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Seminario Mayor Cristo Buen Pastor

José Aycardi Jaimes – Cristóbal Cajigas Rubio


2016
Estructura
1. Canto de entrada
2. Oración para Todos los Días
3. Invocación al Espíritu Santo
4. Día 1 …
a. Signo – Don – Tema
b. Lectura Bíblica
c. Meditación

5. Gozos
6. Letanías (si se considera oportuno)
7. Consagración al Espíritu Santo
8. Oración Final
9. Cantos
Oración para Todos los Días
Jesús, Señor de los Cielos y la Tierra, creemos que has Muerto en la Cruz por
nuestros pecados, pero que Dios te resucitó para nunca más morir. Que el Padre
te ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Estamos seguros que todo lo que
pides al Padre, Él te lo concede.

Permítenos tomar tu Nombre Santo que está sobretodo nombre, y en tu


Nombre, con tus méritos, pedirle al Padre que derrame abundantemente su
Espíritu sobre nuestros corazones.

Padre Santo, en el nombre de Jesús, el Mesías, el Hijo de tus complacencias, a


quien no le niegas nada, danos tu Espíritu Santo. Él lo prometió, danos, Padre,
una nueva efusión de tu Espíritu que transforme todo nuestro ser y nos haga
criaturas nuevas en Cristo Jesús para su gloria.

Jesús, sabemos que Tú estás lleno de Espíritu Santo, abre tu Corazón y llena el
nuestro con tu Santo Espíritu para que nos Santifique y nos Transforme.

Espíritu Santo, ven a cada uno de los que aquí estamos, llénanos de Ti,
inúndanos, báñanos, purifícanos, santifícanos y transfórmanos. Ven y haz de
nuestro corazón un templo vivo donde habites por siempre. Amén.
Invocación al Espíritu Santo
Veni Creator
Veni Creator Spiritus,
Mentes tuorum visita,
Imple superna gratia,
Quae tu creasti, pectora.
Qui diceris Paraclitus,
Altissimi donum Dei,
Fons vivus, ignis, caritas,
Et spiritalis unctio.
Tu septiformis munere,
Digitus Paternae dexterae,
Tu rite promissum Patris,
Sermone ditans guttura.
Accende lumen sensibus,
Infunde amorem cordibus,
Infirma nostri corporis,
Virtute firmans perpeti.
Hostem repellas longius,
Pacemque dones protinus;
Ductore sic te praevio,
Vitemus omne noxium.
Per te sciamus da Patrem
Noscamus atque Filium;
Teque utriusque Spiritum
Credamus omni tempore.
Deo Patri sit gloria,
Et Filio, qui a mortuis
Surrexit, ac Paraclito
In saecula saeculorum.
Amen.
Día 1
Signo:
La Paloma: En Juan 1:32, encontramos al Espíritu tomando la forma de una paloma. Las
características de la paloma que la hace un apropiado símbolo del Espíritu serían su belleza, su
docilidad, su limpieza y el hecho de que se asusta fácilmente (Efesios 4:30). La paloma
también es inofensiva (Mateo 10:16) y pacífica. Otros lugares en la Escritura donde se usa este
símbolo son los siguientes:
 En Génesis 1:2, menciona al Espíritu moverse sobre la faz de las aguas cuidando de la
creación así como un pájaro cuida de su nido.
 En Génesis 8:6-12, la paloma fue enviada fuera del arca por Noé. Aquí notamos por lo
menos dos ilustraciones del Espíritu Santo.
 La paloma, a diferencia del cuervo, rehusó quedarse fuera del arca cuando no
encontró un lugar limpio donde descansar. El Espíritu, por supuesto, solamente mora
dentro de aquellos que han sido lavados en la sangre de Cristo.
 La paloma volvió con una hoja de olivo como señal de esperanza para aquellos que
estaban en el arca. Esto simboliza al Espíritu quien se encarga de hacer sentir seguros
de la salvación a los creyentes en Cristo.

Don:
Sabiduría: La Sabiduría es el más perfecto de los dones en comparación con los otros. De la
Sabiduría está escrito: “todo lo bueno vino a mí con Ella e innumerables riquezas me llegaron
a través de sus manos”. Es el don de Sabiduría el que fortalece nuestra fe, fortifica la
esperanza, perfecciona la caridad y promueve la práctica de la virtud en el más alto grado. La
Sabiduría inclina la mente para discernir y apreciar las cosas de Dios, ante las cuales los gozos
de la tierra pierden su sabor, a la vez que la Cruz de Cristo produce una dulzura divina, de
acuerdo a las palabras del Salvador: “Toma tu cruz y sígueme, porque Mi yugo es suave y Mi
carga ligera”.

Tema: El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas


Personaje: La Creación
Lectura Bíblica
Génesis 1,2
Al principio Creó Dios el Cielo y la Tierra. La Era una soledad caótica y el Espíritu
de Dios aleteaba sobre las aguas.
Meditación
En el principio de la creación en medio del
caos se constata bíblicamente la
intervención del Santo Espíritu que se
cierne sobre las aguas preparando la obra
creadora del Padre que se realiza por
medio del Verbo, el hágase. Es así como a
lo largo de la historia de la salvación se
hace presente esa acción preparadora del
Espíritu Santo tocando el corazón del
pecador, preparando al pueblo para una
manifestación de Dios, preparando
profetas y reyes para una misión
encomendada.
Oh divino Espíritu! que desde el inicio de la
creación te manifestaste preparando todo para que la Palabra del Padre ordenara el caos, te
suplicamos en este primer día de la novena que vengas a cada uno de nosotros y prepares
nuestra mente y nuestro corazón para recibirte a Ti dulce huésped de alma.

Oración:
(Sacerdote) Ven, Oh Espíritu de Sabiduría y revela a mi alma los misterios de las cosas
celestiales, su enorme grandeza, poder y belleza. Enséñame a amarlas por encima y más allá
de todos los gozos pasajeros y de las satisfacciones de la tierra. Ayúdame a conseguirlas y a
poseerlas para siempre. Amén.
Día 2
Signo:
El Viento: El viento es símbolo especial del Espíritu, así que la palabra "Espíritu" puede ser
traducida como "viento" , este es invisible en sus obras (Juan 3:8). Cristo, por medio de esta
ilustración, reveló que la regeneración, la cual es obra invisible del Espíritu no se puede
relacionar con las señales visibles como el bautismo como medio de la salvación.
 El viento no es controlado por el hombre (Juan 3:8). El Espíritu Santo es soberano en sus
obras.
 La presencia del viento es conocida por su influencia (Juan 3:8). Igualmente se conoce la
presencia del Espíritu Santo por su influencia en los corazones.
 El viento es poderoso (Hechos 2:1-2). El Espíritu Santo puede romper el corazón más
duro.
 Como el viento impulsa un barco de vela, así el Espíritu de Dios inspiró a aquellos que
escribieron las Escrituras (2 Pedro 1:21).
 Como un viento seco puede marchitar la belleza de la naturaleza, así el Espíritu Santo
puede disminuir el egoísmo en el corazón del hombre mediante su obra de convicción
(Isaías 40:6-7).

Don:
La Vida: La vida humana es condición de la vida eterna, a donde estás llamado por Dios
para gozar de Él eternamente, por eso es un don intransferible, inaprensible, imprescindible
para el ser humano. Dios nos ha dado la vida para poder entrar en comunión con nosotros.
Por eso con la vida te ha dado una inteligencia para que le puedas conocer, y una voluntad
para que le puedas elegir y amar. Por eso quien defiende la Vida defiende al mismo Jesucristo
y quien la ataca, o ataca a Él. Jesús lo ha dicho: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”.
Jn 14,16 .

Tema: La Ruah de Yhwh


Personaje: El Ser Humano

Lectura Bíblica
Génesis 2,7
Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, soplo en sus nariz
un aliento de vida, y el hombre fue un ser viviente.
Meditación
En la Biblia, el término hebreo que designa al Espíritu Santo es Ruah. El primer sentido de
este término, así como de su traducción latina 'spiritus', es 'soplo', aliento, respiración. El aliento
es la realidad más inmaterial que percibimos; no la vemos, pero tiene una importancia vital:
quien no respira no puede vivir.
La vida viene de Dios; su aliento es dado como Don en la creación de Adam y Eva y por eso se
traduce como Soplo de Vida. Por tanto, nuestra Vida procede de una realidad espiritual
(Dios) y no puramente orgánica (Bio), ya lo afirma el salmista: “si envías tu aliento son
creados” Salmo 104 (103), 30a. Así pues, Él nos la entrega y solo él puede reclamarla: “les
retiras tu soplo y Expiran, y retornan al polvo que son” Salmo 104 (103), 29.
Fuimos hechos de la tierra y ella
nos recuerda nuestra condición de
creaturas; pero fuimos vivificados
por el Espíritu; Él nos recuerda que
somos hijos de Dios. en este
segundo día al pedir el don de la
Vida al Espíritu Santo, nos
comprometamos a ser, no sólo
portadores de Vida, sino a
defenderla, en medio de una
sociedad que la ha cosificado y le
robado su carácter trascendente
desdibujándola como don dado
por Dios a la Humanidad.

Oración
Bendito eres, Señor Dios, por el amanecer de un nuevo día. Te alabo por el don de la vida que
me has dado y que hoy uno a la de Jesús quien por nuestra salvación y por infinito amor,
murió en la cruz. Te pido por la vida de todos mis hermanos, especialmente por los que hoy
están en peligro de ser abortados o de otras formas asesinados. Reconozco Señor que solo tu
eres dueño y tienes derecho absoluto sobre la vida y la muerte, que solo quieres nuestro bien
ahora y en la eternidad. Te pido también por aquellos que se proponen cegar una vida
ya sea en sus entrañas o en cualquier lugar o por cualquier razón. Te ofrezco hoy mi vida, para
propiciar el reinado de los Corazones de Jesús y de María, reino de amor, justicia y felicidad.
Que tu reino de vida que venza a la cultura de la muerte. Amén.
Día 3
Signo:
La mano. La mano es sinónimo de poder hacer. Sin ellas no podríamos realizar muchas de
nuestras labores cotidianas. Sin embargo, una mano sin dedos no es nada. Ellos le dan la
funcionalidad a este miembro. Dios ha hecho todos lo existente a través de sus manos lo afirma
el salmista cuando Dice: “Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas
que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle
poder?”. El espíritu Santo como acto puro de Dios es quien modela, crea, regenera, forma.

Don:
Fortaleza: Por el Don de la Fortaleza el alma es fortalecida ante el miedo natural y
sostenida hasta el final en el desempeño de su deber. La fortaleza le imparte a la voluntad un
impulso y energía que la mueve a llevar a cabo, sin dudarlo, las tareas más arduas, a
enfrentar los peligros, a estar por encima del respeto humano, y a soportar sin quejarse el lento
martirio de la tribulación aún de toda una vida. “El que persevere hasta el fin, ese se salvará”
(Mt 24, 13).

