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Integrantes:

-Quipe Torres Cristian


-Cárdenas De la Cruz Ronald

PERIODICIDAD -Pérez Huamantoma Fray


-Lozano Vela Julio
-Guerrero Anchante Manuel

LUNAR -Llanto Carhuayano Manuel


I
FACULTAD DE AGRONOMIA
4TO CICLO SECCION “A”

EFECTOS DEL FACTOR LUZ SOBRE LAS PLANTAS


I-INTRODUCCION.

La luna guarda una relación bastante estrecha con la definición del concepto del
tiempo para el ser humano, ejercer también gran influencia sobre las mareas
océanos y su forma varía a lo largo del tiempo.

La luna demora 29 días en completar una vuelta alrededor de nuestro planeta


(movimiento de traslación) a este tiempo se le denomina mes sinódico. Dicho
tiempo transcurre entre dos fases lunares idénticas (por ejemplo el tiempo que
transcurre entre dos lunas nuevas). De esta manera, y considerando los
movimientos de rotación y traslación terrestre tenemos que la luna presenta 4
fases completamente definidas.

-Luna nueva (La luna no es visible desde la tierra)


-Cuarto creciente (La luna es visible en un 50% de su superficie accesible e
incrementándose)
-Luna llena (La luna muestra un 100% de su superficie accesible y empieza a
descender en visibilidad)
-Cuarto menguante (La luna es visible en un 50% de su superficie accesible y
sigue decreciendo en visibilidad hasta llegar a convertirse en luna nueva)

Estas fases se dan como resultados de los movimientos de rotación y traslación


de la tierra y la Luna y de la presencia del sol como generador de luz en nuestro
sistema, así como la inclinación de la órbita lunar respecto a la tierra (ver figura
superior) la cual provoca que la vista que se tiene de la luna desde la tierra sea
la que hoy se conocemos como las fases lunares
LAS FASES LUNARES Y SU EFECTO EN LAS PLANTAS

La fuerza gravitatoria de la luna influye en la savia de las plantas afectando a la


fotosíntesis, la germinación de las semillas, a los movimientos para que ésta
ascienda o descienda desde las raíces hasta la zona más superior. Por
ejemplo, se asocia la fase entre cuarto creciente y luna llena al punto máximo
de concentración de savia en la zona superior de las plantas; el plenilunio
afecta en un mayor desarrollo de la planta en cuanto a su altura, y durante la
luna nueva y la menguante en las raíces hay más concentración de savia. Es
conocido que la luna en posición ascendente tiene mayor influencia sobre la
savia que en la descendente.
Para saber si la luna es ascendente o descendente sólo debemos observarla
en dos días sucesivos. El primer día observaremos la luna y tendremos una
referencia con respecto a la altura de ésta (por ejemplo un edificio) y al día
siguiente, pero esta vez dos horas más tarde, volveremos a observar la altura
de la luna. Si está más baja que el día anterior entonces la luna estará en fase
descendente y estaría en fase ascendente si la luna estuviera más alta.
Para identificar las fases de la luna es sencillo. Podemos distinguir cuatro
fases: luna llena (la luna se ve un círculo blanco), luna nueva (la luna está
totalmente negra), cuarto menguante (cuando la luna forma una C) y cuarto
creciente (uniendo las dos puntas se forma la letra D).
LA LUNA Y LOS SERES VIVOS

El influjo de la luna en los seres vivos es algo que podemos observar, esta
creencia forma parte de la sabiduría y la cultura campesina popular y es fruto
de observaciones repetidas en el transcurso del tiempo.

La luna ejerce cierta influencia sobre las mareas y estas propician que la savia
de las plantas ascienda. Parece ser que el plenilunio y su luz provocan el
crecimiento en altura de las plantas.La luz de la luna llena de energía interviene
en el proceso de fotosíntesis y germinación de las semillas, los rayos lunares
tienen capacidad de penetrar en el suelo.

.
LAS FASES LUNARES Y LA AGRICULTURA

PRIMER PERIODO – De Luna nueva a cuarto creciente


En este período en el subsuelo se producen, entre otras cosas, grandes
movimientos de agua que afectan directamente las actividades agrícolas, la
disponibilidad de luz lunar va en aumento y las plantas tienen un crecimiento
balanceado, en el que se favorece el crecimiento de follaje y raíz.

Germinación: Al haber mayor disponibilidad de agua en el suelo, las semillas


de germinación rápida como el maíz, frijol, arroz, hortalizas y otras, tendrán la
oportunidad de absorber agua más rápidamente y germinar en el tiempo
previsto, siempre y cuando las restantes condiciones edafo-climáticas sean
favorables
Esa es la razón por la cual las semillas de germinación rápida que se siembran
dos o tres días antes o durante la Luna nueva germinan más rápido y en forma
más homogénea que aquellas que se siembran en otros períodos. Es
importante destacar que en este caso se trata únicamente de semillas que
tienen un corto período de germinación.

SEGUNDO PERIODO – De cuarto creciente a Luna llena


En este período sigue aumentando la luz lunar y hay poco crecimiento de
raíces, pero mucho crecimiento del follaje. Las plantas cuentan con una mayor
cantidad y movimiento interno de agua.

Propagación vegetativa: En el caso particular de las estacas que se utilizan


para la propagación vegetativa, no es conveniente cortarlas en esta fase, pues
al haber mucha agua dentro de ellas las hormonas que promueven el
enraizamiento (auxinas) estarán muy diluidas y no ayudarán a estimular la
emisión de raíces. Además, el agua que está dentro de las estacas tenderá a
salir, provocando con ello su deshidratación.
Germinación: En este período las semillas sembradas anteriormente en Luna
nueva que aún no han germinado, reciben un estimulo especial para que lo
hagan.
Trasplante: Cuando se hace el trasplante en este período las plantas tienden a
crecer rápido y a producir mucho follaje.
TERCER PERIODO – De Luna llena a cuarto menguante
Este es un período en el cual la luz reflejada por la Luna disminuye.
Trasplante: Este es un buen período para el trasplante y se ha visto un
crecimiento rápido y vigoroso de raíces. Al existir poca cantidad de luz el
crecimiento del follaje es lento, razón por la cual la planta puede emplear buena
parte de su energía en el crecimiento de su sistema radicular. Con su raíz
vigorosa y bien formada, la planta puede obtener nutrientes y agua suficientes
para un crecimiento exitoso.
Germinación: Durante este período se recomienda también la siembra de
semillas de germinación lenta.
CUARTO PERIODO – De cuarto menguante a Luna nueva
En este período la luz nocturna va en disminución. Se ha observado un lento
crecimiento del sistema radical y foliar. Se considera que este es un período de
poco o muy poco crecimiento, casi de reposo, en donde las plantas se pueden
adaptar fácilmente al medio sin sufrir ningún daño.

Es en esta cuarta fase cuando se acostumbra a sembrar, ya que en este


periodo de reposo las plantas pueden adaptarse mejor a los cambios y cuando
llegue la fase de cuarto creciente el crecimiento es más regular y ya están
adaptadas a cualquier cambio.
EL INFLUJO DE LA LUNA

El influjo de la luna en la horticultura


Luna llena: Es el período más propicio para cosechar, sacar el estiércol
de los corrales, voltear el compost, cortar caña, o sembrar plantas de fruto.
Luna menguante: No sólo es el mejor momento para continuar las
actividades iniciadas en luna llena, sino que también es el momento más
propicio para sembrar raíces y tubérculos, tales como rábanos, remolachas o
patatas.
Luna nueva: No es una etapa muy propicia para actividades que no
sean el desherbado de adventicias.
Luna creciente: Es la responsable de la estimulación de las plantas de
gran crecimiento vegetativo, abonos verdes, lechugas…, además de ser muy
propicia para la fertilidad, por lo que resulta el mejor momento para sembrar
todas las plantas que crecen en altura y dan frutos, como tomates, guisantes,
judías
EL INFLUJO DE LA LUNA EN LA FRUTICULTURA
Toda operación que se realice en luna nueva o en cuarto creciente, producirá
un mayor desarrollo vegetativo, dando lugar a un retraso en la producción de la
fruta.

Las labores que se realicen en luna llena o en cuarto menguante, favorecerán


la producción frutal, favoreciendo un menor desarrollo vegetativo.

En lo que se refiere a las podas, si el árbol es pequeño o nos interesa que se


desarrolle vegetativamente, lo mejor es podarlo en luna nueva o en cuarto
creciente. Si por el contrario lo que buscamos es un freno a su vigor, o bien una
pronta entrada en producción, lo más recomendable es podarlo en luna llena o
en cuarto menguante.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LOS CEREALES


Si buscamos que el suelo quede fino, esponjoso y con una mayor capacidad de
retención hídrica, deberá labrarse la parcela en luna llena o cuarto menguante,
durante el mes de agosto.

Referente a la siembra, en terrenos fértiles se hará en cuarto menguante a fin


de favorecer la fructificación, evitando de esta forma que el cereal crezca
demasiado. Si el terreno no es demasiado fértil, o no tiene posibilidades de
riego, habrá que esparcir la semilla en cuarto creciente. De esta forma, se
conseguirán plantas con tendencia al desarrollo vegetativo, evitando el
fructificación excesivo.

El resto de operaciones (escarda, siega, trilla, cosechado…) deberán realizarse


a finales de la fase de cuarto menguante para conseguir que el grano esté en
las mejores condiciones para su almacenamiento.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LA RECOLECCIÓN DE FORRAJES

Si cosechamos en verde para alimento inmediato del ganado, lo mejor es


cortarlo en luna llena, puesto que en esta fase las plantas están en su máximo
poder nutritivo.

El heno cosechado en luna llena o cuarto menguante, tendrá un color verde


más intenso.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LA TALA DE ÁRBOLES


Si se quiere tener madera sana y resistente durante años, habrá que cortar los
árboles de hoja caduca en luna llena o cuarto menguante.

La leña para el fuego habrá que cortarla en cuarto creciente, puesto que es
cuando está más seca. La leña cortada en luna nueva quema mal.

Los árboles de hoja perenne se aconseja talarlos en luna nueva o cuarto


menguante.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN EL ESTIÉRCOL


Siempre se removerá en luna llena o en cuarto menguante para conseguir que
quede con una textura mantecosa, desmenuzado, húmedo e incluso con un
olor agradable. Si se remueve en luna nueva o en cuarto creciente,
conseguimos el efecto contrario.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LOS INJERTOS


Es preferible efectuarlos siempre en luna ascendente en constelación de fuego
o de aire. El injerto en corona se realiza a finales de invierno cuando la savia
empieza a subir y los asoman los primeros brotes. El injerto de escudete se
practica en el mes de agosto cuando sube la savia en luna ascendente
habiendo regado unos 15 días antes los porta injertos con el fin de que
empujen la savia. Se corta el escudete con la corteza y un poco de madera
para que la yema no salte.

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LOS ESQUEJES

Es aconsejable cortarlos el último día de la luna ascendente y ponerlos en


tierra el primer día de la luna descendente. Los esquejes se cortan
preferiblemente en otoño, entre 10 y 15 cm sobre la madera del año en el
último día de luna ascendente.

Podemos aumentar la actividad hormonal se juntan en manojos de unos 12


brotes cogidos por un elástico y se guardan un día dentro de una bolsa de
plástico en la parte inferior de la nevera. Al inicio de la luna descendente se
enterrarán inclinados dejando sobresalir un poco menos de la mitad. Luego en
la primavera se retiran cuando tienen las primeras hojas y se plantas en la luna
descendente..

EL INFLUJO DE LA LUNA EN LAS COSECHAS


Muchas de las cosechas se conservarían mucho mejor si tenemos en cuenta la
luna y otros signos estelares. A modo general podemos decir por ejemplo que
se consiguen mejores resultados cosechando en luna ascendente las hortalizas
que crecen por encima del suelo y en luna descendente para los que crecen
por debajo tierra como las raíces, yucas patatas, ñames, rabanitos, nabos,
entre otros., evitando siempre el mal tiempo.

Con respecto al momento cabe destacar que la primera hora del día es la más
recomendable en casi todas las cosechas.
FASES LUNARES Y SU INFLUENCIA EN LA DINÁMICA DE LA "SAVIA" DE
LAS PLANTAS.

. También se ha comprobado que este fenómeno se hace sentir en la savia de


las plantas, iniciándose el proceso de su influencia desde la parte más elevada
para ir descendiendo gradualmente a lo largo de todo el tallo, hasta llegar al
sistema radical. Este fenómeno se observa con menor intensidad cuando está
relacionado con plantas de elevado porte y recios troncos, provistos de
numerosos canales de irrigación entrelazados entre sí; o en plantas de escasa
altura donde es muy corta la distancia entre la capa vegetal y la raíz, pero se
manifiesta muy claramente en aquellos vegetales de tallo elevado, con escasos
canales para la circulación de la savia y escasa comunicación entre ellos.

El influjo lunar beneficia el desarrollo y el crecimiento de forma muy acusada en


muchas plantas, entre las cuales se destacan las trepadoras, buganvillas o
veraneras, rosales, leguminosas, glicinas, etc.
Por otro lado, también se ha comprobado que en algunos vegetales la floración
sigue el ritmo del flujo y el reflujo de las mareas y ciertos árboles que se
cultivan para la obtención de jugos azucarados también siguen el ritmo de las
mismas, siendo abundante mientras se produce el flujo y haciéndose más
escaso en el reflujo de la marea.

