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El Embrion Humano
El Embrion Humano
Introducción
Es atributo de la ciencia develar realidades que deben ser medios para alcanzar el bien
del hombre. La ciencia “toma de la persona y de sus valores morales la orientación de
su finalidad y el conocimiento de sus límites. Su finalidad es la defensa, protección y
desarrollo de la vida humana, no su manipulación y/o eliminación. Por tanto, toda
intervención que amenace la integridad o la dignidad de la persona no es humana, no es
ciencia en sentido estricto, no es progreso, no es avance.” [1]
A lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado diferentes dilemas éticos sobre los
importantes temas de la vida. Así lo fueron el homicidio, el suicidio, la esclavitud, la
pena de muerte, la licitud de las guerras, etc.
En cambio, en nuestros días, los problemas morales referidos a la vida humana que la
sociedad en su conjunto debe afrontar, son otros.
El avance de la biotecnología y su potencial de manipulación técnica de la vida humana,
ha dado lugar al empleo de nuevas herramientas de pensamiento, transformando el
sentir común de la sociedad.
Ése nuevo pensamiento colectivo ha sido moldeado por el empleo de un lenguaje
artificioso, que no es representativo de la verdad inscripta en la naturaleza, y sobre la
cual, la ciencia no tiene la última palabra.
Por su indefensión y vulnerabilidad totales, la vida humana naciente resulta ser fácil y
particularmente asolada.
Es así que, a las viejas amenazas en los albores de la vida, ahora se suman nuevos
ataques que parten de la premisa de sostener que el embrión antes de implantarse es una
realidad biológica distinta a la del embrión ya implantado.
Esta interpretación de los datos científicos no es fiel, y abre hoy el camino a la
experimentación y al uso farmacológico de la vida naciente.
Cuanto sigue tiene como objetivo la aportación de observaciones y experimentaciones, que
con una rigurosa lógica biológica, haga comprender aspectos esenciales de la dimensión
humana en los primeros estadios de la vida embrionaria, que de luz a una reflexión ética y
jurídica que no encuentre obstáculos para definir sus derechos y defenderlos.
Consideraciones sobre la realidad del embrión humano en sus primeros días de
vida.
El acto determinante para que se forme un nuevo ser humano es la fusión de las
membranas de dos células altamente especializadas y dotadas llamadas gametos:
el óvulo y el espermatozoide. El referido acto establece el momento de
la concepción que es coincidente con el que desencadena el proceso de
la fecundación de ese nuevo ser llamado a la existencia.
La fecundación es un proceso y que de acuerdo al significado del término expresa el
conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno.
El proceso de la fertilización [2] , no es por tanto, un fenómeno instantáneo ni una única
redistribución espacial de los elementos que contribuyen a su cumplimiento. Por la
contribución del esperma, la fertilización “reorganiza el óvulo en el cigoto a través de
unas series interactuantes de cambios estructurales y bioquímicos que ocurren en un
inconfundible modelo temporal y espacial”. [3]
En otras palabras, la fertilización acontece por instrumentadas series de causas y efectos
de naturaleza celular, genética, física y química, que tienen por fin llevar a cabo una
función específica, cual es la generación de la única célula totipotente y
autodesarrollante: el cigoto o embrión de una célula; que marca el origen del desarrollo
de un nuevo ser humano.
Con plena evidencia, los gametos ya no actúan como si fuesen dos sistemas
independientes entre sí, sino que han constituido un nuevo sistema que actúa como una
unidad independiente [4] .
En el cigoto se reconocen propiedades fundamentales [5] :
- La capacidad de detectar las características del ambiente a través de diferentes
sensores (receptores).
- La capacidad para componer estas diferentes señales o mensajes biológicos e
integrarlos.
- La capacidad de producir respuestas adecuadas en orden a adaptarse al ambiente.
Los hechos biológicos son claros y precisos. La ciencia no da razones que justifiquen un
“derecho a no nacer” o a pensar que hay situaciones en que “la muerte vale más que la
vida”.
