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BOLETIN DE ESTUDIOS ECONOMICOS

Vol. LXXI - N.º 219 - Diciembre 2016


(Páginas 547-563)

LOS RETOS DE LA FÁBRICA QUE PIENSA

CHALLENGES OF THE THINKING FACTORY

Javier Díaz
Plethora IIoT, Grupo Etxe-Tar
Borja Lanseros
Titanium Industrial Security, Grupo Etxe-Tar
Ramón Solórzano
BSK Legal & Fiscal
Pablo García Bringas
DeustoTech, Deusto Ingeniería, Universidad de Deusto

RESUMEN

La Industria Conectada es ya una realidad. Las diferentes corrientes tecnológicas están


confluyendo aceleradamente en un efecto holístico llamado a constituir una auténtica
Cuarta Revolución Industrial. Después de la máquina de vapor, la electricidad y la auto-
matización de los procesos industriales, las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones están constituyendo en la actualidad una transformación industrial que
más allá de todo lo que se había conocido hasta ahora en materia de evolución. Más allá de
la incertidumbre propia de los nuevos tiempos, nos encontramos sobre todo en un momento
de grandes retos, de prometedoras oportunidades. Conectividad, ciber-seguridad, analítica
de datos, implicación directa del cliente en la provisión de la tecnología, nuevos perfiles y
capacitaciones profesionales, implicaciones legales de los nuevos modelos de negocio, son
las principales tendencias que están convergiendo e interpelando al tejido industrial y
empresarial, en la continua misión de modernización y aseguramiento de la competitividad.
Sobre ellas, la industria, la empresa, la Sociedad, están llamadas a construir buena parte del
futuro.
Palabras clave: Industria 4.0, fábrica del futuro, cuarta revolución industrial, industria
conectada.

SUMMARY

The Connected Industry is already a reality. The different technological currents are
converging fast in a holistic effect called to constitute a true Fourth Industrial Revolution.
After the steam engine, electricity and the automation of industrial processes, Information
and Communications Technologies are currently constituting an industrial transformation
that goes beyond all that has been known so far in terms of evolution. Beyond the uncer-
tainty of the new times, we find ourselves in a moment of great challenges and promising
opportunities. Connectivity, cyber-security, data analytics, direct involvement of the custo-
mer in the provision of technology, new profiles and professional skills, legal implications
of the new business models, are the main trends that are converging and challenging the
industrial and business fabric, in the continuous mission of modernization and assurance of
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competitiveness. Over them, industry, business, Society, are called to build much of the
future.
Keywords: Industry 4.0, factories of the future, fourth industrial revolution, connected
industry.

1. Introducción

La Industria Conectada es ya una realidad. La acelerada evolución de


las diferentes corrientes tecnológicas confluyen en esta última década en
un efecto sinérgico que está llamado en nuestros días a constituir por sí
mismo lo que algunos gurús ya denominan la Cuarta Revolución
Industrial (Schwab, 2016).
Después de la máquina de vapor y la mecanización (primera revolu-
ción industrial, segunda mitad del siglo XVIII), después del desarrollo
de la electricidad aplicada a la industria (segunda revolución, finales del
siglo XIX), y después de la automatización sistemática de los procesos
industriales (tercera revolución, siglo XX), todo apunta a que el inmenso
salto cualitativo aportado por las Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (las denominadas TIC) constituye, está constituyendo,
una transformación industrial de otra escala, de otro orden de magnitud,
que apunta hacia una visión última de lo que es la denominada Fábrica
Inteligente, o Smart Industry (Tecnalia, 2016).
En esta carrera por conquistar el futuro, dos enfoques se han revelado
significativamente por encima de los demás: por un lado, el nuevo para-
digma de Smart Manufacturing (EEUU, Proyecto SMLC, 2008 y 2012),
y por otro lado el concepto de Industria 4.0 (Academia Nacional de
Ciencia e Ingeniería Alemana, ACATECH, 2011 y 2013).
En el primero de los casos, la transformación industrial aparece sus-
tentada sobre tres pilares fundamentales, intrínsecos de la cultura de
innovación americana: (1) la interconexión de máquinas y procesos entre
sí y con los centros de operación y decisión, (2) la integración de siste-
mas TIC en el propio emplazamiento productivo como parte consustan-
cial de los nuevos enfoques, y (3) el inherente y permanente intercambio
de información con el exterior de la fábrica (con clientes, proveedores,
inversores, competidores, con otras fábricas inteligentes, etcétera). Dado
este singular impacto que las comunicaciones introducen en el proceso
de Transformación Digital de la Industria (Ministerio de Industria,
Energía y Turismo, 2014), una acepción especialmente acertada es la de
Peter C. Evans y Marco Annunziata (General Electric, 2012 y 2015) de
Industria Conectada; Industria Conectada en la que todo pasa a girar en
torno a esos tres ejes principales: Internet of Things, Datos y Servicios.
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Figura 1
Red de valor horizontal

Fuente: Hewlett-Packard 2013.

