Cátedra de Productividad y Competitividad

Contexto
José Luis Sandoval Duque

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UNAB
BUCARAMANGA
 Cátedra de Productividad y Competitividad

Introducción al módulo Contexto

“Vivimos una era de nuevas especulaciones, de ventanas abiertas aunque las puertas
todavía permanezcan cerradas. No debemos volver la espalda al futuro, queriendo que
las cosas continúen como han sido hasta ahora, necesitamos enfrentarnos a una realidad
cambiante. Se trata, después de todo, de una posición más segura si queremos seguir
avanzando”

Charles Handy1

La frase de Handy identifica plenamente el tipo
de ambiente que enfrentan las organizaciones. La
turbulencia competitiva está generando un mundo
globalizado en el cual las reglas de juego no están
escritas y cambian todos los días. Las decisiones
empresariales y personales muchas veces se
orientan más a buscar la supervivencia que un
crecimiento sostenido. Los viejos paradigmas, las
formas tradicionales de hacer las cosas, están
siendo cuestionados una y otra vez por las nuevas
realidades.
En este agitado mundo se nos presentan hoy
2 no sólo grandes oportunidades sino también gran-
des retos si se quiere alcanzar la excelencia. Han
surgido en los últimos años muchos enfoques orien-
tados a proponer distintos caminos para afrontar
la complejidad, y la sociedad se ha acostumbrado
a ellos a veces sin conocer a fondo su significado.
Hoy resulta familiar encontrar a muchas personas
conversando con facilidad acerca de empowerment,
competitividad, productividad, excelencia, calidad
total, reingeniería, auditoría de procesos, auto con-
trol, outsourcing, rightsizing, e-commerce, organiza-
ciones virtuales y aprendizaje organizacional, entre
muchos otros temas. Es probable que una persona
logre destacarse y obtener resultados sin explorar-
los a fondo, pero también es cierto que conocerlos
más de cerca puede ayudar a utilizarlos con mayor
efectividad.
En la base de estos conceptos está la competitivi-
dad como la única forma de conseguir un desarrollo
consistente a largo plazo; y la productividad como el
camino necesario para ser competitivos. Esto no es
sólo un compromiso de las organizaciones sino de
los países en la búsqueda de un mejoramiento per-
manente y sostenible de la calidad de vida para sus
ciudadanos. En este caso, una primera definición de
competitividad sería la capacidad de una organiza-
ción pública o privada, lucrativa o no, de mantener
sistemáticamente ventajas comparativas que le per-
mitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada
posición en el entorno socioeconómico, o mejor, en
términos de competitividad de país, la capacidad de
responder efectivamente en los mercados interna-
cionales. Pero, tal y como lo anota Porter (1991):
“……Si el principal objetivo económico de una
nación consiste en crear para sus ciudadanos un
nivel de vida elevado y en ascenso, la capacidad
para lograrlo no depende de la “competitividad”,
concepto amorfo sino, de la productividad con que
se aprovechen los recursos de una nación: el capital
y el trabajo. La productividad es el valor del rendi-
miento de una unidad de mano de obra o de capital.
Depende a su vez, de la calidad y las características
de los productos (los cuales determinan los precios
que se pueden asignar) y la eficiencia con que se
manufacturan.
La productividad es a la larga, el determinante
primordial del nivel de vida de un país y del ingreso
nacional por habitante. La productividad de los recur-
sos humanos determina los salarios y la productivi-
dad proveniente del capital determina los beneficios
que obtienen para los propietarios del mismo”2.
Esto lleva a definir la productividad, en su acep-
ción más común, como la producción por unidad
de recurso involucrado, o de manera más general,
como el rendimiento de los recursos en un proceso
de producción de bienes o servicios.
Pero, ¿quiénes hacen posible la productividad?
En el centro de todo esto, están las personas. Las
organizaciones cada día entienden más la necesi-
dad de sustentar en la gente sus procesos de desa-
rrollo, considerando que solo a través del despliegue
del talento humano se pueden generar caminos sos-
tenibles hacia la excelencia. Por eso las personas
son el “corazón” de las organizaciones.
Sin embargo, el conocimiento no es suficiente
si las personas no asumen posiciones individuales

1
Handy, Charles. (1993). La Edad de la Insensatez. México: Editorial Limusa. pág. 38
2
Porter. Mchael. La Ventaja Competitiva de las Naciones. Harvard Business Review. Dic. 1991

y colectivas frente a los diversos elementos del
entorno tanto mundial como nacional y regional de
manera que se tomen decisiones para pasar de ser
espectadores a actores del desarrollo. La decisión
entonces, está en sus manos.
Solamente a través de la voluntad y el esfuerzo
de cada uno será posible lograr los objetivos; los
cuales deben estar primordialmente ligados a su
propio desarrollo, al desarrollo de las organizacio-
nes, la sociedad y el país.
Entonces… ¿cómo se relacionan la Productivi-
dad y la Competitividad?
Considerando las precisiones anteriores, la com-
petitividad considerada como el fin último a conse-
guir y mantener tanto para los países como para las
organizaciones, solamente se logrará a través del
desarrollo productivo, el cual a su vez redunda en
un mejoramiento de la misma competitividad. Es un
ciclo de interacción permanente que podría enten-
derse en la siguiente forma:
Facilita y depende de
COMPETITIVIDAD PRODUCTIVIDAD
Genera y sostiene
Figura 1. Relación entre Productividad y Competitividad
De esta forma difícilmente se podría conseguir
la competitividad sin la productividad, pero a su vez
para lograr ésta última se necesitan elementos com-
petitivos tanto del entorno o exógenos como internos
o endógenos. Es una relación que se explorará más
en detalle posteriormente.
El mundo, un entorno sistémico
Para comprender la competitividad y la productivi-
dad, sus relaciones y la manera como afectan a las
organizaciones y a las personas, se hace necesario
reflexionar sobre el entorno tanto a nivel mundial
como del país y la región.
3
Kast, Frremont E. & Rosenweig, James E. (1988). México: McGraw-Hill. 2 ed. Pág. 16.
Cátedra de Productividad y Competitividad
Este reconocimiento del contexto debe generar
en cada uno reflexiones serias, no solo acerca de
qué tan profundamente se conoce la información
que se requiere para poder actuar correctamente,
sino acerca de la forma como ese entorno lo afec-
ta, cómo se ve dentro de él y de los retos que está
dispuesto a enfrentar para lograr un desempeño
exitoso. El mundo no es un campo fácil, presenta
muchas dificultades para competir, pero también
genera grandes oportunidades. Vale la pena, en-
tonces, anotar que el éxito únicamente lo alcanza-
rán no los más fuertes o los más arrojados, sino
aquellos que sepan interpretar adecuadamente la
dirección y la intensidad de las transformaciones.
Debido a la complejidad del mundo, resulta di-
fícil tratar de comprenderlo solamente observando
alguna de sus partes sin relacionarlas con las de-
más. Esa complejidad únicamente se puede enten-
der tomándolo como un gran sistema.
Es evidente la dificultad que existe para com-
prender el mundo solo a través de la observación
de algunas de sus partes sin relacionarlas con las
demás debido a su complejidad; por esto se hace
necesario entenderlo como un gran sistema.
La palabra sistema cada vez está más presen-
te en nuestra vida cotidiana, y frecuentemente se
confunde con la informática y los computadores; 3
por ello vale la pena comprender su significado.
Tal y como lo plantean Kast y Rosenzweig, un
sistema es “...un todo organizado y unitario, com-
puesto por dos o más partes interdependientes,
componentes o subsistemas y delineado por los lí-
mites identificables que lo separan de su suprasiste-
ma ambiental”3. La concepción de un sistema como
un todo unitario organizado, hace referencia a que
no podemos entenderlo solamente analizando sus
partes por separado sino tomando el conjunto com-
pleto. Por ejemplo, los seres humanos existimos no
porque poseemos el sistema óseo, el sistema mus-
cular, el sistema sanguíneo y otros elementos que
son realmente subsistemas, sino porque la unión de
todos conforman el sistema mayor: la persona. En
una empresa, para tomar otro ejemplo, no son los
departamentos de contabilidad, personal o produc-
ción los que hacen la organización, sino la unión de
ellos y todos los demás.
