo mismo cuando esta es buena; será que
solo vende el amarillismo y por eso se ensanchan y abusan de la letra para
referirse a ella.

Claro que para estos tiempos electorales, acuden a ella por considerarse un fortín
político. Para los 90, era un territorio casi que un 100% de “sangre roja” o sea,
liberal. Con el trasegar del tiempo se ha convertido en un territorio pluripartidista
para bien o para mal. Aunque siendo honesto la historia de mi Macondo es larga,
pues es su territorio donde se libró muchas luchas ideológicas que pasaron a los
hechos, dejando a su paso destello de sangre y muerte, no todo ha sido malo,
también en su territorio se realizaron varios acuerdos de paz.

En su trasegar han sido muchos los actores comprometidos con su progreso


(incluso les ha costado la vida) y su permanencia en el tiempo nos dejan
profundas enseñanzas que debemos conocer y asimilar. Citando al historiador
cordobés Víctor Negrete Barrera, el cual en apartes de sus libros describe con sus
palabras frases como:

 “Enfrentamiento liberal-conservador (1949-1959) en Montería, Tierralta


(incluyendo Saiza), Canalete, Montelibano, Puerto Libertador, San Carlos,
Chimá, Ayapel.

 Expansión terrateniente (1960-1966) en Montelíbano y Puerto Libertador.


 Surgimiento desmovilización y frustración de la guerrilla de izquierda (1967 en
adelante) en el alto Sinú (Tierralta, Valencia), San Jorge (Puerto Libertador,
Montelíbano, Ayapel, Planeta Rica, Buenavista, Pueblo Nuevo), Urabá
cordobés (Canalete, Montería) y Sabanas (Chinú y San Andrés de Sotavento).

 Presencia del narcotráfico y formación de grupos armados privados. (1980-


1994) en Montelíbano, Buenavista, Cereté, Canalete, Ayapel, Montería,
Valencia, Tierralta.

 Surgimiento y fortalecimiento de la contrainsurgencia privada ligada con el


narcotráfico y la dirigencia política (1994-2003), en la mayoría de los
municipios.

 Proceso de negociación del Gobierno con las Autodefensas Unidas de


Colombia (2003-2006) y la posdesmovilización (2006- en adelante)”.

Ahora, algunos sin saber el trasfondo de las cosas van lanzando juicios a priori,
que si se dieran a la tarea de investigar a fondo la historia de nuestros pueblos, se
darían que esta ha sido el resultado de un proceso y como tal parte de este ha
sido violento. Buscare dibujar una línea de tiempo de algunos acontecimientos que
hicieron parte de este proceso: Fue el enfrentamiento liberal-conservador conocido
también con el nombre de violencia bipartidista. Empezó en 1949, tres años antes
de la creación del Departamento de Córdoba, segregado del de Bolívar. La disputa
por el control de los organismos y cargos gubernamentales, la posesión de la
tierra, los privilegios familiares, el electorado de las cabeceras y el campo y una
que otras diferencias sobre derechos sociales y autoridad, fueron las razones
principales que enfrentaron a los liberales y conservadores en las áreas urbanas y
rurales de las zonas del Sinú y San Jorge. Los liberales acusaban a los
conservadores en el poder de desconocerles sus derechos ciudadanos, ordenar
abusos a la policía y en general, aprobar tropelías y agresiones contra los
miembros de su colectividad. Ante los atropellos los liberales respondieron de
distintas maneras.
En sitios del alto Sinú y San Jorge, así como en Canalete y en límites con
Antioquia por la serranía de Abibe, los líderes conformaron grupos guerrilleros.
Estos lugares tenían algo en común: el alto San Jorge con tradición de rebeldía
desde la época de la colonia; el alto Sinú con historias de luchas por la tierra y una
abundante población de colonos y pequeños productores inconformes y Canalete
con antecedentes de luchas por la tierra y una masa campesina decidida a
continuarlas.

En el San Jorge operó Julio Guerra hasta 1959 cuando llegó a acuerdos con el
gobierno nacional. En Tierralta, Mariano Sandón y en Valencia, Evaristo Calonge:
ambos amnistiados por el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957).
En Canalete y parte del Urabá antioqueño, Oscar Domínguez, Tiburcio León,
Cartagena, Rudas, Fuentes y Pozzo, entre otros. Unos cayeron en combate
mientras otros fueron apresados o abandonaron la insubordinación.

Desmovilizadas las guerrillas liberales (ejercían el control político militar en la


zona), hacen su aparición terratenientes, que pescando en rio revuelto y haciendo
uso mercenarios venidos del interior del país a través de la violencia, se quedan
con grandes extensiones de tierra, a este periodo se le denomina “Expansión
terrateniente” (1960-1966).

Posteriormente producto del descontento por los abusos cometidos por los
terratenientes y dirigentes políticos tanto liberales como conservadores, se anida y
surge en diciembre de 1967 el Ejército Popular de Liberación (EPL), en la zona
montañosa del Alto Sinú y San Jorge. La base principal de su actividad política y
militar fueron los Llanos del Tigre y Manso por la fácil comunicación entre el Sinú y
San Jorge y la experiencia ganada por los campesinos en la guerrilla liberal.

En 1980 empezó a incursionar el 5 frente de las FARC que operaba por el norte
de Antioquia. Tres años más tarde conformaron el 18 frente, después el 35, 37 y el
58 que tradicionalmente han hecho presencia en Córdoba. La Corriente de
Renovación Socialista (CRS), disidencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN),
surgió antes de la desmovilización del EPL en 1991.

Como si fuera poco, otro factor negativo se arraigó en nuestro terruño, el


contrabando que fue una práctica común en la zona costanera del departamento.
En Los Córdoba, Moñitos, Puerto Escondido y San Antero, municipios del litoral,
era fácil la adquisición de electrodomésticos, relojes, licores, cigarrillos, vajillas,
telas, vestidos, perfumes, calzado, sombrillas, medicamentos, calculadoras, radios
y cualquier cosa que encargaran los compradores. Era fácil por la ausencia de
autoridades y cuando hacían presencia, era la inoperancia y la venalidad lo que lo
permitía. Con el transcurso de los años se restringió el contrabando pero
subsistieron rutas, contactos y experiencias. En un ambiente “tan propicio”
surgieron los grandes traficantes de la mata que mata, tanto que ha acabo con
centenares de hectáreas de bosque, selva.

Ahora deshojo el del narcotráfico a los grupos armados privados y las


Autodefensas; nadie sabe cuándo llego ni quien lo trajo, pero hizo su aparición en
escena Fidel Castaño, se sabe que compró la finca Las Tangas, situada a orillas
del río Sinú en el municipio de Valencia, en los primeros años de la década de los
ochenta. Poseía recursos económicos, experiencia, relaciones con políticos y
estamentos militares, amplios conocimientos sobre el narcotráfico y la guerrilla y
comprendía la mentalidad de los ganaderos. Sostenía que a la guerrilla se le
combatía con sus mismos métodos irregulares.

Enconándose así otro foco de muerte. Que permeo todas las instancias
gubernamentales, claro está que con la ayuda de muchos de los que estaban y
aún están en eminencia. Una vez posesionado Álvaro Uribe Vélez como
presidente de la república en agosto del 2002, las AUC, en cabeza de Carlos
Castaño, le reiteraron su disposición a iniciar un proceso de desmovilización. Y en
efecto el 15 de junio del 2003 en Santafé Ralito, un corregimiento pobre y
desconocido del municipio de Tierralta en el alto Sinú firmaron el acuerdo que dio
comienzo a la negociación formal. Entre otras cosas se comprometieron “a
desmovilizar a la totalidad de sus miembros en un proceso gradual que comenzará
con las primeras desmovilizaciones antes de terminar el presente año y deberá
culminar a más tardar el 31 de diciembre del 2005” y a lograr “una Colombia sin
narcotráfico”.

Desmovilizados las AUC, surgieron grupos emergentes que adoptaron diferentes


nombres. Pero con algo en común, son sembradores de destrucción y muerte.

Pasar por encima de la historia como un lector de la misma, surge un sentimiento


de pérdida de fe en el ser humano, en como por el hambre de poder venga de
donde venga, han teñido de rojo nuestros campos, y si esto no fuera poco;
algunos congresistas disfrazados de activistas de la paz (Y con un historial un
poco turbio), creen tener la autoridad moral de estigmatizar a este terruño de
violenta. Porque no levantaron sus voces de elogios cuando los diarios nacionales
e internacionales hablaron maravillas de un Miguel Ángel Borja, cuándo fue
escogido como el mejor futbolista de América en 2016; de una Delcy Morelos
Sandoval, cuando esta pintora obtuvo las distinciones como el Primer Premio en
el Salón de Arte Joven de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Cartagena y
Primer Premio en el Salón de Arte Joven de Bogotá y cuando ha expuesto su arte
en los grandes salones del mundo; de un Oscar Negrete Padilla, boxeador
cordobés apodado el “jaguar” actualmente es el Campeón de peso gallo de la
NABF.

Ahora recapitulando y recapacitando, pienso que hay mucho para hacer. Y la


historia nos demandara por lo que dejamos de hacer, que en nuestras manos está
el ser agentes transformadores de cambios, para que nuestra generación y las
próximas vuelvan a creer. Y que nuestra Macondo sea conocida como la que
supero el olvido de nuestros gobernantes.

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