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Desarrollo de La Placenta y Membranas Fetales
Desarrollo de La Placenta y Membranas Fetales
La placenta constituye la historia más precisa del desarrollo prenatal, por ser el
órgano que se muestra al exterior cuando ha concluido la gestación, la placenta
debe de ser examinada cuidadosamente en la búsqueda de la mayor
información posible acerca del desarrollo prenatal como la principal evidencia
del desarrollo fetal durante la gestación.
El término placenta se piensa que fue introducido en el siglo XVI por Realdus
Columbus para describir la estructura usando el término latin que describe una
torta circular, aunque se hace mención al órgano desde tiempos muy remotos,
libros como el viejo testamento y el coran incluyen relatos que se refieren a la
presencia de este órgano en forma redondeada y que es expulsado después
del advenimiento de una nueva vida, sin embargo los primeros indicios acerca
de la importancia funcional de la placenta aparecen con el renacimiento, época
de verdadero esplendor de la anatomía descriptiva. Leonardo da Vinci (1452-
1515) en su cuadro “el útero humano”, ilustró la placenta pero de forma
incorrecta. El concepto de circulación placentaria aparentemente fue descrito
por Harvey hacía 1628 y posteriormente fue revisado por John Mayow.
Aristóteles previamente había descrito el concepto de corion y mucho tiempo
después William Hunter describe el concepto de decidua.
Como hemos mencionado con anterioridad existe una relación muy estrecha
entre el desarrollo del corion y el de la decidua.
Es posible distinguir dos áreas específicas del corion, una relacionada con el
polo embrionario y que se denomina como corion frondoso por que en ella se
distingue un desarrollo muy marcado de las vellosidades y un cambio
progresivo hacia el polo yuxtapuesto que constituye el polo abembrionario
donde no se aprecia gran desarrollo de las vellosidades, constituyendo esta
porción del corion el denominado corion leve o calvo, el hecho de que en el
polo embrionario no se desarrollen las vellosidades como lo hacen en el corion
frondoso está en relación con el flujo vascular, la presión menor reconocida a
nivel del corion leve y la gran interferencia del flujo sanguíneo en los vasos
coriónicos en esta área hacen que no se desarrollen de forma menos marcada
las vellosidades en esta zona.
La placenta es un órgano que tiene forma de disco o torta (de aquí su nombre)
con un diámetro variable de 15 a 25 cm. y aproximadamente 3 cm. de espesor,
su peso promedio es de 500 a 600 gramos aunque este es variable y está
acorde a las condiciones en que se tomó la placenta para el peso, si las
membranas y la mayor parte del cordón salen con la placenta, el peso de la
sangre incrementa considerablemente el peso placentario haciendo que el
mismo se pueda ver incrementado hasta en un 50 %, sin embargo cuando el
cordón cortado es mayor en el extremo fetal que en el placentario y
permanecen restos de los cotiledones en la cavidad uterina el peso se puede
ver disminuido, no obstante el peso promedio es el anteriormente mencionado.
La cara materna de la placenta se diferencia considerablemente de la cara
fetal. La cara materna se caracteriza por la presencia de una serie de
elevaciones denominadas como cotiledones, A partir de la lámina decidual
parten una serie de tabiques que se dirigen hacía la lámina coriónica sin llegar
a contactar con ella, estos tabiques permiten que los espacios intervellosos se
comunique entre ellos, dichos tabiques reciben el nombre de tabiques
deciduales, su origen y composición exacta aún sigue provocando
controversia entre los investigadores, pero parecen estar compuestos por tejido
decidual en el que queda incluido el tejido trofoblástico por lo que los tabiques
comúnmente están compuesto por tejido materno y fetal. La presencia de los
tabiques determina que en el lado materno se puedan apreciar de 15 a 20
elevaciones de color rojo violáceo que sobresalen en la superficie de la decidua
y se denominan como cotiledones, los cuales han sido formado como
consecuencia de la arborización de las vellosidades en el interior de los
espacios intervellosos sin llegar ha alcanzar la decidua.
La cara fetal de la placenta es fácil de reconocer por la presencia del cordón
umbilical, los vasos coriónicos que confluyen hacía el mismo y el amnios. La
superficie fetal está totalmente cubierta por la lámina coriónica y en la misma
se aprecian los vasos coriónicos confluyendo hacía el cordón y cubiertos por el
amnios, lo cual le da el aspecto opalescente a esta cara de la placenta. El
cordón umbilical generalmente presenta una inserción central, pero puede
insertarse de forma excéntrica e incluso en el amnios de donde parten los
vasos hacia la placa coriónica, inserción conocida como inserción velamentosa.
Envejecimiento placentario:
Circulación placentaria:
Los cotiledones reciben la sangre a partir de una serie de vasos que se abren
en la lámina decidual y vierten su sangre en los espacios intervellosos, estos
vasos denominados como arterias en espirales penetran la lámina decidual, el
calibre reducido de las arterias en espirales provoca que el flujo de sangre sea
dirigido hacía la profundidad del espacio intervelloso de forma vertical antes de
que disminuya la presión del flujo sanguíneo en el interior del espacio
intervelloso y ocurra la dispersión lateral del flujo, esto asegura que la mayor
parte de las vellosidades libres y los troncos vellositaríos queden bañados con
sangre saturada de oxígeno, con el retorno de la sangre insaturada (con una
concentración de oxígeno baja) la misma fluye hacia los orificios venosos que
se encuentran en la placa decidual y penetra la mayor parte de ella por los
orificios venosos que drenan hacia las venas endometriales que son las
encargadas de llevar la sangre de retorno. La disposición de las arterias
espirales y las venas en la pared uterina es otro factor importante en la
dinámica de la circulación placentaria, las arterias en espiral tienen una
disposición generalmente perpendicular en la pared uterina y las venas se
disponen de forma horizontal, esta disposición facilita el cierre de las venas con
las contracciones uterinas, previniendo el escurrimiento de sangre materna a
partir de los espacios intervellosos.
Funciones de la placenta:
Cualquiera que sea la forma los anticuerpos maternos son captados por
pinocitosis por parte del sincitiotrofobasto y por esta vía llevado a los capilares
fetales, de esta forma el feto recibe anticuerpos maternos del tipo de la
inmunoglobulina G (IgG) contra diversas enfermedades infecciosas,
adquiriendo de esa forma una inmunidad pasiva contra enfermedades como la
difteria, el sarampión y viruela. Si aceptamos que el sistema inmunológico fetal
no completa su maduración durante la etapa prenatal debe de resaltarse la
capacidad de la placenta como órgano en conferir una inmunidad limitada pero
importante para la supervivencia a diferentes tipos de enfermedades.
Producto del rol de la placenta en la respuesta inmune fetal se pueden explicar
la patogenia de enfermedades como la Eritroblastosis fetal o incompatibilidad
Rh. Si el feto es Rh positivo y la madre Rh negativo, los eritrocitos fetales al
invadir la circulación materna pueden desencadenar una respuesta antígeno-
anticuerpo en la madre, los anticuerpos maternos al llegar a la sangre fetal
destruyen los eritrocitos fetales produciendo un fenómeno de hemólisis en el
feto que clínicamente se expresa por un ictero (color amarillo de piel y
mucosas) generalizado de diversa severidad.
La placenta como órgano endocrino:
Estrógenos:
Los mecanismos de formación de los estrógenos difieren en la embarazada de
la mujer no embarazada, en la primera los mecanismos pueden resumirse en
los siguientes aspectos.
1. La placenta es el lugar donde se originan los estrógenos en la embarazada.
2. La placenta sintetiza los estrógenos a partir de prehormonas que son
transportadas al trofoblasto por medio del plasma fetal y materno.
3. Los niveles de Estriol desproporcionados encontrados en la orina y el
plasma de la gestante, resulta de la síntesis de Estriol en la placenta a partir
de la aromatización del Sulfato 16α hidroxidehidroandrosterona.
El Amnio y su importancia:
El desarrollo del amnio se lleva a cabo durante los primeros días de la
gestación concomitantemente con la diferenciación inicial del trofoblasto y el
embrioblasto, a partir de la diferenciación del citotrofoblasto como una
extensión del epiblasto. Con el aumento del tamaño del embrión y del líquido
amniótico, el embrión queda envuelto por el mismo y se desarrolle dentro de la
cavidad amniótica, con el crecimiento de la misma el amnios llega a contactar
con el corion, pero nunca llega haber una fusión verdadera y pueden ser
separado fácilmente aún en el período del término.
Existe una clara evidencia que tanto el amnios como el corion tienen una rica
actividad enzimática cerca del momento del parto relacionado con el
metabolismo de las hormonas esteroideas que incluyen a la 5α reductasa, 3β –
hidrosteroide deshidrogenasa, la ∆5-4 – isomerasa, la 20α-hidrosteroide-
oxidoreductasa, la 17β hidrosteroide-oxidoreductasa entre otras.
Las membranas fetales contienen glicerofosfolípidos los que son enriquecidos
con ácido araquidónico, precursor obligado de las prostaglandinas E 2 y F2α.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA: