Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En la aldea “Kirmacha” vivían una familia muy humilde que se dedicaba a trabajar
en una hacienda “La Escondida”;Luis el jefe de la familia tenía a su esposa
embarazada, esta estaba en los últimos meses de gestación y un día la curandera
del pueblo le dijo que su hijo nacería con serias complicaciones y tenía pocas
posibilidades de sobrevivir. Ella no le presto importancia a las palabras de la
curandera, es más se dedicó a apoyar en las faenas agrícolas que realizaba su
esposo en la hacienda.
Y es así como Luis con toda la fe del mundo hizo un pago a la Pacha Mama le dio
los mejores frutos que pudo conseguir, las más hermosas flores, todas las
ofrendas fueron presentadas ante la Pacha Mama y él pidiendole la salud de su
esposa y de su hijo que era lo más sagrado y valioso que él tenía en este mundo
tal era su devoción que la Pacha Mama le habló y le dijo : “Hijo gracias por las
ofrendas y por creer en mí ve tranquilo que tu esposa ya dio a luz y trajo al mundo
un niño que aún esta débil, pero más adelante nos volveremos a ver”.
Luis atontado por la fuerte impresión se tiró al piso y lo beso muchas veces en
agradecimiento. Luego corrió hacia la casa de la curandera su esposa ya había
dado a luz y se encontraba estable, era un milagro lo que había ocurrido le dijo la
curandera. Pero no todo era felicidad pues el niño estaba bajo de peso y había
que cuidarlo mucho.
Un día Luis decide salir de paseo con su familia. Fue al campo y escogió los
mejores frutos, los más hermosos choclos y flores que habían. Armó un hermoso
arreglo de flores y lleno un saco con los frutos. Su esposa le preguntó para
quienes eran todas esas cosas, pero el no le contesto le dijo será una sorpresa.
Desde esa fecha la Familia de Luis acude al bosque que se encuentra en las
afueras del pueblo y le llevan los mejores frutos en agradecimiento por todos los
favores concedidos y sobretodo por la familia y por los frutos que la tierra les daba.
Con el tiempo Luis pudo comprar unas tierras y su familia estaba feliz.Al pequeño
Humberto le gustaba conversar con las estrellas por las noches sus padres lo
veían.Él no sentía vergüenza por ello.