Por su parte, el segundo ejercicio de sustanciación de ese concepto de


transformación digital, aportado por el gobierno alemán en su denomi-
nada Estrategia de Competitividad Industria 4.0, introduce un marco
estratégico general de especial relevancia en el ámbito Europeo. Aunque
los primeros pasos en esta materia se remontan a 2006, con la definición
de la High-Tech Strategy, no fue hasta la feria de Hannover de 2011
cuando se sentaron las bases del nuevo enfoque. Un poco después, en la
edición de 2013 de dicha feria, un singular grupo de trabajo en el que
participaban entidades como BOSCH, SIEMENES, SAP, BMW, DAIMLER,
ABB, THYSSENKRUPP, FRAUNHOFER o DEUTSCHE TELEKOM, entre otras,
publicó su informe final de implementación de dicha estrategia (ACA-
TECH 2013). De todo lo relacionado con la digitalización de su indus-
tria, el gobierno alemán espera un incremento de entre un 15% y un 25%
de la productividad, un crecimiento del 1% del PIB y un crecimiento del
empleo de un 6%.
Si bien es cierto que la industria en general, y la europea en particular,
no ha dejado en ningún momento de transformarse y actualizarse, al
menos durante las últimas tres décadas, sin duda este ejercicio de conso-
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lidación del concepto Industria 4.0 ha sido determinante a la hora de


divulgar y concienciar en todo lo relativo a las oportunidades que la tec-
nología pone al servicio de la actualización industrial. También ha sido
clave a la hora de consolidar los retos a los que se enfrenta la industria
europea, en el objetivo de mantener su competitividad. Si bien es cierto
que la mejora continua siempre ha estado en marcha, optando por actua-
lizaciones incrementales, prudentes y de corto plazo, la consolidación
del concepto 4.0 apunta claramente a que es el momento de aprovechar
la actual ola de sinergias, a que es el momento de apostar por las inno-
vaciones rupturistas, explosivas en términos de creación de valor. En
particular, esta estrategia se desarrolla a lo largo de tres vectores trans-
versales: (1) integración horizontal a través de redes de valor y de nuevos
modelos de negocio (figura 1), (2) ingeniería extremo a extremo, a lo
largo de la cadena de valor (figura 2); y (3) integración vertical y siste-
mas de producción industrial interconectados. Como puede observarse
es una aproximación que presenta importantes analogías y paralelismos
con el modelo americano.

Figura 2
Ingeniería extremo a extremo

Fuente: Siemens 2012.

En cualquier caso, ambos paradigmas vienen a coincidir en que no


representan sino la transición de los tradicionales enfoques centralizados
a un modelo de producción descentralizada. Una transición en la que se
pasa de un proceso de producción convencional en el que la maquinaria
genera un producto, a un nuevo enfoque en el que es el producto el que
se comunica con la maquinaria a lo largo del proceso productivo para
indicar en cada momento qué se tiene que hacer exactamente. Cada
ejemplar de producto es quien indica sus especificaciones de fabricación,
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a lo largo y ancho de un sistema de producción Ciber-Físico o CPS


(National Science Foundation - NSF, 2008) que lo conecta todo: máqui-
nas, sistemas, procesos, productos y servicios, y negocio. La figura 3
ilustra un caso de ejemplo de arquitectura de referencia para un sistema
Ciber-Físico modelo.

Figura 3
Arquitectura de referencia de un Sistema Ciber-Físico de ejemplo

Fuente: HP, 2013.

2. Potencialidades

La Industria Conectada no trata solamente de una transformación de


los procesos o de los bienes de equipo; se trata de una transformación
completa de la cadena de valor, y de los modelos de negocio en sí mis-
mos. Los medios productivos están conectados, las cadenas de suminis-
tro están integradas, los canales de distribución y atención son digitales,
la innovación es colaborativa, etcétera. La Industria Conectada propone
utilizar la tecnología para llevar a cabo una transformación de inmenso
potencial de negocio, con posibilidades inimaginables hasta la fecha:
– Personalización extrema de los productos, en una auténtica conver-
sación con el cliente (CEN, 2015). La Industria Conectada permite
incorporar criterios individuales de cada cliente no sólo en alguna
característica final del producto (como viene siendo lo normal),
sino en todo el desarrollo del mismo, desde el diseño hasta la fabri-
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cación, pasando por todas las etapas intermedias de configuración


detallada, planificación, operación, logística, etcétera. Incluso per-
mite incorporar cambios de última hora en el proceso, en un salto
cualitativo sin precedentes hacia la Fabricación Unitaria.
– Un nuevo concepto de flexibilidad. La integración basada en siste-
ma Ciber-Físico habilita un grado de dinamismo de otro orden de
magnitud, en lo relativo a los diferentes aspectos de los procesos de
negocio, como calidad, gestión de plazos, gestión de riesgos, robus-
tez de los procesos, establecimiento de precios, consideraciones
medio-ambientales, etcétera. Permite una continua revisión de la
cadena de suministro y, en definitiva, todos los procesos se ven
directamente beneficiados: la ingeniería adquiere una visión más
general y se vuelve más ágil; la producción pasa a poder responder
a cambios de demanda o problemas imprevistos; ante la escasez de
materiales se puede encontrar más rápidamente formas de compen-
sación; la gestión puede aligerase notablemente, etcétera.
– Incrementando la productividad. La Industria Conectada no se olvi-
da de las raíces estratégicas productivas: entregar la mayor canti-
dad de producto posible, dada una determinada instalación de
recursos, de los que se usa menor cantidad posible en cada produc-
to particular. Y es que a este respecto, las posibilidades que activa
una conexión integral de los recursos como la propuesta en el con-
cepto CPS permite optimizar los procesos de fabricación a lo largo
de toda la red de valor. Es más, esta optimización incluso podrá rea-
lizarse en caliente, sin necesidad de esperar a una parada de la pro-
ducción. Obvia señalar los beneficios de este concepto, por ejemplo
en algunos aspectos singulares como pueden ser el consumo ener-
gético, la reducción de emisiones, o el consumo de materias primas.
– Lo que no se mide, no se controla. Lo que no se controla, es azar. La
competitividad depende mucho de la capacidad de tomar las decisio-
nes adecuadas, en el momento adecuado, y en ocasiones a partir de
información parcial. El grado de transparencia, de acceso natural a la
información de los procesos en cualquier momento, que proporciona
el paradigma de Industria Conectada permite realizar rápidamente
simulaciones de producción, verificación temprana de decisiones de
diseño, respuestas más flexibles a problemas ligeros y también seve-
ros, y en general dotar de optimización global a toda la esfera de pro-
ducción. En definitiva, esta visión global, extremo a extremo, introdu-
ce en sí mismo un nuevo concepto en la toma de decisiones.
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– Nuevas oportunidades de creación de valor, a través de nuevos ser-


vicios. La Industria 4.0 abre la puerta a nuevas formas de creación
de valor, por ejemplo a través del desarrollo de nuevos servicios
alrededor del núcleo de la producción. Incluso se habilitan nuevas
formas de empleo, dedicado precisamente a la provisión de estos
servicios. En particular, aunque se trata más adelante, existe una
tecnología habilitadora clave, como es el análisis de datos de altas
prestaciones, que está llamada precisamente a señalar aquellos pun-
tos de los modelos de negocio de los que pueden surgir no sólo
mejoras en el negocio consolidado, sino -sobre todo- nuevos nego-
cios en sí mismos. Existen oportunidades particularmente significa-
tivas alrededor de esta idea en especial para la pequeña y mediana
empresa, y también para el desarrollo de nuevas start-ups de base
tecnológica.
– Respuesta a cambios demográficos en el puesto de trabajo. La
organización del trabajo, en la fábrica y en otros espacios de la
empresa, y la preocupación general por el desarrollo de competen-
cias, también están llamadas a verse notablemente favorecidas por
la conexión y la colaboración. Igualmente los modelos de negocio
han de verse necesariamente beneficiados a la hora de encontrar
nuevas formas de convertir los actuales problemas demográficos
(con especial relevancia del envejecimiento de las plantillas y de la
escasez de profesionales cualificados) en virtudes que puedan ser
explotadas en nuevos escenarios, en nuevas oportunidades labora-
les, en nuevos esquemas de progresión profesional, etcétera, que
permitirán mantener a las personas activas y productivas por más
tiempo. Cada vez será menos necesario enfocar la producción y el
negocio desde la óptica de la repetibilidad de tareas (la conocida
intensividad en mano de obra), y más desde la perspectiva de la
innovación, la creatividad y la búsqueda de valor añadido. Un tra-
bajador podrá con ello alargar su carrera profesional y su producti-
vidad, y seguir aportando su experiencia y criterio al beneficio
común.
– Conciliación de la vida laboral y familiar. Las empresas que se
basen en sistemas Cyber-Físicos podrán diseñar y explotar modelos
de organización del trabajo más flexibles, y estarán en mejor posi-
ción a la hora de conocer y gestionar la creciente demanda de los
trabajadores de conciliación de sus expectativas laborales con su
vida familiar, y también a la hora de explotar procesos holísticos
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que surgen de la adaptación consciente del desarrollo personal y