Tema: Acción del Espíritu


Personaje: Sansón

Lectura Bíblica
Jueces 13, 24-25
La mujer dio a luz a un hijo y le puso el nombre de Sansón. El niño creció y el
Señor lo bendecía. El Espíritu del señor comenzó a actuar en él en el
campamento de Dan, entre Sorá y Estaol.

Meditación
En la historia de salvación el Santo Espíritu quiso manifestarse a través de los jueces como
personas elegidas por Dios, quien les comunica su espíritu La Ruah, como respuesta a súplicas
dirigidas a Él en situaciones críticas, para realizar una misión liberadora para el bien del
pueblo escogido.
Es así como nace Sansón, uno de los jueces mayores, que asistido por el Santo Espíritu de
manera carismática, luchará contra los filisteos, opresores del pueblo. Sin embargo, Sansón cae
en manos de sus enemigos por los ardides entramados por Dalila y aún en ese instante de
oscuridad y dolor, Sansón invoca a Yahvé para que se muestre favorable en favor de su
pueblo, quien una vez más y a pesar del exceso de confianza del juez se muestra generoso.

Que en este tercer día de la


novena, la fuerza del Espíritu
Santo invada nuestro ser
para resistir con ardor al
pecado, y si por desgracia
hemos caído en él, tengamos
la fortaleza necesaria para
clamar al Santo Espíritu y
poder levantarnos de
nuestras miserias.

Oración:
Ven, Oh Bendito Espíritu de Fortaleza, levanta mi alma en tiempo de turbación y adversidad,
sostén mis esfuerzos de santidad, fortalece mi debilidad, dame valor contra todos los asaltos de
mis enemigos, que nunca sea yo confundido ni me separe de Ti, Oh mi Dios y mi máximo Bien.
Amén.
Día 4
Signo:
Aceite: El aceite de olivo era un elemento de gran importancia en Palestina, siendo usado
para comida, medicina, iluminación y ungimiento. Es símbolo constante del Espíritu Santo
en el Antiguo y Nuevo Testamento.
 En Éxodo 27:20-21, notamos que el interior del tabernáculo era iluminado por el uso
del aceite. Así como el aceite permitía que se iluminara el tabernáculo, sin la
iluminación del Espíritu de Dios nadie vería la gloria de nuestro Salvador.
 En Levítico 14:14-18, encontramos que para purificar al leproso, fueron usados la
sangre y también el aceite. Así con frecuencia se asocia el aceite con la curación
(Isaías 1:6, Lucas 10:34, Marcos 6:12-13). El Espíritu Santo provee la curación espiritual.
 La unción de los profetas, sacerdotes y reyes prefiguraba a Cristo “el ungido de Dios”
como nuestro profeta, sacerdote y rey.
 En Levítico 2:1, notamos que la flor de harina (símbolo de la carne inmaculada de
Cristo) se ungió con aceite (símbolo del Espíritu Santo).

Don:
Consejo: El don de Consejo dota al alma de prudencia sobrenatural, permitiéndole juzgar
con prontitud y acertadamente lo que se debe hacer, especialmente en circunstancias
difíciles. El Consejo aplica los principios dados por el Conocimiento y el Entendimiento a los
innumerables casos concretos que confrontamos en el curso de nuestras obligaciones diarias,
como padres, docentes, servidores públicos y ciudadanos cristianos. El Consejo es sentido
común sobrenatural, un tesoro invalorable en el tema de la salvación. “Y por encima de
todo esto, suplica al Altísimo para que enderece tu camino en la verdad”(Ecl 37, 15).

Tema: Unción del Espíritu


Personaje: David

Lectura Bíblica
1 de Samuel 16,13
Samuel tomó el cuerno del aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. A
partir de aquel día el Espíritu del Señor entró en David. Por su parte Samuel
se puso en camino y regresó a Ramá
Meditación
La unción de los reyes como rito
de institución es el signo de la
investidura divina que pone un
poder político al servicio de una
finalidad religiosa y mesiánica.
Con David, mucho más que con
Saúl, toma consistencia el ideal
del rey ungido por el Señor,
figura del futuro Rey-Mesías,
que será el verdadero liberador
y salvador de su pueblo.
David no sólo es el menor de los hermanos, sino también el más pequeño, tan
insignificante que se han olvidado de él. Nadie ha contado con él. Pero Dios sí le ha visto.
En su pequeñez ha descubierto el vaso de elección para manifestar su potencia en medio
del pueblo. Es un pastor, que Dios ha escogido para que asuma la realeza y cuide de su
rebaño. Así Dios con la debilidad y pequeñez de sus elegidos confunde a los fuertes y sabios.

El corazón le dio un vuelco en el pecho a Samuel apenas vio a David ante sí. Dios se ha
pronunciado: ¡Es el elegido! ¡Anda, úngelo! Samuel tomó el cuerno y lo derramó sobre su
cabeza y con la unción, el Espíritu de Yahveh se posó sobre David. El espíritu que había
irrumpido ocasionalmente sobre los jueces, se posa para permanecer sobre David.
¿Nos sentimos elegidos de Dios? ¿Reconocemos nuestra pequeñez ante Dios? en medio de
las debilidades Dios hace hombre Fuertes, porque el Espíritu de Dios penetra los corazones
y no se fija en apariencias. Pidámosle en este día, al espíritu que así como ungió a David,
seamos ungidos por el Don del Consejo para reconocer, en medio de nuestra pequeñez y
debilidad, la gracia que sólo proviene de Dios.

