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Primera escena: Un costeño y sentados en una tienda tomando cerveza

Chistes pastusos
Un pastuso llama a una agencia de viajes y pregunta: “Señorita, ¿cuánto se demora un viaje a Bogotá?” La
señora, que estaba ocupada, le contesta: “Un momentico, señor.” El pastuso le dice “muchas gracias” y
cuelga el teléfono.

¿Cómo se pone la ruana un pastuso?


La pone en el suelo y se tira de cabeza.

El papá pastuso le manda un telegrama a su hijo diciendole: “ ¿Te quedas o te vienes?” El hijo
contesta el telegrama con otro diciendo: “Sí.” El papá sorprendido le responde con otro
telegrama: “ ¿Sí qué?” El hijo contesta en otro telegrama: “Sí señor.”
....que los zapatos de los pastusos vienen con un aviso debajo de la planta que dice: “Este lado abajo”

Un pastuso llega al mercado a vender su vaca, pero nadie se la compraba porque era una vaca fea,
desnutrida y no daba leche. Entonces llegó un paisa y le dijo: ¿Por qué estás triste pastusito? El pastusito
lo mira y le responde: “Lo que pasa es que nadie me quiere comprar esta vaca.” Entonces le dice el paisa:
“Pastusito, no sea pendejo, venga yo se la ayudo a vender.” Entonces el paisa cogió la vaca y empezó:
“Señores y señoras, les vendo esta vaca, pero no es que esté desnutrida sino que hace mucho ejercicio, le
da 20 litros de leche diarios.” Una señora pregunta: “¿Cuánto cuesta?” Entonces el paisa le pregunta al
pastuso: “Oiga pastuso, ¿cuánto cuesta esta vaca?” Y entonces el pastuso le responde: “No, esa vaca tan
buena, yo ya no la vendo, pues.”

Emocionado el niño pastuso llega a su casa y le dice a su papá: “Papito, papito, ¡me he sabido ahorrar $400
pesitos!” “¿Ah, sí? ¿Y qué hiciste?” “Muy fácil papito: en lugar de subirme al bus me vine corriendo detrás
de él.” “Ah, güagüa tonto, ¿por qué no corriste detrás de un taxi para ahorrarte $2.000?”

Un pastuso se encontró un fósforo, lo prendió, y dijo: “Está bueno”, y se lo llevó.

Un paisa llega a la Laguna de la Cocha en un Ferrari último modelo y le pregunta al pastuso: “Mira pues
pastuso, ¿la laguna es muy profunda?” Le contesta el pastuso: “Yo creo que no, pues.” LLega el paisa en
su Ferrari y arranca con toda velocidad a tratar de cruzarla y se va hundiendo lentamente. Al rato sale y le
dice al pastuso: “ ¿No dijiste que la laguna no era profunda?” Dice el pastuso: “Pues yo he visto que a los
paticos el agua les llega hasta la cintura.”

Una avionetica se estrelló en Pasto sobre un cementerio y los pastusitos ya han rescatado como 800
cadáveres.

LLama un pastuso a una agencia de viajes y pregunta: “Señorita, ¿tiene pasajes para Leticia?” Y la niña le
contesta: “Ah, no señor, no tenemos pasajes para Leticia.” El pastusito cuelga y dice: “Si ve Leticia, ¡nos
quedamos sin pasajes, pues!”

Hay una fila para pagar los servicios, llega un pastusito y tocándole el hombro a su paisano le pregunta: “
¿Esta es la cola?” Y el paisano le contesta: “No, ese es el hombro, la cola queda más abajito.”

¿Cómo hacen ocho pastusos para clavar un clavo en la pared?


Uno detiene el clavo y siete empujan la pared.

Un pastuso vió un letrero de Colgate.... y se ahorcó.

¿Cómo se sabe que hay un pastuso en una pelea de gallos?


Porque lleva un pato bajo el hombro.

¿Y cómo se sabe que hay un paisa en la misma pelea de gallos ?


Porque le apuesta al pato.

¿Por qué en Pasto los rollos de papel higiénico miden 2 metros mas que en el resto del mundo?
Porque ahí van escritas las instrucciones de uso.
Chistes sobre los paisas

Tres costeños náufragos están perdidos en el mar y encuentran una lampara mágica y aparece un
genio que les dice:
- Les concedo tres deseos.
Un naufrago dice:
- Deseo volver a mi casa.
El segundo náufrago dice:
- Deseo volver a ver a mis hijos y a mi esposa.
El tercer náufrago dice:
- Echee... deseo que mis amigos vuelvan acá.

Dos cachacos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado cuando uno de ellos
se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El
que se estaba quemando decía:

- Déjeme quemar, déjeme quemar.

- ¿Por qué, si estoy tratando de salvarlo?.

- ¡Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta!.

Un costeño confía a otro.


- No sé si casarme con una viuda rica a la que no amo o bien con una joven humilde de la que
estoy perdidamente enamorado.
- Lo que manda es el corazón -responde el amigo -. Cásate con la joven humilde.
- Es verdad, debo escuchar la llamada del corazón. Seguiré tu consejo.
- Así proceden los hombres que razonan. Y a propósito, ¡dáme la dirección de la viuda!.
Dos costeños se encuentran y uno de ellos le dice al otro:
- Oiga hermano, ¿a usted le gustan las mujeres gordas, con las piernas llenas de varices,
despeinadas y desaseadas?.
- No hermano, que me va a gustar una cosa de esas.
- Entonces, ¿por qué será que se la pasa gallinaceando a mi mujer?.
}
Allá arriba en esa loma están peliando dos toros (2)
El uno era era colorado ( y el otro) también

Allá arriba en esa loma vienen dos monjas perdidas (2)

(y qué pasó’) sino conocen el camino yo no sé porqué se fueron por allá

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