Figura 1. Las fases lunares y la dinámica de la savia en las plantas.


Influencia de la luminosidad lunar en las plantas y en los animales.
Muchos estudios consideran la luminosidad lunar esencial para la vida y el
desarrollo de las plantas. Diferente de la luz solar que recibimos, la luz lunar
ejerce directamente una fuerte influencia sobre la germinación de las semillas,
cuando sutilmente sus rayos luminosos penetran con relativa profundidad, al
compararla con la fuerza de los rayos solares que no consiguen penetrarla en
su intimidad. Perece que es el exceso de presión que ejercen los fotones
solares sobre los vegetales lo que no permite los cambios nutritivos que las
plantas necesitan para su crecimiento normal, quedando, por tanto, la misión
de estímulos seductores a la luminosidad lunar para que las semillas germinen
fuertes y sanas. Por otro lado, está demostrado, independientemente de creer
o no en las otras influencias que la Luna pueda tener en las plantas, que la
intensidad de la fotosíntesis es bien superior a todas las plantas a partir de la
luna creciente hacia el plenilunio (período extensivo de aguas arriba), y que el
mayor incremento de la fotosíntesis en los cultivos se registra en el período
intensivo de aguas arriba, el cual está comprendido entre los tres días después
de la luna creciente, hasta los tres días después del plenilunio, fenómeno
atribuido científicamente al incremento de la intensidad de la luz lunar sobre
nuestro planeta. (Figura 2)

Figura 2. La dinámica de la savia: períodos intensivos y extensivos.

Otras investigaciones sobre la influencia de la luminosidad lunar en las plantas


estiman que, por lo menos en un 50%, la luz lunar tiene influencia sobre la
maduración de muchos granos y una gran parte de frutos. Al mismo tiempo se
relaciona la influencia de la Luna co9n la actividad de la formación y calidad de
los azucares en los vegetales.
Figura 3. La luminosidad lunar.

La luminosidad lunar y su relación con las lluvias.


Por tanto, deberemos hablar de si tiene importancia que sembremos semillas
cuando han caído lluvias en cierta forma y luego viene el brillo de la luna llena,
o si se puede sembrar en cualquier momento, sin tener en cuenta nada en
especial. Seguramente también brotará algo en este último caso, pero se
plantea la pregunta, ¿es bueno orientarse en la siembra según las lluvias y el
brillo de la luna llena? Porque justamente la acción de la luna llena es
impetuosa y potente en ciertas plantas después de días de lluvia y débil y
escasa tras días en que ha brillado el sol.

Figura 4. La luminosidad lunar y


su influencia con las lluvias.

La luminosidad lunar también funciona como un regulador de la actividad


de muchos insectos.
La luminosidad lunar puede ser favorable o desfavorable en muchas de las
etapas de desarrollo por las que atraviesan los insectos, pues existen los que
se desarrollan totalmente en la oscuridad y otros en la claridad. Por ejemplo, la
luminosidad total lunar proyectada sobre la tierra en el plenilunio puede
interferir en la reproducción de la boca del café (Hypothenemus hampei), que
se produce mejor en el novilunio. Sin embargo, la ausencia total de luminosidad
lunar puede ser una limitante al gusano de las crucíferas (Ascia monuste), que
se produce en mejores condiciones con la influencia de la luna llena o
plenilunio.
Este mismo fenómeno se aplica en el apareamiento de muchos insectos y su
producción de huevos. (Figura 5)

Figura 5. Relación planta - insectos.

INFLUENCIA DE LAS FASES LUNARES EN LA FRUTICULTURA.

Dos son los criterios más comunes que predominan cuando los
campesinos hablan de la influencia de la luna en los árboles frutales:
Después de los tres primeros días de la luna nueva hacia el cuarto creciente es
que la luna influye más en el desarrollo vegetativo de los árboles frutales,
retardándoles la fructificación, logrando su máxima expresión vegetativa en la
luna llena.
Mientras que tres días después de la luna llena hacia el cuarto menguante
estimula y favorece la producción de frutos, retardando el desarrollo vegetativo
de los árboles.
En cuanto a los injertos y las podas, dado que tanto unos como otras
representan un traumatismo o una herida en las plantas, las opiniones son
diferentes, ya que mientras unos creen en la convivencia de realizarlos en la
fase de la luna menguante para evitar al máximo la pérdida de savia, otros
consideran que los efectos purificadores del plenilunio (luna llena) evitan
infecciones y favorecen la cicatrización. Sin embargo, señalamos que, en ese
aspecto, influye mucho la especie o variedad del frutal.