Oración:
Ven, Oh Espíritu de Consejo, ayúdame y guíame en todos mis caminos, para que pueda
hacer siempre Tu Santa Voluntad. Inclina mi Corazón a aquello que es bueno, aléjalo de
todo lo que es malo y guíame por el sendero recto de Tus Mandamientos hacia la meta de
la vida eterna que anhelo. Amén.
Día 5
Signo:
Viento: En los textos bíblicos, y en otros, se suele presentar el viento como una persona que
va y viene. Así lo hace Jesús en la conversación con Nicodemo, cuando usa la imagen del
Espíritu Santo: “El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabesde dónde viene ni
a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu” (Jn 3, 8). La acción del Espíritu Santo, por
la que se nace del Espíritu (como sucede en la filiación adoptiva obrada por la gracia
divina) es comparada con el viento. Esta analogía empleada por Jesús pone de relieve la
total espontaneidad y gratuidad de esta acción, por medio de la cual los hombres se hacen
partícipes de la vida de Dios. El símbolo del viento parece expresar de un modo particular
aquel dinamismo sobrenatural por medio del cual Dios mismo se acerca a los hombres para
transformarlos interiormente, para reconstruirlos y para santificarlos.

Don:
Entendimiento: El Entendimiento, como Don del Espíritu Santo, nos ayuda a
comprender el significado de las verdades de nuestra santa religión. Por la fe las
conocemos, pero por el Entendimiento aprendemos a apreciarlas y a apetecerlas. Nos
permite penetrar en el profundo significado de las verdades reveladas y, a través de ellas,
develar lo novedoso de la vida. Nuestra fe deja de ser estéril e inactiva e inspira un modo
de vida que da elocuente testimonio de la fe que hay en nosotros. Comenzamos a
“caminar dignos de Dios complaciéndolo en todas las cosas y creciendo en Su
conocimiento”.

Tema: El Espíritu: Fuerza Vital


Personaje: Ezequiel

Lectura Bíblica
Ezequiel 37, 9-10
Entonces Él me dijo:
Llama al Espíritu, hijo de hombre, llámalo y dile: esto dice el Señor: ven de los
cuatro vientos y sopla para que estos vivan.
Lo llamé tal como el señor lo había mandado, y el espíritu penetró en ellos,
revivieron y se pusieron en pie. Era una inmensa muchedumbre.
Meditación
Sin duda que el fenómeno profético, tal como se observa históricamente, está ligado a la
palabra. El profeta es un hombre que habla en nombre de Dios, y transmite. El espíritu de
Dios anima la palabra y la vuelve vital. Comunica al profeta y a su palabra un cierto
'pathos' divino, por el que se hace vibrante, a veces apasionada y dolorosa, pero siempre
dinámica y vitalizante. Ezequiel tiene conciencia de estar personalmente animado por el
espíritu: 'El espíritu entró en mí, escribe como se me había dicho y me hizo tenerme en pie; y
oí al que me hablaba' (Ez 2. 2).
La visión relatada por el profeta Ezequiel es desalentadora: un valle de huesos secos, yertos,
sin vida. Ese es el destino del pueblo que por el pecado y sus infidelidades ha caído en la
desesperanza. Es entonces cuando la voz de Yahvé interpela al profeta para que invoque
al Santo Espíritu y devuelva así la vida a esos huesos.

Que en este quinto día de la novena


con la conciencia de que la muerte que
ha entrado en nosotros por el pecado,
muerte que ha paralizado nuestra
creatividad en la construcción del
Reino de Dios, muerte que ha vuelto
estéril toda nuestra acción pastoral y
comunitaria, invoquemos el Santo
Espíritu para que su soplo nos devuelva
a la vida eterna con la alegría de ser
cristianos y de sentirnos salvados por
Jesucristo.

Oración:
Ven Oh Espíritu de Entendimiento e ilumina nuestras mentes para que podamos conocer y
creer en todos los misterios de la salvación y que al final podamos merecer contemplar la
eterna luz en Tu luz, y en la luz de la gloria, podamos tener una clara visión de Ti y del
Padre y del Hijo. Amén.
Día 6
Signo:
Agua: El agua es símbolo común del Espíritu Santo en la salvación.
El agua es la fuente de vida. Sin ella, el mundo sería un cementerio seco y desolado.
También es sólo la presencia del Espíritu que produce la vida espiritual y el fruto en
nuestras vidas (Gálatas 5:22-23; Isaías 44:3; Hechos 2:17).
La tierra tiene abundancia de agua. Así también los redimidos tienen una provisión
abundante del poder del Espíritu (Juan 7:38).
El agua es necesaria para la limpieza. Es el Espíritu que limpia nuestro corazón en la
regeneración y continúa limpiándonos cuando diariamente nos acercamos al Padre
Celestial (Tito 3:5; Éxodo 29:4).
Se compara al Espíritu Santo con el agua viviente de un manantial que fluye, superior en
todo aspecto, a los "pozos" de este mundo, que contaminan al hombre y lo conducen a la
muerte. Mientras que los placeres de esta vida pronto se marchitan y terminan, el Espíritu
de Dios es una fuente constante de vida y gozo (Juan 4:14; 7:37-39).

Don:
Temor de Dios El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por
Dios y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. Es un temor que
se eleva, no desde el pensamiento del infierno, sino del sentimiento de reverencia y filial
sumisión a nuestro Padre Celestial. Es el temor el principio de la sabiduría, que nos aparta
de los placeres mundanos que podrían de algún modo separarnos de Dios. “Los que temen
al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2, 17).

