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DEfINICIÓ N DE TéRMINOs

Sustancia. Es cualquier elemento que por su uso produce alteraciones mentales y si se uti- liza de
manera repetida puede producir abuso o dependencia. Su origen puede ser legal o ilegal, natural o
sintético, puede ser también un medicamento habitualmente usado para el tratamiento de
enfermedades neurológicas o psiquiátricas o ser un producto con otra des- tinación, como seri ́a el
caso de los inhalantes.

Adicción a sustancias. Es la necesidad com- pulsiva de consumir sustancias con alto poten- cial de
abuso y dependencia, con progresiva afectación de las diferentes esferas de la vida del individuo y
la concomitante pérdida de interés por otras actividades, experiencias y fuentes alternativas de
placer.

Trastornos relacionados con sustancias (TRCS). Incluyen a los trastornos por consu- mo de
sustancias (TPCS) del que hacen parte el abuso y la dependencia a sustancias, popu- larmente
conocidos como fármacodependen- cia y los trastornos inducidos por sustancias (TIPS). Los
primeros ocasionan alteraciones persistentes en el funcionamiento académico, ocupacional,
familiar y social debido al consu- mo reiterativo de la sustancias.

Los TIPS son alteraciones cognitivas, afec- tivas, perceptivas y comportamentales produ- cidas por
el efecto agudo o crónico de una o más sustancias sobre el sistema nervioso cen- tral y manifiestas
como intoxicación o si ́ndro- me de abstinencia. También se pueden mani- festar como cuadros de
delirium, demencia, trastorno de ansiedad, del estado de ánimo o trastorno psicótico destacándose
una vez más que los si ́ntomas son generados por el efecto de la sustancia consumida.

Intoxicación. Es el conjunto de si ́ntomas fi ́- sicos y psi ́quicos producidos por el consumo agudo o
crónico de una sustancia. Cada sus- tancia produce un cuadro de intoxicación es- peci ́fico.

́
Sindrome de abstinencia o supresión. Cua- dro cli ́nico con si ́ntomas y signos fi ́sicos y psi ́- quicos
manifiesto, horas o di ́as, después de disminuir o interrumpir el consumo de la sus- tancia. Algunos
si ́ndromes de abstinencia tie- nen manifestaciones particulares como seri ́a el caso los de abstinencia
al alcohol u opioi- des, que requieren tratamientos especi ́ficos.

Tolerancia. Es la falta de respuesta a una mis- ma dosis de sustancia luego de un peri ́odo re- gular
de consumo, requiriéndose una mayor dosis de la sustancia para obtener efectos que se obteni ́an
antes con menor dosis de la sus- tancia.[1]

Dependencia. Es un estado de adaptación con cambios neurofisiológicos en las células, circuitos,


órganos o sistemas producto de la estimulación excesiva de una o más sustancias. En la tabla 10-1
se detallan los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) para dependencia
a una sustancia. La dependencia psicológica hace énfasis en las actividades que se realizan en
función de la búsqueda de la sustancia para ser consumi- da y los evidentes patrones patológicos de
uso de ésta, mientras que la dependencia fi ́sica se relaciona con los efectos fi ́sicos (fisiológicos) de
múltiples episodios de uso de la sustancia y tiene relación con los fenómenos de toleran- cia y
supresión.
Abuso. Patrón repetido de consumo de drogas o alcohol que suele interferir con la salud, el trabajo
o las relaciones sociales.

Sensibilización o tolerancia reversa. Es la generación de los efectos de la sustancia con menores


dosis a las requeridas previamente. Se manifiesta tiempo después de ocurrido el fenómeno de
tolerancia y da cuenta de lo avanzado del trastorno. La sensibilización es otro elemento adicional a
la dependencia y tolerancia para entender la adicción como tal y contribuye al efecto reforzador de
las sus- tancias. Tal efecto es manifiesto luego del con- sumo intermitente y repetido de sustancias
como la cocai ́na, las anfetaminas, los opioides y el alcohol.

EPIDEMIOLOGi ́A

Datos del Estudio Nacional de Salud Mental de Colombia realizado en 2003[3] reportan una
prevalencia de vida de consumo glo- bal de sustancias de 10,7% (21,1% hombres y 2,7% mujeres),
para abuso de alcohol de 6,8% (13,4% hombres y 2,7% mujeres), para dependencia a alcohol de
2,4% (5,1% hom- bres y 0,4% mujeres). Para abuso de drogas la prevalencia de vida es de 1% (2,2%
hombres y 0,1% mujeres), para dependencia a drogas la prevalencia de vida es de 0,7% (1,3% hom-
bres y 0,2% mujeres) y para dependencia a nicotina ésta prevalencia es de 1,5% (2,8% hombres y
0,5% mujeres). La prevalencia anual de consumo global de sustancias es de 0,4% y 0,2% para abuso
de alcohol, 0,3% para dependencia a alcohol, 0,1% para abuso de drogas, 0,1% para dependencia a
drogas y 0,25% para dependencia a nicotina. La edad de inicio para abuso de drogas tiene una me-
diana de 20 años, para la dependencia a dro- gas 19 añ os y para la dependencia a nicotina 27 años.
De los pacientes con trastornos por uso de sustancias solo 1,6% tuvieron acceso a psiquiatra y un
3,7% tuvieron acceso a otro funcionario de salud mental (psicólogo, psi- coterapeuta, enfermera,
trabajador social u orientador en escenarios de salud mental). En este mismo estudio, se encontró
la si- guiente prevalencia de vida de uso de drogas en Colombia es de 11,1% para mariguana, 3,7%
para cocai ́na, 2,6% para tranquilizantes y 0,8% para otras drogas. Para todas estas sustancias la
prevalencia de uso fue mayor en hombres.

La comorbilidad, o diagnóstico dual, es la presencia de dos o más trastornos psiquiátri- cos en un


mismo paciente. En la población de abusadores o dependientes a sustancias es sig- nificativa la
presencia de comorbilidad y una de las más frecuentes es la presencia de abuso o dependencia a
dos o más sustancias. Existe una correlación significativa entre enferme- dad mental severa y abuso
o dependencia a sustancias. En 2003 según el National Survey on Drug Use & Health,[4] 21,3% de
adultos con enfermedad mental severa fueron dependien- tes o abusadores de alcohol u otras
sustancias, mientras que esto solo ocurrió en 7,9% de los adultos sin enfermedad mental severa.
Entre adultos con abuso o dependencia a sustancias 21,6% tuvieron enfermedad mental severa
mientras que solo 0,8% de los adultos sin abu- so o dependencia a sustancias tuvieron enfer- medad
mental severa.

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