Conforme a lo anterior, el mundo es vasto sis-
tema en el cual todos sus subsistemas interactúan
entre sí y se influencian mutuamente. Es en ese
marco de interacción sistémica donde se explican
los fenómenos como la globalización, los conflictos
entre países, la estructura económica mundial, las
tensiones permanentes y crecientes alrededor del
ecosistema, el desarrollo y declinación de algunas
 Cátedra de Productividad y Competitividad
regiones, y tantas otras que forman parte de un en-
torno general en el que todos los seres desarrollan
sus actividades.
El mundo, las organizaciones
y las necesidades humanas.
De igual forma, en este mundo concebido sistémica-
mente, aparecen las organizaciones como agrupa-
ciones de personas que se mueven dinámicamente
en busca de objetivos. Tal y como lo expresa Lobo
(2004), “..el mundo no está formado por fuerzas se-
paradas y desconectadas; está creado por organi-
zaciones donde la gente expande continuamente su
aptitud para crear resultados”4
Las organizaciones así concebidas, tienen su
potencial de desarrollo en las personas que las
componen y adquieren sentido en la búsqueda de la
satisfacción de las necesidades humanas. Por eso,
las organizaciones son el eje vital para el desarrollo
de los países y tal como lo expresa Felipe Millán,
“un mejor proceso de desarrollo es aquel que per-
mite elevar en mayor grado, el nivel de bienestar y
calidad de vida de los habitantes de una comunidad
o un país, en las posibilidades que tengan las per-
4 sonas de atender adecuadamente sus necesidades
fundamentales y desarrollar las potencialidades in-
herentes a su condición de seres humanos”5.
Ahora bien, la perspectiva actual tiene una di-
mensión muy humana, tal como lo expresa Max-Neff
al anotar que “una política de desarrollo orientada
hacia la satisfacción de las necesidades humanas,
...trasciende la racionalidad económica convencional
porque comprende al ser humano en su totalidad.
Las relaciones que se establecen -y que pueden
establecerse- entre necesidades y sus satisfactores,
hacen posible construir una filosofía y una política de
desarrollo auténticamente humanista”6.
La competitividad en el mundo
Aunque resulta muy difícil entender la compleja
dimensión de la economía mundial, es clara la exis-
tencia de factores que determinan que algunos paí-
ses tengan un mayor grado de desarrollo que otros;
4
Lobo Dugarte, William. (2994). www. monografias.com. wilobo@intercable.net.ve
5
Millán Constaín, Felipe. (2004). Enfoque tecnológico para el incremento de la productividad. Documento en construcción. Programa
nacional de Mejoramiento Continuo. SENA – Centro Nacional de Productividad. Pág.1
6
Max Neff, Manfred et. al . Desarrollo a Escala Humana. CEPAUR. Santiago de Chile. 1997. Pág.37
7
Foro Económico Mundial. http://www.weforum.org. Hay otras mediciones como el IMD – International Insitute for Management Deve-
lopment que publica también una clasificación mundial de competitividad tomando como base 60 países. En el 2004 Colombia ocupó el
puesto 41 en esa clasificación.
8
Reporte de Competitividad Global
que algunos estén brindando satisfacción a las
necesidades de sus ciudadanos mejor que otros; o
que unos generen mejor calidad integral de vida que
los demás. Esos factores son muy diversos, pero se
unen para establecer la capacidad competitiva de
los países conforme a la definición de competitividad
anotada anteriormente.
Para ello existen varias mediciones, pero una de
las más conocidas es la del WEF (World Economic
Forum)7 que, en su publicación anual denominada
The Global Competitiveness Report8, evalúa el po-
tencial de crecimiento económico sostenible de di-
versas economías mundiales elaborando el llamado
Índice de Competitividad Global (IGC) y las clasifica
permitiendo hacer comparaciones entre ellas y ana-
lizar si se han efectuado cambios a lo largo de los
años. Es una publicación de gran importancia que
se utiliza para monitorear la consistencia del desa-
rrollo en los diversos países de manera que puedan
tomarse decisiones de impacto nacional.