Tema: El Espíritu que prepara el camino


Personaje: Juan Bautista
Lectura Bíblica
San Lucas 1, 41
Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el Niño saltó en su seno; y quedó llena
del Espíritu Santo.
Meditación
Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. (Jn 1, 6). Este fue "lleno del
Espíritu Santo ya desde el seno de su madre. La Virgen María “la llenada” de todas la
Gracias, porque en ella se ha plenificado el amor Trinitario, se dirige como primera
discípula del evangelio a anunciar la buena nueva. Por ello, La "visitación" de María a
Isabel se convirtió, no sólo, en la "visita de Dios a su pueblo" (Lc 1, 68), sino que además su
presencia maternal posibilitó la unción, desde el seno materno, al precursor. Así en Juan el
Espíritu Santo culmina la obra de "preparar al Señor un pueblo bien dispuesto" (Lc 1, 17).
Juan es "más que un profeta" (Lc 7, 26). En él, el Espíritu Santo consuma el "hablar por los
profetas". Con Él se termina el profetismo inaugurado por Elías (cf. Mt 11, 13-14). Su voz,
vivificada y fortalecida por el Espíritu, anuncia la inminencia de la consolación de Israel, es
la "voz" del Consolador que llega (Jn 1, 23; cf. Is 40, 1-3). La tarea encomendada al Espíritu
de Verdad, tiene su precedente en Juan quien “vino como testigo para dar testimonio de la
luz" (Jn 1, 7; cf. Jn 15, 26; 5, 33). De manera que, con respecto a Juan, el Espíritu colma así las
"indagaciones de los profetas" y la ansiedad de los ángeles (1 P 1, 10-12): "Aquél sobre quien
veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo Y
yo lo he visto y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios... He ahí el Cordero de Dios" (Jn
1, 33-36).
En fin, con Juan Bautista, el Espíritu
Santo, inaugura, prefigurándolo, lo que
realizará con y en Cristo: volver a dar al
hombre la "semejanza" divina. El
bautismo de agua administrado por
Juan era para el arrepentimiento y se
daba como preparación para la llegada
de Cristo, sin embargo este será
plenificada con la venida definitiva del
Espíritu que nos dará un nuevo
nacimiento.

Oración:
¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor de Dios, penetra en lo más íntimo de mi corazón,
que te tenga, mi Señor y mi Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las
cosas que te puedan ofender y hazme digno ante los ojos puros de Tu Divina Majestad en
el Cielo, donde vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
Día 7
Signo:
El Fuego: En Hechos 2:3, encontramos que el fuego es una señal de la presencia del
Espíritu. En el Antiguo Testamento vemos que el fuego es símbolo de la presencia del Señor
(Éxodo 3:2), su aprobación (Levítico 9:24) y su protección (Éxodo 13:21). Tal vez todas estas
ideas están incluidas en Hechos 2:3. En Apocalipsis 4:5, el Espíritu es simbolizado por siete
lámparas de fuego. El número siete ha confundido a algunas personas, pero parece
referirse al entendimiento perfecto dado a Cristo como el ungido de Dios (Isaías 11:1-4;
Apocalipsis 5:6).

Don:
Ciencia: El Don de Conocimiento permite al alma darle a las cosas creadas su verdadero
valor en relación con Dios. El conocimiento desenmascara la simulación de las criaturas,
revela su vacuidad y hace notar sus verdaderos propósitos como instrumentos al servicio de
Dios. Nos muestra el amoroso cuidado de Dios aún en la adversidad y nos lleva a
glorificarlo en cada circunstancia de la vida. Guiados por Su luz damos prioridad a las cosas
que deben tenerla y apreciamos la amistad de Dios por encima de todo. “El conocimiento
es fuente de vida para aquel que lo posee” (Prov 16, 22).

Tema: Hechos del Espíritu


Personaje: Los Apóstoles

Lectura Bíblica
Hechos 2, 1-4
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino
del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la
que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se
posaron sobre cada uno de ellos. Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
Meditación
Del pasaje de los hechos podemos desprender unas enseñanzas que permitirán una acción
más efectiva el Espíritu Santo en nuestras vidas.

Para iniciar los apóstoles eran conscientes de que Jesús había muerto y había resucitado por
la salvación de los hombres, el pasaje muestra la importancia de este hecho al narrar que
Jesús se les apareció hasta 40 días después de haber resucitado hablándoles sobre el Reino
de Dios.

Los apóstoles creen en las


palabras de Jesús, quien
prometió un bautismo en el
Espíritu y en obediencia se
reúnen a esperar con
paciencia el cumplimiento de
la promesa. La oración es ese
medio por el cual los
apóstoles reclaman a Dios la
promesa hecha desde
antiguo.

