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Acto de Colación Setiembre/2019 – Discurso de Graduación

Señor Rector, Estimadas autoridades de la Universidad Abierta Interamericana,


Docentes, queridos compañeros y graduados, familiares y amigos invitados.

Es un honor muy grande y una verdadera responsabilidad, el poder dirigirles la palabra


en un día tan significativo, para compartir algunas reflexiones.

En primer lugar, quiero agradecerles, en nombre mío y de mis compañeros, por estar
acompañándonos en esta ceremonia tan importante para nosotros. Si miran a su alrededor
van a reconocer a una parte esencial de este logro; hoy vestidos un poco más formales que
todos los días, con los ojos un tanto vidriosos, pero acompañándolos como siempre.
Sintiéndose orgullosos de sus pasos y estando firmes a su lado, una vez más. Como explicarles
lo importante que fueron, lo valioso de ese café en la madrugada, esos mates que no se podía
apoyar en la mesa entre tantos apuntes, esa palabra de aliento ante un mal paso, y ese abrazo
imborrable entre lágrimas en el último examen. Caminando juntos, demostramos que se llega
más lejos. Sin ustedes no hubiese sido posible.

Es un momento de alegría el que compartimos, uno que definitivamente quedará


dentro de nuestros más gratos recuerdos, haber logrado un objetivo que perseguimos y
buscamos durante mucho tiempo. Parte de nuestra vida la dedicamos a formarnos como
profesionales en la disciplina que elegimos, y hoy y ahora podemos decir: “lo logramos”,
“pudimos”, “llegamos al final de esta carrera”.

Nos espera un gran desafío por delante, y es el de darle el verdadero valor al título que
acabamos de obtener. Como profesionales, el mundo nos requerirá adaptarnos a sus
constantes cambios, ser flexibles, innovadores, ágiles, emprendedores, ser protagonistas. Ser
los líderes que lleven a cabo iniciativas disruptivas, que van a modificar los espacios que
iremos integrando en el tiempo. Y estaremos a la altura, porque no solamente tenemos la
formación, sino también la motivación para cumplir con cada uno de los objetivos que nos
pongan por delante.

Pero por otra parte, nosotros tendremos un desafío mayor que es el de “humanizar”
nuestro título. La universidad nos dio los conocimientos necesarios para desarrollarnos en un
área de acción específica; y en ese ámbito, vamos a interactuar con personas en las que
podremos influir positiva o negativamente con nuestras acciones y palabras. Tendremos la
posibilidad de exigir sin miramientos o intentar comprender y conocer a aquel que está a
nuestro lado. Día a día podremos elegir entre decir NO una y mil veces, u optar por abrir las
puertas y cambiar realidades. Vamos a poder enseñar, aprender, motivar, respetar a los que
nos rodean; acompañarlos, apoyarlos y buscar ser puentes o canales para que cumplan sus
objetivos. No es el título o lo que sabemos aquello que se valorará de nosotros, sino como
utilicemos nuestras posibilidades para influir en el bien de otros. No intentemos convertirnos
en personas de éxito, sino en seres de valor. Recordando que cada una de nuestras acciones,
no solamente hablará de ustedes, sino también de todos nosotros.
Por último, y para no robarles más tiempo, quiero dejarle un mensaje a los que van a
edificar el futuro. Por lo menos a los que nos acompañan hoy, jóvenes, adolescentes y niños, y
en ellos también me permito dirigirme a mis 3 hijos: Juan Cruz, Lisandro y Felipe. A ustedes les
pido que:

 Sueñen en grande, y trabajen duro día a día para cumplir sus sueños. Háganlo
con el corazón.
 Sean libres, obteniendo la verdadera libertad que da el conocimiento, de la
construcción de su propia opinión, del intercambio de ideas y experiencias
enriquecedoras.
 Sean rebeldes, para desafiar lo escrito, para cambiar su visión y su realidad; y
especialmente rebélense con aquellos que les dicen que “no pueden” o que es
“imposible”.

Gracias por escucharme, estén seguros que hoy voy a brindar por la felicidad de cada
uno de ustedes! Buenos días

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