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Retomado por R. A. Borello en La literatura gauchesca y lo social (1996).
Entre los autores que han cultivado este subgénero literario, uno de los más destacados es
Hilario Ascasubi. Nacido en Córdoba en 1807, peleó como soldado en la guerra contra el
Imperio de Brasil, bajo el mando de José María Paz, Lamadrid y Lavalle. Debido a sus ideas
unitarias fue apresado por los federales durante el gobierno de Rosas, hasta que logró
exiliarse en Montevideo en 1832, donde concibió la mayor parte de su literatura. Entre sus
trabajos destacan obras como Aniceto el Gallo, o El gaucho Jacinto Cielo, donde se encuentra
incluido su célebre poema antirosista “La refalosa”. Para nuestro trabajo hemos tomado un
fragmento de Santos Vega o los mellizos de la flor, publicado en 1872 en París. En este texto,
el gaucho Santos Vega, cantor, relata la historia de los hermanos Luis y Jacinto Salvador,
criados en la Estancia La Flor. En su poema ilustra, o construye, la vida del gaucho de la
región pampeana, sus ocupaciones, sus costumbres, sus conflictos, como es la temática que
compete a este fragmento: las invasiones de los indios pampas en la zona de frontera.
En el siguiente trabajo, realizaremos un análisis de las variaciones léxicas y fonológicas
que se recogen en el fragmento del canto XIII de Santos Vega o los mellizos de la flor de
Hilario Ascasubi.
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Se trata de una selección de algunos fragmentos del texto, entre los que figura el elegido para este trabajo.
A la fija
En el Diccionario del lunfardo de Athos Espíndola, el término fija se encuentra
definido como “seguro”. Asimismo, la unión de la preposicion a con el artículo la,
junto al término fija, genera un sentido de manera o forma, es decir, indica que algo
se realiza o sucede “de manera segura” o “indudablemente”. En el Diccionario
Argentino, el término figura como fija y se encuentra ligado a los mismos significados
de “seguro” e “indudable”.
Juye; Juyen
En este caso podemos observar que se produce una aspiración de letra h, que toma
el punto de articulación de la consonante sorda, fricativa y velar /x/.
Manguiada
Este término solo fue hallado en el glosario presentado por la edición de Santos Vega
o los mellizos de la flor (1979) de la Universidad de Harvard. En este texto se indica
que dicho término hace referencia a “la arrada para acorralar y cazar bestias” o
“tropel”.
Venaos; atribulaos; desmelenaos, apuraos; formaos
De venado, atribulado, desmelenado, apurado, formado. Como se puede observar,
en todos los casos se trata de un caso de síncopa, a través del que se pierde la
consonante fricativa dental sonora, /ð/.
Torean
Conjugación del verbo torear, definido por el Diccionario Argentino de Tobías
Garzon como “ladrar de los perros”. Se explica que, probablemente, este término
provenga de toro, por la costumbre de los perros de perseguir bovinos.
Revoletean
Del verbo revolotear. Se trata de una transformación realizada por una permutación
de la vocal abierta posterior /o/, que pasa a ser una vocal abierta anterior /e/. La
edición del Santos Vega del Centro Editor de América Latina, considera recurrente
este fenómeno en la literatura gauchesca.
Teruteros
La edición de Santos Vegas o los mellizos de la flor de la Universidad de Harvard
define este término como “aves de campos muy gritonas y noveleras por cuanto ven
y oyen”. Consideramos que se trata de una modificación del nombre del ave
mayormente conocida como tero o tero- tero, designación derivada de la
onomatopeya que remite al sonido producido por este animal. El tero suele habitar en
las zonas de llanura de América del Sur, como en la que transcurre la acción.
Noveda; ferocida
De los sustantivos novedad y ferocidad. En ambos casos se trata de un fenómeno de
apócope, en el que se produce la caída de la fricativa dental sonora, /ð/. La edición
del Santos Vegas del Centro Editor de América Latina considera que la apócope es
uno de los fenómenos fonéticos recurrentes en la literatura gauchesca, sobre todo en
sestos casos, en los que el fonema / ð/ es el que desaparece.