profesional. Por ejemplo, la empresa puede proveer a sus emplea-
dos de nuevos esquemas de organización de su dedicación y desem-
peño, en base a la mejor visión general de la actividad de la planta
productiva de que ahora, gracias al paradigma conectado, se dispo-
ne. Esta mayor flexibilidad a la hora de organizar el trabajo permi-
tirá mayores niveles de conciliación de la vida laboral y familiar, y
está demostrado que mejoras en la conciliación producen emplea-
dos más satisfechos y más productivos. Por otro lado, y frente a la
preocupación natural de la reducción de personal que parece poder
implicar el desarrollo de la Industria 4.0, la empresa puede dispo-
ner de una mejor organización de las capacidades demandadas, de
las capacidades disponibles en la plantilla, y de aquellas otras fácil-
mente alcanzables mediante procesos de formación, y diseñar un
encaje sostenible con mucho más conocimiento de causa.
– Mantenimiento general del nivel de competitividad de industrias
que apuestan por la innovación, frente aquellas que apuestan por
los bajos costes salariales. Por último, no hay que olvidar el extre-
mo nivel de competencia que la globalización ha introducido en el
sector industrial. Muchos grandes jugadores apuestan por la pro-
ducción basada en bajos costes salariales, si bien la experiencia no
habla bien de la sostenibilidad de estas aproximaciones, ni mucho
menos del estado de bienestar que permiten proveer a las socieda-
des en las que se aplican estas políticas. Por el contrario, los gran-
des referentes industriales y empresariales que conciben la sosteni-
bilidad y el progreso social como elementos irrenunciables, son
aquellos que trabajan continuamente en sofisticar más y más su
apuesta industrial, hacia nuevos modelos con ventajas competitivas
basadas precisamente en la innovación y la creatividad. Innovación
y creatividad que se plantean sin límites, a lo largo y ancho de toda
la cadena de valor. Y es que cualquier ineficiencia en la forma en
que una industria se abastece, produce, se organiza, se relaciona
con su entorno, con sus trabajadores, etcétera, puede ser fatal. Por
el contrario, cualquier oportunidad bien aprovechada puede conver-
tirse en clave del éxito. Todo esto se da por hecho, y el próximo
campo de batalla está llamado a ser la innovación extrema; innova-
ción que no podrá desarrollarse sino está apoyada en Industria
Conectada.
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3. Confluencia de tecnologías

Se da el caso de que en los últimos tiempos han aparecido diversas


tecnologías, muy basadas en Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones, que están alcanzando niveles de elevada madurez, no
sólo tecnológica, sino también en lo relativo a su aplicabilidad a diferen-
tes modelos y procesos de negocio. Así, dichas tecnologías se convierten
en auténticos habilitadores clave frente a retos más ambiciosos, como es
el caso del de la Industria Conectada. De hecho, la Comisión Europea
habla precisamente de Key Enabling Technologies, o KETs (European
Commission, 2009 y 2011). Dichas tecnologías están en el origen de los
retos de la industria, y al mismo tiempo son también herramientas para
afrontar dichos retos. Y es que la introducción de tecnología resuelve
ciertos desafíos, y por lo general presenta otros nuevos.
Uno de los elementos tecnológicos que más relevancia ha adquirido
y está adquiriendo es el denominado Internet of Things, o Internet de las
Cosas, que conecta el mundo físico de los dispositivos (dispositivos de
consumo o dispositivos industriales) con el mundo de los sistemas de
información, con la misión de proveer al usuario o al consumidor de ser-
vicios cada vez más inteligentes (CISCO, 2011). No obstante, este ele-
mento representa una idea más abstracta que una tecnología en sí misma,
por lo que su participación en el concepto Ciber-Físico es estructural; es
más bien un paradigma de conexión y representación, que depende de
tecnologías específicas.
Existen diferentes perspectivas a la hora de aproximarse a la identifi-
cación de tecnologías habilitadoras clave. Una aproximación sencilla y
directa es la realizada por el Departamento de Desarrollo Económico y
Competitividad del Gobierno Vasco, a través de su Sociedad para la
Promoción y Reconversión Industrial - SPRI (SPRI 2016). No en vano
precisamente el País Vasco constituye una región privilegiada a nivel
europeo en materia de aportación industrial al PIB, y también en materia
de porcentaje de dedicación del PIB a Investigación, Desarrollo de
Tecnologías e Innovación. En ella, se han desarrollado diversas iniciati-
vas público-privadas en las que han participado los principales agentes
industriales y empresariales vascos, y también empresas industriales de
primer nivel mundial, como es el caso de CAF, ABB, CIE, IBERDROLA, ITP,
MERCEDES-BENZ, MICHELIN, MICROSOFT, REPSOL, SIEMENS o EUSKALTEL,
entre otros, y en las que se ha venido consolidando el conjunto de tecno-
logías que resultan más relevantes por su proyección de futuro y su
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impacto estimado en el negocio (BIND4.0, 2016). En particular, la


Fabricación Aditiva, la Robótica Colaborativa, los Sistemas Ciber-
Físicos en sí mismos, la Realidad Aumentada, la Computación Cloud (en
la nube), el Big Data, la Visión Artificial, y la Ciber-Seguridad, son las
ocho principales herramientas que se han identificado.

