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LA MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD
De manera previa debemos señalar que la manifestación de voluntad es uno de los componentes
esenciales del acto jurídico, por cuanto es el origen causal del mismo ya que de no existir, nos
encontraríamos sólo frente a un hecho jurídico, mas no ante un acto jurídico. Pues bien, existen
diversas definiciones que le otorga la doctrina a la manifestación de voluntad donde, de acuerdo
a la corriente española seguida por el tratadista Manuel albaladejo, considera como aquel acto
voluntario humano de querer declarar o exteriorizar la intención de celebrar un negocio jurídico
con pleno conocimiento de las consecuencias que ello implique; queda comprendido dentro de
este concepto las fases que intervienen en el proceso formativo de la manifestación de voluntad,
tal como veremos más adelante. La manifestación de voluntad, como requisito de validez del acto
jurídico, es el resultado de todo proceso volitivo del hombre que transcurre de lo subjetivo, es
decir la voluntad interna, hacia la voluntad exteriorizada o externa y, y por tanto adquiere
relevancia jurídica. Por ello debe existir una correlación o interrelación entre la real intención del
sujeto y lo que está declarando externamente.
IMPORTANCIA
La importancia radica en que la manifestación de voluntad tiene como origen a una actitud
asumida por el hombre destinado a generar efectos jurídicos. Sin su concurrencia o participación
no podría existir el acto jurídico y, por tanto, estaríamos sólo ante un hecho jurídico. Éste proceso
volitivo solamente puede ser el resultado del propósito que tiene la persona para perseguir
determinado fin con la celebración del acto jurídico y para sus propios intereses. No podríamos
hablar de autonomía de la voluntad, sin que previamente exista una voluntad que emerja de una
persona destinada para ello. Esta voluntad debe tener trascendencia en el mundo del derecho y,
por tanto, será válida si proviene de una persona que cuenta con plena capacidad para ello, siendo
una condición privilegiada solamente atribuida al ser humano.
La manifestación de voluntad, para ser considerada como tal y, por ende, generar efectos
jurídicos, debe pasar por determinadas fases en su proceso de formación, siendo éstos necesarios.
Al respecto son los siguientes:
2) La intención.- Viene a ser el propósito deliberado de querer celebrar el acto jurídico y con
pleno conocimiento de las consecuencias jurídicas de su realización. Esta intención debe estar
encaminada a la obtención de la finalidad prevista por la persona, que por cierto debe actuar
desprovista de todo engaño o malicia. La intención se convierte, por tanto, en una fase adicional
al discernimiento para que la voluntad permita la celebración del acto jurídico.
3) Libertad.-Es la capacidad que tiene el sujeto de poder elegir de manera libre, transparente y
diáfana y, de este modo decidir la realización o no del acto jurídico. Siendo la libertad un factor
esencial dentro de la configuración de la manifestación de voluntad, a ella se le va a oponer la
violencia o intimidación, donde en este último caso no se podrá decir de que existe libertad para
emitir la manifestación de voluntad de manera válida.
Dentro de las clases de manifestación de voluntad existen dos, las mismas que tienen sus propias
características y particularidades a saber:
Ejemplos:
"A" celebra un contrato de compraventa con "B". En este ejemplo se observa que ambas partes
han expresado su voluntad de celebrar el contrato.
"X" le envía un correo electrónico a "B" comunicando su deseo de celebrar un contrato de
suministro.
"C" y "B" llegan a un acuerdo de que si se vence el contrato de suministro, la renovación tendrá
que ser hecha expresamente (por escrito) por las partes.
"X" le manda una carta notarial a "Z" para que desocupe el bien inmueble debido a que el
contrato de arrendamiento ya se venció.
Debido a que el préstamo dinerario se venció y el deudor no pago, el acreedor manda una carta
notarial para constituir en mora a su deudor.
Ejemplos:
"A" entra a un supermercado y coge una gaseosa que va consumiendo, en este caso se ha de
concluir el deseo de "A" de comprar la bebida.
"Z" entra a una librería y coge un cuaderno el cual empieza a llenar. De este hecho concluyente
se entiende la voluntad de "Z" de comprar dicho cuaderno.
El caso del copropietario de un bien que lo vende si el consentimiento de los demás
copropietarios quienes reciben del vendedor la parte proporcional del precio.
Quien arrienda un bien por seis meses a cambio de una renta mensual y recibe por adelantado
10 meses.
El que presta una determinada cantidad de dinero por un año contra el pago de un interés
mensual y recibe el interés de dos años.
En el Código Civil encontramos varios artículos donde a partir de su contexto se denota la
existencia de manifestación de voluntad tácita, así por ejemplo:
En la revocación tácita cuando señala: “El testamento cerrado queda revocado si el
testador lo reitra de la custodia del notario.” (Art. 802º C.C.)
La revocación tácita del testamento ológrafo cuando señala: “El testamento ológrafo
queda revocado si el testador lo rompe, destruye o inutiliza de cualquier otra manera.” (Art. 804º
C.C.)
En conclusión, la manifestación de voluntad expresa y tácita se encuentran reguladas en el artículo
141º del Código Civil.
En este punto también precisar que existen interrogantes en cuanto a que ¿si las mímicas, gestos
o señales a que clase de manifestación de voluntad pertenecen?
Considerando que estos medios por los cuales se exterioriza de la voluntad, llegan de manera
directa al destinatario, se podría considerar que son una manifestación de voluntad expresa. Así
tenemos que “A” lanza una declaración de oferta a “B”, esté muy bien puede mover la cabeza de
arriba hacia abajo, lo cual denotará que está aceptando, no obstante esta apreciación debe ser
visualizada de manera directa por el emisor de la oferta “A” y, por lo tanto vendría a ser una
manifestación de voluntad expresa.
El silencio según la doctrina, en especial la italiana, tiene un significado neutro, es decir; sin
contenido alguno, no es afirmación y negación de algo, es aquello que no se puede determinar
por cuanto carece de significación.
Ejemplos:
Si el hijo ha nacido dentro del matrimonio o dentro de los trescientos días siguientes a su
disolución y el padre no niega al hijo, su silencio se interpreta como reconocimiento.
“A” y “B” acuerdan que si transcurrido 15 días “A” no devuelve el inmueble arrendado, se
entiende que “A” continuara como arrendatario, renovándose automatíceme el contrato, por
acuerdo de las partes.
El cliente de un banco que durante el plazo de 30 días de haber recepcionado su estado de
cuenta que le ha remitido el banco, guarda silencio, este se tiene por aceptado.
El deudor de varias obligaciones que hace un pago sin expresar a que deuda debe hacerse la
imputación, el pago se imputara a la deuda menos garantizada según el artículo 1259º del Código
Civil, por mandato de la ley.
Si en un contrato de mutuo no se ha indicado en que momento el mutuante debe entregar el
bien mutuado al mutuatario, se entiende que debe entregarlo al momento de celebrarse el contrato.