En la medición efectuada en el año 2003, Colom-
bia ocupó el puesto 63 entre los 102 países que se
midieron, retrocediendo un poco frente a lo obtenido
en el año 2002. De esta forma, frente al contexto
de América Latina, Colombia ocupa el décimo lugar
detrás de economías destacadas como la de Chile,
México, Brasil y Panamá. Desde 1994 Colombia
traía una tendencia negativa, pero a partir de 1999
el panorama ha mejorado sustancialmente.
De todos modos es necesario anotar que si bien
estas clasificaciones brindan indicaciones sobre
cómo los países evolucionan desde el punto de vista
competitivo, sólo dan una idea sobre el entorno ge-
neral en el cual las organizaciones deben desplegar
su actividad para poderse desarrollar competitiva-
mente.
Una dimensión mejor del sistema competitivo
se comprende al analizar los diferentes tipos de
factores considerados para establecer el índice
mencionado y que forman parte del entorno ma-
croeconómico de los países y por supuesto afec-
tan su desarrollo: Apertura, Gobierno, Finanzas,
Infraestructura, Tecnología, Gerencia, Mercado
Laboral, Desarrollo Institucional. Por eso, conseguir
y mantener competitividad depende en gran medida
de estos factores del entorno como son las políticas
de apertura de los países y regiones a los mercados
globales, las acciones gubernamentales facilitando

el desarrollo competitivo, el acceso y flujo de los re-
cursos financieros, la infraestructura de servicios de
soporte tanto nacionales como regionales, el grado
de desarrollo tecnológico, las prácticas gerenciales
de las organizaciones actuando individual y colecti-
vamente, el tipo y capacidad del recurso humano y
la efectividad y soporte de las instituciones. A veces
estos factores combinados ayudan a fortalecer la
competitividad y otras, la entorpecen.
Para completar lo anterior debe anotarse, tal y
como se anotaba anteriormente, que el sistema in-
ternacional del siglo XXI tiene como características
la interdependencia y dinamismo de las relaciones
entre estados y organizaciones internacionales, pro-
ducto de los procesos de globalización en marcha.
Dichas relaciones están sustentadas en acuerdos
internacionales que buscan la integración econó-
mica de países o bloques comerciales, donde se
generan mercados globales en los cuales participan
y compiten empresas nacionales y extranjeras.
Los acuerdos comerciales bilaterales y multilate-
rales como el G-3, la Comunidad Andina y el Tratado
de Libre Comercio con Estados Unidos son producto
de las negociaciones de los Estados, con el fin de
ampliar los mercados de sus empresas nacionales,
disminuir costos de materias primas o servicios,
acceder a tecnologías y mejorar la rentabilidad de
las empresas. Sin embargo, para que un acuerdo
comercial logre estos objetivos debe tener como fin
primordial mejorar el bienestar de los habitantes, a
partir del aumento de la productividad y la competiti-
vidad de los Estados y sus empresas.
Las empresas deben ser más productivas si pre-
tenden llegar a mercados de mayor tamaño, donde
la calidad y rapidez son factores importantes de éxi-
to. El aumento de la productividad se traduce en ma-
yor competitividad tanto de las organizaciones como
los países. En este sentido, los acuerdos comercia-
les como el TLC se convierten en un verdadero reto
para las empresas nacionales y en un compromiso
de los Estados, proceso en el cual deben trabajar de
la mano para alcanzar los objetivos que motivaron
dichos acuerdos. No basta con abrir mercados, si
esto no se traduce en mejor capacitación para los
empleados, acceso a tecnología barata, infraestruc-
tura óptima y compromiso empresarial para asumir
riesgos y retos.
A pesar de los temores que estas situaciones
pueden generar, en el mundo globalizado que vivi-
mos los acuerdos comerciales no son una opción
sino una necesidad para lograr generar bienestar en
9
Zarur Ramos, Alberto. (2992) Ponencia: Las cifras que aparecen en este punto son tomadas de Alberto Luis Zarur Ramos Reflexiones
sobre la Crisis de los Años Noventas en Colombia. Naturaleza-Causas e Impactos. Documento-Ponencia (Inédito) presentado en el
Congreso Regional de Administradores de Empresas Capitulo Santander; Bucaramanga, 2002. La mayoría de las cifras fueron calcula-
das tomando como fuente principal el Documento de Indicadores Económicos de la CEPAL, 2001.