Figura 4
Marco conceptual de tecnologías habilitadoras

Soluciones de negocio
Soluciones de inteligencia (Big Data & Analytics) y control
Plataformas colaborativas

Ciberseguridad
Computación y cloud
Conectividad y movilidad

Impresión 3D
Robótica avanzada
Sensores y sistemas embebidos

Fuente: Ministerio de Industria, Energía y Turismo, 2013.

Por otro lado, habitualmente se considera que estas tecnologías apor-


tan su valor al concepto de Industria Conectada desde diferentes niveles
de abstracción, con un primer nivel cercano a la concreción de las
máquinas y los sistemas; con un segundo nivel centrado en materia de
representación y tratamiento de datos; y con un tercer nivel más abstrac-
to, más cerca de la parte de negocio. El enfoque desarrollado por la ini-
ciativa Industria Conectada 4.0 del Ministerio de Industria, Energía y
Turismo Español proporciona un esquema general muy clarificador,
estructurado precisamente en estos tres niveles de abstracción (MINETUR,
2015). Éste es un enfoque que mantiene un cierto paralelismo con el
esquema general de trabajo de la iniciativa americana. Así, se han seña-
lado tres diferentes niveles, de (1) hibridación del mundo físico y el
mundo digital, de (2) habilitación de comunicaciones y tratamiento de
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datos, y de (3) aplicaciones de gestión intraempresa e interempresas. La


figura 4 ilustra este esquema general.
– Hibridación de lo físico y lo digital. El primer objetivo que se
marca la conexión de la industria en la misión de transformarse
hacia lo digital arranca precisamente en la conexión de tantos pará-
metros de negocio como sea posible. Así, las tecnologías de hibri-
dación del mundo físico con el mundo digital se centran fundamen-
talmente en conseguir una representación de los procesos e infor-
maciones de la realidad de las empresas que pueda servir para cons-
truir una imagen digital de lo que está ocurriendo en cada momento
en el negocio. Por supuesto, esa representación ha de verse conti-
nuamente provista de información actualizada, y sirve habitual-
mente para construir una visión centralizada de las cosas. Además,
también existen tecnologías habilitadoras que posibilitan la relación
en el sentido inverso, de lo digital hacia lo real, como puede ser la
robótica colaborativa o los sistemas embebidos. No sólo se persi-
gue sentir lo que está pasando, sino también actuar -una vez cons-
truidas las decisiones oportunas- sobre la realidad. En este aparta-
do, el drástico abaratamiento que viene sufriendo en la última déca-
da todo lo relacionado con el equipamiento físico ha alcanzado
también a los sensores, y este hecho ha contribuido enormemente a
su utilización sistemática en gran cantidad de espacios de la cadena
de valor, tanto en los procesos y en los medios productivos, como
en el propio producto o servicio. Éste es el salto cualitativo que pro-
duce la Internet de las Cosas: la posibilidad de conectar a un esque-
ma digital prácticamente cualquier realidad física. Y es que prácti-
camente todo se puede sensorizar. Un ejemplo de tecnología con
gran proyección en este sentido es la utilización de tejidos inteli-
gentes que, simplemente mediante su integración en prendas de
vestir, pueden captar constantes vitales y conectar la persona a un
sistema sanitario o a un sistema de mantenimiento deportivo. No en
vano se habla ya de dispositivos vestibles. Por su parte, una tecno-
logía que precisamente fue clave ya en la tercera revolución indus-
trial, como es la robótica industrial, está rejuveneciendo en la actua-
lidad y dando señales de mucha proyección de futuro, gracias a la
irrupción de sistemas robóticos que son capaces de colaborar con
los operarios de planta, en la búsqueda de procesos más eficientes
a la vez que ricos (desde el conocimiento y experiencia del experto)
(NRI12.0, 2012). De esta forma, nuevos niveles de eficiencia se
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hacen viables gracias a los avances en seguridad e inteligencia de las


