Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PÆgina 1
EXPLORA
PROGRAMA
DE CAPACITACIÓN
LAS CIENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO MULTIMEDIAL
CIENCIAS SOCIALES
Introducción. El viaje y el territorio | Los relatos de viaje | Diversidad de viajeros | Las representaciones
de lo desconocido | América versus Europa | La reinvención de América | América (Latina) versus América
Autor: Dr. Álvaro Fernández Bravo (Universidad de San Andrés y CONICET) | Coordinación Autoral: Dra. Patricia Funes (UBA y CONICET)
y Dr. Áxel Lazzari (UBA)
ajes.qxd 21/03/2007 04:32 p.m. PÆgina 2
INTRODUCCIÓN.
EL VIAJE Y EL TERRITORIO
Perry-Castañeda / Library Map Collection
DIVERSIDAD DE VIAJEROS diarios, escritos oficiales, documentos de ca- escritores criollos y, luego de la independen-
rácter religioso y burocrático, historias y cia de las colonias americanas, los viajeros
crónicas. También textos filosóficos −los en-
L os relatos de viaje se pueden agrupar en
varias clases. Están los escritos por los
viajeros metropolitanos, pertenecientes a las
sayos de Montaigne son el ejemplo más im-
portante− y programas políticos, como la
pertenecientes a las nuevas naciones, tam-
bién escribieron narraciones de viaje que a
menudo dialogan con los relatos de los via-
culturas centrales, que recorrieron lugares Utopía de Tomás Moro, fueron escritos im- jeros europeos y con frecuencia les contes-
alejados de Europa y acompañaron la ex- pulsados por la experiencia americana. Todos tan. Algunas veces, estas contestaciones bus-
pansión del imperialismo europeo a partir ellos intentan definir la cultura de la que can corregir percepciones que consideran
del siglo XV. América como concepto es re- hablan, desde una perspectiva cultural espe- equivocadas sobre la naturaleza. Otras, sim-
sultado de esa experiencia histórica. La he- cífica. Pero la expansión europea produjo plemente refieren las observaciones de los
gemonía europea que comienza a partir de también sociedades fronterizas e híbridas, las viajeros europeos para tomar de ellas infor-
la conquista de América comprendió una sociedades criollas, que fueron y son −hasta mación valiosa o para corroborar su propia
compleja red de textos que incluye cartas, cierto punto− resultado de la conquista. Los perspectiva.
Existe también un tercer tipo de relato de
Wikipedia
Recorrido por las costas americanas de Cristóbal Colón en sus cuatro viajes.
ajes.qxd 21/03/2007 04:33 p.m. PÆgina 7
Nos han llegado escasos y fragmentarios gualdad, no puede sino ser comparada y leí- La explicación del paraíso para entender la
testimonios de los escritos de Cristóbal da dentro de un marco de referencia conoci- rareza extrema del lugar al que llegó tampo-
Colón. La mayoría de ellos se perdieron. Sin do: los peces son como gallos (!). Son los co parece suficiente y surge aquí la posibili-
embargo, lo poco que tenemos, partes conceptos con los que Colón busca entender dad de que "el Paraíso no salga de allí" (de
de su diario transcritas por el sacerdote el mundo que observa los que no puede ese río), y de que el río mismo que tiene fren-
Bartolomé de Las Casas en su Historia de las abandonar y se trata, naturalmente, de ideas te a sus ojos no tenga parangón en el mun-
Indias, algunas cartas a los reyes y otras pie- y formas de percepción europeas. do, es decir, no pueda ser comparado con
zas de su correspondencia, nos permite reco- En este sentido, una primera solución para nada conocido.
nocer un momento fascinante de la historia explicar la belleza e intensidad del paisaje ¿Cómo designar esas especies desconoci-
de América, el punto en el que la misma idea americano fue compararlo con el Paraíso. das y ese territorio enteramente nuevo que
del Nuevo Mundo aparece en la conciencia Así, en el tercer viaje, junto a la benevolencia el viajero se esfuerza en comprender? ¿Qué
europea. La primera reacción de los viajeros del clima y a la experiencia de la aparición de palabras y qué conceptos emplear para
fue suponer, debido a la extrema belleza del una nueva región en la Tierra, el descubri- intentar nombrarlo y explicar su sentido tan-
lugar donde se encontraban, que estaban en miento de la boca del río Orinoco lleva a to a sí como a sus interlocutores europeos?
el Paraíso terrenal. Veamos, por ejemplo, un Colón a creer que se encuentra próximo al Uno de los caminos que todo viajero em-
fragmento del diario del 16 de octubre de Paraíso. Hechos y leyendas se apoyan mu- prende es el de describir la experiencia del
1492, cuatro días después de la llegada a tuamente para la imaginación de una masa viaje apelando a su propio bagaje de recur-
América. Dice allí Colón: austral de tierra: sos lingüísticos. Por eso el texto escrito es un
[...] aquí son los peçes tan disformes de los nues- [...] y digo que si no procede del paraýso terre- laboratorio donde se define la identidad y se
tros, qu'es maravilla; ay algunos hechos como nal, que viene este río y proçede de tierra infinita, reconoce la voluntad de comprender. A
gallos, de la más finas colores del mundo, azules, pues al austro, de la cual fasta agora no se a avi- aquello que no se puede nombrar, hay que
amarillos, colorados, y de todas colores, y otros do notiçia, mas yo muy assentado tengo [en] el atribuirle un nombre. El nombramiento
pintados de mill maneras; y las colores son tan ánima que allí, adonde dixe, es el paraýso terre- (bautismo), la designación, equivale a tomar
finas que no ay hombre que no se maraville y no nal, y descanso sobre las razones y auctoridades posesión y fijar en el mapa los signos inesta-
tome gran descanso á verlos. sobre escriptas. bles e inquietantes percibidos en el viaje. Se
trata, evidentemente, de una estrategia de
La belleza maravilla al observador, pero Aquí alude a fuentes teológicas medievales apropiación que puede ser leída como metá-
sobre todo marca una diferencia con la natu- y clásicas (el Venerable Beda, san Ambrosio, fora del relato de viaje en su conjunto. El
raleza europea: los peces son "disformes de Plinio) que postulaban que el Paraíso se relato de viaje designa y se apropia de lo
los nuestros" e, incluso algunos de ellos, se encontraba en el extremo de Asia, donde que nombra. Puede tratarse de sectores del
comparan con otra especie animal. Es decir, Colón creía haber llegado. Es decir, busca espacio recorrido, de poblaciones, de acci-
se trata de una naturaleza sorprendente y apoyo en autores consagrados para sostener dentes geográficos o de especies biológi-
extraña, pero que aún a pesar de su desi- su propia idea: que había llegado a Asia, cas. El libro de viajes acumula una enciclo-
ajes.qxd 21/03/2007 04:33 p.m. PÆgina 8
pedia de información en la que asigna nue- Los nombres atribuyen sentido. En este entonces juntos. Los nombres forman cons-
vos nombres. Dar un nombre −designar esa caso, vemos en las palabras de Colón una telaciones de objetos encadenados entre sí
Terra incognita con el nombre de América, estructura jerárquica en la que primero está por una relación que los enhebra y les otor-
como lo haría pocos años después un viaje- Dios (su Alta Majestad), luego el rey, luego ga un sentido: América es, a la vez, un resul-
ro europeo que recorrió el Río de la Plata: la reina, etc. El nombramiento arrebata al tado de la imaginación europea y un efecto
Américo Vespucio− es aplacar un misterio. territorio su nombre original (Guanahaní) y de la diferencia cultural entre el Viejo y el
Este mecanismo es reconocible también en lo reemplaza por otro (San Salvador). Nuevo Mundo. Esa diferencia emerge semi-
un incidente dentro del texto; al llegar al Vemos en estas palabras que el nombre cubierta: la alteridad es simultáneamente
Caribe en febrero de 1493, Colón le escribe dado por los indígenas es reconocido, aun- revelada y negada. Colón reconoce el nom-
a Santangel: que no respetado. Como sabemos, tampo- bre dado por los indios, pero lo niega con
A la primera que yo fallé [se trata de islas], puse co las culturas indígenas fueron respetadas uno nuevo. Imponer un nuevo nombre
nonbre Sant Saluador, a comemoración de su por los conquistadores que, enceguecidos sobre el territorio es una manera de olvidar
Alta Magestad, el qual marauillosamente todo por la codicia del oro, destruyeron las civili- y ocultar una categoría ajena, reemplazarla
esto an dado; los indios la llaman Guanahaní. A la zaciones amerindias. Su interés estaba en con un nombre que aplasta y a la vez gene-
segunda isla puse nonbre la isla de Santa María la naturaleza, el Nuevo Mundo al que le ra ese nuevo objeto (natural, sin rastros
de la Concepción, a la tercera, Ferrandina, a la sería sobreimpuesto un nombre para apre- palpables de cultura humana) que será
quarta, la isla Bella, a la quinta la isla Juana, e así sar y fijar su significado y enviar al olvido su América ante la mirada europea.
a cada una nonbre nueuo. nombre aborigen. Colonizar y nombrar van
LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA
inspirado en libros de viaje que retratan la dante literatura de viajes que sería escrita a
misma región del Orinoco que tan viva partir de entonces.
impresión causara en Colón, es uno de los La impresión más significativa recibida por
ejemplos más conocidos− contribuyó a una Humboldt en su contacto con el Nuevo
imagen exótica del Nuevo Mundo. No obs- Mundo proviene, como en Colón y en los
tante, algunas ideas provenían de viajes exploradores del siglo XVI, de la naturaleza.
auténticos, como el de Jean de Léry por el Con una sensibilidad típicamente románti-
actual territorio de Brasil, que inspiró a ca, el científico dedica muchas páginas a
Michel de Montaigne su célebre ensayo describir la condición sublime de la natura-
"De los caníbales". Pero no será sino hasta leza americana. Sin embargo, a diferencia
el comienzo del siglo XIX cuando esta de sus predecesores, Humboldt prestará
situación se modifique radicalmente, en una atención cuidadosa a aspectos políticos
parte debido a la independencia de las de la realidad local. La naturaleza no se limi-
naciones americanas. Entonces prolifera- ta a una descripción de recursos materiales
ron los relatos de viaje tanto de viajeros y humanos, concebidos estos últimos como
europeos como americanos, y estos libros potencial fuerza de trabajo o como seres
contribuyeron a afirmar el concepto de celestiales. Por el contrario, en su retrato de
América Latina. la realidad americana interviene una obser-
Uno de los primeros, agudos e influyentes vación atenta de la organización social,
viajeros fue el científico y humanista ale- económica y política de las emergentes
mán Alexander von Humboldt, que, acom- naciones. Así, dos de sus más importantes
pañado por el francés Aimé Bompland, reco- libros dedicados a la región se titulan Ensayo Ilustración de la primera edición de Robinson
rrió por cinco años, entre 1799 y 1804, el político sobre el reino de la Nueva España y Crusoe (1719).
territorio americano, principalmente las colo- Ensayo político sobre la isla de Cuba. Tanto
nias españolas que tanto interés desperta- en ellos como en el resto de su vasta obra dos pertenecen por su lengua, su literatura,
ban en el público europeo. Los libros de se encuentran consideraciones sobre la y sus costumbres a la Europa latina".
Humboldt, que luego de su viaje se dedicó sociedad criolla y la injusticia del sistema La división sugerida por Humboldt está
a escribir y superó los treinta volúmenes de colonial, influenciadas por las ideas ilustra- inspirada en las teorías raciales que tuvieron
tratados científicos y políticos, clasificacio- das y los principios de la Revolución Fran- auge durante el siglo XIX y anticipa una
nes, inventarios y especulación filosófica y cesa que Humboldt admiraba. separación que se consolidará en las déca-
cultural entreverada con relatos de sus aven- Si bien es cierto, como señala Mary Louise das siguientes. El concepto de América La-
turas, inauguran de algún modo el pensa- Pratt, que en los dos libros recién menciona- tina se enuncia por primera vez. Pocos años
miento moderno sobre América Latina y dos el científico destaca el contraste entre después, otro viajero europeo, Alexis de
constituyen un testimonio sin par de la situa- Nueva España −México−, donde culmina su Tocqueville, recorre los Estados Unidos y
ción de la región a comienzos del siglo XIX. travesía latinoamericana y en donde en- escribe La democracia en América (1835-
Uno de sus libros más famosos se tituló, cuentra una sociedad culta y sofisticada, y 1840), un libro de enorme influencia que,
precisamente, Narración personal de un via- Sudamérica, de donde llegaba y en donde hasta cierto punto, puede leerse como simé-
je a las regiones equinocciales del nuevo ve escasos vestigios de civilización, resulta trico a los tratados de Humboldt: señala las
continente, es decir, un escrito donde se necesario destacar una oposición más signi- características de la emergente civilización
encuentran unidas la percepción personal y ficativa presente en su obra: la que enfrenta norteamericana y destaca así la especifici-
las teorías más generales sobre la identidad los hemisferios anglosajón y latino del con- dad cultural de los Estados Unidos e, implí-
colectiva como las que nos interesa indagar tinente americano. Dice en el capítulo XXVI citamente, el contraste con las naciones
aquí. Los libros contra los que, en parte, de su Narración personal...: "Resulta, pues, americanas situadas al sur. Como sabemos,
escribe Humboldt −las obras de filósofos que si en las investigaciones de economía con la emancipación se fragmentó el impe-
como Buffon, Raynal y De Paw, “campeo- política, se acostumbra a no considerar sino rio colonial español en numerosas naciones
nes” de la causa antiamericana y defensores masas, no se podría desconocer que el con- que a lo largo del siglo fueron alcanzando la
de la teoría de la inferioridad constitutiva tinente americano no está repartido, independencia, hasta la guerra hispano-
del nuevo continente− carecían del susten- hablando propiamente, más que entre tres estadounidense, en la que se enfrentan
to de la observación y de la precisión cientí- grandes naciones de raza inglesa, española España y los Estados Unidos y donde caen
fica alcanzados por el científico alemán. Por y portuguesa". Y un poco más adelante: las últimas colonias españolas en América:
eso, muchos latinoamericanos lo leyeron "Hoy, por la parte continental del Nuevo Cuba y Puerto Rico. La influencia europea
con pasión y lo consideraron responsable Mundo se encuentra como repartida entre sobre América fue reemplazada a partir de
de las imágenes más valiosas de sus propias tres pueblos de origen europeo: uno, y el más entonces por la estadounidense, aunque
culturas, y un autor precursor en la abun- poderoso, es de raza germánica; los otros este desplazamiento no ha sido un proceso
ajes.qxd 21/03/2007 04:33 p.m. PÆgina 10
http://www.loc.gov/rr/geogmap/guide/gmillatl.html
Mapa de geografía botánica derivado del trabajo del geógrafo alemán Alexander von Humboldt y el botánico Joakim Frederik Schouw.
ajes.qxd 21/03/2007 04:33 p.m. PÆgina 12
oro flotantes, pintadas las aves que engalanan da despierta su aplauso. No obstante, el importancia central para los intelectuales,
penachos y decoraciones fantásticas; verde esme- trabajo esclavo, la "esclavatura", como lo algunos de los cuales pensaron la nación
ralda la vegetación, embalsamadas y purpúreas llama Sarmiento, despiertan también su ho- del norte como modelo y otros como un
las flores, tangible la luz del cielo, azul cobalto, el rror y su condena. Esto mismo ocurre con contraejemplo, aquello de lo que América
aire, doradas a fuego las nubes, roja la tierra y las muchos otros letrados hispanoamericanos Latina debía apartarse. Sarmiento por su
arenas entremezcladas con diamantes y topacios. de la emancipación que, imbuidos de idea- parte, parece recomendar en sus Viajes un
les republicanos y liberales, no aceptaban la distanciamiento de Europa (percibida hasta
El trópico, como en Colón y en Humboldt, manutención del régimen esclavista que entonces, en especial la Europa del norte,
representa para el sanjuanino Sarmiento perduraría en Brasil hasta 1888. Eso explica como un arquetipo incuestionable), donde
una imagen edénica. Sin embargo, su retra- que sólo hacia fin de siglo la idea de el escritor observa atraso, campesinos anal-
to no se detiene sólo en la naturaleza, sino América Latina como una unidad, incluyen- fabetos y rigidez social. La incorporación de
que se extiende a la arquitectura lujosa de do el Brasil junto a las naciones hispanoa- la cultura estadounidense como una socie-
Río de Janeiro y, en especial, la explotación mericanas, cobre solidez. dad con la que comparar e imaginar las so-
del café: "No hace 50 años se introdujo la Los viajes de Sarmiento, que comenzaron ciedades latinoamericanas marca una di-
primera semilla de café a Río de Janeiro; no por América del Sur y continuaron por Eu- rección que se ha ido afirmando, ya sea por
hace treinta que se extrajo la primera bolsa ropa, África y los Estados Unidos, identifican el contraste o por la imitación, en la mirada
del aclimatado, y hoy pasan de 800.000 las en este último país una sociedad modelo americanista, en especial en la literatura.
que llenan todos los mercados del mundo". que los latinoamericanos deberían imitar. La
Es decir, la naturaleza dominada y explota- imagen de los Estados Unidos cobrará una
adversarios, la formalidad caballeresca de parte, ya veis que, aunque no les amo, les
ARIEL
un saludo. Siento fácil mi espíritu para admiro. [...]
cumplirla. Desconocer sus defectos no me La vida norteamericana describe efectiva-
La concepción utilitaria, como idea del des- parecería tan insensato como negar sus mente ese círculo vicioso que Pascal señala-
tino humano, y la igualdad en lo mediocre, cualidades. Nacidos −para emplear la para- ba en la anhelante persecución del bienes-
como norma de la proporción social, com- doja osada por Baudelaire a otro respecto− tar, cuando él no tiene su fin fuera de sí
ponen, íntimamente relacionadas, la fór- con la experiencia innata de la libertad, mismo. Su prosperidad es tan grande como
mula de lo que ha solido llamarse, en ellos se han mantenido fieles a la ley de su su imposibilidad de satisfacer una mediana
Europa, el espíritu de americanismo. Es origen [...]. La huella de sus pasos no se concepción del destino humano. Obra titá-
imposible meditar sobre ambas inspiracio- borrará jamás en los anales del derecho nica, por la enorme tensión de voluntad
nes de la conducta y la sociabilidad, y com- humano; porque ellos han sido los prime- que representa y por sus triunfos inauditos
pararlas con las que le son opuestas, sin ros en hacer surgir nuestro moderno con- en todas las esferas del engrandecimiento
que la asociación traiga, con insistencia, a cepto de la libertad, de las inseguridades material, es indudable que aquella civiliza-
la mente la imagen de esa democracia for- del ensayo y de las imaginaciones de la ción produce en su conjunto una singular
midable y fecunda, que, allá en el norte, utopía, para convertirla en bronce impe- impresión de insuficiencia y de vacío. Y es
ostenta las manifestaciones de su prosperi- recedero y realidad viviente; [...] porque, que si, con el derecho que da la historia de
dad y su poder, como una deslumbradora con su organización federativa, han reve- treinta siglos de evolución presididos por la
prueba que abona en favor de la eficacia lado −según la feliz expresión de dignidad del espíritu clásico y del espíritu
de sus instituciones y de la dirección de sus Tocqueville− la manera como se pueden cristiano, se pregunta cuál es en ella el
ideas. Se ha podido decir del utilitarismo conciliar con el brillo y el poder de los principio dirigente, cuál su substratum
que es el verbo del espíritu inglés; los estados grandes la felicidad y la paz de los ideal, cuál el propósito ulterior a la inme-
Estados Unidos pueden ser considerados la pequeños. Suyos son algunos de los rasgos diata preocupación de los intereses positi-
encarnación del verbo utilitario. Y el más audaces con que ha de destacarse en vos que estremecen aquella masa formida-
Evangelio de este verbo se difunde por la perspectiva del tiempo la obra de este ble, sólo se encontrará, como fórmula del
todas partes a favor de los milagros mate- siglo. Suya es la gloria de haber revelado ideal definitivo, la misma absoluta preocu-
riales del triunfo. Hispano-América ya no es plenamente −acentuando la más firme pación del triunfo material. Huérfano de
enteramente calificable, con relación a él, nota de belleza moral de nuestra civiliza- tradiciones muy hondas que le orienten,
de tierra de gentiles. La poderosa federa- ción− la grandeza y el poder del trabajo ese pueblo no ha sabido sustituir la ideali-
ción va realizando entre nosotros una suer- [...]. Perseverantes devotos de ese culto de dad inspiradora del pasado con una alta y
te de conquista moral. La admiración por la energía individual que hace de cada desinteresada concepción del porvenir.
su grandeza y por su fuerza es un senti- hombre el artífice de su destino, ellos han Vive para la realidad inmediata, del presen-
miento que avanza a grandes pasos en el modelado su sociabilidad en un conjunto te, y por ello subordina toda su actividad al
espíritu de nuestros hombres dirigentes y, imaginario de ejemplares de Robinson, egoísmo del bienestar personal y colectivo.
aún más quizá, en el de las muchedumbres, que después de haber fortificado ruda- [...] Ni siquiera el egoísmo nacional, a falta
fascinables por la impresión de la victoria. mente su personalidad en la práctica de la de más altos impulsos; ni siquiera el exclusi-
Y de admirarla se pasa por una transición ayuda propia, entrarán a componer los vismo y el orgullo de raza, que son los que
facilísima a imitarla. [...] Es así como la filamentos de una urdimbre firmísima. [...] transfiguran y engrandecen, en la antigüe-
visión de una América deslatinizada por Han sabido también guardar, en medio de dad, la prosaica dureza de la vida de Roma,
propia voluntad, sin la extorsión de la con- los refinamientos de la vida civilizada, el pueden tener vislumbres de idealidad y de
quista, y regenerada luego a imagen y sello de cierta primitividad robusta. hermosura en un pueblo donde la confu-
semejanza del arquetipo del Norte, flota ya Tienen el culto pagano de la salud, de la sión cosmopolita y el atomismo de una mal
sobre los sueños de muchos sinceros intere- destreza, de la fuerza; templan y afinan entendida democracia impiden la forma-
sados por nuestro porvenir, inspira la frui- en el músculo el instrumento precioso de ción de una verdadera conciencia nacional.
ción con que ellos formulan a cada paso los la voluntad; y, obligados por su aspiración [...] En el ambiente de la democracia de
más sugestivos paralelos y se manifiesta insaciable de dominio a cultivar la energía América, el espíritu de vulgaridad no halla
por constantes propósitos de innovación y de todas las actividades humanas, mode- ante sí relieves inaccesibles para su fuerza
de reforma. Tenemos nuestra nordomanía. lan el torso del atleta para el corazón del de ascensión, y se extiende y propaga como
Es necesario oponerle los límites que la hombre libre. [...] sobre la llaneza de una pampa infinita.
razón y el sentimiento señalan de consuno. Su grandeza titánica se impone así, aun
[...] Todo juicio severo que se formule de a los más prevenidos por las enormes des-
los americanos del Norte debe empezar proporciones de su carácter o por las vio- José Enrique Rodó: Ariel, Buenos Aires,
por rendirles, como se haría con altos lencias recientes de su historia. Y por mi Kapelusz, 1994.
ajes.qxd 21/03/2007 04:33 p.m. PÆgina 15
estructuras duales que por su misma rigidez en América Latina como la pensaban Martí peas y con los que comparten coyunturas
conceptual hacen difícil pensar en América y Rodó? ¿Dónde termina y dónde comienza como la diáspora y la emigración masiva− o,
Latina como una totalidad cambiante y la identidad colectiva? ¿Podemos continuar más cerca nuestro, el Cono Sur, plantean
dinámica. Hoy mismo, como decíamos manteniendo a Brasil en una discreta margi- una fragmentación y la formación de un
antes, las fronteras y los límites están cam- nalidad, como ocurrió por diversos factores, nuevo mapa cultural, quizá no determinado
biando. El Caribe y México están cada vez primero políticos −republicanismo vs. impe- sólo por factores como la lengua y la religión
más atravesados por la cultura estadouni- rio−, pero luego por simple y llana ignoran- que predominaron en el siglo XIX. Será preci-
dense y muchos de sus ciudadanos ya se cia, indiferencia o, incluso, racismo? Las so, entonces, animarse a abandonar patro-
encuentran viviendo en los Estados Unidos, nuevas subregiones, como el mundo andi- nes de pensamiento rígidos y probablemente
donde son la primera minoría étnica y cultu- no, atravesado por problemáticas culturales obsoletos, para acompañar los cambios cul-
ral. Ya en Martí esa condición resultaba visi- específicas −como la existencia de culturas turales con herramientas analíticas útiles para
ble: una cultura nacional dividida, ubicada amerindias−, el Caribe −cuyos países más comprender el mundo en que vivimos, y del
en dos países, aunque unida por una misma poblados hablan español, pero conviven que América Latina forma parte.
