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Decálogo de la Limpieza Consciente

No hay que dedicar mucho tiempo, ni hacer grandes esfuerzos para limpiar y ordenar, pero
hay que cultivar el hábito de hacerlo cada día, decálogo de recomendaciones y claves para
encontrar la armonía y la serenidad, realizando las tareas domésticas de forma atenta, y
eliminando las impurezas que nublan nuestra alma:

1. Quienes no cuidan los objetos, tampoco cuidan de las personas. Cualquier objeto ha sido
creado con esfuerzo y dedicación. Cuando limpiemos o pongamos orden, debemos tratarlas
cosas con cuidado.

2. Tengamos gratitud hacia las cosas que nos han sido útiles y, cuando realmente no las
necesitemos, hagámoslas resplandecer con una nueva luz dándoselas a quien pueda hacer
buen uso de ellas.

3. La limpieza debe hacerse a primera hora de la mañana. Si empezamos en silencio, rodeados


por la calma, cuando la vegetación y las personas de alrededor aún duermen, nuestro corazón
se sentirá en paz y nuestra mente despejada.

4. Por la noche, antes de irnos a dormir, debemos recoger, guardar y ordenar las cosas que
hemos utilizado y desordenado durante el día, para dejarlas tal y como estaban, y facilitar la
limpieza al día siguiente.

5. Puede que al principio nos cueste, pero si conseguimos limpiar por la mañana y ordenar por
la noche, notaremos como nuestro espíritu y cuerpo se mantienen despejados a lo largo del
día y podremos disfrutar de una espléndida jornada.

6. Antes de limpiar, hay que abrir las ventanas y ventilar para purificar el aire. Sentir en la piel
la frescura del aire que entra, hace que uno se sienta más despierto y puro y, si llenamos con
éste los pulmones, las ganas de limpiar surgen de forma natural.

7. El aire que entra es templado y agradable en primavera y otoño, bochornoso en verano y


gélido en invierno, pero sentir su benevolencia y su dureza en nuestra piel nos pone en
contacto con nuestra fragilidad humana, la Naturaleza y la fuerza de la vida.
8. Para respetar la vida, evitando que proliferen los insectos y tener que matarlos
innecesariamente, debemos recoger después de las comidas, tirar la basura orgánica, evitar
que se acumule el agua en sitios y recipientes y podar bien la vegetación.

9. En vez de arrepentirnos del pasado o preocuparnos por el futuro, debemos vivir plenamente
el ahora y esforzarnos por no arrepentirnos mañana. Aplicado a purificar el espíritu mediante
la limpieza sería: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.

10. Repartir y rotar la limpieza ente todos los miembros de la familia ayuda a valorar lo que los
demás hacen por nosotros. Comprender que nuestras existencias dependen unas de otras nos
ayuda a trabajar en equipo y a hacer las cosas pensando en los otros.

Nuestro entorno está conectado con nosotros y refleja nuestra mente, cuando está
desordenado, nuestra mente también. Si mantenemos nuestra casa hermosa, nuestra mente
estará muy clara y tranquila”.

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