máquinas; máquinas que pueden comunicarse con otras máquinas, y
que mediante nuevos sistemas de inteligencia artificial pueden tomar
decisiones cada vez más autónomas. En el extremo final de este ciclo
cerrado que parte de la realidad de los procesos, asciende hacia la
toma de decisiones, y baja de nuevo a la planta en forma de actuación
correctiva, aparece otra tecnología habilitadora clave, como es la
fabricación aditiva (o impresión 3D), que permite materializar con-
ceptos del mundo digital (Excell, 2013). La fabricación aditiva ha
revolucionado todo lo relacionado con el diseño, gracias a la posibi-
lidad que brinda de construir un prototipo con cualquier diseño rápi-
damente y con muy bajo coste. Con ello, nace una nueva forma de
concebir tanto los departamentos de diseño de nuestras industrias,
que ahora pueden estar descentralizados y obedecer a necesidades
mucho más singulares de los procesos industriales y de negocio,
como también los emplazamientos productivos, que ahora pueden
distribuirse fácilmente, por ejemplo en función de las necesidades
logísticas, de la localización de grandes clientes, etcétera.
En cualquier caso, las tecnologías que hoy son clave para habilitar
esta hibridación, esta conexión bidireccional, entre el mundo de lo
físico y el mundo digital, seguirán evolucionando y mejorando, y
cada vez será posible integrar más y nuevas funciones, y en defini-
tiva más y nuevos servicios.
– Comunicaciones y tratamiento (operativo) de datos. El segundo
nivel de abstracción agrupa tecnologías encargadas de las comuni-
caciones y el tratamiento de la información; información que tiende
a alcanzar volúmenes enormes, desconocidos hasta ahora -no en
vano la sensorización anterior no plantea límites a la hora de captar
datos-, y que requiere de nuevos esquemas de comunicaciones que
prácticamente tienen que comprometer a priori saltos cualitativos
de prestaciones a lo largo del tiempo a igualdad de costes. El obje-
tivo de este segundo nivel de tecnologías es el de recoger la infor-
mación de la primera etapa y transportarla, aportando capacidades
de procesamiento, y garantizando la seguridad y la disponibilidad
por parte del último de los niveles de abstracción, el nivel de nego-
cio. Por supuesto, también se da el objetivo de conexión en el sen-
tido opuesto, desde la toma de decisiones hasta la actuación final en
los procesos, a través de esos robots colaborativos, de sensores
actuadores, de impresión 3D, etcétera. No hay que olvidar que es
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este doble sentido en la comunicación lo que posibilita la verdadera


hibridación de lo físico con lo digital. A este respecto, todo lo rela-
cionado, en definitiva, con la conectividad segura de información a
través de infraestructuras de comunicación cada vez más móviles,
capaz de captar datos o recibir órdenes de actuación en cualquier
momento y en cualquier lugar -las comunicaciones pasan a ser ubi-
cuas-, es lo que constituye el pilar central de la transformación digi-
tal de la industria, de esa conectividad industrial. Redes de comuni-
cación de altas prestaciones de velocidad y conectividad son lo que
hace posible que la Internet de las Cosas sea una realidad, conec-
tando objetos y procesos, y facilitando la inteligencia autónoma y a
la vez responsiva de los mismos. Estas infraestructuras son clave
para que la industria en particular, y la empresa en general, pueda
beneficiarse de tecnologías clave como la computación en la nube
(Rackspace, 2013), o el análisis de grandes volúmenes de datos, el
Big Data (Schönberg, 2013). Son clave en aspectos como la mejora
de la eficiencia, productividad, calidad y seguridad de los procesos,
gracias a la monitorización y control continuos que proporcionan.
Son clave en trazabilidad de materias primas, de mercancías, en el
mantenimiento predictivo, en la eficiencia energética, etcétera. Y
también son clave a la hora de habilitar nuevos modelos de negocio,
al permitir la gestión de productos y servicios conectados, en mode-
los de servitización (B+I, 2014). Necesidades concretas de la indus-
tria que se cubrirán con estas tecnologías, y que deberán cuidarse
de seguir evolucionando en el futuro pueden ser las siguientes:
– Escalabilidad. Las necesidades de mover datos no dejan de experi-
mentar crecimientos explosivos. Asimismo, el crecimiento de los
sistemas pasa por la movilidad de la conexión; no en vano algunas
estimaciones esperan miles de millones de dispositivos conectados
en unos pocos años.
– Ubicuidad. Los nuevos modelos de negocio necesitan cobertura de
comunicaciones global y determinista, con altas exigencias de cali-
dad. Un ejemplo de industria que está actualmente fijándose en
estas necesidades es el vehículo conectado (Elliot, 2014). A este
respecto, la tecnología de computación en la nube facilita precisa-
mente este tipo de requerimientos, aportando ubicuidad, agilidad,
flexibilidad y escalabilidad en el uso de los recursos de comunica-
ción y de procesamiento. Aporta especiales beneficios en aplicacio-
nes con altas necesidades de cómputo, o en modelos muy distribui-
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dos que mejoran al disponer de una plataforma que permita cons-