Cuando los árboles son pequeños y queremos que tengan un mayor desarrollo
vegetativo, entonces se recomienda podarlos en plena luna nueva hasta los
tres primeros días de la creciente, y cuando son muy vigorosos y queremos
frenar esta calidad para estimularlos a la fructificación, se recomienda podarlos
en el plenilunio o luna llena, principalmente en el período intensivo aguas
arriba (Figura 9)
Figura 9. Las fases
Influencia de las fases lunares sobre las tareas de acodar, injertar, podar
y cortar madera.
Regularmente los campesinos ejecutan las tareas de acodar, podar, injertar y
cortar madera, ya sea para sus propias construcciones o para usar como leña,
durante las fases lunares a las cuales se ajustan con mayores beneficios.
Acodos e injertos: Los campesinos ejecutan los acodos aéreos y los injertos,
en la mayoría de los casos, entre creciente y el plenilunio, en el período de tres
días después de la creciente y tres días después de la luna llena, lo que da
siete días en los que el índice de pega de los injertos es mayor (período
intensivo de aguas arriba) (Figura 10)

Figura 10. Injertos y acodos.


Podas: La tares de las podas y las limpiezas de los árboles enfermos la
centralizan entre la fase de luna menguante y la luna nueva, evitando
pudriciones y obteniéndose una rápida y mejor cicatrización. La plena luna
nueva es considerada como la fase donde todo se limpia, lo que equivale a la
purga en la medicina. Todas estas actividades no son ejecutadas entre luna
creciente y luna llena (período intensivo aguas arriba), porque la savia de las
plantas o de los árboles está en los brotes o en las partes más nuevas de las
mismas; muchas plantas o árboles pueden debilitarse y morir si no están bien
nutridos y bien fortificados. En compensación, esta fase lunar es la ideal para
cosechar frutos en su estado más jugoso, tales como papaya, piña, mango,
mamey, caimo, zapote, guanábana, limones, tomates, durazno, uva,
carambola, ciruela, guayaba, lulo, melón, sandía, mora, etc.

Para la realización de las podas de árboles nuevos, período de formación de


copa y producción de estacas, se recomienda realizar estas actividades entre
la luna nueva y la luna creciente, con la finalidad de estimular el rebrote
vegetativo de los mismos; por otro lado, este período lunar es el más apropiado
para el transplante de plantas de un lugar a otro, y es el espacio ideal para la
poda de las raíces de los árboles ornamentales tipo bonsái. Finalmente, la
poda de los rebrotes vegetativos, en el cultivo de la fresa, se debe realizar
durante la influencia de la luna menguante, para evitar el debilitamiento del
cultivo y la caída en la producción de frutos (Figura 11)

Figura 11. Podas

La producción de las plantaciones comerciales de caucho se incrementa


también bajo la influencia de la luna, pues si se sangra el árbol del caucho
entre la luna creciente y llena, las células laticíferas que producen el látex
(“jugo”, en latín) liberarán una mayor cantidad de éste, debido al estímulo en el
flujo de presión que sufren los árboles en el lugar del corte.
Influencia de las fases lunares en el cultivo de la uva.
Para obtener nuevas plantas y estacas de parras se recomienda realizar las
labores tres días después del plenilunio hacia la luna menguante, pues los
cortes hechos en esa época conservarán mejor la madera.
Por otro lado, la fase del plenilunio hacia el cuarto menguante es contraria al
crecimiento vegetativo, por lo tanto, frena el desarrollo vegetativo de las yemas
a favor de una buena unión del injerto.
El montaje del cultivo definitivo de la parra o el transplante de la vid se debe
hacer en cuarto creciente, para obtener un mayor crecimiento vegetativo del
nuevo cultivo.
Generalmente la norma para podar la parra es en menguante para así obtener
sarmientos de madera gruesa, fuertes, y lograr excelentes racimos en la
próxima cosecha. Cuando se realizan las podas en luna creciente, los
sarmientos se alargan mucho, su madera no engruesa y las uvas resultan
pequeñas en los racimos.