Oración:
Ven, Oh Bendito Espíritu de Conocimiento y concédeme que pueda percibir la Voluntad
del Padre. Muéstrame la nada de las cosas terrenales, para que pueda darme cuenta de su
vanidad y que las use únicamente para Tu gloria y mi propia salvación, mirándote a Ti y a
los premios eternos siempre por encima de ellas. Amén.
Día 8
Signo:
La Voz
Quienes hemos nacido de nuevo en Cristo hemos recibido una ventaja que no tenían los
profetas del Antiguo Testamento. Aunque Elías tuvo que aprender el principio de escuchar
el silbo apacible de Dios sin depender de voces externas más obvias, no tenía la voz del
Espíritu Santo en su interior. Elías escuchó la voz de Dios a su alrededor, pero no en su
interior. Nosotros tenemos al Espíritu Santo en nuestro interior y podemos escucharlo desde
dentro. Es por ello que en el Nuevo Testamento normalmente no vemos que Dios hable a
través de cosas como zarzas; sino que lo vemos hablar a través del Espíritu Santo que
moraba dentro de los creyentes, como en Hechos 16:6–7, cuando el Espíritu le prohibió al
equipo de Pablo predicar en Asia. Es cierto que la gente continuaba teniendo experiencias
externas, como visiones (vea Hechos 16:9); pero los creyentes escuchaban a Dios y seguían su
voluntad principalmente a través de la llenura del Espíritu Santo en su interior.

Don:
Piedad: El don de Piedad suscita en nuestros corazones un filial afecto por Dios como
nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y
cosas a Él consagradas, así como a aquellos que están revestidos con Su autoridad, Su
Santísima Madre y los Santos, la Iglesia y Su Cabeza visible, nuestros padres y superiores,
nuestro país y sus gobernantes. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica
de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay
labor.

Tema: La Filiación Divina


Personaje: San Pablo

Lectura Bíblica
Romanos 8,15
Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien,
recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre!

Meditación
Sabemos lo que nos dice san Lucas sobre el Espíritu Santo en los Hechos de los Apóstoles, al
describir el acontecimiento de Pentecostés. El Espíritu pentecostal imprime un empuje
vigoroso para asumir el compromiso de la misión para testimoniar el Evangelio por los
caminos del mundo.
Ahora bien, san Pablo, en sus cartas, nos habla del Espíritu también desde otro punto de
vista. No se limita a ilustrar sólo la dimensión dinámica y operativa de la tercera Persona
de la Santísima Trinidad, sino que analiza también su presencia en la vida del cristiano,
cuya identidad queda marcada por él. Es decir, Pablo reflexiona sobre el Espíritu
mostrando su influjo no solamente sobre el actuar del cristiano sino sobre su mismo ser.
De hecho, dice que el Espíritu de Dios habita en nosotros (Cf. Romanos 8, 9; 1 Corintios 3, 16)
y que «Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo» (Gálatas 4, 6). Para
Pablo, por tanto, el Espíritu nos penetra hasta en nuestras profundidades personales más
íntimas. En este sentido, estas palabras tienen un significado relevante: «La ley del espíritu
que da la vida en Cristo Jesús te liberó de la ley del pecado y de la muerte… Pues no
recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu
de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre!» (Romanos 8, 2.15), dado que
somos hijos, podemos llamar «Padre» a Dios.
Podemos ver, por tanto, que el cristiano, incluso antes de actuar, posee ya una interioridad
rica y fecunda, que le ha sido entregada en los sacramentos del Bautismo y de la
Confirmación, una interioridad que le introduce en una relación objetiva y original de
filiación en relación con Dios. En esto consiste nuestra gran dignidad: no somos sólo imagen,
sino hijos de Dios. Y esto constituye una invitación a vivir nuestra filiación, a ser cada vez
más conscientes de que somos hijos adoptivos en la gran familia de Dios.
Es una invitación a transformar este don
objetivo en una realidad subjetiva,
determinante para nuestra manera de
pensar, para nuestro actuar, para nuestro
ser. Dios nos considera hijos suyos, pues nos
ha elevado a una dignidad semejante,
aunque no igual, a la del mismo Jesús, el
único que es plenamente verdadero Hijo.
En Él se nos da o se nos restituye la
condición filial y la libertad confiada en
nuestra relación con el Padre. Tomado de
EL ESPÍRITU SANTO Y SU PRESENCIA EN
NOSOTROS SEGÚN SAN PABLO S.S.
Benedicto XVI, 15 Nov, 2206

Oración:
Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro de mí
tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta
amorosamente a toda legítima autoridad. Amén.
Día 9
Signo:
La Nube: este signo a acompañado diversas manifestaciones de Dios. Esa clase de
manifestación es uno de los rasgos característicos de la historia del éxodo: «La columna de
nube» sirve para indicar el camino (Éx 13,21), y en el momento del paso del mar se
interpone entre Israel y el enemigo, para proteger al pueblo y aterrorizar al perseguidor
(Éx 14,19). Acompaña a los israelitas durante todo el viaje por el desierto (Num 14, 14 ) y, a
cada revelación particular, desciende sobre la tienda de la reunión (Ex 33,9). En el nuevo
testamento la nube desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra" y esta es
presencia real de Dios obrando en sus creaturas.

Don:
Plenitud de los Dones: Los dones del Espíritu Santo perfeccionan las virtudes
sobrenaturales habilitándonos para practicarlas con mayor docilidad a la divina
inspiración. A medida que crecemos en el conocimiento y en el amor de Dios, bajo la
dirección del Espíritu Santo, nuestro servicio se vuelve más sincero y generoso y la práctica
de las virtudes más perfecta. Tales actos de virtud dejan el corazón lleno de gozo y consuelo
y son conocidos como los frutos del Espíritu Santo. Estos frutos, a su vez, hacen la práctica de
las virtudes más atractiva y se convierten en un poderoso incentivo para hacer esfuerzos
aún mayores en el servicio de Dios, para servir a Aquel que debe reinar. La Virgen María
fue la “llenada” de los dones del Espíritu, por eso, en ella se plenifica el ideal Cristiano.

Personaje: La Virgen María

Lectura Bíblica
San Lucas 1, 35
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado
Hijo de Dios.