truir y servir una visión global de la realidad.
– Nuevo concepto de calidad. A medida que los procesos industriales
se apoyen más y más en lo digital, los estándares de calidad en las
comunicaciones que hemos venido conociendo dejarán de ser efi-
caces. Hay que pensar en que es necesario evitar disrupciones en
procesos, paradas de planta, o interferencias en procesos críticos de
los que dependen importantes consumos e incluso la integridad físi-
ca de las personas.
– Ciber-Seguridad. Qué decir de la seguridad de la información.
Desde luego constituye la tecnología habilitadora por excelencia.
Incluso puede decirse que la carencia de unas medidas de seguridad
adecuadas inhabilita, de partida, modelos de producción y de negocio
que pueden ser prometedores en el resto de parámetros, pero que no
tienen viabilidad en el caso de que por cualquier motivo no sea posi-
ble activar las diferentes funciones de seguridad. Efectivamente, la
seguridad ha cobrado una dimensión determinante en cualquier pro-
ceso industrial, debido sobre todo a los nuevos niveles de conexión
global, que introducen -además de las ventajas- importantes riesgos
(Morrie, 2015). Y es que la descentralización de la información ha
generado una ruptura en el paradigma de seguridad que se ha venido
aplicando al menos en las dos últimas décadas. Tradicionalmente se
han venido aplicando medidas de seguridad dirigidas a defender el
perímetro tecnológico de las organizaciones, y estas medidas ya no
son eficaces cuando el perímetro simplemente –gracias a las nuevas
necesidades de conexión permanente y móvil, y a la computación en
la nube– deja de existir (BI, 2013). Así, la seguridad termina afectan-
do a todos los procesos e incluso al propio producto. Un ejemplo de
esto puede ser el de Land Rover, que ha tenido que retirar del merca-
do 65.000 vehículos, porque un problema de seguridad permitía fácil-
mente robar los automóviles (BBC, 2015).
– Versatilidad y requisitos singulares. El objetivo de la Internet de las
Cosas de conectar cualquier tipo de dispositivo afecta también a apa-
ratos sujetos a requisitos o restricciones singulares, específicas, y que
a menudo se alejan de estándares de conexión o de usos y costumbres
universalmente aceptados. Así, pasa a ser necesario responder, en
materia de conectividad, ante dispositivos que necesitan bajos consu-
mos de energía, que solamente disponen de conectividad oportunista
porque están en movilidad, o que constituyen una red tan grande de
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pequeños sensores que necesitan nuevos esquemas y modelos (ope-


rativos y también de negocio) de gestión de la conexión. En general,
las redes de comunicación tienen que ser capaces de responder a tipos
de servicio para las que no fueron diseñadas, y han de evolucionar
continuamente para adaptarse a estos nuevos requerimientos.
Un ejemplo interesante de nuevo modelo de negocio apoyado preci-
samente en todas estas prestaciones tecnológicas en materia de comuni-
caciones y tratamiento técnico de datos puede ser el de Volvo Trucks,
que ha concluido en un estudio propio que ocho de cada diez paradas no
programadas de un camión pueden evitarse mediante un sistema inteli-
gente de mantenimiento preventivo, que pasa -naturalmente- por conec-
tar los camiones (TW, 2015). Todo apunta a que un futuro no muy lejano
todos los vehículos estarán conectados.
– Visión de negocio, intraempresa e interempresas. El tercer y último
nivel de abstracción es el de las aplicaciones de gestión, que proce-
san los datos elaborados y la información recibida de los niveles
anteriores, con el objetivo de extraer de ellos conclusiones de valor
añadido que puedan enriquecer la toma de decisiones. Para ello, se
consideran tecnologías como las soluciones de control, las tecnolo-
gías de Big Data y Analytics (Análisis de Datos), y las plataformas
colaborativas. Especial relevancia adquieren en este tercer nivel,
las denominadas tecnologías de explotación del dato: encargadas
en primer lugar de soportar la captura, el flujo y la gestión de ingen-
tes volúmenes de datos -estructurados y no estructurados- que han
de llegar a los modelos de análisis en óptimas condiciones de cali-
dad e interpretabilidad -de ahí esa acepción Big-, y dedicadas en
segundo lugar a extraer conclusiones de negocio de elevado valor
añadido a partir de la aplicación de algoritmos de análisis e inteli-
gencia de negocio. Y es que no sólo se trata de responder con efi-
cacia y celeridad a las preguntas que nos plantea el día a día del
negocio, sino incluso -y sobre todo- de que los sistemas de análisis
sean capaces de plantearse por sí mismos cuáles son las nuevas pre-
guntas a las que tanto los automatismos como los responsables
deben dirigir sus esfuerzos (Schönberger, 2013). Por supuesto, en
materia de negocio, la aplicación de tecnologías a los procesos,
siempre mantiene una importante componente legal, mercantil (de
contratación, confidencialidad, regulación de la prestación de servi-
cios, etcétera), que al igual que el resto del negocio también se
enfrenta al reto de adaptarse a toda esta transformación.
562 J. DÍAZ, B. LANSEROS, R. SOLÓRZANO Y P. GARCÍA BRINGAS

En definitiva, todo apunta a que estas tecnologías habilitadoras clave


van a seguir experimentando sus propios procesos de evolución, y en
ellos la aplicación al mundo industrial constituye un elemento cataliza-
dor de transformación digital de primer orden. Algunas de ellas se orien-
tarán hacia aplicaciones más bien verticales, circunscritas a determina-
dos espacios de los modelos productivos y de negocio, y algunas otras -
como pueden ser los casos de las comunicaciones y la ciber-seguridad-
mantendrán un carácter más bien transversal y más habilitador incluso,
ya que de ellas dependerá la posibilidad de disponer (o no) de auténticas
Industrias Conectadas.