Para la renovación de las parras muy viejas se recomienda hacer una poda
cada tres o cuatro años, después de los tres primeros días de luna nueva hacia
cuarto creciente, para que predomine la vegetación y la parra se reponga
dentro de sus posibilidades; paralelamente a esta actividad, se debe realizar
biofertilizaciones foliares para el fortalecimiento del cultivo. Las parras que se
encuentran plantadas en suelos de baja fertilidad se deben podar un año sí y
otro no, en cuarto creciente, para incrementar su vigor, actividad que por lo
menos debe estar acompañada de dos abonadas orgánicas y un par de
biofertilizaciones foliares.

Finalmente, otro aspecto que se debe considerar en el manejo de la vid en


relación con la luna, es la cosecha.
Por ejemplo, cuando la vendimia está destinada al consumo de uva fresca para
su mesa, la mejor fase lunar para su recolección es el período extensivo de
aguas arriba, el cual está comprendido después de los tres primeros días de la
luna nueva, sumando unos 14 días de cosecha.
Por otro lado, cuando la cosecha se destina a la producción de un buen vino y
se requiera un buen contenido de azúcares, el mejor momento es el período
intensivo de aguas abajo, con una duración de siete días, los cuales se
contabilizan después de los primeros tres días del cuarto menguante hasta los
primeros tres días de la luna nueva.
Por la experiencia de muchos productores, se cree que los vinos que se
elaboran durante esta temporada son de mejor calidad y duran más, después
de su proceso de maduración en las cantinas (Figura 15)
Figura 15. El cultivo de la uva.

Influencia de las fases lunares en el cultivo de los cítricos.


La producción de cítricos es una de las prácticas más comunes en muchos
lugares de la geografía del mundo. Es muy fácil encontrar el cualquier lugar,
principalmente en los patios de cualquier productor en América Latina, un árbol
de naranja, mandarina, toronja o limón, ya sea para la producción de frutas o
para uso medicinal.

Por la importancia económica que representan, tratamos algunas tareas


específicas con este rubro, principalmente en sus relaciones con la
luna. Producción de semillas: La mejor época para la recolección de frutos
destinados para la producción de semillas es la luna menguante,
principalmente después de que los frutos hayan sido seleccionados y hayan
logrado el mejor grado de maduración fisiológica (Figura 16)

Figura 16. Cultivo de cítricos: semillas y germinación.


Influencia de la luna en la cosecha de frutos, hortalizas, legumbres
frescas y granos verdes para el consumo inmediato.

Esta cosecha la podemos dividir en dos períodos:


Período intensivo de cosecha, con aproximadamente siete días de duración,
comprendidos entre los tres días después de la luna creciente, hasta los tres
días después de la luna llena o del plenilunio (período intensivo de aguas
arriba). Es el momento donde frutos, hortalizas, legumbres, granos verdes y
maíz tierno se encuentran en su estado más jugoso, al mismo tiempo que hay
una mayor concentración de sabores (Figura 25)

Figura 25.
Cosecha de frutos, hortalizas, legumbres frescas y granos verdes para
consumo inmediato.

Período extensivo de cosecha, con más o menos 14 días de duración, el


cual, además de contemplar el período anterior, considera aproximadamente
los cuatro últimos días de la luna nueva (los frutos apenas comienzan a ganar
el máximo de jugo) y los tres primeros días de la luna gibosa después de luna
llena, donde los frutos empiezan a tener menos cantidad de jugo (período
extensivo de aguas arriba). Se consideran para las dos aplicaciones (A y B) la
cosecha de maíz tierno o choclo, arveja, habas verdes, habichuelas, pepinos,
coles, lechugas, acelgas, apio con énfasis en las hojas, vainas verdes,
hortalizas con flores como la coliflor, el brócoli y la alcachofa, la berenjena, las
espinacas, el fríjol verde, la cebolla larga o en rama, los tomates y pimentones
jugosos para el consumo inmediato, la papa cidra, los granos pregerminados,
las fresas, moras, cerezas, mangos, aguacates, naranjas, limones, papayas,
sandías, melones, calabacines, guayabas, carambolas, piña, papayuela,
anona, anón, liso, zapote, ciruela, durazno, uvas, higos, brevas, tunas, caimos,
granada, granadilla, maracuyá, jabuticaba, guayaba, manzana, pera, mamey,
madroño, níspero, uchuva, zarzamoras, guanábana, noni, mamoncillos,
marañón, pena, acerola, etc. (Figura 26)

Figura 26. Legumbres frescas y granos verdes para consumo inmediato.


BIBLIOGRAFIAS.
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