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EL VALOR DE LA FE

En la aldea “Kirmacha” vivían una familia muy humilde que se dedicaba a trabajar
en una hacienda “La Escondida”;Luis el jefe de la familia tenía a su esposa
embarazada, esta estaba en los últimos meses de gestación y un día la curandera
del pueblo le dijo que su hijo nacería con serias complicaciones y tenía pocas
posibilidades de sobrevivir. Ella no le presto importancia a las palabras de la
curandera, es más se dedicó a apoyar en las faenas agrícolas que realizaba su
esposo en la hacienda.

Paso el tiempo y en efecto María sufrió un fuerte sangrado y su esposo la llevó


rápidamente donde la curandera del pueblo. Esta al verla le comentó al esposo las
recomendaciones que le había dado a su esposa, pero esta hizo caso omiso a las
advertencias. El esposo le preguntó que podia hacer. Ella le dijo hay pocas
posibilidades de que sobrevivan solo un milagro podrá salvar a tu esposa e hijo.
Fue así que Luis andaba muy preocupado y se encontró con un anciano al cual le
contó su pena y este anciano lo escuchó atentamente y le dio un consejo que Luis
debía guardar.

Luis entrada la noche salió de su casa llevando consigo muchas ofrendas en un


saco.Él confiaba ciegamente en el consejo que le dio el anciano y pensaba cumplir
al pie de la letra las indicaciones. Ya entrando en el bosque que se encontraba a
las afueras del pueblo sintió un poco de temor, la oscuridad de la noche lo
asustó,pero debía de cumplir su cometido si quería ver a su esposa e hijos vivos.

Y es así como Luis con toda la fe del mundo hizo un pago a la Pacha Mama le dio
los mejores frutos que pudo conseguir, las más hermosas flores, todas las
ofrendas fueron presentadas ante la Pacha Mama y él pidiendole la salud de su
esposa y de su hijo que era lo más sagrado y valioso que él tenía en este mundo
tal era su devoción que la Pacha Mama le habló y le dijo : “Hijo gracias por las
ofrendas y por creer en mí ve tranquilo que tu esposa ya dio a luz y trajo al mundo
un niño que aún esta débil, pero más adelante nos volveremos a ver”.

Luis atontado por la fuerte impresión se tiró al piso y lo beso muchas veces en
agradecimiento. Luego corrió hacia la casa de la curandera su esposa ya había
dado a luz y se encontraba estable, era un milagro lo que había ocurrido le dijo la
curandera. Pero no todo era felicidad pues el niño estaba bajo de peso y había
que cuidarlo mucho.

Paso el tiempo y el pequeño Humberto iba creciendo a pesar de la dificultades que


se dieron en el parto.Toda la gente del pueblo estaba asombrada pues no sabía
como había pasado ese milagro, ya que la curandera les contó que la mujer y el
niño debían de haber muerto cuando ella iniciaba el trabajo de parto.Pero esto no
fue así y ella estaba admirada ante tal situación.

Luis en efecto guardo hermeticamente el secreto por mucho tiempo, a pesar de


las preguntas que le hacian sus amigos y personas del pueblo.

Un día Luis decide salir de paseo con su familia. Fue al campo y escogió los
mejores frutos, los más hermosos choclos y flores que habían. Armó un hermoso
arreglo de flores y lleno un saco con los frutos. Su esposa le preguntó para
quienes eran todas esas cosas, pero el no le contesto le dijo será una sorpresa.

Entrada la noche le pidió a su esposa que se abrigará bien ella y el pequeño.


Luego cogió los obsequios que tenía y salieron de casa. Una vez en el bosque
Luis procedio a enterrar todo y las flores las colocó encima, la mujer no
comprendia que pasaba y el le dijo este es un agradecimiento a la Pacha Mama
por devolverme a mi familia. Ella se lanzó al piso y lo beso muchas veces y
también agradeció en eso escucharon una suave voz era la Pacha Mama les
agradecia por los presentes y a la vez les pedía que no se olviden de ella.

Desde esa fecha la Familia de Luis acude al bosque que se encuentra en las
afueras del pueblo y le llevan los mejores frutos en agradecimiento por todos los
favores concedidos y sobretodo por la familia y por los frutos que la tierra les daba.

Con el tiempo Luis pudo comprar unas tierras y su familia estaba feliz.Al pequeño
Humberto le gustaba conversar con las estrellas por las noches sus padres lo
veían.Él no sentía vergüenza por ello.

Y ellos siempre continuaban llevándoles presentes a la Pacha Mama.

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