4. Retos y Oportunidades de la Industria Conectada

La producción y el resto de procesos de una empresa pueden contar


con la tecnología necesaria para que todos los aspectos componentes
estén correlacionados y ello favorezca una mayor competitividad. Pero
¿cuál es el grado de aplicación que se viene haciendo de las potenciali-
dades de la Industria Conectada? ¿Realmente se están aprovechando las
grandes tecnologías habilitadoras que ya tenemos en el mercado a dispo-
sición de la industria? ¿Se está consiguiendo en la práctica mejorar la
actividad del negocio? Distintas referencias y testimonios clave parecen
indicar que todavía es necesario seguir avanzando, principalmente en lo
que se refiere al tratamiento y la adecuada explotación de la valiosísima
información que la Industria Conectada puede llegar a ofrecer.
La tecnología es capaz de configurar una fábrica que piensa (BGOS,
2013), pero no se debe olvidar que, en última instancia, son las personas las
que siempre han de estar detrás de todas las decisiones y el control de los
procesos. Sólo así se puede sacar el máximo de provecho a la industria
conectada. Esta idea es la que ocupa buena parte del tiempo y de la atención
de los directivos y decisores de compañías industriales: cómo afrontar los
retos, oportunidades y riesgos de la transformación digital de la industria.
Sí parecen elevarse por encima de la línea del horizonte algunas pala-
bras clave, algunas tecnologías, que apuntan a un importante comple-
mento e impacto en la industria, y que señalan cuestiones fundamentales
en el proceso de conectividad industrial como la ciber-seguridad
(SIEMENS, 2016), la explotación de los datos como una nueva fuente de
valor –incluso como una nueva materia prima– (General Electric, 2013),
los nuevos aspectos legales que conllevan el proceso de apertura en la
industria conectada (BC, 2015), e incluso la capacitación de los actuales
LOS RETOS DE LA FÁBRICA QUE PIENSA 563

y futuros trabajadores (BGOS, 2013b), piezas esenciales para lograr que


la industria conectada sea realmente beneficiosa para las empresas.
– Más allá de la conectividad, el análisis es la clave. A pesar del reto
permanente de mejora de la competitividad, a partir del desarrollo y
explotación de esas tecnologías maduras que confluyen en estos
momentos, aún no existe una mínima generalización en su despliegue
por parte del sector manufacturero. Más allá de informes de recomen-
dación, demasiado a menudo, una visión más cercana de la praxis
evidencia que las empresas del sector industrial creen demasiado a
menudo que estar en la Industria 4.0 supone fundamentalmente que
las máquinas estén sensorizadas, conectadas a Internet, monitoriza-
das, y poco más. Y ésta es una concepción muy incompleta, que con-
lleva un claro desaprovechamiento de las potencialidades de la
conectividad. La industria conectada no debe ser simplemente una
conexión, sino que se debe explotar todos los datos que se pueden
extraer y buscar con ellos un valor añadido, una información tangible
y relevante para mejorar la competitividad de productos y procesos.
Así, la industria conectada puede llegar a conseguir productos menos
expuestos a los errores o imperfecciones, y también una producción
más eco-eficiente, reduciendo el consumo energético, además de pre-
decir paradas inesperadas de los procesos, ya que permite adelantarse
a un eventual fallo que conlleve consecuencias desastrosas.
Pero, ¿cómo alcanzar esos resultados? ¿Cómo hacer procedimien-
tos que permitan reducir tiempo y costes y ganar en productividad?
Para encontrar el punto de partida que ayude a dar respuesta a esas
preguntas podemos acudir a la teoría de sistemas (Hurtado, 2011),
que diferencia entre dos perspectivas principales de análisis, de
caja negra y caja blanca. La caja negra recoge datos de entrada y
salida sin saber lo que sucede en su interior; algo así sucede en el
cuerpo humano. No sabemos lo que hace el cerebro para evitar un
peligro. Lo único que se puede observar es que, en general, lo evita.
Estos modelos suelen estar basados en intensivos procesos de ensa-
yo y error, de aprendizaje supervisado, y en general se requiere
mucho tiempo y esfuerzo conseguir rendimientos óptimos. Si bien
es cierto que en ocasiones se muestran como soluciones eficaces y
que proporcionan -sobre todo- altos rendimientos, no es menos
cierto que su flexibilidad es mínima, como también lo es su capa-
cidad de adaptación, o las posibilidades que ofrece para la intero-
perabilidad o la operación.

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