Nada ni nadie puede justificar la muerte deliberada de quien es persona humana sin
haber nacido.
“Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte
de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están
subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la
sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona
en virtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es
preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la
integridad física desde la concepción hasta la muerte.” ( Donum vitae, n.3).
“Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el
ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el
Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y
particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del
Estado de derecho. (…) El respeto y la protección que se han de garantizar, desde su
misma concepción, a quien debe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales
apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos” (Donum vital, n.3)
(Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2273)
Quienes en nuestro país, en este momento, están promoviendo la despenalización del
aborto, lograrán con su concreción, atacar al ser más indefenso, en la falsa creencia de
que les asiste el derecho a decidir quién es ser humano y quién no lo es. Por
consiguiente, cualquier norma jurídica que atente contra el principio de la vida, es
aberrante e injusta, por más que sea aprobada cumpliendo todos los formalismos
legales.
Escribía la Madre Teresa de Calcuta:
“Si aceptamos que una madre pueda suprimir al fruto de su seno, ¿qué nos queda? El
aborto es el principio que pone en peligro la paz en el mundo”
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Alicia Errázquin
[1] Cf. Pardo Sáenz, José María, Bioética Práctica al alcance de todos, RIALP (2004)
pp. 27-28.
[3] Cfr Colombo, Roberto, “The process of fertilization and its stages. From parental
gametes to a developing one-cell embryo”, XII General Assembly International
Congress "The Human Embryo Before Implantation" Scientific Update and Bioethical
Considerations, Pontifical Academy for Life, Vatican City, febrero de 2006.
[4] Serra, Ángelo, “La ley del desarrollo del embrión humano revela cuándo “yo” soy
“yo””, en “El inicio de la Vida, Identidad y estatuto del embrión humano”, BAC 1999,
p24.
[5] Gil Lopes, A., “The pre-implantation embryo between biology and philosophy: the individual
being”, XII General Assembly International Congress "The Human Embryo Before Implantation"
Scientific Update and Bioethical Considerations, Pontifical Academy for Life, Vatican City, febrero de
2006.
[6] Cfr.López Moratalla, Natalia, Martínez-Priego, Consuelo, “La realidad del embrión
humano” texto que corresponde al Cap. 10 de “La humanidad in vitro. Crítica y razón
de una ideología”, Ed. Comares, 2002, en www.biblioteca.uandes.cl/doc/realidad.pdf
[7] Ibídem.
[8] López Moratalla, Natalia, Iraburu Elizalde, María J.,”Los quince primeros días de
una vida humana”,
[9] Idem 7.
[10] Los vivientes unicelulares, como son las bacterias, no se reproducen, sino que se
multiplican, se escinden. En una bacteria la emisión de su mensaje genético consiste
principalmente en dar una copia idéntica, una réplica de sí, para escindirse en dos. Esto
explica porqué cada individuo bacteriano no tiene carácter de único e irrepetible.
- Bellieni, Carlo Valerio, “L’alba dell “io” Dolore, desiderio, sogno,memoria del feto”
Società Editrice Fiorentina, 2004, p 13.
- Della Vedova, Anna, “ La vita psichica prenatale: breve rassegna sullo sviluppo
psichico del bambino prima della
nasita”en http://www.psychomedia.it/pm/lifecycle/perinatal/delved1.htm
- Chamberlain David B., Ph.D. ,“The Fetal
Senses” en http://www.birthpsychology.com/lifebefore/fetalsense.html
- Hepper PG., “Fetal memory: Does it exist? What does it do?” Acta Paediatr 1996; Suppl 416:16-20.
[12] Giannakoulopoulos X., Sepúlveda W., Kourtis P., Glover V., Fisk N. M. (1994):
“Fetal plasma cortisol and beta-endorphin response to intrauterine needling” , The
Lancet, 344, pp. 77-81.
[13] Pardo Sáenz, José María, Bioética Práctica al alcance de todos, RIALP (2004)
p.68.