lengua. Pero ¿es posible seguir pensando con otros que hablan diversas lenguas euro-
Bibliografía Pratt, Mary Louise: Imperial Eyes: Travel Writing and Transculturation,
Ardao, Arturo: Génesis de la idea y el nombre de América Latina, Caracas, Londres, Routledge, 1992.
Centro de Estudios Latinoamericanos "Rómulo Gallegos", 1980. Rabasa, José: Inventing A-m-e-r-i-c-a: Spanish Historiography and the
Berger, John: Ways of Seeing, Londres, Penguin, 1972. Formation of Eurocentrism, Norman, University of Oklahoma, 1993.
Buarque de Holanda, Sergio: Raízes do Brasil, San Pablo, Companhia Das Ramos, Julio: Desencuentros de la modernidad en América Latina, México,
Letras, 1992. FCE, 1989.
Colombi, Beatriz: "Retóricas del viaje a España, 1800-1900", Rocca, Pablo: Enseñanza y teoría de la literatura en José Enrique Rodó,
en www.literaworld.com/Spanish/2002. Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2001.
Elliot, J. H.: The Old World and the New, 1492-1650, Cambridge, Sarmiento, Domingo Faustino: Viajes, Buenos Aires,
Cambridge UP, 1992. Editorial de Belgrano, 1981.
Fernández Retamar, Roberto: Calibán: apuntes sobre la cultura en Viñas, David: De Sarmiento a Dios, Buenos Aires, Sudamericana, 2002.
Nuestra América, México, Diógenes, 1974. Von Humboldt, Alexander: Viaje a las regiones equinocciales del nuevo
Gerbi, Antonello: La disputa del Nuevo Mundo: Historia de una polémica, continente, 5 vols., trad. Lisandro Alvarado, Caracas, Monte Ávila, 1991.
1750-1900, México, FCE, 1993.
Martí, José: "Nuestra América", en Cuba, Nuestra América, los Estados Agradecimientos
Unidos, prólogo y selección de R. Fernández Retamar, México, El equipo de Publicaciones de la Dirección Nacional de Gestión Curricular y
Siglo XXI, 1973. Formación Docente agradece a las siguientes instituciones y personas por
Núñez, Estuardo: "El elemento latinoamericano en otras literaturas", permitirnos reproducir material fotográfico y colaborar en la documenta-
en César Fernández Moreno (comp.), América Latina en su literatura, ción de imágenes: Perry-Castañeda Library Map Collection (EE.UU.);
México, Siglo XXI, 1980, pp. 83-111. Biblioteca del Congreso (EE.UU.); Museo Etnográfico - UBA (Argentina).
Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus Coordinadora del Área de Ciencias Coordinación y documentación,
Secretario de Educación, Lic. Juan Carlos Tedesco Sociales, Lic. Raquel Gurevich Lic. Rafael Blanco
Coordinadora del Área de Desarrollo Edición, Lic. Gonzalo Blanco
Subsecretaria de Equidad y Calidad, Lic. Alejandra Birgin Profesional, Lic. Silvia Storino Diseño y diagramación,
Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente, Coordinadora del Programa de DG María Eugenia Más
Lic. Laura Pitman Capacitación Explora, Lic. Viviana Celso Corrección, Norma A. Sosa Pereyra
Coordinadora de Publicaciones,
Lic. Raquel Franco www.me.gov.ar