Cátedra de Productividad y Competitividad
la población y dar el salto hacia el desarrollo de la
mano de la competitividad y la productividad.
Y en Colombia,
¿cómo están las cosas? 9
La economía colombiana ha sido durante varias dé-
cadas una de las más estables de América Latina.
Con una tasa de crecimiento superior al 4% como
promedio anual, una tasa de desempleo que hasta
mediados de los años 90 estuvo alrededor del 7%
y sin las hiperinflaciones que vivieron países como
México, Argentina, Brasil y Bolivia, entre otros, se
convirtió en una de las economías más dinámicas
de la región entre 1970 y 1990.
Sin embargo, este crecimiento no fue suficiente
para mejorar de manera significativa los niveles de
ingreso de la población, ni reducir las condiciones
de pobreza, situación que a la postre se constituiría,
junto con una desigual distribución del ingreso, en
uno de los principales obstáculos para la sosteni-
bilidad del crecimiento y para el logro del bienestar
general.
De allí que después de haber experimentado
un comportamiento relativamente bueno durante
varias décadas, incluyendo el buen desempeño en 5
los años 80s, periodo en el cual se desencadenó
la crisis de la deuda y al que se le ha denominado
como “la década perdida para América Latina”, la
economía colombiana obtiene en los años 90s uno
de los resultados más deprimentes en materia de
crecimiento económico, pues, a pesar de que entre
1993 y 1995 se creció por encima del 5.6%, el pro-
medio de la década fue tan solo del 2.9%.
De todos modos, en América Latina el crecimien-
to promedio durante la década en los años 90s fue
del 3.2% superior al promedio colombiano, pero
bastante por debajo del 5.5% que fue la media para
el periodo 1950–1980. Es decir, en términos gene-
rales, el aparato productivo en la región latinoame-
ricana no ha podido superar de manera significativa
la crisis que lo agobia desde 1980 y por lo tanto
parte de la crítica situación que se vive en Colombia,
se explica por esa misma situación. Para el caso
específico de Colombia, la década del 90 muestra
dos momentos particularmente característicos: El
primero es el crecimiento de la economía entre 1991
y 1995 al pasar de una tasa del 2.0 al 5.8 por cien-
to; este último indicador es uno de los más altos en
los últimos 20 años, sólo superado por el 8.5% que
 Cátedra de Productividad y Competitividad
alcanzó a crecer la economía en 1978. El segundo,
corresponde al descenso de la economía llegando
por primera vez, en más de 50 años, a una tasa de
crecimiento negativa y quebrando, además, una
tendencia histórica del ciclo de la economía colom-
biana, según la cual en ese mismo período la tasa
de crecimiento mínimo nunca fue inferior al 2%, con
la excepción de 1982 y 1983.
Aunque la economía viene recuperándose lenta-
mente desde el año 2001 gracias, entre otros aspec-
tos, al manejo prudente dado a la política monetaria
y a la austeridad en el gasto público, persisten fac-
tores que no permiten un crecimiento más acelerado
de la economía. Dentro de dichos factores pueden
mencionarse:
• La violencia, el narcotráfico y la estructura de la
tenencia de la tierra, considerados como los prin-
cipales obstáculos al mejoramiento productivo en
la agricultura y en las actividades pecuarias.
• La persistente tendencia del peso a revaluarse
frente al dólar, lo que ha mermado la competi-
tividad de nuestros productos en los mercados
internacionales y, por ende, el crecimiento de las
exportaciones.
• La falta de innovaciones tecnológicas que im-
piden ingresar adecuadamente a los mercados
6 más dinámicos de la economía mundial.
• La lenta acumulación de capital humano que se
explica por la debilidad en los proyectos de in-
vestigación y desarrollo, lo cual se refleja en un
estancamiento en los niveles de productividad de
los factores y del trabajo.
Aun con toda esta problemática, la economía
colombiana posee una estructura productiva relati-
vamente sólida, ya que ella no depende, como an-
tes, de una sola actividad o de un producto único de
exportación como fue el café durante muchos años.
Hay diversidad productiva y las exportaciones no
tradicionales como los textiles, las confecciones, los
productos metalúrgicos y autopartes, los alimentos
procesados y otros, ganan cada vez más terreno en
el concierto económico internacional. En la actuali-
dad, las exportaciones anuales ascienden a 12.3 bi-
llones de dólares anuales, siendo el 58% represen-
tado por productos primarios (café, petróleo, carbón,
banano, flores, ferroníquel, esmeraldas) y el 42%
por bienes industriales. Es claro que en todo esto
influyen muchos factores y variables macroeconómi-
cas como es el caso de las tasas de cambio que en
los últimos tiempos ha significado una revaluación
real del peso frente al dólar, y frente a lo cual el go-
bierno ha tomado medidas tendientes a reducir el
10
Documento CONPES 3280 del 19 de abril del 2004
impacto en las exportaciones manteniendo al mismo
tiempo bajo control otros indicadores como el índice
de inflación.
Esto ha permitido que Colombia no sólo llegue
a ser el país con mayor dinámica en el crecimiento
en las exportaciones industriales de toda América
Latina en los últimos años, sino que también ha con-
seguido que la calificación en el Índice de Competi-
tividad del Foro Económico Mundial haya cambiado
tal y como se anotaba anteriormente.
Considerando todo lo anterior y conscientes de
la necesidad de establecer parámetros para la in-
tervención del gobierno en las diversas regiones del
país, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo
trabajando con el Observatorio de Competitividad
del DANE y el Centro de Investigaciones para el
Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional están
desarrollando una metodología para la medición de
la competitividad de las regiones. Fruto de esa clasi-
ficación inicial aparece para el 2001 Bogotá, el Valle
del Cauca y Antioquia en los primeros lugares de
competitividad en Colombia y otras regiones como
Chocó, Sucre y Córdoba como las que más proble-
mas confrontan en este sentido.
Asumiendo la responsabilidad de diseñar, impul-
sar y mantener políticas que faciliten el desarrollo
productivo de las regiones que a su vez está íntima-
mente ligado al desarrollo de las organizaciones que
generan la dinámica económica, el Gobierno nacio-
nal ha impulsado y mantiene estructuras, planes y
programas de diversa índole, los cuales generan
una importante red de soporte para encarar los retos
competitivos analizados anteriormente.
Institucionalidad para el desarrollo en
Colombia – Política Nacional para la
Productividad y Competitividad
Con el fin de fomentar el desarrollo competitivo
en el país, existen múltiples frentes de acción que
apuntan a favorecer a las personas y organizacio-
nes en este sentido. Estos esfuerzos armonizados
convenientemente entre sí, le permiten a las per-
sonas y a las organizaciones encontrar soporte en
distintas direcciones. Las políticas generales son
de tres tipos: políticas orientadas a mejorar las
condiciones del entorno empresarial, disposiciones
legales para favorecer el desarrollo de las empre-
sas y otras políticas para impulsar a los diversos
sectores10.
En el primer caso se encuentran desde las políti-
cas enmarcadas en la seguridad democrática, hasta

las encaminadas a controlar la inflación y las tasas
de interés además de todo el trabajo de negociacio-
nes comerciales con muchos países y los programas
enfocados a aumentar la eficiencia estatal.
En el segundo caso están las políticas destinadas
a fomentar la inversión privada, las de facilitación de
acceso al crédito sobre todo para las pequeñas y
medianas empresas mediante un soporte creciente
al microcrédito y a las coberturas de garantías, las
políticas de mejoramiento a la competitividad laboral
mediante la flexibilización de los sistemas de contra-
tación y el permanente trabajo buscando incentivar
la inversión extranjera en el país.