Sigurida
Del sustantivo seguridad. En este caso se producen dos fenómenos ya analizados en
palabras anteriores. Por un lado, la vocal abierta anterior /e/ se cierra un grado,
convirtiéndose en la vocal cerrada anterior, /i/. Por otro lado, se produce una apócope
al perderse la fricativa dental sonora, / ð/.
Chajases
Proviene del término chajá, ave típica de la llanura pampeana, cuyo plural es chajás.
La palabra citada por el autor se genera a partir de la formación del plural a través de
un fenómeno de paragoge.
Ajuera
Modificación de afuera. En este caso, se produce una velarización de la fricativa
labiodental sorda, /f/, que pasa a ser una fricativa velar sorda, /x/.
Polvaderas
De polvaredas. En este término se produce un fenómeno de metátesis, a través del
que la fricativa dental sonora, /ð/ intercambia su posición con la vibrante simple /r/.
Guillapices
En la edición del Santos Vega o los mellizos de la flor de la Universidad de Harvard
se indica que este término hace referencia a “mantas de cuero de huanaco”.
Chuzas
Este término puede referirse, por el contexto, a dos significados diferentes. Por un
lado, tanto Athos Espíndola como Tobías Garzón indican que esta palabra se refiere
a un palo armado que posee una aguja de hierro o cuchillo en su extremidad superior
(denominado por la RAE como chuzo). Por el otro lado, solo Espíndola explica que
puede tratarse de una forma de designar el cabello duro, descuidado y despeinado.
Consideramos que, por el contexto, el término hace referencia a ambas acepciones,
ya que con “enjambre de chuzas”, puede designar tanto al conjunto de lanzas que los
indios utilizan como arma, como a las cabezas amontonadas del malón, refiriéndose
a estas como una unión de cabellos descuidados.
Mancarronada
De mancarrón. Tanto Espíndola como Garzón indican que el término hace referencia
a un caballo basto, viejo y muy estropeado. Espíndola indica que viene de la palabra
manco, que hace referencia, en animales, al impedimento en el uso de alguna de sus
patas. En este caso, la palabra, por la añadidura del sufjijo – ada, que en español
puede utilizarse unido a sustantivos femeninos para formar términos que designen un
conjunto, podemos observar que el autor hace referencia a un grupo de caballos
venidos a menos.
Chinería; chinas
De china, que Espíndola define en su diccionario como “mujer en general. Del
quechua y aimará: sierva o criada”. Por la adición del sufijo -ería, que en español se
utiliza para designar un conjunto, podemos inferir que este término se refiere a un
conjunto de mujeres, tomadas como cautivas por el malón.
Enancada
Athos Espíndola indica que proviene de los verbos enancar y enancarse, que hacen
referencia a “poner o colocar a una persona en las ancas de una caballería, estando
otra montada adelante”.
Ansí
La edición del Santos Vega del Centro Editor de América Latina indica que este
término se trata de un arcaísmo del español, de uso reiterado en la literatura
gauchesca. La RAE indica que se trata de un término en desuso, que significa “así”.
Latones
Según lo indicado en la edición del Santos Vega o los mellizos de la flor de la
Unviersidad de Harvard, este término designa a un sable que tiene la vaina de hierro.
En el diccionario de Espíndola, se especifica que el término lata significa “sable o
espada”.
Pichigotones
En la edición de Santos Vegas o los mellizos de la flor de la Universidad de Harvard
se indica que este término hace referencia a “indiecitos de pecho o niños mayorcitos”.
Forzan
De forzar, verbo irregular que, en la tercera persona del plural del presente del modo
indicativo, es conjugado como fuerzan. Se trata de un fenómeno de regularización de
un verbo irregular, por la analogía al paradigma verbal regular.
Trotean
De trote. Consideramos que, en este caso, la palabra no es una conjugación del
verbo trotar, sino que se trata de una verbalización del sustantivo trote. De esta
manera, como consecuencia de un caso de barbarismo, se considera que el infinitivo
de este verbo es trotear, de manera que su conjugación en tercera persona del plural
del presente del modo indicativo sería trotean, por analogía con el paradigma de los
verbos terminados en -ear, como corretear, patalear, pestañear, estropear, entre
otros.
Cotorronas
En la edición de Santos Vega o los mellizos de la flor de la Universidad de Harvard
se indica que este término hace referencia a “mujeres que tienen de treinta a cuarenta
años”.
Falsiada
Según lo expresado por el glosario de la edición de Santos Vegas o los mellizos de la
flor de la Universidad de Harvard, esta palabra designa a una infidelidad conyugal.
Consideramos que se trata de un sustantivo formado a partir del participio del verbo
falsear, que, según lo indicado por la RAE, se trata de la acción de adulterar o
corromper algo, en este caso, una relación matrimonial. Podemos observar que se
produce, nuevamente, un cierre en un grado de la vocal anterior abierta /e/, fenómeno
que genera la ruptura del diptongo -ea y, por ende, la creación de un hiato.
Aspas
En el diccionario de Garzón se explica que esta palabra hace referencia al asta o
cuerno que tienen algunos animales. Podemos observar que, en este caso, se adelanta
el punto de articulación de la oclusiva sonora dental /t/, que pasa a ser una oclusiva
sonora bilabial /p/.
Mamaos
De mamado, que proviene del verbo mamarse, definido tanto por Espíndola como
por Garzón como la acción de embriagarse o emborracharse. Asimismo, Espíndola
indica que mamado significa “ebrio o borracho”.
Como se indicó previamente, en este término se produce un fenómeno de síncopa, a
través del que se pierde la consonante fricativa, dental y sonora, / ð/.
Tranca
Tanto en el diccionario de Espíndola como en el de Garzón, una de las acepciones de
este término hace referencia a un estado de borrachera o ebriedad. El mismo
significado se indica en la edición de Santos Vega o los mellizos de la flor de la
Universidad de Harvard.
Conclusión
Hemos analizado una selección de términos que consideramos que responden a las
variaciones diatópicas y diastrátraticas correspondientes con lo que la literatura
gauchesca construye del lenguaje rural.
Identificamos ciertos fenómenos fonológicos, repetidos a lo largo del fragmento:
formas apocopadas y sincopadas, en las que se produce, sobre todo, la pérdida de la
fricativa, dental y sonora / ð/; cambios en los puntos de articulación de algunas
consonantes; permutaciones entre la vocal /e/ y la vocal /i/; fenómenos de metátesis.
Por otro lado, en un plano léxico, hemos identificado términos que responden al habla
de los argentinos, que escapan a las formas de la lengua estándar, así como también
hemos hallados formas arcaicas del español, es decir, términos en desuso.
A modo de conclusión, diremos que, como se planteó al inicio del trabajo, el hecho
de que la gauchesca naciera de la mano con los ideales románticos y revolucionarios,
deja ver el deseo de construir una identidad nacional, que los diferenciara de la
española, en este caso, a través de la literatura. Para este fin, es el gaucho la figura
ideal, y específicamente para la literatura, el lenguaje gauchesco, que difiere de la
lengua estandarizada, aquel lenguaje que suena como un barbarismo para la
península, es ese el seleccionado para la literatura de este tipo.
Anexo
13
La indiada – El malón – El adivino – Los pichigotones – Las reparticiones – Las cautivas
Bibliografía
- Ascasubi, H. () Santos Vega o los mellizos de La Flor. Harvard College Library
(1979). Santos Vega o los mellizos de La Flor. Buenos Aires: Centro Editor
de América Latina.
- Borello, R.A. (1996). La literatura gauchesca y lo social. Anales de Literatura
Hispanoamericana, 25, 31. Universidad Complutense. Recuperado de:
https://revistas.ucm.es/index.php/ALHI/article/view/ALHI9696110031A
- Espíndola, A. (2002). Diccionario del lunfardo. Buenos Aires: Planeta.
- Garzón, T. (1910). Diccionario Argentino. Barcelona: Imprenta Elzeviriana de Borrás y
Mestres.
- Sánchez Reulet, A. (1961). La poesía gauchesca como fenómeno literario. Recuperado de
https://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/view/2034