La terapia endodóntica es esencialmente un
procedimiento quirúrgico, un procedimiento
quirúrgico micro neurológico. Debido a que
el fundamento fundamental sobre el cual se
realizan todos los procedimientos quirúrgicos
es un conocimiento íntimo de la anatomía,
cualquier intento de realizar una terapia
endodóntica debe ir precedido de una
comprensión profunda de la anatomía tanto
de la cámara pulpar como del sistema de
conductos radiculares. Intentar tratar el
sistema de canales radiculares sin una
descripción anatómica detallada sería el
equivalente a un médico que busca un
apéndice sin haber leído nunca la Anatomía
de Gray.
La literatura que describe la anatomía de la
cámara pulpar en el pasado ha sido muy
general y ha ofrecido poca especificidad para
determinar el número de orificios y la
ubicación. Las discusiones, tanto impresas
como en el salón de clases, típicamente
presentan generalizaciones sobre el número
promedio de canales en los diferentes
dientes. Sin embargo, el número promedio
de canales en un diente no tiene valor
cuando se trata de un diente individual.
Asimismo, la descripción de la ubicación de
los orificios del canal se ha presentado a
menudo de manera no sistemática.
Esencialmente, la mayoría de los consejos
han sido hacer un acceso en una posición
apropiada en la corona clínica y buscar los
orificios con la esperanza de que sean vistos.
Si no son fáciles de ver, hay poca guía para
localizarlos con seguridad sin el peligro de
destrucción excesiva de los dientes o incluso
de perforación. Como cualquier operador
experimentado sabe, es muy difícil buscar
orificios de conductos radiculares en los
dientes que están muy restaurados,
descompuestos con cuidado o que han sido
excavados por un acceso previo. En estos
casos, la anatomía normal suele estar muy
distorsionada y los consejos que se dan en
los artículos y libros de texto son de poco
valor.
Sentimos, después de acceder a miles de
dientes en nuestras prácticas, que existen
configuraciones anatómicas consistentes,
identificables, de la cámara pulpar y del piso
de la cámara pulpar. Este estudio se llevó a
cabo para observar la anatomía de la cámara
pulpar y el suelo de la cámara pulpar y para
ver si existen puntos de referencia o
configuraciones específicas y consistentes y
si son cuantificables. Si estos hitos existen,
entonces la tarea de localizar orificios puede
hacerse más sistemática y, por lo tanto, con
mayor certeza. Esto podría ayudar en un
enfoque racional de la terapia de conducto
radicular.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se utilizaron un total de 500 dientes
humanos extraídos y permanentes. Los
dientes estaban distribuidos equitativamente
entre los dientes anteriores maxilares y
mandibulares, los premolares y los molares.
Los dientes tenían una gran variedad de
condiciones de corona: coronas vírgenes,
pequeñas restauraciones, grandes
restauraciones, coronas de metal y
porcelana, y caries. A un total de 400 dientes
se les cortó la corona horizontalmente a
nivel de la CEJ para que se pudiera observar
el contorno de la cámara pulpar en relación
con la superficie externa del diente. Se
seccionaron 50 dientes en dirección buc-
colingual a través de la corona y las raíces.
Cincuenta dientes fueron seccionados en
dirección mesiodistal a través de la corona y
las raíces. Cada sección de corte se regaba
con agua, se secaba y se examinaba. Dos
observadores examinaron cada espécimen
de forma independiente y registraron todas
las relaciones anatómicas observadas. Estas Ley de centralidad: el suelo de la cámara
relaciones incluían la ubicación del orificio, el pulpar está siempre situado en el centro del
tamaño, el color y la forma. Estas diente a nivel del CEJ (Figs. 1-3).rr
observaciones se correlacionaron y se
enumeraron los patrones consistentes. Se
dibujaron líneas en secciones horizontales
para observar la relación - los buques más
fácilmente.

RESULTADOS

Se observaron dos categorías de patrones

anatómicos: relaciones - naves de la cámara
pulpar con la corona clínica y relaciones de
los orificios en el suelo de la cámara pulpar.

Relaciones de la cámara pulpar con la corona

clínica

Se tomó nota de las siguientes

observaciones:

1. La cámara pulpar siempre estaba en

el centro del diente a nivel de la CEJ (Figs. 1-
3).

2. Las paredes de la cámara pulpar

siempre estaban concéntricas con la
superficie externa de la corona a nivel del CEJ
(Fig. 2).

3. La distancia desde la superficie

externa de la corona clínica hasta la pared de
la cámara pulpar fue la misma en toda la
circunferencia del diente a nivel del CEJ (Fig.
3).

Estas observaciones fueron lo

suficientemente consistentes como para que
se pudieran formular varias leyes anómicas: