Está en la página 1de 11

INTRODUCCIÓN

Durante este último siglo se ha mostrado mayor tendencia a la protección vegetal, en el


contexto de un comercio globalizado, que busca minimizar las aplicaciones de cualquier
agente exógeno, sea químico o biológico, y en cambio, maximizar las interacciones
benéficas de las comunidades biológicas todavía presentes en los agrosistemas.

En un horizonte más inmediato, la agricultura de precisión permite describir la variabilidad


espacial y temporal de la densidad poblacional de organismos perjudiciales a las plantas
cultivadas, de manera que las decisiones relacionadas con el manejo de plagas se puedan
planificar focalmente.

Para lograr este propósito, es indispensable contar con un soporte teórico para realizar los
monitoreos de las poblaciones, analizar los datos, y finalmente inferir sus tendencias de
expansión espacial o de progreso temporal. Este soporte lo ofrece la epidemiología
vegetal, que a lo largo de 50 años ha acumulado procedimientos para cuantificar el efecto
de ambiente biótico y abiótico sobre el desarrollo de las enfermedades.
La epidemiología vegetal trata al mismo tiempo con las poblaciones de patógenos y
plantas hospederas y cómo es su evolución en relación a si entorno.

En consecuencia a la epidemiología también le preocupa la genética poblacional de la


resistencia del huésped y el potencial evolutivo de las poblaciones de patógenos que
producen razas del patógeno más virulentas y resistentes a plaguicidas.
EPIDEMIOLOGIA

Se llama Epidemiología al estudio de las epidemias y de los factores que influyen en ellos.
También se puede definir a la epidemiología como el estudio del incremento de una
enfermedad en un cultivo en el tiempo y el espacio.
El interés no está concentrado en la enfermedad de plantas individuales, sino en el
desarrollo de la enfermedad, causada por poblaciones de patógenos, en poblaciones de
plantas.

EPIDEMIA:
Una epidemia de ha definido como un aumento en la enfermedad en una población.
También se la define como el cambio en la intensidad de la enfermedad causada por una
población de patógenos en una población de plantas en el tiempo y/o en el espacio.

OBJETIVOS DE LA EPIDEMIOLOGÍA:
Estudiar y cuantificar el desarrollo de epidemias en el tiempo y el espacio para:
• evaluar estrategias de control
• prever niveles futuros de enfermedad
• prever pérdidas
• conocer mejor los factores que influyen en el desarrollo de la enfermedad.
MEDICIÓN DE LA ENFERMEDAD:
Existen dos modelos para medir la enfermedad en las plantas:

I. Modelos Cualitativos:
» Penetración
» Infección
» Producción de inóculo
» Sobrevivencia
» Dispersión
II. Modelos Cuantitativos: Se realiza al Hacer Monitoreos de :
» Huésped:
o Densidad de plantas
o Área foliar
o Estadio fenológico
o Resistencia –susceptibilidad

» Ambiente:
o Humedad:
 humedad relativa
 precipitaciones
 período de hoja mojada
o Temperatura

» Patógeno:
o Inóculo:
 densidad: Nº de propágulos / área o volúmen
 viabilidad
 infectividad
 potencial de inóculo
o Inóculo en el suelo:
 Densidad
 Medios selectivos
 Colonización de sustrato
o Inóculo de dispersión de área:
 Trampas caza-esporas
 Trampas para vectores
 Medios selectivo
» Enfermedad:

INÓCULO

Producción Diseminación e
de Inóculo Infección

PATÓGENO

MANEJO DE LAS ENFERMEDADES DE LAS PLANTAS

Desde el comienzo de la agricultura, las generaciones de agricultores han evolucionado


prácticas para combatir las diversas plagas sufridas por sus cultivos. Después de nuestro
descubrimiento de las causas de las enfermedades de plantas en los principios del siglo
diecinueve, nuestra comprensión creciente de las interacciones del patógeno y hospedero
ha permitido desarrollar un amplio conjunto de medidas para el control de enfermedades
específicas.
La meta del manejo de enfermedades en plantas es la de reducir el daño económico y
estético causado por ellas. Tradicionalmente esto se ha denominado como control de
enfermedades en plantas, pero los valores sociales y ambientales actuales estiman
“control” como un término absoluto y muy rígido. Sin embargo, de este cambio en actitud
se han dado como resultado enfoques más multifacéticos al manejo de enfermedades y
manejo integrado de enfermedades. Medidas, a menudo severas y únicas, como son la
aplicación de pesticidas, fumigación de suelos o quemas ya no se encuentran en uso.

Es más, los procedimientos del manejo de enfermedades están frecuentemente


determinados por la predicción o modelos de enfermedades, más que basado por un
calendario de actividades o de una simple recomendación. El manejo de enfermedades
puede visualizarse como proactivo mientras que el control de enfermedades es reactivo,
aunque resulta a menudo difícil distinguir entre estos dos conceptos, especialmente en la
aplicación de medidas específicas.
El primer principio (prevención) incluye tácticas de manejo de enfermedades que son
aplicadas antes de la infección (en otras palabras, la planta es protegida de la
enfermedad), el segundo principio (terapia o acción curativa) funciona con cualquiera
medida aplicada después de que la planta ha sido infectada (es decir, la planta es tratada
para la enfermedad). Un ejemplo del primer principio es la aplicación de cuarentenas para
prevenir la introducción de un agente causal de una enfermedad (patógeno) dentro de una
región en donde no ha incidido previamente.

El segundo principio se puede ilustrar con los tratamientos térmicos o químicos de material
vegetativo tales como bulbos, cormos, y estacas, para eliminar hongos, bacterias,
nematodos y virus que se hayan establecido dentro del material vegetal.

La quimioterapia es la aplicación de químicos a una planta infectada o enferma para


detener (ejemplo, erradicar la infección). Aunque se han efectuado diversos intentos para
utilizar la quimioterapia, en muy pocos casos han tenido éxito. En unas cuantas
enfermedades en ornamentales o árboles de gran valor, la quimioterapia ha servido como
un factor de contención que debe ser repetido a ciertos intervalos de uno a varios
años. Por ejemplo, se han efectuado infusiones de antibióticos en plantas para reducir la
severidad de enfermedades causadas por fitoplasmas en palmas (amarillamiento letal) y
en peras (declinación del peral) y fungicidas han sido inyectados en árboles de olmos para
reducir la severidad de la enfermedad holandesa del olmo (causada por Ophiostoma ulmi)
pero en todos estos casos el químico terapéutico debe ser reaplicado periódicamente.

Existen también algunos fungicidas “sistémicos” tales como los inhibidores de la biosíntesis
de esteroles (IBE) (SBI, en inglés) e inhibidores de la dimetilación (ID) (DMI, en inglés) que
se difunden dentro de los tejidos de las plantas hasta cierta extensión y eliminan a las
infecciones establecidas de tiempo reciente.

Una de las primeras propuestas efectuada por H. H. Whetzel incluía a cuatro principios
generales de control, exclusión, erradicación, protección e inmunización (este último
principio se le denomina más adecuadamente como resistencia, ya que las plantas no
presentan un sistema inmunológico en el mismo sentido que el que presentan los
animales. Estos principios han sido ampliados o alterados en cierta medida por otros
autores. Ellos todavía son válidos y se les detalla aquí, aunque los estudiantes deberían
investigar otros sistemas tales como los propuestos por
Gäumann, Sharvelle, o La Academia Nacional de
Ciencias y utilizar aquel o aquellos que crean pueda ser
aplicable. Los anteriores y otros principios de control se
discuten en Maloy, Plant Disease Control (1993) citado
en las referencias generales de esta lección.
Principios Tradicionales del Control de las Enfermedades de las Plantas

 Evasión: consiste en evitar la enfermedad seleccionando una temporada o un sitio


donde no se encuentra el inóculo o donde el ambiente no es favorable para infección.
 Exclusión: Este principio se define como cualquier medida que se toma para prevenir
la introducción de un agente causal de enfermedad (patógeno) dentro de una región,
finca o plantación. La estrategia básica asume que la mayoría de los patógenos solo
pueden movilizarse distancias cortas, sin la ayuda de agentes tales como el ser
humano u otros vectores y que las barreras naturales tales como océanos, desiertos y
montañas crean obstáculos a su diseminación natural. En muchos casos los
patógenos son diseminados con su planta huésped o en material que no los
hospedan como suelo, material de empaque o
contenedores. Desafortunadamente, las medidas de
exclusión solo retardan la entrada del patógeno,
aunque la exclusión puede proporcionar el tiempo
suficiente para planificar cómo manejar el patógeno
cuando finalmente incida.

 Erradicación: Este principio procura la eliminación


del patógeno luego de su introducción en un área, pero antes de que se establezca o
se disemine ampliamente. Este principio se puede aplicar a plantas individuales, lotes
de semilla, campos o regiones, aunque generalmente no es efectivo en áreas
geográficas grandes.

La erradicación se puede alcanzar también mediante la destrucción de malezas que son


reservorios de diversos patógenos o de sus insectos vectores La eliminación de desechos
amontonados de papa es un método efectivo para la erradicación del inóculo del patógeno
agente causal del tizón tardío en papa.
La fumigación de suelos ha sido una estrategia de erradicación ampliamente utilizada. Esta
tecnología involucra introducir químicos en su forma gaseosa, tales como disulfuro de
carbono, bromuro de metilo o cloropicrina dentro del suelo para eliminar patógenos. Sin
embargo, se pueden producir efectos secundarios adversos, tales como la eliminación de
organismos benéficos, la contaminación de aguas subterráneas, y toxicidad de estos
productos químicos lo que ha dado como resultado una menor confiabilidad o dependencia
en este enfoque de manejo de enfermedades. Los fumigantes volátiles como el bromuro de
metilo son inyectados en el suelo y sellados con una capa de plástico. Algunos fumigantes
solubles en agua como el metam-sodio pueden inyectarse en el suelo que luego
simplemente se compacta para sellarse

La rotación de cultivos es una estrategia usada frecuentemente para reducir la cantidad de


un patógeno, usualmente un organismo del suelo, en un área de cultivo. La enfermedad
conocida como “Take-All” (pudrición de la corona y raíz) del trigo (causada
por Gaeumannomyces graminis) y el nematodo de quiste de la soya (Heterodera glycines)
son dos ejemplos de enfermedades cuyo inóculo proviene del suelo y que se manejan
fácilmente mediante rotaciones cortas de uno o dos años, respectivamente, aparte de
cultivos susceptibles, que en el caso de “Take-All” puede incluir malezas hospederas
susceptibles al patógeno como son los pastos.

El quemado es una medio efectivo de erradicación de patógenos y a menudo es requerido


por la ley para deshacerse de los árboles de olmo enfermos afectados por la Enfermedad
Holandesa del Olmo ,árboles de cítricos infectados por el cancro bacteriano de los cítricos
o de campos de frijol infectados por la bacteria que causa el tizón del halo (Pseudomonas
syringae pv. phaseolicola). El flameado con propano puede destruir de manera efectiva a
los microesclerocios de Verticillium en tallos de plantas de menta, y el flamear tallos de
papa, previo a la cosecha, puede prevenir la infección del tubérculo por parte del patógeno
agente causal del tizón tardío de la papa. Sin embargo, el quemar campos agrícolas es
motivo de controversia debido a que las emanaciones de humo son motivo de
preocupación para la salud y seguridad del ser humano y el medio ambiente.

 Protección: Este principio depende del establecimiento de una barrera entre el


patógeno y la planta huésped o de la parte susceptible de la planta huésped. A
menudo se le considera que esta barrera es de naturaleza química, por ejemplo un
fungicida, bactericida o nematicida, pero también se pude considerar el caso de una
barrera física o espacial o temporal.

La protección a menudo involucra algunas prácticas culturales que modifican al medio


ambiente, tales como labranza, drenaje, irrigación o modificación del pH del
suelo. También involucra cambios en la fecha y profundidad de siembra, espaciamiento
entre plantas, podas y raleos u otras prácticas que permitan a las plantas escapar a la
infección o reducir la severidad de
una enfermedad. El levantamiento
de la altura de las camas para
asegurar un buen drenaje de los
suelos es un ejemplo de manejo
cultural de enfermedades de
plantas como son las pudriciones
radiculares y de tallos.
 Resistencia: Si se dispone de plantas de cualidades satisfactorias, adaptadas a las
condiciones de la región en donde se van a plantar y con adecuados niveles de
resistencia duradera a las enfermedades, el uso de estas plantas resistentes sería el
método ideal para manejar las enfermedades en plantas. El uso de plantas
resistentes a enfermedades elimina la necesidad de esfuerzos adicionales para
reducir las pérdidas causadas por enfermedades, a menos que adicionalmente estén
presentes otras enfermedades. Las plantas resistentes se obtienen con métodos
estándares de mejoramiento mediante selección y/o hibridación. Unas cuantas líneas
resistentes a enfermedades han sido obtenidas mediante la inducción de mutaciones
utilizando rayos X o químicos. Existe también el interés por los químicos
denominados “activadores de plantas” que inducen las respuestas de defensa de las
plantas llamadas “resistencia sistémica adquirida”

Existen varias estrategias para minimizar el desarrollo de razas virulentas y fallas en


la resistencia. Entre estos se incluyen: métodos de liberación de genes, en donde
plantas genéticamente diferentes se intercalan regionalmente para evitar un
monocultivo genético o se siembran mezclas de cultivares que poseen composiciones
genéticas diferentes para asegurar que algún componente del cultivo sea resistente a
la enfermedad.

 Manejo integrado de enfermedades: desarrollado por los entomólogos


inicialmente para el control de insectos y ácaros. En la mayoría de los casos el
Manejo Integrado de Enfermedades consiste del monitoreo, con aplicaciones a
tiempo de una combinación de estrategias y tácticas. Éstas pueden incluir la
selección de sitios y preparación, uso de cultivares resistentes, alteración de
prácticas de siembra, modificación del ambiente mediante el uso de drenajes,
irrigación, podas, raleos, sombreados, otros, y la aplicación de pesticidas, si es
necesario. Pero en adición a estas medidas tradicionales, es importante en el
esquema de manejo, el monitoreo de factores ambientales (temperatura,
humedad, pH del suelo, nutrientes, otros), predicción de enfermedades y el
establecimiento de umbrales económicos. Estas medidas deben ser aplicadas
de un modo integrado y armónico, para maximizar los beneficios de cada
componente.
LOS PRINCIPIOS TRADICIONALES RE-EXAMINADOS
Para hacer el brinco conceptual desde el control de enfermedad al manejo de enfermedad,
los principios tradicionales pueden modificarse para adaptarlos como tácticas dentro de
cada una de las tres estrategias principales del manejo de enfermedad y por cambiar
ligeramente la redacción para reflejar el impacto cuantitativo de la acción más bien que un
efecto absoluto

Tácticas para la Reducción del Inóculo Inicial:


 Evasión -- reducir el nivel de enfermedad seleccionando una temporada o un sitio
donde la cantidad del inóculo es baja o donde el ambiente es desfavorable para la
infección
 Exclusión -- reducir la cantidad del inóculo inicial introducido de fuentes externas
 Erradicación -- reducir la producción del inóculo inicial por destruir o inactivar las
fuentes del inóculo inicial (saneamiento, remoción de depósitos de inóculo, remoción
de huéspedes alternos, etc.)
 Protección -- reducir el nivel de infección inicial por medio de un tóxico u otra barrera
a la infección
 Resistencia -- usar las variedades resistentes a la infección, particularmente la
infección inicial
 Terapia -- usar termoterapia, quimoterapia y/o cultivo de meristemos para producir
semilla certificada o material certificado de propagación vegetativa

Tácticas para la Reducción de la Tasa de Infección:


 Evasión -- reducir la tasa de producción del inóculo, la tasa de infección o la tasa de
desarrollo del patógeno seleccionando una temporada o un sitio donde el ambiente
no es favorable
 Exclusión -- reducir la introducción del inóculo de fuentes externas durante el curso
de la epidemia
 Erradicación -- reducir la tasa de producción del inóculo durante el curso de la
epidemia por destruir o inactivar las fuentes del inóculo (remoción de las plantas
infectadas)
 Protección -- reducir la tasa de infección por medio de un tóxico o alguna otra
barrera a la infección
 Resistencia -- usar variedades que puedan reducir la tasa de producción del inóculo,
la tasa de infección o la tasa de desarrollo del patógeno
 Terapia -- curar las plantas ya infectadas o reducir la producción del inóculo

Tácticas para la Reducción de la Duración de la Epidemia:


 Prevención -- sembrar variedades precoces o sembrar en una temporada que
favorezca la maduración rápida del cultivo
 Exclusión -- demorar la introducción del inóculo de fuentes externas por medio de
cuarentenas

También podría gustarte