En el tercer caso, aparecen acciones de soporte
el Fondo Colombiano para la Modernización y el
Desarrollo tecnológico de las Mipymes (Fomipyme),
el Programa Nacional de Productividad y Compe-
titividad (PNPC) administrado por Proexport para
ayudar a las empresas orientadas a los mercados
internacionales, el fortalecimiento es esta misma en-
tidad –Proexport-, el desarrollo del Sistema Nacional
de Ciencia y Tecnología que fundamentalmente co-
ordina Colciencias, los programas de competitividad
y desarrollo tecnológico productivo que coordina el
SENA, todos los programas de formación y capa-
citación de esta última entidad, y otros programas
de apoyos como por ejemplo el desarrollo de las
minicadenas productivas y otros más. A lo anterior
se adiciona el esfuerzo de apoyo financiero a través
de créditos de fomento y el aumento de las facili-
dades de acceso al mismo con el desarrollo de los
sistemas de garantías a cargo del Fondo Nacional
de Garantías.
Como se observa, el soporte e impulso tiene
muchas facetas en las cuales se viene trabajando
consistentemente uniendo iniciativas y esfuerzos de
muchos actores de la vida nacional.
En este contexto, en el año 1999 se diseñó con
el trabajo mancomunado del Gobierno, la academia
y el sector privado el denominado Plan Estratégico
Exportador, definiendo objetivos estratégicos de
largo plazo “tendientes a establecer las bases com-
petitivas para incrementar la productividad y hacer
de las exportaciones el motor de crecimiento de la
economía, generando de esta forma un mayor desa-
rrollo para el país, contribuyendo al mejoramiento de
la calidad de vida de los colombianos”11.
El Plan fue revisado y ajustado en septiembre
de 2004 con el fin de poder determinar los respon-
sables de su ejecución conforme a la estructura del
Sector de Comercio, Industria y Turismo y a los li-
neamientos del Plan Nacional de Desarrollo “Hacia
11
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Plan Estratégico exportador 1999 - 2009
12
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Presentación “Articulación de la Política Nacional y Regional de Productividad y Compe-
titividad”. Bolivia, Agosto de 2004
Cátedra de Productividad y Competitividad
un Estado Comunitario” aprobado mediante la Ley
812 de Junio 26 de 2003, y determina cinco grandes
objetivos estratégicos:
• Objetivo Estratégico No.1: Aumentar y diversi-
ficar la oferta exportable de bienes y servicios en
función de la demanda mundial.
• Objetivo Estratégico No.2: Aumentar la capa-
cidad de venta de bienes y servicios colombianos
al exterior, mediante la promoción de las inversio-
nes internacionales y el mejoramiento de las con-
diciones de prestación internacional de servicios.
• Objetivo Estratégico No.3: Aumentar la pro-
ductividad empresarial y hacer competitiva la
actividad exportadora.
• Objetivo Estratégico No.4: Regionalizar la acti-
vidad exportadora.
• Objetivo Estratégico No.5: Desarrollar cultura
empresarial.
Con la coordinación del Viceministerio de Desa-
rrollo Empresarial y en el marco del Plan Estratégico
Exportador, surge la Política Nacional de Productivi-
dad que fijó como objetivo “mejorar la productividad
de las empresas y aumentar la competitividad de
bienes y servicios a través de la armonización de las
políticas comerciales y empresariales, de forma tal 7
que sus principios, estrategias e instrumentos se en-
foquen a preparar y fortalecer el aparato productivo
frente a los retos que implica la competencia en los
mercados internos y externos“12
La Política Nacional para la Productividad y Com-
petitividad se ha desplegado fundamentalmente en
cuatro frentes:
• Productividad macro o sea a nivel de todo el país:
la consolidación de la Red Colombia Compite
• Productividad micro o sea dirigida a mejorar las
organizaciones públicas y privadas para poder
competir: el Movimiento Colombiano para la Pro-
ductividad
• Estrategias Empresariales: para ayudar a los diver-
sos sectores de la economía colombiana a ajus-
tarse a las demandas de competencia nacional e
internacional: los Convenios de Competitividad
• Creación de los Encuentros Nacionales de Pro-
ductividad y Competitividad
La Red Colombia Compite busca mejorar el
entorno en el que se desarrollan los negocios, inte-
grando diversas entidades públicas y éstas con el
sector privado. Para su operación y funcionamiento
 Cátedra de Productividad y Competitividad

la Red está conformada por diez Redes Especiali- ¿Y qué más se tiene en Colombia para
zadas a nivel nacional (Transporte, Telecomunica- el desarrollo de la Productividad y la
ciones, Gobierno e Instituciones, Capital Humano,
Internacionalización, Trabajo, Energía y Gas, Fi-
Competitividad?
nanzas, Ciencia y Tecnología y Gerencia) que ges-
Tal y como se anotó anteriormente, en Colombia
tionan proyectos de mejora en su campo mediante
existen numerosos esfuerzos tanto públicos como
el trabajo de representantes del Gobierno, las
privados para el fomento de la productividad y la
empresas y la academia. Estas redes interactúan
competitividad, los cuáles resultaría muy difícil
sectorialmente a través de los llamados Convenios
enumerar en su totalidad y con el detalle que sería
de Competitividad Exportadora y los Comités Ase-
interesante. De todos modos vale la pena anotar por
sores Regionales de Comercio Exterior (Carces).
ejemplo que, dentro del mismo Viceministerio, hay
Los resultados han sido muy alentadores y hoy es
programas muy importantes como los trabajos de la
muy común encontrar en las regiones estos comi-
Dirección de Mipymes con Fomipyme, el impulso a
tés trabajando activamente.
las minicadenas productivas y la ley Mipyme. Adicio-
El Movimiento Colombiano a la Productividad
nalmente, y en el Viceministerio de Comercio Exte-
a su vez busca multiplicar la participación y los
rior, se mantiene una conciencia de trabajo colectivo
esfuerzos colectivos de empresarios, trabajadores,
hacia el desarrollo con entidades como Proexport,
organizaciones que promueven el desarrollo, la
Bancoldex, el Fondo de Garantías, Fiducoldex y
academia y el sector público para desarrollar estra-
otras más.
tegias que incrementen la productividad en todos
Sin embargo, los esfuerzos no llegan solo hasta
los sectores. Esto se está haciendo mediante la
ahí. Muchas entidades públicas y privadas se han
aplicación de tecnologías de gestión en las em-
unido conscientemente en procura del mejoramiento
presas, el fomento para la creación de una cultura
de la productividad y la competitividad en Colombia,
de la productividad, el apoyo a la innovación de
con trabajos tan consistentes como los del SENA,
productos, la articulación entre las entidades que
entes territoriales, las Cámaras de Comercio, univer-
financian programas y proyectos en este sentido
sidades y otras entidades de capacitación, entidades
8 y, ante todo, con el fortalecimiento de los Cen-
financieras y diversas ONG’s. Todos ellos, contando
tros Regionales de Productividad. Existen nueve
con el esfuerzo y la voluntad de los empresarios y
Centros Regionales de Productividad y su labor
trabajadores, están logrando que el país marche con
ha sido muy intensa, siendo entre otras cosas, los
optimismo hacia el futuro.
promotores de la esta Cátedra de Productividad y
Competitividad.
Las estrategias empresariales de impulsar los
Convenios de Competitividad han sido liderados
por el Gobierno y son un esquema de trabajo entre
el sector privado y público, que propugna por inte-
grar los diversos elementos de las cadenas produc-
tivas en distintos sectores, de manera que se logre
una orientación consistente hacia los mercados
externos. Hasta el momento se han firmado 41
convenios de los cuales 29 son en producción de
bienes y 12 en el sector servicios. Los resultados
han sido excelentes y han fortalecido la dinámica
exportadora no tradicional del país.
Los Encuentros Nacionales para la Producti-
vidad y la Competitividad son eventos realizados
periódicamente con el seguimiento directo de la
Presidencia de la República, a través del Ministerio
de Comercio, Industria y Turismo; cuentan con el
apoyo de las entidades de soporte al comercio ex-
terior, en los cuales se reúne a representantes de
la empresa privada, el sector público y la academia
con el objetivo de hacer un seguimiento permanen-
te a avances y logros de la Política Nacional de
Productividad y Competitividad. Hasta la fecha se
han realizado ocho Encuentros en diversas ciuda-
des del país.