Meditación
El Ángel del Señor le dice a María: El Espíritu Santo vendrá sobre Ti y nos pone de nuevo en
escena aquel pasaje de la creación en el que el Espíritu de Dios se cierne sobre las aguas
preparando la Palabra creadora de Dios. Ahora es el mismo Espíritu el que viene a María
antes de que la Palabra pronunciada por el Padre sea concebida en su seno.
En María, la llenada de gracia, se constatan la plenitud de los dones del Espíritu. Si hay una
creatura que desde su concepción haya recibido tal magnitud de gracia es justamente Ella.
En la historia de la salvación Dios siempre ha buscado el asentimiento de la voluntad
humana en ese plan de salvación, por esta razón antes de que el Espíritu Santo venga en
plenitud a María Dios envía a su ángel. Ciertamente el Santo Espíritu no llega a su creatura
sin una razón y esta siempre será la construcción del Reino de Dios.
A lo largo de esta novena hemos invocado al Espíritu Santo sobre nosotros, pero ahora es
fundamental entender por qué queremos que nos inunde, siendo conscientes de que cada
don trae implícita una misión y como regalo de Dios, es también una deuda con los
hermanos, empezando por los más cercanos.
Oh Padre Creador envía sobre
nosotros el Santo Espíritu que
vivifique nuestra existencia con la
misión que tú tienes destinada
para nosotros. Oh Jesús envía tu
Santo Espíritu que descienda y
nos llame por nuestro nombre a
la construcción del Reino de Dios.
Oh Santo Espíritu danos una
nueva efusión de tu Espíritu que
nos llene de los dones que desde
la eternidad tú has destinado
para el cumplimiento de nuestra
misión.

Oración:
Ven, Oh Divino Espíritu, llena los corazones con Tus frutos celestiales: caridad, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, docilidad/mansedumbre, fidelidad, modestia,
moderación, continencia, castidad y templanza, para que nunca me canse en el servicio a
Dios, sino que por una continua sumisión fiel a Tus inspiraciones, pueda merecer estar unido
eternamente Contigo en el amor del Padre, y del Hijo. Amén.
Gozos
Ven, Espíritu Divino
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; Espíritu Santo Ven a Mí
don, en tus dones espléndido; Inunda mi Vida lléname de Ti (Bis)
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,


descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, Ven, ven, ven Espíritu Divino!
brisa en las horas de fuego, Ven, ven, ven, Acércate a Mí (Bis)
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,


divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, Espíritu Santo pasa por aquí (Bis)
si tú le faltas por dentro; Oh señor! Pasa por aquí. (Bis)
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,


sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde Espíritu Santo Ven a Mí!
calor de vida en el hielo, Inunda mi Vida lléname de Ti! (Bis)
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,


según la fe de tus siervos;
Ven, ven, ven Espíritu Divino!
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito; Ven, ven, ven, Acércate a Mí (Bis)
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Letanías del Espíritu Santo
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros

Padre, Todopoderoso Ten piedad de nosotros


Jesús, Hijo Eterno del Padre y Redentor del mundo Sálvanos
Espíritu del Padre y del Hijo, vida infinita de ambos Santifícanos
Santísima Trinidad Escúchanos
Espíritu Santo, que procedes del Padre y del Hijo, Entra en nuestros corazones

Promesa de Dios Padre Ten piedad de nosotros


Rayo de Luz Celestial Ten piedad de nosotros
Autor de todo lo bueno Ten piedad de nosotros
Fuente de agua celestial Ten piedad de nosotros
Fuego consumidor Ten piedad de nosotros
Caridad Ardiente Ten piedad de nosotros
Unción Espiritual Ten piedad de nosotros
Espíritu de Amor y de Verdad Ten piedad de nosotros
Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento Ten piedad de nosotros
Espíritu de Consejo y de Fortaleza Ten piedad de nosotros
Espíritu de Ciencia y de Piedad Ten piedad de nosotros
Espíritu de temor de Dios Ten piedad de nosotros
Espíritu de Gracia y de oración Ten piedad de nosotros
Espíritu de Paz y de Mansedumbre Ten piedad de nosotros
Espíritu de Modestia y de Inocencia Ten piedad de nosotros
Espíritu Santo Consolador Ten piedad de nosotros
Espíritu Santo Santificador Ten piedad de nosotros
Don de Dios Altísimo Ten piedad de nosotros
Espíritu que llenas el universo Ten piedad de nosotros
Espíritu de adopción de los hijos de Dios Ten piedad de nosotros
Espíritu Santo Inspíranos horror al pecado.
Espíritu Santo Ven y renueva la faz de la tierra.
Espíritu Santo Derrama Tu luz en nuestras almas.
Espíritu Santo Graba Tu ley en nuestros corazones.
Espíritu Santo Inflámanos con la llama de Tu Amor.
Espíritu Santo Enséñanos a orar bien.
Espíritu Santo Ilumínanos con tus celestiales inspiraciones.
Espíritu Santo Inspíranos en la práctica del bien.
Espíritu Santo Concédenos el mérito de todas las virtudes.
Espíritu Santo Haznos perseverar en la justicia.
Espíritu Santo Sé Tú nuestra recompensa Eterna.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Envíanos Tu Santo Espíritu.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Derrama en nuestras almas
el don del Espíritu Santo

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Concédenos el Espíritu de


Sabiduría y de Pureza.

Ven Espíritu Santo y llena los corazones de Tus fieles.


R: Y enciende en ellos el fuego de Tu Amor.

Oremos:
Concédenos, Oh Padre Misericordioso, que Tu Espíritu Divino
pueda iluminarnos, inflamarnos y purificarnos; que Él pueda
penetrarnos con Su rocío celestial y nos haga fructificar en
buenas obras, por medio de Jesucristo nuestro Señor, Tu Hijo,
que Contigo vive y reina en unidad con el mismo Espíritu por
los siglos de los siglos. Amén.
Consagración al Espíritu Santo

De rodillas ante la gran multitud de los testigos celestiales, yo te ofrezco todo


mi ser, mi alma y mi cuerpo, Eterno Espíritu de Dios.

Yo adoro el brillo de Tu pureza, el inefable gemido de Tu justicia y el poder de


Tu Amor.

Tú eres la fortaleza y la luz de mi alma. En Ti yo vivo, me muevo y existo.

Yo deseo no afligirte jamás con la infidelidad a la gracia y te suplico con todo


mi corazón mantenerme alejado del más mínimo pecado contra Ti.

Guarda misericordiosamente todos mis pensamientos y concédeme que


pueda siempre mirar Tu luz, escuchar Tu Voz y seguir Tus inspiraciones de
gracia. Yo me uno a Ti y me entrego a Ti.

Te suplico, por Tu compasión, que me cuides en mi debilidad. Tomando los


pies traspasados de Jesús, mirando Sus cinco Llagas, confiando en Su Preciosa
Sangre, adorando Su Costado abierto y Su Corazón herido, yo te imploro, oh
adorable Espíritu, Auxilio de mi debilidad, mantenerme en Tu gracia de tal
manera que nunca más peque contra Ti.

Concédeme la gracia, Oh Santo Espíritu, Espíritu del Padre y del Hijo, de


decirte siempre y en todo lugar: “Habla Señor, que Tu siervo escucha”.

Amén.
Oración Final
¡Oh Espíritu Santo! Divinísimo consolador de mi alma, fuego, luz y celestial
ardor de los corazones humanos, si es para gloria de vuestra Majestad que yo
consiga lo que deseo y pido en este día, dignáos concedérmelo benignamente;
y sino dirigid mi petición, dándome las gracias que ha de ser para vuestra
mayor gloria y bien de la salvación de mi alma. Amén.

Ahora cada uno se recogerá interiormente y pedirá la gracia que más


necesite.
Hecha la petición, se concluirá todos los días con antífona, verso, respuesta y
oración siguientes:

ANTÍFONA
No os dejaré huérfanos, aleluya; voy y vengo a vosotros, aleluya; y se alegrará
vuestro corazón, aleluya, aleluya.

V. Enviad, Señor, vuestro Santo Espirito, y serán creados.

R. Y renovaréis la faz de la tierra.

OREMOS

Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la ilustración del
Espíritu Santo, dadnos el sentir rectamente con este mismo Espíritu, y gozar
siempre de su consolación. Por Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que vive
contigo y reina en la unidad del mismo Espíritu Santo, Dios por todos los siglos
de los siglos. Amén.
Otras Oraciones

Oración al Espíritu Santo


Ven, oh Espíritu Santo, atiéndenos,
Espíritu del Padre, vivifícanos,
Espíritu del Hijo, sálvanos.

Oh Amor eterno, llénanos,


Con tu fuego, inflámanos,
Con tu luz, ilumínanos.

Fuente viva, sácianos,


De nuestros pecados, lávanos.
Por tu unción, fortalécenos.

Por tu consuelo, confórtanos.


Por tu gracia, guíanos.
Por tus ángeles, protégenos.
No permitas jamás que nos separemos de Ti,
Dios Espíritu Santo, escúchanos.

Con el dedo de tu gracia, tócanos.


Vierte en nosotros el torrente de la virtud.
Fortalécenos con tus dones,
Y con tus frutos, refrigéranos.

Líbranos del maligno enemigo,


En la última batalla, úngenos,
A la hora de la muerte, defiéndenos.

Entonces llámanos hacia Ti,


Para que con todos los santos
Alabemos al Padre, al Hijo y a Ti,
Consolador piadoso y eterno. Amén
Oración para pedir los Dones del Espíritu
Santo
Oh Señor Jesucristo, que antes de ascender al Cielo prometiste enviar al Espíritu Santo para
completar Tu obra en las almas de Tus apóstoles y discípulos, dígnate concederme el mismo
Santo Espíritu para que Él perfeccione en mi alma la obra de Tu gracia y de Tu amor.
Concédeme el Espíritu de Sabiduría para que pueda despreciar las cosas perecederas de
este mundo y aspirar únicamente las cosas eternas;
El Espíritu de Entendimiento para que ilumine mi mente con la luz de Tu Divina Verdad;

El Espíritu de Consejo para que pueda siempre elegir el camino seguro para agradar a
Dios y ganar el Cielo;
El Espíritu de Fortaleza para que pueda cargar mi cruz Contigo y pueda superar con
coraje todos los obstáculos que se opongan a mi salvación;
El Espíritu de Conocimiento para que pueda conocer a Dios y a mí mismo y crecer en la
perfección de la ciencia de los Santos;
El Espíritu de Piedad para que pueda encontrar el servicio a Dios dulce y amable;

El Espíritu de Temor para que pueda estar lleno de reverencia amorosa hacia Dios y que
tema en cualquier modo desagradarlo.
Márcame, amado Señor, con la señal de Tus verdaderos discípulos y anímame en todas las
cosas con Tu Espíritu. Amén.

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